Estaba tumbado en el suelo de la ducha, desnudo y mojado. Levi me acababa de reventar, tanto con el castigo como con... Joder... lo que iba a resultar una venganza a acabado siendo... en fin. No puedo creer que mi odioso cápitan me hiciera llegar al climax y hacer que me corriera...
Tras estar secándose, Levi me tiró su toalla a la cara.
-Denada, mocoso.- añadió antes de salir por la puerta.
Voy a matarle, se la voy a devolver, voy a hacer que me tenga el respeto que yo le dirijo a el.
-¿Hay alguien?- intervino la grave voz de Erwin detras de la puerta. Me levanté deprisa, tanto como mi molido cuerpo me permitía y me enrollé una toalla alrededor de mi cintura.
Salí de allí corriendo cansado sin siquiera mirarle hacia mi habitación.
-¡E...eren que te pasa!- gritó sobresaltado Erwin al verme salir corriendo así, pero yo ya estaba muy lejos y no di respuesta. Llegué a mi habitación y me tiré a la cama. Me dolía todo el cuerpo, especialmente mi... interior, por decirlo de alguna manera. El maldito me había dado bien duro hoy, pero esto no iba a quedarse así.
Quedé dormido con la toalla al rededor de mi cintura aún. Alrededor de seis horas más tardes la voz de Levi me despertó.
-Imbécil, despierta o te apatearé.- me dijó el enano. Me sonrojé al darme cuenta que seguía en toalla aparte de por lo que hace rato había pasado y al haberme despertado, mi miembro se despertó también conmigo.
-Cállate y de... dejame dormir e...enano.- me quejé algo avergonzado.
-¿Como me llamaste?- dijo al parecer muy enfadado comparandose con su inexpresión.
-Enano.- contesté desafiante. Pasé de estar tumbado en la cama, a que Levi me cogiera en su hombro como un saco de patatas, y me golpeara violentamente contra el suelo.
Empezó a patearme desde arriba con fuerza, haciendo que me quejara y rompiendome de nuevo el labio. Tras esto puso sus rodillas a los lados de mis caderas y me sujetó las muñecas.
-Vaya, te hice sangre en el labio.- dijo y tras esto paso su lengua lentamente por mis labios pero un ¡yaho! que venia de Hanji le interrumpió. Se levantó a la velocidad de la luz y volvio a golpearme como para disimular y mis quejidos volvieron a invadir la habitación.
-Eeeeeeren vamos a... ¡LEVI, ENANO PARA LE VAS A HACER DAÑO!- dijo la cuatro hojos al ver la escena. Levi la echo una mirada asesina.
-¿Qué dijiste?- dijo más seco de lo normal y con el ceño fruncido. Iba a golpearla. Me levanté asegurando que la toalla no se me caería de la cintura y lo agarre de los hombros.
-No la toques.- dije asustado en un susurro.
-No la voy a hacer nada, solo no me mandes mocoso.- dijo deshaciendose de mi agarre y salió de la habitacion chocando su hombro con el de Hanji como enfadado.
-Ahhhh no le hagas caso, es un aburrido. Por cierto visteté, no esta bien que estes semi desnudo, aquí hay muchas chicas y ya sabes JAJAJAAJ.- empezó a reirse como loca.
-Cuando acabes ve al comedor, la cena está lista.- terminó por decir y salió de allí.
Tiré un poco de uno de los lados de mi toalla y se calló, me puse la ropa interior, los pantalosnes, las botas, pero, ¿y mi camisa? La dejé sobre la cama y no estaba. Me giré a buscarla y de nuevo Levi estaba apoyado en el marco de la puerta sujetando mi camisa.
-¿La quieres?- preguntó
-Maldito...- dije sonrojado y me acerqué a el para quitarsela pero este la tiró lejos por una ventana abierta que había en el pasillo.
Cabrón... Se fue de allí, supongo que iría al comedor. Ahora tendria que rodear todo el castillo semidesnudo para coger mi camisa. Salí corriendo, por suerte no había nadie pero choqué con Mikasa saliendo del castillo.
-E...Eren.- dijo sonrojada. Al igual me sonrojé y me fui corriendo sin soltar palabra alguna. Encontré mi camisa y me la puse rápidamente para luego ir al comedor. Allí estaban Hanji, Erwin y como no, el bobo del capitán. Me senté junto a ellos y empece a cenar.
-Eren.- dijo Erwin serio.
-Di...Digame comandante.- dije titubeando, me había asustado tu tono.
-Te vi salir corriendo del baño, ¿paso algo?- Miré horrorizado a Levi, quién estaba totalmente tranquilo, con las piernas y brazos cruzados tomandose una taza de té. Volví a mirar al comandante.
-No, no fue nada.- dije con los ojos cerrados y racandome la nuca. Hanji empezó a reirse como una posesa (que raro viniendo de ella) y Levi la miró con la mirada más intimidante del mundo.
-¿De qué te ries, estúpida?- preguntó Levi dando un trago de su taza.
-No no, recorde un chiste que me conto la chica papa antes...- dijo secandose las lágrimas.
-Por cierto Eren.- cambió el enano de tema y me miró friamente.
-Mañana cumplirás tu castigo.- Tras varios segundos asimilando lo que me había dicho dí un golpe fuerte a la mesa y me levanté.
-¡JODER, ¿PERO ESQUE NO TE SIRVIÓ CON EL QUE YA ME PUSISTE?!- Inesperadamente, me llevé una bofetada por su parte. No la había visto venir por la velocidad en la que lo hizo. Me quedé paralizado mirandole horrorizado, la tensión se notaba en el ambiente.
-No te olvides que soy tu capitán y puedo hacer contigo lo que me venga en gana.- dijo mientras observaba la ventana. Esas palabras me llenaron de rabia, este se dio cuenta y dibujó una pequeña, casi invisible sonrisa en su rostro.
-Levi, calmate- intervino el capitán.
-Ts, no te metas.- replicó Levi. Se hizo un sonoro silencio en la sala hasta que Hanji nos fue contando anecdotas sobre sus experimentos.
Mientras observaba de reojo a Levi y se fue quedando dormido en la silla, el no solía dormir mucho, y tampoco en una cama sino en una silla, así que nos fuimos precavidamente los tres para no despertarle.
Llegué a la habitación. Apagué las luces y tras intentarlo una y otra vez no podía dormir, había dormido mucho cuando llegué de... las duchas. Ahora que lo pienso, todos estan dormidos, supongo, sería el momento perfecto para mi venganza. Giré mi cabeza y vi mi ropa, entre todas las prendas mi cinturón. Tras mirarlo se me había ocurrido el plan perfecto.
Me levanté y cogí mi cinturón, esa noche iba a divertirme...