Capítulo 20: Viaje y fin.
“A veces no todo lo bueno dura por siempre, sino, que después de tanto provecho, deja de ser lo mismo con el tiempo.”
Amanece, para los Momota es el día en el que los más jóvenes tienen que irse de viaje a realizar sus estudios en Japón, ya se habían preparado para ello, pero siempre les invade los nervios, y vuelven esas sensaciones de vuelco intestinal y nudo en garganta, debido a que saben lo que dejarán atrás, lo que han disfrutado antes.
Los cuatro se reunieron en el centro del conjunto donde están, por lo que decidieron andar en todos los alrededores, pues el viaje sería a la tarde.
-Extrañaré todo esto. – Dice Ibuki con pesar.
-Igual yo. – Khira, y mira a Juan y Ming que están a los lados. – A ustedes también.
-Yo también, al menos podemos estar comunicados de vez en cuando, así que espero que estén bien en Japón.- Ming.
-Lo sé.- Juan.
-Esta tarde nos iremos, así que disfrutemos de nuestro último día, vaya que todo lo que hicimos termina así. – Ibuki.
“¡Ah claro! Será de noche acá, pero en Japón sería ya iluminado por el sol”. Juan.
Continuaron andando largo tiempo en caminata y conversaron sobre lo que harían en todo ese tiempo separados.
-Bueno. – Ming dirige la mirada a todos. – Yo estaré como ya dije, con mi clan, probablemente estaremos de vacaciones en China un tiempo hasta que tengamos ciertos asuntos resueltos, entre ellos simplemente formar parte de un show en el cual somos vistos como practicantes de habilidades Ninjutsu.
-Entiendo. – Dice Khira. – Seguro lo graban y los podremos ver. – Sonríe.
-Genial, suerte con eso. – Le palmea suavemente el hombro Ibuki.
Juan solo sigue mirando al frente, pensativo.
“Ahora todo es soledad, algo al que siempre debí estar acostumbrado… bah otra vez esa sensación abismal, de desear que lo que sucedió al principio jamás hubiese sucedido, todo debía ser… irreal, ¿Pero que tiene, si solo pasó y ya?” Juan.
Los tres miran a Juan, poniéndolo algo nervioso, lo que tuvo que responder inmediatamente.
-Está bien, perfecto. – Alcanzó a dirigirle a Ming.
-Emmm… no dije nada, pero gracias. – Dice ella y le da un ligero codazo al brazo derecho de Juan.
-¿Qué hay de ti? – Ibuki a Juan.
-Dinos. – Khira. - ¡Huh vaya! - Tropezó con una piedra en el camino. – Y no sabía que estaba aquí…
“Y pensé que era el único que tiene problemas con las piedras y agujeros” Juan.
‘Véase a Ibuki correr y al intentar tocar suelo, cayó en un hueco de alcantarillado - ¡Diablos, acabo de ponerme esta ropa!-’
“Jeje pobre” Juan.
‘Véase a Ming realizar un Salto de tigre en un desnivel solo para caer al estanque del lugar y casi ser mordida por una tortuga. -¡AY no soy cebo de tortuga!- Y sale en pánico del agua’
“Cosas que pasan” Juan.
-Bueno, pienso seguir haciendo lo que es habitual, me quedaré con mi armadura por si es necesario. – Les responde Juan y todos asienten.
-En Japón no suelen suceder ese tipo de cosas, pero podría sernos útil. – Khira.- Así que decidimos hacer lo mismo.
-Siempre discreción. – Ibuki, y todos asienten, fijos en el pasto. – Sigamos adelante.
Los demás asienten.
-Digo, movámonos… ¿Ahora si entienden? – Dice rápidamente.
-Oh vaya, vamos. – Ming.
Khira y Juan asienten y estuvieron haciendo largo recorrido.
*La despedida en la que no pensábamos*
-Bueno. –Juan comienza. – Ya llegó el momento de la retirada. – Dice, indiferente al asunto, pero por dentro abatido aunque no lo demuestra.
-El avión nos espera, adiós. – Responde Ibuki.
-Hasta luego. – Le dice Khira.
-Buen viaje. – Ming y Juan.
Todos se encuentran en el aeropuerto, en la zona donde los viajeros salen, tras la despedida, Ming y Juan miran detenidamente como se marchan hacia el vehículo, Ibuki, Khira y Netero miran hacia atrás, hacia los dos y sonríen aunque dejan un notorio tono de tristeza al saber que no se volverían a ver en un tiempo, minutos después de que ya estuviesen todos, el avión se marchó, Ming y Juan decidieron retirarse con un pesar encima, pero asumiendo el hecho de que hacen lo que quieren en sus vidas.
Ambos se dan la cara, estando fuera del aeropuerto y después de eso rompen el silencio.
-Fue bueno mientras duró, podría pasar mucho tiempo sin nada más. – Ming con una ligera sonrisa.
-Así es. – Juan le responde y pone su mano sobre su hombro. – Ahora toca seguir nuestro destino. – Levanta la mirada hacia el avión que a lo lejos puede divisar. –Echaré de menos a estos dos.
-Igual yo. –Se cruza de brazos y observa a Juan de pies a cabeza debido a su altura. – Jamás me puse a pensar que fueras tan alto.
-No empieces. – Juan con un tono jocoso. – Pero me dio más ventaja.
-Me alegra. – Dice y escucha un vehiculo familiar para ella, se da la vuelta y se da cuenta de que es su padre. – Es mi padre, a partir de hoy no nos volveremos a ver hasta que nos reunamos, mi clan y yo tenemos muchos asuntos pendientes, y no me busques en casa, estaré lejos. – Se pone de puntillas y le da un beso en la mejilla, despidiéndose de él.
-Entendido, nos vemos. – Dice en voz baja y levanta la mano para saludar al señor, y a su vez baja la mirada en forma de asentimiento, se retiran y Juan queda solo en el lugar y se marcha una vez que se dio cuenta de que ya no podía ver más a aquel avión.
“Una vez más, solo, era doloroso, no lo fue más, y ahora vuelve a suceder, todos estos meses que pasamos, a veces me da a pensar que todo eso solo es efímero, pero espero no equivocarme esta vez”. Juan.
*Tiempo después, en Japón*
“Vaya que todo me va bien.” Ibuki.
Él se mantuvo con su mismo aspecto de antes, salvo con el uniforme y las cicatrices casi no son visibles, Khira igual, no habían podido contactar con nadie más que con su abuelo en meses, el sensei les informaba de todo acerca de su familia, de Ming, quien se haya resolviendo asuntos secretos en China, Juan ha retornado a una vida normal aunque afectado por la soledad, no ha vuelto a comunicarse con nadie en un tiempo y no ha mostrado tanto interés real por comunicarse.
Ibuki
-Terrible… - Suspiro.
-Lo sé. – Responde mi abuelo. – Pero siempre ha estado bien, aunque no hubo mucha actividad, y la que hubo, no fue tan necesaria su presencia.
-Y, ¿Lo ves con frecuencia? – Le pregunta mi hermana.
-Sí, pero ahora si no es igual, es que ahora está más solitario, me extraña su conducta, como si ya no viviera, sino que fuese un espíritu deambulando alrededor de su propia tumba.
“Increible…”
-Entonces fue…- estaba apoyado sobre una mesita, con las manos en los bolsillos, replicando hasta que fui interrumpido.
-No hijo, fue necesario para sus vidas y él lo sabe muy bien, ahora hay que seguir adelante. – Duro para mí y para ella, de hecho para todos nosotros, pero lo asumimos. – Pero no te preocupes, lo volverán a ver a él, y a Ming, hay un gran compromiso. – Suelta con una sonrisa.
-Entiendo. – Dice Khira cruzada de brazos cerca de un sofá.
-Es hora de descansar, ya no sé qué pensar. - Dije
-Bien.- Mi abuelo
Fuimos a apagar las luces de nuestro departamento y fuimos a nuestras habitaciones, me quedé pensando en el… en la posibilidad de que algo suceda, de pronto, vi una carta pequeña, nadie más que mi abuelo estuvo en todo el transcurso del día desde que llegó, parecía haber poca cosa, la leí y solo vi símbolos más raros, que nunca había visto ni en los garabatos antiguos, éstos se componían de triángulos y líneas trazadas y algún pequeño punto y detalle, nunca los había visto… nunca…
“Podría ser…”
No me lo quiero imaginar... no ahora, angustiado por saber que todavía falta mucho para que suceda.
*Medianoche y fin*
Juan
“Nuevamente solo”
Me encuentro en mi cama, sentado en medio de ella, una rodilla hacia mi pecho y la otra hacia afuera, no podría creer aun, que ya mi cuesta ser el mismo sin el otro.
“¡Oh espera! Soy el mismo sin el otro, soy el que siempre se ha aislado con tal de vivir solo, de morir solo”
Ahora que lo pienso, las cosas que suceden ahora, son una muestra de que hay más de lo que debo aprender… maldición.
“Tal vez alguien más se encuentre ahí”.
Recordando la última vez que hablé con el Sensei Netero, le dije que le llevara a Ibuki una nota en un mini papel, gustosamente aceptó hacerme este favor, así que escribí en Sangheili, ocultando su significado…
“Solo espero que lo haga”.
Tan solo significaba: Ei khavre klaka moshu ‘neeirh (Yo espero caminar contigo otra vez donde sea).
“Pero si de todos modos no sabe que dice… no me importa, ahora seguiré haciendo lo necesario, por ahora”
El estar sumergido en mis pensamientos me dio tanto sueño que me quedé dormido, nuevamente sin ideas nuevas, solo con una posible falsa esperanza o ilusión que exige más de mi paciencia… dormí, si no morí.
Fin.
“Todo acabó hasta aquí, todo lo que fue una aventura, todo lo que fue el viaje por algunos sitios solo para cumplir con algunas órdenes de un líder, ahora que concluyó, el actuar por cuenta propia creó desorden, más por la separación, pero que se arreglará hasta conseguir el camino de las heridas sanas, por ahora, ha terminado”.