Capítulo 11: De vuelta a la realidad.
Por lo general hay dos tipos de mentiras: 1) las mentiras blancas, que son de carácter embellecedor y/o edificante (que paradójicamente poseen bastante verdad en sí mismas) y 2) las mentiras que hacen daño y sirven para aprovecharse de la gente. Las primeras empiezan generalmente con un “Había una vez…” y las segundas, con un “Reportes oficiales indican...”. Las primeras las conocemos como “Literatura”; las segundas, como “Realidad”.
-Sheridann-
- ¿Ma… mamá? – alcanzo a articular al reconocer la voz de su madre, su boca se sentía rasposa y totalmente seca - ¿qué diablos? – murmuro cubriendo sus ojos de la luz que el médico empujaba sobre sus ojos.
- Oh mi hermoso bebé, dios hemos estado tan preocupados por ti – y nuevamente presto atención a su madre, pues aquel medico se limitaba a revisarle y hacerle preguntas estúpidas que intentaba ignorar.
- ¿Qué? – empujo con algo de brusquedad el estetoscopio del doctor - ¿dónde estoy? Pregunto totalmente desorientado, aun no comprendía mucho lo que pasaba.
- En el hospital –su madre nuevamente hablo - has estado en coma por casi cinco meses, Cam no vuelvas a asustarme así, ahora todo está bien, cariño, estas de vuelta y eso es lo único que importa.
Y Cameron se quedó petrificado, ante sus palabras, cinco meses, cinco meses el tiempo casi exacto que había estado en aquel mundo, pero entonces ¿cómo llego ahí?, ¿qué significaba todo lo que vivió?, ¿Qué demonios estaba pasando?, todas sus dudas fueron pronto sustituidas por un simple pensamiento.
Jay.
Mierda.
Santa mierda.
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Todo había sido un sueño, el producto de su subconsciente debido a su coma, su madre explico cómo él cayó desde la ventana, ella recuerda haber escuchado un golpe en su habitación, subiendo entonces preocupada le vio parado en el borde de esta asomándose entonces como ya era costumbre se desmayó y cayó al vacío.
La caída no le mato pero fue suficiente para dejarle en coma durante meses, tiempo en los cuales el diagnostico era cada vez menos alentador, pues ningún signo relevante mostro a modo de recuperación, su despertar de hecho fue toda una incognitica médica, el hecho de que no tuviera ninguna secuela neuronal por el golpe lo hizo mucho más extraño y que definitivamente que estuviera listo para partir a casa en poco tiempo lo fue a un más.
Cameron miro a su madre, la mujer que le sostenía en brazos, a su padre que asentía a las indicaciones del médico y simplemente no lo podía creer, se dejó guiar al auto de sus padres, en total silencio muy pocas palabras salieron de su boca, incluso cuando bajo de este y entro en su casa, todo estaba igual, las mismas flores que su madre planto, la misma fachada, todo era igual.
Esa noche, la primera en su casa, en su cama, no durmió, tenía miedo de no despertar, entonces cuando al día siguiente los rayos de sol penetraron por la ventana y que el llamado de su madre le hizo bajar lo comprendió, porque al llegar a la cocina, a la mesa donde su familia se sentaba a desayunar con alegría él lo comprendió, estaba en casa.
No entendía como aquello no le alegraba tanto como debería.
Pocos días después de ser dado de alta su rutina había regresado, la escuela estaba bien nuevamente, sus mismos compañeros, las mismas clases aburridas, sorprendió a algunos cuando paso con excelentes notas las reposiciones de las pruebas tras su ausencia, es como si todo lo que estudio en su sueño delirante hubiera realmente ayudado, la vida en su casa era igual, su dormitorio era el mismo, su hermana aun le molestaba, Cienna aun pedía de su comida, su padre aún tenía el mismo estilo en el baloncesto, todo era igual, fue como si esos meses en coma nunca sucedieron.
Kate también estaba ahí, juntos, igual que siempre, molesta por ignorarla aun cuando obviamente está en coma, aquella tarde nuevamente se habían visto, ella se limitó a llevarle al centro comercial donde hicieron cientos de paradas en las tiendas, aquellas llenas de ropas, accesorios o ridículas cosas que nunca llamaron su atención, las parejas que pasaban unas envueltas en otras le hicieron ignorar por completo aquella chica, cuando llegaron por fin a sentarse mientras un helado era puesto frente a ellos ella simplemente comenzó a hablar otra vez, sobre lo mucho que le había extrañado, lo solitaria que estaba ese tiempo, sobre cualquier chismorreo de su vida.
Cameron no pudo evitarlo entonces, observo los enormes ojos marrones de la chica, aquellos que no eran lo suficientemente brillantes, los largos cabellos rubios, que no eran ni por asomo tan sedosos como quería, pequeños labios que no le llamaban, él simplemente observo a esa chica y se dio cuenta que no le quería, él no sentía nada.
“Si es la razón por la que sonríes entonces sigue con él, la cosa es que si te valora por quien eres realmente eso es lo único que importa”
Ella seguía hablando y aquellas palabras resonaron en su mente, recuerdos del sueño más lúcido que había tenido en la vida, palabras que salieron de sus propios labios, del consejo que le dio a Evie, supo entonces lo que tenía que hacer.
- Kate – llamo interrumpiendo a la chica que molesta le miraba por ser tan grosero - ¿Cuál es mi color favorito? – se limitó a preguntar, una simple y única cosa que debía saber de él.
- El azul – respondió ella dudosa mirando la camisa celeste que el chico usaba ese día - ¿eso qué importa Cameron?
- Lo siento – respondió en cambio él, pues aquellos era importante, muy importante, pues como podía estar con alguien que decía quererle cuando ni siquiera sabía algo tan básico como su color favorito – simplemente no puedo.
- Oh cariño no estoy enojada – sonrió aquella chica, pero nuevamente su sonrisa no fue tan radiante, su corazón ya no palpitaba cuando la veía.
- Tu no lo entiendes – suspiro Cameron pues la decisión había sido tomada – esto no va a funcionar – soltó de golpe - simplemente no puedo estar contigo – hablo tranquilamente mirando la confusión en el rostro de la chica - no puedo salir con alguien a la que le importo una mierda – termino porque aquello era verdad.
- Cameron ¿qué diablos pasa contigo? – dijo indignada la joven haciendo un puchero, aquel al cuál en un pasado hacia ceder a Cameron.
- Se terminó Kate – pero esta vez no tuvo ningún efecto sobre él - fue divertido pero eres tú no yo, definitivamente tú y merezco a alguien mejor – se levantó buscando en su cartera un billete dejándole sobre la mesa para marcharse, el no miro atrás ni hiso caso de la voz de la chica que le llamaba.
Kate le llamo esa noche, lo intento dos veces más al día siguiente, el tercer día no paro de llamarle a su casa, su madre le dio una mirada extraña pero no dijo nada más, ella se cansó de llamar a los pocos días, él no volvió a verla.
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La serie en la que había estado trabajando fue cancelada, era de esperarse estuvo en coma por mucho tiempo, los productores no quisieron esperar ni reemplazarle temerosos a la mala aceptación de los fans por lo que la serie simplemente fue cancelada.
Su madre no lo tomo tan bien, ella estaba molesta, intento por todos los medios abogar en su nombre, hacerles entender que eso no había sido culpa suya y que Cameron ahora estaba listo para continuar, pero la televisión no espera a nadie y simplemente ya no había lugar para ese niño en un futuro cercano, o al menos eso fue lo que dijeron si su madre insista con demandar por despido injustificado.
- “¿No te cansas de fingir?, de hacerles creer a todos que no tienes corazón, eso no es saludable, uno no puede vivir así.
- ¿Y tú?, ¿no es cansado de igual manera? “
Cameron respiro lentamente, una, dos veces las necesarias para calmar sus pensamientos para nuevamente darse valor, porque si su subconsciente, aquél que termino por crear todo aquel sueño tan vivido para él tuvo razón con Kate entonces tenía que aceptar lo que tanto se negó.
- Amo el baile madre – repitió nuevamente aquella noche mientras cenaban, cuando toda la familia junta se disponía a comer y su madre discutía con su padre sobre lo bastardos que eran esos productores - lo amo más de lo que puedas imaginarlo y voy a dejar las cámaras – sentencio mirándole con firmeza, apretando sus manos en puños debajo de la mesa, tratando de filtrar todo el temor.
- Cameron no estás pensando niño – pero su madre nuevamente apenas si le tomaba en serio, ella se limitó a sonreírle y acariciar su cabeza desde su lugar - acabas de recuperarte de un coma y…
- No - más él estaba decidido y ya era hora de ser fiel a sus sueños, de seguir a su corazón, de ser quien realmente era - eres tú la que no lo entiende – empujo la mano que le acariciaba, aquella que intentaba tranquilizarle, no convencerle - voy a bailar – y la mesa se quedó en total silencio, su hermana parecía totalmente sorprendida, su padre aquel hombre que debía apoyarle se limitó a negar con la cabeza y eso casi le hace flaquear - entrare a una escuela de danza con o sin su ayuda – y cerró los ojos cuando pronuncio esas palabras, porque no quería verles, no quería ver a su madre furiosa o la decepción en el rostro de su padre, no, el simplemente no podía - buscare una beca o simplemente usare el dinero que eh ganado hasta ahora con mi trabajo – y tal vez puso demasiado énfasis en lo último, porque si él sabía que su madre tenía ese dinero, que no había podía gastarlo, que el auto que quería no podía ser de el por qué sería un gasto inútil, que su tarjeta tenía un límite o terminaría comprándole una casa a Kate, que simplemente él no podía gastar el dinero que desde la infancia gano porque su madre lo controlaba todo y temía que ella lo retuviera como venganza por no seguir sus órdenes.
- ¿Cameron que estas insinuando? - la voz de su madre realmente parecía indignada y él quería reír, burlarse sarcásticamente por lo hipócrita que parecía en ese momento.
- Nada madre - pero se mordió la lengua y en cambio la miro, le demostró que no tenía miedo más, le encaro con firmeza - solo quiero hacer algo que realmente me haga feliz - hablo tratando de poner en aquellas palabras todo lo que sentía, intentado convencerla- quiero ser simplemente yo – termino mordiéndose el labio pues el rostro de su madre era indescifrable miles de emociones pasando en ese momento, Cameron casi rompe a llorar en ese momento.
- Entonces baila - fue su padre quien contesto confundiéndole - si eso quieras baila Cam – sonrió con calidez hacia el animándole – y más vale que seas el mejor- continuo – déjalo bailar Libby él debe tomar su propio camino.
- Víctor- su madre llamo y aquel niño casi teme lo peor, miro entonces a su madre esperanzado deseoso de hacerla cambiar de opinión pero ella solo tenía ojos para su padre, le miraba librando una batalla sin palabras – solo quiero lo mejor para ti Cam – ella le miro entonces suspirando – lamentó que pensaras que esto era una obligación – sonrió entonces ella – siempre has sido buen bailarín querido, es hora de que lo demuestres – termino para acariciar la mejilla de aquel niño cuya sonrisa se ilumino.
- Podemos regresar a comer, porque estoy feliz por ti Bro pero esto es peor que una telenovela Mexicana – gruño su hermana rompiendo con el momento causando una risa de todos.
Un nuevo peso cayó del corazón de aquél niño, la felicidad nuevamente le inundo.
“La familia no te obliga a hacer cosas que odias Evie, sino todo lo contrario te apoya aun cuando te hayas embarrado hasta el fondo”.
Esa noche Cameron miraba por la ventana afuera, entre las calles miles de criaturas corrían feliz, hadas, duendes, dragones y monstruos fantásticos, pidiendo dulces en las casas con contos y alegrías, niños disfrutando de aquel día de fiesta, Halloween, él suspirando dejo caer su cabeza contra el cristal de su ventana, cerro sus ojos conteniendo un gemido, en su mente el recuerdo de aquella fiesta de disfraces a la que nunca asistiría quedo vagando.
Porque aquel mundo no era real, no existía tal lugar, no había fiesta, no necesitaría un disfrazas, todas las horas perdidas, pinchazos por Evie al no quedarse quieto para ajustar bien su traje todo perdido, nunca llegaría a correr por las calles con aquellos amigos, no disfrutaría de aquella compañía, pues ahí en ese mundo imaginario Ben al saber que nunca tuvieron una noche de brujas normal había decidido salir con ellos a pedir dulces, en un mundo donde todo era felicidad aun los mayores lo podían hacer.
Pero eso ya no importaba, estaba aquí, en casa, despierto, pensó en salir, acompañar a su prima como era su plan desde el año pasado, cualquier cosas por dulces gratis, pero ahora, con el recuerdo fresco de un anhelo inalcanzable simplemente no pudo, las risas de los niños debajo de su ventana eran una puñalada, los disfraces de aquella la película que causo todo solo lo hacían confundirse aún más, vio un par de Carlos y Evies correr entre empujones, una que otra Mal pero cuando vio a un pequeño disfrazado de Jay sintió el impulso de llorar.
El sonido de su ordenador le llamo, Boo boo le hacía una video llamada, aquella cara sonriente y familiar le respondió, pronto se vio inmerso en una plática sin sentido, una charla sobre lo mucho que apestaba crecer al no poder ir a buscar dichos dulces, la charla cambio entonces, en algún momento el parloteo de Cameron les desvió.
El recuerdo de aquella fiesta de Halloween en Auradon quedo totalmente olvidado por una simple persona.
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No fue sorpresa que sus abuelos cayeran de visita, no después del accidente, por lo que tenerlos era tranquilizador pues Cameron amaba a sus abuelos, mas a su abuela pero bueno su abuelo no tenía que enterarse.
- Así que terminaste con Kate – su abuela soltó mientras miraba la tv, un momento tranquilo pues no había nadie más en casa.
- Abuela no por favor – Bueno tal vez en ese momento ella no era su favorita, después de todo la herida de Kate aún estaba abierta, no porque sufriera su perdida, no porque la extrañara, sino porque le dolía saber que la persona que más había amado simplemente no le quería, porque él había sido usado y eso le rompía.
- Era una perra total y lo sabes – oh su amada abuela nuevamente le hacía sonreír definitivamente era su favorita.
- Si lo es – suspiro sonriendo con mucho mas animo mirando a la mujer que le sonreía cálidamente - tenías razón ella no era buena – el realmente intentaba sonar indiferente lo cual fue un fracaso completo dada la mirada en el rostro de su abuela.
- Oh cariño – aquella amable mujer le abrazo con ternura - descuida siempre habrá niñas detrás de ti – intento animar nuevamente.
- Si niñas que emoción – soltó sin pensarlo rodando los ojos lleno de sarcasmo, pues lo que realmente quería pensar en ese momento no eran las niñas.
- Cameron ¿es posible que te gusten los chicos? – su abuela le alejo de su pecho para tomarle por las mejillas y obligarle a mirarle causando únicamente que este desviara la mirada- mírame ahora jovencito no voy a gritarte, entiendes no es algo malo – ella acaricio su mejilla con tanta suavidad y ternura que enterneció a Cameron el realmente la amaba - y si tu madre o cualquier persona creen eso de ti son unos idiotas, el amor es simplemente eso, amor, no hay nada de malo en amar a un chico – si su abuela era simplemente la mejor de todas.
- Lo sé abuela – sonrió el alejando sus manos para besar estas en agradecimiento – sé que no está mal.
- Así que si es un chico – y cierto había olvidado lo terca que era ella tenía que pensar en algo o terminaría siendo confesado.
- ¡Abuela! – el pequeño rubor en sus mejillas simplemente no ayudo pues la amable mujer le sonrió pícaramente - bien puede ser que tal vez si sea un poco gay, bisexual en realidad – admitió porque de lo contrario sería peor para él, además había llegado a un acuerdo de ser totalmente honesto consigo mismo.
- Lo sabía - ella parecía triunfante como si se esperara eso desde hace años confundiendo más al chico - ¿y cómo es él? – interrogo - ¿cuándo voy a conocerlo? – Cameron quería replicar, abrió la boca para simplemente explicarle que no existía ningún chico porque eso fue producto de su imaginación, entonces su abuela nuevamente le sonrió tomo su mano y acaricio con el pulgar, ella estaba apoyándole, simplemente le aceptaba así sin más, su abuela era simplemente genial.
- Él es un completo idiota – susurro recordando sin querer a Jay - sin embargo su sonrisa es tan cálida tomando en cuenta que parece asesino serial cuando se enoja –cada memoria del joven vino a su cabeza en aquél momento - tiene un hermoso cabello – ok tal vez ya estaba empezando a sonar como una adolecente enamorada pero bueno su abuela seguía sonriéndole -su alma está llena de cicatrices y aun así se preocupa por su familia, les cuida con tanta pasión – cerro los ojos por un momento casi podía ver a Jay, la ira en su piel cuando se arrojó al lago para salvarle aun cuando no podía nadar, la preocupación en su rostro si Evie se veía triste, la sonrisa en su cara cuando Mal beso a Ben por primera vez - es simplemente alguien maravilloso lleno de defectos y virtudes que… - y nuevamente se perdió en recuerdos y su sonrisa se volvió más amplia, su corazón latiendo lleno de amor.
- Oh cariño estas completamente enamorado - su abuela le trajo de vuelta con aquellas simples palabras y un apretón de manos.
- Si – admitió Cameron porque ya lo había aceptado hace mucho tiempo – le amo – acepto bajo la mirada feliz de ella, porque simplemente no podía negarlo más, porque su corazón aun desbordaba amor, ese hermoso sentimiento, porque simplemente tenía que admitirlo en voz alta, confesarlo o se volvería loco.
- Sería bueno que le trajeras a casa, quiero conocerlo – y su sonrisa cayo, porque era imposible para él, porque simplemente no podía traer a alguien imaginario.
- No puedo, es complicado – susurro soltando las manos de ella y desviando la mirada - simplemente no puedo – termino en un susurro evitando mirarla, y aquella buena mujer entendió, no presiono más para saberlo y continuaron con su tarde de televisión.
Porque simplemente no podía amar a alguien producto de su imaginación.
Más tarde aquel día alguien interrumpió con su tarde casi perfectamente, cuando Cameron fue a ver de quién se trataba sorprendido miro al chico en su entrada.
- ¿Nils? – pregunto dudoso pues ahí en su pórtico aquel joven moreno le miraba indeciso, pues no hace más de un par de horas que hablaron por skype y ahora lo tenía ahí en su casa.
- Hey Cameron – saludo un poco nervioso y realmente eso era algo nuevo, pues él estaba acostumbrado a un muy seguro Boo boo - ¿quieres ir a dar una vuelta? – y aquel joven le miraba esperanzado, como si Cameron se fuera a negar.
- Uuhg estoy con mi abuela en este momento y no hay nadie en casa- respondió con honestidad mientras la brillante sonrisa de aquel joven caía.
- Si quiere – la voz de su abuela llego desde la sala pues estaba pendiente a esa conversación – ve a divertirte querido estaré bien – y Cameron se hubiera negado si no fuera por la mirada esperanzada de su amigo.
- ¿estás segura abuela? – retrocedió un poco solo para asegurarse de que su abuela le escuchara.
- Ve a divertirte cariño – le despidió ella con un simple ademan en su mano.
- Bien – rodo los ojos ante la respuesta de la mujer y de inmediato volvió a sonreír al chico en su puerta – nos vamos.
Y la sonrisa de aquél joven se ilumino nuevamente, un bazo se cruzó por sus hombros para llevarle hasta el auto de aquél que incluso le abrió la puerta haciendo un ademan demasiado exagerado, Cameron rio ante eso adentrándose al auto.
Cameron miro a Boo boo mientras este conducía, mientras su sonrisa se hacía más brillante y su corazón latía con fuerza, se dijo que tal vez su subconsciente podía tener razón una vez más.
“Eres mi novio ¿recuerdas?”
“Estoy decidido ahora, no sé qué es lo que te pasa, la razón por la que actúes tan extraño, pero pienso recuperarte, yo voy a conquistare nuevamente Carlos de vil”
“Eres mucho mejor bailarín que ellos definitivamente deberías hacerlo”
“Siempre voy a saltar por ti y lo sabes idiota”
“Si vuelvo a hacerte daño yo mismo me arrancare el corazón”
“Quiero que vivas conmigo, maldita sea quiero que estés conmigo para siempre, no sé porque pero simplemente te amo”
“No quiero sostener tu mano llevándote, quiero que me aceptes, esperaba poder estar a tu lado todo el camino”
“Yo sé que no eres Carlos, siempre lo supe”
“Eres perfecto y realmente me gustas”
“Realmente te amo”
“Te amo Cameron”