Capítulo 10: Aferrándonos.
“Y de repente, llega alguien con mucha luz; Y no le importa que tan oscuro estas, y se queda ahí, a un ladito tuyo, alumbrándote.” – anónimo.
Cuando eres criado como un vulgar ladrón, cuando se te enseña dese el primer momento al caminar a tomar cosas para sobrevivir, cuando se te dice una y otra vez lo poco que vales si no traes algo bueno para tu padre es difícil cambiar de idea, casi imposible sacar aquel pensamiento de tu ser y empezar a ser alguien completamente diferente.
Porque por más que lo intentes siempre serás solo Jay, el hijo de un villano, un chico que no valía nada y sin embargo ahí estabas, viviendo aquella vida, una nueva oportunidad a la que te costaba acostumbrarte y lo tenías a él, el chico por quien habías caído totalmente, por quien aprendiste lo que era amor.
Aquello no fue repentino, no como las miles historias de cuentos de hadas de aquéllos príncipes, no hubo chispas la primera vez que lo vistes, no, claro que no, lo suyo fue algo que creció, desde un pequeño mal entendido, una mentira que se fue haciendo más grande hasta convertirse en aquello, en amor, tuviste demasiado suerte pues no para todos termina así.
Y te lo repetías, constantemente cada vez que mirabas a Azis, cada que veías a cada príncipe o chico de Auradon, aquellos que simplemente eran perfectos que fácilmente podían ser mejores para él, para el chico que no era como ustedes, que no era un villano, para Cameron quien era un extraño en su mundo.
No sabias lo que era amar, toda tu vida se te enseño a evitarlo, a enterrar cualquier tipo de sentimiento derivado de la bondad y del amor, porque aquello no era bueno, porque simplemente no podía ser en aquella isla, así que cuando estuviste libre, cuándo finalmente podías sentir sin miedo fue muy confuso, un mar de emociones que repentinamente golpeaba tu ser, que aún lo hacía como ahora.
Cameron está ahí viendo en la práctica, debió no tener clase de danza porque aquel niño era decididamente amante de la danza y aun cuando te miraba de aquella cálida manera sabias bien que su mayor pasión era el baile, y por primera vez no estabas enojado por ser el segundo lugar en algo, no si eso significaba estar en su corazón.
Las chicas estaban ahí, Evie aun dentro del equipo de animadoras levantando sus pompones para gritar el buen trabajo que hacían, Mal ella se había rendido hace mucho, definitivamente animarles no era lo suyo, pero igual iba, a ver a Ben a decirle lo mal que lo hacía y como debía derribar a todos esos inútiles lo cual siempre sacaba una sonrisa del monarca, si ya estabas acostumbrado a verlas ahí, gritando y discutiendo sobre todo con Audrey que solía pelear con Mal por simplemente distraer a Evie de la práctica, ella odiaba admitirlo pero Evie era muy buena animadora y por ello no quería sacarla del equipo.
Pero ahora Cameron estaba ahí, en su ropa normal, con su bolso, venia definitivamente directo de lo que parecía ser su clase cancelada pues no estaba cambiado, vistes como Evie se acercó a el llamándole como le dio sus pompones y obligo a seguirle en lo que parecía un rutina, casi ríes al notar como aquel niño confundido definitivamente no podía seguirla aun entre bostezos totalmente desganado, entonces Audrey se acercó a ellos y parecía reprenderlos, la pequeña nariz de Cameron se arrugo un gesto que secretamente adorabas cuando se molestaba y en un segundo aquel niño levantaba sus brazos en lo que parecía un argumento para defenderse totalmente despierto, aquel parloteo que podía decir casi sin respirar en pocos segundos, aun no podías entender cómo es que aquellos pequeños gestos fueran exactamente lo que te enamoraran realmente de él y no su gran parecido con Carlos.
Mal llego de inmediato cruzando sus brazos y seguramente insultando a Audrey quien más molesta parcia empujar a Cameron entonces este niño simplemente dejo caer los pompones se quitó lo zapatos y ahí frente a esas niñas se levantó en las puntas de sus pies descalzos, aquello que por experiencia personal era doloroso, pues la primera vez que lo viste hacerlo en la habitación te habías burlado para ser retado, después de aquello no volviste a cuestionarle nada, Cameron entonces dio tres vueltas, tres jodidas vueltas en el pasto sin nada de protección en sus pies, sin aquéllos zapatos que vistes cuando eran nuevos golpearlos para aflojarles, en sus palabras, solo recuerdas verlos golpeándolos para que le sirvieran, casi ibas a reprenderlo por dañar algo completamente nuevo cuándo un nuevo parloteo sobre la flexibilidad y comodidad del material era importante para las piruetas, conversación que como muchas de las del chico se desvió a un tema completamente nuevo.
La sonrisa boba en tu rostro no se hizo esperar ante aquél recuerdo, Cameron había dejado de dar vueltas y ahora volvía a levantarse de puntas para hacer aquél movimiento que tanto te maravillaba, su pierna derecha se fue doblando levantándose lentamente hasta quedar totalmente alzada girando entonces nuevamente hasta quedar de frente a la princesa estiro sus manos hacia ella levantando su dedo medio de cada mano y sacando su lengua, diablos este chico era increíble pues casi podías oír el grito de indignación de Audrey, la ira naciendo de esa princesa, Cameron cayo entonces al suelo con gracia haciendo una elaborada reverencia frente a las chicas, todas aquellas animadoras que simplemente aplaudían su talento, entonces Audrey nuevamente hizo algo extraño, ella aplaudió diciendo algo más y en un instante todas aquéllas chicas rodeaban al joven.
El grito del entrenador te hizo regresar tu atención al campo donde este seguía explicando jugadas y pasos que seguramente ignorarías al final de cuentas, bien casi te metes en problemas por eso, por ver fijamente a las porristas y juraste que el entrenador se dio cuenta, entonces Azis fue reprendido por el entrenador y con nueva ira, no celos, tu decididamente no estabas celoso del estúpido príncipe descubriste que nuevamente ese niño estaba mirando fijamente a Cameron, tu Cameron y para colmo se acercó a ti para educadamente mencionar lo flexible que era, bien eso era todo.
Golpeaste su nariz y fuiste suspendido de al menos los dos partidos siguientes, porque “enserio Jay no voy a permitir la violencia sin sentido entre compañeros” según el entrenador, muy molesto y frustrado por que no había sido tu culpa claro que no, ese estúpido de Azis seguía coqueteando con tu novio, con el chico que se había vuelto tan importante para ti merecía ese golpe en todo sentido de la palabra.
La práctica termino y de mala gana te acercaste a las chicas, tal vez un beso de tu lindo novio te haría sentir mejor, si claro conociendo a Cameron seguramente te ignoraría por tu comportamiento infantil pero bueno le amabas que otra cosa podías hacer si no, al llegar a ellos una nueva sorpresa te recibió Cameron, tu Cameron estaba usando el uniforme de las animadoras, bueno solo la playera que al parecer era de Audrey pues esta solo vestía un fina playera blanca de tirantes y bueno no estaba usando la falda si no sus pantalones pero realmente hubieras agradecido aquella faldita que tan bien se levantaba ante cualquier aire, pero bueno Cameron quien no había notado el incidente gracias a lucifer te sonrió mordiendo su labio completamente rojo levantando sus pompones.
- Animo Jay – agito con ánimo aquellos pompones con una enorme sonrisa y bueno eso explicaba su sonrojo había sido obligado por las chicas a vestir el uniforme y decir aquello si todos los “aaaaawwww” a su alrededor decían algo, estas jodidas princesas y su deseo por los cuentos de hadas y momentos totalmente cursis, Cam definitivamente debió ser chantajeado o algo – masácralos a todos – y si ese era el Cameron que conocía pues rodando los ojos luego de tanta miel agito nuevamente sus brazos totalmente desordenado, su sonrojo nunca abandono aquel pecoso rostro.
Ver su pequeña sonrisa, sus mejillas carmín y totalmente sus ojos iluminados con la emoción te hicieron sentir pleno, definitivamente amabas a este chico, le besaste, que otra cosa podías hacer cuándo te miraba así, cuando simplemente querías perderte en esos labios para siempre.
Más tarde te enteraste que efectivamente su clase se canceló, que quiso ir a verte porque era algo que un buen novio haría, la forma tan nervioso en la que te lo confeso fue tan adorable y tal vez perdieron tiempo en más besos pero bueno nadie se quejó, que Audrey le había desafiado luego de que Evie intentara enseñarle unos movimientos y que él la desafío igualmente, la princesa admitió su derrota y termino por nombrarlo porrista honorario del equipo, por eso el uniforme y que estaba obligado a asistir al menos en un juego, algo que parecía animarlo pues estaba deseoso de gritar para ti a todo pulmón, entonces confesaste tu percance y su rostro cayo te grito un rato e ignoro el resto de la tarde, si definitivamente lo amabas.
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Sentado en una de aquellas mesas terminando ya de comer tanto Cameron como Jay hacían planes para probar ese nuevo video juego que Jay quería jugar y aseguraba no poder hacerlo solo, no es que Cameron no le gustaran los videojuegos solo que no era tan apasionado como Carlos sin embargo en una relación hay que ceder en ciertas ocasiones y definitivamente un momento relajante era necesario ahora que sus exámenes llegaban a su fin y aun que matar zombies no era algo que lo alegrara, había aceptado, aun cuando eso significara sacrificar su tarde totalmente gastada en una larga siesta que tanto necesitaba.
Jay se perdió entonces en el andar de su novio, en su hermoso y redondo trasero que gracias a lucifer por Evie por cada uno de los nuevos pantalones que tan magníficamente se adherían a las caderas, al cuerpo de Cameron volviéndole loco, joder todo el tiempo deseaba tocarle, apretarlo y sip definitivamente soñaba cada momento libre del día en poder hundirse completamente en aquellas tersas montañas de carne entre gemidos de su amado niño que…
- Ejem Jay – el joven casi se golpea con la mesa pues su barbilla estaba recargada sobre su puño mientras buscaba un mejora ángulo al ver partir a su novio y bueno se sorprendió al verse envuelto en una nueva fantasía.
- Doug – reconoció al niño de mala gana, enserio no podía creer que Evie lo eligiera.
- ¿Podemos hablar? – y sip era tan insípido y aburrido que no comprendía como alguien como Evie podía siquiera mirarle, haciendo un ademán con la mano le insistió en continuar, pero enserio el tipo era un completo perdedor, de eso que no durarían ni cinco minutos en la isla y no era solo porque no fuera un príncipe, incluso estaba seguro que Ben podía sobrevivir más tiempo que aquel niño inútil.
Ni siquiera se molestó en escuchar su parloteo, Jay estaba mirándole fijamente pensando en todo lo que podía hacer para deshacerse de aquel niño, podía matarle, ya tenía en mente miles de lugares para esconder el cuerpo, el campus estaba rodeado de un bosque joder o simplemente podía enterrarlo en el campo de Tourney simplemente porque podía, sabía que Ben no diría nada aun que se enterara, Mal lo felicitaría y Evie bueno ella lloraría tal vez un par de días pero definitivamente se lo agradecerá después, Cameron por otro lado, bueno el niño no tenía que enterarse.
- ¿Jay? – y nuevamente aquel niño inútil parecida esperando por alguna respuesta, era tan molesto.
- Ve al punto Doug, ¿qué diablos quieres? – gruño molesto apenas si mirándole, después de todo había sido interrumpido en una de sus adorables fantasías.
- Quiero tu ayuda con Evie – musito un poco nervioso, Jay se limitó a bufar como si realmente pudiera ayudarle en eso pensó para si – ella espera mucho de mí, y no sé cómo eran las cosas en la isla pero aquí no es igual, yo simplemente no sé qué hacer – ok este niño se veía cada vez más nervioso y definitivamente no daba ningún dato útil – tu, tú tienes experiencia con chicas por eso creí que podrías decirme como, ejem – y sip se estaba poniendo rojo y joder este inútil le estaba pidiendo ayuda para tener sexo con Evie, definitivamente iba a matarlo, o mejor aún esperaría a Mal se enterara y lo matara.
- ¿Estas preguntándome sobre como tener sexo con Evie? – y si ante la mención de aquella palabra Doug parecía realmente alarmado, pero que mojigatos eran en ese mundo Jay casi sentía lastima, casi por que no podía creer como un chico podía tener 16 años y no saber nada de sexo – ¿te das cuenta que Evie es como mi hermana? – y si creyó que Doug no podía parecer más mortificado ahora si estaba seguro porque en ese momento aquel niño le miro con horror como si definitivamente se diera cuenta de la mala idea que fue aquello y de lo cerca que estaba de morir, oh esto era muy divertido para Jay.
- Si – dijo titubeante negándose a mirarlo – se… sé que Evie está fuera de mis limites – empezó como un susurro mientras Jay asentía a sus palabras, definitivamente estaba muy pero muy fuera de sus límites según Jay – y realmente no sé cómo es que me eligió, es decir ella podía prácticamente tener a quien quisiera y sin embargo me quiere a mí – pero bueno Jay sabía que también Evie había querido a otro ex novio y no dudo en dejar que Jay lo moliera a golpes – yo solo quiero hacerla feliz, no sé cuánto tiempo ella va a seguir aceptándome, tal vez se despierte una mañana y vea lo equivocada que este conmigo pero – y su voz titubeo – pero la amo tanto que quiero disfrutar cada segundo con ella, quiero verla sonreír y solo quiero, solo quiero complacerla en todo y bueno no quisiera decepcionarla por si espera eso de mi – termino mirando fijamente a Jay.
Cameron tenía razón, Doug no era un mal chico, de hecho era muy parecido a Jay, ambos eran tan poca cosa, enamorados de alguien que definitivamente podía hacerlo mejor, porque él también sabía que Cameron podía hacerlo con cualquier otro, con una chica incluso, Jay suspiro resignado, porque si bien aquel niño no era tan impresionante como para estar con Evie no era tan diferente a él. Este chico estaba perdidamente enamorado de Evie, la amaba tanto que quería hacerla feliz, aun cuando solo durara un momento, aun cuándo supiera que posiblemente no tenían un futuro, Jay no quiso saber más sobre aquello, no cuándo aquello le haría pensar en su situación, en el momento en el que Cameron desapareciera de su vida.
- Solo sigue haciendo lo que haces – murmuro no queriendo aceptar a este chico – ha funcionado hasta ahora –gruño molesto pues realmente no quería verle tan feliz – cuando la beses ten cuidado con sus dientes, no le pidas que te muerda porque una mordía de ellos duele como el infierno – y aquel niño asentía animadamente ante cada palabra del árabe – ten cuidado con sus uñas cuando se emociona, están muy afiladas y podía realmente desgarrar tu espalda si no tienes cuidado – y Jay cerro los ojos suspirando un segundo recordándose que esto lo hacía por ella, por Evie para verla feliz, porque puede que Doug fuera como el pero definitivamente aun no le agradaba del todo – le gusta que le susurren cosas dulces, no seas vulgar, es una princesa recuérdalo, abrázala y susúrrale cuanto la amas, todo lo que te gusta de ella eso la vuelve loca – termino recordando sus únicos dos encuentros.
Y continuo explicándole, detallando algunas cosa, puntos dulces en donde le gustaba ser besada, caricias suaves donde podía hacerla reír y definitivamente lugares que debía evitar si no quería que aquéllos dientes se cerraran contra su hombro, le explicó el cuidado que debía tener con su preciada hermana, porque si el tardo en entenderlo, le costó mucho luego de venir a de la isla, que aquél amor que sentía por Evie no era deseo, no era sexo, esa necesidad de mantenerla segura, de alejar a chicos como Doug era porque la veía como una hermana y bien si habían tenido sexo y obviamente había sido muy bueno algo que no se negaría en repetir pero nuevamente al parecer en Auradon no estaba bien visto que te acostaras con tu hermana y bueno era extraño, porque eso era algo normal en la isla así que definitivamente estas personas tenían tantas reglas ridículas, el sexo era solo eso sexo, satisfacción entre dos personas, qué más daba si era tu hermana o no, pero bueno él ahora vivía en Auradon y definitivamente no iba a tener sexo con Evie, ni con Mal, esta obviamente iba a arrancarle su pene si lo intentaba y joder no él amaba a su pene muchas gracias, no iba a tener sexo con Evie simplemente porque no había necesidad, porque el tenia a Cameron y ser fiel era algo que el niño esperaba y se esperaba en ese reino, Ben lo dejo bien claro un día cuando le vio besándose detrás de un edificio con otra chica y nuevamente ¿cómo iba a saberlo?.
- Doug – llamo al chico antes de terminar aquella conversación pues nuevamente este había empezado a parlotear sobre lo mucho que amaba a Evie - ¿entiendes que si la lastimas tendré que arrancarte el corazón? – y si aquel niño parecía reír ante sus palabras pero la mirada de Jay le hizo alejarse de inmediato asintiendo, Jay definitivamente iba a arrancarle el corazón se lo daría a Evie, después de todo ella amaba conservarlos.
No fue sino hasta más tarde que Doug se preguntó cómo es que Jay sabía tanto del cuerpo de Evie.
Más tarde ese día Jay se aferró al cuerpo de camerón, pasaron la tarde recostados, solo ahí no hubo toques más allá de un abrazo, besos tiernos de mariposa, Jay se limitó a sostener a Cameron en sus brazos, admirando el valor de Doug por admitir su amor con Evie para él a alguien que definitivamente no le agradaba.
Cuando la noche empezó a asomarse y Cameron se quedó dormido Jay se levantó con cuidado, camino hasta la habitación de las chicas dispuesto a hacerles saber la verdad de Carlos, de dejarles en claro que ese chico no era él y hacerle entender a Mal que no dejaría que lo alejaran de su lado.
- Tenemos que hablar – musito el entrando por la puerta cerrándola sin el cuidado debido – sobre Carlos – y aquello llamo la atención de las chicas – sobre que él no es Carlos de Vil.
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Practicando su rutina, más bien ejercicios para calentar antes de poder empezar su rutina ya que Evie aquella chica que realmente apreciaba pero parecía tomarle como su modelo personal, aunque claro ella objeto que se trataba de las medidas sobre el disfraz de la fiesta, fiesta a la que aún faltaban semanas, pero nuevamente Evie tenía que hacer no solo uno o dos disfraces no ella se había ofrecido a hacer el disfraz para todos ellos, lo que incluía a Ben y a Doug aun cuando esos chicos se negaron terminaron dejándose tomar medidas mientras ella sonriente dejaba volar su creatividad, pero nuevamente no dejaba que nadie viera dichos disfraces hasta que fuera el momento justo, aun cuando les hacía medir un montón de veces la ropa, Cameron tenía que cubrir sus ojos para no ver dicho traje mientras ella arreglaba los detalles, sospechaba que tal vez Mal era la única que había visto dichos disfraces, el punto era que por estar sirviendo de modelo perdió valiosos minutos de su práctica diaria, empezando sus ejercicios ya muy tarde, si no se apuraba Jay llegaría en otro momento, Jay ese era otro problemas más o menos, algo así, pronto sus pensamientos se dirigieron a esa otra persona a Jay o más bien a todo lo que quería hacer con él.
Él no era virgen claro que no, tenía la orgullosa edad de 15 años cuando la perdió, sucedió durante una fiesta como cualquier adolecente de su escuela, recuerda haber suplicado por dejarle ir a esa fiesta en particular ya que a pesar de ser fin de semana tenía un llamado al día siguiente muy temprano y definitivamente no quería perdérsela, usando su arma secreta aquella donde miraba a su madre con grandes ojos y le pedía querer hacer lo que haría cualquier otro chico normal ella termino aceptando, luego de prometer comportarse, regresar temprano y por supuesto asegurar que no habría ni gota de alcohol.
Hubo alcohol, litros y litros de alcohol Cameron jamás se divirtió tanto en su vida y aun que realmente se midió con su bebida cuando aquella niña, una chica muy pero muy sexy realmente empezó a bailar con el pegándose completamente a su cuerpo no lo dudo, terminaron en el sótano contra una vieja mesa y aun que ambos eran jóvenes e inexpertos supieron cómo arreglárselas, al menos ambos tuvieron la precaución de protegerse la charla de sexualidad de la escuela y la que su padre le dio sirvieron de algo.
Llego a su casa cuatro horas después de su límite, bajándose del automóvil vomitando en las rosas de su madre, con un dolor intenso de cabeza enorme grabo la escena al día siguiente fingiendo que todo estaba bien, estuvo castigado por un mes solo por eso.
La próxima vez fue con su adorada novia Kate fue una nueva y completa experiencia aquel fue el mejor día de su vida pues ella se limitó a chuparle con la boca, Cameron se vino con fuerza ahí en el auto de su madre luego de su tercera cita aquella vez juro que ese fue el mejor orgasmo de su vida, algo que se repetía constantemente, pues su novia parecía querer aspirar su alma desde su pene, tuvieron sexo, real sexo un par de semanas después en su casa ya que casi nunca había nadie, fue mucho mejor que correrse en su boca, hasta que conoció a Jay y aquel chico puso su mundo de cabeza.
El problema con Jay es que era un ser demasiado táctil, desde el principio sus toques siempre fueron algo necesarios y que decir ahora que era un conjunto, Jay solía abrazarle en cualquier momento sin importarle la gente a su alrededor y aspirar su alma desde la boca, no es que se quejara, pero el realmente se sentía intimidado, debido a que y dado que Jay era un chico Cameron podía decirse que era completamente virgen, virgen para alguien que nunca en su vida había tocado un pene que no fuera suyo, virgen cuando definitivamente nunca había dado una mamada en su vida, virgen porque toda la experiencia que tenía Cameron era con chicas y Jay definitivamente no era una, no, él no tenía pechos y mucho menos una vagina, así que discúlpenlo si parecía una colegiala virgen cada que Jay le empotraba contra alguna superficie para frotarse sobre él.
Sucedió una vez durante clases justo antes de empezar, el timbre había sonado y antes de poder llegar a su salón Jay le empujo contra los baños, le metió a un cubículo y procedió a besarle, a mordisquear su cuello y empujo su erección contra su muslo y como era de esperarse Cameron se vino ahogando un gemino cuando Jay modio su cuello y apretaba su trasero con fuerza, ese día mancho sus pantalones favoritos y evito a Jay el resto del día, no por que estuviera enojado si no porque cada que lo veía recordaba el momento avergonzado.
Sabía que Jay lo hacía apropósito, ese bastardo disfrutaba de sus reacciones de colegiala todo el tiempo recordándoselo, llamándole buen chico cada vez que terminaba, pidiéndole gemir para él y en definitiva describiendo cada acción como una puta novela erótica, Jay era un bastardo caliente que no trataba de disimularlo un poco.
Así que era obvio que tendría algo de miedo, inseguridades que cada vez se hacían más grandes, pues aquel árabe pedía más de él, demandaba más y más de lo que Cameron podía darle, él no era un total ignorante, el podía ser virgen hablando en términos de chicos, pero definitivamente no era un idiota, sabia en teoría cómo funcionaba el sexo gay, gracias a Sofía y Dove, aquellas chicas que maldijo un día conocer y ahora estaba agradecido, pues justo después de grabar la dichosa película sobre ese mundo tan raro ellas solían mandarles enlaces, compartiendo siempre sus parejas principales de la película, era tonto pero ellas parecían muy serias al respecto.
Fue gracioso saber que le emparejaban con Jane, ósea ellos no cruzaron palabra en toda la peli y aun así había fans que los emparejaban, también estuvo con Evie y eso tenía mucho más sentido aunque no tanto pues no había vibras románticas para esos personajes, un día Sofía compartió algo interesante la ship se llamaba Malvie entendía esto de juntar nombres ridículamente pero no comprendía a quienes se referían, él no debió preguntar, pero era curioso y resulto que Malvie era el nombre de pareja de Mal y Evie cuando él se burló de esto ellas no parecían molestas de hecho le reenviaron más cosas, con horror porque enserio quien puede ver con gracia que te emparejen con otro chico vio que él era muy popular en esto no solo estaba emparejado con Ben, Chad e incluso Azis ahora sabía quién era pero en aquel entonces no tenía idea, si no que el emparejamiento más popular era el Jaylos donde si él y Jay eran la pareja principal, casi esperaba que Boo boo se molestara también pero aquel chico se limitó a abrazarle y hacer ruidos de besos mientras las chicas reían, era un maldito traidor.
Debió dejarlo pasar, total no hacia ningún daño las fans eran felices y él no estaba realmente saliendo con Boo boo de aquella manera, ambos tenían novias muchas gracias, pero nuevamente Dove le envió lo que parecían novelas de su pareja, las leyó completamente, en primera porque era muy buena y en segundo estos chicos realmente le daban sentido a lo que hacían, cuando tropezó con una parte llena de pornografía explícitamente detallado casi deja caer su ordenador. Él era curioso siempre lo fue por eso cuando Sofía le envió un fan art de Carlos y Jay abrazados termino toda la noche visualizando dicho fandom, porque enserio algunos eran impresionantes y esta gente tenía mucho talento y tiempo libre al parecer, lo malo de buscar es que terminas encontrando ciertas cosas que no quieres, así que aun cuando todo lo encontrado era simplemente sutil, pequeños abrazos, besos nada explicito se sorprendió mucho cuando encontró definitivamente lo que era un montaje, por qué carajo él no era aquel chico cuyo cuerpo se doblaba de esa forma, si podía logarlo era muy flexible pero definitivamente no era aquel cuyo cuerpo se contorsionaba por que otro joven moreno le cogía por detrás, ¡joder era un montaje de Boo boo y él!
Cameron prometió nunca más dejarse llevar por la curiosidad, cabe destacar que cada vez que una fan le pedía un autógrafo, una foto o simplemente alguien le miraba, especialmente si Boo boo estaba cerca de él no podía evitar pensar si había sido ella quien eso aquel descarado montaje.
Ahora estaba muy agradecido por aquello, porque sabía perfectamente bien como tendría que actuar durante el sexo, bueno más o menos, algo así, está bien no tenía ni idea y realmente le daba miedo preguntar a Evie o Mal o simplemente buscarlo en internet por miedo a que el hada madrina lo descubriera y no, simplemente no quería llegar a pensar en eso.
Así que cuando sucedió fue simplemente una sorpresa, una muy grata por supuesto.
Jay fantaseaba todo el tiempo con ello, con tener a Cameron bajo de él y saborear cada parte de este, intentaba contenerse mucho, enserio, pero siempre terminaba por empujarle lejos y frotarse contra él hasta correrse, pero no era su culpa, desde que Cameron empezó a cuidar del cuerpo de Carlos este adopto mucho mejor figura y su jodida flexibilidad le volvía loco, realmente lo enloquecía, por eso cuando llego a su habitación y Cameron hacia sus ejercidos diarios, que al parecer nunca veía por qué estaba demasiad ocupado corriendo por el campus para mantenerse en forma casi le da un infarto.
Frente a él Cameron vestido únicamente en mallas estaba totalmente flexionado hacia adelante dejando levantando en el aire su hermoso, esponjoso y firme trasero, solo duro un segundo pero fue suficiente para dejarlo sin habla Cameron entonces le noto enderezándose y empezando a hablar con él.
Sin embargo Jay no podía dejar de mirar una gota de sudor que caía del cuello del chico ignorando su parloteo completamente, aquella gota traviesa que pronto atravesó todo su pecho, un muy desnudo pecho perdiéndose en su ombligo.
Bueno eso fue todo, el árabe se abalanzo contra Cameron para besarlo levándole por su trasero y lanzándole a la cama, ignorando el chillido indignado de este, beso entonces su boca dejando marcas por todo su cuello, se dedicó a acariciar su pecho, pellizcar sus pezones, apretar su cintura y finalmente apoderarse de su trasero y estrujarlo causando un gemido del niño debajo de él.
Jay alineo su erección una muy dolorosa pues realmente había anhelado esto desde hace tiempo con la del niño y procedió a moler contra él mientras intentaba no morderle con demasiada fuerza, podía escucharlo gemir, como aquel niño se aferraba a su espalda pidiéndole más llamando su nombre y cuando estaba a punto de venirse contra él, Cameron le pidió parar, le empujo con fuerza y golpeo su frente para llamar su atención.
- Espera Jay – Cameron casi se arrepiente pues la mirada en el rostro de Jay era de miedo, pues aquél chico completamente frustrado le miraba entre respiraciones rápidas – ¿Jay? – llamo nuevamente esperando lo peor.
- Lo lamento – gruño y el realmente gruño pues había sido parado en seco, Jay dentro de él quería empujar a ese niño contra la cama y violarle solo por hacerle eso, sin piedad, en seco, quería destrozarle y enseñarle una lección, pero ese era el viejo Jay, uno que no le importaba nada ni nadie y ahí debajo de él no era Carlos, era Cameron el chico del que se enamoró y definitivamente podía ser fiel y sobre todo parar – me excedí, no volverá a pasar – empezó a decir quitándose muy lentamente de él por qué enserio le era muy difícil hacerlo, pero entonces Cameron le apreso con sus piernas para mantenerle en su lugar besándole.
- Quiero que me folles – susurro contra los labios del mayor quien casi no se lo creía.
- Cam no tienes que hacer – intento alejarle viendo así el enorme sonrojo del niño, decir aquellas palabras realmente debió costarle mucho.
- Jay cállate quiero esto, hacer esto – Cameron rodo sus ojos ante las palabas de Jay palmeando nuevamente su cabeza para parar cualquier tonto discurso que el chico pudiera darle – no solo tú tienes deseos, ahora no me hagas ir a buscar a alguien más- amenazo teniendo cero interés de cumplirlo pues no podía verse haciendo aquello con alguien más que no fuera él.
Aquel chico le beso entonces, gruñendo algo sobre ser el único con derecho a tocarle llevando sus manos nuevamente a sus caderas para quitarle su ropa, Cameron se dejó manipular como un muñeco, sumisamente jadeando cuando Jay nuevamente le toma con su boca, cuando trataba de traerle de vuelta a la vida, tanto así que casi lloriquea cuando Jay se bajó de la cama.
Pero aquel joven se limitó a llegar a su cajonera donde busco algo para lanzarlo a la cama, Cameron estaba tan inmerso en ver como Jay se quitaba la camisa que no le prestó atención, pues capa por capa Jay termino totalmente desnudo, incluso sin su camiseta, casi podía ver a la serpiente bailar en llamas cuando el flexiono sus brazos con una sonrisa antes de lanzarse contra él.
Nuevos besos llegaron a su cuello, lentas caricias que le ponían a mil, se sobre salto cuando dos dedos llegaron demasiado abajo, cuando una intrusión extraña empujaba dentro de su trasero, pero Jay nuevamente le beso, susurro palabras de amor contra su oído, le llamo buen chico y dijo lo especial que era, recito entre besos lo afortunado que era por tenerle, Jay se limitó a hacerle saber lo especial que era para él.
Tener a Jay dentro de él fue extraño, el dolor al inicio le hizo gritar con fuerza, pues Jay había abierto sus piernas demasiado y algo muy grande entraba donde definitivamente no estaba destinado para estar, fue aun peor cuando empezó a mover, cuando Jay le aseguraba que se podía mejor, casi le dieron ganas de patearle porque enserio no había nada bueno en eso, ¿Por qué diablos había tanto chico Gay si el sexo era doloroso? Se preguntaba y tal vez lo hizo en voy alta porque Jay se limitó a reír y responder que para el sentía genial, estuvo a un segundo de morderle pero entonces Jay se movió un poco, unos centímetros y joder pudo sentir una enorme ola de placer extendiéndose por cada terminación nerviosa de su cuerpo, otra, y otra vez, y pronto Jay golpeaba aquel punto cada vez más fuerte y sus manos se aferraron a las sabanas estrujándole con fuerza, y de sus labios solo salía su nombre.
Se vino con fuerza en cuestión de segundos, Jay le siguió después moviéndose en su interior convirtiéndole en una masa de gemidos por la sobre estimulación, cayendo sobre él, compartiendo un beso, uno lleno de todo lo que no podían poner en palabras, ni siquiera noto que definitivamente no había usado protección.
- Realmente debemos hacerlo otra vez, como todo el tiempo en todas las posiciones diferentes – jadeo Cameron abrazando con fuerza la espalda de Jay – joder acabo de perder mi virginidad con un chico, mi madre va a matarme.
- Bueno técnicamente Carlos ya no lo era así que… - Jay interrumpió su semi ataque de pánico.
- Amigo no hables de Carlos mientras estamos así – dio un leve manotazo en sus hombros – matas el momento, ahora muévete que pesas.
- Tu eres quien trajo a su madre, enserio no puedo evitar pensar en Cruella y eso si mata el momento – se defiendo Jay rodando a un costado saliendo con cuidado del interior del niño.
- Gracias ahora no podré sacar esa imagen de mi mente, mi madre no es así – suspiro él – ella es la mejor madre del mundo solo que, no se supone que sea así sabes – y si tal vez pensar en su madre después del sexo nunca había pasado por su mente antes pero definitivamente no pudo evitar pensar en ella.
- ¿Es porque soy mayor? – Jay le miro desde su posición en la cama.
- No, amigo ¿eres que 17? – Cameron rodo sus ojos - Voy a cumplirlos…
- No me llames amigo, no cuando estamos así – señalo su obvia desnudes – y solo para aclarar tú tienes técnicamente 14 – susurro Jay cerca de su oído abrazando su cintura y definitivamente besando detrás de su oreja.
- ¿Que? – casi logra distraerlo pero en cuanto escucho aquello Cameron de inmediato le empujo - joder eres un maldito violador de menores- se levantó alarmado.
- Hey tranquilo Cameron, se supone vienes de la isla esto no es nada fuera de lo común – Jay relajado se tumbó nuevamente sobre la cama, una muy desecha cama.
- Que sea lo que se acostumbra no quiere decir que este bien Jay – le miro conmocionado mirándole fijamente a sus ojos pero entonces estos viajaron al pecho de Jay un muy desnudo y sudoroso pecho y bajaron cada vez más hasta su pene y sip era ridículamente caliente, tener a ese chico tan sexy sobre su cama, joder era tan gay – mira olvídalo solo debo darme un baño- Jay sonrió al ver la mirada de Cameron, al escuchar su tonta excusa para alejarse de él en definitiva amaba a este niño.
- Mañana –murmuro aquel joven jalándole de nuevo a la cama, acercando su cuerpo junto al de él.
- Jay – se quejó pero Cameron no hizo intento alguno por alejarse, se dejó en volver aún más por aquel cuerpo, sintiendo aquel firme pecho contra su espalda, abrazando el brazo que rodeaba su cintura, dejándose envolver por la comodidad.
- Te amo – susurro Jay contra su oído, dejando un suave beso justo detrás de el- te amo Cameron – y el corazón del chico nunca latió tan rápido como ahora, porque por primera vez en mucho tiempo sintió que pertenecía ahí, que podía olvidarse de todo y quedarse con Jay.
- También te amo Jay – respondió el con verdadera honestidad, murmurando una súplica en silencio por primera vez desde que llego para nunca despertar de aquel bello sueño.
Se fueron a dormir de inmediato, entre caricias y susurros tontos, Jay prometió nunca más ir a correr solo para presenciar el entrenamiento de Cameron, tal vez este le golpeo con su codo y lo llamo idiota y las risas se hicieron más fuertes, mas tarde cuando toda la escuela dormía, cuando aquellos niños al fin dormidos luego de promesas tontas, Cameron recordó la pequeña propuesta de Jay, el no la había respondido aun y sin embargo encontrándose en los brazos del mayor se dijo que definitivamente lo haría.
Él podía hacer esto, vivir esta vida, con Jay.
Ninguno de ellos hizo caso a las señales de alerta.
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El sonido de unas voces pronto llamaron su atención, el pitido de una maquina lo desconcertó, el frio de la habitación le confundió a un más, Jay no solía dejarle hasta que no despertara, asegurándole que aquello era real, entonces aquellas voces se hicieron más fuertes, voces conocidas que llamaban su nombre eran cada vez más claras.
La brillante luz de la habitación lastimo sus cansados ojos, frente a el su madre le miraba aliviada, a un costado un hombre desconocido en una bata parecía preguntarle cosas, hablar con él, intentando obtener respuestas.
Fue entonces que lo noto, estaba en un hospital, en una camilla y su madre estaba ahí, estaba de vuelta.
