Ezarel estaba frente a la puerta de la cocina, se había asomado para mirar o traer algo... Ya lo había olvidado... Encontrándose con el espectáculo apasionado que daban Allen y Shinya junto a las hornallas, casi replegados sobre la mesada. Se llevo un impacto visual al verlos, estaba sorprendido y enojado a la vez... evaluó las posibilidades: entrar como nada e interrumpir; correr a delatarlos con Arjaim o quedarse observarlos, se inclino por esa ultima, era un conejito curioso... Como voyerista lo encendió la idea, así como la mas mínima chispa que hace explotar una habitación llena de monoxido de carbono.
Vio a Allen fijamente y se estremeció al recordar lo ardiente que podía llegar a ser, observó la escena de lis amantes furtivos con detalle adentrándose en los detalles, sintiendo los besos que Allen y Shinya se entregaban y la ardiente lujuria conque querían devorarse. Ezarel no pudo aguantarse y comenzó a explorar su propio cuerpo en busca de liberar la excitación que se había agolpado en su pelvis y le subía como un escalofrío por la cola, subiendo por la espalda y crispando los cabellos en su nuca, todos los pleitos de su piel translúcida y rozagante se le habían erizado, se toco la mejilla sintiéndose acalorado, acaricio su rostro y rozo con la yema de sus dedos sus labios jalandolos hacia abajo en el camino, mostrando sus dientes mordiendo con impotencia de no ser el quien fuera tocado, sintiendo como se le hacia agua la boca... Lamió sus calientes labios con su lengua empalándolos de saliva y frescura al sentirse caliente como un viajero en el desierto.
Mientras mas miraba sentía mas las alocadas ganas de vivirlo en carne propia... Levanto suavemente su camiseta sin dejar de acariciarse al pasar el estomago y las costillas, un escalofrío de nuevo lo sacudió llegando a su tetilla, estaba durita por el efecto frío jugueteó con ella aprisionándola entre sus dedos y dando leves tirones, recordaba los ansiosos labios de Allen sobre ellos y cuan valiente y húmedo se podía poner su pecho, un suspiro excitado se escapo de su boca que otra vez estaba llena de saliva, seria lo mejor aprovechar humedecer su mano para poder frotarse en el pecho ese exceso de lubricante natural y así sentir mejor sus propias y lascivas caricias. Al ver el show no podía evitar sentir la química entre el peligris y el megane que derrochaban sensualidad, incluso Shinya estaba calentando a ese conejito que al mismo tiempo que quería sentir las duras y bruscas manos de Allen destrozándolo... también fantaseaba con lamerle todo el cuerpo a aquel sensual muchacho que acababa de conocer. Pero es que parecía tan erótico, no estaba seguro de cual de los dos le gustaba más, lo que sabía era que necesitaba atención, sobre todo en su parte baja; Ezarel se mordisqueo la una del dedo índice y sintió que su pene latió salvaje mente cuando Allen se aparto para manosearse la abultada y sugerente erección que Shinya le había causado, así mismo Eza copio la actitud de Al tocándose por encima del pantalón, frotándose y apretando, comenzando a jadear y a sentir el pantalón cada vez mas ajustado, mas incómodo, doloroso... Que ganas de pajearse ahi mismo en ese momento.
- eres un chico travieso Ezarel - dijo una voz resonante pero susurrada en su oreja.
El pequeño giro el rostro sorprendido hacia el sonido de la voz encontrándose a centímetros de la cara del azabache, los afilados ojos negros de Arjaim que lo veían con una seriedad solemne hicieron que sus piernas temblaran sonrojándose violentamente. - Yo...! - Arjaim le cubría la boca con su dedo gordo y le sostenía la mejilla con el resto de la mano acallandolo.
- No hay nada que decir... Ya lo he visto todo, eres un conejito muy caliente, Ezarel, excitandote así por espiar a otros... Que tengo que hacer contigo? - Arja no tenia intención de ser oído y susurraba agachado cerca de la cara de Eza. El conejito estaba ardiendo aún, tímidamente abrió sus labios y lamió un poco el dedo de Arjaim que lo miro perplejo. Esa expresión le gustó bastante a Ezarel que ya estaba cansado de protestar por la supuesta seriedad y solemnidad que siempre mantenía en su cara el alto azabache, así que abandonando la timidez y pasando al descaro lamió con mas énfasis el dedo que se le posaba en los labios y lo babeaba. Arjaim lo observó con detenimiento de repente metió el dedo el la cavidad bucal de Ezarel para sintió con agrado como era chupado y lamido como si se tratara de un caramelo duro. Arjaim sonrió - te parece delicioso?
El pequeño dejo escapar un profundo suspiro al sentir que la otra mano del azabache le tocaba el paquete, con sus dos manos trato de cubrirse entre avergonzado y suplicante lo miro, mientras apretaba entre sus dientes el dedo a Arjaim quien lo retiro de su boca, mirándolo enojado esta vez.
- A... Arjaim yo- hum.. yo quiero... - entre jadeos logró decirle suplicante, esta vez halando de la muñeca al brazo del azabache para que no quitara la mano de su entrepierna.
- que conejito mas ardiente - susurró Arja acercándose a su cuello y besándoselo.
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