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I'll follow you por LadyBondage

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Notas del capitulo:

Gracias a todos y todas por leer este fic, le faltan pocos capitulos (sólo son 15) ya respondí sus comentarios. Espero que les agrade mucho y perdonen la demora hehehehe.

 

A leer.

Planes

[1]

 

Sorbe de su copa de vino, el líquido baila dentro del cristal, la sonrisa hueca de dientes blanquísimos sale de su escondite. Minato frunce el ceño sin poder emitir una palabra ya que su boca se encuentra apresada por una fina tela que le impide el habla.

 

Madara Uchiha se sonríe contra la chimenea, gracias a las danzantes y cálidas llamas su rostro vivaracho se ilumina, la sonrisa parece más siniestra de lo que realmente es.

 

—Debo admitir que esto fue más fácil de lo que pensé. —le dice al Namikaze con un tono triunfante calando en su interior, es una victoria que tiene que celebrar dócilmente. —Te diré algo, querido. Mi sobrino tenía planes de entregarme a tu hijo para que tú vinieras a buscarlo pero no creí que tú te dejarías atrapar tan fácilmente. Me ahorraste el trabajo. —Minato se remueve inquieto sobre la silla con los ojos abiertos.

 

Grita internamente y acuchilla mil veces a Madara con su mirada de cielo. El Uchiha se echa a reír a mandíbula abierta, es una risa que parece salida el infierno: grave con toques agudos.

 

—Sí, lo sé, esto es muy ruin, pero yo soy una persona ruin. Nunca debiste bajar la guardia. Ahora que te tengo a mi merced, me pregunto, ¿qué hará la policía de Konoha para obtener a su tan preciado detective? —Madara sisea con su voz de fuego, y Minato entonces deja de removerse. Los amarres en sus muñecas laceran la piel sensible pero no tanto como aquella mirada obscura que promete dolor y tortura.

 

Se regaña mentalmente por ser tan descuidado. Sólo había dejado la puerta de su apartamento sin seguro, tomó la misma ruta de siempre cuando se había auto impuesto que cada día modificaría un camino diferente. Años siendo el mejor e inculcando a Naruto en sus menesteres para que fuera él en caer en su propia trampa. Y ahora era presa de una bestia sedienta de sangre que se paseaba a su alrededor como un cazador cuidando del cervatillo herido.

 

—Madara-sama. —la voz impasible de uno de sus subordinados apagó la risa de Madara y detuvo sus pasos detrás de él. Minato podía sentir el calor que emanaba su cuerpo y el aroma mentolado anegando su nariz.

 

El joven hombre entró a la oficina de su jefe con información de suma importancia.

 

— ¿Qué? ¿Acaso no ves lo ocupado que estoy? —Minato mira al subordinado con verdadero apremio. El chico se limita a ignorar aquellos ojos que suplican libertad.

—Lo siento mi señor pero es que la policía ya inicio la búsqueda de Minato Namikaze.

—Muy bien, entonces que comience la función. Comunícame con Kakashi Hatake, quiero negociar con él.

 

El detective mueve sus muñecas insistentemente, Madara antes de salir de la oficina le regala una mirada sádica.

 

 

 

[2]

 

Naruto la mira fijamente, sus labios en una delgada línea, tiene las manos apoyadas en la superficie de la mesa. El café humeante crea una nube de vapor en medio de ellos.

 

— ¿Qué te pasa? —le pregunta con un atisbo de preocupación nadando en sus finas facciones. Sakura simplemente evita mirarle.

—Nada.

 

Naruto frunce el entrecejo perdiendo la paciencia. Algo muy raro en él.

 

—Has estado muy extraña y Pain me dijo que habían terminado. ¿Qué sucede Sakura? ¿Por qué no me hablas? —Naruto suena herido, y Sakura se siente culpable por no poder contarle la verdad a su amigo. —Por favor… —Naruto busca sus manos, el contacto lo siente tan sincero, es una caricia suave que le da calor a su cuerpo.

 

Sakura baja la mirada a esas manos morenas y pequeñas. No puede hacerle esto a Naruto, ella tiene que decirle lo que le ha ocurrido.

 

—Naruto, yo… un chico intentó. —

—Aquí estás. —una voz masculina la interrumpe, ambos alzan la cabeza en pos a ese tono seco. Sakura se pone de pie rápidamente.

 

Sasuke Uchiha sonríe de lado manteniendo sus ojos clavados en ella. De repente todos los colores la han abandonado, se pone tan pálida como la cera.

 

—Sakura no te asustes, él es Sasuke, lo conocí en…

—Te-tengo que irme. —Sakura gira medio cuerpo buscando su bolso y recogiendo su abrigo. Sasuke la mira burlón, Naruto se pone de pie para detenerla.

—Sakura, ¿qué ocurre? —Naruto rápidamente la toma de los hombros. Los ojos verdes se hallan perdidos, Sakura se remueve inquieta buscando con la mirada al Uchiha.

—Luego hablamos Naruto, déjame ir ahora.

—Sakura…

— ¡Ya basta! —la pelirrosa le da un suave empujón, el rubio tambalea hacia atrás. —Luego… luego hablaremos.

 

Y sale de la cafetería como una ráfaga de viento, Sasuke y Naruto la ven perderse entre la multitud de gente que yace afuera caminando de un lado a otro. El Namikaze tiene tantas dudas ahora, con sólo ver a Sasuke su comportamiento cambio bruscamente.

 

— ¿Quién es ella? —Sasuke le cuestiona con duda. Naruto lo mira de refilón, y luego vuelve sus ojos hacia el exterior.

—Una amiga mía, trabajaba conmigo en Akatsuki.

— ¿Y qué le sucede? —Naruto agita la cabeza de un lado a otro.

—Es lo que yo quisiera saber.

 

 

 

[3]

 

Kakashi tamborilea sus dedos sobre el escritorio, apenas llevan doce horas sin saber el paradero de Minato pero los secuaces que lo tenían secuestrado ya se habían comunicado. Querían que liberaran a toda la familia Sabaku No de las rejas o matarían al Namikaze en un pestañeo. Y el Hatake no se iba a dar el lujo de perder a su tan querido amigo, pero Ibiki y Jiraiya, jefes del departamento no podían darle esperanzas de que lo rescataran con vida.

 

—No hay más que discutir Hatake, no accederemos a las peticiones de esos rufianes. —Ibiki se pronuncia en contra. Kakashi lo aniquila con su mirada.

—Es uno de los nuestros, no podemos perderlo.

—Lo es, es un buen amigo mío y lo quiero como a un hijo pero Ibiki tiene razón, continuar con esto sólo sería peor para todos nosotros. No sabes lo que está en riesgo. —interviene Jiraiya con su voz sabia. Kakashi rumia unas cuantas maldiciones.

— ¡No voy a dejar que lo maten! ¡Cumplan sus peticiones y ya! Volveremos a capturarlos.

—No es tan sencillo, Kakashi. ¿Qué te asegura que una vez liberando a los Sabaku no maten a Minato? Además él nos pidió proteger a Naruto, por ahora tu prioridad es velar de la seguridad de ese niño hasta que sepamos cómo movernos. Mientras tanto no le digas  nada. —el detective de cabellos plata se niega a aceptar lo que sus superiores le dicen.

 

No quería perder a Minato. Y si tenía que encargarse del tema por sí solo, lo haría sin dudarlo.

 

—A la mierda con la ley, no dejaré que nada malo le pase a Minato. —antes de que Jiraiya pronuncie palabra alguna, el Hatake ha abandonado el recinto como un huracán embravecido. Ibiki le regala una mirada solemne.

—Es un buen muchacho, está enamorado de Minato. Por eso quiere salvarle el culo. —comenta Ibiki en tono burlón.

—Espero que consiga sacar a Minato con vida, sería una pena perder un elemento como el Namikaze. Pero sospecho que los Uchiha están detrás de todo esto.

 

Ibiki no puede sino darle la razón a su jefe. Sabía que esa familia se encargaría de vengarse de alguna u otra forma.

 

—Lo sé, estoy seguro de que así es.

—Envía refuerzos a la morada donde vive el hijo de Minato, y también que alguien vigile a Kakashi, si hace algo estúpido, al menos que tenga las espaldas protegidas.

—Se preocupa demasiado por él.

 

Jiraiya lanza un lánguido suspiro.

 

—Le debo mi vida a su padre, es lo menos que puedo hacer. Tengo la certeza de que Kakashi no seguirá mis órdenes e intentará por todos los medios rescatar a Minato.

 

 

 

[4]

 

Naruto camina tranquilamente a lado del Uchiha, tiene una sonrisa boba surcando sus labios de algodón, apenas el clima abrasador ha hecho mella en ellos. Ni siquiera el mal episodio con Sakura lo había desanimado como pensaba, quizá se estaba volviendo muy egoísta o sólo era Sasuke con su presencia que lograba olvidar las cosas malas.

 

— ¿Por qué le dijiste a Ino que estaba saliendo contigo? No quiero que piensen cosas que no son sobre nosotros. —Naruto le recuerda con su vocecita apagada. Sasuke mete las manos a los bolsillos y se encoge de hombros, desinteresado.

— ¿No es eso lo que estamos haciendo ahora?

—Bueno si… —Naruto rie nerviosamente. —Pero no te conozco.

—Naruto, nos estamos conociendo ahora. Y sé que no te soy indiferente, tú tampoco me eres indiferente. Así que déjalo estar. O… ¿estás interesado en alguien más? —la pregunta le sale levemente áspera, Naruto lo mira fijamente a los ojos. Y la duda parece instalarse en sus bonitas facciones.

 

El hecho de que el rubio dude no le agrada demasiado.

 

No está interesado en ti, Sasuke. Míralo, ni siquiera le importas. Sólo yo te quería, después de mi nadie va a quererte. ¿Recuerdas? —una voz burlona le susurra al oído. Sasuke gira la cabeza a su costado izquierdo.

Sai le sonríe, no tiene dientes y las cuencas de sus ojos están vacías. Ese rostro se descompone en un gesto de dolor.

 

— ¡Dime! ¡¿Te interesa alguien más?! —Sasuke no está siendo racional, toma a Naruto de los hombros, zarandea su cuerpo como si fuese un muñeco de trapo. Escucha la risa sardónica de Sai a sus espaldas y los ojos azules se empañan de un negro que lo engulle en sus fauces de lobo.

— ¡Sasuke, que te pasa! Estás lastimándome. —Pero Uchiha Sasuke no reacciona, hinca las uñas en los hombros delgados.

 

 

«Llévatelo Sasuke, arrástralo con nosotros, mátalo, consérvalo, hazle lo mismo que me hiciste a mi»

 

 

Naruto se percata de que todo raciocinio ha abandonado aquellos orbes obscuros, y un destello de locura ha nacido en sus gestos. Y por primera vez, siente el mismo miedo que Sakura cuando vio al Uchiha esa mañana. Ahora puede comprenderlo.

 


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