Capitulo 7.Retorno.
En una casa-mansión, tres personas se encontraban en la entrada principal en una situación bizarra. Un mayordomo muy apuesto viendo todo indiferentemente en la cima de las escaleras, un rubio a unos cuantos escalones por llegar a bajarlas con expresión seria y un moreno impresionado lleno de confusión y algo de miedo.
- Na… Naruto – Sentenció aun no creyéndoselo el Uchiha. Se formo un silencio donde se reinaba un ambiente extraño y pesado. Sasuke sentía su cuerpo temblar del asombro… ¿Podía ser real?
- ¿Estabas al tanto? – Dijo Naruto claramente refiriéndose a la persona de tras de él. Sus ojos azules se agudizaron con recelo al moreno alto quien sonrió burlonamente.
- Absolutamente, pero creí que era algo sin importancia – Sus ojos se tornaron fríos, juguetones, rasgados, pero sin perder su color – Ya que es alguien que usted no deseaba ver – Naru frunció el ceño.
- Bastard…
- Pero dejemos eso a un lado. El punto aquí es que esta persona claramente entro sin invitación previa y además fisgoneaba el lugar – Sebastian suspiro fingiendo preocupación posando una mano en su mejilla – Ahora que ese jovencito acaba de verlo es obvio que se armará un gran escándalo – Su sonrisa volvió a aparecer y la mano en su mejilla se deslizo lentamente hacia uno de sus ojos donde veía atreves de sus dedos y sonría con cinismo – A menos, que quiera que lo calle para siempre – Naru no aparto su mirada seria hasta que miro hacia Sasuke quien aun estaba en shock.
- Eso es innecesario – Dijo bajando los últimos escalones. Sasuke al sentirse débil por la cercanía de algo sobrenatural cayó de rodillas al suelo siguiendo temblando. – Jamás creí verte así – Dijo serio para sonreír con sorna – Me es muy satisfactorio – Y dicho esto se agacho para acercar sus labios al oído del moreno – Esto es un sueño – Y sin más cubrió la nariz del ojionix que aspirando se mareo y cayo inconsciente al piso que justo había una alfombra.
- Vaya, con que anticipando las medidas – Sonrió Sebastian.
- Sabia que podía ser alguien de mis antiguos compañeros, así que antes que hicieras algo que ni siguiera te autoricé vine a encargarme – Levantándose y mirando severamente el moreno quien no se inmutaba. – Escúchame bien… - Pero los sentidos de Naruto fallaron y recibió un fuerte mareo que lo obligo a caer, para rapidez de su servidor, en los brazos de Sebastian.
- Oh que pena, le dije que no se levantara, ahora esta aun más débil que antes – Suspiro – Eso solo atrasa sus deberes – Dijo muy cerca del rostro del rubio quien se avergonzó quedamente por la cercanía, aunque interiormente estaba muy nervioso.
- Dame mi espacio – Sebastian alejo su rostro pero no soltó a su amo, es más, lo cargo en forma nupcial - ¿Disfrutas acatar órdenes a tu interpretación? – Sebastian cerró los ojos y ensancho su sonrisa.
- Su condición no le permite estar ni de pie, Bocchan. Yo como alguien que debe velar su salud, no puedo permitirme que por la terquedad y negligencia de mi joven amo ésta empeore atrasando sus deberes – Naru hizo un ligero puchero al ver la elegancia con la que era regañado, pero luego bufo.
- Jah. No eres quien para hablar de esa manera. Si no fuera por la soberbia y al parecer la carencia de neuronas de mi sirviente, yo no tendría que estar aquí abajo ocupándome del asunto por andar preocupándome al dejar en sus manos, a tal persona, el resultado por sus acciones – Soltó con audacia y mordaz, ambos se miraron chocando miradas al ver guerra en ese momento.
- Creo que por ahora lo más importante es ver que haremos con el jovencito Uchiha – Naru miro a Sasuke y sintió algo en su interior, sus ojos tuvieron un ligero brillo que se opaco al instante.
- Llévatelo – Dijo autoritario – Llévalo a su casa. Sería una molestia que las cosas empeoraran para mi regreso si hay una desaparición, y más aun si es el hijo de una de las familias principales en los negocios – Miro a Sebastian – Lleva al Uchiha a su casa sano y salvo, seguro que lo recordara como un mal sueño – Sonrió de medio lado – Por ahora – Sebastian miro los ojos azules de su nuevo amo y sabia que este se deshizo rápidamente de un ligero sentimiento, los humanos eran tan obvios.
- Entendido – Dijo con su elegancia – Pero primero debo devolverlo a su cama – Comenzando a subir escaleras arriba dejando tirado al moreno como si el piso mismo fuera – Oh, tal vez aproveche y le dé un baño, ya que no es muy higiénico vivir de baños de esponjas – Al instante la cara del rubio se hizo roja.
- Oye, espera, te prohíbo…
- Debería darme prisa, ya que tengo muchas cosas que hacer – Acelerando el paso.
- ¡Espera Sebastian, te dije que no! – Asustado de ver que su demonio ni quería escucharlo.
- No hay tiempo que perder sino el señorito Uchiha puede que pesque un bicho ahí en el suelo – Continuaba con una sonrisa divertida de la situación.
- ¡Si es así, llévalo primero a él cabrón! ¡Nooooo! – Pataleo hasta que ambos se perdieron escaleras arriba, seguro que Naruto iba a ese día conocer mucho la incomodidad y la vergüenza.
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- Sasuke… - Sus ojos se abrieron al oír esa voz y de nuevo… estaba ahí, en ese lugar.
- Naruto… - Murmuro aun no creyéndoselo. Lo miro ahí, parado a unos escalones más, su cuerpo no reaccionaba por todas la emociones sentidas y los recuerdos de días anteriores y posteriores en los que vivió con y sin Naruto.
- Sasuke… si viniste – Dijo Naru con una sonrisa entre afligida y anhelante, con sus ojos aguándoseles de la emoción. Sasuke con ver eso por fin reaccionó y se levantó para acercarse despacio hacia el rubio como temiendo que si al tocarlo este se desvaneciera.
Cuando llego miro a Naruto, este sollozaba ligeramente cubriendo sus ojos con sus manos en forma de puño, su cuerpo como lo recordaba, esbelto y siempre frágil pero no perdiendo su toque masculino. Su piel, que a simple vista parece áspera es un engaño ya que es suave y tersa. Embobado acaricio con lentitud, como si fuera de hielo fino, la mejilla de Naruto. Sasuke suspiro, si era como siempre, suave. Naruto al tacto del moreno se quito con lentitud sus manos y dejo ver sus ojos bañados en lágrimas. El corazón del moreno latió con fuerza, eran sus ojos ¡Eran los ojos de Naruto! Esos pozos tan azules, lleno de tanta vida como de pureza, invitándote a mirarlos eternamente.
- Si eres Naruto – Sonrió sintiendo como ahora a él se le aguaban los ojos. El rubio sonrió ampliamente sonrojado, para el azabache esa visión era esplendida, una que su corazón amaba y guardaría con recelo protegiéndola, ya nadie se lo quitaría. –¿Cómo…? No, no importa cómo, estas aquí. Y si estás aquí, me es mas que suficiente – Lo abrazo tan fuerte, atesorándolo con tanto furor que su cuerpo que era siempre indiferente y serio no podía controlar o saber cómo llevar.
- Sasuke…. En la obscuridad, siempre estuviste en mi mente. Siempre… aunque no quisiera – Aceptando el abrazo. Al Uchiha le extraño un poco ese comentario pero no iba a preguntar y no iba a soltarlo.
- Naruto…. Estoy tan feliz que no se cómo… yo jamás quise decir eso – Enterrando su nariz en los cabellos del blondo – No eran mis palabras, pero sé que debía medirlas. Tampoco hubo nada con aquella estúpida chica, solo lo hice buscando la manera de ayudarte. Pero lo arruiné, fui un imbécil, fue estúpido de mi parte – Lo apretó mas sintiendo ganas de llorar, es más, estaba llorando – Lo único que tenía que hacer era no abandonarte, cuidarte y darte cariño. Eso era lo único que debía hacer, pero no sé como pensé que haciendo eso te ayudaría. También mis obligaciones me tenían frustrado ¡Quería estar contigo! Pero no había tiempo, y me enredaba cada vez más y cuando me buscabas me frustraba ya que quería mandar todo a la mierda e ir contigo pero, siempre pensaba que debía aguantar y acabar con todo. Para que estés tranquilo – Lloro e hipo acongojado – Lo sé, lo sé, fui un idiota, un imbécil, un bastardo. Pero te prometo que no volverá a pasar, estaré desde ahora contigo, esta vez no dejare que nada nos separe ni te haga mal – Los ojos de Naruto se abrieron y luego se entrecerraron muy brillosos. – Naruto – Repetía anhelante – Naruto, yo siempre… siempre hacia a ti… - El rubio tragó y se permitió derramar un par de lagrimas mas antes de separarse -… ¿Naruto?...
- Sasuke… - Pero el rubio corto el abrazo mirándolo con… ¿Compasión?
- ¿Naruto? – Confundido.
- Igual yo – A Sasuke le comenzó a bombear el corazón con fuerza – Yo también me siento igual, siempre hacia ti… - Con una expresión esperanzada, pero no terminó lo que iba a decir y bajo la cabeza – Pero es tarde… Paso todo esto y… y al parecer todo se resumió aquí – De sus ojos brotaron mas lagrimas, Sasuke no entendía nada – No podremos volver a ser como antes – La expresión de Naruto se torno seria y fría, Sasuke quedo congelado – Porque ahora hay algo más importante. – Se acerco a Sasuke y lo abrazo fuerte – Y también eres parte de ello – Susurro de forma helada deteniendo a Sasuke quien iba a corresponderle el abrazo. Se separo y le regalo una bella sonrisa. Sasuke no entendía nada pero era como si algo le impidiera hablar en ese momento. El rubio comenzó a caminar en retroceso y luego se giro para seguir caminando.
-Naruto… - Las fuerzas para hablar retomaron pero no se podía mover - ¡Naruto!
- Sayonara – Dijo dulcemente desolado.
- ¡¡NARUTOOOOOO!!
Despertó exaltado y se sentó en lo al parecer era su cama. Miro el lugar confundido ¿Qué diablos hacia allí? Se suponía que debía estar en…
- Habrá… ¿Habrá sido un sueño? – Tomándose su frente desconcertado de lo que creía y lo que en realidad paso. – No… es imposible – Meditando con las manos entrelazadas a la altura de su frente.
No, no era posible. Había algo, algo sentía que entre un pequeño lapso, en el que el rubio estaba en las escaleras hubo un cambio de ambiente. Ambos eran sombríos, pero el segundo, en donde Naruto le hablaba de esa manera dulce y distante… era diferente, como si fuera un sueño de lo que le siguió a algo que era absolutamente real. Pero estaba tan shockeado que ahora no podía diferenciar que era cierto y que no ¿Siguiera podía permitirse soñar así con él? Meses deseando encontrarse con Naruto en algún sueño en que le hablara, y cuando pasa… sucede que no estaba conforme y se sentía fatal.
¿Qué se supone que era aquel presentimiento que tenia?
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Por fin había terminado su turno, o mejor dicho sus horas, ya que si había una emergencia debía presentarse inmediatamente. Suspiro cansado y movió sus hombros en busca de relajar un poco estos, no podía solo dejarse llevar por su parte humana que le decía que descansara o pidiera unas vacaciones, primero debía hacer otras cosas.
Sin más que decir miro su reloj y comenzó a caminar sin notar que era seguido de cerca por cierto pelirrojo quien le miraba atento. Dei caminaba tranquilamente y entro a una confitería donde el pelirrojo apoyándose en el vidrio miro hacia adentro comprobando que el rubio miraba algunas golosinas. El ojiceleste llamo al dependiente para preguntar un par de cosas que este muy gustoso respondía ganándose una sonrisa del médico y al parecer compro una bolsitas de algún dulce que Sasori no pudo identificar.
Luego de eso se oculto detrás de la separación de paredes que había entre tienda y tienda al ver que el rubio salía. Se asomo para ver hacia donde se dirigía, en ese momento Dei sintiendo una mirada volteo, aunque Sasori logro ocultarse al ver que Dei giro, el rubio algo confundido negó un poco y siguió su recorrido. Luego de eso entro a una cotillón, Sasori perdió pista de Deidara al ver que las ventanas de la tienda estaban repletas por adornos, joyas de fantasía, suvenires, cosas de quinceañeras, etc. Así que trataba de mirar cómo podía, como sabía que no lo conseguía camuflado como pudo entro a la tienda. Se oculto tras un montón de adornos de carnavales y miraba a través de las plumas amarillas a Dei, quien ya estaba formando para pagar en la caja mientras miraba su reloj. Sasori le miro intrigante al ver que pagaba algo y otra vez no pudo ver qué rayos era. Cuando el rubio salió de la tienda salió también aunque freno de golpe al ver al rubio fuera de la tienda de espaldas a él mirando dentro de su bolsa. Dei al sentir una presencia atrás suyo volteo pero solo había un muñeco payaso enorme frente a él.
- Wow ¿Cuándo apareció esto? – Algo impresionado por el pequeño susto. Miro al muñeco detenidamente, acercándose a él muy cerca, mirando a la cara de este muy fijamente con sospecha. - ¿Qué ra…? – Pero el sonido del “Bip bip bip” lo saco de sus pensamientos – Se me hace tarde – Y sin más se apresuro a irse.
El muñeco se quedo ahí parado hasta que una chica de la tienda salió.
- Lukia, volviste a dejar al muñeco afuera – Dijo algo cansada.
- Lo siento, ya lo meto – Salió el chico y tomando el payaso lo metió con ayuda de la chica.
Al apartar el muñequito dejo ver a una persona leyendo un periódico enorme, este al bajarlo dejo al descubierto que era Sasori quien suspiro “Por poco” fue su pensamiento. Vio como el rubio compro en un kiosco pequeño y compro un cordel.
- ¿Qué es lo que está haciendo? – Murmuro más para sí.
- Eso podría preguntarte yo a ti – Una voz a su espalda impresiono al ojimarrón quien lanzo un ligero grito grave, capturando la atención de algunos y de Dei, pero no había nadie. Arqueando la ceja algo extrañado continúo su tarea. Mientras Sasori escondido en la pared rodeando el cuello de otro individuo y tapaba su boca con su otra mano suspiró aliviado - ¡¿Estás loco?! ¡¿Por qué me sigues idiota?! – Pregunto alterado.
- Ey, aquí el que hace lo mismo no puede criticar a otros – Se soltó y le miro suspicazmente – Me vas a decir ¿Por qué sigues a el lindo Dei? – Sasori bufo por el apelativo que uso para referirse al rubio.
- Solo me preocupo, ya he dejado que otras veces se vaya a quien sabe donde a hacer quien sabe que. La verdad es que estos días, mas especifico los jueves de cada mes lo veo de aquí para allá – Puso pose pensativa – Creo que más o menos tengo una idea, pero no quiero especular nada – Asomándose para divisar al rubio – Maldición, se me fue lejos – Viendo solo un punto amarillo – Vete a casa, adiós – Dijo para emprender de nuevo la persecución.
- Claaaaarooooo…. Como si te hiciera caso – Sonrió juguetón Yahiko y comenzó otra vez a seguir a Sasori.
Ya como no pudo deshacerse del pelinaranja no le quedo de otra que ignorarlo. En eso encuentran al rubio sentado en una banca, al parecer lo que había comprando en el cotillón eran globos y uso la cuerda para atarlos, ahora la pregunta es ¿De dónde saco el Elio? Probablemente de pago al payasito para que se los inflara, siendo así ¿Por qué no le compro los globos al payaso? ¿Qué carajos planeaba?
- Vaya ¿Acaso nuestro Dei va a tener una cita? – Dijo curioso y sorprendido Yahiko, Sasori gruño. Ambos escondidos tras un árbol.
- No le digas nuestro Dei – Volvió a mirar al rubio quien miraba el suelo hundido en sus pensamientos de quien sabe que. - ¿Qué estás haciendo Deidara? – Su vista se torno tierna, ya que sabía que esa mirada usaba cuando pensaba en alguien en específico. Justo cuando iba a salir para brindarle apoyo aunque se viera descubierto, ya que el pelirrojo no le gustaba esa mirada, apareció alguien y se quedo tieso volviendo a ocultarse ante la mirada algo extrañada de Yahiko, quien volvió a mirar a Dei y al recién llegado.
Era un joven, de piel morenita, un poquito más alto que Dei, solo un poquito. Cabello castaño amarrado a una coleta. Aquella persona llevaba una bolsa de papel color verde y le sonrió al rubio. Dei abrazo al tipo y este igual y ambos hablaron mientras se ponían en marcha.
Siguieron a los dos hasta que llegaron lejos, muy lejos caminando, viéndose de repente en una colina alta cerca de un cementerio, esta colina le daba la vista de la gran zona llena de lapidas sin necesidad de ingresar al establecimiento. Miraron a las dos figuras que raramente miraron a una dirección a su costado donde se aproximaba un tercero, un adolecente, de coleta alta, cabello obscuro. Saludo a los mayores y ambos miraron en dirección a las lapidas. Ambos se acercaron al árbol que estaba en esa gran colina.
Dei con los globos. El castaño con aquella bolsa de la cual saco unos potes de algo, y el moreno quien saco un incienso y un pequeño peluche de ranita. Todos se agacharon dando a espalda al lugar lejano donde descansaban los que se fueron, y miraban las raíces del árbol.
Sasori ya lo comprendió todo y solo se dio la vuelta.
- Oye ¿A dónde vas? – Confundido, muy confundido.
- Ya no necesito preocuparme, ya sé lo que hace. Y merece privacidad – Y volteo a ver al otro con una sonrisa – Vamos Yahiko, es maleducado interferir en un rezo – El ojimarrón no comprendió. Volvió a mirar a los tres en la colina, con sus cabezas agachadas, el viento meciendo sus cabellos y las hojas del árbol, el pequeño y casi imperceptible humo que sería el incienso y los globos amarrados al árbol y la vista panorámica de atrás… Ya había comprendido. Sin mas ambos se alejaron, dejando a los tres, dales rezos a ese ser.
Mientras Dei sintió algo y volteo pero no había nadie, aun así sonrió y volvió a mirar la piedra por la cual oraba, donde reposaba en esta pulcra y hermosa, una foto de un rubio sonriente junto a un moreno de reflejos verdes con una sonrisa más serena pero no menos cariñosa. Una memoria a ellos.
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Refunfuñaba ya sentado en la cama, ya cambiado y con un sonriente Sebastian secando su cabello con una toalla.
- Bochan ¿Sigue molesto? – Pregunto con juguetón pues sabía la respuesta.
- La próxima que te diga que me baño solo, me haces caso. Así lo juraste – Le miro receloso.
- Es mi trabajo – Soltó con simpleza.
- ¡No! ¡No sé de qué época y lugar vienes tú pero aquí los mayordomos no bañan a sus amos! – Le miro mal y avergonzado – ¡Solo se te acusarían de pedófilo y mas encima pervertido! – Alzo su cabeza nada contento.
- Joven amo, no es necesario gritar, no da una buena imagen. Además, yo no veo el inconveniente. Solo ejerzo un trabajo, nada fuera de lo común. – Continuo secando el cabello de su escandaloso amo tranquilamente – Además no puede considerárseme un pedófilo puesto que no me excite con su escuálida figura – Soltó y Naruto se sonrojo de vergüenza e ira.
- ¡No digas esas cosas pervertido! – Le miro muy molesto - ¿Y por qué me secas el cabello con toalla? – Cada vez esta mas alterado - ¡¿Puedo hacerlo por mi cuenta y más rápido con una secadora?! – Se alejo enojado de un desconcertado mayordomo.
- ¿Secadora? –Pregunto consternado de no entender muy bien. Naruto busco entre sus cajones y saco una secadora de color rojo, pero a los ojos del demonio lo vio como un arma peligrosa que apuntaba a su cabeza - ¡Joven amo! – Tacleo al pobre Naruto que quedo con cara de WTF, mientras el moreno, quien rodeaba con su brazo al menor, lo apartaba de aquella cosa y con su mano libre la hizo añicos ante la cara atónita del rubio.
- ¡¡Estúpido, mi secadora, idiota!! – Toma los restos de su pobre aparato con lagrimitas - ¡¿Pero estás loco?! ¡¿Por qué hiciste eso?! – El otro regresando a su postura soltó un suspiro aburrido.
- Joven amo, no es propio usar ese tipo de vocabulario y más aun esas exageras expresiones – Sintiendo horror de solo verlo así de neandertal. El rubio apretó los dientes conteniendo el chillido.
- ¡Eres un… ah…. Hijo de…! – Suspiro aire y tomo para exhalado de nuevo así podría calmarse. Miro a su mayordomo y se acerco un poco a él – Escúchame bien, sé que la época de dónde vienes era todo muy formal y reservado con etiqueta. Pero en esta época y en este lugar las cosas evolucionaron ¿Qué no te fuiste adaptando y no has averiguado eso mientras dormía? – Puso una cara reprochosa y algo desesperada. El demonio se llevo una mano a la barbilla y dijo inocentón.
- ¿Acaso debo ponerme al corriente de algo? – Al pobre rubio estaba que se le reventaba la vena.
- ¡Las actualizaciones de esta época! ¡Estamos en el siglo 21! ¡21! - Estaba en verdad exaltado, la actitud pasiva de ese sujeto lo estaba sacando de sus casillas.
- Oh, por el inframundo. Si que eres muy extrovertido. Esa actitud es mala para un señorito de linaje como tú. – Le tomo la cara y le apretó ligeramente las mejillas con los dedos – Debes ser más elegante y mas conservado si en verdad buscas la venganza – Los ojos de Naruto se abrieron ante lo que oyó y desvió la mirada.
- Sebastian, debes entender que hay algo que debes darte cuenta – Se aparto de el – Yo soy tu nuevo amo – Sus ojos se entrecerraron irradiando tan puramente sus emociones que ahora eran de rabia y profunda malicia, de una magnitud que el moreno jamás vio. – Yo lograré vengarme, pero será a mi modo, no con tus estereotipos – Busco relajarse, entre que él hacia eso, Sebastian no lograba asimilar bien lo que acababa de pasar. – Dime ¿Sabes lo que acabas de romper? – El de ojos cobrizos miro aquel artefacto raro y sonrió de lado.
- No tengo la mas pálida idea, señor – Naru bufo.
- Es una secadora, la gente normal en este época la usa para secarse el cabello – Camino hasta otro cajón donde saco una casi igual pero de color azul – De ese aparato sale viento caliente y frio adecuado para el cabello. De esta manera se seca más rápido y nos ahorra tiempo y energía en el cuerpo – Le extiende el objeto a Sebastian que este lo tantea y lo mira con curiosidad.
- Ciertamente el peso es bastante moderado y su forma lo hace manejable, pero… - Tomo el enchufe – Con electricidad – Afilo su mirada – No es algo peligroso para usted manipular un objeto que usa energía directa – Pensando en las posibilidades que podría dañar a su amo.
- No exageres – Tomo el aparato – Al menos conoces que es la electricidad – Hizo un mohín mirándolo con sospecha. Sebastian sonrió.
- Por supuesto que sí. Ben Franklin era algo excéntrico pero al menos aceptaba consejos de vez en cuando – Sonrió con astucia. Naru parpadeo muy consternado ¿De qué rayos hablaba?
- … - “Suena como si lo hubiese conocido… ¡¿No será que…?!” Abriendo los ojos ante la posibilidad de aquel demonio de miles de años. Mejor ignoro eso y se acerco a un conector para enchufar la secadora, cuando la quiso prender esta no arrancó - ¿Nande? ¿Por qué no prende? – Volviendo a enchufar, volviendo a intentar una y otra vez, comenzó a desesperarse tanto que era más bruto y termino peleando con la secadora hasta que se enredó con el cable y cayó al piso - ¡Itai! ¡Eso duele! ¿Por qué no prende? – Mirando aquel aparato.
Sebastian se encontraba muy divertido como abrumado, el carácter tan… paradójico de Naruto lo abrumaba bastante, era ciertamente algo nuevo y perturbador para él. Lo veía ahí luchando como gusanito con un goterón en la cabeza hasta que se llevo la mano a la barbilla pensando.
- Mmm… Joven amo ¿No cree usted que la razón por la cual no funcione aquel aparato, es porque no hay corriente eléctrica? - Soltó con un gesto burlón. Naruto, aun en el piso enredado, proceso aquella información y como pudo se sentó de un tirón enojado.
- ¡¿Y por qué me lo dices ahora?! – Le enfrentó.
- Señor, no grite. Además, usted no me preguntó – Seguía muy tranquilo.
- ¡¿Y cómo calentaste el baño?! – Muy alterado.
- Oh bueno, es muy fácil. Use leña para…
- ¡Espera, espera, espera! Quieres decir que los días que estuve dormido ¿Tú hiciste todo a la antigua? – Le miro como si fuera un bicho raro de otro mundo. Sebastian se sintió algo ofendido.
- Debe considerar que siendo yo un simple mayordomo, que usted me diga esas cosas es muy ofensivo – Su mirada se volvió filosa – Mas cuando uno realiza las cosas por la labor y usted se queja como un bebé cuando no hizo nada – Naru sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Viendo que si esto seguía iba a tener una disputa muy fuerte quiso darle solución en vez de discutir.
- Mira, Sebastian, quiero que haya luz, electricidad, corriente, etcétera, etcétera. Pero lo que no quiero es que actúes como un mayordomo del siglo 18 o 19, quiero que te actualices un poco – Le miro serio – No te pido que cambies, solo que te ajustes a este siglo y te camufles con los demás – Sebastian parpadeo elegantemente una vez y se quedo pensativo, hasta que se acerco a Naruto y lo desenredó del cable y comenzó a sacudirle la ropa.
- Comprendo mejor lo que me quiere ahora decir, joven amo – Sacudiendo su playera le miro fijamente y Naruto no flaqueaba – Usted quiere decir que quiere que sepa los avances del mundo en estos años – Se paro bien sonriendo con astucia y Naruto asintió – Si es así, entonces no me queda más que obedecer – Le dijo sin más con un poquito de ironía, aunque acataría la orden.
Naruto quien no se dio cuenta de eso sonrió ampliamente mostrando agradecimiento de que así fuera, eso desconcertó a Sebastian ¿Por qué este chico se expresaba de esa manera? El odio en su corazón debía de suprimirle cualquier emoción ajena a la elegancia, la venganza y el egoísmo. Sin duda, este nuevo ejemplar para el mayordomo, era muy fastidioso.
Mientras el rubio miro las facciones de su nuevo sirviente. Sin duda se daba cuenta que muchas cosas eran nuevas para él, incluyéndolo, pero se encargaría de que se le metiera en la cabeza que él no era como sus antiguos amos. También comenzó a pesar que si el moreno iba a actualizarse para adecuarse a esta época, debía saber todo, y eso tomaría tiempo. Necesitaba saber de muchas cosas, incluyendo las más agobiantes… la computadora e internet. Suspiró, seria engorroso, pero confiaba en las capacidades de aquel demonio. No por nada rehízo su casa, desde el más pequeño detalle. Su mirada se hizo más seria.
- Sebastian – El moreno hizo un gesto de que lo escuchaba – Como yo sé que debes aprender cosas de mi y de este mundo… - Sabia que no le iba a gustar, pero lo necesitaba – Tú debes saber que yo necesito aprender de educaciones para cargar con las responsabilidades que estarán a mi mando, una vez vuelva – A Sebastian le brillaron los ojos sabiendo que iba a venir, y le fascinaba – Así que nos dedicaremos, ambos, a enseñarnos para estar preparados a lo que nos quieran lanzar, porque yo… - Su mirada se hizo ahora determinada y furiosa – Aunque me empujen, no caeré de nuevo a sus pies, serán ellos lo que caigan y rueguen por quedarse en el suelo – Apretando los puños. Sebastian se maravillo con aquel carácter, el que esperaba ver. Sin duda aquel joven era diferente pero al mismo tiempo casi igual a su anterior amo, sería divertido ver como iría esta vez. – Así que Sebastian, pongámonos en marcha, para que retornemos pronto, y empecemos de cero, hasta llegar a la cima y cortar cabezas – Alzo el brazo a la altura de su cara y cerró el puño – Es una orden – El moreno complacido se inclino ante él y con una sonrisa pronunció.
- Yes, My Lord – Alzo la mirada ansioso.
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Terminó de hacer los deberes, se recogió un mechón de cabello hacia atrás y suspiró. Estaba intranquila, Sasuke no había querido responder sus llamadas o sus mensajes desde hace una semana. Había estado raro, desde que volvieron a esa casa. El moreno no ha vuelto a querer ir, era como si esta vez en lugar de querer precipitarse quiera ir con más cautela, lo vio en su mirada.
- Sasuke-kun – Susurró - ¿Por qué tanto interés en esa casa? – Tomo un marco donde estaban ellos de pequeños, solo ellos dos – Pensé que tal vez con el tiempo me haría más cercana a ti, pero siento que nos alejamos mas – Acaricio el rostro del moreno de 13 años, rememorando ese recuerdo, como es que ambos se tomaron aquella foto. Donde Sasuke estaba tranquilo de brazos bruzados y mirando curioso a la cámara y ella sonriente y algo sonrosada cerca de él, inclinada un poco y haciendo el símbolo de victoria. Sonrió, en verdad que eran bellos recuerdos.
Dejo el cuadro en su mesita de luz y tomo otro, ahí había otras dos personas. Acaricio con más suavidad el rostro que no era el de ella. Delineo cada detalle en especial su sonrisa y sus bigotitos. Sonrió llena de cariño y sus ojos se aguaron ¿Cuánto tiempo había pasado ya? ¿Seis meses? Bueno el tiempo seguía pasando, pero aun no se lo creía. Abrazo el cuadro y dejo que las lágrimas salieran.
- Perdón Naruto… - Contenía los sollozos – Cuando era mi turno apoyarte y estar a tu lado, te di la espalda – Agacho la mirada – Nunca me lo voy a perdonar – Negó – Y sé que donde quiera que estés tu me dirías que no preocupe o que no es mi culpa – Sonrió - Y yo como idiota te sonreiría aceptándolo – Apretó el cuadro – Pero esta vez no, no puedo aceptarlo, porque sé que es mi culpa… y la peor de todas – Hipo y se limpio las lagrimas haciendo un sniff con su nariz. Tomo su celular y comenzó a teclear.
*// Ino-Cerda (Ultima conexión 22:42)
*//Ino… ¿Estas despierta? (22:58)
*//¿Qué sucede Sakura? Estoy cansada (23:02)
*//Lo que pasa es que me siento mal, sé que no quieres que hable de nada que se refiera a él, pero es que me está matando. (23:06)
*//Sakura, eres mi amiga… pero lamento decirte que me alegra que te esté carcomiendo el remordimiento, es lo que te mereces… (23:09)
*//Si hablamos de remordimientos ¿Qué hay de ti? (23:10)
*//Eso es cosa mía, yo tuve motivos, en cambio tú solo le diste por culo (23:12)
*// No quiero pelear contigo Ino, solo quería desahogarme (23:13)
*//Pues si no quieres pelear no me hables de él, eres la que menos merece hablar en su memoria, solo quiero que sepas que seis meses no borran nada, solo queda latente el daño. Aun queda un largo camino para que yo te permita hablar de Naruto. (23:17)
*// Ino por favor!! No me hagas esto! Me dañas!! Enserio me duele, y le echo de menos, por eso quería hablarte de él, quería recordar momentos, quería disculparme, dar mi sangre, lo que sea para que este pesar se vaya y solo me quede el amor que sentí por el… amor que le di por culo como dices, como idiota (23:22)
*//Sakura, entiende que sé cómo te sientes. Sé que querías a Naruto… pero lo dejaste. Le hiciste mal y me incluyo… pero por ahora, yo lo siento todo muy reciente y sé que muchos otros igual. Deberías en vez de buscar respuesta de otros hallar por ti misma una solución, Naruto hubiera querido eso (23:28)
*// ¿Cómo? ¿Cómo sería eso? Explícate!! (23:31 - Visto) *// INOOO!! (23:45 - Visto) *// Por dios! Contéstame Ino!! (23:51 – No leído)
*// Ino-Cerda (Ultima conexión 23:49)
Resoplo con sus ojos llenos de lágrimas, estaba molesta. No podía creer que su “amiga” la tratara así. Se recostó en la cama con el marco a un lado y contuvo el llanto… no podía quejarse, ella hizo lo mismo y mas encima peor. Le dio la espalda cuando todo el mundo lo hizo, cuando lo despreciaban, lo lastimaban y peor aún, cuando sus padres murieron. Se sentía basura.
- Quisiera retroceder el tiempo Naruto – Tomando nuevamente el marco, mirando a Naruto de 13 años con un ojo cerrado y medio agachado expresando una inigualable felicidad, mientras ella igual de feliz se le subía a la espalda y alzaba un brazo como diciendo “Arre”. Hermosos recuerdos. – Sin embargo son solo eso… recuerdos… - Dejo caer unas lagrimas mas antes de voltearse y descansar.
*// - “Sakura….”…. ¿Eh, quien es?... “Sakura-chan”… ¿Quién está ahí?... “Sakura…” ¡Basta! ¿Quién es?... -
Sakura se encontraba en un lugar oscuro, no veía nada más que a ella misma. Odia aquella voz tan dulce que se hacía cada vez más dulce pero de una forma escabrosa ¿Quién era? ¿Quién jugaba tan ruinmente con ella? Además esa voz, ella sentía que conocía esa voz…
- “Sakura…”… ¡Basta no me hables más!... “Sakura…” ¡¿Qué no oíste?! ¡¡No me hables, ni siguiera te me acerques demente!!
Rugió en potencia por el terror que la invadía. Su cuerpo temblando, tapaba con sus puños sus oídos tratando de que aquella voz que la llamaba una y otra vez no le molestara, no quería nada de aquella voz, se sentía pequeña, vulnerable ante su acompañante invisible que al parecer buscaba algo de ella.
- “… Oh… veo que sigues siendo así” ¿Eh?... ¡Muéstrate! ¡¡Da la cara cretino!!
Grito aguándosele los ojos espantada pero teniendo coraje. Se oyeron pasos. Fuertes ecos de pasos que se acercaban de a poco a poquito haciéndola temblar más y quedando quieta como si fuese una bestia lo que venía hacia ella. Los pasos se fueron acercando y ella quería retroceder y al mismo tiempo poder respirar normalmente, cosa que el miedo en ella no permitía con fluidez. Pero entonces aquellos pasos pararon y la luz que la iluminaba solo a ella se extendió un poco más frente de su persona. La persona aun no se mostraba, pero ella estaba atenta a cualquier movimiento.
- “Veo que sigues siendo igual…” ¿Qué…?... “Igual que siempre. Llorona”…¡¡¿Qué mierdas estás dici…?!!
Pero sus palabras murieron al ver como una mano, luego un brazo, el derecho, un pie, luego la pierna entera, la izquierda, se asomaron. Sakura contuvo la respiración, respiración que se corto de tajada al ver aquella silueta salir y que este le sonriera de una manera burlona, perversa y mala.
“- Sigues teniendo esa horrible personalidad… eres patética”…. Na…Naruto… “Ya nos veremos…”… ¿Eh? ¿Qué? ¡Espera ¿Qué quieres de…?!
Pero sus palabras volvieron a morir ya que Naru se acerco a una rápida velocidad. Estaba tan cerca, al punto de casi rozarse las narices. La mirada de Naru era afilada, nada amble o confiable, ella le miraba como ida y asustada, susto que paso a terror cuando Naruto murmuro algo secretamente solo a ella, y luego de una sonrisa, le beso la frente tan amplia que tenia y no supo cómo, pero la empujo a un vacio.*//
- ¡¡NOOO!! – Levantándose abruptamente luego de caer de la cama. Respiraba agitadísima y sudaba por el terror que quedo impregnada en su piel - ¿Un sueño? – Le costaba hablar por su respiración acelerada. Quiso darse ánimos de que solo fue un sueño… pero algo en ella, algo en ella quedo latiente, haciéndola dudar. Se tomo la frente y acaricio la zona que beso Naruto.
¿Estaba enloqueciendo?
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Media noche, luna en alto, sonidos de autos y algunas patrullas, gente durmiendo, otras trabajando, otros holgazaneando y otros en otros placeres. Sonrió, nada había cambiado en años, la gente seguía igual solo que con diferentes avances en maquinaria y demás cosas.
- Pero siguen igual de perdidos, incluso peor – Murmuro aquella sombra en lo alto de una toma de agua en un gran edificio. Se sentó y saco un libro donde empezó a escribir algunas cosas, a trazar algunas líneas y silbar de vez en cuando. Sonrió, espero un poco y entonces…
- ¡¡Kyaaaaaaa!! – Se oyó el grito histérico de una mujer.
- Vaya, eso sí que fue muy rápido – Dijo cerrando el libro – No puedo creer que cada vez el tiempo sea menos – Suspiro cansado y bajo a mirar el accidente.
La gente se acumulaba y exclamaban maldiciones y horrorosidades de las cuales el ignoraba o reía. Había gente que sacaba sus celulares y tomaban fotos o grababan la situación en video y solo negó con una sonrisa irónica, todo como siempre tan podrido.
Llego a los hechos y había una mujer arrodillada en el piso llena de sangre llorando escandalosamente cubriéndose el rostro, nadie se acercaba, como si esa mujer tuviera lepra o algo. Pero la verdadera estrella estaba en el piso a unos metros de ella, un hombre con su cuerpo doblado y contorsionado en direcciones que no debería, lleno de sangre, algún que otro hueso a la vista y la cara dejaba ver una horrenda expresión. La gente estaba atónita y no dejaban de hablar sin moverse a ver si aquella mujer estaba bien.
- Cielos, dicen que cuando uno muere su rostro muestra sus últimos momentos – Pico el rostro con un palito y sonrió mas – Se nota que estaba sorprendido e histérico – Rió al ver que de los ojos casi sin vida de este salían lagrimas. Miro a la mujer que lloraba – Cielos, si no querías que muriera solo te hubieras detenido cuando te lo gritaba – Bufo con ironía – Los humanos siguen siendo tan estúpidos – Dijo con desganada seriedad – Bueno a mi trabajo – Dijo empezando a brillar un poco.
Una vez hecho su labor caminaba de lo más tranquilo, pasando al lado de la gente que se amontonaba cada vez más y más, era como si ni siguiera lo pudiera ver. Mientras este de lo más pensativo escribía en su libro.
“(Enero 4 a las 00:08) Paso algo de lo más interesante. Al parecer el cuerpo humano aun después de haber muerto puede interpretar el ambiente que lo rodea y expresarlo como puede, en este caso, lagrimas de impotencia y tristeza. Los seres humanos son curiosos y estúpidos”
Termino de escribir aquella pequeña bitácora y suspiró. Estos trabajos de improvisto le quitaban la meta de su real objetivo. Poniéndose serio miro la luna.
- Naruto Namikaze – Sonrió – Por ahora ir por ti seria aburrido, esperare un poco – Mirando con curiosidad a chicos de su “edad” que iban a hacer travesuras, sonrió empezando a seguirlos – Por ahora me entretendré con gente así de idiota y pequeños trabajos – Saltando con lentitud la valla que los jóvenes saltaron – Así que cuando vaya, dame un buen espectáculo – Sonrió de manera maliciosa y al mismo tiempo de falsa elegancia.
Sin más aquella sombra desapareció junto con los muchachos que empezaron a romper vidrios.
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Pasaron así los meses hasta que un nuevo año escolar comenzó. Sasuke y Shikamaru por todos los medios que trataban de entrar a aquella casa, pero nunca lo lograban, mas aun había trampas y los policías ya estaban artos de hallarlos rondando la zona por lo cual pusieron perros policías que atacan al primer intruso, y Sasuke y Shikamaru no eran tan idiotas como para intentar entrar.
Con el transcurso del tiempo los policías y los agentes forenses dieron por cerrado la investigación de la mansión Namikaze, se quedaría como un misterios indescriptible, por lo cual el gobierno propuso convertir aquella casa en un punto turístico para recaudar fondos ¿Para qué? ¿Quién sabe?
Al punto, es que comenzó un nuevo ciclo escolar, ya el grupo estaba en segundo año de preparatoria, pero todos estaban un poco distanciados. Ino que no quería ver mucho a Sakura y ya ni se arreglaba o hablaba por los codos. Kiba se veía cansado y muy pasivo, Hinata se pone muy histérica de vez en cuando y la mayoría del tiempo está a la defensiva. Lee sigue con sus actividades… pero no como antes, ya no era tan energético y las cosas las hacia sin ganas. Shino ya era un fantasma, lo poco que hablaba se redujo a cero y se expresaba muy pocas veces con el cuerpo o un gesto. Ten-ten ya no se hacia los chonguitos y solo amarraba su cabello a un rodete bajo, se veía igual de cansada que muchos. Diez meses, fueron diez meses desde la partida de Naruto y nadie lo supera. En ese momento llego Shikamaru quien se veía un poco mejor que los demás, pero eso no aminoraba el peso de la perdida, luego llego Sasuke y cruzo una mirada casi despectiva con el Nara quien se la devolvió de igual modo. Para rematar llego Sakura y trato de sonreír pero todos le dieron la espalda y se fueron. La ojijade trato de contener las lagrimas, aspiro bien profundo y se dio ánimos. Solo deseaba que pronto ya pasara la pena.
Se iban acercando a la pizarra para ver sus horarios, todos miraban con desgana los horarios y salones que les correspondían. Todos en sus pensamientos, con sus ojos buscándose e ignorando a los otros. Irónicamente todo estaban en el mismo aula, la pregunta era si compartirían todas las clases ¿Importaba? A esas alturas no mucho. Cada quien miraba con detenimiento su nombre hasta que algunos murmullos y exclamaciones se dejaron oír, pero trataban de ignorarlos hasta que oyeron algo que les llamo la atención “¿Será el mismo que murió?”. Todos voltearon y comenzaron a acercarse con lentitud, hasta con miedo, pero lo iban haciendo. Los ojos de cada uno, morrones, verdes, celeste, blanco violáceo y negros, detectaron que los demás alumnos señalaban la pizarra de los de primer año.
Como en cámara lenta cada quien miro buscando aquello que llamaba la atención y que grande fue su impacto. Atónitos, todos estaban atónitos ¡¡Era imposible!! ¡¿Cómo podía pasar eso?! ¡¡¿Qué clase de demente sin alma hace una broma como esa?!! Aun así, nadie podía expresar los miles de pensamientos que le atravesaban, en especial Sasuke y Shikamaru, rondando en la incertidumbre de sus memorias. El Uchiha con el rostro contrariado y perturbado tragó grueso para poder pronunciar en voz alta lo que decía ahí, para asegurarse que no era un sueño, otro raro y real sueño.
- Cla-Clase 1 A…. N-Na…Naruto… Naruto Namikaze Uzumaki
- Ya veo – Se escucho una voz a espaldas de todos, mas el grupo de los viejos amigos. Petrificados, anonadados y muy asustados, comenzaron a voltear lentamente para contemplar con horror lo que creían que era irreal, casi rayando a lo sobrenatural.
Naruto estaba ahí, frente a ellos, con una expresión impávida mirando la pizarra para leer su nombre. Todos, absolutamente todos estaban en un perturbador silencio, lleno de emociones intensas que le hacían recorrer un sudor frio, muchos tenían pavor a aquella aparición… porque… ¿Era un fantasma, no? Naruto luego de leer bajo el rostro lentamente mirando a su antiguo grupo, cada uno con una expresión más estúpida que la anterior.
- Na…. ¿Naruto? – Sasuke se acerco un poco. El ojiazul le miro y solo hizo lo que hizo. Comenzó a caminar sin importarle los demás. - ¿Naruto? – Se armo con un poco mas de valor para alzar la voz. El rubio se giro y volvió a mirar a todos quienes seguían conmocionados. Sonrió de lado.
- No es de buena educación abrir la boca de esa manera, sean mas decentes y ciérrenla – Un viento frio sopló…
¿Qué había sido aquel frío? ¿Qué había sido aquella expresión? ¿Naruto era así? ¿Eran ese en verdad Naruto?
¿Qué estaba pasando?
Continuará…