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Bajo el mismo techo por Nanuu

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Notas del capitulo:

Holaaaa Volvii :D

En mi parecer, actualice rapido este fic -pose pensativa-

Bueno, no los entretengo más, me pregunto si alguien lee esto que pongo -Sigue pensando- 

Buenox2 les recuerdo que esta historia esta basada en la pelicula de Bajo el mismo techo, por lo que no me pertenece todo al 100% y los personajes menos que menos ;3;

Les dedico este cap a las chicas de mi grupo de wpp que hace -para mi- una eternidad que no les hablo porque me robaron el celular -Ojala te pudras en el infierno vos y tu cuchillo forro *-*)9 - 

Las extraño chicas ;3; pronto volvere. Quiero agradecer a Mariel que es mi beta en mis nuevas historias, prometo seguir haciendote sufrir :D Sabes que te adoro ;3;

Sin mas que agregas, disfruten la lectura y un comentario si gustan tambien :D 

Nanuu

 -Tsukki, tus pastelitos están muy ricos –La sonrisa del niño pecoso hacia resaltar sus redondas mejillas que las mujeres de mayor edad gozarían pellizcar, llenas de pequeñas migas de pastelitos.-

-Disculpe, busco al oficial Shun…

-Era mi primera vez haciéndolos, eres un mentiroso… -Murmuraba el niño rubio y muy alto para su edad.-

-Pero no mentía Tsukki, estaban ricos pero no sabía que era alérgico a las nueces… -El niño nunca perdió la sonrisa a pesar de estar en la camilla de un hospital.-

-El policía de la autopista encontró su número de contacto en una tarjeta de la aseguradora…

-Oye Tsukki, conocí a una chica linda hoy y no sé qué hacer para acercarme a ella…-Murmuraba deprimido su amigo, mirando la espalda del rubio que estaba concentrado en la cocina.-

-Pues, háblale…

- Necesito que me brinde el número de los familiares más cercanos…

-¡Tsukki! ¡Tsukki! –Abrazaba emocionado el pecoso a Kei, agarrándolo desprevenido.- ¡Le agrade! Hice lo que me dijiste, le hable y le di de tus galletas…

-¡¿Qué tu qué?! –Grito al escucharle, haciendo que su amigo le suelte sonriendo nervioso.-

-Ohh… olvide decirte, tome prestadas de algunas de tus galletas el otro día que hable contigo…-Retrocedía con sus manos delante suyo para defenderse, aunque de todos modos salió corriendo con su amigo detrás suyo persiguiéndole, pero estaba feliz de todos modos.

-¿Dice… dice que el auto volcó… volcó al chocar con…?

-¡Tsukki, acepto! –Entro a la cafetería de su amigo, llamando la atención de los clientes.- ¡Me voy a casar!

-Felicidades –Sonrió de lado, contagiado por la sonrisa de su amigo que parecía en cualquier momento ponerse a llorar.-

-¡Ya le dije a Yachi que te encargaras de todo el catering y acepto también!

-¡¿Qué tu qué?! –Los clientes reían ante la cómica escena del dueño del lugar persiguiendo al joven que reía sin arrepentimientos.-

-¿Seguro que no quiere sentarse Tsukishima-kun?

-¿Sera por el relleno? ¿Es alérgica a algo? ¡Porque no me lo dijiste antes! –Decia Tsukki caminando de un lado a otro en el pasillo ante  la mirada de Kuro.-

-Ella no es alérgica a nada –Contesto cruzado de brazos, ladeando su rostro al ver a Yamaguchi salir junto con Yachi del baño.- ¿Estas bien?

-Si…-Sonrió la rubia, aunque se le veía algo pálida- Tranquilo Tsukishima-kun, la causa no fue tu pastel… Lo que sucede es que… Estoy embarazada

-Tienen una bebe… Mei… ella… ¿Ella estaba en el auto?..-Su voz se quebró-

-Tengo miedo Tsukki…-Temblaba el futuro padre ya vestido para entrar a la sala de partos, esperando la orden de la médica.-

-Tranquilo Yamaguchi, todo saldrá bien, debes alentar a Yachi –Le tomo de los hombros, mirándolo fijamente para darle ánimos.-

-Gracias Tsukki, no sé qué haría sin ti… Eres mi mejor amigo, gracias por estar siempre a mi lado…

-No, estaba al cuidado de un menor al momento del accidente… -El oficial vio como el rubio volvía a respirar de alivio.- Fue llevaba al SPI por ahora…

Gracias por estar siempre a mi lado…

-¿SPI?

-Servicio de Protección Infantil, se encargan de este tipo de casos.

-¿Qué quiere decir con este tipo de casos? –Frunció su ceño ante la mirada de pena del oficial y el por qué no hablaba.

-Niños huérfanos…

Ante la atenta mirada del oficial, Tsukishima solo pudo asentir, apretando sus labios, sus ojos rojos y brillosos de las lágrimas que contenía para no llorar, pero su cuerpo levemente tembloroso le delataba completamente.

El fuerte ruido de la moto fue apagado, volviendo la tranquilidad de aquella silenciosa y fría noche. El dueño del vehículo entro a pasos apresurados entro a la comisaria, pero no había nadie en la recepción.

-Kuro…

Aquella voz la reconocía, pero esta sono baja y contenida. El nombrado giro, sintiendo una fuerte opresión en su pecho al ver el rostro de Tsukishima en tal estado, conteniendo todo lo que sentía y negando a la pregunta que rondaba en su mente mientras iba allí. Solo pudo acercarse arrastrando sus pies y abrazarle, sintiendo el delgado cuerpo del rubio contra su pecho que temblaba, respiro profundamente mirando el techo del lugar para que las lágrimas no cayera, siendo fuerte por los dos. Una pequeña lagrima se deslizo por la mejilla de Tsukki, aferrándose a la chaqueta de cuero del mayor, ambos sufriendo en silencio apartados de los pocos oficiales que allí estaban, la perdida de sus mejores amigos.

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La casa estaba a oscuras y en completo silencio. A pesar de prender las luces el vacío que allí se sentía no desaparecía. Solo sus pisadas producían un ruido sordo en la gran casa que ahora recorrían juntos, donde cuadros, portarretratos, juguetes, el cesto para la ropa que había que lavar, los vasos y platos secos esperando a ser guardados en su lugar, esperando a sus verdaderos dueños que nunca volverían. En cada cuarto, en cada esquina que mirara había un recuerdo, aunque sea insignificante lo sucedido, una cena cualquiera, una visita, un cumpleaños, todos ellos surgían uno tras otro en la mente de Tsukki y Kuro.

Tsukishima llevaba un pequeño rato hablando por teléfono con la secretaria de la SPI, Kuro solo se mantenía callado y sentado en un pequeño sofá individual, aun sin poder creer lo sucedido.

-No entiendo porque no podemos verla ahora –El rubio se mantenía parado, moviendo sus manos al hablar nerviosamente.- Escúcheme, no me interesa su protocolo, es una... –Se mantuvo en silencio, apretando sus manos en puños e inhalando fuertemente.- Si… puede llamarme a este número…

Con frustración dejo el teléfono sobre la mesa, Kuro solo le miraba, esperando saber lo que le habían dicho a Tsukishima.

-No harán nada, debemos esperar hasta las 8 am de mañana…-Se cruzó de brazos, moviendo su pie en gesto impaciente.-

-Tranquilo, estoy seguro que está bien –Se levantó del sofá hablando despacio para tranquilizar al rubio.- Escucha, durmamos aquí hoy, para cuando llamen estaremos acá ¿Si?

Aquello pareció tranquilizar un poco a Tsukki que solo asintió, lo mejor para ambos seria descansar.

-Tu duerme en el cuarto de invitados –Dijo Kuro mientras se quitaba su chaqueta y masajeaba su cuello, estaba algo tenso.-

-Sí, ve a su cuarto si quieres…-Decia el rubio encogiéndose de hombros.-

-No yo… yo dormiré allá...-Se negó al instante, señalando el amplio sofá que estaba en la otra sala, era cómodo y no le dejaría con dolores al despertar.

Ambos se separaron sin decir nada, Tsukishima freno en el umbral de la puerta, viendo a Kuro que se dirigía a la otra parte de la casa donde estaban los sofás.

-Te veo en la mañana…-Dijo repentinamente, viendo a Kuro que se giraba en silencio, haciendo que ladee su rostro, esquivando su mirada.- Gracias Kuro…

-De nada…-Contesto viendo como el rubio se retiraba y el hacía lo mismo, acostándose sin querer cubrirse con nada ni quitarse los zapatos. Sintió una leve molestia debajo de sus costillas, al quitarlo resulto ser un peluche de un gato negro, el que le había regalado a Mei para su primer año.

Ambos acostados sin poder aun conciliar el sueño, miraban el techo y sin quererlo, recordando hasta que el sueño les venció. Mañana seria otro día.

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El ruido provenir de la cocina le despertó, con pesadez Kuro se levantó del sofá, caminando perezosamente hasta la cocina, acomodando su camisa junto con su desordenado cabello y bostezando sonoramente, captando la atención de Tsukishima que estaba ordenando la cocina.

-¿Llamaron? –Pregunto mirando al rubio que apoyo sus manos en la mesada que había en medio de la cocina.

-Solo su abogado… Ya viene para acá...-Camino en dirección a Kuro, pasando a su lado para dirigirse a la sala.- Quiere hablar con nosotros.

Luego de unos minutos de espera el abogado de sus amigos se presentó en la casa. Se dirigieron a la mesa, sentándose los dos juntos con el hombre de traje frente suyo que saco unos papeles de su bolso.

-Sé que debe ser un momento difícil para ambos…-Fue lo que dijo el abogado una vez acomodado, mirando a los dos frente suyo que le miraban expectantes.- Ahora deben tener muchas preguntas…

-Mei –Dijo Tsukishima, deteniendo al hombre.- ¿Qué pasara con ella?

-Ya he hecho arreglos para su transferencia –Contestaba tranquilamente el abogado.- La familia temporal que la tuvo anoche la llevara a SPI, creen que se desarrollara mejor en su entorno… Primero deben ir por ella y traerla aquí, a su casa…

-Entendemos, pero… ¿quién lo hará? –Pregunto Kuro, también interrumpiendo al abogado que le devolvió la mirada pero confusa.-

-Un segundo… ¿Yachi y Yamaguchi le hablaron de su estipulación para la custodia? –Pregunto esta vez el hombre, recibiendo un no a coro de parte de Tsukki y Kuro.-

-¿A ti Yamaguchi te dijo algo? –Kuro miro al rubio que negó igual de confuso y desentendido.-

-¿Y Yachi-san a ti? –Tsukishima miro al abogado luego de ver a Kuro negar también.- ¿Qué debíamos saber?

-Bueno –Carraspeo el hombre, acomodándose en la silla y entrelazando sus manos por encima de la mesa.- Yachi y Yamaguchi al preparar su testamento, hablamos de quien se haría cargo de Mei en el lejano caso de que ambos fallecieran y ellos los nombraron... a ustedes.

Concluyo el abogado sonriendo levemente, viendo al rubio y al pelinegro que estaban estáticos.

-Disculpe –Dijeron a coro al salir ambos de su trance, inclinándose por encima de la mesa.

-Quiere decir…

-Que nos nombraron a los dos…-Termino la oración Tsukki señalándose a él y a Kuro continuamente.-

-Sé que así no querían iniciar una familia…

-Debe haber un error, no somos esposos…-Aquella palabra le sabia horrendo en la boca al rubio al pronunciarla.

-No no no no…-Negaba riendo nerviosamente Kuro por la situación descabellada.- Nos organizaron una cita hace mucho y no llegamos ni al restaurante…

-Ni siquiera fue una cita.-Dijo Tsukki mirando con el ceño fruncido al mayor, recordando aquella noche.- Él es un completo idiota.-Sonrió falsamente al abogado, señalando a Kuro.-

-Sé que deben estar sorprendidos y la situación es abrumadora.-Los detuvo el abogado.-Trate de evitar que lo hicieran, pero tranquilos, hay opciones… Pueden negarse, esto es importante, se trata de la vida de una bebe, es un gran compromiso.

Aquellas palabras dejaron callados a los dos que miraban atentos al abogado.

-Puede darme un minuto –Dijo Tsukishima mientras se levanta sonriendo, caminando hacia la puerta que daba al patio de la casa cuando el abogado se lo concedió.

-A mí también –Se levantó Kuro, pero yendo a la puerta de entrada de la casa, saliendo de ella mientras se tiraba su alborotado cabello hacia atrás.

-No puede ser… no puede ser…-Se quitaba sus lentes el rubio, masajeando el puentes de su nariz, para luego él también despeinar su corto cabello.

Kuro comenzó a respirar agitadamente, teniendo que acuclillarse en la entrada de la casa, intentando tranquilizarse. Tsukishima estaba igual, sentado en la escalera que daba al jardín, con su rostro entre sus manos, ambos intentando asimilar lo que estaba sucediendo.

Solo en la sala esperaba el abogado, limpiando sus lentes para luego volver a ponérselos al ver llegar a Kuro y Tsukishima al mismo tiempo y volver a tomar asiento frente suyo, uno al lado del otro.

-Opciones...-Carraspeo Kuro luego de decir aquella palabra, uniendo sus manos también sobre la mesa.- Usted nos dijo que había otras opciones.

-Sí, está el padre de Yamaguchi…-Levanto su pulgar, contándolo.- Algunos primos…

-Genial, asunto arreglado.- Sonrió Kuro ante la mención del padre de Yamaguchi, recibiendo una mirada incrédula y luego desaprobatoria de parte de Tsukishima.-

-Un momento –Detuvo el rubio al abogado y a Kuro, dirigiéndose al hombre de traje con apariencia desinteresada.- Que tal si... solo uno de nosotros, por su cuenta eligiera aceptar el pedido de Yachi y Yamaguchi…

-O ambos a la vez, hipotéticamente –Le interrumpió Kuro al ver que Tsukishima si parecía predispuesto a hacerlo, pero dejándolo a él como desinteresado.

-Bueno, en ese caso se haría una audiencia, les darían la custodia temporal y eso sería todo.-Decia simplemente, viendo las expresiones pensativas de los dos.- El estado cubrirá la hipoteca, pero solo eso, no tenían demasiado en cuentas de ahorro…

Ambos pares de ojos, unos ámbares y los otros avellana recorrieron parte de la gran casa completamente amueblada y decorada, con solo verla se notaba que había costado su cantidad de dinero.

-Compraron la casa como inversión desde que la madre de Yachi falleció pero no es necesario entrar en detalles por ahora, concentrémonos en Mei… -Les saco de su trance el abogado.-

-Claro…-Contestaron a coro por tercera vez.-

-Lo que les sugiero es que ambos se muden aquí, por Mei.

Una carcajada escapo de la boca de Kei ante lo dicho por el abogado, mirando a Kuro que se mantenía estático, sin perder la sonrisa que le hacía temblar el labio volvió a mirar al abogado.

-¿Es una broma verdad? –Dijo aun sin asimilar lo que escucho.- ¿Quiere que vivamos juntos?

Ahora al que se le escapo una carcajada áspera, fue a Kuro.

-Si, por Mei –Contesto el hombre sin verle lo malo.- Solo por un tiempo, hasta que decidan que hacer, pero es lo mejor que les puedo recomendar…

Ambos adultos implicados se miraron, intentando pensar por un instante lo que pasaba por la mente del otro y que hacer.

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Una gran sala llena de pequeñas mesas y sillas donde niños de distintas edades que no pasaban los diez años, jugaban, coloreaban sus hojas blancas con lápices que estaban dispersos sobre las mesitas junto con otros utensilios para dibujar y colorear. Otros corrían y reían jugando con lo que sus pequeñas mentes improvisaban y se entretenían completamente, pero cada uno queriendo que alguna de aquellas parejas que le miraban por el gran vidrio en medio de la pared se los lleve a su casa y ser una familia.

Tsukishima se encontraba parado frente al vidrio, viendo a todos aquellos niños jugar hasta que la voz de la encargada del papeleo le llamo. Al instante se acercó y sentó en la silla al otro lado del escritorio, al lado de Kuro.

-Firme aquí por favor joven –Le indico un lugar específico en la hoja que deslizo por la base plana del escritorio, viendo al rubio firmar como le pidió.- Aquí señor Kuro…

Tsukishima volvió su vista al gran vidrio, viendo como de repente una puerta al fondo de la habitación era abierta y una mujer salía de allí cargando a una bebe.

-Ahí esta –Se levantó de su asiento, caminando hacia la puerta que separaba el salón de juegos de la secretaria para acercarse a la mujer que le entrego a Mei.- Hola…

Kuro miraba desde su asiento a Tsukishima con la bebe en brazos, sintiendo alivio por un instante en su corazón pero luego la tristeza volvió a él al ver a su mejor amiga Yachi reflejada en Mei.

-Estas bien…-Murmuro bajo el rubio sin ser escuchado, acariciando los suaves cabellos de la bebe. Su cuerpo temblaba ligeramente, sin dejar de mirar a la hija de su mejor amigo, quien le confió a él a la persona más importante de su vida.-

Kuro se levantó de su asiento, pasando la manga de su campera por sus ojos que ardían de las lágrimas que contenía. Se acercó al rubio, acariciando los cortos cabellos de Mei que estiro sus manitas a él quien la agarro al instante, intentando sonreírle pero sin conseguirlo.

-Hola pequeñita…-Solo pudo murmurar, sintiendo un nudo en su garganta cuando Mei solo apoyo su cabecita en su pecho, viendo la mano de Tsukki que acariciaba sutilmente su espaldita.

-Hay que llevarla a casa…-Dijo al verlos, recibiendo un asentimiento de Kuro.

Una vez en la comodidad de aquella gran casa que a partir de ese día vivirían, Kuro se dirigió a la sala mientras tomaba una cerveza, viendo a Mei que dormía en su corralito plácidamente.

-Esto definitivamente no lo pensaron bien…-Dijo Kuro para luego darle un largo trago a su botella de cerveza.-

-Tenemos que establecer su horario de siestas.-Decia el rubio sin apartar su mirada del libro que leía sobre los bebes.-

-¿Qué?

-Es muy importante que… ¿Qué?

-Dije que no lo consideraron, ¿Seguro que ni Yachi ni Yamaguchi te dijeron o mencionaron sobre esto? –El pelinegro se sentó en el sofá enfrentado al del rubio que estaba concentrado en el libro.-

-No…

-¡No es la clase de cosas que uno olvida mencionar! –Su voz aumentaba y su frustraba aún más por la actitud de Tsukishima que no le miraba.- ¿Oye Kuro, viste el partido de anoche de Tokio contra Japón? El pequeño gigante consiguió cinco puntos seguidos, tres remates de ellos cruzados y los otros dos rectos, ah por cierto si me muero te voy a dejar a ti a mi hija.

Al escucharlo Tsukki solo pudo mirar el techo un instante al mismo tiempo que respiraba profundamente, controlando su temperamento.

-Yamaguchi hacia planes, somos parte del plan...-Dijo simplemente para querer volver a su lectura, pero Kuro volvió a hablar.-

-Me puedes explicar el maldito plan –Pregunto cabreado el pelinegro.- ¿Debemos vivir en esta gran casa?

Tsukki solo negó con la cabeza, teniendo que seguir escuchando todo lo que decía Kuro.

-Esto es como una prueba, suponiendo que podamos pagar los gastos de la casa…

-Ya oíste al abogado, la hipoteca está pagada.-Dijo simplemente Tsukishima.-

-¿Y el mantenimiento? Los servicios, los impuestos –Frunció el ceño Kuro ante el suspiro exasperado del rubio.- ¿Tienes idea de lo que cuesta mantener un lugar así al mes?

-Yamaguchi era socio de una firma de abogados, yo no produzco tanto dinero –Se inclinó en el sofá, mirando a Tsukki que estaba leyendo.- ¿Y tú qué? ¿Haces pan horneado para vivir?

-Tengo una exitosa empresa Kuro –Contesto molesto por el insulto hacia su trabajo.- Y me va bastante bien…

-Pero tener un bebe no es lo mismo que tener una Pastelería Tsukishima –Dijo serio, se le notaba tenso.

-Yo no dije que lo fuera…

-Son un caos, rompen cosas, te babean, te muerden, gritan, lloran…

El rubio solo pudo reír bajo mientras negaba con la cabeza ante las cosas que decía Kuro, estaba perdiendo el juicio. El llanto de Mei hizo que dejara de reír y se levantara apresurado para ir hacia ella seguido de Kuro, viendo a la bebe parada en su corralito, sosteniéndose de los bordes mientras lloraba.

-Hola Mei…-Sonrió levemente Tsukki al acercarse.-

-Hola dormilona…-Murmuraba Kuro, inclinándose para alzarla.

-¡No!  No la levantes…

-¿Por qué? –Pregunto al ser apartado por el rubio que murmuraba.

-Tiene que aprender a auto consolarse, es muy importante…

-¿Qué tiene que hacer qué? –Volvió a preguntar pero esta vez incrédulo.

-Auto consuelo –Repitió las palabras lentamente, sonriendo burlonamente ante la expresión amarga del mayor por creerle retrasado.- Consolarse a sí misma, acabo de leerlo en el libro…

-Sí, pero…

-Todo está muy bien Mei.- Se inclinó sonriéndole pero su labio temblaba y la bebe no dejaba de llorar.- Sabes que… Cántale una canción

-¿Perdón?

-Que le cantes –Dijo entre dientes, ni loco cantaría él.- La canción de Pimpon.

-¿Pimpon?

-Sí, muy guapo y de cartón –Decia rápidamente sin ningún acento musical, poniéndose levemente nervioso por el llanto de Mei que seguía.

-Ahhh, se lava la carita con agua y con jabón –Sonrió Kuro para después ponerse en pose pensativa.- Pero no sé cómo es el ritmo y solo se esa parte.

-¡Solo cántale!

-Ya se –Levanto el dedo al acordarse una canción, solo faltaría la pequeña bombilla brillando sobre su cabeza.-

-Perfecto.

-Estaba el Señor Don Gato, sentadito en su tejado, marramiau, miau, miau… sentadito en su tejado –Al momento de imitar los maullidos, coloco sus manos bajo su rostro.- Ha recibido una carta, por si quiere ser casado, marramiau, miau, miau, miau…

-Suficiente Don gato –Interrumpió al mayor que estaba entusiasmándose con la canción que para su malhumor, le salía bien.- Debe tener hambre.

-Pero creí que no debíamos cargarla…

Mei seguía llorando pero esta vez en su sillita para comer mientras Tsukishima procesaba la comida ante la desinteresada mirada de Kuro.

-Tranquila Mei, se paciente la comida ya casi esta lista –Decia mirándola, sintiendo en su ceja un pequeño tic.-

-No critico tu comida pero tiene un año…

-Lo sé muy bien Kuro, no voy a darle cualquier cosa –Le interrumpió molesto mientras servía en un pequeño platito la comida que le había preparado.-

-Va a alimentarte algún día Mei, te lo prometo –Decia mirando a la bebe que seguía llorando y se movía inquieta en la sillita. Tsukishima solo rodo los ojos, moviéndose por la cocina, buscando para condimentar un poco la comida.-

-Dime ¿Qué efecto tiene Mei en tus esperanzas de casarte y tener un bebe? –Pregunto sin demasiado interés, sonriendo internamente ante las miradas de fastidio del menor.- ¿Pensaste en eso? Alguien a tu edad tiene que esforzarse por competir por los sujetos que son un asco…

-¿Disculpa, dijiste a mi edad? –Pregunto incrédulo.- Tengo 26 años.

-Entre los solteros ni siquiera clasificarías de soltero ¿Quieres saber lo que serias?- Decia mientras seguía con la mirada al rubio que forcejeaba con un cajón.- Complicado y difícil.

-Eres el menor indicado para decir eso, no conoces nada de mí…

-Sé que no puedes abrir un cajón a prueba de niños...

Tsukishima se quedó callado, quitando el seguro para poder abrir el cajón y sacar una cuchara rosa. Esquivando la mirada seguramente victoriosa que tendría Kuro.

-¿Por qué estás tan empeñado en convencerme de no querer protegerla?

-No intento convencerte, quiero lo mejor para Mei –Corrigió Kuro.-

-Quieres hacer lo mejor para ti Kuro.

-Quiero lo mejor para ella ¿Entiendes? –Volvió a recalcar, frunciendo el ceño.- Y no somos nosotros…

Exasperado, Tsukishima dejo la cuchara y el plato sobre la mesada de la cocina, acercándose a Kuro seriamente.

-Amaban a Mei más que nada en el mundo.-Hablaba mirándolo fijamente y sin vacilar.- Y de entre todo el mundo nos nombraron a nosotros.

Una vez finalizado, se dio la vuelta y agarro la cuchara con el plato para dirigirse a Mei que seguía sollozando.

-Bien Mei, la comida ya está –Decia mientras se sentaba en una silla para quedar delante de la bebe.- Te va a fascinar…

Con la cuchara recogió un poco de la comida y la acerco a la boca de Mei que solo aparto su cara y apretando su boca, negándose a comer pero sin dejar de llorar.

-Solo un poco Mei –Dijo volviendo a intentarlo, siguiendo con la cuchara la boca de la bebe que seguía apartándose.-

Kuro miraba como el rubio seguía hablándole, pidiéndole a Mei que coma, comenzando él a  exasperarse internamente. Comenzó a mirar por las alacenas de la cocina, buscando algo con la mirada, escuchando de fondo la voz del rubio y el llanto de su ahijada.

-Vamos Mei, te he visto comer esta cosa –Murmuro, sonriendo al ver que había conseguido hacer que la comida de la cuchara ingresara en la boca de la bebe.-

Sonriendo victorioso bajo su mirada un instante para cargar la cuchara con más comida, pero al levantar su rostro, la comida que tenía Mei en su boca termino en su cara, ensuciando también parte de sus lentes, dejando con una expresión sorprendida al rubio.

Vio a Kuro ponerse a su lado en silencio, moviendo un pequeño paquete sobre la mesita de la sillita de Mei, tirando en ella cereales redondos de colores. Los dos vieron como la bebe agarraba uno con duda, pero reconociendo que eran y se lo llevo al instante a la boca, sonriendo luego de comerlo.

-¿En serio crees que somos lo mejor para ella? –Murmuro el mayor, mirando un instante a Tsukishima que no le devolvía la mirada.-

En silencio Kuro se fue de la cocina, dejando al rubio solo que miraba a Mei comer los cereales gustosamente, aun sin quitarse la comida salpicada en su rostro, dejándolo con un feo sentimiento en su pecho que Kuro también sentía.

Notas finales:

Espero que les haya gustado.

Chicas, posta, las extraño ;3;

Hastaa la proximaaa


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