Capítulo 13: El niño que enloqueció de amor.
“Siempre hay un poco de locura en el amor. Pero siempre hay también un poco de razón en la locura” r13; Nietzsche
Sentado en aquella silla nuevamente donde la maquillista se encargaba de ayudarle a caracterizarse nuevamente, donde su cabello fue decolorado y teñido, donde se transformaba en alguien más, la mujer se alejó entonces dejándole ahí frente al enorme espejo donde Cameron no perdió el tiempo de mirarse asombrado, sus dedos tocaron su rostro como si fuera la primera vez que lo veía, se boca se abrió para revelar aquellos dientes, dientes perfectamente normales, sus brazos no estaban cubiertos de quemaduras, su pierna no tenía aquella enorme cicatriz, él no era Carlos, solo Cameron, el chico que debía caracterizarlo, se sintió enfermo, abrumado por aquellas sensaciones, por la desesperación de verse nuevamente en aquella farsa, en un lugar donde simplemente tenía que actuar.
Había tenido mucha suerte, de despertar justo antes de empezaban las grabaciones, que le buscaran para regresar a ser parte del elenco, de formar parte de la nueva entrega de este mundo que tanto había disfrutado antes, cuando todavía no lo vivía en carne propia, o esa era su creencia, pues solo había sido un sueño, una fantasía que le ayudo a poner en clara muchas cosas en su vida, una experiencia que simplemente le debía ayudar a crecer y que sin embargo parecía destruirle.
Un brazo pronto se envolvió a sus hombros, la fragancia tan familiar le inundo y un rostro tan anhelado le devolvió la sonrisa en su reflejo, Jay, pero aquel no era Jay, no este era Boo boo que sonriente vestido nuevamente como el ladrón le sonreía ansioso por encarar a dicho personaje, su corazón parecía no entender, comprender que este a su lado no era el, no importa el montón de diferencias, porque su sonrisa no estaba llena de afilados dientes, porque su lengua no era la de una serpiente, porque sus ojos no podían helarle el alma, ni su corte de cabello era igual, porque no tenía suficientes percis en la piel y por qué aquél bello tatuaje no existía en su espalda.
Cameron cerro los ojos mantuvo la respiración un segundo, dos, tres los necesarios para calmar aquel revoltijo de emociones que amenazan por desbordarse desde su interior, ignorando la voz que le pedía gritar, correr alejarse de inmediato.
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No entiende como comenzó, tal vez fue en el hospital, donde los medicamentos contra el dolor le hicieron olvidarse, alejarse de sus pensamientos y perderse por completo, su ansiedad crecía, cada que se encontraba solo cada minuto de su tiempo aquéllas voces regresaban la voz de Jay pidiéndole regresar, la voz de Mal molesta, la de Evie suplicante por su pequeño hermano, por su amigo, la voz de Ben pidiéndole un último favor , por las noches no dejaba de soñar con ellos, con él, con Jay sosteniendo su mano pidiendo por él, estaba llegando a un límite.
Aquel día salió de la casa durante la noche, le importaba muy poco que mañana tuviera una grabación, simplemente salió, camino aferrado a su chaqueta debido al frio de la noche, cuando lo noto estaba perdido, no sabía cómo regresar y un par de tipos se encontraban fumando en una pared, sabía que no debía hacerlo, era peligroso y sin embargo Cameron se acercó a ellos, no recuerda como sucedió que fue lo que dijo o si dijo algo solo recuerdo ver aquél tipo extender aquél cigarro uno que definitivamente no era de tabaco.
Lo tomo dudoso, mirándolo entre sus dedos por varios minutos debatiéndose si hacerlo o no, lo hizo, la primera calada se sintió como el infierno en su garganta, la segunda no fue mejor sus pulmones replicaron haciéndole toser pero terco como era lo volvió a intentar, pronto se encontró contra la pared inhalando aquel veneno dejándose envolver por la nubosidad de aquélla droga.
Ni siquiera sabía que era, llego a su casa demasiado noche y no le mencionó nada a nadie, le busco nuevamente, pago esta vez por otra dosis y así lo hiso varias veces, cuando el humo no fue suficiente, le ofrecieron algo mejor, inyecciones que llevarían aquél veneno directo su sangre, el efecto sería más rápido y prolongado, ni siquiera pregunto nuevamente que era, se limitó a pagar y llevarlo con él, lo que sea con tal de aplacar las voces.
Funciono, claro que funciono, las voces distrayentes se opacaron, las visiones de aquéllos chicos pararon, los sueños recurrentes matándole de ansiedad dejaron de llegar, todo era mejor, aquellas drogas le hacían olvidarse de todo, enterarse en su propia burbuja de soledad donde nada podía dañarle, donde el recuerdo doloroso de Jay no podía alcanzarle.
Lo notaron, claro que lo notaron, su falta de coordinación, su aspecto horrible en un filmación le obligo enfrentarse al director, entonces el tiro de su manga sin querer y aquéllas cicatrices de las agujas quedaron expuestas.
Fue un total escándalo, Disney no podía simplemente dejarlo pasar, no cuando una de sus estrellas infantiles se drogaba, un ejemplo poco positivo para los niños que les verían, Cameron bufo riendo cuando los directivos le hicieron saber, señalo lo poco inexacto de su película, lo tonto de su argumento para aquéllos niños que venían desde una prisión, lo estúpido que era su industria donde basaban todo en un cuento de hadas que simplemente no existía.
Sus padres se molestaron, su madre grito pidiendo una explicación, su padre se limitó abofetearlo y él simplemente respondía que le hacía feliz, que le ayudaba a olvidarlo, que le hacía deshacerse de aquél dolor, su familia vio como aquel niño se desmoronaba y simplemente no lo entendieron.
Tuvo una sobredosis justo cuando sus compañeros grababan la escena más importante de la película, aquel número musical maestro, película en la cual fue reemplazado, una a la que casi arruina y estaba en proceso de ser demandado por incumplimiento de contrato, pudo importarle menos pues aquel chico se debatía entre la vida y la muerte en una cuarto de un hospital.
Una sobredosis, de lo que nuevamente no tenía idea de su nombre, una sobre dosis de soledad, de dolor y pena…
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Las paredes blancas de su habitación se había convertido en una verdadera tortura, no recordaba la última vez que vio el cielo azul, que sintió el pasto bajo sus pies, no recordaba ya cuando fue su último pensamiento coherente, los días pasaban entre brumas borrosas de la vida, los sedantes que debía tomar cada día limitaban mucho su ser, su alma, su esencia misma se había reducido a ese joven sentado en una cama solitaria vestido únicamente aquella bata de hospital.
El diagnostico había sido firme, después de su último intento, luego de despertar por última vez en un hospital lleno de marcas de agujas, luego de sobrevivir a una sobre dosis de drogas sus padres no tuvieron opción más que intérnalo, era joven una vida desperdiciada, y nadie entendía como alguien tan prometedor había terminado de aquélla manera.
Los medios tuvieron su día de campo muchas teorías fueron dichas, testimonios falsos fueron escritos, incluso se sospechó de agresión sexual por parte de su padre, pues aquél dulce niño había pasado de sonreír a sumirse en la soledad evitando el contacto alguno, todas mentiras para alimentar el morbo de la gente.
Sus amigos repentinamente le dejaron de visitar, él no supo que los doctores determinaron que era peor para su estado mental verlos , en especial a él, a Boo boo, aquel que se parecía tanto al amor de su vida, Boo boo por su parte no quería aceptarlo, no podía creer que su mejor amigo, aquel que conocía desde niño se perdiera de aquella forma, claro que si repentina declaración le sorprendió, el sentir aquel posesivo beso de la nada durante las grabaciones fue totalmente impactante, el escucharle llamarlo Jay fue aún más confuso, porque al parecer Cameron se había perdido en una fantasía.
Él recuerda las visitas al hospital, recuerda verlo cuando más medicado estaba, recuerda sentir como aquel niño se aferraba a él y le llaman una y otra vez Jay, recuerda escucharlo pedir por Mal y Evie, recuerda la súplica por llevarlo a casa, simplemente no pudo soportarlo más.
Dejo de visitarlo cuando Cameron volvió a intentar besarle en su locura.
Se arrepintió de inmediato al saber lo de la clínica, intento verle nuevamente, apoyarle como un buen amigo con la esperanza de verlo recuperado de tener a aquel niño con quien compartía momentos tan agradables antes, todo empeoro.
Dove y Sofía tuvieron la misma idea, aquél día le visitaron al mismo tiempo causando una reacción totalmente negativa, Cameron se aferró a ellos, suplico sacarlo de ahí le rogo a Dove usar su magia, a Sofía hechizarlos a todos, y cuando aquellos no funciono le pidió a Boo boo que terminara con su vida.
Boo boo fue sacado del lugar por varios guardias pues se negaba a dejar a su mejor amigo en aquel estado le dolía tanto verlo así, se sentía culpable por no poder hacer algo.
Dos semanas después de ser recluido en aquél lugar lo inevitable pasó.
Cameron dejo de tomar sus medicamentos, aquellos que le volvían manso y nublaban su razón, el escondió cada uno fingiendo seguir las ordenes de su médico, pasaba los días sentado en su habitación después de que se le negara convivir con los demás pacientes, luego de que intentara escapar, un ruido en el pasillo le saco de aquéllos pensamientos negativos, le trajo de vuelta al mundo pues el chirrear de la puerta abierta le sorprendió.
- ¿C? – esa voz, Cameron conocía esa voz, conocía a la chica dueña de esa voz, pues por la puerta Evie entraba con su acostumbrado vestido de princesa, esa no era Sofía claro que no, ella era Evie – Mal lo encontré – y la joven de inmediato llamo desde la puerta a la hija del dragón más fue empujada por alguien más.
- Cameron – Jay entraba de inmediato, su Jay, aquel chico con piercings en la ceja, el niño con lengua de serpiente, el Jay de quien se había enamorado estaba parado frente a él en un segundo.
Ninguno de los dos dudo, Camerón casi tropieza al bajarse de la cama para llegar a sus brazos, para juntar sus labios lleno de anhelo, su primer beso en años y aquello sabia a gloria. Camerón lloriqueaba su nombre, derrabando lágrimas que el árabe besaba con palabras tranquilizadoras, promesas de amor, de sacarle de ahí, de nunca más dejarle.
- Debemos irnos - Mal apareció por la puerta segundo después con ella el guardia que solía cuidarle, aquel que le miraba con desagrado entraba en lo que parecía ser un trance – ahora – ordeno ella tronando sus dedos al instante aquél guardia cayo inconsciente y Jay asintió tomando su mano y llevándole con él, caminaron por los pasillos, Mal liderando el camino asegurándose en cada esquina no ser descubiertos, Jay sosteniendo la mano de Cameron tan firme asegurándole su presencia, Evie detrás empujo a Cameron con una palma en su espalda animándole a continuar, protegiéndole de los peligros de mirar atrás.
Llegaron a la azotea, Mal nuevamente uso su magia para poder abrir la cerradura y uno a uno paso por la puerta, fue ahí donde Cameron dudo.
- ¿Qué hacemos aquí? – pregunto deteniéndose en la entrada aun sosteniendo la mano de Jay.
- Que más te llevaremos a casa – Evie sonrió emocionada animándole a seguirles pero Cameron soltó la mano de Jay al este avanzar.
- Estamos en el techo – insistió el no entendiendo, necesitaban un helicóptero para escapar y dudaba que hubiera uno ahí.
- Hice un portal – Mal al fin se giró a mirarle – solo durara unos minutos tenemos que atravesarlo o nos quedaremos atrapados aquí para siempre – explico.
- ¿Qué? – aquel niño confundido demacrado por aquellas experiencias retrocedió un paso completamente asustado.
- Si nos vamos ahora nunca podrás regresar Cameron- era Evie quien por primera vez usaba su nombre real, quien definitivamente le miraba esperanzada - es el todo o el nada, no podremos volver a venir a este lugar tampoco.
- ¿Por qué?- confundido el niño miro a Mal, la chica de la magia.
- Porque es necesaria mucha energía, mucha magia – Mal parecía molesta pues se acercaba amenazadoramente a él - artes oscuras C no podemos volver a hacerlo – golpeo entonces su cabeza causándole dolor pues sus cabellos debieron atorarse en su anillo y eso le lastimo mucho más - no otra vez – Mal entonces le dio la espalda para encaminarse a la orilla del techo- debes elegir ahora- y aquella chica se giró para quedar de espaldas al vacío justo al borde – Evie - ordeno cuando escucharon la alarma del lugar sonar ella entonces se dejó caer, sin dejar de mirar a Cameron que asustado vio como la princesa le seguía.
- Cameron ven – sonrió ella – regresa a casa – pidió la princesita dejándose caer justo detrás de Mal.
- Cameron – Jay quien se había mantenido callado durante aquella conversación finalmente hablo, tomo su mano con suavidad mirándole a los ojos – no voy a obligarte a nada, nunca ha sido mi intención hacerlo, si quieres venir es tu decisión – beso entonces el torso de su mano – sea lo que sea debes saber que te amo – sonrió entonces, aquella bella sonrisa que tanto había extrañado, aquella llena de dientes afilados – a ti, a Cameron.
Y le soltó entonces para llegar a la orilla donde mirando fijamente al vacío titubeo para girar sobre su hombro extendiendo su mano.
Cameron dudo, pensó en sus padres, en su hermana que le extrañaría, en su amada abuela quien siempre le apoyo, en los días de parrillada con sus primos, en sus amigos, en Boo boo, pensó en todas las personas que ahora le miraban con lastima, con ira, remordimiento, se quedó ahí escuchando la alarma, las pisadas de los guardias que se acercaban a cada minuto más, respiro hondo cerrando sus ojos, las memorias de su vida en aquel mundo llegaron a él, los momentos llenos de miedo, las alegrías, pero sobre todo Jay, él estaba presente en todos y cada uno de esos recuerdos.
Tomo una decisión, corrió entonces tomando la mano de aquél árabe que sonriente entre lazaba sus dedos y salto, Cameron sintió como aquel chico rodeaba su cuerpo, como unos fuertes brazos se aferraban a su espalda para darle comodidad, simplemente cerró los ojos y se perdió en su embriagadora esencia, sintió el aire frio corriendo por entre la bata de hospital, entonces la nada.
El no escucho los gritos detrás de él.
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Había comenzado un miércoles, la mitad de la semana escolar, el día en el que sus padres realmente comenzaron a ver el cambio, cuando una tarde Cameron se desplomo en los brazos de su madre en medio de la habitación, al principio no le tomaron importancia, su silencio constante, su miedo ante la cercanía, cuando ellos vieron a su hijo saltar de un abrazo de su padre dudaron.
Su comportamiento solo empeoro, ya no solo era el miedo incesante que le tenía a Cienna o el rechazo a todos sus conocidos, incluso una caricia de su madre le causaba estremecerse, un día ese niño estaba extraño y al siguiente se comportaba como el mejor hijo obediente, cuando ellos señalaban su extraño comportamiento asustado bajaba la cabeza solo se levantaban entonces al día siguiente para encontrar una casa totalmente aseada.
Hasta que las pesadillas se hicieron presentes, durante las noches escuchaban el gritar del niño quien se despertaba llorando y luchando enérgicamente, la primera vez que su padre trato de consolarle este grito más fuerte empujándole gritándole parar, pidiéndole entre sollozos que le dejara ir.
La primera vez que desconoció a su madre fue extraño, Cameron fumaba en la ventana de su habitación totalmente ajeno cuando ella le confronto este se limitó a sonreír “No le digas a mi madre” murmuro el niño con la mirada perdida “me golpeara por tomar sus cigarrillos” ella se quedó desconcertada alejo el veneno de su boca pidiéndole no volverlo a hacer pero su adorable niño apenas si le miraba, perdido en sus pensamientos, ella no fumaba ni siquiera sabían de donde había sacado los cigarrillos.
Las cosas se pusieron peor cuando les vio, una entrevista algo completamente rutinario para alguien como él durante días Cameron había sido el perfecto hijo por lo que pensaron que su etapa de rebeldía paso, cuando les vio a lo lejos, cuando Dove se giró para saludarle el soltó un grito de terror, empujo a su padre que le detenía pateándole y suplicándole dejarlo ir, se escapó justo antes de que Boo boo llegara tras verle tan extraño.
Lo encontraron tres días más tarde, sucio y totalmente dócil sin decir una sola palabra, no pudieron sacarle nada de su paradero, un par de días después Cameron cayó desde su ventana, un vecino que le vio dice que estaba mirando desde ahí como un fantasma para luego desvanecerse, encontraron debajo de su cama una bolsa con alimentos aun en buen estado, un escondite, una provisión que solo les confundió a un más.
Tras el coma Cameron despertó completamente recuperado, hasta que los doctores hicieron nuevas pruebas pues otra vez ese niño cayo al vacío en dos ocasiones diferentes el diagnóstico fue claro entonces y tratado pero entonces las alucinaciones incrementaron por lo que fue internado.
Sus padres lamentaron esa decisión, lo hacían ahora más que nunca.
Una madre desconsolada se desvaneció en los brazos de su esposo, un grito de desgarrador dolor inundo aquélla sala, donde otros cuerpos esperaban al igual que aquel chico ser preparados, en la morgue del hospital los padres de Cameron veían por última vez el frio y pálido cuerpo de su niño, aquel que murió tras caer desde el techo de la institución.
Un suicidio.
No había sido la primera vez que lo intentaba después de todo.
El video estaba claro, pues su padre horrorizado pidió una explicación, su niño no pudo cometer aquel acto, no cuando se suponía que debía mejorar en aquella institución, pero las cámaras no mentían, se habían empezado a colocar dentro de las habitación luego de sospechar que algún guardia abusaba de los pacientes, de aquellos que tras ser víctimas nunca les creerían, en él se vio como Cameron golpeaba su espalda contra la pared meciéndose cada vez más fuerte, entonces se detuvo, le vieron hablar con la nada y levantarse de golpe tras el ingreso de aquél guardia.
Un guardia que fue fácilmente derribado por Cameron, al parecer su amigo Boo boo le había enseñado ciertos movimientos de defensa y el guardia le dio la oportunidad perfecta, le vieron caminar por los pasillos con sigilo vigilante pero deteniéndose cierto tiempo para hablar con alguien, para charlar con fantasmas inexistentes.
Cuando llego al techo le vieron dudar, un nuevo argumento con aquéllos imaginarios personajes dentro de su cabeza se dio lugar para después verlo saltar al vacío, aquel niño no sobrevivió al impacto y cuando sus padres vieron el video un nuevo dolor se hizo presente.
El funeral fue hermoso, flores y amigos de la familia llegaron para presentar sus condolencias a una madre dolida, a una familia destrozada. Boo boo se presentó arrepentido, pidiéndole perdón a su madre por dejar pasar aquello, por no intentar cualquier cosa por evitarlo, porque si él tal vez hubiera respondido los sentimientos de Cameron este no estaría muerto, porque tal vez él era el culpable, pero no lo era.
Esquizofrenia paranoide era el diagnóstico para una joven promesa del cine.
Para el chico que se evadió la realidad y creó un mundo de fantasías para él.
Para aquel que ahora estaba en su mundo perfecto.
