Allen ya estaba un poco impaciente, había pasado un rato y el pelinegro no se había pronunciado otra vez, este tipo tan abierto como para acercarse a hablar a un desconocido y ofrecerle cosas tan poco convencionales y a la vez tan misterioso y planificador como para matar de intriga a un sujeto curioso como él.
- Cuanto más vamos a esperar? - rompió el silencio al borde de gruñir
Arjaim con el temple de un monje termino su trago y lo miro con algo de intriga - es que acaso tienes algo mejor que hacer pasada la media noche?
- no me estas contestando, no es que tenga algo, pero al menos iría a un club donde me sintiera mas motivado, mira esa chica, ni siquiera sabe como mover sus caderas apropiadamente me da todo el sueño!
- no creí que estuvieras prestando atención alguna - sonrió el azabache con un tono juguetón.
- estas metiéndote conmigo? - reprochó un poco sonrojado
- para nada, de hecho, es que la persona que quiero para nuestro bar está por aquí, estoy esperando a que su turno termine
- esta aquí? - repitió incrédulo - pero solo hay desnudistas mujeres en los shows, verdad?
- así es - sentenció Arjaim desconcertando al peligris
- Ahh! Voy a mear - sin mas se paro dejando descolocado al pelinegro que después río un poco
- creo que es muy honesto - murmuró dejando salir sus pensamientos en voz alta.
De pronto un muchacho de lentes y uniforme se acerco.
Le sentaba muy bien. Ese chaleco rojo de gamuza y la camisa blanca con delicado bordado de flores blancas también , cada detalle estaba pulido, llevaba unas mancuernillas en los ojales de las muñecas con piedras rojas como rubíes y un pantalón de vestir negro que entallaba generosamente sus piernas esculpidas. Solo su cabello era algo desordenado pero era parte de su encanto amigable.
- oh, es el señor Arjaim, espero que este pasando una buena noche hoy también, están atendiéndolo bien? - con una amable sonrisa esperaba expectante la respuesta de su receptor.
- Ahora viendote estoy mucho mejor, gracias - se fijaba en el muchachito.
Shinya era un chico alegre de un carisma increíble, es muy fácil notarlo, esta persona podía conquistar el mundo con una sonrisa y su gesto cordial, alguien bastante puro a primera vista, como había llegado a un ambiente tan poco amigable como el nocturno era un misterio. Él trabajaba en el club como el gerente encargado de los empleados, a la misma vez era el mozo estrella, se encargaba de ver que todos cumplieran su trabajo y que los clientes estuvieran satisfechos, aquellos clientes especiales, los asiduos a concurrir a ese bar eran atendidos con especial cuidado por esta encantadora persona y Arjaim le tenía puesto el ojo encima desde el primer momento
- que bueno escucharlo, esta cmodo en la barra o quisiera una mesa, he notado que esta vez tiene compañía - dijo mirando el vaso vacío que había dejado Allen
- si accedes a acompañarme con tu grata presencia entonces si, quisiera una mesa - se acerco a Shinya lo mas que pudo mostrándole un gesto casi suplicante, mirándolo desde su asiento.
El joven de ojos azules le sonrió tan bellamente que tomo desprevenido al azabache - está bien solo porque se trata del mejor cliente y esta vez trae a un conocido.
Arjaim se sintió satisfecho - esto hay que festejarlo, pediré una botella mas de wisky y elije por mi un rico licor dulce de tu recomendación, a mi amigo no le gusta mi bebida - se ponía de pie encarnándolo
- por supuesto señor Arjaim, puede ir a escojer una mesa en el vip mientras yo me ocupo de buscarle lo mejor
- esta bien, pero Allen... - dijo mirando sutilmente en dirección a donde el peligros había caminado
- me puedo ocupar de avisarle si quiere
- estupendo, no te tardes mucho - le dio una mirada seductora que Shinya correspondió sonriendo.
El azabache sonreía para si mismo pensando en que la suerte misma era quien le había sonreído encarnando en el dulce Shin.
Cuando Allen volvió se paro en seco mirando con inquietud alrededor al creerse abandonado, no estaba el vaso ni el pelinegro - se fue sin mi, ese ingrato!?
- señor Allen, mucho gusto - el chico de ojos azules encantadores se detuvo frente a un peligris alarmado al oír su nombre con tanta familiaridad mencionado
- perdón? - pregunto observándole el rostro
- mi nombre es Shinya, lamento no haberlo recibido un segundo antes, el señor Arjaim me dijo que lo guiara
- ya veo, asi que eres el conocido que esperábamos - se le acercó curioso observándolo bien - nada mal... Aunque creí que estábamos hablando de lo mejor... - murmuró un poco decepcionado
- Creo que esta confundiemdome con alguien mas yo sólo soy un humilde mesero - afirmo y esbozo una maravillosa sonrisa - déjeme saber si necesita algo por favor señor Allen, estoy a su disposición
Allen que no había apartado la vista sintió que el corazón le subía a la garganta - no puede ser, que es esto? - murmuro mientras sentía que inevitablemente sus mejillas se volvían de un color rosa pálido, como una flor de cerezo floreciendo desde su pecho.
Y es que una sonrisa tan sincera era capaz de conmover a cualquiera, mucho mas a ese sujeto que estaba casi cansado de recibir atención fingida solo para terminar enredado en una cama con alguien que ni conocía ni conocería.
- Eh? - Shinya ladeó la cabeza sin comprender, miro a Allen para constatar que estuviera bien pero de pronto no pudo evitar sonrojarse y reírse con gracia justa
Allen salio de sus nebulosos pensamientos de golpe - que?... - valla aun le latía el corazón con ese tipo de risa que sacaba Shinya.
Tan bien que estaba si tiendose hasta que el dedo del de ojos azules señalo su pantalon - tu cierre esta bajo
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