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White Robe por waka-yukari

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Nunca en su vida se había sentido tan intimidado, temeroso y nervioso. Nunca y eso que él era Tony Stark y no le tenía miedo a nada y a nadie pero justamente hoy las piernas le temblaban como una gallina.

Termino de acomodar su corbata de su traje color blanco y se miró en el espejo de cuerpo completo donde se reflejaba él y su anillo brillante. El día había llegado y la boda estaba por empezar, sus sentimientos eran un caos, su estómago se sentía con un nudo y pesado. Nunca se imaginó, meses atrás, qué se casaría y con el único hombre del que se había perdido enamorado locamente aun con todos los obstáculos. Tony nunca pensó que alcanzaría a Steve, se veía tan lejano y ahora estaba a unos pasos para ser su esposo hasta que la muerte los separara.

Tocaron a la puerta y Natasha entró por él para entregarlo ante el altar, ya que sus padres habían fallecido hace varios años atrás.

-Qué guapo y radiante te ves hoy Tony, felicidades. Me alegro por ti- el castaño sonrió nervioso.

-Diablos, nunca había estado así de nervioso, parezco un niño- la pelirroja le sonrió.

-Así nos sentimos Clint, Banner y yo el día de nuestra boda- el castaño recordó cuando los tres escaparon a la playa para casarse en pago por lo prematuro ofrecerían una boda después de algunos meses del casamiento de Tony y Steve- vamos que ya es hora- los dos salieron y bajaron a la capilla dónde todos esperaban ansioso; en la entrada con las puertas cerradas Clint dio la orden a la pianista de tocar la marcha nupcial. Cuando sonó Tony trago duro pero una sonrisa se dibujó en su rostro. Las puertas se abrieron de par en par y Tony entró acompañado por Natasha, Steve lo esperaba nervioso debajo del altar, donde el padre los esperaba.

Steve sintió un nudo en su estómago, una gran sonrisa se dibujó al ver a Tony caminando hacia él para hacerlo su esposo, las lágrimas lo invadieron pero las contuvo. Lo vio marchar tan recto y con un porte y elegancia único, con ese traje de color blanco a la medida y apretado. Aun no se casaban y Steve ya pensaba en la luna de miel. Cuando Tony llegó se quedó sin aliento por lo hermoso que se veía y jovial.

-Bien, empecemos- la ceremonia se llevó sin ningún contra tiempo – Bien, y ahora puede besar al novio- los dos se miraron y se besaron con mucha emoción, se abrazaron.

-Te amo, Tony-

-Y yo a ti Steve y yo a ti- salieron juntos, agarrados de la mano hasta la entrada de la iglesia para subir a un auto donde los llevaría hasta el salón donde se llevaría a cabo la recepción.

Steve le tomo la mano derecha y admiro el anillo de matrimonio en ella y sonrió- ahora eres mío hasta que la muerte nos separe Tony, estaré contigo en cada momento, te amaré por siempre, esposo mío- Tony se sonrojo y dejo salir algunas lágrimas- oh, no llores. Lo siento, lo siento solo que es muy emotivo-

-Eres un idiota, te amo y no te desharás de mi tan fácilmente- el coche aparcó frente al salón y los medios no se hicieron esperar pero algunos guardias les abrieron paso hasta entrar al evento y solamente con invitación podían hacerlo. Al entrar todos les aplaudieron y felicitaron, se sentaron en su mesa y dieron inicio a la celebración pero antes tuvieron su primer vals como casados, fue un momento romántico y único en la vida. Después de eso dieron un par de espectáculos para entretener a los invitados, música en vivo y obvio no podía faltar el acostumbrado saludo y fotos con casi todos los invitados, sirvieron el magnífico y exquisito buffet y después le siguió el pastel y en un momento entrada la noche Tony se dejó caer en la silla y tomó de un golpe una copa de vino.

-Tony, tranquilo, no bebas de prisa te podrás ebrio muy rápido- le reprendió su esposo.

-Lo siento es la segunda, además muero de sed y el día de mi boda no tomaré gaseosa como los niños que anda corriendo por ahí, además compré un vino muy caro- okey, Tony no llevaba dos copas para estar así.

-Anthony Rogers- dijo en un tono serio y autoritario.

-Nuestras primeras horas y ¿ya me vas a gritar y a regañar?...- le hizo un puchero que el otro no soporto y le sonrió-…muero de cansancio, quiero dormir.

-Bien…- Steve se dio la media vuelta y se acercó al DJ y pidió música de pareja, regreso a la mesa y le extendió la mano a su esposo- ¿Tony aceptarías bailar esta pieza conmigo?-

-Pero… estoy…- el rubio se puso de pie con su traje de color negro, imponente y serio, se acercó y le susurró con voz ronca- es una excusa para que bajen las luces e irnos a nuestra luna de miel adelantada, ya que ese pantalón blanco tan ajustado hace resaltar tu perfecto trasero- Tony recordó la sorpresa que le tenía y comenzó a agitarse en solo pensar en esa magnífica noche-

-Te tengo dos sorpresas para nuestras vacaciones- el rubio sonrió complacido y lo saco a bailar, fue un baile lento, sensual pero discreto, se movieron por toda la pista, con las luces muy bajas y solo las decoraciones de la mesa alumbraban el lugar, poco a poco se fueron yendo hacia la entrada y Clint los vio, los saludo y les guiño el ojo para ser cómplice de su huida.

Steve tenía todo listo e irían a un hotel cerca del aeropuerto para a la mañana siguiente tomar su vuelo a Hawaii, el chofer los esperaba en la puerta del salón para llevarlos al hotel. Cuando llegaron Steve cargo a Tony, lo bueno que a esa hora entrada de la noche no había nadie más que los recepcionistas, subió por el elevador y abrió la puerta, dejándolo en la cama.

-Iré a quitarme…- dijo caminando hacía el baño para luego darse la media vuelta y mirar hacía la cama de forma provocativa cuando vio a Tony dormido-…la ropa, rayos Anthony si me harás cumplir lo de la luna de miel- se encerró en el baño para quitarse la ropa por una pijama; sus maletas estaban ya en el hotel y de ahí saco una prenda, camino hasta la cama y ayudo a Tony a desvestirse y se acorruco contra él para dormir- nunca mientes, sí que estabas cansado, amor- el castaño solamente al sentir el calor de su esposo se acercó a él y lo abrazo.

Llegaron casi al anochecer a Hawaii. Tony había reservado para esa noche porque sabía que ni loco se levantaría temprano para tomar un vuelo después de su boda. Al llegar de nuevo Steve lo cargo al llegar al pasillo de la suite que habían rentado.

-Feliz luna de miel- le dijo Steve.

-O ¿a ti? Aprovechado- los dos se rieron y Tony le dijo que lo bajara- iré al baño para darte una sorpresa y cuando este entre tus garras te daré la otra- Steve trago duro y su sangre se fue directo a su ingle.

-Mierda-

-Lenguaje- lo reprendió Stark mientras cerraba la puerta detrás de él y Steve lo esperaba al sentado en el borde de la cama, cuando se abrió la puerta sus ojos se alzaron y casi brincó de la cama al ver a su esposo en lencería, con ligeros con una cinturilla, una tanga y medias. Aunque su cara estaba roja como un tomate. Camino lentamente hasta a él.

-Tony…-susurró Steve al verlo ahí caminando hacia él y luego detenerse para acostarse sobre él y dejarlo casi recargado a la cama. Steve no soporto más y comenzó a tocar todo lo que podía, besándolo con una pasión desenfrenada, como si fuera la primera vez que lo besaba. Así se había sentido el primer beso.

Tony comenzó a moverse, a friccionar su erección contra la de Steve, mordió sus labios pero desde el fondo de su garganta sus gemidos resonaban. Su esposo, lo tomó por los glúteos y lidero la fuerza y la velocidad de sus roces. La espalda de Tony se arqueo y su pene se irguió hasta sobre salir por su tanga, Steve bajo su mirada y vio la punta brillar por el liquido pre-semen.

-Steve yo…me voy…- el rubio sentía su pantalón húmedo, Tony lo estaba mojando y su mismo pre-semen mojaba sus bóxers por debajo de su ropa.

-Hazlo, cariño, quiero ver cómo te corres para mi, esta posición y quiero ver tu linda cara cuando te corras- Tony asintió y apretó sus ojos, se dejo llevar por el placer y por el ritmo de su esposo; sintió una descargar recorrer todo su cuerpo hasta llegar su próstata y explotar en un orgasmo que le hizo ver las estrellas.  Flácido, se dejo caer sobre el pecho de Steve, tratando de normalizar su respiración y sacudiéndose y contrayéndose por el orgasmo.

-¿Estás bien?- le dijo el rubio mientras acariciaba su espalda y luego sus glúteos para luego azotarlos. Un gemido salió de la boca del moreno en forma de maullido y su espalda se arqueo. Sus cuerpos estaban pegajosos y sudorosos. El moreno se acercó al oído del general y le susurró. Eso intrigo al rubio.

-¿Listo para su segundo regalo capitán?- el rubio sonrió

-Qué esposo tan considerado tengo- Tony se incorporo para de nuevo quedar montado en él y dejarle ver su pene erecto, de nuevo, con su mirada nublada por la lujuria. Su cuerpo temblaba y sus feromonas salieron disparadas para la nariz de su alfa.

-Acaba de terminar el tiempo de mis supresores, estoy en celo desde hoy, temprano y justo ahora, como lo planee estoy en celo, capitán, así que esto acaba de empezar- Steve frunció el ceño y su alfa rugió al olerlo y al saberlo. Saber que estarían en la cama por días, marcándolo y llenándolo.

Antes de poder pensar o si quiera decir algo, Tony estaba de espaldas sometido por el cuello. Steve se acercó a lamió donde estaba su marca, tatuada por siempre. Steve lo tomo por sus piernas y le alzo el culo, dejándolo expuesto, tomo la tanga y comenzó a rozarlo. Mientras mordía su oreja y la lamía con cuidado, le susurró:

-Te voy a hacer el amor hasta que no te puedas mover y te llenaré tanto de mí, me darás un hijo, Anthony…- su adrenalina se disparo al escuchar eso, llevar un hijo de Steve en su vientre, eso implicaría que tendría que correrse dentro de él muchas veces para asegurarse de que quedaría embarazado.

-Por favor, capitán, mételo y lléname de ti- le jadeo, Steve dejo de jugar con la entrada de Tony y comenzó a nalguearlo y a la par a masturbarlo. Nunca había pensado que su noche de bodas serían tan excitante- necesito de ti, duele, lléname, capitán, tómame y párteme en dos- no se dijo más y Steve lo penetro de una sola estocada, lo tomó de las caderas y comenzó a penetrarlo rápido y profundo, el choque de sus cuerpos resonaba por toda la habitación del hotel. Steve se correría y pronto, sus bolas dolían y quería marcarlo, poseerlo de nuevo.

Tony extendió sus brazos y se aferro a la orilla del colchón, la cama rechinaba y todo se movía, Steve se extendió sobre él y lo tomo fuerte de ambos brazos extendidos  siguió penetrándolo.

-Dioses…siento que me derrites, estás tan apretado… ¡mierda!- gritó Steve al sentir como Tony se contraía a su alrededor -¡Anthony, lo haces apropósito! – Tony sonrió entre lagrimas, sudor y su cara, de repente sus ojos se abrieron de par en par, el pene de Steve se agrando más- Ihhhh- chilló el otro y en un movimiento toco su próstata- ¡AHHHHH~- gimió- ahí, si, así…Oh, Steve…dioses!- Steve se acercó a su cuello, lamió y mordisqueo la marca, sabía que su orgasmo se acercaba, así que lo mordió. Tony arqueo su espalda y contrajo su entrada, Steve se corrió dejando salir su semilla dentro de él y el nudo no tardo en formarse, Tony se movió un poco más y Steve de un golpe lo postró contra el colchón- no hagas eso…maldición, solo quiero que terminé esto y volver a hacerte el amor- se dejo caer sobre él hasta que terminara y pudieran ir por otro round.

-Dioses, tan caliente, tenía miedo de cómo se sentiría pero todo mi interior está lleno- Steve se rió.

-Y falta más, cariño- los dos se quedaron quietos hasta que el nudo cedió.

Luego de recuperar condición, casi dos días más y medio de sexo por toda la habitación les esperaba.

Y posiblemente un bebé en camino.


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