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CUANDO EL TIEMPO QUEMA por Sangre Samurai

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Notas del capitulo:

Diario de Loki:

 

"Thor se ha convertido en alguien muy importante en mi rutina diaria, después de verlo sufrir bastante, se ha acostumbrado a tolerarme y seguirme la corriente. Es simplemente hermoso verlo plantarse en la Academia frente a los que se atrevían a emitir algún comentario poco halagador sobre mi embarazo, y después de probar su puño y su enfado, me parece que a muy pocos les quedan ganas de volver a burlarse...

 

Es un hermano increíble... pero me sigue poniendo nervioso cuando se me queda mirando como tonto... parece que jamás ha visto a alguien esperando un bebé... lo perdono porque me hace reír.

 

También me entristece un poco lo que sucede con Fandral... debo ser firme y decirle lo que siento y lo que pienso sin darle mas rodeos, es lo mejor que puedo hacer por mi paz...

 

Faltan muy pocos días para el nacimiento de mi bebé y comienzo a sentir miedo... ¡Dios Freyj, ayúdame para que todo salga bien!"

Loki entraba al séptimo mes de gestación convertido en la cosita más endemoniadamente tierna de los nueve reinos. En su cuerpo elástico y fuerte, se había desarrollado ya una pequeña, redonda y graciosa barriguita que se ocupaba muy bien en disimular bajo túnicas holgadas, abrigos y capas de piel. El invierno de Asgard había ciertamente favorecido aquel camuflaje a su estado... pero en su hogar era inevitable que de vez en cuando, sus padres y hermanos lo vieran, igual que los Ministros, los visitantes y la servidumbre.

 

Todos coincidían en que a Loki le sentaba la gravidez... con los ojos más brillantes, la piel mas tersa y el cabello mas sedoso que antes. Además, caminaba con ese contoneo de marinero recién desembarcado que simplemente hacía sonreír a todo aquel que lo veía.

 

Sin duda, el ser más maravillado con aquella sinfonía de vida era el heredero al trono. Thor estaba cada día más convencido de que su pequeño hermano significaba para él mucho más de lo que la razón y las costumbres podían permitir. Su día dependía enteramente de verlo por las mañanas, si lograba verlo, hablar con él y arrancarle una sonrisa... el rubio era inmensamente feliz.

 

-Pero... ¿Por qué?- se alertó el rubio al pasar junto al salón y escuchar la voz de Loki cuestionando con un acento de angustia en su voz- Fandral desea acompañarme, estar a mi lado... ¡Ya es bastante penoso estar junto a todas esas mujeres embarazadas, hablando de sus maravillosos esposos, de sus grandiosas casas, de sus muchos hijos... para que usted me condene a permanecer solo en la sesión de parejas! ¿Por qué no puede acompañarme él?

 

-No discutas conmigo, Loki- respondió la voz grave y tajante de Odín, dando por terminada la petición de su hijo menor- Fandral no te acompañará y es definitivo.

 

-¡Padre, se lo pido!- insistió el muchacho, dominando el temor que sentía por contradecir la orden de su Soberano- Me siento muy mal yo solo... ahí... Además necesito un compañero en esas clases...

 

-¡Eso debiste pensarlo antes de engendrar! No, Loki... no necesitas un compañero para esas clases, necesitas aprender a elegir compañeros, porque ciertamente el cobarde que te abandonó, mientras no me dé la cara de frente, con lealtad y con honor, no será digno de entrar en mi familia...

 

Odín lanzó la última frase seguida de una mirada tan llena de dominio, que Loki se echó hacia atrás de inmediato, mientras que Frigga saltaba de su asiento para salir en auxilio de su vástago.

 

-Guarda silencio, Loki. Lo que Padre de Todo dice, se obedece sin dudarlo un instante.

 

En la carita de Loki se notaban las ganas de llorar y de continuar implorando, pero la petición amorosa de su madre pudo más que la imposición paterna. No le agradaba la perspectiva, pero no tenía otra opción que obedecer y soportar su vergüenza.

 

Fue entonces cuando el mayor intervino, salió al paso de su padre y Rey, con la insolencia y audacia que le daban el orgullo bien alimentado de ser el Primer Príncipe de la sangre y alentado por la posibilidad de que en sus manos estuviera aliviar el pesar de su hermano.

 

-Padre, yo puedo acompañarlo...

 

-¿Tú? ¿Y qué podrías hacer tú por él, Thor?

 

-Acompañarlo... Apoyarlo... ¿No soy su hermano mayor para eso? ¿No me has enseñado, Padre mío, que la familia es un lazo poderoso que debemos respetar?

 

Odín pareció meditarlo un poco y asintió.

 

-Ve con él... pero por ningún motivo quiero que encubras a ese tal Fandral. Si ese muchacho pretende tener algún derecho sobre la criatura que ha de nacer, primero debe vérselas conmigo...

 

***

 

Loki contaba con dos aliados entonces, con dos que no lo dejaban decaer, que lo animaban y le hacían un poco menos confusa esa senda de paternidad inesperada, la cual recorría con muchas dudas, pero con todo su amor.

 

Aceptó la compañía de su hermano por dos razones sencillas: La primera era que definitivamente no quería estar solo, aunque Thor casi se desmaya al enterarse al detalle sobre lo que tendría que hacer. La segunda era porque no quería comprometerse demasiado con Fandral, aunque el rubio espigado no tenía reparo alguno en estar a su lado desde la noche en que habían hablado largamente sobre sus sentimientos.

 

Fiel a su promesa de apoyarlos, Thor permitió que Fandral y Loki intercambiaran unas palabras a solas antes de ir a su reunión. Lo que hablaron no estuvo al alcance de sus oídos, por más que se esforzó en escuchar o en leerles los labios. Solo vió o creyó ver una sombra de desencanto en el futuro espadachín al saber de la negativa de Padre de Todo.

 

Al final, si él era el padre del bebé, Odín tendría que aceptarlo, le gustara o no le gustara, tuviese para Loki los planes que tuviese... porque evidentemente, aunque un tanto asustado, el joven guerrero estaba presente y se le notaban los deseos de formalizar su relación con el muy embarazado príncipe... y no era asunto de poco valor enfrentar a los Reyes de Asgard y a sus propios padres, que sin duda tendrían sus propios planes para su hijo y quizá el matrimonio prematuro no estaba dentro de ellos.

 

-Me vas a decir ahora los detalles de tu clase... ¿Quieres? No deseo llegar con mi cara de desconcierto y no saber ni siquiera como tengo que comportarme- dijo Thor, dando la mano a su hermano para que subiera al carruaje, después de despedir a Fandral con un casto beso en la mejilla- Sé que preferirías tenerlo a él... pero si debes conformarte conmigo, al menos explícame...

 

-Vas a ayudarme a respirar...- dijo Loki tranquilamente, colocándose una pequeña almohada en la espalda, para hacer más cómodo su viaje.

 

-¿A respirar? ¿Por qué? ¿Te sucede algo malo?

 

Loki rió divertido ante la cara de espanto de su hermano. Y con toda la paciencia del mundo inició a explicarle, paso a paso, lo que se suponía iba a suceder:

 

Era una clase con quince mujeres, algunas jóvenes, otras no tanto, que estaban por traer al mundo a su primer hijo. Para los Aesir, cada recién nacido se constituía en orgullo de sus casas, en motivo de celebración para sus familias y se tomaban muy en serio todo lo que a un buen embarazo y un mejor parto se trataba. Por eso las matronas daban las instrucciones necesarias a las futuras madres para que supieran como recibir a sus hijos de la mejor forma. Para tener partos naturales y sin complicaciones, aunque Loki sabía que su hijo nacería mediante una cirugía, participaba con entusiasmo porque quería saberlo todo, todo lo relacionado con lo que viviría antes y después del nacimiento.

 

-Colócate tras de mí- indicó Loki al rubio, que obedeció mientras se ponía colorado como una manzana- Debes guardar mucho silencio y hacer todo lo que las matronas te indiquen...

 

-Oye... no eres el único varón preñado de este lugar...- exclamó Thor con imprudencia, señalando a un joven elfo que lucía una barriga hermosa y casi a término- ¿Quién es la pareja de ese elfo?

 

Loki tosió un par de veces para pedirle que fuera un poco más discreto… luego dirigió la mirada hacia un hombre alto y fuerte que llegó hasta el joven y tomó su lugar tal y como indicaron las matronas. A Thor se le fueron los colores del rostro, pues se trataba de uno de los capitanes mas estrictos de los Einherjar.

 

-Lograrás que nos trate bastante mal en su clase si descubre que estás fijándote demasiado en su nuevo amante...

 

-Pero… ¿No estaba casado con esa bella dama de largos cabellos rojos? ¿Cómo se llamaba?

 

-No te importa, Thor… el Capitán y ese joven elfo son pareja ahora y van a tener un bebé, es digno de admirarse que pese a todo, está presente reconociendo a su hijo y no lo niega, como hacen otros...

 

Por instinto protector, Thor abrazó a su hermano, comprendiendo el dolor que cargaba a cuestas al no poder estar junto al hombre que amaba... Tomó valor y fiel a su determinación de apoyarlo, le dijo:

 

-Si Fandral está decidido, dile que hable con Padre... te juro, Loki, que yo lo apoyaré, que no permitiré más negativas del noble Odín, que tu bebé no nazca sin su otro padre a su lado, que en lugar de este pobre sustituto que mi persona te ofrece, sea él quien te acompañe en momentos tan importantes… ¡Hermanito, yo daría mi vida por no verte sufrir!

 

-Eres demasiado noble... demasiado…- repuso el menor, enternecido por la pasión con que el rubio declaraba lo que sentía, pero evitando darle una respuesta directa.

 

Y fue durante la clase de respiración, que la matrona solicitó que los dos pudieran las manos abiertas sobre el vientre, que sintieran los movimientos del bebé y que le hablaran en voz muy bajita. Thor no sabía muy bien si debía atreverse... tocar a su hermano sin traicionarse a sí mismo, pero Loki se levantó la túnica y por primera vez, dejó ver la hermosa barriguita, tensa, curvada, en una piel de alabastro todavía inmaculada... pero que en pocas semanas se vería abierta para el nacimiento de su hijo.

 

-Pon las manos, hermano... Para esto me acompañaste ¿No?- murmuró suavemente, tomando las manos enormes para colocarlas con cuidado, abiertas, cálidas, amorosas... Thor temblaba de la emoción al sentir aquella pancita, la apretó con suavidad, percibiendo su tibieza, su toque sedoso... Loki se estremeció, como la caída del rayo que su hermano comenzaba a dominar, sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal... además, su bebé comenzó a saltar alegremente cuando los dos hermanos colocaron sus manos y comenzaron a acariciarlo... Loki no pudo evitar comparar las escasas ocasiones en que el padre de su bebé estuvo así de cerca como para tocarlo. Nunca el pequeño respondió como ahora lo hacía por Thor-Parece que está contento de que estés a su lado...

 

-¡Oh, por todo lo eterno!- exclamó el rubio, maravillado de lo que sus dedos estaban sintiendo, y de lo que su corazón se permitía también sentir... Las lágrimas se le agolparon en los zafiros de sus ojos, porque era increíble el amor que crecía para dedicarlo a su hermano y también al pequeño que todavía no conocía. Deseó ardientemente que un milagro ocurriera para que los sentimientos más privados de su corazón llegasen hasta Loki y no fueran rechazados... ¡Que Loki lo amara como comenzaba a amarlo él! Era algo que se antojaba imposible, hasta para un Dios... pero igualmente lo deseó... con toda su alma, con todas las fuerzas... se movió para quedar frente al menor, y pegar el rostro a la barriga grávida y murmurar, apenas en un susurro, apenas rozando el mosto de la piel de durazno- Por favor... por favor, pequeño encanto... acéptame...

 

-¿Qué dices, Thor?- preguntó Loki, todavía con los ojos entornados y gozando infinitamente con la conexión lograda entre él, su bebé y su hermano mayor- ¿Por qué crees que no te aceptará? Eres su tío... y me has apoyado como nunca imaginé que podías hacerlo...

 

-Es sencillo apoyarte Loki, porque yo... yo te...- a Thor se le atoraron las palabras en la garganta y Loki ladeó la cabeza graciosamente, alentándolo a seguir adelante- Yo...

 

-Yo también te quiero...- respondió el menor, acariciando la solar melena de Thor- Eres un hermano muy bueno, Thor... muy bueno... El mejor hermano que puede existir. Yo lamento todas las veces que no te tuve paciencia en el pasado, o cuando me enfadaba contigo por obligarme a acompañarte a las fiestas. Ahora veo que debí hacerte caso, que contigo a mi lado quizá no hubiese cometido los errores que han roto mi vida...

 

-¡Tú no estás roto! No digas eso, por favor... Eres un hijo de Asgard, el segundo Príncipe... Eres Loki y los nueve mundos te conocen y te respetan… Tu magia es poderosa, tu inteligencia es envidiada... y además, estás a punto de dar vida. No estás roto, hermano mío y yo siempre estaré a tu lado...

 

-¿Por eso le pides a mi bebé que te acepte?

 

-Sí... Que me acepte como si fuera un padre, al menos mientras puedo devolverle al verdadero...

 

-¡Oh, Thor!- Exclamó Loki, sonrojándose con violencia y desviando su rostro a un lado- No sabes lo que dices...

 

***

 

Thor tenía una forma muy especial de hacerse querer, era empalagoso y siempre estaba abrazando y levantando en peso a las personas, dándoles palmadas y riendo en voz alta. Quizá por ese carácter expansivo era que las chicas morían por él... por sus favores, por sus miradas y por sus besos. Esa cualidad de estar siempre rodeado de amigos, de novias, de personas que lo halagaban y lo atendían, chocaba terriblemente con la soledad de Loki…

 

Nunca comprendió la insistencia del rubio por tenerlo a su lado hasta que comenzó a acompañarlo a las clases vespertinas. Thor era amable con él... atento, caballeroso. Se interesaba profundamente por su embarazo, había aprendido todo lo que las matronas le pidieron y ahora era su compañero insustituible en la ceremonia del nacimiento.

 

Cuando el bebé anunciara que estaba listo para llegar al mundo, Loki tenía que comenzar un ayuno ceremonial y orar por la salud del recién nacido. Los dolores del parto estarían presentes hasta que los Sanadores le dijeran que ya era tiempo de extraerlo... al no tener un canal de parto natural, el bisturí cortaría sus carnes para lograr que la criatura saliera al mundo, lo temible era que Loki no estaría dormido, sentiría cada corte y sufriría cada dolor como expiación. Ya que no podía sentir el parto igual que una mujer, al menos debía asegurarse que le dolería igual. Lo exigían así las antiguas costumbres, y ante los raros casos de varones preñados, nadie se ocupaba de actualizarla.

 

Odín incluso, jamás pensó que esa Ley pudiera aplicarse con uno de sus hijos.

 

-¿Tienes miedo del momento en que tu carne sea cortada? He escuchado que igual que las mujeres en el parto complicado, los varones mueren porque no soportan el dolor... ¿Tienes miedo de morir?

 

-Tendría miedo si nuestro hijo se quedara desamparado... pero sé que no sucederá.- respondió Loki, mientras se vestía a toda prisa.

 

-No seas estúpido, Loki... Si tú te mueres, yo no voy a quedarme con esa enorme responsabilidad. Más vale que seas fuerte, que sobrevivas y te ocupes del niño...

 

-Acabamos de hacer el amor... recién has visto mi cuerpo y el tamaño de mi vientre y dime... ¿Aún así no has sentido nada por tu hijo?

 

El amante de Loki se movió con inquietud, su forma de arriscar el labio fue suficiente revelación para al corazón enamorado del pelinegro: Sentía asco de verlo, su figura esbelta, estilizada, su vientre plano eran cosa del pasado, al menos por el momento... verlo con aquella curva, verlo con aquel ensueño, hablándole del próximo nacimiento, de hacerse cargo de un niño... no eran temas de su agrado.

 

-Lo siento, Loki... en realidad ni siquiera me parece que deberías tener sexo en tu estado...- le dijo, rompiéndole brutalmente todas sus ilusiones- Claro que si después... si sobrevives... quizá quieras rehacer tu vida, puedes dar al crío en adopción... y si me aseguras que no te volverás a preñar… quizá considere volver contigo… piénsalo ¿Sí?

 

***

 

Fandral no supo exactamente de dónde salió la sombra enorme que le atenazó por los hombros y de un movimiento contundente y violento le puso de espaldas a la pared. La cabeza botó contra la piedra y sonó como si golpearan un tambor, y cuando al fin pudo disipar las campanitas de sus oídos, prestó atención y reconoció el rostro congestionado e iracundo de Thor, que le gritaba sin cesar.

 

-¿Qué te sucede, Thor? ¡Tranquilo! Explícame antes de agredirme de esa forma… ¿Qué tienes?

 

-Eres un infeliz- le dijo el rubio, sin disimular su odio- Mejor dime tú que le has hecho a Loki...

 

-¿Yo?

 

-¡No finjas ante mí! He dado mi palabra de que apoyaría a mi hermano, de que lo protegería a toda costa... y Loki ha llorado toda la noche y todo este día, sin querer salir de sus habitaciones... Eres en verdad un canalla que no tiene honor...

 

Y sin mediar aviso, el puño cerrado del rubio se estampó en el rostro del otro, haciendo reaccionar a Fandral, que se defendió moviéndose con agilidad y esquivando los siguientes golpes, hasta que pudo colocarse a una distancia segura del príncipe y encararlo.

 

-¡Basta de estupideces, Thor! ¿De qué carajo me estás acusando? ¡No he visto a Loki! ¿Cómo puede estar llorando por mi causa?

 

Thor se le acercó lo suficiente para echarle el aliento encima, casi frente con frente, bufando y aprisionándolo por las solapas de su elegante chaqueta de cuero escarlata, de manera que no se le iba a escapar nuevamente... al menos hasta que le arrancara la vida a puñetazos.

 

-He visto las marcas que le dejaste en el cuello ¡Eres asqueroso!- acusó, esperando que Fandral por fin dijera algo sobre las entrevistas clandestinas que tenía con su hermano, dando una cara caballerosa en público y obviamente tratándolo mal en privado- Ni siquiera respetas que tu hijo está por nacer...

 

-Thor...- dijo entonces Fandral, dejando de resistirse al rubio y con el gesto de decepción mas grande de los nueve reinos- Yo no hice llorar a Loki... yo no lo marcaría en la piel, como si fuera de mi propiedad... te juro por lo más sagrado que he intentado acercarme decentemente... pero no lo he logrado, nunca le he dado un beso siquiera...

 

-Estás mintiendo...

 

-Pregúntale a él...- insistió el futuro espadachín, moviendo la cabeza con gesto abatido- Yo lo he amado desde que era un chiquillo de cabellos revueltos y carácter huraño, lo he esperado con paciencia y ¡Por las barbas de Odín! Le ofrecí hacerme cargo de él y de su bebé... pero no fui aceptado...

 

-¿Me estás diciendo que tú no eres el padre del hijo que espera Loki?

 

-No lo soy...

 

***

 

Loki dormía en una posición que se veía algo incómoda. Sentado sobre la hierba y reclinado en el tronco de un enorme y frondoso encino. Un libro había resbalado de entre sus manos hasta caer a un lado... Frigga se inclinó para tomarlo y hojear lo que su hijo leía:

 

“Tratado de Medicina Reproductiva de los Jötnar”

 

La Reina sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo ¿Por qué Loki leía sobre los Gigantes de Hielo? ¿Acaso sospechaba sobre el secreto que ella y su esposo, el noble Odín, guardaban sobre el menor de sus vástagos? Jamás le habían dicho nada a Loki, ni a Thor o Balder... muy pocos lo sabían o lo recordaban… de como el bebé abandonado por los gigantes en el templo había sido llevado hasta su hogar, de como el Rey de Asgard le pidió que lo aceptara y no lo tratara como el hijo de su enemigo… y Frigga, conmovida ante la belleza de aquel pequeño ser de piel azul y ojos del color del fuego, vulnerable, hambriento, lloroso, no solo lo aceptó sino que lo hizo parte de la familia. Loki había crecido siendo uno más de los hijos de Odín, y hasta el día en que fue llevado Balder, nadie le discutía sus derechos como segundo Príncipe de la sangre... Entonces ¿Por qué estudiaba sobre la raza de sus padres biológicos? ¿Acaso sabía o sospechaba algo?

 

-¿Quiere que lo lleve a su alcoba, Majestad? La tarde luce fría y parece que lloverá...

 

-Si, Balder... Gracias por hacerme ese favor- dijo la dama, sonriendo a su hijastro, quien usando sus fuertes brazos, levantó al muchacho pelinegro y caminó con él, sin acusar molestia alguna, de regreso al interior del castillo.

 

Con el movimiento, Loki pareció despertarse un poco, y creyendo que estaba en el mejor de sus sueños, se abrazó a su medio hermano, colocó su mano entre la blonda cabellera, halando los rizos como si quisiera acercar la cabeza para besar sus labios y murmuró muy quedamente: “Mi amor…”

 

-Quieto, hermanito...- dijo Balder, con su voz suave, moviendo un poco a Loki, para acomodarlo entre los brazos y alejarlo de su rostro al mismo tiempo- Madre estaba preocupada por ti...

 

-¿Madre?- exclamó el menor, abriendo los ojos sobresaltado.

 

Se vió entonces en los brazos de su hermanastro, subiendo la enorme escalera que llevaba hasta el tercer piso, donde se encontraban las habitaciones de los Príncipes. Los ojos grises de Balder lo miraban con severidad, sin duda, no aprobaban que entre sueños, Loki quisiera besarlo y los giraba de manera que se diera cuenta de la presencia de la Reina, quien atenta al consentido de su corazón, sonreía tomando el gesto como lo que era… su deseo subconsciente de estar al lado de aquel que amaba.

 

-¿Con quién soñabas, querido?- le preguntó dulcemente, mientras lo miraba luchar por colocar los pies en el piso.- Yo creo que puedes confiar en mí y en tu hermano, que te amamos... dime ¿Me contarás?

 

-¿Yo?- titubeó el de ojos verdes- Creo que... soñaba que... ¿Quieres bajarme, Balder? Yo puedo caminar solo...

 

-Te llevaré a la cama- rió el otro, sin permitirle hacer nada- Se lo prometí a la Reina Frigga.

 

Loki enrojeció, todavía estaban a mitad de la escalera cuando Thor apareció y se dirigió hasta ellos. Absolutamente preocupado por ver como llevaban a su pequeño hermano y por la presencia de su madre. Frigga tuvo que calmarlo explicándole varias veces que Loki no tenía nada, que solo lo encontró dormido en los jardines y no quería despertarlo, pero que no lograron llegar hasta su alcoba antes que abriera los ojos.

 

-¿Es cierto, Loki? ¿De verdad estás bien?- le preguntó directamente al pelinegro, echándosele encima a Balder para prácticamente arrebatarle al menor y revisarlo por sí mismo- ¿Tu bebé se encuentra bien?

 

-¿Estás juzgando a tu madre como una mentirosa, Thor Odinson?- cuestionó Frigga, mas divertida que ofendida por la preocupación que mostraban los hermanos entre sí.

 

-¡Jamás, señora!- respondió Thor, inclinándose ante su madre y disculpándose por dudar de ella- Solo es que tuve miedo que algo malo sucediera...

 

-Has estado tan cerca de tu hermano, hijo mío... lo has acompañado, lo has visto crecer en amor por su pequeño bebé. Entiendo tu preocupación...

 

-Vamos... Thor, casi es la hora de hacer mis oraciones- interrumpió Loki, aliviado de verse libre del incómodo transporte en que era llevado- Quiero ir a la terraza para respirar aire fresco...

 

-Pero está lloviendo, te vas a enfermar- agregó Balder, con fingida preocupación.

 

-Thor controla la lluvia ¿Crees que él me permitiría mojarme?- repuso el menor, tomando de la mano al rubio mayor y llevándolo con él hasta la hermosa y verde terraza familiar, mientras dirigía al hermano de en medio una significativa mirada. Loki no le creía esa aparente preocupación, ya que abiertamente y frente a todos, incluyendo a Padre de Todo, Balder siempre le demostraba indiferencia y asco.

 

***

 

La tormenta podía ser recia y ensordecedora, pero tal como Loki había dicho, él y Thor permanecieron en una especie de área sin lluvia, un círculo a su alrededor creado por el rubio para permanecer en medio del torrente sin que les salpicara una sola gota. De esa forma, Loki realizó los ejercicios que ahora eran obligatorios a diario... se concentraba, imploraba al Dios Freyj su protección, mientras practicaba la mejor forma de soportar la cirugía sin el alivio de la anestesia o hechizos que desaparecieran el dolor.

 

Quizá era una costumbre bárbara, que todavía causaba la muerte de algunos varones, pero nada podía evitarlo... eso marcaba la Ley antigua de Ygdrassil y el joven Príncipe estaba dispuesto a acatarla. Thor no podía evitar mirarle mientras permanecía sentado, meditando, con los ojos cerrados, alzando la cabeza y repitiendo las ancestrales runas que le darían la fuerza para soportar el dolor. Tenía el gesto sereno, aunque una lágrima bailaba en el extremo de sus negras pestañas... el pecho subía y bajaba suavemente, mientras sus manos finas y blancas se posaban sobre su abdomen ya voluminoso. Todo eso alegraba los ojos de zafiro... porque Thor sabía ya cuanto amaba a su hermano, callado, discreto, le entregaba el alma y el corazón a cada minuto que pasaba junto a él y por eso quizá era que le dolía tanto ver las infames marcas en su cuello...

 

Si Fandral no era el padre del bebé como le había jurado y Loki no se ocupaba de desmentir su creencia, si existía otro al que, obviamente, el pelinegro aún recurría y por eso le permitía que le dejara marcas en la piel, reclamándolo como bestia en brama que marca su territorio... ¿Quién era entonces? ¿Y por qué, por todos los infiernos de Hel, Loki le protegía? Thor moría de celos... y su penar era doble porque no podía confesarle a su hermano el extraño amor que albergaba por él...

 

-¿Cómo se va a llamar?- le preguntó cuando, terminando sus ejercicios y oraciones, Loki se sentó arrodillado al lado de Thor, y juntos contemplaron la escampada, que junto al sol del atardecer hacía brillar las flores y las hojas en las gotas y la humedad dejada en los jardines de Valhalla- Falta tan solo una semana... Tu hijo nacerá y todavía no me has dicho como lo nombrarás...

 

Loki permitió al rubio reclinar su cabeza sobre sus piernas, y comenzó a trenzarle los solares mechones con un suave tacto que estremecía al mayor.

 

-Padre dice que le corresponde al cabeza de familia elegir el nombre... Y por eso él desea nombrarlo.

 

-¿Y tú estás de acuerdo con él? Es posible que tengas un nombre en la mente y si lo sugieres, también es muy posible que Padre lo acepte... Tu lo sabes, hermanito. Son en realidad las madres, que mandan en la casa, las que mandan también en la vida de los guerreros, aunque ellos crean lo contrario...

 

-¡Si, sé a lo que te refieres!- rió Loki, derramando su risa como agua fresca sobre el desierto sediento, que era el corazón de Thor- Madre me lo ha dicho también. Y como yo seré en cierta forma, mi propio cabeza de familia, cuando pueda mantenerme solo y sostener a mi hijo, entonces he pensado mucho en su nombre... quiero que sea un nombre digno de un niño que nacerá entre adversidades, por lo que los oráculos han manifestado que será fuerte, que será un gran guerrero, que enfrentará las batallas con honor.

 

-¿Quién ha leído los oráculos para ti?

 

-Madre... cuando practicamos magia, ha convocado a las nornas y me asegura que mi hijo vivirá, y que tendrá un futuro glorioso... Sin embargo, no está muy segura sobre mí...

 

-¿Sobre ti? ¿Sobre como soportarás el parto?

 

-Quizá... es confuso mi futuro... Por eso he pensado demasiado la consagración de mi hijo. Si yo muero cuando él nazca o poco después de su nacimiento, debe tener un protector que vele por su vida, por su educación... y al mismo tiempo, que le dé el cariño que su otro padre le ha negado y que yo mismo no pueda darle...

 

-¿Y... a quién has elegido para consagrar a tu hijo?

 

Loki se sonrojó, perdido momentáneamente en el mar profundo de los ojos azules de su hermano. El corazón le palpitaba con fuerza, pero estaba más seguro que nunca de que su decisión era la correcta.

 

-Será consagrado al Dios del Trueno... será consagrado a ti, hermano...

 

-¿Es verdad eso?- exclamó el mayor, saltando de alegría, colocándose también de rodillas frente a Loki y tomándole el rostro con ambas manos- ¿Me dejas el honor de velar por tu hijo?

 

-No puedo pensar en otra persona que vele por él con amor y devoción... tú le pediste que te dejara amarlo como si fueras su padre. Pues mira, hermano... el verdadero padre de mi hijo no quiere hacerse cargo de él si yo muero, lo cual me ha partido el corazón. Madre se ofreció a cuidarle, pero no puedo garantizar que crezca en libertad si está bajo el yugo de su Majestad Odín...

 

-Es nuestro padre...

 

-Pero toda mi vida he sentido su injusticia sobre mí... quizá tú no lo puedes ver, porque eres amado y consentido... pero yo en cambio, he quedado relegado una y otra vez, oculto en la sombra de tu brillo, sin que Padre reconozca mi valor por mí mismo... mucho menos ahora que soy a su orgullo, una basura sin honor, un desvergonzado que no merece apenas sino la lástima de su omnipresencia... por eso, hermano, no consagro a mi hijo a Madre, y ella lo entiende, y sé que igual lo amará y lo protegerá, pero no podrá escapar de las reglas que imponga su esposo...

 

-Padre no permitiría que a un hijo de sangre real le sucediera algo malo...- declaró Thor, que muy en el fondo sabía que Loki tenía razón- Y estoy seguro que lo amaría como te ama a ti...

 

-Pero yo prefiero que quede bajo tu amparo y de nadie más... a menos que tú no desees que te nombre en la oración de consagración...

 

-Por supuesto que acepto tan alto honor Loki, yo no te defraudaré... tu hijo será como si fuera mi propio hijo para siempre, lo juro por mi honor.

 

-Entonces elegí bien su nombre, hermano mío... y eso me hace tan feliz.

 

Loki se veía tan adorable, tan ilusionado con lo que estaba a punto de cambiar su vida, que al parecer no le importaba ya tanto el dolor por el que habría de pasar, ni la pobre respuesta de su pareja respecto a tomar sus responsabilidades como padre. O acaso era que Thor lo veía maravilloso, con su hermosa sonrisa adornando el rostro más perfecto, con los ojos de esmeralda más brillantes y enloquecedores que nunca serían igualados por nada, ni por nadie...

 

-¿Y cómo lo vas a llamar, entonces?- volvió a preguntar el orgulloso tío y ahora, protector.

 

-Lo pensé mucho... llamarlo Thor no me sería permitido jamás, pero como has sido mi incondicional amigo, apoyo y hermano... quiero que de alguna forma lleve tu nombre. Investigué un poco y sé que en Midgard, uno de los pueblos de la germania te venera bajo otro nombre...

 

-Lo conozco… Padre detesta ese culto, pero yo lo adoro.

 

-Mi hijo se llamará Donnar... igual que tú, mi querido y respetado hermano...

 

Conmovido hasta las lágrimas, Thor no soportó más. Tenía varios minutos ya con las manos sobre el rostro de Loki, su aroma le encantaba, el timbre de su voz le fascinaba y su cercanía lo tenía hipnotizado. Loki debió ver algo diferente en el rubio porque de pronto dejó de reír para también perderse en las varoniles facciones de su hermano.

 

-Eres muy importante, Loki… en mi corazón...- dijo Thor, halándolo con firmeza para depositar un rápido y suave beso sobre los apretados labios del menor. Loki abrió los ojos con espanto... sabía que eso iba a suceder, pero definitivamente no era lo correcto- ¿Me entiendes?

 

-Somos hermanos... somos hermanos...- repitió con voz ahogada por las encontradas emociones que lo recorrían- Esto no debe suceder... no...

 

Thor lo dejó levantarse y correr de regreso a las habitaciones. Se había arriesgado y todo salió mal... las probabilidades de que así fuera eran muy altas, claro que eran hermanos, claro que era natural que Loki reaccionara así. Y sin embargo ya se lo había dicho, que era especial... quizá debió decir claramente “Te amo” pero entonces Loki retiraría su promesa de consagrar a su bebé en su honor y tampoco quería perderse de eso…

 

-Donnar…- repitió para sí mismo, con una sonrisa de satisfacción- Donnar Lokison... me gusta...

 

Se puso de pié todavía feliz por lo acababa de suceder, por probar los labios del pelinegro, por haberle hecho sentir su apoyo y su cariño... quizá el milagro aún estaba lejos de realizarse, pero seguía trabajando con empeño en que sucediera.

 

Entonces se dio cuenta de cierta conmoción dentro de los pasillos del palacio. Preguntó al primer guardia que se encontró que cosa sucedía y la respuesta le electrizó:

 

-El Príncipe Loki ha entrado corriendo en busca de su Majestad la Reina... al parecer, el nacimiento de su hijo está sucediendo.

Notas finales:

Les dejo el tercer capítulo, Donnar es el nombre que los pueblos antiguos de Germania (Alemania) le daban al Dios del rayo... por eso Loki lo eligió.

Gracias por sus comentarios y feliz lectura!


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