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CUANDO EL TIEMPO QUEMA por Sangre Samurai

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Notas del capitulo:

"Cuando el tiempo quema y el destino se hace esperar
Pido entonces tu clemencia, golondrina pálida..."

La hora de las confrontaciones finales llega...

Donnar y Lander están en Jötunheim, van directo al peligro y sus padres deben reaccionar a tiempo para impedir una tragedia.

Loki irá el primero... al encuentro con el destino, con el tiempo que comienza a quemar...

Laufey se sorprendió cuando reconoció al muchacho que habían rescatado del río que no se congela… escurría agua helada y el clima muy pronto la cristalizó en delgadas capas de hielo y escarcha que adornaban su cabello y hasta la punta de sus largas pestañas, se trataba ni más ni menos que de su nieto, de uno de ellos. Los guardias informaron que dos jovencitos intentaban cruzar el río en una balsa hecha de hielo, pero las fuertes y traicioneras aguas los hicieron zozobrar… a pesar del peligro, pues eran aguas profundas y llenas de largas puntas de piedra, hielo y madera petrificada, arrastradas desde sus orígenes en los bosques de Elfheim, se lanzaron para intentar rescatarlos, lográndolo tan solo con uno de ellos…

-Tú... huíste de la Academia... para venir aquí...- cuestionó el Rey, mirándolo con dureza.

-Si, majestad… lo hice...- respondió el muchacho, permitiendo que las lágrimas arrasaran sus grandes ojos.

-Pero no lo hiciste solo... ustedes dos, mis nietos, mi sangre rebelde... huyeron juntos... tu padre se encuentra ahora mismo en Vanaheim atendiendo esa escapatoria, pero solo ha llegado hasta mi presencia uno de los dos... ¿Dime, estaba contigo Donnar? Y si es así... ¿Entraron juntos al río?

-¡Quizá aún puedan encontrarlo!- suplicó Lander, con voz quebrada por la angustia- ¡Donnar no puede estar perdido en el río… no puede estar…!

-¿Muerto?- completó el Rey de los Gigantes- ¿El hijo de Loki... el protegido de Thor... muerto? ¿Tienes idea de lo que sucederá cuando los Asgardianos se enteren?

Lander cubrió sus grandes ojos de fuego, incapaz de contener el llanto.

***

Robstein, el hijo de Fandral, se negó rotundamente a delatar los motivos de sus amigos para escapar y regresar a Jötunheim, sin embargo, no tuvo problema alguno en revelar que semanas atrás, Donnar había salvado a Lander de morir ahorcado en el fresno del jardín, lugar al que providencialmente llegó esperando pasar el fin de semana de encierro y encontrando al joven Jötunn intentando arrebatarse la existencia.

Helblindi cayó en shock al enterarse… su amado hijo había querido morir y él no lo sabía... Nadie, nunca, hubiese esperado una acción de esa naturaleza... era una deshonra completa para cualquier guerrero y para un Jötunn era la expresión máxima de cobardía...

-Mientes, asgardiano... mientes para intentar llenar de vergüenza mi nombre y el de mi casa...

-No miento, Príncipe Helblindi... Lander pasó varias noches débil, sin comer, sin beber agua... deseando sin duda terminar lo que había comenzado... Pero Donnar se empeñó en que comiera, en que se fortaleciera y dijera por qué lo hizo, al principio llegamos a suponer que el acoso del que era víctima lo había llevado a tomar esa fatal decisión, pero él siempre lo negó...

-¿El acoso? ¿Qué clase de acoso?

-Lander es un niño, Alteza… de muy suave naturaleza. Odia la milicia, odia la violencia... y los mayores no dejaban de molestarlo, de agredirlo, de insultarlo por ello... sin embargo, después de encontrarlo y ayudarle a reponerse sin que los maestros y tutores se dieran cuenta, Donnar se encargó de que nadie hablara mal de él nunca más...

-¿Donnar? ¿Donnar hizo qué?

-Retó a los que lo molestaban. Y todos fuimos testigos de honor, se enfrentaron lealmente y aunque le costó una golpiza monumental, derrotó al líder de los mayores... Ahora todos saben que no deben meterse con el... el novio del hijo del Príncipe Loki...

***

Lander encendió la chimenea de sus habitaciones… necesitaba entrar un poco en la tibieza del fuego, secar sus ropas, tomar un largo baño y descansar...

El plan había salido muy diferente al original. Él y Donnar esperaban ingresar al castillo de Gastropnir sin ser descubiertos, querían tomar por sorpresa a sus habitantes y llevar a cabo lo que tan minuciosamente habían pensado… pero la balsa no soportó, el río fue demasiado para sus fuerzas y ahora, Lander estaba recluído en su alcoba, castigado como un niño pequeño, mientras el Rey Laufey se regocijaba y pensaba como sacar ventaja de la noticia de la desaparición de Donnar.

Lander rabiaba al ver que su abuelo no había mostrado la menor pena… a pesar de que Donnar era también su nieto y cuando creía que era hijo de Thor, lo consideró por encima de él mismo para heredar la corona del mundo del hielo eterno. La posibilidad de su muerte no lo afectó ni más ni menos en lo personal, pero lo hizo sonreír pensando en las posibilidades políticas.

-¡Siempre la egoísta conveniencia antes que el amor! ¡El único amor que los Jötnar sienten es por ellos mismos y por hacer la guerra con alguien!

-Mi amor si es verdadero y muy real...

Lander se volvió con presteza, la voz que resonó a sus espaldas lo hizo ruborizarse y sonreír... abrió sus brazos con gracia y entre ellos, poco a poco, se materializó la figura, todavía empapada de Donnar.

-¡Gracias a lo eterno que estás bien!- suspiró el menor de los dos- Fingir que desapareciste en la corriente del río ha sido tan duro... ¡No quiero volver a repetir cosa igual!

-Lo noté... tus lágrimas eran bastante reales... casi me traiciono y aparezco con tal de no verte llorar.

-Necesitaba verme triste y solo imaginar perderte, bastó… Por favor, Donnar… júrame que tendrás todo el cuidado con lo que se supone que vamos a hacer...

-Te quiero, Lander... y si estoy aquí es para demostrarlo... Te juro que me cuidaré tanto como cuidaré de ti

Donnar se acercó a su joven novio, unió sus labios con ternura... sus besos eran tan dulces e inocentes que sin duda, podían derretir al corazón más endurecido. Esa era la esperanza de Donnar, para que en el momento de afrontarlo, de confesar que estaban enamorados a pesar de ser primos, los padres de ambos pudieran comprenderlos y apoyarlos.

-También yo te quiero… has logrado entrar muy dentro de mi corazón…- respondió el Jötunn, echando sus largos brazos al cuello del mayor, listo para volver a besarlo… un poco más apasionadamente.

Donnar deseó que los Dioses antiguos les permitieran estar juntos muchos años, y mantener vivo aquel primer amor… que crecía fuerte y sincero en sus almas. Lo enlazó por la cintura y respondió al beso… sintiendo los dos una especie de mariposas revoloteando en sus estómagos.

***

-¡Suéltame! ¿Crees que me vas a detener?- exclamó Loki, rechazando el agarre de su hermano Helblindi, quien pretendía detenerlo para que no viajase a Jötunheim- Si a ti no te importan los niños, a mí sí… salvaré a Donnar, y si es posible, a pesar de que sigas considerándome el asesino de tu bebé... salvaré a Lander.

-No debes ir si no has sido invitado… sabes que nuestro padre no te dará la bienvenida...

-Me importa muy poco lo que Laufey piense o haga.

-Thor ¿Acaso no lo detendrás? ¡Puede desatar una guerra si se atreve a ir a Gastropnir!

Ante la declaración de Helblindi, los dos se quedaron paralizados por un momento… esa era una verdad irrefutable, aunque era un problema familiar, Laufey podía tomarlo como un pretexto para pasar a temas mayores, la política, las ambiciones personales estaban en juego. De alguna forma, Loki sabía que su marido podría impedirle acudir, por el bien de Asgard.. y que sus votos matrimoniales le exigían obedecerle… se estremeció esperando su respuesta.

-No existe nada más sagrado que la vida de un hijo- dijo el rubio, cruzando los brazos y reclinándose contra una de las columnas cercanas- Si Loki desea ir y traerlo de regreso, a cualquier costo… yo lo apoyo. Y si es necesario, bastará que me llame para que yo acuda al instante en su auxilio… solo o con el ejército de Ases tras de mí. Ve… mi amor y trae a ese muchacho para disciplinarlo un poco o para escuchar que motivos tuvo y decidir entonces.

-Cariño, te amo...- respondió Loki, resplandeciente y retomando los conjuros que necesitaba para iniciar su viaje.

-Debes saber entonces que algo no muy agradable te espera… Loki de Asgard…- dijo Helblindi, pálido como la muerte.

***

-¿Con quién hablas, hijo querido?

La voz gruesa y terrible, el chirrido de la puerta de la alcoba abriéndose y el frío que se coló del pasillo hicieron estremecer a Lander. Temblando de pies a cabeza, retrocedió hasta colocarse de espaldas a una de las paredes… mientras la figura enorme y amenazadora entraba en su habitación.

-No hablo con nadie... solo pensaba en voz alta...

-¿En serio?- respondió el enorme Jötunn, buscando con la mirada para confirmar que en realidad, su hijo se encontraba solo- Me he enterado que escapaste y que al parecer, el hijo de Loki tuvo un lamentable accidente en el río... ¡No pude evitar sentirme feliz de que al fin, mi pequeño hermanito sepa lo que es perder a un hijo!

Býleistr lanzó una carcajada apagada, se regodeaba en la mezquina idea de que muy pronto Loki sufriría y parte de su venganza estaba llegando.

Liberado por el Rey Laufey, vivía de nuevo en Gastropnir, donde se comportaba dócil ante el soberano, mientras planeaba sus varios desquites en la soledad de sus habitaciones. Nadie en Jötunheim, fuera del castillo, estaba enterado que el primogénito, diagnosticado con locura violenta, se encontraba ya libre de su exilio y confinamiento.

El primero en darse cuenta de lo que su padre escondía tras su aparente buen comportamiento… fue Lander, quien le tenía tanto miedo como odio, pero que debido a su fuerza, muy poco podía hacer para combatirlo.

-Mi primo Donnar solo quería acompañarme para que no viajara solo… detesto la Academia de Vanaheim, no quería permanecer un día más en ese encierro...

-¿Sería acaso... que me extrañabas?- murmuró Býleistr, arrimando su cuerpo al esbelto y pequeño cuerpo de su hijo, empujando su cadera con impúdicos movimientos circulares sobre el centro de Lander y lamiendo lascivamente el cuello y la cara del muchacho...

-Déjeme, padre… por favor…

-No es bueno que rechaces el amor de tu amado progenitor ¿No es cierto? Te lo dije antes y te lo repito… si eres capaz de procrear, entonces volverás a pertenecerme… ya fuiste mío una vez y eso puede repetirse cuando gustes... una noche de estas… esta misma noche, por ejemplo...

-¡No!- rechazó el muchacho, zafándose como pudo del acoso del mayor- ¡Estoy aquí porque mi hermana me escribió! ¡Porque ella ha comenzado a sufrir su acoso también! Y no puedo permitirlo...

Entonces Býleistr se detuvo, suspiró como si estuviese pensando en algo muy agradable y después tomó a Lander por el cuello, levantándolo encima de su cabeza y provocándole asfixia y dolor.

-Tu hermana, que afortunadamente no es mi hija… es una linda y hermosa flor que se abre para mí. Un inesperado obsequio… ella tiene sangre Jötnar, ella que es una hembra, me dará al fin hijos sanos… fuertes, dignos de mí… no débiles capullos de oruga como eres tú, primero enfermizo, después suave como una nube… ni siquiera sé si sirves para tener descendencia. Pero mi sangre prevalecerá de una forma u otra… tu hermana Talvi ha tenido ya su primera y segunda sangre, cuando baje la tercera… entonces conocerá a su primer varón, tal y como dicen las costumbres… y si, ella ha adivinado… ese varón seré yo.

-Usted no puede hacer tal cosa…- gimió Lander, luchando por sostenerse- ¡Yo la defenderé!

-¿Amas a tu padre Helblindi? ¿Lo amas de verdad?- sentenció el gigante, arrojándolo contra la cama, al mismo tiempo que se desataba las ataduras del pantalón- Pues si te atreves a delatarme o a impedir que yo tome a tu hermana… Helblindi morirá… También lo mataré si te atreves a negarte a complacerme...

Lander observó con terror como su padre se desnudaba e intentaba hacer lo mismo con él, quitándole la ropa de la cintura hacia abajo.

-¡Déjeme, por piedad! ¡Déjeme!

-En realidad, me des hijos o no… eres un dulce bocado, querido Lander...- gruñó el otro, acariciándose el miembro para estimular su erección- y te me antojas demasiado...

¨Fui violado… por eso quiero morir... mi honor arrebatado, mi inocencia destruida… no deseo ni tengo motivos para continuar vivo” Donnar escuchó con furia y asco la confesión de su primo, mientras curaba la marca que la soga había dejado en su cuello. Descolgarlo del fresno, curarlo, aligerar sus penas, lo habían acercado a su corazón… y aunque no pudo en su momento lograr que le confesara quien había sido el autor de tan brutal ataque… ahora, el hijo de Loki lo sabía y por vez primera, en su sangre se encendió el fuego del odio y el deseo de venganza.

Un haz de magia, poderoso, cegador, dio de lleno en el costado del Jötunn, lanzándolo a un lado de la cama y logrando que Lander se liberara y corriera al otro lado de su habitación, arreglándose la ropa y protegiéndose detrás de la figura que poco a poco se materializaba para interponerse entre él y su agresor.

-¿Quién eres tú?- rugió Býleistr, colérico por ser frustrado en su ataque.

-¿No me conoces… “tío”?- dijo el muchacho, con una voz cuyo timbre familiar electrizó hasta el último cabello del gigante de hielo.

-¿Así que no moriste en realidad, Donnar Balderson?

El mayor rió con evidente aire de superioridad, la amenaza de un adolescente le parecía muy poca cosa comparada a su propia fuerza.

-Vine aquí para rescatar el honor de Lander y para impedir que Talvi sea agredida... Y juro por mi honor, que me matarás antes que volver a tocar a cualquiera de ellos...

-Donnar… pequeño imbécil... ¿También tú te arriesgas ante mí? Eres hijo de Loki… te pareces mucho a él... quizá también tú seas uno más de mi colección… será una buena siembra esta noche...

Y Býleistr se lanzó hacia los dos jóvenes, dispuesto a dominarlos por la fuerza. No tenía miedo a la magia de Donnar, pensaba que era aún demasiado débil para causarle algo más que golpes de mediano impacto. El de ojos grises hizo un ademán para aparecer una pared de fuerza, bajo la cual quedaron, mientras el mayor reía y lanzaba puñetazos… la magia resistió, pero tarde o temprano, Býleistr sabía que podía terminar fracturándola… y mientras dejaba escapar frases sucias, describiendo exactamente la manera en que abusaría de los dos, golpeaba una y otra vez...

Lander se abrazó a Donnar y el hijo de Loki le sonreía y lo calmaba, lleno de la fuerza que le daba su amor.

-No me subestimes… querido “Tío”- dijo Donnar, retirando la protección y empuñando una daga en su mano derecha, mientras creaba un escudo de energía en su brazo izquierdo. Estaba dispuesto a enfrentar al enorme Jötunn.

Notas finales:

Penúltimo capítulo...

Gracias por seguirme hasta el final!!!!

Gracias por sus reviews, de verdad son ustedes muy amables.

Rossy, en esta semana corrijo el error que me hiciste ver, tenkiu amiga!

Feliz lectura!


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