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White Robe por waka-yukari

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Dejo el carro del año  color negro estacionado, bajo apresurado y corrió hasta la mansión Stark. Gracias a los cielos que Stark había accedido a recibirlo en su casa y le había dado la orden a Jarvis de dejarlo entrar en el momento en el que llegara.

Vio la mansión a oscuras, entro y solo vislumbró la luz de la cocina encendida a lo lejos en la primera planta; su vista se alzó y vio la puerta entre abierta del cuarto qué, sino mal recordaba después de tantos años era el de su viejo amigo. Trago duro, se sentía como en una película de terror, parecía una casa maldita, todo a oscuras y en silencio; subió con cautela.

No podía creerlo, había estado en el mismo infierno, visto la muerte frente a frente, la sangre y la súplica de la gente inocente que había matado en misiones o en guerras en países lejanos y recónditos y el solo hecho de ver o esperar lo peor en un par de minutos la aterraba.

Se detuvo en el umbral al detecta un aroma a alcohol y fetidez, casi a la muerte, busco por todos lados y vio a Tony tirado entre la puerta del baño y la recamara. Se quedó sin aliento, su garganta se secó y solo pudo hacer lo que su instinto le decía: corre, ayúdalo.

-Tony, Tony- llegó a hasta él y se arrodillo a su lado, estaba bocabajo y lo giro para dejarlo bocarriba, le dio unas palmaditas en los cachetes pero no reaccionaba- Jesús, Tony reacciona por favor- el castaño parpadeo y sonrió.

-¿Steve?- lo arrastro hasta la cama y con mucho esfuerzo logro subirlo hasta la cama.

-No pero si llego a conocerlo, juro que le arrancare los ojos- limpio a Tony con cuidado, le preparo comida e hizo que la comiera, lo arropo y lo dejo en cama, cuando Tony se levantó un par de veces a regresar el contenido de su estómago le ayudo en todo el proceso hasta el día siguiente por la tarde cuando una gran resaca con dolor de cabeza lo regreso a su realidad.

-Mierda, mi cabeza- susurró para sí mismo, la sujeto con fuerza mientras trataba de recordar que había pasado, escuchó voces en el pasillo, detrás de la puerta cerrada.

-Pero señor, ha estado casi tres días aquí, tiene una agenda que cumplir-.

-Lo sé Nikolas pero no puedo dejarlo aún, me llamo en muy mal estado y desesperado, aun no despierta- Tony tardo en reconocer la voz, era la voz de Daniel y uno de sus tantos guaruras.

-¿Lo llamé?- pensó Tony y miro por todos lados hasta encontrar su móvil encima de su escritorio, camino hasta ahí y lo tomó. Dioses, tenía miles de llamadas de todos sus amigos, correos, mensajes de texto…mensajes de texto, se deslizo hasta donde estaban y los abrió. Los últimos eran de Steve pero necesitaba saber que le había dicho a Daniel para que volara desde Canadá hasta Los Ángeles solo para verlo y sin su sequito de gorilas.

Los mensajes eran casi nulos e incoherentes, no le daban nada. La puerta se abrió de golpe y vio ahí a Daniel, alto, con su cabello oscuro como la noche, sus pómulos marcados y esa cara dura por sus facciones. Su cuerpo musculoso y bien trabajado, con una camisa blanca desabotonada unos cuantos botones, arreglando, su corbata aflojada y sus pantalones negros, apretados a la medida. Trago duro y su cuerpo reacciono, maldición. Se veía jodidamente bien.

-Tony ¿estás bien? – Se acercó a él- ¿Tony?-

-Daniel ¿Qué haces aquí?- el azabache cerró la puerta detrás de él y se recargo en ella.

-Yo también te extrañé Tony- sonrió, con una pizca de cansancio y alivio-veo que ya estás mejor.

-No, la cabeza me duele hasta la mierda pero no recuerdo nada-

-Me llamaste hace tres días, estabas ebrio. Me pediste que viniera por ti, que tenías miedo y te sentías tan, como en los viejos tiempos. Te escuchabas realmente mal por el alcohol, balbuceabas cosas sin sentido pero no dejabas de decir el nombre de un tal Steve…- tomo aire-…sé que no es lo correcto pero te propuse el que viniera, que podías usarme para olvidarlo, claro después de que me contaras toda tú historia de despecho y heme aquí. Cuidándote como una madre-

-Daniel, yo…lo siento, no…- el oji azul  cerró los ojos y sonrió.

-Ya sabía que consiente dirías que no pero no lo aceptare esta vez. Siempre te he amado Tony, siempre has estado presente en mí y ahora quiero sanar tus heridas, dame una oportunidad y olvida a ese imbécil- se acercó a él- sé que estas vulnerable y es lo más bajo que  puedo hacer pero por favor dame una oportunidad- Tony sintió un recahzo ante el tacto de Daniel pero olía tan bien.

-¿Y qué hay de la pareja destinada? No tenemos esa conexión y lo sabes. Daniel, podemos arrepentirnos para siempre- el azabache se acercó a él y lo abrazo entre sus brazos- ¿y esa erección no dice lo contrario o es por la buena propuesta que está feliz?-.

El castaño se sonrojo y agacho la mirada- eso creo…pero no quiero quedarme aquí, vamos a tu casa, todos vendrán a buscarme, quiero estar contigo todo este tiempo, por favor Daniel- el otro lo beso ligeramente los labios.

-Lo que desees Stark, lo que me pidas será tuyo. Tendrás el mundo a tus pies déjame sostenerte esta noche, por favor- lo atrajo hacia él y lo abrazo pero no pasando por alto su erección.

-Ahhh Daniel…- gimió Tony y se dejó besar de nuevo por su viejo amigo de la infancia- vamos  tu casa por favor- el otro asintió y lo llevo hasta su coche, ambos subieron y partieron hacia el departamento de Daniel.

-Ven acompáñame, tomaremos una ducha y luego cenarás para que tomes un par de aspirinas y descanses, aun necesitas recuperarte. Casi mueres de intoxicación y eso no me pone feliz- dijo un poco molesto.

Tony lo siguió con temor, sabía que lo que estaba haciendo no era correcto, esta sobre actuando ante la situación o la realidad de que Steve se casaría con Sharon en unos meses. Su pecho dolió pero la voz de Daniel desde el baño lo saco de su trance.

-Ven cariño, te mimaré una noche más- el castaño trago duro y alcanzo la mano que el otro le tendía para entrar al baño y tomar una baño en una tina llena de sales y aromatizantes después de una ducha para quitarse toda la suciedad. Daniel le ayudó a tallarse el cuerpo y a lavar su cabello.

Después Tony se encontró entre las piernas de Daniel en esa espaciosa bañera empotrada en el fondo del baño, suspiro y se relajó, dejo que la tensión se fura con el masaje que su novio le daba. Si, ahora era su novio y tenía que respetarlo.

-Tony… ¿por qué lo amas? ¿es tu pareja destinada’- Tony sonrió de lado , decepcionado por esa estupidez que tus padres te contaban de niño.

-No creo en eso…es una tontería, nunca he sentido “eso” que deberías de sentir con tu pareja, nunca lo he podido oler y la atracción bueno…nada. El será feliz con Sharon y seguirá con su vida y yo bueno tengo que hacer lo mismo…no, ya no quiero hablar de eso- Daniel le tomo de la mano y la llevo a sus labios.

-Espero poder hacerte la persona más feliz del mundo- el castaño esperaba que así afuera pero sabía que era imposible al menos que no por el tiempo que el proyecto terminara y le dieran el cambio de base a otro estado del país.

Y así había sido el cómo Tony había terminado en brazos y con la protección de Daniel. Habían ido a D.C. para que el mismo presidente le concediera el permiso de retrasar el proyecto, el presidente después de debatir cedió a darle el permiso de dejar el proyecto a un lado, cosa que retrasaría más el poder superar a Steve.

Salieron de la tina y Daniel lo atendió hasta que los cuidados se volvieron caricias y las caricias pasaron a los jadeos que dieron paso a que el general le hiciera el amor a Tony por primera vez, como en sus sueños, después de tantos años. Al final Stark pronunció el nombre de Steve a la vez que quedaba profundamente dormido por el orgasmo y entre sueños decía el nombre de Rogers el cual Daniel no tardo en investigar.

-Anqué lo llames Tony, te amare y esperare todo el tiempo que sea necesario- beso su frente y lo dejo dormir en paz por primera vez en tantos días, las ojeras enmarcaban sus ojos cafés.

*****************************

La reunión llevaba poco de haber iniciado. Steve había aguardado impaciente a que empezara y más a que terminara para poder hablar con Tony pero el tiempo era eterno, no dejaba de mirarlo, tenía su mirada en él y sabía que estaba impaciente y nervioso.

Tony sentía la mirada, trato de evadirla pero era imposible ignorar esos ojos azules, dioses. Daniel quien estaba frente de ellos veía el espectáculo infantil de ambos, el estómago se le revolvió por el enojo y la indiscreción y la impertinencia del rubio de rango menor. .

El castaño no soporto la mirada, se puso de pie y salió de la junta de reuniones donde llevaban casi 30 minutos ahí mientras le explicaban los problemas que su desaparición había ocasionado, los que traería y esas cosas. Si supieran.

.-Caballeros, lo siento no puedo seguir aquí sufro de claustrofobia inducida- miro molesto a Rogers- Daniel, cariño ¿podrías seguir por mí?- el azabache asintió. Todos comenzaron a protestar indignados por el comportamiento de Stark. Cuando salió, Daniel hablo con ellos y se tranquilizaron, dejando progresar la reunión pero detrás de él salió Rogers. Daniel vio en rojo pero tuvo que contenerse, el tenía el poder de hacer lo que le complaciera pero no dejaría a su padre en ridículo.

-Tony, por favor, déjame hablar contigo- el castaño aceleró el paso pero Steve daba zancadas más largas por sus piernas hasta que logro alcanzarlo y tomarlo por el ante brazo.

-Suéltame ¡maldición!- lo miro con todo el odio en sus ojos y desprecio, el rubio lo notó y lo dejo ir- ¿Qué demonios quieres?-

-Hablar contigo, saber que te paso durante este tiempo y aclarar todo- Tony se cruzó de brazos y cerró los ojos para pensar que hacer- Tony, por favor…-

-¡Cállate! Está bien, habla pero que sea rápido, la junta casi termina y Daniel no tarda en venir y tenemos cosas que hacer- Steve apretó los dientes y sus puños. Maldito, maldito Daniel.

 -¿Lo amas?- Tony se sonrojo pero la furia reemplazo su asombro.

-¿Qué demonios te importa? Y si por hablar te refieres a preguntar sobre mi vida privada, ambos perdemos el tiempo ya que no te diré nada así como tú lo hiciste y respetar como yo tuve que hacerlo-

-Tienes razón pero sabes bien el por qué, ¿qué paso contigo todo este tiempo? Me…nos tenías preocupado- Tony sintió todo el dolor del mundo al recordar lo que había echo

-“Estuve a punto de morir, por ti”- Tony inhalo- Nada, solamente decidí darle orden a mi vida, hacía tiempo que veía a Daniel, solo que hasta ahora formalizamos lo nuestro y estuve un tiempo de “vacaciones” solo que ahora pedí un permiso al presidente para poder retrasar el proyecto en el que acomodo y organizo mi vida, es todo. Quise un cambio de aires, así que me fui…rente otro departamento y ya ¿feliz?

-No, me preocupe mucho- Tony rio incrédulo.

-Vi tus miles de llamadas pero no deberías ya que tienes una boda que organizar y posiblemente la mía sea después de la tuya…- se arriesgó a decir eso. Steve gruño y se acercó con cautela a él y lo olfateo, sintió el aroma omega de Tony mezclado con el de Daniel. No era la primera vez que lo olía, era un olor a café y vainilla pero todo este tiempo hizo el ignorarlo. Su alfa gruño ante ese descubrimiento, el descubrir que tenía otro aroma impregnado a él, el solo hecho de imaginar…mierda -¿Qué demonios haces?- pregunto Tony asustado.

-¿Te ha marcado? ¿Tú y él…?- Tony se sonrojo y comenzó a sudar, las manos le temblaban y de repente lo abofeteo.

-No te entrometas en lo que no te incumbe, a ti no te incumbe mi vida privada. Si me ha marcado o no, si tenemos sexo o no. Yo no te he cuestionado tu vida sexual o sentimental con Sharon…- la garganta se le cerro al decir esas palabras y el pensar que Sharon era la pareja de Steve, haciendo el amor. De repente sintió que el aire le faltaba, se sintió mareado. Alzo la vista y vio a Steve desorientado y sin saber qué hacer, la puerta se abrió y vio entrar a Daniel quien lo tomo entre sus brazos.

-¿Tony? Tranquilo cariño, ya estoy aquí, tranquilo- Tony se aferró a él y le suplico.

-Llévame a casa Daniel, vamos a casa- el azabache asintió y lo cargo entre sus brazos.

-Vuelve a cruzar una palabra, una mirada con él y haré que te quiten todo por lo que has luchado todos estos años Rogers. Mantente alejado de Tony, ahora él es mío y respeta a tu prometida- el oji azul rubio los miro salir, no sabía que hacer ¿qué pasaba? Apretó sus piños hasta que quedaron en blanco.


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