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Liebe und Instinkt por Lunatica

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Notas del capitulo: La lihoooooooo!!!! ya les traigo el segundo capi, jejeje, esta historia es de mis favoritas, bueno, la que más me gusto escribir, siento que tiene todo lo que siempre he deseado de una historia, romance, pelirrojos sexys y siendo esclavos sexuales, rubios engreidos y bien semescos (como me gustan) pelinegros medio cínicos y ciertas serpientitas tontamente enamoradas, jejeje, bueno, me despido antes de que les de flojera leer. ok, cyao. y ya saben, reviews, reviews, reviews!!!!! ^0^ (ahh...y antes de que se me olvide, los recuerdos o frases que Draco y Ron tuvieron en el pasado van en negrita y cursiva, jejeje, hora chi, a leer se ha dicho!!!!)

CAPÍTULO 2.-

-Ya lo encontré…-

Hermione acercó el libro hacia donde estaba el pelirrojo, leyendo con sus voraces y ávidos ojos el índice.

-Aquí está…espero que me salga bien…-

Ron tragó saliva, las palabras se veían sencillas de pronunciar, pero como le habían explicado los profesores, el latín era una lengua muy diferente y en ciertos rasgos complicada. Hermione movió la varita sin titubear justo encima de su cabeza y la sensación de que le estaban llenando el cráneo con agua helada le hizo temblar.

-¡Perfecto!-

Hermione sonrió, su primer hechizo sanador le había salido excelente, un líquido plateado brotaba de su varita y cerraba lentamente la piel del pelirrojo.

-Esto tardará un poco…- Hermione suspiró y se sentó a un lado de su amigo…- hm…-

Ron volteó a verla, las acciones de Hermione siempre tenían un segundo sentido (y no precisamente el morboso).

-No te esfuerces…realmente no me da curiosidad saber que tienes…Además no te lo diré…-

Hermione frunció el ceño enfadada, pero no pudo hacer nada más que mirar hacia otro lado.

-La verdad…solo estoy haciendo conjeturas, tal vez, en tu lugar, hubiera hecho lo mismo…- dijo la chica mostrando por una vez a los ojos azules frente a ella su parte sensible.

-Lo se.-

La puerta se abrió detrás de ellos y por el marco entró Harry, llevaba todas las hojas de sus libros mal acomodadas y se veía sofocado.

-Vine tan rápido como pude…pero las clases de Snape están cada vez más pesadas…- recuperó el aire mientras hablaba, dejó las cosas en su cama y se acercó a Ron, quien recibía los últimos toques para que su herida se cerrara.- ¿Qué sucedió?-

-Pues…estaba en la biblioteca y resbalé con una hoja…hmm…me pegué en la cabeza con una mesa…- dijo Ron sonriendo, intentando sonar casual y como si fuera una de sus multiples heridas causadas por jugar Quidditch.

-¿y por que encontraron a Madame Pince petrificada?-

Ron y Hermione se miraron turnadamente, sería arriesgado decirle a Harry que había sido Draco, comenzaría a cuestionar como es que Ron lo sabía.

-ESO…- carraspeó Hermione en un intento por más desesperado para que Harry ya no atosigara a Ron con su mirada verde.- sucedió después de que fui por Ron…-

-Y por…???-

-¡Harry! Por favor, deja de preguntar, si realmente quieres saber, no recuerdo mucho de lo que pasó, incluso olvidé todo lo que había estudiado…- gritó Ron temiendo decir algo que sonara sospechoso.

Harry ya no dijo nada, se acercó una silla y esperó a un lado de Ron a que Hermione terminara de curarlo.

-Ya terminé…ahora el único problema es que Ron reprobará el examen…-

-No…-

Harry y Hermione miraron a Ron con curiosidad, ¿Cómo era posible que alguien que decía casi asegurar que tenía amnesia estuviera tan seguro de pasar un examen de una de las materias más aburridas y difíciles?

-¿Cuál es tu plan?- preguntó Hermione finalmente.-

-Le diré que me haga el examen verbal…-

-¿Y si podrás con ese?-

-Si…-

“Tal vez Ron todavía no estaba en condiciones de bajar a desayunar” Se dijeron finalmente la castaña y el pelinegro.



☼☼☼☼☼☼☼☼☼☼☼☼☼☼☼☼☼


Draco Malfoy, el ser más representativo de la casa de Slytherin subió las escaleras desde las mazmorras hacia el Gran Comedor, donde los cientos de alumnos de la prestigiosa escuela de magia Hogwarts se reunían tranquilamente a disfrutar de sus alimentos, mismos que los prepararían para un pesado día de estudio.

Venía acompañado de su mejor “amigo” (realmente el no creía en la amistad) Blaize y de su supuesta novia Pansy Parkinson, que iba colgada de su brazo. Detrás iban Crabbe y Goyle, con su típico acento despistado y cuyo único motivo de vivir era lo que estaba encima de las cacerolas.

Se sentaron en sus lugares sin decir una palabra, así era siempre, una comida muy respetuosa y digna, demostrando lo superiores que eran en todos los sentidos.

-Alumnos…disculpen que interrumpa su desayuno…-

Los alumnos de las demás casas centraron su atención en el director, era raro que hiciera un anuncio tan temprano. Draco se levantó de su lugar, no estaba de humor para escuchar divagar a un viejo senil.

Salió a respirar aire puro cerca del gran lago, el calmar apenas despertaba, estirando sus tentáculos por encima de la superficie del agua. Se sentó sobre el pasto húmedo y miro hacia el horizonte, dejando que su mente fuera más haya del límite de las montañas alrededor del castillo.

¡Maldición!! Era demasiado fuerte para intentar ignorarlo, le dolía lo que Ron había dicho, y le estaba afectando más que cualquier palabra dolorosa que le hubieran exclamado en toda su vida. Si seguía ahí, tomando “aire fresco” lloraría inevitablemente. Intentó levantarse pero un manto de cabello rubio lacio lo detuvo.

-Hoolllla, Draky!!!-

-Hola Pansy.-

La rubia se puso seria, Draco le estaba hablando amablemente, incluso no ponía un acento desdeñoso o asesino.

-¿Te sucede algo?-

Malfoy volteó el rostro, contrario a lo que todos pensaban, Pansy no era estúpida, solo que tenía un acento de superioridad muy molesto, todo lo que decía tenía el mismo tono arrogante. No podía culpársele cuando toda su vida la habían enseñado a hablar así.

-No….¡Y deja de mirarme así!!!-

Pansy lo miraba seriamente, denotando tristeza en sus ojos. Odiaba que lo mirara así…la única persona a la que le había permitido el saber lo que sentía por Ron, la única que lo había visto débil ahora le mostraba compasión.

-Fue Ron, ¿Verdad?-

Draco siguió sin mirarla, pero algo le decía que la rubia estaba sonriendo con malicia. Escuchó como su capa raspaba el pasto y luego el ligero sonido que hizo su cuerpo al sentarse.

-A ver…cuéntame que gusanito del remordimiento es el que te está causando problemas…- dijo con acento burlesco.

-No seas tonta, Pansy…-

-¡Valla!!!- Parkinson se sorprendió en exceso, fingidamente, claro estaba.- Así que el leoncito ha mostrado sus garras…-

Draco comprendió todo al instante, Pansy intentaba fregarle la existencia hasta la muerte…o que el le contara lo que había sucedido en un arrebato de coraje. Suspiró derrotado, hiciera lo que hiciera o el camino que tomara, la rubia le ganaría.

En cuanto soltó la primera palabra ya no se pudo detener, le contó todo, desde que lo había encontrado fuera de las mazmorras.

-Snape me ayudó, le costó trabajo…pero consiguió dejarnos solos el tiempo suficiente para que se lo dijera…solo que llegó la “dientes largos” y no nos dejó solos hasta que se llevó a Ron…-

Llegó al punto donde no pudo detener su propio arranque de emociones, hablaba con furia, pero sus mejillas estaban rojas y sus ojos húmedos. Pansy lo escuchó atentamente, sin interrumpirlo ni cuestionarlo.

-y…y….- hablaba jadeante y en cierto momento le dolió la garganta…- eso es todo…-

Pansy no dijo nada, sacó su pañuelo verde plateado y lo extendió hacia Draco (“Así que por eso todos me dijeron que la clase de pociones era en el aula 14, ¡¡ESTUVE TODA LA HORA ESPERANDO!!). Cuando su amigo estuvo calmado, lo miró con expresión de enfado.

-Se nota que eres tarado…Mira que llamarte Slytherin y no saber desmarañar el juego más viejo…y peor todavía, que te esté ganando un Gryffindor…-

Draco no dijo nada, las palabras de Pansy lo confundieron todavía más. Intento obligarla a que se explicara pero la chica ya se había levantado.

-¡¡Hey,!! ¡¡Vuelve!!, ¡¡Explícate!!!-

-No tengo porque explicarle nada a un tonto niñato…- le dijo sin dignarse a verlo.





-Esto es genial!!!-

-Cálmate, Luna, no es tan genial…-

-Claro que si, nunca he podido ir a un baile…-

Hermione, Ron y Harry se miraron, Luna caminaba a su lado, comentando lo maravilloso que era un baile de San Valentin. Albus se los había dicho durante el desayuno, logrando un barullo casi interminable entre chicas y chicos.

-Ustedes lo dicen por que fueron al “baile de los tres campeones” la única de mi grado que pudo entrar fue Ginny.-

-No menciones ese baile…- le dijo Ron tocándose la cabeza.- me provoca migraña…fue desastroso-

-Claro que no, el baile fue excelente…- replicó Hermione con una sonrisa.-

-Lo dice la única que pudo ir con quien quería.- repuso Harry lacónicamente.-

Hermione se puso un poco chapeadita antes de escaparse diciendo algunas vagas palabras a la biblioteca.

-Oye, Harry que no tienes clase con Snape???-

El pelinegro miró su reloj y casi le da una taquicardia, era cierto, aún si se fuera corriendo llegaría tarde.

-¡Me tengo que ir!!!-

Sin decir “agua va” Harry Potter salió corriendo como un rayo entre los pasillos hasta llegar a la mazmorra.

Luna y Ron se quedaron solos, en un pasillo que sin explicación alguna parecía estar más frío.

-Bueno…pues tengo que ir en la caza de un chico, nos vemos luego, rojito…-

Casi como Harry Luna salió corriendo hacia los terrenos del castillo.

-Hmmm….-

Ron caminó sin prisa hacia la sala del profesor Binns, era momento de entrar a hacer el examen.




-¡¡Pansy, espera!!!- Draco la alcanzó como pudo.

La rubia ya estaba más que harta, el “casi con retrazo mental” Draco Malfoy la había estado correteando durante toda la tarde, era la primera vez que no quería que un chico estuviera tras de ella.

-Ya basta, Draco!!!! Te lo he dicho mil veces, no te voy a ayudar!!!!-

Draco la tomó del hombro y le dio vuelta, solo para encontrar la cara más sombría que había visto en años.

-Por favor…-

Aunque la forma de pedírselo sorprendió mucho a Pansy, la chica no cedió en su desición.

-Si no entiendes es porque tal vez no lo conoces tanto como crees…-

Se dio la vuelta y siguió su camino, dejando a Draco atrás y con un gran vacío en su estómago.

Había pasado una semana y ninguno de los dos se dignaba a dirigirse la palabra, aunque les dolía el alma tenerse tan cerca y no poder besarse.

Ron caminaba como un zombie, autoreclamándose, teniéndose lástima. Hermione lo veía consumirse y no estaba dispuesta a dejar que su amigo se sumiera en una depresión.

Si tan sólo Ron no entregara el corazón tan fácil…..

-Ron!!!-

Hermione lo tomó del brazo antes de que se escapara, hacía eso siempre que se quedaban solos, temiendo que le dijera algo sobre su deplorable estado.

-Tengo prisa, Hermione!-

-Tu no tienes prisa, y eso lo sabes tan bien como yo…¿Por qué no dejas de evadirme y te sientas a escucharme?? No te va a matar lo que te diga.-

Hermione lo tomó de la túnica y lo sentó por la fuerza, si Ron no estuviera alimentándose tan pobremente de seguro hubiera podido oponer resistencia. Le tomó el rostro y sintió que algo dentro de ella se comprimía al ver su mirada antes brillante ahora nublada, algo perdida, sin mayor anhelo que el de vivir un día más.

-Ahora me dirás, viéndome a la cara, que lo que hiciste fue lo mejor…¡Dilo!!!-

Ron intentó mirar hacia otro lado, pero el agarre firme de Hermione lo obligó a verla nuevamente.

-¡¡Dímelo!!-

Los ojos se Ron se llenaron de lágrimas amargas, y sus carnosos labios se movieron en un gesto demasiado triste. Tomó las manos de Hermione y las arrancó de su piel. Se escapó hacia los terrenos del lago. Donde tenía la esperanza de convencerse a si mismo.

Tuvo que hacerlo, era lo mejor para los dos. Siempre supo que ese día llegaría, Draco se iría al igual que el otoño y él solo podía decirle adiós con una sonrisa.

Pero si era lo mejor…si les daría la felicidad, si siempre supo que tendría que hacerlo, si sabía que Draco se alejaría…..entonces porque sentía que moría??.

Se dejó caer sobre el pasto húmedo del Gran Lago, con la noche bañando sus lágrimas punzantes. Su espalda se arqueó dolorosamente hasta que sus manos tomaron el pasto con fuerza y lo estrujaron.

-¡¡¡ERES UN IMBECIL….IMBECIL…IMBECIL…IDIOTA!!!-

Arrancó el pasto hasta que sus uñas estuvieron llenas de sangre y tierra y las hojas se hubieran adentrado en su carne.
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-Me enredé en tu corazón y ya no quiero salirme…-

-Eres muy cursi, Draco…-

-Pero así me amas…-

-Aprovechado…-_-U
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Cerró los ojos hasta que le dolió la cabeza, todos los sonidos le recordaban a Draco, las palabras hermosas que le susurraba al oído, su aliento cálido chocando con su mejilla.
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-Déjame ser el que te lleve al más hermosos Eden…-





El rubio se sentó frente a la ventana más alta de la torre suroeste, nadie se paraba en esa torre, logrando que fuera su lugar favorito. Tenía un te de canela, estaba amargo y el ambiente helaba….pero no sentía nada. Todos sus sentimientos no pasaban del dolor o la insatisfacción. Sin Ron a su lado el mundo le parecía un lugar sombrío, más que el que el señor oscuro se había ocupado en crear.

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-Mira, Draco, te traje esto!!!- el pelirrojo le extendió un llavero de peluche de león, el leoncito saludaba con gracia y su cuerpecito de algodón era decorado con un gorrito y bufanda verdes.-

-Para que me lo has dado…- preguntó Draco sin tener mucho toque.-

-No tengo que darte explicaciones para regalarte cosas…Pero…en realidad es para que recuerdes que siempre te voy a querer…no importa que suceda…- apretó el león contra su mano, era casi tan suave como la piel del pelirrojo.

-gracias…-

-Que way…te has puesto rojito!!!!!-
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Despertó de su ensoñación, sintiéndose aún más solo.

-¿Por qué??-

Lanzó el te lejos de su vista, escuchó la porcelana de la taza romperse contra la piedra caliza de la torre y el silencio inmediato que le acompañó. No era humano sentirse tan solo.

-¿Te han dicho lo patético que puedes llegar a verte?-

Pansy caminaba hacia el moviendo las caderas al compás del silencio. La rubia no escatimaba en esfuerzos al intentar hacerlo sentir como un gusano solitario.

-Pansy quiero estar solo, así que…-

-La noche está bonita…- interrumpió “dulcemente” la rubia.

Draco apretó la mandíbula con coraje, si tan solo Pansy no fuera Slytherin…ahora estaría petrificada y amordazada.

-Pansy, te dije que…-

-La noche es muy triste…- exclamó (ignorando a Draco) mientras se apoyaba en el marco de la ventana, mirando la luna y las estrellas, brillando de tal manera que iluminaban su rostro como un farol.

-Eres retrazada o que??? Te dije que…-

-Debe ser muy triste estar enamorado de alguien y nunca poder verlo…-

Draco dejo de hablar para sus adentros, Pansy podía estar todo lo loca y retrazada que las personas quisieran, pero cuando intentaba ayudar lo hacía, aunque de una manera que ni siquiera él podía llegar a entender.

-Pansy no se…-

-Ja!!!! Pobre Gryffindor…si conociera la verdad, de seguro se sentiría como un idiota…-

-¿De que hablas? De que Ron es…-

-Tanto sufrimiento para nada…pero bueno, si yo en verdad amara a alguien…hubiera hecho lo mismo.-

La Slytherin volteó a verlo, Draco estaba con la mirada perdida, se veía patético. Siempre había detestado ver a las personas en ese estado, como parásitos de la sociedad, poblando al mundo de gente que sobraba. Lo tomó del cuello de la camisa, no era lo suficientemente fuerte como para levantarlo completamente, pero por lo menos puso a Draco a su altura.

-Ya estoy cansada de verlos a los dos andar así…tu sabes que tienes que hacer Draco…y si no lo haces…-

Ya no supo que seguir, no era su trabajo el hacer ver a Draco la verdad. Estaba tan metido en su mundo de tristeza que no se ponía a pensar por un segundo.

Pansy se fue, tan cordialmente como había llegado, Draco la miró pasmado mientras caminaba hacia la salida, no había entendido nada. Ahora estaba seguro, Pansy no estaba retrazada, solo loca.

Apoyó su cabeza contra la pared.

-Ahora entiendo que todo fue mi culpa…-

Todo a su alrededor olía nauseabundo, a tristeza, a dolor, a sufrimiento. Nada podía compararse al olor con el que Ron decoraba el ambiente, tan suave y sutil como las hojas de otoño.

Si tan solo no hubiera dejado que el coraje se apoderara de él…pero es que no pudo detenerse, el sentir que Ron le rechazaba hizo que su instinto veela se pusiera agresivo.

Draco se apretó los ojos con las manos, intentando que su dolor no se reflejara en el ambiente.

-Si tan solo hubiera tenido tiempo de decirte que eres mi pareja…- le dijo a un Ron de sus pensamientos, que sonreía mientras paseaban en Hogsmeade.-

Y empezó a temblar, sintiéndose como un cachorro indefenso…




Hermione corrió hacia Ron, impidiendo que se siguiera lastimando a si mismo.

-Basta, Ron!!!! ¡Basta!!-

Hizo que el pelirrojo la volteara a ver, sus ojos azules llorosos y rojos, las manos empapadas de sangre y de tierra, sus cabellos revueltos…

Hermione sufría al verlo así, en tan deplorable estado…..Ron hacía tantos sacrificios por las personas que quería, entregaba su corazón demasiado fácil y eso al final sería su perdición.

-Ven, volvamos al castillo….curaremos tus heridas.-

Fue cuando Ron notó la sangre que ahora corría sin detenerse por su codo, manchándolo todo a su paso.

-Gracias Hermione.- dijo tristemente. Sin nada del Ron Weasley que era antes.-

Anduvieron en un silencio extremo durante todo el trayecto en el que dejaron gotas de sangre por su camino.

-Y Harry, Hermione?-

-Tuvo práctica de equipo para la clase de Snape…-

Ron asintió sin cuestionar nada más.

Llegaron a la enfermería en un ambiente que ni siquiera ellos pudieron explicar. Era tan palpable el estado de ánimo de Ron que Madame Pomprey no cuestionó nada mientras curaba sus heridas. Cicatrizó las heridas de la manera muggle, ya no había pomada y era muy noche como para molestar al profesor Snape con los ingredientes.

Las sillas ya estaban guardadas así que sentó a Ron en una de las camillas, Hermione se colocó a su lado y empezó a acariciarle la espalda con ternura. Eran casi hermanos.

-Tendré que ir a la bodega por más vendajes, tardaré, así que quédense aquí...y no toquen nada…-

Les advirtió antes de hacer camino hacia la salida.

Hermione la miró irse, estaba volteando cuando sintió el peso de la cabeza de Ron apoyada en su hombro. El pelirrojo se había quedado dormido. Entrelazó los dedos entre su cabello zanahoria, tranquilizando a Ron de su inquieto sueño.

Lo más normal sería que estuviera enojada con Draco, pero todo por lo que Ron estaba pasando el mismo se lo había buscado.
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-Ron, que sucede???-

El pelirrojo estaba a un lado de ella, con la mirada perdida en el fuego de la chimenea, el aura a su alrededor era desolada, tan triste. Despertó un momento de su estado letárgico gracias a las palabras de Hermione. Le miraba preocupada.

-Nada, no pasa nada…-

-No habrá sido Malfoy verdad???- preguntó Hermione mordazmente mientras cerraba el libro que había estado leyendo antes de la llegada de Ron. No fue fácil para ella digerir el que Ron anduviera con un Slytherin y mucho menos el enterarse que ese Slytherin era Draco Malfoy. Desde que estaban juntos vio a Ron más feliz de lo que nunca había estado y, lamentablemente, tmb lo vio deprimirse por él.- Estoy cansada de que siempre te cause problemas…-

-No digas eso, Hermione…- Ron sonrió un poco, no le gustaba escuchar que su amiga hablara mal de su pareja.- además…dentro de poco no causará más problemas, ni uno solo…- se levantó y caminó hacia su habitación sin decir nada más.
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-Ron, tu sabes que siempre te he apoyado….pero por esta vez…no se si hiciste lo correcto…- habló muy bajito y suave Hermione aprovechando que el pelirrojo estaba dormido.





-¡Vamos, Potter!!! No me dirás que eso es todo lo que resistes!!!-

Harry se levantó del suelo, empapado en sudor, no podía ver bien ya que la sangre de su ceja le llegaba al ojo. Estaba adolorido y le dolía el respirar.

Aquello era una masacre de hechizos, Snape caminaba entre ellos, analizando que tan bien se desempeñaban en el campo de batalla. Había algunos patéticos, como Colin Crevey, que solo se había enlistado para estar al lado de su ídolo Potter. Y otros que daban todo, luchando a la par con el lema “matar o morir”, como Potter y Zabini.

Harry había caído esquivando a duras penas un petrificus de Blaise. El Slytherin tenía varios cortes en la cara y su hombro se había zafado, cada vez que levantaba la varita le acompañaba un gran dolor que le hacía apretar los dientes.

-¡¡¡VAMOS!!!!! ¡¡¡¡¿¿¿¿QUERÍAN SER AURORES?????!!!!!! ¡¡PUES PELEEN COMO AURORES!!!- gritó Snape elevando la temperatura del cuarto en donde sus alumnos practicaban.

No aceptó calificaciones aceptables, solo “supera las expectativas” y pese a que le costó reconocerlo, Harry Potter estaba calificado para entrar a la carrera de Auror. Los ejercicios eran duros y cada clase había por lo menos cinco bajas. No se le encogía el corazón al bajar a tantos alumnos de su nube, la vida era cruel, despiadada, el ser auror era un trabajo sanguinario, no podían permitirse el sentir debilidad ante la sangre o ante los gritos.

El mortífago no dudaría en matarlo y ellos no debían dudar en hacer lo mismo si era necesario.

Harry cayó toscamente sobre la pared, su espalda se retrajo por el golpe y su cabeza se estrelló inmediatamente. Ya no tenía fuerzas para seguir peleando, menos ahora que la cicatriz le dolía todos los días, amenazando en partir su cabeza por la mitad.

Blaize se acercaba a él, apuntándolo con la varita, su mirada era asesina, penetrante, no se veían las emociones, era todo un Slytherin.

-Así que aquí termina, Potter…-

Harry sonrió, mientras se apretaba el costado, algunas costillas se habían encajado en sus pulmones por el impacto. En realidad el dolor no le importaba, se reía de si mismo, todos decían que Harry Potter era el salvador del mundo mágico, pero Harry Potter no podía vencer a un simple alumno de su mismo grado. Que irónico se oía eso…

Blaise levantó la varita y descargó todas las reservas de magia que le quedaban en pronunciar el hechizo final. Sonrió mientras veía, en cámara lenta, como el color de su magia se impactaba sobre Potter…

-Pero que…-

Snape, que pasaba por ahí, se quedó sin palabras al ver lo que sucedía en el equipo de Zabini, los demás estudiantes dejaron de atacarse para ver de donde provenían las luces.

Harry estaba como en una especie de trance, mientras una barrera de magia verde se arremolinaba a su alrededor, la magia de Blaize no pudo atravesar el campo de energía y el hechizo se regresó contra su cuerpo, dejándolo inconciente al impactarse contra la pared contraria. Luego de unos segundos la barrera de Harry se colapso y regresó a su cuerpo como absorbida, el pelinegro cayó inconciente y agotado.

Snape no salía de su estupefacción, no había archivo (desde hace más de doscientos años) en el que se plasmara la última vez que un mago logró darle forma material a su magia y ahora Potter les daba una muestra gratuita que tal vez ninguno de los que estaban en esa sala volverían a ver en su vida.

-¡¡Bien, alumnos, fuera!!! ¡¡Se acabó la clase!!!-

Los adolescentes tardaron un poco en hacer caso de las instrucciones de Snape, sentían, como en una clase de presentimiento, que eso que acababan de ver debía de ser algo asombroso.

Blaise despertó segundos después, sentía que la cabeza le daba vueltas y un ligero hoyo en su estómago le avisaba que debía de estar enojado. Tardó en enfocar la imagen del cara rajada en frente de él…

-¿profesor Snape??-.

El aludido se dio la vuelta, estaba apuntando a Potter con su varita, en una especie de revisión médica.

-Qué le hace a Potter?-

Preguntó Zabini tocándose la cabeza y viendo doble.

-Eso no es de su incumbencia joven Blaize, mejor lleve a su compañero de equipo a la enfermería…-

El moreno intentó protestar pero sabía que de nada serviría, a Severus Snape nadie le revocaba una orden directa. Así que con fuertes dolores por todo el cuerpo cargó a Harry Potter sobre su hombro.

“Que liviano es”

Se dijo mientras caminaba sin mucha resistencia hacia la salida…bueno, de seguro el también estaría así de delgado si tuviera que preocuparse todos los días de su vida en que “ese” día no fuera el último. La cabeza de Harry se movía al ritmo de sus pisadas, mostrándolo como un muñeco de trapo.

Tomó sus gafas y las metió dentro de sus pantalones, si se caían y rompían, Harry Potter le echaría la culpa y eso significaba ser acosado por toda la bola de “gatitos”. Malditos Gryffindors, siempre pavoneandose de su supuesta valentía y coraje.





Madame Pomprey llegó minutos después con las vendas, tuvo que soplarles el polvo de encima ya que eran raros los casos en los que se tuviera que vendar. Esos pedazos de tela hacían sentir, en cierto sentido, a Popy inútil como enfermera. Las colocó con cuidado en la mano blanca y pecosa, varonil y suave de Ron Weasley, bajo la mirada inquisidora de Hermione.

-Bien, ya está, pueden irse, pero no quiero volver a verlos aquí en lo que resta de la noche…¿Entendieron Gryffindors?-

Ron y Hermione asintieron, el pecoso un poco adormilado, pero captó vagamente el sentido de las palabras. Salieron de la enfermería poco a poco, durante el transcurso Ron fue despertando, no quería parecer un estorbo grandote en el hombro de Hermione.

-Harry??-

Ron volteó a la par de su compañera, era Blaise Zabini, que caminaba con Harry en su hombro, se veía muy mal, la sangre corría de sus brazos y la cara estaba llena de heridas. Los Gryffindors corrieron detrás del Slytherin que cargaba a su amigo, dispuestos a encontrar algunas respuestas.

-¡¡Blaise!!!.-

Ron le dio la vuelta bruscamente al moreno, casi provocando que tirara a Harry.

-Que???!!!- preguntó ya más que harto Zabini.- ¿Me vas a golpear por llevar a tu amiguito a la enfermería??- dijo al ver el puño de Ron ya muy arriba y apuntando directamente a su cara.-

Hermione puso la mano encima del puño de Ron, haciendo que el pecoso recapacitara. Luego miró al Slytherin y a Harry, que de cerca lucía mucho más demacrado.

-Que sucedió, Zabini??-

-Jum…- Blaise movió su cara de manera petulante, luego miró a Hermione con el mismo gesto, la Gryffindor era insolente, muy insolente.- Se nota que alguien ya NO recuerda las clases de Snape…-

Hermione se quedó de piedra durante unos instantes, sintiendo como su corazón latía fuertemente por la vergüenza. Dejó de mirarlo fijamente a la cara y quitó la mano del puño de Ron.

-Déjalo…- le dijo a Ron bajito, pero claro.-

-Qué sucede, Hermione??- preguntó el pecoso notando cierta complicidad entre el moreno y su amiga…-

-¿por que no le dices, Granger??- exclamó Blaise, antes de darse la vuelta para comenzar su recorrido-

-¡¡Cállate!!- amenazó Ron, apuntándolo con un dedo que temblaba del coraje.- ¿Qué sucede, Hermione?

La castaña lo miró con una sonrisa tranquila.

-No sucede nada, ya sabes como son los Slytherins, siempre intentando atacarnos.- gritó Hermione mirando a Zabini con enojo.-

Por suerte, Ron creyó su estúpida onomatopeya.

-Entonces…creo que iré con el para ver como se encuentra….- se dio la vuelta y corrió detrás de Blaise.-

Hermione se quedó sola en medio del pasillo que daba hacia su casa, sintiendo el frió del ambiente de repente. En realidad lo que había pasado no sería la gran cosa para Ron, pero si para ella. Le dolía en el orgullo, saberse la mejor de todos en todo, y al final, en una clase que pudo más que ella, ser la primera en salirse por su cuenta…ya no podía ver a la cara a sus excompañeros de clase, siempre notando sus burlas, la humillación que internamente deberían de estarle causando. Ella se juró ser auror y pasara lo que pasara, sería auror…



Ron miró con apremio cada una de las curaciones que Madame Pomprey le daba a su mejor amigo. Casi invadiendo el espacio personal de la pobre enfermera.

-Si mal no recuerdo, Sr. Weasley, le dije que no lo quería volver a ver en mi enfermería….-

-Pues véndese los ojos…- le dijo Weasley irrespetuosamente. Incluso Blaise, algo escondido rió por lo bajo.-

Ron se tapó la boca inmediatamente, era un imbécil boca suelta, de seguro ahora le meterían un reporte o le bajarían puntos.

-Ja…un gatito respondón…- exclamó Blaise desde la oscuridad de una silla un tanto apartada.- eso no se ve todos los días…-

 

 

Cyao

Atte: Lunática


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