Estar en Pánico era una de las peores etapas de un rompimiento.
Además de hacerle pensar de más, de atormentarse a sí mismo pensando en su edad, en el destino y en el futuro, de mirar a todos lados todo el tiempo, de pensar que todos los pelirrojos eran él y de pensar siempre que lo que estaba pasando era solo parte de su imaginación.
También le traía el amargo dolor de cabeza. El mal humor día y noche y las interminables concubinas a las cuales despachaba después de unas cuantas horas de sexo informal.
Sin embargo, poco a poco, lo estaba logrando.
Como un buen Uchiha que era, está logrando aceptar todo, estaba logrando darse cuenta de muchas cosas, como por ejemplo de que sentía más cosas por ese chico de lo que el mismo no se había dado cuenta. Aunque disminuyendo cada vez que les veía juntos, que veía como Gaara sonreía cuando Sai le hacia una tontería, o cuando cómplices se robaban una mirada cargada de picardía…
Volvió a la realidad por un momento ya que era su turno de dirigir al batallón de universitarios a la excursión.
Según la directora Tsunade, era por un bien común. La excursión consistía en pasear por las montañas al final de la ciudad y recolectar basura con el fin de preservar los ambientes que se estaban perdiendo.
Nunca era tarde para concientizar a las personas sobre el daño climático, decía Tsunade.
El viaje inicio a las 6:30 am, durando así cuatro horas quince minutos.
Al bajar del Benz y dirigir a su cuadrilla al punto de encuentro alrededor de un arce, observo hacia los de Arte, inconscientemente lo busco con la mirada casi desesperado. Tardo poco más de un minuto en divisarlo al final de su cuadrilla hombro con hombro con aquel chico que últimamente había aprendido a odiar tanto como odiaba el ramen.
Pero fue el beso lo que hizo que su estómago y corazón dieran cuatro vuelcos. Después de 360º de que girarán continuamente; se mareo. Sin embargo se obligó a mantener la compostura.
- Muy bien chicos – Llamo la atención Kakashi – Aquí pueden armar grupos como gusten, el objetivo es dejar este lugar impecable. Así que tomen las bolsas que su capitán de cuadrilla les va a hacer entrega y ¡Comencemos!
Sasuke comenzó a repartir las bolsas ecológicas a cada chico con indiferencia, la verdad es que su cuerpo estaba allí, pero no su mente…
- ¿Puedo hacer equipo contigo? – Escucho una voz detrás de él.
Estuvo a punto de decir que no, pero al ver quien era simplemente asintió.
- ¡Perfecto! Entonces seremos cuatro…
- ¿Cuatro? – Preguntó Sasuke por fin terminando la entrega de bolsas y dándose la vuelta para encarar a Naruto.
- Hola, Uchiha. – Le saludo un pelirrojo siendo tomado del brazo por un pelinegro de falso semblante.
Se congelo. Pero se logró controlar. Sólo volvió a asentir y les repartió bolsas a los tres como si aquello le afectara en lo mínimo.
Cinco minutos después estaban recogiendo botellas de plástico y envolturas de golosinas por el lugar. En completo silencio, excepto por un energético rubio que no paraba de parlotear sobre lo poco considerados que eran algunas personas cuando visitaban las montañas de su país. Hablaba y hablaba como si no se fijase de la tensión en el ambiente y del incomodo silencio sepulcral que luchaba por extenderse de no ser por él y su cháchara.
Fue entonces cuando dio un alarido inesperado y llamó a Sai como si fuera éste su héroe.
- ¿Qué sucede?
- ¡Ven a ayudarme! A alguien le pareció gracioso esconder basura bajo esta enorme roca…
- Necesitaremos más ayuda para moverla… - concluyo Sai a punto de darse media vuelta para volver al sendero cuando Naruto lo tomo del brazo.
- ¡Oye, oye! No me dejes solo por aquí, pueden haber osos… - dijo el rubio haciendo un puchero.
Sai suspiro cansado y miro de nuevo hacia arriba, donde estaba el sendero donde Gaara estaba muy concentrado recogiendo una cantidad ridícula de basura mientras Sasuke Uchiha tomaba agua y se secaba la frente sin fijarse ni un momento en su pelirrojo.
- De acuerdo, vamos a intentarlo…
- ¡Yes!
Mientras tanto Gaara quien había estado escuchando todo siguió mirando hacia el suelo, fingiendo que ignoraba lo que sucedía a su alrededor, cuando en realidad era justo ese momento el que él estaba esperando.
Con disimulo muy bien elaborado se acercó dando pasos hacia atrás hasta chocar contra Sasuke.
- Lo siento – Fue lo que dijo antes de volver a lo suyo. No sabía cómo iniciar una conversación, pero debía hacerlo rápido, debía sacar un tema, cualquiera, pronto. Antes de que el pintor y su amigo volvieran de lo que estaban haciendo.
- Oye… - Dijeron los dos a un unísono.
A lo que ambos se sonrojaron.
- Tú primero – comenzó Sasuke, siempre un caballero.
- Bien, verás. Esto…esto no salió como lo pensé. Sé que debí de decirte esto antes de que todo pasara, pero estaba tan…enojado. Yo…
- No dijiste nada – continuo el más alto, como si supiera exactamente lo que el otro quería decir - Solo recogiste tus cosas y te marchaste. Diste por entendido que te irías, así sin más…
- Tú siempre diste por entendido que me amabas.
- ¡Eso no es cierto! – Replico Sasuke subiendo un tono su voz. Luego miro hacia donde se habían ido sus compañeros de grupo. – Eso no…
- Dime una sola ocasión donde me hayas demostrado que de verdad me querías. Solo una.
- Yo… - Y el silencio se plasmó entre los dos. Sentenciando una realidad dolorosa.
- Sólo una vez pensé que de verdad me amabas, y fue cuando me viniste a buscar. Cuando dejaste a Itachi y a tus responsabilidades en la empresa de tu familia para venir a por mí. Y me sentí tan…feliz. Creí que ahora si lo dirías, que cambiarias y todo sería mejor. Pero no, no lo hiciste, nunca me lo dijiste. Siempre diste por entendido que simplemente yo lo sabía, pero no Sasuke, yo aún no se con qué intensidad tu llegaste a amarme – Hizo una pausa porque su voz se quebró – Solo seguías encontrándote con chicas a mis espaldas.
- OH por favor Gaara, eso no cuenta como infidelidad. Yo soy Gay. Esos solo eran arrebatos de lujuria.
- ¡Arrebatos que a mí me dolían, Sasuke!
- ¿Está todo bien? – Interrumpió Sai que había estado escuchando el alboroto.
- Si Sai, todo está perfecto – Respondió Gaara sin dejar de mirar a Sasuke con dolor. Se secó una lagrima y se dio la vuelta para irse, pero una mano lo detuvo.
- Permíteme un momento, por favor – Y aunque Sasuke estaba viendo a Gaara, en realidad, el permiso se lo estaba pidiendo a Sai.
Quien solo asintió y bajo la mirada.
Sasuke se llevó a Gaara de la muñeca hasta un lugar apartado del camino. Una vez ocultos detrás de un árbol fue el primero en hablar.
- Lo siento.
- ¿Qué?
- Siento que hayamos tenido que llegar hasta aquí para que me diera cuenta que estaba fallando. Siento que esto…haya terminado así…
- Sasuke, ¿estás llorando? – Pregunto el pelirrojo al ver el semblante de su compañero.
- Aunque no lo creas, también soy humano – Dijo con una sonrisa afligida. Luego de un momento de silencio Sasuke corto la afonía con una pregunta – Solo necesito saber algo.
- Dime…
- ¿Aún me quieres? – Pregunto con nostalgia.
Gaara se mordió el labio inferior y frunció el ceño tratando de que las lágrimas que amenazaban con salir se quedaran en sus orbes. Pero falló.
- Siempre lo hice… - confeso con un hilo de voz.
- ¿Entonces por qué simplemente borramos todo esto y volvemos a Tokio tu y yo? te prometo que todo será distinto. Yo puedo…yo…
- No, Sasuke – Cortó Gaara – No podemos seguir así. No puedo…
Dicho esto se acercó a su ex y le plantó un beso en los labios, allí cerca de nuevo el uno del otro pudieron sentir la intensidad de lo que alguna vez fue su relación, Sasuke sentía lo que aun Gaara sentía por él, y Gaara sentía la decepción de Sasuke de no haber podido expresar todo como lo estaba haciendo en ese momento pero antes. Aspiro su aroma por última vez, y luego de aquel beso, uno aunque corto; muy dulce e intenso pero con el dolor latente de ser un último beso, se separó.
Un beso de despedida, para siempre…
- Adiós Sasuke…