Eres la libertad dentro de mi cárcel

    ¿Alguna vez he tenido yo el derecho de elegir mi camino? Pues no. Mi padre Lucius Malfoy tiene el control absoluto de mi vida desde que nací. Él dice lo que me puede o no gustar y como debo comportarme. Él es quien determina como debo actuar y como debo expresarme. Él es quien me dice que debo despreciar a los Muggles y a los magos “sangre sucia”. Para mi padre el lado oscuro es la respuesta. Pero yo no veo eso como algo viable. Yo, quiero ver el mundo. Y soy consciente de que el Mundo muggle tiene sus maravillas, tiene sus lugares hermosos y cosas que parecen mágicas para sus cortas habilidades. Pero ese sentimiento de libertad debo reprimirlo para ser como mi padre.

    Y es que honestamente no sé qué hacer al respecto. Solo curso el tercer año en Hogwarts y ya no puedo soportar ser ese Draco Malfoy insultante. Pero hay un nombre y una reputación “refinada” que hay que mantener. Y la verdad es que en realidad no pienso que Granger sea una sangre sucia ni menos que yo. No creo que la forma en la que viven los Weasleys sea tan mala. La verdad es que los envidio. Envidio como pueden ser libres y felices con lo poco que tienen. Y Potter, Harry Potter desde que tengo memoria he escuchado su nombre. He oído su historia mil y un veces. Y a pesar de no tener a sus padres, de haber vivido con muggles, creo que es un mago excelente. Pero mis opiniones debo tenerlas solo para mí. La manera en la que me dirijo a ellos debe ser una que no deje en duda la arrogancia Malfoy.

    Mi odio fingido puede que tenga cierto resentimiento del día en el que le ofrecí mi amistad a Potter y este la negó. Hiriendo mi orgullo, dejándome en claro lo consentido que soy y que no todo lo puedo tener como quiero y cuando lo quiero. Despertando en mí el deseo de ser otro, de ser alguien diferente. Pero ya es costumbre que de mi boca salgan insultos y que mi actitud sea altanera y arrogante. Porque fue de esa manera en la que fui criado por mi padre. Mi madre nunca se atrevió a quejarse del método de enseñanza de mi padre. Pero de vez en cuando tenía la osadía de enseñarme algún que otro artefacto muggle. Fotos de lugares. Postres comunes y corrientes. Con la condición de que no me dejara llevar por ellos, de que no le dijese nada a mi padre.  De que no me aferrase a aquello de lo que no puedo ser parte por naturaleza.

    Comprendí en ese entonces que mi madre era como yo, que mi madre una vez deseo lo mismo. Pero por el amor que le tiene a mi padre abandono la idea. Pero yo no quiero tomar el camino que tomo ella. Yo quiero ser libre, ser feliz. Ser… Ser yo. Quiero huir, voy a huir. Es la única manera.