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CUANDO EL TIEMPO QUEMA por Sangre Samurai

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Notas del capitulo:

Loki corre al encuentro del destino, de la batalla final... debe llegar a tiempo por el bien de su hijo Donnar.

 

Donnar jaló aire con dificultad, le dolían los golpes y quizá tenía fracturadas una o dos costillas, a juzgar por la forma en que Býleistr lo había arrojado contra el enorme pilar de piedra y hielo. Se sentía sin embargo, lo suficientemente animoso para no desistir y regresar a buscar a su tío. Ahora menos que nunca pensaba abandonar a Lander, su corazón no iba a permitirlo… lo había acompañado para vengarse de los ataques de su propio padre y también para rescatar a la pequeña Talvi, cuya floreciente pubertad ya había despertado la lascivia del poco escrupuloso Jötunn.

La pelea se interrumpió por la llegada intempestiva del Rey Laufey, Donnar decidió desaparecer y escapar para no ser detenido por su abuelo, y también porque necesitaba reponerse un poco... apretó su camisa para detener un poco el dolor de su costado, se limpió la sangre que brotaba de su nariz y alzó los ojos grises al cielo, elevó una oración pidiendo a su protector y padre adoptivo, el Dios Thor, que le enviara las fuerzas necesarias para vencer en su segunda acometida al enorme y fuerte adversario...

-Eres mi padre, Dios del Trueno… no me importa no ser llamado tu heredero, no me importa ser llamado adoptado… si tengo el amparo de tu martillo, de tu poderoso brazo y tu valor a mi lado- murmuró el joven, colocándose de rodillas y bajando con humildad el rostro- Tan solo poder llamarme hijo tuyo es un honor, por eso humildemente te pido: escucha mi súplica y hazme triunfar...

Donnar se concentró, ahora era necesario enterarse en que parte exacta del castillo se encontraban Lander y Talvi, también donde se encontraba Býleistr.

-Es bueno invocar la fuerza, pero quizá también necesites la astucia, amado de mi corazón...

-¡Padre!- exclamó el muchacho, encontrando frente a él la figura altiva y etérea del Dios del Caos en persona, flotando suavemente, con el dulce rostro sonriente, pero no en calma… los ojos de esmeralda brillaban con un fuego desconocido, con una poderosa y fría manera que no dejaba la menor duda: Loki estaba enterado de muchas cosas y sin duda, esperaría conocer el resto de la verdad.

-También yo te acompaño, también yo te protejo y ahora... debes darme una sola razón para tomar sobre mis hombros el deseo homicida que leo en tus ojos, hijo mío...

-Soy apenas digno de ser vástago del noble Loki de Asgard, pero como tal, debo pelear mis batallas... padre, agradezco profundamente esta distinción, pero yo vine aquí por mi voluntad y solo por ella saldré adelante en mi empresa.

-Habla, Donnar… habla ahora y no tientes mi paciencia ¿Qué ha sucedido entre tú y Lander? ¿Qué pasa dentro de este helado y oscuro castillo para que te vea herido y lleno de odio?

***

El Rey Laufey lo esperaba. Sentado sobre su trono helado, cubierto por una espléndida capa de terciopelo azul, con todas sus magníficas joyas adornando su cuerpo… el soberano de los Jötnar lucía imponente. Y la puerta se abrió con poco cuidado, un par de guardias que corrieron hacia los intrusos salieron volando hacia atrás, despedidos por un par de haces mágicos que Loki lanzó con apenas un ademan de su mano.

-El Príncipe consorte del heredero de Asgard- murmuró Laufey, con tono irónico- El traidor a su mundo, el hijo que se olvidó de la lealtad a su gente y a su Rey para ir y convertirse en la puta del Dios del Trueno...

-Olvida tus insultos, padre- dijo Loki, con voz siseante- Hoy no vengo representando a mi esposo, ni a su casa… hoy no vengo sino representándome a mí mismo… he venido a buscar a mi hijo y lo que me he encontrado me horroriza y me llena de indignación.

-Si has encontrado a tu crío entonces... ¡Lárgate! Largo de aquí Loki, hijo ingrato, traidor a mis ojos, vete con él directo hasta Asgard y jamás regreses… lo que sea que en este mundo te cause indignación, no te incumbe, no te importa… perteneces a la familia de Thor, no a nuestra familia y tu sangre no es bienvenida, no es digna siquiera de ser derramada en este suelo de hielo eterno...

-No antes de pedir cuentas a mi hermano...

-Helblindi está en Vanaheim, debiste verlo en el Colegio Militar… no aquí.

-¡No me refiero a Helblindi! Padre, ya basta de esconder y proteger al peor de todos, al sanguinario y ambicioso Býleistr…

-Býleistr se encuentra en el exilio, encadenado en habitaciones seguras… muy, muy lejos de aquí, de acuerdo a lo pactado.

-Mientes... él está aquí. Y se atrevió a tocar a mi hijo, a intentar abusar de él…

Laufey rió a carcajadas, encubriendo una terrible verdad que él conocía, pero que se negaba a aceptar.

-¿Býleistr intentó tomar a tu hijo como a una hembra? ¿Por qué haría tal estupidez?

Loki comprendió que su padre solo estaba ganando tiempo, y que era necesario traspasar los helados muros y dar con su abominable hermano antes de que pudiera escapar. Avanzó con rumbo las escaleras, lo que de inmediato causó en Laufey un gesto de contrariedad… el soberano alzó su diestra y sus guardias se abalanzaron contra el menor de sus hijos, intentando detenerlo.

-¡Padre!- gritó Donnar, al ver el inicio de la pelea.

-Ve por Lander... ¡Ahora! No te ocupes de mí...- fue la respuesta y orden del pelinegro a su hijo, quien tan solo dudó un instante y desapareció justo antes de que otro par de guardias pudieran ponerle la mano encima.

Y mientras su hijo se desvanecía, Loki redobló sus golpes… con agilidad, con fuerza, con toda la rabia que llenaba su corazón. Sabía lo importante que era contener las fuerzas de su padre, dominar a los fuertes guardias con el uso de su magia, su astucia y algún encantamiento, para entonces poder ir en busca de su verdadera presa: su hermano Býleistr…

Býleistr el primer nacido, el loco, el enfermo insaciable que no solo ansiaba desesperado tener herederos sanos, rompiendo con la condena que desde antes de nacer las Nornas habían anunciado sobre su sangre sucia, sino que además, se empeñaba en su inestabilidad emocional, en dejar preñados a sus propios hermanos, como lo hizo con Helblindi, como lo había intentado con Loki mismo… y al no lograr esos anhelados hijos, se proponía ahora cometer la infamia de violar a su propio hijo, a su hijastra y a su sobrino, con tal de satisfacer su lujuria y dejar sembrada su semilla.

-Loki, estás firmando tu sentencia de muerte… ¡Serás culpable de la guerra que declararé a Asgard! ¡Thor te repudiará por provocar el más cruel derramamiento de sangre Aesir que jamás ha visto lo eterno!

-¡Silencio!- reclamó Loki a su padre, lanzando un haz de magia que le dio de lleno en el medio del pecho al soberano, derribándolo y golpeando su cabeza contra el muro con tal violencia, que una aparatosa herida se abrió justo arriba de su ceja derecha.

-¡Majestad!

Loki se paralizó un instante, alarmado por haberse atrevido a golpear a su progenitor. Pero estaba en juego algo mucho más importante que eso, así que aprovechando el desconcierto momentáneo, se escurrió entre los guardias y corrió por todo el pasillo oscuro, llamando a Donnar.

***

Talvi tenía la belleza casi adolescente de Frigga... era definitivamente más Aesir que Jötnar, y su blanca piel contrastaba con los ojos de rubí que había heredado en una bella concordancia entre las dos razas. Amparada por su padre Helblindi, no imaginaba siquiera la lasciva ambición que despertaba en el mayor de los hijos de Laufey... así que, al encontrarse retenida contra su voluntad al lado de su hermano Lander, y escuchar al gigante contar sus planes para desflorarla esa noche, sin mayor piedad por ser su familia y tener una edad tan tierna, tenía aterrorizada a la jovencita.

Lander intentaba defenderla en vano, justo los dos fueron alcanzados e interceptados mientras huían, Býleistr los encerró con él en una habitación secreta, una de tantas donde podía esconderse dentro del castillo cuando era necesario que nadie se enterara de su presencia.

Dolorido, con la boca manando sangre, Lander retrocedió... toda su fuerza, todo su empeño eran muy poco ante su padre. Quien luego de zarandearlo, lo hizo a un lado, dispuesto a ir tras la niña-

-No será muy gentil, pequeña Talvi- dijo, con voz lenta y grave- Pero te aseguro que después de que te acostumbres, lo vas a disfrutar...

-¡No, padre, se lo suplico!- exclamó Lander, arrodillándose frente al mayor- ¡Tómeme a mí, pero a ella no la lastime! ¡Es una niña apenas!

Býleistr no hizo caso, de un manotazo arrojó al adolescente a un lado y tomó por los hombros a Talvi… rasgó la túnica que vestía, descubriendo la tersa piel. Se relamió los labios pensando en lo que estaba por suceder...

-No lo haga “tío” Býleistr...- agregó una tercera voz, resonando tan fuerte y clara a espaldas del jötunn que lo hizo volverse con violencia, buscando al entrometido que había sido capaz de encontrar su escondite- Por favor, tan solo no lo haga...

-¿Crees que podrías detenerme? ¿Acaso deseas que retomemos la golpiza justo donde la dejamos?

-No…- respondió Donnar, caminando lentamente para colocarse frente a Býleistr- No voy a pelear... Comprendo que nunca ganaré por la fuerza… pero puedo ofrecer algo a cambio de que libere a Talvi y a Lander...

-¿Ofrecer algo?- rió grotescamente- ¿Qué podrías tener tú que me interese más que la carne fresca y virginal de una hembra?

-A mí...

Býleistr dejó de reír... veía en Donnar una versión más joven, más rubia y definitivamente mejor del propio Loki… del hechicero de ojos esmeraldas que se le había escapado, que con engaños evitó caer entre sus brazos, y poder tomar a su hijo… era una oferta tentadora...

-No Donnar… ¿Qué locura cometes?

-La que sea por salvarte a ti, mi querido amor… a ti y a Talvi...

-¿Querido amor? ¿Ustedes están acaso...?

-Olvida mis palabras tío, solo deja ir a Lander y a Talvi y yo me entregaré a ti sin resistencia… lo juro. También juro que soy virgen… mis padres me han cuidado, nunca he sido tocado ni he yacido con nadie en la cama, ni con hembra ni con varón… sin embargo, el cuerpo me avisa que estoy en período receptivo… que soy fértil al igual que mi padre y que puedo quedar preñado si buena semilla cae en mí...

-¡Fértil!

-Talvi es hembra… pero aún no está madura. Tomarla sin duda la dejará inútil para procrear o morirá en el parto porque es pequeña y frágil, tendrá hijos pequeños y frágiles… yo soy fuerte, y cumplo mis promesas… libéralos y yo me quedo...

Las protestas de Lander, el llanto de Talvi fueron inútiles… Býleistr movió un botón oculto en la pared y un pesado panel de roca se deslizó. Los dos más jóvenes fueron obligados a salir de la habitación… aunque fueron enviados a través de un laberinto de pasillos y túneles que les tomaría cierto tiempo descifrar. Era el tiempo que el Jötunn necesitaba.

-¿Estás seguro que eres fértil?

-No miento jamás, tío Býleistr...

***

La camisa ya estaba desgarrada... retirarla y dejar descubierto el pecho de Donnar era cuestión de un sencillo movimiento que Býleistr ejecutó con habilidad. La vista de la prístina piel, de tacto de durazno, con firmes músculos y suave mosto, le arrancó una especie de gruñido de anticipado placer. Acercó la diestra para tocarlo, yendo del cuello estilizado por los pectorales, y al costado… palpando el lugar donde se veían los golpes recibidos poco antes, Donnar se estremeció un poco por el dolor… pero aseguró que podía aguantar aunque tuviese rotos todos los huesos, que eso no le preocupara.

Pero los golpes, la carne violentada del muchacho, no le provocaban piedad… por el contrario, lo comenzaron a excitar.

-Ahora probaré tu sabor…- dijo, sacando la lengua para comenzar a hacer pequeños círculos sobre uno de los pezones sonrosados, chupando la areola con engolosinamiento… Donnar cerró los ojos haciendo un esfuerzo para contener su asco.

El hijo de Loki los volvió a abrir de pronto, espantado al sentir el par de manos enormes recorriendo sus muslos, caminando hacia arriba hasta cerrarse sobre sus redondeces traseras… en este punto creyó no soportar. Había dado su palabra, pero estaba a punto de rechazar los avances del Jötunn.

-La astucia... –murmuró, recordando las palabras de Loki- La astucia puede usarse mejor que la fuerza...

Býleistr gimió con apasionamiento y placer al sentir las finas y delgadas manos del muchacho hurgando en su parte media… el miembro se endureció con rapidez cuando Donnar desató su cinturón y bajó la cremallera, dejando el portentoso instrumento al aire… con timidez, lo tomó para masturbarlo con evidente inexperiencia...

-Hazlo más lentamente...- rogó el Jötunn- No sabes darme placer, pero me enloquece que lo intentes… y no te preocupes, yo te enseñaré… yo te haré debutar y quizá, mi semilla te deje impregnado...

Donnar sonrió, observando como el terrible gigante bajaba la guardia extasiado con sus caricias. Sus ojos acerados brillaron, mientras sus manos comenzaban a rodearse de un aura dorada… estaba concentrando todo su poder...

-Querido tío… después de mí, me ocuparé que jamás vuelvas a antojarte de nadie más...

-¿Qué…?

Fue todo lo que pudo decir Býleistr antes de lanzar un grito desgarrador… antes que el dolor mas intenso que hubiese sentido jamás lo partiera desde su centro. Donnar, con el gesto descompuesto sujetó con fuerza el miembro del Jötunn, y su magia hizo el resto… el olor a carne quemada llenó la habitación...

-Ni a mí, ni a nadie volverás a lastimar...- sentenció el muchacho, dejando que un par de lágrimas rodaran por sus mejillas.

-¿Qué has hecho, maldito? ¡Qué me hiciste!- bramó Býleistr, mirando con ojos desorbitados como su virilidad estaba convertida en una masa sanguinolenta. Sus ojos de fuego brillaron con furia homicida y con un rápido movimiento, tomó a Donnar por el cuello, apretándolo hasta dejarlo sin respiración- Maldita rata traicionera… eres igual a tu padre… Atacas sin aviso… pero esto te costará la vida...

Donnar comenzó a perder el sentido, la habitación le daba vueltas y poco a poco, una nube negra cubrió su vista… se desmayó y dejó de resistirse, las huellas de sus uñas clavadas en las manos del otro fueron su último signo de lucha...

Býleistr padecía un dolor inmenso en su centro, pero al menos, el culpable no quedaría sin su venganza.

-¡Deja en paz a mi hijo!- fue la exclamación que se dejó escuchar antes que una centella de luz color verde cayera sobre el Jötunn, obligándolo a soltar a su presa y llevándolo con un impulso avasallador hasta el otro extremo de la habitación, golpeando el muro, derribándolo y cayendo ambos hasta el otro lado, sobre el campo helado de las llanuras de Jötunheim.

Lander corrió tras el inesperado invitado, sosteniendo a Donnar entre sus brazos y obligándolo a volver a respirar.

-¡No te mueras, por favor… no te mueras!- le repetía mientras acariciaba el rubio cabello y observaba espantado, el color violáceo alrededor de sus labios- ¡Donnar! ¡Donnar no!

Los cielos se cerraron, oscureciendo todavía mas la bóveda gris del planeta de hielos eternos. Un relámpago descendió a toda velocidad, estremeciendo el cuerpo inerte del joven y levantándolo en medio de aquella escena desoladora…

Justo entonces Talvi y su abuelo, un herido e incrédulo Laufey, ayudado por su hijo Helblindi, llegaron también y atestiguaron como, en medio de aquel destello y seguido del canto ensordecedor del trueno, Donnar movilizaba poco a poco sus manos… sus pies… y el pecho, que comenzó a subir y bajar suavemente mientras se restauraban su respiración y los latidos de su corazón.

Fue entonces cuando Thor apareció, y con toda firmeza movió sus manos para hacer descender nuevamente al hijo de su esposo.

-Padre Thor...- dijo Donnar, con voz apenas audible, abriendo los ojos y encontrando frente a él a los dos hermanos.

Balder también estaba presente, aferrado a su silla, espantado por lo que estaba atestiguando, pero agradecido internamente por aquella acción que le salvaba la vida a su vástago.

-Hasta mí llegaron tus ruegos, querido Donnar- dijo el rubio, ignorando la presencia de Balder- Nadie que esté bajo mi amparo y solicite de mi ayuda queda sin ser escuchado… tienes mi fuerza, mi valor y la nobleza de tu sangre… me hace feliz verte a salvo.

-Señor...- dijo entonces Donnar, intentando saludar la presencia de su progenitor, a sabiendas que había desobedecido cada una de sus prohibiciones y el guerrero, ahora enterado, no estaría precisamente satisfecho de su proceder.

-Loki… Býleistr...- murmuró Laufey, recordándoles a todos que los hermanos continuaban su lucha fuera de los límites de Gastropnir.

***

Tres días de asedio mutuo, de persecuciones y de enfrentamientos… eso llevaba Loki en su lucha contra su hermano mayor. Býleistr conocía cada roca, cada cueva y cada escondite en las montañas de hielo… mientras que el pelinegro solo poseía su astucia y el rencor que lo impulsaba a no desfallecer.  El frío lo afectaba más de lo que estaba dispuesto a aceptar, el hambre y la sed, el cansancio y por supuesto, el desgaste de cada golpe dado y recibido estaban mellando su resistencia física.

Pero todos sabían que aquella era una lucha personal, aunque parecía que no tendría un ganador, sino dos perdedores.

Cuando Loki cayó de rodillas sobre el hielo, incapaz de seguir adelante, dejando que rabiosas lágrimas se congelaran en sus mejillas, cuando supo que no iba a encontrar a Býleistr y si lo encontraba, no tendría fuerza para seguir luchando, gritó con impotencia.

-Aquí estoy, mi amor...- fue la respuesta inmediata de Thor.

-Llévame donde está Býleistr… ¡Llévame hasta ese maldito! - Imperó, sacando nuevas fuerzas de quien sabe donde.

-Tu hermano tampoco puede ya luchar...- respondió Thor- las heridas que primero recibió por parte de Donnar y después de la lucha contigo, lo han llevado al límite…

-¡Donnar! ¿Cómo está él… acaso…?

-Tu hijo está a salvo. Su padre Balder y él han hablado mucho durante este tiempo… te espera…

-No… no puedo rendirme porque mi hermano necesita ser castigado… si le permito vivir, si no termino esta batalla, si él sobrevive… mañana intentará nuevamente hacernos daño… y no lo permitiré jamás...

-Por lo pronto el Rey Laufey y yo tenemos una tregua. Vamos… ya hablaremos sobre eso...

Y a pesar de su resistencia a ser trasladado, Loki tuvo que aceptar la ayuda. Los fuertes brazos del rubio lo rodearon, lo levantaron sin esfuerzo y se elevaron junto al revoleo de su martillo para dirigirse sin escalas hasta el palacio de Laufey. Donde debía ser atendido a la mayor brevedad posible.

***

Otros tres días pasaron antes de que Loki pudiera al fin hablar con Balder. La alcoba estaba tibia, gracias al amor de una enorme chimenea, Thor y Donnar jugaban a los dados tumbados sobre una alfombra de piel, el rubio, siempre cerca de su adorado, se colocaba a sus pies para estar pendiente de cualquiera de sus gestos o de sus deseos.

Cuando el sirviente anunció que el guerrero deseaba entrar, los dos mayores dieron su consentimiento y el joven se retiró hasta un asiento discreto alejado un tanto del sofá principal. Thor se quedó sentado sobre la alfombra de pieles, reclinando su fuerte espalda en las piernas de su consorte, mientras Loki acariciaba el rubio cabello para disimular su inquietud.

-Voy a ser muy preciso en esto- dijo Balder, tras abreviar los protocolarios saludos- He pensado mucho en estos días sobre todo lo ocurrido, también he pensado en Donnar y en Loki, en la familia que un día pude tener y que perdí meramente por mi orgullo...

-Hermano, no es necesario que te tortures de esa forma... pensar eso ahora...

-Déjame terminar, Thor… en mis años atado a esta silla, sin vida en mis piernas, me volví huraño, me volví malagradecido y egoísta… pero enterarme de lo que estuvo a punto de ocurrir me ha cambiado: Hace un par de días que he estado hablando con Helblindi… hemos reflexionado sobre nuestros errores, sobre el daño que hemos causado a los nuestros con el divorcio… y también encontramos que nuestra unión en realidad nos llevó a apreciarnos como pareja… a amarnos… y estoy seguro que él podrá perdonarme si se lo ruego de una manera adecuada… Me quedaré aquí, en Jötunheim, reconquistaré a mi esposo, sabré ser un buen padre para Talvi, para Lander… y quizá, en el futuro, nuestra familia será bendecida con más descendencia, ahora que sabemos que podemos estar juntos, ser felices y tener hijos sin miedo...

-¿No volverás a Asgard?- preguntó Loki con aire preocupado- ¿Y la custodia de Donnar?

-Yo pertenezco a Jötunheim, como pertenecen Helblindi, Lander y Talvi… viajaremos gustosos a Asgard cuando quieran invitarnos a pasar el invierno… pero Donnar...- dijo Balder, con aires de melancolía- Ese hijo no me pertenece… jamás me perteneció, menos cuando quise retenerlo contra su voluntad… ¿Por quién clamó en su desesperación? ¿A quién llamó “Padre” al despertar de los brazos de una muerte casi segura? No fue mi nombre, ni me llamó a mí… sino a Thor...

-Donnar es tu semilla...

-Yo lo engendré si… pero el Dios del Trueno moldeó su carácter y su corazón. Donnar fue consagrado a ti, hermano… te pertenece, procura no deshonrar tan alto honor. Loki te lo entregó con amor y fé en tu mano, en tu guía, en tu amparo… escribiré mi renuncia a mi potestad… podrá llevar incluso tu nombre si así lo deseas… y esperaré paciente el día en que Donnar pueda perdonar mi egoísmo...

-Oh, Balder… estás haciendo un noble sacrificio por nuestro hijo...

-Tu hijo, Loki… y de Thor… seguro así lo prefiere él ¿No es cierto, Donnar?

Fue entonces cuando el muchacho se acercó… besó la frente de su progenitor con devoción y cerró los ojos. Nuevamente sus manos brillaron, aunque esta vez, no fue dolor lo que emanó de ellas… sino una viva corriente que recorrió cada nervio en las piernas de Balder… era extraño, porque desde el ataque y sus heridas, había perdido la movilidad y la sensiblidad… hizo un gesto de dolor y luego, comprendió todo.

-Un día mi abuelo Odín me explicó en qué consistía mi poder… el de dar o quitar vida... Señor, es verdad que lamento no poder llamarlo sinceramente mi padre, pero créame que lo respeto y un día, tal vez, lo pueda perdonar… ahora, solo me resta que usted desee volver a caminar… cuando se convenza, cuando quiera… podrá ponerse de pié e intentarlo… intentarlo una y otra vez hasta que la fuerza regrese y esa silla, sea cosa del pasado...

-Gracias… Donnar Thorson-Lokison…- murmuró Balder, emocionado.

***

Balder tomó la mano de Helblindi al ver a los dos jovencitos despedirse… Lander no regresaría a la Academia, no sería obligado a seguir una carrera militar… a cambio, recibiría instrucción con tutores privados en Gastropnir, igual que Talvi, por espacio de cinco años y entonces, al cumplir dieciocho y quince respectivamente, serían liberados para elegir el modo en que vivirían sus vidas.

-Cinco años son muchos…- se quejó Donnar, sin soltarse de las manos de su novio- Y yo estaré en la etapa mas dura de preparación como Einherjar… dime ¿Me esperarás?

-¿Crees que nuestro amor es fuerte? ¿Crees que superará el tiempo y la distancia?

-Yo estoy seguro… pero ¿Tú lo estás?

-Aquí te esperaré… contando los días, esperando tus cartas… y tus visitas...

Un casto beso en los labios selló aquella promesa.

-No dudes de su palabra, querido Lander- dijo Balder. Conozco el corazón terco y amante de Donnar. Él regresará a tu lado a cada oportunidad, pero no se verán a escondidas… siempre será bienvenido y podrán verse sin sobresaltos. Helblindi y yo sabremos prepararles el camino si de verdad su amor es fuerte.

-Y yo les doy mi palabra de que mi muchacho será un caballero, llegado el momento, sabrá depositar su corazón en las manos de aquel a quien ama y será un excelente compañero de vida, hasta que ellos decidan si sus vidas se unirán- agregó Thor.

-¡Estás comprometido, hermanito!- exclamó Talvi, abrazándose a Lander con felicidad.

Thor estrechó la mano de su hermano y del Jötunn, la despedida en aquella ocasión no era triste.

-Loki y yo los esperamos en Bilskirnir para pasar el invierno, en pocas semanas las tormentas se cerrarán sobre Jötunheim, enviaremos el suficiente grano y fruta seca para que su pueblo no pase hambres, pero ustedes prometan ir a pasar las fiestas de Yule con nosotros, será un placer recibirles...

-Tal vez lo hagamos… siendo nuevamente esposos, Thor…

-¿Y dónde está Loki?- preguntó Helblindi, deseando agradecer y despedirse del ojiverde.

Loki estaba, justo en ese instante, frente a la cámara de suspensión donde Býleistr se recuperaba lentamente de sus heridas. Recién había sido operado para reconstruirle el miembro viril, el cual quedó casi totalmente destrozado, pero tenían buenas esperanzas de que no se perdiera en su totalidad… a instancias de Laufey, y sin que su hijo se enterara, autorizó a que se ocluyeran sus conductos deferentes y de esa forma, quedaba imposibilitado para dejar embarazado a nadie nunca jamás...

-Pobre de ti hermano…- dijo Loki, con voz suave, mientras paseaba sus dedos largos y fríos, de uñas esmaltadas de negro a lo largo del brazo derecho del Jötunn- No solo tienes que despertar y darte cuenta que has perdido la batalla… tendrás que vivir como un macho a medias, más estético que funcional ha quedado tu pene… gracias a la astucia de mi hijo… al que te atreviste a acariciar y humillar. Eso no se hace, hermanito… no se hace… que vergüenzas sin embargo vivirás con medio trozo colgante y muerto entre las piernas… ¿Valdrá eso la pena?

Una nueva sonrisa de infinito desprecio cambió su gesto de común apacible. Con un ligero toque de su índice, Býleistr despertó o al menos, abrió los ojos, aunque no se movía ni parpadeaba siquiera.

-“Loki”- creyó decir el mayor, sin que sus labios se movieran… pero fue escuchado.

-Celebro que sepas quien te visita… querido Bÿleistr, he venido a despedirme… me marcho con mi esposo, con mi hijo, regreso a mi hogar… y a ti, hermano… te dejo descansar…- murmuró, pasando sus dedos muy cerca de sus ojos, de su nariz, de su boca… espolvoreando sobre el enorme, cruel y odiado jötunn un polvo dorado, que brillaba, que penetró de inmediato en sus córneas, en sus mucosas, directo hasta el torrente sanguíneo, adormeciendo el cerebro y cesando lentamente, los latidos de su corazón- Descansa en paz… “hermano” y asegúrame que jamás volveremos a ver tu sombra amenazando nuestra felicidad...

Thor parpadeó, Loki estaba a su lado un instante antes y lo había perdido de vista. Pero su amado estaba ahí, un par de pasos atrás, emocionado hasta las lágrimas ante la pequeña tragedia que constituía la separación temporal de los jóvenes novios.

-Vamos cariño… tu sabes que Donnar y Lander podrán verse en cada oportunidad que tengan…

-Lo sé… estoy seguro de eso.

Thor llamó su carro y sus cabras… en él viajarían unas horas hasta la frontera, lugar donde podrían abrir el portal y regresar a Asgard sin problemas. Loki se despidió, subió al carro, Donnar hizo lo propio y entonces se elevaron por el cielo gris… alejándose de Gastropnir, dispuestos a dejar atrás todos los problemas y sufrimientos causados en el pasado.

-Papá ¿Crees que el abuelo Laufey cumplirá su palabra esta vez y no permita que Býleistr amenace la seguridad de Lander o de Talvi?

-Quiero creer que así será, hijo de mi corazón...- respondió el pelinegro, moviendo su mano con discreción para lograr abrir una pequeña ventana frente a sus ojos… invisible para los dos rubios. En ella, pudo ver con claridad, el momento en que Laufey era informado del fallecimiento de Býleistr, y del gesto desesperado del monarca ante lo inevitable… el primogénito al que tanto había protegido y solapado, finalmente había encontrado su fin… con el tiempo, los sanadores le dirían que esa muerte había sido natural, jamás encontrarían rastro de lo que hizo paralizar aquel corazón.

Ahora Loki, estaba tranquilo y en paz.

-Estás muy pensativo, amor... ¿Sientes tristeza por abandonar este mundo nuevamente?

-¡Claro que no, mi amado tontito!- rió Loki, echándole los brazos al cuello- Tan solo pensaba que precisamente esta noche… soy receptivo… si tienes la suficiente fuerza y puntería, si tu semilla es generosa y los dioses Frey y Freyja nos son propicios… bueno, tu sabes… Talvi es una niña adorable… Nosotros tenemos a Donnar y a Thorlief… y…

-¿Me estás proponiendo que busquemos un nuevo embarazo y tener una niña?

-El corazón me dice que eso será… de ojos azules como los tuyos, de cabello negro como el mío...

-¡Oh, por favor!- se quejó Donnar, ruborizado, desviando la mirada de la demostración amorosa entre sus padres y tomando las riendas del carro- ¡Podrían esperar al menos a estar solos! ¡Son adultos! ¡Por todo lo eterno!

Thor dejó el mando del carro en su hijo, en Donnar Thorson, quien encantado aceptó el cambio de su apellido para usar el de su verdadero hogar, la casa de Thor… no sería quizá el heredero, ya que Thorlief era la primera sangre legal para heredarlo, pero no le importaba, no ambicionaba eso… solo vivir en Asgard, servir a sus padres y a su Rey, y crecer, crecer para buscar a Lander y vivir su vida.

Una vez libre de las riendas, Thor enlazó a Loki por la cintura, dejando que el otro se colgara de su cuello para unir sus labios con el mismo inmenso y fuerte amor que los unía.

El tiempo había llegado, el tiempo de paz y de unión, entre sus reinos como entre sus corazones… de eso se encargarían ellos dos.

FIN

29 0ctubre 2016

Notas finales:

Llegamos al final de este fic,,, ha sido un placer tener su compañía, ustedes son la razón de que yo escriba.
Les obsequio mis historias en la esperanza que las disfruten tanto como yo, que el amor infinito de Thor y de Loki siga prevaleciendo para siempre... y ahora que se acerca el estreno de Ragnarök (un año exactamente a partir de hoy)
Espero muy pronto tener nuevo material de inspiración para una historia

gracias por leerme, gracias por dejarme sus palabras, los reamo en verdad.

Perdón por no responder a todos, pero creanme que sus reviews alimentan y recompensan mi esfuerzo.

¡¡Hasta lo que siga, por todo lo eterno!

Sangre Samurai.

 

(PD los espero en el grupo de Facebook "Tom, Té y Galletitas") <3


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