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Las etapas de un rompimiento por Elle Trancy

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Neutral...

 

Así se encontraba, como si las cosas a su alrededor perdieran con el paso del tiempo, formas e importancia, colores y contexturas. Para pasar a ser, en un segundo plano, figuras abstractas de algo que era y no a la vez.

 

 

 

Porque a medida que las semanas pasaban, a pesar de que comenzaba a tragarse su situación y a caer en cuenta de que aquello no era una broma, de que de verdad le habían terminado, menos se lo creía. Sin embargo, no dejo se asistir a la universidad, pero si a bajar notoria y considerablemente sus impecables y fantásticas notas.

 

 

Porque a pesar de estar en estado “Neutral”, aún seguía con un pie en “Negación”.

 

 

Claro está que era aquello lo que odiaba con el poder de su fuero interno, porque al pensarlo directa o indirectamente, su memoria, aquella que lo traicionaba ahora que más necesitaba deshacerse de aquel privilegio que tienen todos los seres humanos, le recordaba de nuevo, aquel perfume de fresa, aquellos exóticos ojos aguamarina...aquel delgado cuerpo pálido que le embriagaba hasta casi llevarlo a la locura, era entonces cuando se molestaba consigo mismo por ser tan nena y ponerse de esa manera  ante una situación como la suya. Y se odiaba aún más al darse cuenta que en realidad, no era aquello lo que le preocupaba, lo que a Sasuke Uchiha le sacaba de quicio, era el engaño por parte del pelirrojo, el que le vieran la cara de estupido, y por encima de todo esto que haya sido el Sabaku quien haya dado por terminada la relación, y la impotencia de que fuera un pasivo quien le hizo pasar un mal rato.

 

Entonces era aquello lo que se convertía de un tsunami de emociones a un círculo vicioso, ya que se volvía a encontrar a si mismo pensando de nuevo en el pelirrojo.

 

Piso el botón del ascensor y bajó del cubículo. Cruzo la calle y tomó el bus.

 

 

¿Qué hacia un Uchiha tomando un bus, cuando perfectamente podía tener un auto?

 

Ni él mismo podría explicar aquello. Tal vez su hermano podría saltar por delante y decir que fue por la sobre atención que el menor de los Uchihas tenía para con el Sabaku, tanto así que no fuera capaz de mover un par de abogados, unos cuantos dólares y tener un automóvil. Entonces Sasuke se ocultaría tras algún mural, o bajo su cama por estar consciente de que Itachi tenía toda la razón. 

 

Y destruía más su orgullo al encontrarse de nuevo frente a aquellos molestos pensamientos. Porque inconscientemente toda su vida, y lo que a los últimos años respectaba, Gaara había sido el centro de su universo. Había dejado de ser, “Sasuke en los que todos giran a su alrededor” para ser “Sasuke, el que gira alrededor de Gaara”

 

Llegó a la universidad, una que no se ajustaba a sus grandes aires de superioridad. Pero era aquella a la que Gaara iba, por ende, decidió ir a la misma, sea o no de su altura.

 

Volvió a lastimar su orgullo. ¿Cuántas cosas había aceptado, abandonado y conformado con tal de estar con el pelirrojo?

 

 

Al poco tiempo de entrar al instituto supo que aquel día, las clases estarían suspendidas por un tal evento que debían realizar. Le restó importancia encogiéndose de hombros para luego darse la vuelta y volver a casa.

Sin embargo, fue cuando su nombre sonó por el altavoz, que se detuvo. No le presto mucha atención, solo sabía algo sobre la sala de audiovisuales, o algo así.

 

 

 

- Al diablo todo... – Se dijo y emprendió una marcha de vuelta a casa.

 

 

 

¿Cómo acabar con algo que ya estaba finalizado? ¿Cómo borrar algo que ya de por sí, no existía?

 

 

Quería sacar a Gaara de su vida, pero el pelirrojo ya lo estaba, porque además, pocas semanas después del show con el de Artes, el pelirrojo se había cambiado de carrera; Dejaría de ser un futuro Licenciado en interpretación y traducción, para ser Artista, especializándose en pintura sobre óleo. Obviando el hecho de que su talento para la pintura era el equivalente a su conocimiento de la situación económica actual en el estado de Malta, es decir, nula. Pero eso no tenía nada que ver con él, claro que no. Él no sería tan inmaduro de cambiarse de carrera como lingüista solo por dejar atrás los “recuerdos” que le propiciaba aquel asiento vacío a su lado que anteriormente era ocupado por Gaara.

 

 

Pasó por un cappuccino y decidió caminar hasta casa, cruzando por Broadway, a esas horas era agobiante estar en ese lugar con tantas personas activas, como si aquella ciudad jamás descasara ni un segundo.

 

 

Subió en el ascensor aún con el cappuccino en mano cuando una chica pidió que parara el ascensor. Era una rubia de cabello largo y ojos verdes, vestía de un color púrpura que combinaba con su esbelta figura.

 

- ¡Gracias! – Agradeció metiéndose dentro del cubículo y presionando el número 10

 

Sasuke no respondió, sólo tomó con parsimonia de su cappuccino apoyándose de la pared del ascensor. La chica tenía las mejillas rosadas, tal vez por el frío que azotaba New York en aquella época del año. La detallo mientras la pantallita del ascensor marcaba el piso 3, allí pudo notar que la chica venía con una gran retaguardia.

 

 

Casi se ahoga por quedársele viendo semejante trasero.

 

 

Tosió y ella le miró.

 

 

 

- ¿Está bien? – Pregunto ladeando la cabeza, apartando además y con delicadeza un par de mechones del flequillo que taparon su vista.

 

 

 

Sasuke asintió y miró que ya casi se abriría la puerta del ascensor en el piso que le correspondía.

 

 

 

 

Decir que aquello fue premeditado sería una vil mentira. Era como decir que escapar de Japón mintiéndole además a Itachi había sido planeado, simplemente salió de aquella manera; Porque un Uchiha no es una persona de complicarse demasiado ni mucho menos de dar tantas explicaciones.

 

Un Uchiha actuaba y ya.

 

 

Fueron sólo tres palabras dentro de dos signos de interrogación las que hicieron que la chica se encogiera de hombros y asintiera, mostrándole además una traviesa sonrisa y acompañándolo hasta su departamento.

 

Pensó que iba  a ser más difícil. Claro que esto no lo pensó ni un segundo en el momento en el que de sus labios espontáneamente salía aquella indecente y atrevida pregunta.

 

 

Al fin y al cabo, nadie tenía nada que perder...

 

 

- ¿Quieres acostarte conmigo?

 

 

 

Notas finales:

Gracias por el apoyo♥


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