52-Desenlaces.
Su corazón se partía de solo pensarlo. Sabía que las decisiones crueles eran necesarias en el mundo en que su padre vivía pero nunca pensó en semejante cosa. Incluso cuando lo acusaron de todas esas cosas no quiso creerlo aunque había visto sus acciones el día que vio a su prometido llevarse al reportero en brazos desde su casa.
Su querido padre había sido acusado no solo de espionaje y malversación sino también de un complot de asesinato contra el propio Seto. No había tenido el coraje de mirar a su antiguo prometido a la cara.
Estaba allí sentada junto a la sala de audiencias mientras la gente salía pues el veredicto había sido dado y su padre, prisionero del estado, había sido llevado a las instalaciones de detención.
Sus manos tapaban su cara mientras pequeñas lágrimas se deslizaban por sus sonrosadas mejillas. Su mundo había sido destrozado. De pronto se encontraba sin tierra firme que pisar y todos los que se decían amigos de la familia se negaban a contestarle. Estaba sola, lo sabía.
Desire ojou san. ¿Se encuentra bien?—preguntó una voz y levantó la mirada pensando que era uno de sus empleados cuando se encontró con esos ojos azules—Todo esto debe haber sido muy duro para usted—añadió el hombre.
¡No creo que eso a usted le importe!—contestó ella llena de frustración y dolor. Estaba dolida. Más no con él sino más bien con el mundo por lo que le tocaba pasar. Se sentía sola. Abandonada.
El otro puso cara seria y comedida y se volteó para retirarse. En ese momento ella se dio cuenta de su error. El otro no tenía necesidad de hablarle. Si lo había hecho era por genuino interés.
¡Espera!—dijo y corrió para alcanzarlo--¡Lo siento! ¡Fui muy ruda!—añadió.
Es de entender por la situación en que se encuentra—dijo el hombre. Sus ojos azules transmitían cierta calidez y entendimiento.
DOS AÑOS MÁS TARDE.
¿Y bien? ¿Cómo te ha ido en el continente?—preguntó su amigo luego de pasar por la aduana del aeropuerto.
¡No me quejo!—le dijo Joey mientras le ayudaba con su equipaje--¿En serio vienes solo por dos días? Parece que te estás mudando—añadió el rubio levantando las dos valijas de su amigo mientras este cargaba con un bolso personal y otra valija.
¡No es mi culpa! ¡Desire las arma y si las llego a no traer…!—explicó Tadasuki.
…se arma jaleo!—terminó Wheeler con una sonrisa—Te comprendo. Con Seto pasa algo parecido—explicó.
¿Parecido? ¿Kaiba te arma las valijas?—preguntó sorprendido el pelinegro.
¡No que va!—contestó Joseph riendo ante la idea—Lo que pasa es que me arma jaleo cuando le oculto cosas o me olvido de decirle a donde fui. Es un perro cuando quiere—agregó.
¿En serio?—
Si. ¿Qué no me crees?—preguntó el melado mientras carcajeaba y caminaba a un lado de su amigo por la terminal de aviones.
¡Joey!—le dijo el otro.
¿Si?—preguntó algo sorprendido el rubio.
¡Yo… no dije eso!—contestó Nobushiro y Joseph se le quedó mirando sin entender mientras parpadeaba. Luego su cara pasó a una de “entendido” y luego… luego llegó el pánico. Si Wheeler hubiera sido un perro sus orejas se hubieran agachado y su cola metido entre las piernas pues supo en seguida que estaba en problemas. Volteó despacio para ver la cara del castaño que lo miraba con una mano en la cintura pero en una pose relajada mientras un ceño fruncido daba más la data de lo que estaba ocurriendo por su mente.
¡Jeje! Yo me refería a que somos buena pareja. ¡Como siempre me llamas perro!—dijo el rubio sonriendo y esperando así calmar al ojos azules.
¡Sé a lo que te referías!—contestó el otro de una manera nada alentadora—Lo que no sabía es que vendrías hoy aquí a recoger a “tu amigo”—añadió y entonces Nobu comprendió las ansias de sangre que sentía en el policía. ¡A Joey se le olvidó decirle! Pensó.
¡Eto… yo le dije a último momento que venía, tal vez por eso no pudo decirte!—dijo Tadasuki tratando de ayudar.
Joseph lo captó de inmediato y añadió—Es cierto. ¡Él me avisó hace unas horas y yo…--tampoco era que Joseph fuera tan lelo para no darse cuenta de que Seto no se tragaba la excusa. Kaiba miró directamente a los ojos de Tadasuki con cara de “TúNoTeMetasEnEsto” y el pelinegro desistió en intervenir. Las peleas de pareja eran algo engorroso. Después de año y medio de matrimonio y un bebé lo sabía bien. “El cielo lo ampare si Des lo agarrara ocultando algo”.
Sabes bien que tienes prohibido salir solo—dijo el castaño a su pareja.
¡Pero…!—se quejó Joey.
¿Acaso pasó algo malo?—se preocupó de pronto Nobushiro.
Te lo diré para que comprendas la situación—dijo el policía.
¡Seto! ¡No abrumes a Nobu! ¡El solo vino a trabajar!—se quejó Wheeler.
“Mirada asesina” posó sus ojos en su pareja, recordaba muy bien la “historieta” aquella de que “Nobu” era su “novio” y por más que quería no podía sacársela de la cabeza. Sabía que no era cierto pero cuando Joey llamaba “Nobu” al otro se le saltaban varias venas.
¡Claude fue visto entrando al país, así que le prohibí al idiota salir de casa!—le dijo a Tadasuki sin darle importancia a las quejas de su pareja.
Entiendo. Lamento ser el causante de esto—dijo el reportero.
¡No es tu culpa! ¡Es del idiota!—contestó el policía enfadado mientras su pareja empezaba a replicar sin causar su atención.