Allen despertó con desgano, no abría del todo los ojos pero la alarma del celular lo manipulaba para revolverse y deslizar la mano por debajo de la almohada, buscando, palpando en una búsqueda poro fructífera; aparentemente esta vez no lo había dejado ahí como acostumbraba. Se incorporo de golpe, quedándose sentado en la cama, echó un vistazo y como y había comprendido por el tacto de sus manos el lado de su cama estaba vacío…. No era algo nuevo, sin embargo, el peligris recordaba vagamente haber terminado trayendo a alguien a la casa. Esta situación raramente solía pasar ya que su espacio personal no era de publico acceso como se podía deliberadamente prever de un don juan como el, de hecho su espacio personal era muy suyo, un sitio al que penetraba muy poca gente así que aunque no le sorprendió encontrarse solo de repente le dio un poco de tristeza, ya que una persona que había logrado la hazaña de ganarse toda su confianza se había ido tan temprano en la mañana, sin despedirse… y la puta alarma no paraba de tocar!
-Ahora bien donde la deje el maldito móvil? – se preguntó mientras revolvía su plateado cabello, la luz del amanecer bañaba su blancuzca piel mientras él se movía con una sutil dislexia dado a que acababa de despertar, saco las piernas de la cama y apoyándose en el borde se puso de pie luego de tomar el impulso para asegurarse su paso aletargado lo hizo avanzar para de nuevo detenerse a observar los posibles lugares donde había podido dejar el aparato del infierno que no paraba de sonar, esperen… el ruido se detuvo unos momentos. Allen ladeo la cabeza mirando el reloj sobre la cómoda de su alcoba y cayó en la cuenta de que no era un horario habitual en el que ele se despertara un domingo.
- … estaba timbrando? – se preguntó y la desesperación le invadió. Era un poco lento la verdad pero confundir la alarma con el tono de la llamada? Quien podía ser? Se alarmo para apurarse a buscar el bendito celular, su instinto lo llevo a agacharse y mirar bajo la cama su espalda se arqueo dejando expuestos los huesos de su columna y su amplia espalda desnuda eran un poema donde el sol rebotaba alegremente jugando con las sutiles sombras que proyectaba la tonificada complexión de Allen. Levanto la cabeza alertado por el timbrar del móvil que volvía a sonar con ansia y apuro de que su dueño tome la llamada, el peligris se levantó lento tratando de afinar el oído y percibir de donde provenía el repiquetear de esa melodía enérgica, cuando tuvo una vaga idea salto sobre la cama y se deslizo arrastrando consigo las sabanas y dejando un tiradero cuando rebotó{o en el suelo y corrió hasta una silla de la esquina donde se alojaba descansando su sacón, con el cual había salido la noche anterior. Allie estaba guardado aun en su bolsillo derecho, casi sin mirar la pantalla más que para deslizar su dedo y coger la llamada antes de que otra vez se corte atendió.
- hola? – pregunto con una respiración algo agitada por la adrenalina de su pequeña carrera de matinal con obstáculos en la habitación – aquí Allen…
- ya te tardaste… - le decía una voz demandante al otro lado, se escuchaba algo bajita y decaída
- Ezarel? Ha yo creí que… dónde estás? – dijo atravesando la puerta de la recamara un poro desconcertado
- esto yo… yo es que… sinf – ese sonido nasal profundizó la duda de Allen al otro lado
- estas llorando Eza? Pero que te paso? – pregunto preocupado poniendo todos sus sentidos al pendiente de la voz del otro lado que incluso detuvo su caminar.
- es que yo… - el muchachito de inmensos ojos verdes con un nudo en la garganta dudo por un momento que estaba a punto de pedirle al peligris, no se sentía muy orgulloso de haberlo abandonado en la mañana para correr a casa de Arjaim a hacerle una escena de celos cuando el mismo había pasado la noche durmiendo con otro tipo, y ahora tras haber abusado de su hospitalidad y de sus protectores brazos cálidos para dormir abrigado esa noche fresca termino escapándose a hurtadillas silenciosamente antes de que los primeros rayos de luz siquiera despertaran.
- Ezarel! Dime que está ocurriendo por favor, estas en problemas? – la voz de Allen lo sacaba de sus pensamientos
- he bueno… esto – dijo aun contrariado dándole vueltas al asunto en su cabeza, estaba muy decidido cuando llamo una y otra vez, pero ahora no estaba tan seguro
- sabes que puedes decirme lo que sea, yo te protegeré! – dijo la firme voz de un protector Allen que sentía la angustia en la voz de su conocido y eso no hacía más que acongojarlo de igual manera en lo profundo de sus entrañas.
Por muy libertino que podía llegar a ser en sus días libres de “cacería” esa solo era una pequeña parte de lo que en verdad seria su personalidad y modo de ser; el joven de cabello gris y mirada invasiva era un hombre protector, dulce y dedicado con quienes apreciaba y estaban en su entorno cercano, tenía las ilusiones palpitantes de encontrar a su persona ideal y envejecer junto con el, no soportaba el sufrimiento ajeno y daría todo de sí para cambiar una lagrima por una sonrisa por eso al ver a quien fue su ex con una tristeza tan abrumadora a flor de piel lo había traído a la casa y se encargó de mimarlo y abrazarlo hasta que el conejito cayo dormido, ni siquiera le había pedido explicaciones ni detalles de lo que había acontecido, simplemente se limitó a dar su cariño gratuitamente, porque en realidad apreciaba a esa personita por los buenos momentos y porque Ezarel era una persona dulce que siempre sonreía, no se perdonó en aquel entonces no haber sido lo suficientemente cuidadoso para valorar su compañía y haberlo arruinado por un impulso de una noche, sin embargo, en este momento de consuelo se sintió satisfecho de que Eza volviera a sus brazos por la tranquilidad y la contención que Allen era capaz de proveer.
-estoy… en casa de mi novio pero, hemos discutido y… si no es mucha molestia para ti me vendrías a buscar? No me siento con fuerzas y solo quiero que pases por mí para sentirme acompañado – dijo con un deje de vergüenza por pedir semejante cosa a un ex
- entiendo, si de inmediato estoy ahí – Asintió Allen sin titubear que volvía a la habitación a buscar sus jeans y una camiseta para salir de inmediato – dame la dirección y no te muevas del lugar donde estas que salgo ahora mismo para allá – manipulo sus cajones con una sola mano y se vistió usando unos agraciados movimientos agiles donde ya no se veía su condición somnolienta, ahora se sentía vitalizado y fresco, aun así después de recibir la afirmación de Eza y colgar la llamada se metió al baño y se lavó con apuro la cara y enjuago su boca con ese líquido antibacterial bucal para no ser un marrano sin desperdiciar el tiempo un segundo más salió dela casa tomando las llaves.
Ezarel mientras tanto suspiro, aun afuera Arjaim se había sentado en la entrada y había oído lejanamente la conversación que Ezarel había mantenido al teléfono su cabeza estaba bastante ocupada pensando en todo lo sucedido pero todo lo que había dicho no parecía haber convencido al conejito de querer salir de su escondite, suspiro profundamente y lo volvió a intentar
-Ezarel… me escuchas? En verdad te quiero hablar… pero no puedo hacerlo con una puerta de por medio, podrías por favor salir? – dijo en tono de suplica
El de cabello oscuro se acerco a la puerta- pero tu no me quieres – le contestaba por fin con un tono triste y bajo.
-Como no te voy a querer? – dijo pegándose a la puerta – eres una persona amable y me encanta tu sonrisa, por supuesto que te quiero…
-Estas mintiéndome Arjaim, que haces con un chico tan lindo en tu cama?
El pelinegro miro hacia la entrada de la habitación donde vio unos apenados ojos azules que lo veían desconcertado - pero esto no tiene nada que ver con eso… no me hagas decir cosas que no quiero Ezarel – se volvió y golpeo suavemente su cabeza con la puerta del baño y repitió el golpecito – no estés molesto por esto, te lo puedo explicar… quiero que Shinya trabaje para mi, y por eso lo invite a unas copas pero… terminamos bebidos y… aunque suena mal y todo apunta a que los resultados son evidentes fue mi culpa… fue yo quien se aprovechó, pero me detuve! Por el amor de dios!! – se rasco la cabeza despeinando su cabello por la frustración – por que estoy siendo acusado y castigado?! Cuando claramente alguien debería darme una medalla por no haberme aprovechado de un muchacho hermoso vulnerable por el alcohol?! – dijo fastidiado, levantando la vista y viendo los ojos enojados de Shinya mi viéndolo acusadoramente. – Lo lamento! En verdad, por favor discúlpenme! – dijo poniéndose de pie enojado – es eso lo que quieren oírme decir? Pues ahí lo tienen! que más quieren de mí?
Shinya inflo las mejillas y echo a rodar los ojos después del pedido de disculpas que escucho resoplo, se mantenía en silencio porque tampoco quería alterar a Ezarel, pero ese Arjaim tan poco desvergonzado y tan diferente del maravilloso hombre que había visto la noche anterior le causaba indecisión. Que debía sentir? Estaba ofendido por esas marcas de besos, quiero decir, porque alguien había succionado tan fuerte… succionar? Eso lo llenaba de vergüenza imaginar y recrear la escena que pudo haber sucedido y no recordaba, solo de imaginárselo su cara se sentía caliente y la terrible sensación que cargaba desde un poco antes, cuando se topó con Allen y salió a relucir su lujuria contenida, se sentía un lascivo y lo acomplejaba imaginar que su honesto cuerpo había respondido a la estimulación de los labios y la lengua del hambriento hombre de ojos afilados y cabello azabache.
Después de un incómodo silencio el sonido de la llave del baño giro en un golpe seco y la puerta se abrió lentamente Ezarel se sorprendió al ver la espalda grande de Arjaim que volteo a verlo, el pequeño conejito se aferró a su cintura en un abrazo – Está bien… te creo, porque yo también… yo también me he portado mal y estuve con alguien anoche
La cara de Arjaim se transfiguro – que dices?!- dijo aun con el fulgor de su reciente exaltación, su parte venática se volvió a encender – con quién? – dijo sacudiéndose, se sentía como un perro con una pulga pegada a su espalda que no lo quería soltar
-Arjaim estas celoso? – pregunto casi eufórico el pelilila en su espalda
- celoso?! … no me cambies el tema – dijo llevando atrás las manos lo que solo le hacía cosquillas a Ezarel
Shinya miro la escena con desconcierto, el pelinegro enfurecido pedía explicaciones y el pequeño que por fin se había dignado a salir se encontraba alegre de haber causado una reacción egoísta en el más alto, el joven de anteojos y cabello azulado no pudo hacer más que preguntarse en que loco lugar se había metido, pero sonrió aliviado de que las cosas parecieron arreglarse.
-No lo mal interpretes Arja, yo estaba enfadado y me encontré con mi ex así que una cosa llevo a la otra pero no pasó nada, estaba demasiado enojado y después triste y después estaba mimoso porque tome, pero Allen es un caballero así que no me toco un pelo… porque le hubiera dado un gancho derecho en la boca, ese infiel lujurioso! – dijo frotando su cara en la espalda de Arjaim que dejo de retorcerse y se quedó pensativo
- dijiste Allen? – pregunto y miro al peliazul que también abría los ojos como platos
- ese Allen? – repregunto asombrado a la vez Shinya
Mientras el coche del peligris aparcaba frente al complejo de edificios en la zona lujosa de la ciudad
-Ezarel… pero con quien te has metido, en un lugar donde viven puros empresarios adinerados… - se froto la nuca y se sintió miserable al ver su coche estacionado desentonando en la orilla de la calle en la cual habían solo autos de alta gama, no como su modelo ya pasado de moda.
-Cómo? Ambos conocen a Allen?- pregunto sorprendido el más pequeño de los tres, dentro, en el departamento.
Arjaim recupero la compostura – que les parece si compartimos un desayuno mientras conversamos y terminamos de arreglar la situación?
-Si quiero leche! – dijo el de ojos verdes despegándose del mayor – yo quisiera un café – dijo acercándose.
El azabache camino a la cocina seguido de cerca por sus dos visitantes ya tranquilo y aliviado de que el ambiente se volviera agradable nuevamente.