-Jamás te mordería Gumball, pero eres muy dulce y me dan ganas de probarte.- dijo mientras se separa y camina a la cocina riendo levemente por el gran sonroje que se le nota a Gumball.
-¿Serás así todo el tiempo? Eso es muy incomodo y más si contamos el hecho de que estamos perdidos en un lugar que no sabemos si es Aaa, deja de tomártelo todo como si fuera un juego y tómalo más en serio.- dijo inflando los cachetes y sonrojándose.
-Cuando dejes de tomártelo tan en serio yo dejare de bromear, y ya vamos a la cocina pues tu me ayudaras a preparar la cena.- entran a la cocina.
Marshall prepara la cena en pocos minutos y mira a gumball quién se aburria de no hacer nada. -¿Que se supone que debo hacer yo? Tu lo has hecho todo.
-Debes poner la mesa y darme de comer pues tengo mucha hambre y a la vez pereza.
Vio como Marshall sonreía con la mirada baja y se sonrojo al pensar que este se alegraría al ser alimentado por el.- Ok, te daré de comer, pero al volver no debemos contarle a nadie eso de que te alimente.
-Como digas gumbii.- dijo con voz melosa lo cual provoco sonroje en Gumball quien empezó a alimentarle. Después de que ambos habían cenado se dirigieron a sus respectivas habitaciones.
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Gumball sintió una mano pasar por su abdomen y otra rosarle las caderas y empezó a gemir suavemente y abrió los ojos para después ver a Marshall quien le empezaba a besar y este sonrojado corresponde, Marshall empezó a acariciar el abdomen del rosado y a besarle el cuello mientras el rosado gemía con más fuerza, Gumball rodeo el cuello de Marshall y continuaba gimiendo al sentir las manos del azabache que se entraban en sus shorts rosas y acariciaban su miembro, esto hizo que el rosado gimiera fuerte y se estremeciera diciendo el nombre del azabache y después sentía como alguien le tocaba el rostro y decía Gumball, Gumball....
FIN DE SUEÑO
Al abrir los ojos vio los ojos del azabache que le miraba sonrojado con los ojos muy abiertos como si hubiese visto a Gumball en algo muy vergonzoso, bajo su mirada hasta su pantalón y vio que tenía una erección y se sonrojo mucho al ver eso y rápidamente se tapo con las sabanas, Marshall le quito las sabanas del rostro y le sonrió mientras se acercaba al oído del rosado.
-Descuida eso le puede suceder a cualquiera, después de todo has de haber soñado con tu amada Fionna, eso es normal para tu edad Gumball.- sintió como los brazos del rosado lo rodean y le abraza dejando salir lagrimas sin decir ni una palabra.-no llores, todo está bien, mañana iremos a conocer el lugar y a buscar una salida, se que tu podrás encontrar una brecha o algo para que volvamos a casa Gumball.- abraza al rosado con mucho cariño y este dejaba de llorar y solo se sintió un último sollozó.
-Gracias Marshall, eres muy bueno y espero poderte ayudar a encontrar una salida, pero tengo miedo de no ser útil y que nos quedemos atrapados aquí sin poder volver a Aaa para mantener el orden en el Dulce Reino... me da miedo lo que podría estar allá fuera esperando para atacarnos quien sabe si esto solo fue una trampa para matarme y tomar el control de mi reino.-sollozando entre los brazos del azabache.
-Descuida se que lo harás y no temas, si deseas puedo dormir aquí para que te sientas más seguro, no sería ningún problema para mí, me gusta cuidarte y espero no te moleste el que quiera estar contigo.- sonríe y ve a los ojos del rosado quien se limito a asentir, se separa y se recuesta al lado del rosado quien se acerca más al cuerpo de Marshall y unos minutos después ambos quedaron completamente dormidos...
Al día siguiente Gumball despertó y frotándose los ojos ve hacia donde esta Marshall y se sonroja al verlo dormido con la camiseta algo levantada mostrando su abdomen plano y tonificado, el rosado sentía unas ganas enormes de empezar a tocar a su amigo pero al ver hacia la ventana y ver el sol empieza a mover a Marshall para despertarle.-Marshall ya es de día debemos ir a buscar la salida de este lugar, mientras más tempranos busquemos mejor así no duraremos tanto tiempo aquí. Marshall despierta.- El azabache abrió los ojos y miro a Gumball.
-Un poquito más Gumball por favor dejarme unos minutos más.- decía medio despierto hasta que sintió las manos de Gumball que le halaban el cabello suavemente y haciéndole despertar por completo. -no me hagas eso Gumball, me toma mucho tiempo el peinar mi cabello y tu no me ayudaras a cuidar de él.
-No seas tan gruñón y ya despierta, debes tomar una ducha que ya debemos empezar a inspeccionar el lugar, yo preparare el desayuno para que no seas el único que cocine aquí.- ve al azabache que pone una cara de molesto pero a la vez se sonroja por el empeño que tiene el rosado en ser útil y en ayudarle. Camino a la ducha y después de unos 20min. Salió con una toalla enrollada en la cintura, camino a la cocina y miro a Gumball.
-¿Qué estas preparando Gumball? Huele rico, espero y sepa así.- ríe un poco mirando la cara de enojo que pone Gumball.
-Son unos huevos salteados con vegetales y trocitos de pollo, pero por burlarte solo te daré un trozo de pan.- mira a Marshall y se sonroja al escuchar lo que este dice.
-Si no me das de esos huevos te violare y beberé tu dulce sangre.-miro el sonroje de Gumball y ríe levente.-Tal parece no te molesta la idea, pues no refunfuñaste ni nada de esas cosas, solo te sonrojaste y dicen que el sonroje es una buena señal cuando se le dices algo intimo a alguien pues significa que le gusto lo que escucho...
-No me gusto escuchar eso venir de ti... pues tú tienes a tu novia y solo somos amigos, no es que si no tuvieses novia y no fuésemos amigos me gustaría escuchar eso... tnmt ya...ya me hiciste confundir con tanta babosada, deja de confundirme.-rueda los ojos sonrojándose aun más mientras que Marshall se le acercaba por detrás y le susurra al oído.
-Te confundes porque quieres pues solo digo cosas ciertas y ya te he dicho que yo y Marceline no somos novios pues ella ama a Finn y yo a... bueno lo que importa es que ese noviazgo fue arreglado por mi madre y el padre de Marceline...- lentamente se separaba de Gumball quien parecía tomate de lo rojo que se puso al sentir a Marshall en su espalda tan cerca como lo estuvo en ese momento.