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White Robe por waka-yukari

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Capítulo VII

Tocaron a su puerta, dio la indicación que pasaran. Frente a él vio a un cadete de color, bien uniformado y saludándolo, cuando cerró la puertas detrás de él. Solo alzo la vista un momento de los documentos que firmaba, y por el borde de sus lentes lo reconoció.

-Samuel Wilson, descanse cadete- el otro se relajó y saco un sobre amarillo y Daniel pudo distinguir que decía “Confidencial”, suspiro y se recargo en su silla de cuero negro, le miro con una sonrisa ladina- ¿Qué me traes?- sabía que era amigo de Rogers, así que debía de tener cuidado con él.

-Una carta de su superior, se debe manejar con discreción y actuar de inmediato- se puso de pie y tomo el sobre que le extendía. Lo miro y analizó de los pies a la cabeza, algo tramaba. Lo rodeaba como un tigre a su presa, arrinconada pero Samuel no se inmuto ante el acto de su superior.

-Señor, con todo respeto…- Daniel se detuvo en seco y le lanzo una mirada mortífera.

-No te di permiso de hablar, soldado. Que insolencia, con razón se llevan de maravilla- Samuel sabía que se refería a Steve y solo rio por dentro- pero como ya has empezado, dilo- Samuel asintió y prosiguió.

-No es lo que usted piensa, esto viene directo de arriba, nadie tiene que ver en esto- el azabache ladeo la cabeza.

-Y si investigo que no es así ¿qué le pasaría a la familia de tu hermano si se queda sin pensión?- Samuel, trago duro pero no expreso nada. Sabía que esto sería un al final de todo.

-“Lo mataré cuando lo vea…lo mataré antes que Daniel”-pensó.

-Te puedes ir soldado- Samuel saludo y salió, cuando se encontró lejos al fin pudo respirar y romper su postura de soldado.

¿Cómo se lo iba a decir? Miraba la carta entre sus manos, apenas llevaban un par de meses saliendo y ¿tenía que llegar esto? ¿Por qué lo requerían a él? Se supone que a su rango ya no deberían de asignarles misiones de este tipo, misiones de campo y menos una misión de recuperación así de ese nivel. No era más que un nivel 6 ¿qué tanto podía arriesgarse en esa misión? Y más que con unos cuantos hombres. Literalmente lo mandaban a la guerra sin armas y al lugar más inhóspito y hostil de mundo.  ¿Los Andes? Mierda.

Volvió a tomar asiento, analizo todo, tenía que llegar al fondo de esto. Con su cerebro trabajando al mil, volvió al trabajo pendiente. Deseaba llegar a casa, deseaba ver a Tony y hacerlo suyo una vez más.

Después de un día lleno de trabajo pero largo llego a su casa, vio las luces encendidas. Tony había dejado su casa y ahora parecía una recién casada, tenía todo en orden y consentía a Daniel. Era raro ver eso, era todo lo contrario al Tony de siempre pero al final de todo era un omega.

Entró y escucho los ruidos de la cocina y ese olor exquisito, Stark sabía cocinar, eso era nuevo para Daniel nunca se lo hubiera imaginado. Llego hasta ahí y lo vio, cocinando mientras escuchaba “Megadeth”.

-Buenas noches, Tony- llegó hasta él y le rodeo con sus grandes brazos por detrás, besó su cuello y se meció de un lado para otro junto a él.

-Bienvenido General, buenas noches- siguió besando su cuello y su clavícula -Oh, alguien está feliz de llegar a casa o de verme- sonrió y movió su trasero contra la erección del azabache. Daniel suspiro profundo y lo tomo de las caderas, lo agacho un poco contra la tabla de la cocina y comenzó a friccionar su erección contra el pantalón el pants deportivo de Tony, que entallaba ese glorioso trasero perfecto. Un gemido ronco salió de la garganta de Tony y dejo el cuchillo a un lado- oh, mhhh…alguien viene muy despierto hoy- el alfa de Daniel gruño y lo giro de cuerpo completo para besarlo, su mirada estaba llena de lujuria y opaca por el deseo.

-Y alguien está más sensible de lo normal, siento tu entre pierna mojada y solamente me he molado contra ti- deslizo su mano por la entre pierna de Tony que estaba dura y húmeda.

-Yo…en un par de días estaré en celo…por eso- la gran mano rodeo su miembro y lo apretó, arrancándole toda palabra coherente de su boca.

-Maldición- Tony notó el enojo de Daniel pero lo notaba más como si le molestará que pronto estaría en celo.

-¿Qué sucede Daniel?- pregunto un poco preocupado pero lo único que obtuvo fue que lo cargaran en brazos lo lanzarán a la cama más próxima a la cocina –la de huéspedes-. Lo vio alto, imponente, quitándose el traje negro y lamiéndose los labios. Daniel vio temblar a Tony, asustado; se detuvo y suspiro, se sentó a su lado y le extendió la mano.

-Ven, lo siento, yo…mi alfa enloqueció- Tony se acercó a él y se dejó hacer- me ha llegado una carta, tengo una misión que hacer en un par de días y estaré fuera por casi dos meses y cuando me dijiste lo del celo, me enfurecí, no contigo. Si no que sería el primero juntos, la primera vez que estarías sumiso ante mí y bueno, serían tres magníficos días de hacerte el amor- Tony se sonrojó- pero los tendrás que pasar solo, me siento mal- Tony sonrió ante la preocupación en el tono de voz del azabache.

-No te preocupes, no es el primero solo. Además por el momento no iré a la base y lo mejor será que regrese a casa, está asilada y preparada para mis días de celo así nadie se acercará y estaré bien, igual tengo pastillas por si algo pasa-

-¡No!- fue lo primero que salió de la boca del oji azul- dioses, no digas eso. En verdad lo siento, lo siento. Son ordenes directamente desde arriba no puedo hacer nada. Investigue y sí, todo es correcto- Tony se soltó de su agarré y se puso de pie.

-Bueno, ya que has arruinado mi cena haciéndome que la dejara a la mitad deberías de recompensarme con algo y después comprarme comida ¿no crees?- Daniel rio.

-Lo que Tony Stark desee, estoy a sus pies- Tony se acercó a la orilla de la cama y abrió las piernas de Daniel con las suyas, se acomodó y lo beso- maldición, me tienes comiendo de la palma de tu mano- le susurro entre besos. Tony gemía como un loco, su pene rozaba con el vientre, casi pecho marcado de Daniel; el moreno lo tomo de la muñeca y lo lanzo a la cama, se posiciono sobre él y lo devoró entre besos mientras sus manos se deshacían de sus ropas.

Daniel quedo desvestido ante Tony, gloriosamente desnudo, esa piel bronceada y su cuerpo ridículamente bien trabajado, sus grandes muslos, brazos y su maldito trasero, redondo y firme. Tony recordaba como tensaba el abdomen cuando lo penetraba, eso disparo la adrenalina y la libido. Se vio cubierto por el gran cuerpo de Daniel, sus grandes manos lo acariciaban desde las caderas hasta sus hombros, mientras chupaba y lamia su lengua entre besos llenos de pasión. Las manos de Tony rodearon sus hombros y abrió sus piernas para que sus erecciones se rozaran.

-Oh, hoy pareciera que hablas con tu cuerpo- Daniel tomo sus miembros y comenzó a masturbarlos a la par. Tony tenía la mente en blanco, solamente jadeaba y asentía, sentía como su mundo se derretía; una jaladas más y termino por correrse- uh uh uh, niño travieso- le alzó las piernas dejando a la vista su entrada, húmeda y rosa, veía como se contraía ante el placer y la necesidad.

-Maldición Daniel, jódeme  ¿qué esperas? Lléname de ti- Daniel se lamió los labios y su miembro creció, amaba locamente que Tony fuera un mal hablado en la cama.

-Primero debo probar, debes saber diferente cuando estás cerca de tu celo ¿no? Debe ser más dulce y más afrodisiaco- el moreno se sonrojo.

-Jódeme con tu lengua entonces- sonrió desafiante y así lo hizo, comenzó a succionar, a lamer y a penetrar con su lengua; las manos de Tony se aferraban a las sábanas de color plata, sus caderas se movían en un vaivén controlado por la lengua larga del otro, pero el pedazo de carne no era suficiente para llenarlo, llenar todos esos lugares ansiosos de placer y que necesitaban ser llenados, rasgados, machucados por la lujuria y el descontrol de un cuerpo dominante. El oji azul chupo el pene de Tony para comprobar la esencia dulce del otro, su paladar exploto y su alfa rugió.

Daniel dio un par de nalgadas, se estiró por un condón y se lo colocó; entró de una sola estocada, sabía que Tony estaba más que listo desde el principio pero no quería lastimarlo además, sabía delicioso. Le tomo fuertemente por las caderas, tenso el abdomen y cada estocada era profunda y larga, poco a poco comenzó a llegar al fondo pero sacarla todo y de nuevo hasta el fondo después de estar inmóvil unos segundos, aplazando el orgasmo inminente de su amante un par de veces.

-¡Maldición! Se siente jodidamente…ughgg- toco su punto más sensible- Daniel, Daniel- jadeaba su nombre, le llamaba para ser besado y así lo hizo, bajo hasta sus labios y lo beso, sin dejar de penetrarle fuertemente.

-Tony, Tony…dioses, cada vez estás más estrecho, me aprietas más ¿quieres algo?- pregunto burlón.

-Lléname, lléname todo de ti, dime…- se sonrojo y se interrumpió-…dime cosas sucias, háblame mal- vaya, si Tony no era regularmente así, y antes del celo se desinhibía imagínalo en celo…dioses. La sangre de Daniel paso de hervir a incendiarse –si eso era posible-.

-¿Qué? Que eres como una perra en celo, pidiendo ser llenada, que te gusta que te joda hasta que no puedas más- Daniel lo apretó más de las caderas y su espalda sintió la descarga que anunciaba el orgasmo, sintió su miembro derretirse y derramarse dentro del condón, con unas penetraciones fuertes y de repente paro, gruñendo su liberación y  apretando sus mandíbula casi hasta sangrar para no marcar a Tony.

-Daniel…- gimió Tony pero reacciono al ver como el otro apretaba la boca- ¡No! Muerde…muerde tu brazo, te lastimaras…Daniel- el otro negó con la cabeza, alzo su brazo y lo mordió, sus dientes dolían y picaban- Daniel…-susurró.

-Tranquilo estoy bien, es el mejor orgasmo que he tenido en toda mi maldita vida- con cuidado salió de Tony y se dejó caer a un lado y abrazo el cuerpo pegajoso de su compañero por el sudor.

-Me preocupaste…- lo beso- no hagas eso de nuevo, muerde un brazo o la almohada, algo, lastimaras tus dientes- el otro rio.

-Desearía que fueras tú pero te respetare aunque me tenga que arrancar el brazo, no te preocupes es algo de lo que estaba consciente Tony- lo beso.

-Gracias, también fue muy placentero para mí, a decir verdad desde la mañana estaba…ansioso y no hacía nada más que pensar en ti…- Daniel alzó una ceja.

-¿En mi o en mi pene?- Tony levantó una mano y tomo el miembro de Daniel- ¡Wuoha! –y comenzó a bombearlo, su boca se movió hasta la entrepierna dejando un camino de besos húmedos hasta que trago todo el miembro por completo- ¡Maldición Stark, tu lengua!- Tony rio y sus vibraciones enviaron ondas de placer al oji azul quien de nuevo reacciono.

Hicieron el amor un par de veces más.

*****************************************

Lo esperaba en el filo del umbral, cruzado de brazos, era una mañana nublada y un poco fresca por la lluvia de una noche antes.

Daniel bajo con su traje militar y una gabardina negra, con su gorra de plato color caqui y con la otra mano bajaba su maleta, llegó hasta la puerta y miro a Tony. Se sentía como si nunca más se volviera a ver.

Afuera un par de carros militares privados lo esperaban con algunos de sus hombres que irían con él en la misión.  Veían como su superior abrazaba y besaba a Stark como si fuera el fin del mundo, se sintieron nostálgicos y recordaron a sus parejas pero el deber llamaba.

-Te estaré llamado, te amo Tony- el otro sonrió y lo miro a los ojos.

-Regresa pronto- se besaron una vez más y Daniel partió, partió con el corazón dolido, aun así Tony no le había dicho que lo amaba pero llegaría su momento.

Tony lo vio partir, vio como la caravana se hacía pequeña a lo largo y lejos de la calle, se despidió con la mano y cuando no vio nada, cerró la puerta detrás de él. De repente un golpe de calor lo abrumo.

-Maldición, debo de correr antes que algo pase- se apresuró, no tomo nada con él. Subió al coche y se dirigió a casa, donde estaría las próximas 72 horas. 


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