Capítulo 8: La feria
“Siempre es bueno conocer algo que representa a una cultura”.
Ya en algún lugar de Japón se realiza una feria en la cual hay un montón de cosas pero en especial de la antigua cultura de los Samuráis, los cuatro caminan para contemplar los espectáculos que se presentan y las cosas que hay.
-Estas flechas no pueden desprenderse de sus víctimas. –Khira contempla unas flechas que son capaces de engancharse a la carne.
-Este Kaiken va para un maniático. – Ibuki contemplando una cuchilla kaiken con bordes aserrados.
-Son armas decorativas, no funcionan en la guerra. –Netero explica
-Pues ya tengo lo mío, mis flechas.
-Mi Naginata doble despedaza.
-Excelente, se conforman.- Netero valora que sus nietos aprecien sus útiles, pero nota que Juan se queda atrás, lo busca y no lo encuentra. –Perdimos a uno…
-Ehh... allí está, ¿Qué mira?- Ibuki lo halló
-Me acercaré.- Khira al divisarlo.
Juan
“Mmm… Walk softly, Mantis”
(Suena Mantis o Walk Softly, de Halo).
Diviso una mantis, en movimiento.
-¡Juan! ¿Qué haces?- Oigo a Khira.
“Y pensar que no escucho”.
-Nada, una mantis.
-¿Ah? – Le enseño el animal, que para ser nervioso, no entra en pánico. – Hermosa.
-Juan, encontraste… ¿Una mantis? – No entiendo la sorpresa de Ibuki.
-Bueno es mejor que nada.- Netero, el abuelito consolador.
-Y es libre. – La suelto.
-Vámonos que hay mucho de qué disfrutar. –Netero. – Por cierto, mis muchachos vieron unas armas interesantes y valoraron lo que tienen, ¿y tú?
-Mmm mis espadas son perfectas, nada las reemplaza, aunque las ven muy violentas por su tamaño.
-Pero te gustan, por eso no las reemplazas.
-No, y si puedo mejorarlas, serían de plasma sobrecalentado y contenido en un estabilizador, cosa ficticia.
-Ya. – Sonríe. “Me extraña eso”.
*Más tarde*
Khira
-Hija, ¿qué crees que estén haciendo los muchachos? –Me pregunta mi abuelo, estamos él y yo y… ya me lo imagino.
-Supongo que fueron a hacer algo.
-Ahh juventud y libertades, y sus deseos. – Suspira y cierra sus ojos, él siempre se nota calmado.
-Bueno, al menos de la manera más picante. –“Ni me creí capaz de decir aquello”.
-Ah sí, en un buen escondrijo. –“Si claaaaro”.
Ibuki
-¿Y si nos ven?- Estoy nervioso.
-Si no quieres, nos vamos.
-No, devorémonos a besos. – Tomo la iniciativa y nos besamos, uhh ya se pone mejor.
-Mphh.- Gemimos y nos separamos para respirar, el me toca mi pene, endurecido y yo a él, nos damos caricias mientras continuamos, no pensamos parar.
-Juan, parece buen momento.- Nos desnudamos, sí, estamos en un arbusto muy lejos por lo que no nos ven y todo está sombrío.
-Ya vas.
-Y yo tomé la iniciativa jeje. –Sonrío pícaramente, igual el me mira así.
-Déjamelo a mí. – Me recuesta en el suelo y me lame mi ano, como adoro eso.
-Ah, mhahh sigue…e.- Se pone intenso todo.
-Ya estás listo. – Me inserta su pene muy lubricado por el líquido pre-seminal, ¡Que cualidad!
-Hazlo ya.- Me lo mete y se mueve lentamente.
-Está dentro y tú si estás caliente, muchachito. – Se mueve dentro de mí aumentando un poco el ritmo.
-Pues no soy pequeño, estoy en edad. – Me besa mientras me da las estocadas.
-A cualquier edad se puede, ahh.- Gime también.
-Uhh es mejor que no nos escuchen, bésame.- Lo agarro para que nos besemos, mientras ya aceleró el ritmo y nos acariciamos y besamos, ¿qué más debo desear? Mmm rico.
-Ya me voy a venir.- Deja de besarme.
-Yo igual, sigue.
-Ahh ya.
-No aguanto más… amhh. – Eyaculamos y terminamos.
-Casi muero.
-Infarto seguro por tanta rapidez hehe.
*Minutos después*
Voy a donde mi abuelo y hermana, digo, vamos, ya que está al lado mío, con una mano en mi hombro para tenerme pegado a sí.
-Ya regresaron del derretimiento. – Mi abuelo.
-Parecen haber bajado de la Luna.- Khira
-¿Qué?
-Jujujuju- Juan se ríe.
-Bueno, es mejor, a estas alturas no puedo…
-¡Demonios abuelo, ya!
-Es la realidad joven.
Netero
-Llegué.
-¿Dónde están ellos?
-Los dejé afuera, no quiero que molesten.
-Los veré.
-Adelante.
Mi amigo los mira con curiosidad, especialmente al que no es mi nieto.
-Sí que son fuertes, bien hecho.
-Gracias, saluden.
-Hola. – Khira es la primera.
-¿Qué tal ustedes?- Les pregunta Shum.
-Bien.- Khira responde.
-¡Hola! Bien.- Ibuki como dulce niño.
-Todo bien.- Juan en un tono algo arrogante pero nada despreciable.
-Me alegro.- Sonríe.
-Shum, ¿Dónde quiere que los mande?
-A l palacio Forimuyasharu, ubicado cerca de la montaña, a la fortaleza de los Maru.
-Hijos, allí les gustará.
-Rebosa de mucha vida, no lo duden.
-¿Quieren ir?- Pregunto.
-Sí, me gustaría.- Khira, sonriendo.
-¡Claro!- Ibuki, Juan por otro lado asiente, “¿Qué le pasa?”
-Vamos mañana. – Ahí corto.
Juan
Paso caminando tranquilamente mientras espero a ver si ya bajaremos algunas cosas para dormir, esas maletas tienen hasta nuestras armas y armadura, no pensé que las dejarían llevar, espero que no me falte una espina dorsal.
Voy caminando viendo a Júpiter visible en el cielo hasta que tropiezo con una piedra algo grande pegada al suelo y caigo…
-¡Coño de la madreeeeeeee!
No es mi día.
“Si es posible enfrentar retos más difíciles, entonces al mirar atrás se da cuenta de que no ha sido nada”.