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CUANDO EL TIEMPO QUEMA por Sangre Samurai

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Notas del capitulo:

Finalmente, el tiempo parece quemarse para Loki… un juicio, el pago de un crímen y las vidas de sus propios hijos escapándose como arena entre sus manos…

Les dejo también un fanart que hice del momento en que Loki despierta a Thor para avisar la llegada de su bebé:

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Con sus enormes y avispados ojos igual al acero templado, brillantes como la hoja de la hermosa daga daga de uru que llevaba siempre consigo, curiosos como las ardillas en el bosque, Donnar se subió a la cama y descubrió el abdomen grávido de su padre... primero lo miró largamente, después arrugó la naricilla cuando descubrió un ligero movimiento ondulante y retrocedió un poco. Loki rió suavemente y extendió su mano hasta su primogénito para darle confianza y animarlo a acercarse nuevamente.

-¿Por qué saltó? ¿Tiene algo malo? ¿Se encuentra en peligro?

-No, mi corazón... Él se encuentra perfectamente bien, gracias a los cuidados de los sanadores. Me parece que tu hermano se alegra de verte, y lo manifiesta con entusiasmo, míralo moverse, ven… no tengas temor, solo coloca tu mano sobre él y siéntelo...

Con nerviosismo al principio, el hijo de Loki colocó su mano sobre la tersa piel del pelinegro. Tan solo el contacto provocó que el bebé que gestaba diera pataditas enérgicas, que le hicieron sentir cosquillas y una emoción que era muy parecida a la felicidad. Donnar comenzó a sonreír con timidez… tan hermosa y luminosamente que el corazón de su amoroso padre se llenó de ternura.

Luego comenzó a reír a carcajadas, con esa risa cristalina y contagiosa, limpia, de los niños... y hablaba a su pequeño hermano aún no nacido, llamándole por el nombre que le había elegido.

-Te quiero mucho, pequeño hermano…- murmuró, acercando sus labios al abdomen para dar un beso suave- Pasé tres noches sin dormir pensando y me gustaría mucho que te llamaras Thorleif... porque eres igual a las primeras hojas que brotan de una semilla, eres el primer hijo de Thor, que es un orgulloso guerrero y estará también muy orgulloso de ti...

-Donnar, cariño... - dijo Loki, inquietándose.

-Papá Loki ¿Crees tú que podamos usar el nombre que he elegido?. Sé que este bebé será varón y quiero que se llame Thorlief.

-Pero has dicho algo más...

-Que mi padre Thor estará muy orgulloso de él... ¿Me permitirán entonces elegir ese nombre? ¿Por favor?

Loki ya no insistió, quizá por convencimiento o por conveniencia, pero prefirió dejar que el niño le mintiese y no repitiera lo que susurró al bebé. Luego de eso, Donnar siguió acariciando el vientre del ojiverde, absolutamente divertido porque en cada contacto, Thorlief demostraba su agrado pateando con fuerza.

Sus hijos estaban creando un vínculo aún antes de nacer y eso le complacía enormemente.

-Donnar te amo- dijo de pronto, dejando salir un poco sus emociones- Nunca olvides todo lo que significas para mí. Y por favor, nunca dudes del enorme amor de Thor, que se considera tu padre.

-Te prometo ser valiente. Y dile a Padre Thor que para mí... él y tú son mis únicos padres...

Se dieron un abrazo… el último en mucho tiempo, ya que aún antes del juicio en el que Loki fue acusado de asesinar al hijo de Helblindi, los sabios dictaron la sentencia en la que se reconocía la paternidad de Balder sobre Donnar, y por consiguiente, tal y como dictaban las leyes y las costumbres, el niño estaba obligado a vivir en la casa de su padre.

Loki y Balder no mantenían ya relación sentimental alguna y el guerrero manifestó que su hogar no estaba en Valhalla. Su hogar, dijo, era el antiguo caserón de su abuela Bestla y ahí se mudaría a vivir con su hijo, así pues, el altivo asgardiano se aseguraba que ni Loki no viera a su amado niño, dejando de convivir bajo el mismo techo.

Donnar aceptó la imposición de irse a vivir con Balder sin una sola lágrima o reacción de negativa. El hijo del pasado, el hijo despreciado y ahora requerido por su padre biológico, se mostraba fuerte y frío... Loki estaba orgulloso, su corazón estaba siendo cruelmente destrozado, pero su retoño se comportaba con una seguridad y majestuosidad muy ajena a sus pocos años

-Confía en tu Padre Thor, cariño mío... él sabrá recuperarte para que regreses a nuestro lado...

Donnar se abrazó a Loki, besó su frente y después se despidió de su pequeño hermano. Salió sin dudar y sin volver el rostro, acompañado de la nana Engla. Loki lo miró alejarse, alzando también su rostro con altivez y acomodando sus ropajes para cubrir lo mejor que pudo su gravidez.

Era ahora el momento de acudir ante sus jueces...

-¿Estás bien, querido?- preguntó con dulce voz la Dama Frigga, todavía con un nudo en la garganta por la despedida entre padre e hijo.

-Estoy bien, madre... si el hijo de mi alma ha sido capaz de tomar su destino con entereza y valor, yo no puedo quedarme atrás... estoy listo para acudir y escuchar mi sentencia.

-Pero hijo mío, si existe una buena razón para que lo hicieras ¿Por qué callas? ¿Por qué no te has defendido en esta difícil situación?

-Dime una cosa, ¡Oh, la más dulce y amorosa de las madres! Señora mía... ¿Tú me has amado verdaderamente a pesar de no ser tu sangre?

-Loki, sabes de sobra que te amo igual que amo al hijo de mi vientre...

-Y si hubieses sabido, antes de que yo naciera… que yo estaba destinado a ser como soy… mentiroso, ladino… que iba a traer tantos problemas entre los hijos de Odín, que iba a poner a Asgard al borde la guerra en más de una ocasión por mi herencia Jötunn… ¿Me hubieses ahogado antes de lanzar mi primer llanto?

-¡Por supuesto que no!

-Si alguien hubiese asesinado a ese Loki aún inocente, pero destinado a ser el monstruo que ahora es… como un acto de justicia ¿Lo perdonarías?

-Loki...

-Yo no lo perdonaría. Entiendo el dolor de Helblindi, el odio de Býleistr… ¿No lo entiendes tú, madre mía?

Caminaron rumbo al gran salón del trono… Odín Padre de Todo, Laufey, Rey de Jötunheim, sus hijos Býleistr y Helblindi, y tres de los eminentes sabios de los mundos estaban presentes…

-Solo dime una cosa... ¿Por qué Thor no está a tu lado? ¿Qué puede atraer más su atención que cuidarte y defenderte?

Loki se acercó hasta su madre adoptiva, la miró con ternura, con esa mirada que solo ella había sabido ganarse, con la plena confianza y amor de un hijo del corazón, aunque no lo fuera del vientre...

-Mi esposo y dueño, mi amado Thor... se encuentra donde debe, no te preocupes por él.

***

Loki tomó su lugar de frente a sus acusadores, y a un lado de sus jueces. De manera que todos tenían una visión completa del gran salón, que ese día se constituía en salón de juicio. El procedimiento era más bien simple... todos conocían la naturaleza de la grave acusación, así que escucharían lo que cada uno pedía o consideraba justo que sucediese a Loki. Al final, los sabios dictarían su sentencia.

-Pedimos al Príncipe Býleistr Laufeyson que hable.

-Loki Laufeyson sin duda, lanzó sobre mí un hechizo de seducción… De otra forma no entiendo como pudelamento haber puesto mi interés en él alguna vez, debí matarlo cuando pude y mi desliz, le ha costado la vida a un inocente… -dijo Býleistr, arrastrando sus palabras con rencor, mirando fijamente al pelinegro y apretando las manos contra su asiento- Me enamoró, me hizo perder la cabeza y se aprovechó de ello para complacer oscuros intereses y asesinar a mi hijo... ¿Qué es justo si nada me devolverá a mi descendencia? Yo, que aprecio con la vida los hijos que he logrado engendrar… y uno me fue cruelmente arrebatado… ¡La muerte es poco! ¡Es piadoso! Pero eso merece… vida por vida… pido la ejecución para el asesino de mi hijo.

El eco de su voz ronca desapareció poco a poco. Todos guardaron la compostura, nadie, ni Loki, ni Odín, ninguno de los presentes externó su pensamiento… era todo muy solemne, y tenso… solo al final se podría saber que era lo que el destino deparaba al pobre de Loki.

-Pedimos ahora al Príncipe Helblindi Laufeyson que hable.

-Es muy complicado hablar- dijo el Jötunn- Tengo deseos de verte muerto, Loki... tengo ganas de ahogarte con mis propias manos porque me mentiste, me dijiste que debías elegir, que salvar a uno causaría la muerte del otro… te rogué, te imploré que salvaras a mi hijo… y dijiste que él no tenía salvación y por eso le dejaste morir… no era verdad... Pudiste salvarlo y no lo hiciste, seguiste tus propósitos personales y no te importó matar a mi niño… Pero también has salvado a Lander, le has brindado una nueva vida… y yo juré pagarte, costara lo que costara… Loki, también yo te otorgo vida por vida… No puedo perdonarte, pero no solicito tu muerte. Solo te ruego que jamás ¡Jamás! Nuestros caminos se crucen, por el resto de la eternidad...

Loki sostuvo la mirada de Býleistr con altivez, pero la de Helblindi fue más complicada de lo que pensó... Tenía en el corazón el dolor de la separación de su primogénito, y por un instante se reconoció en el dolor de su hermano... sin embargo, tampoco de él aspiraba a encontrar empatía o comprensión, como tan claramente lo había expresado, así que desvió sus magníficos ojos de esmeralda a un lado, para evitar llorar. “¡Perdóname!” pensó, sin decir una sola palabra.

-Solicitamos a Su Majestad Laufey Ymirson, que mencione su postura hacia el acusado.

Terminadas las acusaciones, era preciso escuchar a ambos monarcas… ellos podrían estar de acuerdo o no con lo expresado por los padres del niño asesinado. Laufey fue requerido primero y se dispuso a hablar.

-Mi hijo Loki- dijo Laufey, a media voz, pero con claridad y firmeza- Se encuentra en este tiempo, gestando una criatura que por doble herencia lleva sangre real... no puedo pensar en otra cosa que no sea proteger a esa criatura que por ventura será el pilar y la fuerza de mi mundo, de Jötunheim... Ha cometido errores atroces, pero no más de los que ha cometido Býleistr, violando a sus hermanos, asesinando a sus rivales o martirizando por diversión a los campesinos… no menos que Helblindi, que ha mentido y engañado a su consorte como...- y soltó una risita velada- Loki ha engañado a sus amantes... Yo le otorgo, con el poder de mi Majestad… una moción de indulto.

Býleistr se puso de pié, acusando a su padre a gritos.

-¡Traidor! ¡te atreves a defenderlo!

-Silencio- exclamó el moderador de los sabios, lanzando un haz de magia que arrebató momentáneamente la voz al terrible Gigante de hielo, forzándolo a controlar su enfado- No es tiempo de reclamos, todos deberán ser libres de hablar y expresarse.

Laufey agradeció con una zalema y volvió a tomar asiento, al igual que su poco tolerante vástago.

-Solicitamos a Su Majestad Odín Borson, Padre de Todo… que manifieste su voluntad.

La atmósfera se tornó aún más solemne… era Odín capaz de cambiar el rumbo de cualquier destino tan solo con vetar o apoyar a cualquiera de los tres que ya habían hablado... sin embargo, como era obvio, defendería al consorte de su hijo, inexplicablemente ausente para todos.

-Primero debo saber donde han sido obtenidos los documentos que avalan la participación de Loki en un complot para asesinar al hijo de sus hermanos.

Los sabios se miraron y repitieron al Padre de Todo lo que ya se sabía.

-Los documentos y pergaminos son auténticos, pero no serán presentados Majestad... Debe bastar la palabra de los sabios. Loki ha conspirado contra el fruto de la unión de sus hermanos.

-Yo sé que son auténticos, no tengo la menor duda. Pero quiero saber... lo exijo- replicó Odín caminando ligeramente de un lado al otro al pié de su trono- Cómo han sido obtenidos esos documentos.

-Býleistr Laufeyson, debe responder...

-Un amigo los hizo llegar en forma anónima...- dijo el Jötunn, sin mirar al Padre de Todo.

-¿Es definitivamente esa tu respuesta? ¿Cayeron en tus manos providencialmente?

-¿Dudas de mi palabra, Padre de Todo?

Odín sonrió ante la actitud desafiante del gigante, levantó su lanza Gungnir y una imagen del pergamino apareció. Lo suficientemente grande, clara y luminosa para que todos leyeran… Laufey parecía divertido con lo que estaba sucediendo, mientras los demás miraban con sorpresa.

-“La tercera sangre vertida en un parto por el heredero del trono de Ymir, traerá a la vida a un monstruo de maldad, que con su pervertida esencia no tendrá piedad en limpiar su camino para obtener el poder. Devorará a sus dos hermanos, verterá veneno en la comida de su padre y después de sentarse en el trono de hielo… comenzará una guerra que terminará al obtener el dominio de los telares del destino… una vez que tenga tal presencia y fuerza, nada lo detendrá hasta someter a los Nueve mundos”

-¡El futuro glorioso de los Jötnar truncado en favor de la reina Karnilla!- gritó Býleistr, creyendo que podía aquella revelación jugar a su favor- Loki debe morir. ¡Karnilla debe ser juzgada también!

-La reina de Nornheim no ha sido acusada y no está siendo juzgada en este día- declararon los sabios- Pedimos al Padre de Todo que prosiga.

-Este pergamino dice cosas interesantes, quien lo robó tiene mucho interés en posicionarse en un alto linaje real- declaró el Rey de Asgard- Por eso siente odio, rencor… ha perdido una oportunidad de tener un heredero sano y poderoso.

-¿Me acusas, Padre de Todo?

-No he dicho ningún nombre... solo he dicho motivos, Býleistr, pero gracias por aclarar que eres tú quien lo robó... también he de decir, que has sembrado falsas esperanzas en tu padre, el buen Rey Laufey, acerca de tus capacidades para engendrar hijos sanos, no engañes más, tu semilla no debe reproducirse nunca jamás, y debes agradecer la oportunidad que se ha dado a Lander, porque no tendrás otra...

Esta vez, todos perdieron el color… ¿De qué cosa hablaba el soberano?

-Yo no estoy siendo juzgado...

-No. Pero deberías... Yo otorgo a Loki una segunda moción de indulto. No porque sea inocente, sino porque ha actuado en favor de una Reina, y esas son acciones que conceden inmunidad. Lamento que el blanco tuviera que ser ese pequeño crío, pero el oráculo es muy claro… Loki ha actuado creyendo que se hacía un favor, cuando en realidad, se ha engañado... los dos hermanos devorados serían Lander y otro más, no Donnar, y el padre asesinado, no sería Balder... ¿O es acaso que me equivoco en tus motivos, Loki?

El ojiverde se estremeció al ser cuestionado. Pero esperaba esa pregunta.

-No, Majestad, no se equivoca- respondió, bajando la mirada- De inmediato acepté porque pensé que salvaba la vida de mi hijo Donnar… y de su… padre...

-Todos conocemos ya este enredo familiar, del que no me siento orgulloso. Pero que ha sucedido y no se puede ocultar. Así como al enterarnos que Donnar no tiene lazos de sangre con Lander, ni Balder, es mi deber preguntar ¿Quién es el otro hermano, la sangre extraviada que debía morir a manos de ese engendro malvado al que Loki quitó la vida?

-Padre de Todo… si se ha otorgado el segundo indulto a su hijo, entonces no debe continuar- dijeron los sabios, retomando el control del juicio.

-Es verdad, nos desviamos del motivo verdadero por el que estamos aquí- apoyó Laufey, inquieto por todo lo que en apariencia el Rey de Asgard sabía.

-Solo presentaré ante ustedes al hermano faltante- concluyó Odín, abriendo un portal al pié de las escaleras de su trono- Veremos que tan equivocados estamos juzgando a Loki, cuando hay culpables de crímenes mucho más aterradores.

Por el portal, muy pronto aparecieron varias figuras… la primera de ellas, alta e imponente, envuelto en una pesada capa de terciopelo azul, mostrando sus rasgos duros y una mata de cabello color paja rematando su cabeza coronada, Geirrodur, Rey de los Trolls caminó hasta saludar a todos los presentes y aguardar que otras sorpresas venían junto a él.

Tras el monarca, caminó la Reina Karnilla, majestuosa y altiva, colocándose a un lado del troll.

Por último. Thor apareció, llevando de la mano a una niña de unos seis años, vestida como una sierva miserable, hermosamente rubia y de rasgos nobles, que se notaban a pesar del cabello enredado y la piel sucia por la falta de aseo.

-¿Qué significa todo esto?- preguntaron los sabios, mientras Loki, Býleistr y Helblindi se ponían en pie, asombrados y pálidos por lo que estaban viendo.

-Presento ante ustedes- dijo Thor, haciendo resonar su voz grave- A Talvi Balderdöttir, prisionera hasta el día de hoy en las cavernas de Gundershelm, vendida como esclava a la Reina Ulla por un Gigante de hielo. Y el Rey en persona accede a devolverla, así como a reconocer si está presente, al culpable de esta transacción monstruosa e ilegal...

***

Loki no durmió en varios días después de aquel juicio absurdo... el miedo de que su aparente indulto fuese tan solo un espejismo y que en cualquier momento la sentencia se revertiría para enviarlo al exilio, a la cárcel o quizá a la muerte, fue una pesadilla recurrente con los ojos abiertos o cerrados. El terror de una venganza por parte de Býleistr, que fue sentenciado por su padre a regresar a Jötunheim y permanecer lejos de su presencia, en las minas congeladas de uru, pagando sus mentiras con trabajos forzados durante mil años, le quitaba la tranquilidad.

Pero el amor de su esposo poco a poco le devolvió la calma. Thor demostró a todos que nada rompería su fé en Loki, devolvió la niña a Helblindi y Balder sufrió una conmoción al enterarse de que su pequeña Talvi no estaba muerta.

El único dolor que parecía no extinguirse era la lejanía de Donnar... verlo solo dos días cada mes no le parecían suficientes y ambos agotaban todos los recursos para negociar la custodia con Balder. Pero el orgullo seguía imperando en el corazón del guerrero, que a toda costa escatimaba cada minuto que podía entregando al niño lo más tarde en la mañana del sábado y reclamándolo desde media tarde del domingo.

El castillo Bilskirnir, su nuevo hogar, se elevaba orgulloso en la colina norte de Asgard, donde podía admirar, desde su ventana, el glorioso amanecer tras las montañas y extenderse a lo lejos el hermoso mar eterno. Loki intentaba ser feliz... los esfuerzos de Thor por agradarlo, su amor, su ternura constante lo obligaron a esconder su pena para sonreírle… no quería que por su culpa, el rubio se preocupara o se enfadara. Aunque difícilmente podía engañarlo en ocasiones, cuando llegaba al atardecer, y veía sus párpados enrojecidos por el llanto.

Aquella madrugada, verlo dormir plácidamente, despreocupado, con los solares cabellos extendidos al descuido sobre la almohada, sus varoniles facciones serenas, su poderoso pecho subiendo y bajando al ritmo suave de su respiración, refrendó en el pelinegro el inmenso amor que su hermano, amante y esposo había hecho nacer, crecer y arraigarse en su corazón... casi sintió pena por interrumpir su descanso, Thor había llegado cansado y molido a golpes, después de ayudar a los Einherjar a controlar unas hordas de merodeadores que incendiaban los bosques de Vanaheim para asustar a los pobladores.

Pero era necesario… esa noche los dos dormían en su alcoba favorita, cada uno tenía habitaciones privadas y también comunes, y además de la alcoba principal, tenían otras dos ambientadas como al pelinegro más le agaradaba. Su favorita, como ya hemos dicho, era la que semejaba la cultura de Nippon. Así que Loki, después de convencerse que era necesario despertar a su esposo… se arrodilló junto al tatami y acercó su mano al hombro desnudo de Thor.

-Cariño... despierta...- dijo, con voz suave, mientras otra fuerte contracción en el vientre iniciaba, doliendo cada vez más- El bebé está llegando... despierta Thor...

El rubio escuchó entre sueños su nombre. Sonrió y se volvió boca abajo, abrazando la almohada con su diestra y extendiendo el otro brazo buscando a su adoración.

-Thor... el bebé viene...- repitió Loki, logrando que al fin, el mayor abriera los ojos y pusiera atención a sus palabras- Es hora, querido... debemos ir con los Sanadores...

Un tenue rayo de luna entraba por la ventana posándose exactamente sobre el vientre grávido de Loki, brillando con un maravilloso despliegue de destellos igual a diminutos diamantes que revoloteaban como si tuviesen vida propia... Era un anuncio de los Dioses antiguos, un augurio del poder y destino glorioso que esperaba a aquel niño… era el festejo anticipado de lo eterno por el próximo nacimiento del hijo de Thor y de Loki.

-¡Cielos dorados!- exclamó de pronto, despabilándose apurado- ¡Amor mío, qué feliz me haces!

***

Cuando Loki tuvo entre sus brazos a su hijo, se sintió el ser más feliz que había existido jamás. Donnar obtuvo un permiso especial para acompañar a sus padres durante una semana completa y por esos siete escasos días… fueron una familia unida y feliz.

-Es poderoso, rubio, de ojos azules… igual a su noble padre, fuerte como sus abuelos, y guapo como su hermano mayor...- dijo, completando su idea de perfecta armonía y alegría.

-Pero su inteligencia, será igual a la tuya, mi amor- murmuró Thor, besando la rubia cabecita de su vástago- Y por eso su llegada es la mayor de las bendiciones.

-Además, se llamará Thorlief- agregó Donnar, encantado de que su propuesta para el nombre de su hermano había sido finalmente aprobada por sus padres- Él logrará que muy pronto estemos todos reunidos de nuevo...

Donnar aún no lo sabía, pero tendría que esperar siete años, a la víspera de su cumpleaños número quince, la edad en que era mayor de edad según las leyes de Asgard, para poder plantearle a su padre Balder su deseo de regresar al hogar de Thor y de Loki...

***

-¿Quién es ese Jötunn?- preguntó el joven cadete, alzando su mirada de zafiro mientras observaba, desde su brioso corcel, como algunos de sus compañeros se reían y hacían bromas pesadas a los estudiantes recién ingresados a la Academia militar de Vanaheim.

-Solo es uno de los novatos- le respondió con acento despectivo uno de sus amigos- Molestarlos es tan inmaduro, eso ya no me llama la atención...

-Pues según recuerdo, tu Padre Fandral hizo bastantes travesuras mientras estudiaba aquí a los novatos... y tu tratabas de superarlo cuando ingresamos hace un par de años. Y una de esas travesuras fuiste tú ¿No es cierto. Robstein, que tu padre embarazó a la hija del oficial de los Halcones Escarlata? ¿Y que solo varios años después se enteró de que existías?

-Pero ahora están casados, así que nada de bromas de eso, ¿De acuerdo?

El grupo rió de buena gana ante las palabras del muchacho rubio, alto y apuesto que apenas terminó la frase de amistosa burla hacia su amigo, volvió grupas al escuchar al novato gritar de dolor.

-Ya va el justiciero a salvar a otra alma desvalida...- murmuraron los demás, conociendo como reaccionaba su compañero, impetuoso e intolerante ante los abusos contra los más débiles- Se cree Thor en miniatura.

Y el muchacho no dudó un instante en provocar una desbandada entre los abusones que lastimaban al recién llegado. Eran al menos diez cadetes de más edad y buena complexión zarandeando y pateando a un joven alto, de complexión fuerte, pero que evidentemente no sabía o no quería usar su fuerza física natural para defenderse y al no ceder a las provocaciones de pelea, habían terminado dándole una paliza que comenzaba a pasarse de simple broma para volverse seria… de no ser por la inesperada ayuda, sin duda hubiese salido bastante lastimado.

-¿Estás bien?

-¡Déjame!- gritó el Jötunn, dejando ver sus facciones armoniosas y un par de hermosos ojos del color del fuego a punto de derramar lágrimas- Dejame en paz… ¡Todos déjenme en paz!

-No hay otros aquí... solo yo. Bueno, y mis amigos, pero no te vamos a hacer daño… olvida a esos imbéciles y ponte de pié. Es mejor que aprendas rápido a defenderte o al menos a evitar a los bravucones o no sobrevivirás mucho tiempo en el Colegio.

El Jötunn obedeció, dejó ver que ciertamente era muy alto, y no parecía carecer de fuerza. Pero sin detenerse demasiado, rechazó las manos que lo ayudaban a sostenerse y dando unos ligeros tumbos, todavía mareado por la golpiza, echó a caminar con rumbo de los dormitorios.

-¡Qué malagradecido!- exclamó Robstein Fandralson, enfilando su cabalgadura a mejores rumbos que los de los jardines donde la novatada crecía en intensidad- Y me aburre también ver a los novatos, mejor aprovechemos el fin de semana libre para irnos de fiestas… ¿Vendrás con nosotros, Donnar?

El muchacho rubio, que aún seguía con la mirada perdida por el rumbo que había tomado el Jötunn al escapar, negó con un movimiento de cabeza.

-Sabes que Balder no me permite salir... ¡Pero ya casi cumplo quince años, muy pronto no necesitaré su permiso para nada! Abandonaré este maldito lugar y me iré a estudiar lo que yo quiero...

-Si, claro- rieron los demás, observando a su amigo y compañero montar con soltura y elegancia- El mejor cadete de los Einherjar quiere ser un simple mago. Tu padre, Balder el bravo, es una leyenda entre los guerreros y tu debes darle honor a su casa.

-El único al que yo daré honor será a mi padre Loki, siendo un hechicero poderoso como él... y solamente Thor podría lograr que me quedara, si él me lo pide, yo obedeceré...

-Por eso anhelas la mayoría de edad, no quieres ser lo que tu padre desea que seas, sino lo que Thor diga ¿Desertarás del Coelgio?

-Con toda probabilidad.

-Entonces escapa como escapas cada vez que se te pega la gana y acompáñanos a las tabernas del castillo flotante… Tengo un amigo que nos permitirá la entrada y nos servirá cerveza sin que nadie nos diga nada por nuestra edad.

-No. Si ustedes son tan tontos como para arriesgarse a ser castigados por beber siendo menores, yo no… me quedaré y rogaré un poco a Balder. Tal vez ahora si tenga alguna fibra latiendo en su corazón y autorice que al menos, vaya a pasar el fin de semana a su lado...

-Pues llámalo “querido y amadísimo padre” sabes que eso siempre derrite sus defensas...- se burló el otro rubio, lanzando besos y abrazos al aire.

-¡Mejor cállate, idiota!- renegó Donnar, dando espuelas a su caballo para dejar al grupo atrás, riendo a carcajadas.

***

Donnar Balderson, el mejor estudiante de la Academia, el orgullo de su padre, que a través de los años había aprendido a amarlo y a valorarlo, pero que con todo egoísmo, aún manejaba con mano férrea su vida, intentando moldear su cuerpo, su corazón y su alma de acuerdo a sus ambiciones y no a los sueños del joven.

Balder ignoró a su hijo cuando le solicitó no ingresar al servicio militar, sus deseos eran estudiar magia y ciencias, tal y como su padre Loki lo había hecho, con tutores particulares y con su abuela Frigga. Pero no fue escuchado, como tampoco fue escuchado durante todas y cada una de las noches de su infancia cuando elevaba oraciones para regresar al lado de quienes amaba... terminó acostumbrándose a aquella vida y a esperar con ansias los días en que Loki llegaba por él para pasar unas breves horas juntos.

Envidiaba a su hermano Thorlief, quien cumplía ya siete años y era la adoración de sus padres. Tenía casi la edad en la que él había sido separado de su hogar y a menudo pasaba horas sumido en la melancolía, añorando el momento de liberarse y regresar.

-“¿Crees tú, papá Loki, que cuando yo cumpla mi mayoría Padre Thor estará de acuerdo en recibirme en su hogar?”

-“Querido, los dos vivimos para que ese día llegue… hemos intentado en vano por años que vuelvas, pero no hemos podido hacer que tu padre cambie de opinión... sin embargo, Thor y yo te extrañamos a cada minuto, y anhelo que antes de que tu vida tome un rumbo definitivo, podamos volver a pasar un tiempo juntos… ¡Te amo y te necesito terriblemente!”

Al menos el amor de Loki y de Thor jamás había faltado en su vida. A pesar de no vivir bajo el mismo techo, se las ingeniaban para hacer sentir su presencia, su apoyo y su guía en su vida. Y para Donnar, aquello era más que suficiente.

La forzada soledad, el trato hosco de Balder, y los continuos ejercicios guerreros, forjaron su carácter. Era independiente, valeroso, esforzado y también ingenioso, aunque a menudo usaba su ingenio para mentir un poco aquí y allá y salirse con la suya… un rasgo heredado del que Loki no estaba precisamente orgulloso… en público, porque en privado, se complacía de ver como Donnar tenía un poco de cada uno de los hombres de su vida: La bravura de Balder, la nobleza y destreza de Thor y por supuesto, la astucia y encanto que eran su propia hechura. Físicamente todavía seguía más parecido a Thor que a Balder, excepto por los ojos grises...

Cuando cerca de las doce de la noche, el Colegio quedó casi desierto, Donnar salió de sus habitaciones con toda la intención de escaparse… pero no para ir con sus amigos, sino para viajar por su cuenta y continuar practicando la magia. Cada fin de semana de reclusión, mientras sus compañeros y el resto de los alumnos iban a sus casas, el muchacho saltaba las bardas llevando un bolso con comida, agua y dos o tres libros de magia… se perdía en lo más profundo del bosque negro de Vanaheim y pasaba largas horas leyendo, estudiando y recitando conjuros en runas antiguas.

-¿Alguien se ha atrevido a seguirme?- dijo en voz alta, seguro de haber escuchado un ruido a sus espaldas.

Pero fuera del canto de algunos grillos, y el ulular de algún búho, todo estaba silencioso. Siguió caminando y entonces volvió a escuchar claramente el crujido de una rama y una exclamación ahogada. Alarmado, corrió hasta el lugar de donde provenía aquel gemido gutural y encontró una escena aterradora:

De lo alto de un árbol, colgaba el cuerpo de un estudiante, agitándose ante los estertores de la asfixia. Sin dudarlo un instante, Donnar lanzó un haz de magia que le permitió elevar el cuerpo del muchacho un poco, liberando la soga atada a su cuello del peso y logrando que pudiera respirar tan solo un poco, pero lo suficiente para no morir ahogado.

Sin dejar de sostenerlo, trepó al árbol, sacó su daga de uru de su bota, lugar donde siempre la llevaba y cortó la soga. Luego bajó para hacer un par de ademanes más y el cuerpo de aquel novato descendió suavemente hasta la húmeda hierba del suelo. Donnar corrió entonces a desatar el nudo de su garganta y a animarlo a respirar con más libertad.

-Tú de nuevo…- exclamó, reconociendo al joven y atractivo Jötunn de esa misma tarde- ¿No me digas que esta es una nueva modalidad en la novatada, ahorcar hasta la muerte a uno de los recién ingresados?

Pero el gigante de hielo, consciente, tranquilo y silencioso, no le respondió… parecía a punto de llorar y Donnar abandonó sus intenciones de escapar y estudiar magia esa noche. Algo le decía que si dejaba solo a aquel infeliz, intentaría nuevamente quitarse la vida.

-Vamos, hombre… ¿Qué puede ser tan desastroso como para perder tu alma en Hel suicidándote? ¡Todos tenemos problemas! Te lo aseguro, y podemos seguir adelante si tenemos el valor...

El Jötunn comenzó a sollozar, Donnar se compadeció nuevamente y lo abrazó… dejó por varios minutos que el llanto se volviera fieros sollozas, rabiosos gritos y suspiros, permitió sin dejar de darle su apoyo, que el joven se estremeciera al ritmo de su llanto, de su desesperación y después, finalmente… cuando pareció obtener un poco de calma, fue bajando el volumen de sus quejas, hipando suavemente, soltando los brazos de su salvador, que mantenía fuertemente asidos mientras duró aquella explosión de sentimientos.

-¿Te sientes un poco mejor?- le dijo Donnar, mirándolo a los ojos sonriéndole- Dime como te llamas, quizá si me lo propongo, podamos hacer algo mejor que morir esta noche… ¿Sí? Yo puedo escucharte, contemos historias tristes y después historias heroicas y veamos si vale la pena o no seguir vivos.

El joven Jötunn sonrió a su pesar, era difícil sustraerse del encanto de aquel rubio maravilloso. Aclaró su garganta cuando sintió que su voz no saldría con fluidez, pasó saliva dolorosamente y acarició el surco equimótico que se había formado en su torneado cuello de piel celeste.

-Mi nombre es Lander... ¿Puedo saber el tuyo?

Notas finales:

Huy... a poco se van colocando las situaciones para Loki...

Gracias por acompañarme en su camino... gracias por sus reviews, los leo con cariño y me hacen la vida.

A ver si les gusta mi fanart, ya he aprendido a colocar hipervínculos, según yo.

Feliz lectura!


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