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MEMORIAS DE UN ASESINO por desire nemesis

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Notas del capitulo:

 

Salía de la universidad cuando vio un auto negro esperándolo. Sabía que lo esperaban y la memoria de lo ocurrido un par de días antes volvió.

7 Encuentro con Ikabe

 

Salía de la universidad cuando vio un auto negro esperándolo. Sabía que lo esperaban y la memoria de lo ocurrido un par de días antes volvió.

 

¿Para quién trabajas?—dijo el tipo que parecía estar a cargo.

 

¡Para mi mismo!—dijo él.

 

¿Ah si?—preguntó mientras uno de sus hombres agarraba a la chica y Joseph lo miró con ganas de romperle la cara—Veo que te interesa ella—añadió después de ver la mirada de Joey hacia la mujer.

 

¿Eh?—dijo ella despertando despacio mientras era agarrada por uno de esos tipos y la sangre de Joey comenzó a hervir de nuevo. Una mueca se pintó en la cara del jefe de los tipos--¿Quién?—El melado se sentía frustrado.

 

¡No se preocupe señorita, estamos aquí para llevarla segura a casa!—dijo uno de los tipos y cuando Joseph iba a estallar por la hipocresía ella miró alrededor y gritó--¡Ikabe!—

 

El aludido al parecer era el pelinegro jefe que la miró--¡Deja de meterte en cosas peligrosas mujer o ya no podré rescatarte!—tenía un mohín de disgusto falso en la cara.

 

Joseph se dio cuenta entonces que ambos se conocían y al parecer eran cercanos.

 

¡Yo no hice nada peligroso! ¡Esta gente vino a mí por causa de ustedes!—reclamó ella--¿Por qué me tocó nacer en una familia así?—luego se dio cuenta de la presencia del rubio y lo miró y luego en derredor de este.

 

¿Lo conoces, nee san?—preguntó el pelinegro mientras Joseph ahora en sus cinco sentidos pues antes estaba en una especie de alerta miró en derredor y se sintió pasmado al grado de preguntarse a si mismo si él había hecho eso. Dos cuerpos estaban uno sobre el otro mientras los otros dos yacían despatarrados. Dos de ellos tenían manchas de sangre y los otros al parecer no. Entonces se dio cuenta de los dolores y la hinchazón de su labio, tocó con cuidado este que al parecer tenía un corte y sacó su mano con algo de líquido rojo en ella.

 

¡No lo conozco pero me ayudó! No le hagas nada Ikabe—advirtió la mujer.

 

¡Como ordenes, nee san!—dijo él.

 

¡No me llames así!—dijo ella.

 

Señorita, venga conmigo la llevaremos a un auto y a casa—dijo el tipo que antes la agarrara y ella lo miró con el ceño fruncido pero luego asintió y se fue con él.

 

Hacer todo esto solo es un verdadero lío—dijo Ikabe señalando los cuerpos y fue entonces que Joseph se dio cuenta de lo que podía ocurrirle. Podía acabar sus días en la cárcel o peor.

 

¡Yo solo la estaba ayudando! Yo no quería…--dijo el rubio.

 

Me pregunto como es que supiste hacer esto—dijo el pelinegro—Estabas en un lugar bastante conveniente en el momento perfecto—

 

¿Si sospechas de mí porque no averiguas? No soy la clase de persona que hace esto. Me metí en peleas pero esto no es lo mío. No sé que pasó…--Wheeler dijo lo último con una sensación de total confusión que le llegó al otro.

 

Así que tu no acostumbras a hacer esto. ¡Pues lo hiciste muy bien!—dijo el otro pensativo.

 

¿Nii san que hacemos con este tipo?—preguntó uno de los que lo secundaban.

 

¿No has oído a nee san? No podemos dañarlo además parece alguien interesante—dijo el pelinegro con la mano en la barbilla—Me parece que tú y yo nos llevaremos bien. ¿Verdad ototo san?—Joseph lo miró sorprendido—Llévenlo a su casa, pronto iremos por ti y mas vale que no nos des problemas—

 

 

 

 

 

Joseph se paró ante el auto al que le abrieron la puerta de atrás y miró por unos segundos el interior.

 

¿Vas a darme problemas?—preguntó el hombre al lado de la portezuela y se miraron por un momento antes de que Joseph entrara.

 

 

 

 

 

 

Seto había visto a Joey marchar del aula y en cuanto pudo lo siguió pues las cucarachas del curso insistían en pegársele. Llegó sobre la escalinata en el preciso momento en que este se paraba en frente de aquel auto y sospechó de la apariencia del tipo al lado de él. Cuando entró en el auto una extraña sensación se apoderó del ojos azules. Antes Wheeler no había estado bien ahora esos tipos extraños lo hacían subir a un auto. Algo definitivamente no estaba yendo bien.

Notas finales:

Espero no me odien

besos

n.n


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