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Lo Que No Sabes De Mi por ISHISU

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Notas del capitulo:

Este capítulo lo había subido hace rato ya en wattpad pero no de me había dado subirlo aquí.

En fin, disfruten del capítulo~

- Bien, creo que eso fué todo... - Soltó un cansado pelinegro, para después recargarse en el respaldo de la silla.

- Yeih~ - "Festejó" otro pelinegro que se encontraba a medio morir sobre el escritorio.

- Onodera, necesito que... ¿Onodera? - Se puso de pie para buscar al castaño, pero:

- ¡Ahh! - Gritó mientras salía debajo de la pila de hojas en el suelo.

- Ah, así que ahí estabas. - Quitó el pie de su brazo, el cual había aplastado con anterioridad. - ¿Quién te dió permiso de morirte en el suelo?

- Agh... Ni siquiera sé como terminé aquí... - Dijo más bien para si mismo mientras se ponía de pie.

- ...

- ¡Ritsu! - Apareció de la nada. - Mi gran amigo. - Rodeó su hombro con su brazo derecho. - Te ves desastrozo. ¿Sabes que te amo?

Apartó el brazo. - ¿Qué quieres?

- Uy... Necesito que me acompañes a un lugar.

- ¿Eh? Pero si apenas acabamos de terminar el trabajo. Quiero dormir.

- Es sobre Rin...

- Iremos en cuanto salgamos.

- Gracias. - Le dedicó una sonrisa, una la cual Ritsu le devolvió. Un par de sonrisas que solo confundía a los allí presentes.

- Supongo que ya pueden retirarse. - En cuanto esas palabras fueron dichas, todos empezaron a guardar sus cosas para ya irse al fin.

Justo tendrían el resto de la tarde de ese día y el que seguía como descanso, más el fin de semana, claro. Había sido una muy tediosa semana y merecían un buen descanso.

- Ren, ¿estás listo? - Lo miró desde su lugar, estando ya de pie y listo para irse.

- Si... - Dijo sin muchos ánimos.

Tan pronto el rubio se puso de pie, ambos salieron por la puerta. Ninguno se dió cuenta, pero había un pelinegro que los observó todo ese tiempo.

Simplemente no podía entender qué era lo que pasaba. Lo que sucedía entre esos dos, con su Ritsu. Era extraño. Estaba muy confundido y a pesar de insistir no podía obtener respuesta alguna.

Preguntar y preguntar, obtuvo hasta la confesión del castaño, pero no lo que le había estado incomodando desde que ese sujeto había llegado a trabajar ahí. Era absurdo. ¿Qué podría estar ocultando? ¿Qué es eso que lo hace sacar de toda información, menos "eso"? Eso que él quiere saber, lo que hace que su curiosidad brinque por ser saciada.

Ya no sabía qué más hacer. Solo podía ver al hombre del que estaba enamorado irse con alguien más. ¿Y si los seguía? No, hay algo más en toda esta situación. Algo mucha más lejos de su compresión al parecer. Solo podía ver de lejos y molestarse con sigo mismo, y el rubio, claro.

- Buen trabajo, nos vemos. - Salió por el mismo lugar que ese par lo había hecho, solo que él iría directo a su departamento. No podía interferir, lo sabía. Toda su fuerza de voluntad estaba en eso.

"Si... No tengo ninguna razón para interferir... Es algo que no me incumbe. No hay nada de qué preocuparse de todas formas. Igual, no es que quiera saber qué es lo que se trae ese par. Claro que no... No quiero... Iré a echar un vistazo."

Se apresuró en salir de la editorial para luego pararse en la acera y ver a todos lados sin discreción alguna. A lo lejos pudo visualizar a ambos chicos, así que se apresuró en cruzar la calle para "echar un vistazo".

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- Ugh...

- ¿Sucede algo, Ritsu?

- Siento como si fueramos observados...

- Estás algo paranóico últimamente.

- Con todo lo que pasa, no es como si pudiera estar tranquilo.

- Tienes razón... Pero ya verás que todo se resolverá, de alguna forma. - Trató de animarlo.

- Eso espero.

- Que si pasará~

- Si, si, como digas. - le restó importancia. - Oye... Emm... ¿Por qué tan de pronto es que... Bueno... Me pediste hacer esto?

- Bueno... Es que hace tiempo lo estuve pensando y... No podía hacer esto solo, no cuando sé que probablemente no quiere ni verme.

- Oh... Pero... ¿En serio crees que no querría hacerlo? O, es que... ¿Acaso no lo haz visto aún?

- Pues... Digamos que, no he tenido tiempo...

- ¿No querrás decir "valor"?

- Si, eso tampoco. Además, sobre lo otro, es justo por eso que no he tenido el valor suficiente para verlo. Todo el tiempo, lo único en que podía pensar era en que me odiaría y me echaría del lugar en cuanto me viese...

- ¿Y cómo estás seguro de que él haría algo como eso? Siendo como es ni siquiera me imagino que pudiera tenerte algún rencor, mucho menos odiarte. Además que no hay una razón para que lo haga.

- ¿Y qué hay de...? Ya sabes... Eso.

- Sigue sin ser una razón válida.

- Pero é-

- Ren. - Lo interrumpió. - Digas lo que digas, solo suena a excusas.

- ¡No lo son! Es que...

- Oh~ Puede ser que... ¿Estás nervioso?

Se sonrojó ligeramente. - No te burles...

- Pff... Vamos, no te pasará nada. Ahora sigue caminando que ya casi llegamos.

- Si, mamá.

- ¡Hey! - Se hizo el ofendido.

Rió. - Sigue caminando que ya casi llegamos.

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"¿A dónde rayos se dirigen? Un momento... Este es el camino hacia... ¿Qué es lo que harán ahí?"

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- Bien, aquí estamos... Vamos entra, entra.

- ¡S-si!

Los dos hombres atravesaron la entrada del enorme lugar. En la parte superior de este se podía observar un letrero: "Hospital Kiyo".

- Emm... D-disculpe. - Se acercó un rubio a la mujer que se encontraba en la recepción.

- ¿En qué le puedo ayudar? - Preguntó amablemente, con una ligera sonrisa.

- Venimos a ver a un paciente.

- ¿Cuál es el nombre de él? - Se puso frente al computador.

- Es...

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"Hospital Kiyo"

"¿Qué es lo que vienen a hacer aquí?... Oh, ahí están."

El pelinegro podía ver a ambos preguntando por alguien.

- Es... - Vió como el rubio pronunciaba algo, pero no alcanzó a escuchar nada.

"Bueno, creo que hasta aquí llegué. Será mejor ir a casa."

Se dió la vuelta para salir por el mismo lugar que había entrado. Esta vez yendo a su departamento.

____________________

- Habitación 507... - Susurró.

- Si, esa es. - El castaño lo alcanzó a escuchar. - Tranquilízate un poco.

Ambos se encontraban en el elevador, con dirección hasta el piso 5.

- Eso intento, pero es difícil.

- Ahh... - Suspiró. - Voltea a verme.

- ¿Qué?

- No te va a pasar nada, al menos que decidas saltar por la ventana.

- ¿Tengo esa opción? ¡Ay! - Se llevó la mano a la cabeza, había recibido un lindo golpe de su acompañante.

- No deas idiota. Ya llegamos.

Ambos bajaron del elevador. Veían el número de cada habitación hasta que dieron con la que buscaban.

- 507... Kimura Rin... - Leyón en voz alta.

- ¿Vas a entrar o te quedarás ahí?

- V-voy... - Levantó lentamente el brazo, y tocó.

- Adelante. - Se escuchó una voz tranquila del otro lado.

"Es él." Pensó el otro. Llevó el brazo a la manija de la puerta y abrió con cuidado. Aunque antes:

- Tú entras conmigo. - Vió al castaño.

Suspiró. - Pues supongo que a eso vine...

- H-hola... - Saludó estando ya dentro.

Ahí se encontraba un pelinegro con la vista dirigida exclusivamente al libro que tenía entre sus manos.

- ¿Eh? - Levanto la vista, y los vió con sorpresa. - Ren... Ritsu...

- Hola, Rin. - Saludó este último.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Ahora si, perdón por tardar tanto, no tengo excusa.

Cualquier opinió/cosa es bienvenida.

Gracias por leer! c:


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