Título: BELLUM
Autora: Clumsykitty
Fandom: MCU, AU (universo alterno)
Parejas: Thorki, Stony principalmente.
Derechos: Nah, Marvel como siempre se lleva todo.
Advertencias: algunos nombres han sido alterados por locuras de la autora, otros nombres son retomados de sus originales históricos sin relación alguna con éstos. Por si alguien se lo pregunta, esta historia se halla inspirada en esa hermosa como tormentosa saga llamada Juego de Tronos (los libros) del gordito más temido, George R.R. Martin. Ojo, basada no igual.
Bellum. Guerra (latín).
Gracias por leerme.
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Juramento de Sangre.
Pantanos del Oeste.
No había cuerpos, todo lo que había quedado de los guerreros eran sus ropas como sus armaduras de piel, enredadas en las gruesas y largas hojas de sus espadas melladas. Las bandadas de cuervos y buitres planeaban alrededor buscando lo que hubiera quedado de carne de los cuerpos empalados en aquel pantano protegido por una densa neblina grisácea casi negra con aroma a cenizas y piel chamuscada de una hoguera masiva que había consumido sus cadáveres torturados como los grilletes, cadenas e instrumentos tirados a un lado lo comprobaban. Mella Stark no pudo contener las lágrimas en sus ojos ni su grito de dolor al ver aquella espantosa escena, bajando atropelladamente de la barca pese a las quejas de sus acompañantes cuyas manos trataron de detenerla. Sus pies se hundieron hasta las rodillas en el fango, caminando entre quejidos al abrirse paso mientras trataba de localizar con desesperación el casco y arma que le hubieran pertenecido a su esposo. Le halló en el medio de aquellos picos de metal ennegrecido por las llamas que consumieron sus víctimas. Un nuevo grito brotó de su garganta, dejándole ronca mientras abrazaba con desesperación la Claymore de Hurald Stark, amado señor, pareja, padre y Rey del Norte.
Todo había sido culpa de la Estrella de Cinco Puntas como sus Impostores provenientes de las tierras más bajas de Gaia. El Sur iba a pagarlo caro, aquella traición iba a costarles la más feroz venganza que el Norte pudiera mostrar. Gaia, que bendecía a sus guerreros, fue testigo del juramento silencioso que Malle hizo en su corazón, apretando contra su pecho y con sus manos temblorosas el arma –cuyo filo cortó sus palmas y dedos- dejando escapar hilos de sangre que cayeron en el agua oscurecida por tanta sangre, cenizas y lodo. El Sur iba a desaparecer, de una manera u otra. No habría más trono que el Trono Negro en el Norte. Así le llevara todo lo que le restara de vida, iba a romper cada pico de aquella estrella, cada escudo que se había atrevido a tocar a los Lobos de Hierro. Jamás habría de encontrar sueño reconciliador sino hasta que la cabeza de todos los Sureños responsables decoraran las catacumbas familiares. Por Gaia, por el Gran Lobo Gris y sus hijos, así lo haría. Habían traído dolor a su corazón pero ahora lo llenaba con el más puro deseo de venganza, frío y templado como sus tierras. Malle Stark jamás olvidaría, jamás perdonaría.