Finalmente el día llegó. Era el cumpleaños de Jimin. Se levantó feliz de su cama, pensando que podría Jungkook regalarle esta vez. ¿Será otra camiseta de tirantes como a él le gusta? o quizá, ¿Una noche romántica junto a él? Jimin seguía fantaseando sin pensar mucho en la salud del pequeño, él de verdad creía que Jungkook estaría como nuevo después de un día de su operación, o al menos, quería creerlo.
Por otro lado, cerca del hospital, corría un fuerte viento otoñal que movía toda la hojarasca del suelo y hacía que chocase contra la ventana de la habitación de Jungkook. Esto lo hizo despertar, poco a poco se iba notando el cambio de temperatura.
- Mamá -Dijo con dificultad Jungkook-.
-¿Si? -Contestó su madre, medio dormida en una incómoda silla-.
- Hace frío -.
La madre de Jungkook se dió prisa y tapó a su querido hijo. Algo preocupada, le observó detenidamente. Jungkook se veía tan pálido, tan hambriento y tan desganado... No parecía el Jungkook alegre de hace dos día. No sonreía, tampoco lloraba, simplemente tenía la vista perdida en el techo.
-Pronto llegará el desayuno, espero que tomes todo lo que traigan las enfermeras -Dijo su madre haciéndole saber su gran preocupación-.
-Claro, mamá- Dijo el joven, no muy confiado. Él de verdad no tenía hambre, y por mucho que le hubiese prometido a Jimin comer lo suficiente para marchar cuanto antes; no se veía capaz-.
Finalmente las enfermeras llegaron con el desayuno, se podía sentir el olor del chocolate caliente que venía en los carritos, junto con galletas variadas, tostadas y un zumo de naranja. Sin embargo, Jungkook no era capaz de sentir su apetito.
-¿Qué quiere nuestro paciente recién operado? -Preguntó una de las enfermeras con un tono alegre y una sonrisa invisible para Jungkook-.
¿De verdad están tan alegres de trabajar en un ambiente tan deprimente? Pensó el paciente para sí mismo.
-Póngale un par de tostadas y un chocolate caliente, por favor- La madre se fijó en el zumo de naranja- Jungkook ¿Te apetece un zumo también? Es de naranja -.
Justo cuando Jungkook le iba a decir a su madre que con el chocolate estaría más que satisfecho, la señora Jeon se adelantó.
-Sí, póngale el zumo también, quizá una tostada más- La madre de Jungkook se emocionó un poco pidiendo el desayuno-.
-Por supuesto, esperemos que no se quede con hambre -Bromeó la enfermera, pero Jungkook no le hizo mucho caso- Dentro de un par de horas bajará el médico con la cardióloga para hacerle un breve chequeo a este campeón- Jungkook pensó que ya no era un niño, pero era tratado como tal-.
La madre de Jungkook sonrió a la enfermera y le dió las gracias, cerrándole así la puerta, la señora Jeon volvió a la camilla y acomodó a su hijo, él se quejó un par de veces.
-Me duele mucho el pecho, mamá -Comentó con un gruñido, nada típico en él -.
-Es lo más normal, te han abierto el pecho hijo- le explicó su madre- Abre la boca, Jungkook -Y su madre le puso una tostada en la boca, la cual Jungkook agarró molesto, él no era un niño y podía comer solo-.
-Mamá, de verdad, yo solo puedo- Y siguió comiendo, con algo de dificultad, pero solo-.
Jungkook se guiaba por el borde de la mesa para tocar los objetos e intentar descifrar que eran, derramando así un poco de zumo de naranja encima de las tostadas.
-Ya no quiero más-.
Tras dos horas de espera, finalmente Jungkook fue chequeado, tal y como dijo la enfermera. Todo iba genial, mejor de lo que esperaban. Solamente le quedaba comer bien para irse cuanto antes a casa. Cuando la señora Jeon y los doctores fueron a abrir la puerta, se encontraron a Jimin, que escuchó la noticia desde el otro lado de la puerta.
-Wo, al parecer no está tan grave ¿Verdad señora Jeon? - Jimin dijo felizmente -.
-Pronto se recuperará, ya verás -La señora Jeon le sonrió, y le hizo un gesto para que pasara- Os dejo solos, cuida bien de mi hijo, Park Jimin-.
-A sus órdenes señora- Bromeó el chico -.
Y allí estaban los dos, solos. Jimin miró a Jungkook, y después se fijó en la mesilla llena de un delicioso desayuno.
-Kookie… No has comido nada -Jimin dijo preocupado -.
-Jiminnie, yo… Es que yo, simplemente no tengo apetito -.
-No me importa, debes comer para salir cuanto antes de aquí. Si no ¿Cómo voy a recuperar a mi energético Kookie? ¿Eh? Dime que sentido tiene dejar de lado toda esa comida si es lo que te hace bien ¡¡¡Dime!!! -Finalmente Jimin gritó, pero Jungkook no le prestó atención, no quería prestarle atención. El pobre no sabía ni a donde mirar, todo estaba oscuro para él-.
Jimin intentó relajarse, pero se acordó de que Jungkook no le felicitó por su cumpleaós y entonces vino lo peor.
-Además que vengo hasta aquí para verte ¿No me felicitas? - Jimin echó una mirada de malicia a Jungkook, pero fue inútil -Jeon Jungkook, me decepcionas, te has olvidado del cumpleaños de tu novio ¿Qué pasa? ¿Ya no me quieres? Debí suponerlo… Siempre evitas contacto físico en público -
Jimin siguió echándole la culpa a Jungkook por un buen rato con sus paranoias, pero el pequeño simplemente se mantuvo callado, no sabía como reaccionar a ese comportamiento. A veces Jimin era así de demente e insoportable, sin embargo, Jungkook no lo llevaba tan mal, pero esta vez no sabía por donde agarrar su locura.
Y sin decir adiós, se escuchó un portazo. Jungkook de verdad no sabía que hacer, lo que más le ayudaba era escuchar música en momentos tristes. Llegó a tocar la mesilla y sintió el cable de sus auriculares. Entonces tiró de ellos, pero no se percató de que estaban conectados a su teléfono, y el aparato electrónico, la única salvación de ese agotamiento en estos momentos, se le cayó al suelo. Con rabia, Jungkook tiró también sus auriculares al suelo, y quedó dormido en la única posición que podía, boca arriba; inundando así sus ojos en un mar de tristeza. Finalmente quedó dormido.
Después de una hora, la madre de Jungkook entró en la habitación.
-Oh, se ha quedado dormido… -.
La madre aprovechó para ordenar un poco el cuarto, limpió el zumo que derramó Jungkook sin querer y colocó la ropa que trajo de casa, haciendo así un sitio en el estrecho armario de la habitación.
-Que raro, Park Jimin ha venido pero no se ha llevado el regalo de Jungkook- Comentó la madre sacando una bolsa de color verde del armario-.
Para entonces ya era la hora de comer, las enfermeras tocaron la puerta y la madre de Jungkook les hizo pasar.
-Ya lo siento, pero creo que no comerá -La señora Jeon se disculpó -.
-No pasa nada -Comentó una de las enfermeras -.
-Le dejaremos por si acaso un cuenco de sopa, si se enfría hágalo saber, señora Jeon, y vendremos enseguida - Dijo la otra enfermera -.
La madre agradeció a las enfermeras por su amabilidad y cerró la puerta, pero Jungkook siguió dormido por horas, derramando lágrimas hasta en sueños.