2 Un ángel y un demonio
Había sido un día muy difícil para Hiroki, sumándole que había intentado arrojarse a las vías del tren, en resumidas cuentas, fue el día más increíble y más agotador de su vida, increíble, porque pese a que pensaba que la vida no lo quería y le encantaba atormentarlo, casi a punto de ponerle un fin un Ángel lo había salvado y le había dado el más hermoso de los discursos, de por qué no debía morir, por lo que pensó en que la vida se había apiadado de él, estaba muy cansado y débil, el suero ayudaba sí, pero luego de las hermosas palabras de su ángel y su propio pensamiento esperanzador, cayó nuevamente en la inconciencia.
No supo cuánto tiempo estuvo inconsciente, pero cuando despertó ya los rayos del sol ingresaron donde estaba, era una habitación toda blanca, con una gran ventana con cortinas blancas, sin duda todo lo que había sucedido no fue un sueño, se removió un poco y sintió un fuerte dolor de cabeza, lo que lo obligó a mantenerse semi recostado.
-ah, es cierto, me desmayé dos veces, rayos!, sí que soy débil –piensa entristecido- mi ángel se habrá ido, dijo que era médico y trabajaba aquí, por qué tuve que desmayarme –se recriminaba- fue muy amable conmigo, pero de seguro ya se fue, me hubiera gustado hablar más tiempo con él fufhh –suspira – creo que dijo que su nombre era Nowaki… es un nombre muy peculiar -dice en un susurro, pero que fue perfectamente escuchado por el médico que hacía ingreso para ver a su paciente-
-el nombre de quién, es peculiar? –pregunta sonriente un ojiazul, a lo cual Hiroki se sorprende mucho a ver de quién se trataba y para rematar se ruboriza- ah, lo siento por interrumpir, buen día, soy el de ayer, recuerdas no? –el castaño asiente- como te dije mi nombre es Kusama Nowaki y bueno ahora terminé mi turno, pero quería pasar antes de retirarme, dime cómo te sientes? –se acerca al castaño, sentándose en la silla de alado-
-Ah… eh… -no sabía que decir, estaba realmente sorprendido, nunca imaginaría que volvería a ver a su ángel salvador tan pronto- yo más o menos… -baja la mirada un poco más ruborizado- solo me duele un poco la cabeza
-bueno veamos –toma el mentón del castaño para levantar su rostro y examinarlo detenidamente –bueno estas un poco rojo, puede que sigas con fiebre –choca su frente con la del menor- mmhh parece que no es eso -luego sacó una linterna de su bolsillo y la enciende- por favor sigue la luz –moviendo la linterna de lado a lado- al parecer no haya nada de qué preocuparse, pero te mandaré algo para ello –se estaba por marchar pero es detenido por el ojimiel, quien lo sujetó de la bata-
-ah –se da cuenta de lo que había hecho y lo soltó rápidamente- lo siento, solo quería saber por qué no seguirás siento tú mi médico, como tú me…
-si yo te encontré, pero mi turno acaba de terminar, por lo que senpai se hará cargo de ti, la verdad te iba llevar a mi casa, pero me di cuenta que estabas ardiendo en fiebre, por eso te traje, además estaba de camino aquí para cubrir mi turno, pero ahora ya lo terminé pero puedo quedarme a atenderte si quieres –le guiña el ojo, a lo que el otro se sonroja aún más- aunque quizá senpai se enfade por quitarle pacientes –piensa sin quitar su sonrisa-
-ahhh… -se había quedado mudo ante la propuesta, porque estaba distraído- cuánto me hubiera gustado que me llevaras a tu casa, pero que mala suerte, por qué tuvo que darme fiebre- se recriminaba mentalmente-
-mmhh –se acerca al paciente y le pone una mano en la frente, no, sigues sin tener fiebre, parecía que si porque tus mejillas están coloradas y creí…
-Buenos días! –entra estrepitosamente un médico rubio a la habitación- veo que ya despertó el paciente, qué sigues con fiebre? Tus mejillas están rojas
-no senpai, acabo de revisarlo y está bien, solo debe sentir algo de calor
-bueno ahora que estás despierto al fin sabremos sobre ti, no llevabas ninguna identificación por lo que no pudimos registrarte ni llamar a algún familiar –le menciona un poco fastidiado el rubio-
-Ah es cierto!! Se me había olvidado, ayer te lo había preguntado, pero nuevamente caíste inconsciente y ahora eso era lo primero que quería preguntarte, pero se me pasó, podrías decirme tu nombre y a quién podemos llamarle para informarle que estás aquí?
-ya me lo dirá Nowaki, lo mejor será que te retires, ya terminaste tu turno, no? –le dice un tanto furioso-
-si senpai, pero quisiera quedarme para… -es interrumpido por el rubio-
-nada de peros Nowaki, ve a tu casa a descansar, no quiero que estés como sonámbulo en tu próximo turno –lo mira desafiante-
-ok senpai –responde desanimado- perdón por no poder quedarme –le dice al menor tomando sus manos entre las suyas- espero te den de alta hoy mismo y puedas ir a tu casa también –le sonríe tiernamente-
-Hiroki –responde rápidamente el ojimiel antes de que el ojiazul lo soltara- mi nombre es Kamijou Hiroki -dice atropelladamente, a lo que Nowaki solo le sonríe muy tiernamente-
-un gusto Hiro san, bueno espero que te den de alta pronto y que no vuelvas a intentar nada parecido a lo de ayer, ok? –el menor asiente algo estupefacto- entonces si no estás cuando regrese, podemos vernos cuando gustes o puedes visitarme, sería muy grato saber el cómo te está yendo, cuídate mucho, si? –suelta las manos del castaño- hasta mañana senpai, cuida muy bien de Hiro san por favor –diciendo esto último sale de la habitación-
-fufhh –suspira quedamente, hubiera deseado decirle que si se quedara con él, pero entendía muy bien que el ojiazul merecía descansar; pero en ese tan corto tiempo ya sentía mucho cariño por Nowaki, él había hecho tanto por él en tan solo dos días, por lo que no pudo apartar su mirada risueña de la puerta por donde se había ido su ángel-
-jump –se mofa el rubia- si que eres un paciente muy molesto tsk –chistea; esa frase había llamado mucho la atención del castaño el cual lo veía extrañado- te encanta llamar la atención, verdad?, qué era eso de tratar de suicidarte, qué, te encanta provocar lástima en las personas? –suelta rudamente, mandándole una fiera mirada a Hiroki-
-eh? –no sabía qué responder, nunca creería que un médico que lo estaba atendiendo le hablaría de una forma tan cruel- perdón?
-no te hagas el inocente, sabes muy bien a lo que me refiero –se enfurece aún más-
-disculpe, pero no entiendo por qué me habla así –aún no podía quitar su expresión de asombro-
-solo te quiero advertir algo, Nowaki es mío! Y ni tú con tu carita inocente lograrán quitármelo, entiendes?! –le espeta-
-espere yo no…
-no me vengas con mentiras, que muy bien me di cuenta de cómo lo mirabas, si hasta se te caía la baba, pero si creas que solo porque Nowaki te salvó la vida o te habló bonito, signifique que le atraes más que solo un paciente, porque Nowaki se porta así con todos los pacientes, así que ni pienses que eres especial porque no lo eres
-oiga!! Usted no me va a decir lo que tengo o no tengo que hacer! –el menor se enfada por todo lo que le habían dicho-
-seguro, me queda claro que sabes tomar muy buenas decisiones, señorito suicida! –le espeta sarcásticamente-
-usted no me conoce, ni sabe nada sobre mí, así que no tiene derecho a juzgarme!, además en ningún momento Nowaki dijo que usted era su novio o algo suyo, así es que no se meta en lo que me de gana hacer
-mira niño…
-no soy ningún niño! Tengo 21 años!
-no me importa, solo no te metas conmigo porque si no te arrepentirás toda tu vida –lo amenaza muy furioso-
-no puedo creer que una persona como usted sea médico –lo mira rabioso-
-jump –se mofa- pues ya lo vez, eso ya me hace mucho mejor que tú, ahora será mejor que te vayas, -se acerca al castaño y de una manera brusca le quita el suero del brazo-
-auch!! Maldito! –sobándose el brazo el cual empezaba a sangrar, a lo que el rubio le tira una gasa-
-límpiate con eso y márchate, que no podemos desperdiciar una cama, que puede ser para un paciente que si valga la pena –le sonríe siniestramente viendo la cara aún dolorida del menor- y más te vale que no te acerques a este hospital o te va a pesar! –diciendo esto último sale de la habitación dejando solo a Hiroki-
-ese maldito rubio oxigenado!, ni crea que me intimida con sus totas amenazas, no creo que Nowaki tenga algo con alguien tan perverso, Nowaki es un ángel, en cambio él es un demonio –piensa en lo que termina de cambiarse para dejar esa habitación- pero no me rendiré, la vida me puso a Nowaki en mi camino y es por algo, lo sé! –determinado sale del hospital-
Tal vez la vida le había arrebatado mucho, pero sin duda le estaba dando una oportunidad que estaba loco si la desperdiciaba, solo que Hiroki no sabía que mañas tendría Tsumori, pero Tsumori tampoco sabía cuan persistente podría llegar a ser Hiroki.