Un gritó ahogado salió desde lo más profundo de su pecho, abrió los ojos de un golpe, sentía como su corazón era estrujado. Estaba boca abajo, con un brazo colgando por fuera del colchón. Salivo su boca para quitar lo seco, se levanto lentamente, la cabeza la tenía echa mierda. Reconoció que estaba en el cuarto de huéspedes de la casa de Sam, solamente tenía sus bóxers puestos, su ropa estaba tirada por todo el piso y las persianas medias abiertas dejaban entrar unos cuantos rayos del sol ¿Qué hora eran?
Sí, definitivamente ya no era temprano. Tomó su teléfono, eran como las 4 de la tarde y tenía llamadas perdidas de Bucky. Se sentó en el borde de la cama y se estiro, y luego recordó esa pesadilla.
-Tony…- susurró.
Se levantó de golpe, tomo su ropa, se visitó y salió corriendo del cuarto, llegó a la sala y vio a Sam dormido, corrió hasta él y lo zarandeo para despertarlo.
-Samuel, Samuel, despierta- en su vida Steve había perdido la compostura de esa forma, se sentía fatal pero tenía que regresar a casa a como diera lugar- tengo que ir a casa, algo le pasa a Tony, debo ir- Samuel se despertó desorientado, al luz le calaba y se sentía igual que Steve, una mierda, la resacara era insoportable.
-¿Qué?- Steve por su urgencia, sacó del refrigerados dos sueros, le aventó uno a Sam y tomó las llaves de la camioneta y se las arrojó- ughhh está bien.
Condujeron como locos hasta llegar a la casa, cuando se iban acercando mientras se estacionaban vio como Banner se despedía de un médico quien le daba una receta en la mano. Cuando bajaron el médico abordo una ambulancia de la Unidad Militar, Steve sentía su pecho al mil por hora, sudaba frío, apretó el paso y en zancadas llego al pórtico de su casa.
Thor junto a Banner lo vieron llegar.
-Lo que nos faltaba…-susurró Thor quien se dio la media vuelta para evitar el contacto con su amigo.
-Tranquilo, Thor- susurró Banner. Steve llegó e intentó pasar.
-Alto ahí, princesa-Odinson, lo detuvo colocando su mano en el pecho de su amigo, Rogers no sabía qué pasaba.
-¿Qué pasa? ¿Por qué se acaba de ir un médico de la unidad?- Thor gruño pero antes de poder decir algo Banner lo interrumpió.
-Tony estuvo internado unas horas en la clínica, casi pierde al bebé- Steve trago duro, sus ojos se abrieron de par en par.
-¿Cómo…?- susurró el rubio.
-¡Por dejarlo sólo! ¿Dónde mierda estabas Rogers?- Thor olió el alcohol- mierda, no tienes que decirme dónde estabas metido. Mientras tu esposo sufría una crisis. Mejor sube y cuida de él, nosotros ya no tenemos que hacer aquí, más bien no soporto ver te la cara de imbécil- Steve seguía sin entender que pasaba, cuando Odinson le cedió el paso subió corriendo las escaleras. Natasha salía del cuarto, cerraba la puerta detrás de ella. Steve la miró con el corazón en la boca.
-No sé qué sucede contigo Steve pero te desconozco, no está el amigo que alguna vez fue mi superior, lamento decirte que para mí ya no eres un amigo, eres un extraño –
-¿Qué?- dijo un poco molesto el rubio- no…-
-Tony quiere perder al bebé a toda costa, se quiere matar de hambre, volvió a fumar, está tomando bebidas energizantes para no dormir. Banner lo encontró en aislamiento en la base y sabes que cuando pasa eso, no hay marcha atrás. Tienes un serio problema, estaré al tanto de Tony. Vuelve a lastimarlo y con mucho gusto tronare tu cuello- la pelirroja se alejo y Steve escucho los tacones bajar para luego como todos se iban.
Estaba nervioso, no podía procesar lo que Natasha le acaba decir, entró lentamente y vio a Tony, recargado en un par de almohadas y mirando hacía el atardecer. Sus ojos estaban rojos, tenía ojeras debajo de sus ojos, los labios resecos, estaba ahí inerte sin moverse, solo su pecho subía y bajaba. Tenía conectada una sonda, se negaba a comer.
-Tony…-
-No quiero tener el bebé- Steve sintió una apuñalada en el corazón- siento haberte arruinado tu vida y tus planes, aun estoy a tiempo de…-
-¡No!- gritó Steve furioso, se acercó a la cama y trepó hasta ella para tomarlo de la cara, cuando Tony lo vio a los ojos sus lagrimas salieron, una tras otras- no dejaré que hagas una estupidez, sacaras de tu cabeza esa idea, tendremos a ese bebé. Lo amo, quiero tenerlo en mis brazos. Quiero que se llame Peter- Tony sintió como le arrancaban el alma.
-Entonces ¿por qué? No eres el mismo desde que llegaste, me has hecho sentir que no quieres a nuestro hijo, lo quieres pero no lo amas. Te has distanciado de los dos, tenía miedo de decírtelo, algo me decía que si lo hacía esto pasaría pero no a este punto…además hay algo que no me quieres decir que paso en Rusia- Steve sudaba frío.
-Sabes que si me pasara algo te lo diría Tony, confía en mí- se acercó a él y beso su frente- te amo, te amo con todo mi ser. Perdóname por ser un idiota, un imbécil, por lo de ayer por no ser el esposo que te prometí ser- el moreno seguía llorando.
-Steve, te amo…tanto que duele- Steve se maldecía hacia sus adentros, esto era lo peor pero debía tranquilizarlo para poder cuidar al bebé.
-Y yo a ti- el rubio bajo hasta el vientre de Tony y lo besó, el oji café rio después de todo- los amo a los dos, Tony por favor, tengamos a nuestro hijo, lo quiero tener, me quedaré con ustedes-
Tony sentía miedo, aun algo estaba ahí, Steve ocultaba algo pero realmente necesitaba de su protección, que lo abrazara, que le dijera que lo amaba, justo lo que hacía ahora.
-Steve…- con miedo lo besó, aun con sus temores y preguntas- yo…- Steve lo tomo de la nuca y lo besó, para quitarle los miedos, la mente del científico quedó en blanco. Se separaron para tomar aire, los ojos de Tony miraban con hambre los labios de su esposo y este sonrió.
-Te haría el amor ahora mismo pero debes descansar, Tony, debes prometerme que te cuidarás por tu bien y por el bien de nuestro hijo- el moreno se sonrojo y asintió- tomaré un baño y luego vendré a dormir contigo-
Cielos, le había mentido de nuevo. Se odiaba, tomó el baño y trato de relajarse, se cambio por unas pijamas y se metió a la cama junto a Tony, lo atrajo hacía él y lo abrazado.
-Steve…por favor, no regrese a Rusia- el rubio solamente se limitó a suspirar, tenía los ojos cerrados y dijo:
-Hablaremos de eso después, necesitamos descansar- el corazón de Tony latía muy rápido, algo no estaba bien.
Días después.
Steve tuvo que dejar de atender llamadas y responder sus correos cuando Tony estuviera cerca, solo lo hacía a solas. Así su esposo se tranquilizaría un poco, los días para partir estaban cerca.
La vida había vuelto a la normalidad, Tony había pedido casi un año de permiso para poder llevar bien su embarazo. Ahora sus instintos omegas estaban al 100%, solamente se concentraba en que su casa fuera cómoda, amorosa, cocinaba, limpiaba y cuidaba de su casa. Steve regresaba del trabajo y ambos cenaban, poco a poco de nuevo retomaron esas salidas, Steve juraba que el vientre de Tony se veía un poco más, peleaban por el sexo del bebé y por el nombre.
-Te he dicho que será un niño, hermoso como tú y se llamará Peter- Tony chasqueo la lengua, deseaba una niña pero lo que fuera sería bienvenido.
-Está bien, no pelearé contigo- Steve reparaba el carro, más bien le daba mantenimiento, en la cochera mientras Tony le dejaba una jarra con agua fresca- general, que buen vista le da al público- Steve vestía unos pantalones negros ajustados y su camisa blanca interior. Tony se relamió los labios.
-Tony…- Steve se dio cuenta y se enderezó, tomó un trapo y se limpió la grasa de las manos. Se acercó a él y lo tomó de la cintura, lo alzó y lo colocó sobre la mesa donde tenía sus herramientas. Tony jadeo ante la repentina fuerza, abrió sus piernas y tomó del cuello de la camisa a su esposo para besarlo- el señor Stark ¿quiere que le haga el amor al aire libre?- el moreno siseó.
-Sí, tómame de una vez, aquí, no me importa si los vecinos nos escuchan, Steve, te necesito, dentro de mi- el rubio no lo hizo esperar más y asalto su boca, friccionaron sus erecciones.
-Con cuidado baja de la mesa y colócate sobre ella, alza tus caderas para mi, cariño- así Tony lo hizo, cuando Steve tanteo la entrada pudo sentir la humedad resbalar por sus muslos, estaba listo así que alineo su miembro y lo penetró.
-Ahhh, Steve…grande…ahhh-
-Lo sé cariño, soy grande y te gusta- el moreno asintió mientras mordía sus labios. Rogers comenzó a moverse, lo tomó de las caderas y bombeo hasta el fondo y con un ritmo salvaje hasta correrse dentro de su esposo. Tony vio las estrellas y sintió el semen caliente llenándolo, sus ojos se pusieron en blanco y sintió su orgasmo construirse, se corrió a chorros.
-¡Ahhhh, Steve!- los dos se desplomaron sobre la mesa de herramientas con las respiraciones agitadas. Esa era la vida que Tony soñaba, la que había vivid hasta hace un par de días atrás. Al fin se sentía cómodo, feliz y pleno.
Hasta un día antes de que Steve partiera a Rusia.
“Llamada entrante”- el teléfono sonaba sin parar, el rubio había salido a comprar la cena, Tony tomó el teléfono, antes dudo un poco, y contesto.
-¿Quién habla?- se tardaron en contestar.
-El omega de tu esposo- la sangre de Tony desapareció, se quedo sin habla y sentía que todo su mundo se venía abajo, colocó su mano en su vientre.