Capítulo 21: Verdades a medias.
“Las conversaciones son siempre peligrosas si se tiene algo que ocultar” – Agatha Christie.
Las aves cantaban con alegría y emoción, la nieve fuera de la ventana parecía cubrirlo todo como una purísima manta blanca pasos apresurados pronto se escucharon, la puerta abriéndose debió alertarles no fue hasta que un cuerpo cayó sobre ellos que aquéllos chicos se levantaron.
- ¡Demonios Evie! – gruño el mayor de ellos empujando a la chica que saltaba de alegría en la cama en medio.
- ¡Es navidad Jay! – chillo emocionada abrazándole – nuestra primera navidad real – aplaudió levantándose de la cama – en Auradon, como una familia – y sin darles tiempo jalo las sabanas para que Cameron no pudiera ocultarse más debajo de esta.
- Levántense de una vez- Mal desde la puerta gruño aun con su camisón – Ben nos espera para desayunar – se acercó a la cama para jalar a la princesa emocionada que solo asintió – tienen cinco minutos – y tras decir eso salió de la habitación.
Cameron se estiro como un gatito bebe, adoraba tanto compartir cama con Jay no tenía que preocuparse por las pesadillas de este y al mismo tiempo lo hacían descansar mejor, el saber que este joven estaba a su lado todo el tiempo incluso mientras dormían le hacía dejar de temer.
Pues su mayor miedo era despertar en otro lugar.
Jay rio al verlo como todas las mañanas murmurar y gruñir mientras se estiraba hizo lo mismo solo flexionando los brazos para después ponerse de pie.
- Feliz navidad – dijo Cameron inclinándose en la cama y estirando los brazos para que este se acercara a abrazarle.
- ¡Uh! – fue lo único coherente que salió de la boca del árabe.
- Este es el momento en el que dices lo mismo y luego me besas – dijo como si fuera obvio causando que Jay solo rodara los ojos.
- Feliz lo que sea – gruño lanzándose a besar su boca.
Salieron cinco minutos después solo porque si no lo hacían sabían bien que Mal les arrastraría hasta el comedor, nada más llegar a las escaleras el chillido de Evie les hizo tomar un camino muy diferente a la del comedor, pronto se encontraron frente al enorme árbol de navidad donde la noche anterior bebieron chocolate caliente frente a la chimenea, el más grande y frondoso de todos en el castillo aquel que lucía finos adornos en oro y plata.
- Tenemos obsequios – la princesa emocionada apareció frente a ellos de la nada prácticamente, bueno no pero aún les distraía dicho árbol – Santa Claus trajo obsequios – enfatizo agitando un enorme presente en sus rostros.
- Wow ¿cuánto chocolate has tenido esta mañana Evie? – Jay enarco una ceja al ver el entusiasmo pues de inmediato corrió al árbol nuevamente a agitar todos los obsequios a su alcance.
- Solo el suficiente – Ben apareció detrás de ellos con dos tazas de chocolate caliente entregándoselas, de igual manera aquel rey llevaba únicamente su pijama algo que según él y con el apoyo de Cameron era fundamental abrir regalos en pijama era prácticamente una ley universal.
- Parece que alguien fue buena este año – la antigua reina sonrió gustosa al ver como su hijo tomo uno de los presentes para entregarlo a Mal quien se sorprendió tomándole con algo de miedo – puedes abrirlo querida es para ti – animo la reina, cuando Mal solo sostuvo el paquete en sus manos sin saber que hacer -¿qué pasa? – pregunto confundida.
- El no viene – murmuro bajito Mal – Santa nunca visita la isla- término sin emoción alguna mirando el enorme moño rojo en su presente.
- No me imagino porque – susurro el antiguo rey Adam a lo que su esposa le dio un codazo pues el ambiente había caído de inmediato, Evie dejó caer la hermosa diadema en forma de corona que había sacado de una caja, Jay dejo de rasgar sin delicadeza el enorme paquete con su nombre y Cameron el simplemente bajo la mirada a su taza de chocolate caliente.
Ben suspiro derrotado había intentado darle una navidad a sus amigos, mostrarles la felicidad y solo había logrado que recordaran lo horrible que era la isla, Adam arrepentido sintió pena nuevamente recordándose la razón por la que invito a esos niños que no tenían a donde ir en navidad a su castillo con su familia, claro que podían dejarlos en la escuela, junto con todos los otros niños donde el hada madrina se comprometió a pasar tiempo con los demás chicos de la isla, donde de igual manera cenaron como una gran familia y despertarían con regalos para todos, la familia real solo podía imaginarse el rostro de aquéllos chicos notando que había obsequios debajo del árbol navideño para ellos, para aquellos que fueron buenos ante los ojos de santa Claus, seguramente tenían el mismo semblante de Mal.
Había sido una verdadera sorpresa cuando un Ben muy emocionado explico el concepto de la navidad, la importancia de la familia pero sobre todo el hecho de que existía realmente santa Claus lo cual fue una total sorpresa para Cameron que sabía que solo era un personaje ficticio en su mundo pero bueno eso era Auradon y todo era posible, así que santa existía y de igual manera sabía quién era bueno y quien malo, así como dejaba presentes para todos, lo que hacía el resto del año aún era un misterio pasaron más de una hora discutiendo lo que posiblemente hacia el viejo señor con el trabajo más importante del mundo desde donde teorizaban de vivir una vida normal durante todo el año a que simplemente se la pasaba espiándoles a todos, en algún momento la conversación cambio a un plan para atrapar a dicho señor y tomar su saco mágico de juguetes a lo que definitivamente Ben se opuso y Cameron les recordó la lista de niños malos, en fin santa existía y eso era tan irreal.
- Supongo que es mejor tarde que nunca – Mal volvió a hablar mucho más animada destrozando el envoltorio y así revelando su regalo navideño, todo volvió como antes, Jay desgarro el papel del suyo, Evie empezó a tararear llena de felicidad y los antiguos reyes respiraron agradecidos, Ben solo sonreía de oreja a oreja.
Casi se había perdido eso, no va a mentir diciendo que no tuvo miedo porque lo hizo, cuando despertó en una habitación diferente rodeado de extrañas personas, aquel sentimiento de deja vu le asusto de muerte, entonces se dio cuenta que estaba en lo que parecía ser un mundo casi idéntico a otro de su programa de televisión solo que con los géneros cambiados, al ver que Jessie era efectivamente un chico y todos los demás también toco su pecho con miedo ante la mirada extraña de los presentes, cuando sintió dos montañas suaves palideció y sin esperar corrió al baño donde descubrió que efectivamente era una chica.
Una muy linda pero una chica al fin y al cabo, casi entra en pánico si no fuera un pequeño siseo que resultó ser el gigante lagarto si no mal recordaba la mascota de uno de los chicos o chica aquí, por lo que soltó un grito totalmente afeminado y justificado para salir corriendo, se encerró en su habitación o al menos en la habitación de la chica cuyo cuerpo poseía, casi empieza a llorar cuando se dio cuenta que toda su pesadilla se repetía una vez más.
Aquello era aún más extraño pues Cameron no solo estuvo en ese mundo dos días enteros sino que además en un tiempo diferente pues donde debería a ver nieve fresca solo había sol, el brillante sol que anunciaba el verano próximo, tuvo que vivir por dos días en la escuela, tratando de no estallar en pánico pues al empezar un nuevo día Jay no estaba a su lado, entonces una tarde mientras acompañaba a su hermana Rav al parque choco contra un extraño, no puede recordar el rostro del joven solo una voz muy preocupada pues de inmediato se desmayó y de la nada Jay y las chicas estaban frente a él.
Cameron regreso a casa solo para descubrir con sorpresa que solo pasó un día inconsciente y que definidamente fueron invitados por el antiguo rey en persona para pasar la navidad en su castillo.
Estaba agradeció, realmente lo estaba pues podía ser parte de aquélla felicidad, pronto terminaron de abrir los obsequios para pasar al desayunar cuando Ben se paró de golpe junto a Mal, cuando Cameron noto lo que pasaba no paraba de sonreír pero los demás solo parecían confundidos, hasta que el muy amable explico la tradición del muérdago planta en la que había quedado atrapados, Mal comprendió entonces y sin más rodeos planto un pequeño beso en los labios de Ben, Evie emocionada aplaudió solo para salir buscar una silla eh intentar bajar una de esas plantas según ella investigación todos sabía que realmente planeaba colgarla bajo su puerta para obligar a Doug darle un beso cada que podía.
Ese día pasaron entre risas, incluso Bella y Adam se unieron a los juegos ridículos que según Cameron eran una tradición en esas fiestas y cuando ellos preguntaban cómo sabia tanto él se limitaba a decir que lo vio en una película, Ben colmo de regalos a Mal a más no poder, Evie paso horas en el teléfono lamentándose con Doug su ausencia y Jay, bueno el arrastro a Cameron por todo el casillo para darle un beso debajo de cada muérdago.
El casi se había perdido de esto.
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- ¿Qué diablos? – gruño aquel chico despertándose con lentitud agarrando su cabeza - Jess me duele – abrió los ojos con algo de trabajo pues la luz brillante de día y el fuerte dolor en su cráneo no eran buena combinación - oh, hola – y al notar al muy atractivo chico mirándole preocupado cambio de inmediato su actitud por una mucho más dulce - mi nombre es Luka, ¿cuál es el tuyo chico sexy? – termino con coquetería llevando un mechón detrás de su oreja como solía hacer cuando coqueteaba con alguien, mas al no encontrar dicho rizo se tanteo la cabeza desesperada - ¿pero qué?
- Mal – Jay supo que algo definitivamente había salido mal cuando tras despertar a Cameron este le llamo Jess y ahora tras verle coquetear de esa forma todos asintieron, su rostro de preocupación se llenó de pánico llamando de inmediato a la hada.
- Demonios- gruño Mal al ver como “Cameron” entra en pánico pues ya estaba tocándose el pecho en busca de algo, mas antes de que pudiera gritar con un ademan de su mano le hizo volver a dormir.
- Arréglalo – Jay gruño mirando fijamente a la chica de cabellos violetas sin entender que era lo que había salido mal – ahora – termino y salió de la habitación pues no podía soportar un minuto más en ese lugar con alguien que no era Cameron, porque el simple hecho de pensar que volvería a pasar lo mismo con Carlos le enfermaba.
Porque Jay no podía simplemente dejar ir a Cameron tan fácil como lo hizo con Carlos.
Le tomo solo un par de horas encontrar el hechizo para cambiarles pero fue aún más difícil hallar aquel que definitivamente tomaría toda la energía de la chica para Cameron, en el otro mundo aquella hermosa chica, Cameron chocaba contra un firme cuerpo, un chico que para su sorpresa era muy parecido a Jay, a Boo boo, un joven moreno de cabellos cortos chocolates y ojos marrones que le miraron con preocupación al verla desvanecerse luego del choque.
El intento llamarle hacerla reaccionar, mas era muy tarde para cuando la ambulancia llego Luka Ross estaba muerta.
Nadie nunca supo que ella estaba destinada a encontrarse con ese joven esa misma tarde, Mal le había arrebatado eso.
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Así que él estaba indeciso desde su regreso las cosas con Jay iban bien, genial, era como si relación volviera a empezar y eso le frustraba, Cameron no era un mojigato, ni mucho menos virgen, bueno tal vez si ahora que lo pensaba era virgen de la manera no convencional, porque obviamente había tenido sexo pero esto era sexo gay, homosexual, con otro hombre y si no mal recuerda la única vez que tuvieron relaciones, un sexo fantástico hay que mencionar él estaba atrapado en el cuerpo de Carlos y este era el suyo, el virginal cuerpo mucho más desarrollado y obviamente más trabajado de Cameron, así que discúlpenlo por querer regresar a la etapa donde Jay le empujaba al baño para hacerlo correrse con su boca o donde le metía mano a cada rato, si se quejaba pero todo el mundo sabía que sus quejas eran falsas.
Sin embargo desde que regreso Jay le trataba como si fuera a molestarse de que lo tocara y cuando las cosas empezaban a mejorar sucedía aquello, se desmayó despertó en otro mundo y ahora su novio le trataba como si fuera una figura de cristal que fuera a romperse al menor estruendo, era realmente frustrante, sobre todo porque podía ver a Jay con esas apretadísimas camisas donde sus músculos parecían querer romperlas y ni que decir que todos los horrendos suéter que Ben le había dado para que combatiera el frio y joder gracias a dios o quien fuera porque Ben y Jay no fueran de la misma talla porque eso solo causaba que se pegaran más a su piel y si, ok estaba obsesionado con saltar sobre su novio quitar la estorbosa ropa y lamer sus pectorales con la lengua.
Pero nuevamente Jay apenas si le abrazaba y besaba, los besos estaban bien, pero cuando quería llevar las cosas a otro nivel Jay se alejaba frustrándole, realmente Cameron estaba empezando a dudar sobre su aspecto, tal vez, solo tal vez a Jay ya no le gustaba porque enserio ya no lucia como Carlos, Carlos era frágil, delicado, con enormes ojos marrones pestañas largas labios gruesos y sobre todo aspecto de chica, tal vez eso era, Jay no se sentía atraído por que él era más alto, más grande y tenía musculo nada que ver con Carlos, casi había llorado por eso, entonces Evie golpeo su cabeza llamándole idiota, Mal gruño algo sobre dejar de lloriquear en la cama y le convencieron que Jay no quería ir más allá no era porque no gustara de él, sino que estaba preocupado.
“Casi te pierde otra vez”
Había murmurado Evie y si tenía razón, Jay estaba asustado, temía que si hacia algo estúpido Cameron desaparecería de su mundo, aun cuando el árabe quisiera negarlo él tenía mucho miedo y si también quería llevar las cosas con calma, por lo que Cameron decidió hacer algo al respecto, pero ya que las chicas no querían ayudarle, las traidoras, busco su siguiente opción Ben, era el único chico aparte de Jay que sabía de su yo real y bueno Azis solo meneo sus cejas y procedió gentilmente a ofrecer sus servicios para enseñarle como seducir, gracias pero no Cameron empujo su cara y se marchó mientras el príncipe le seguía por todo el campus indicándole que debía regresar a sus short o al menos mostrar más piel “tienes unas piernas hermosas” había dicho el príncipe sorprendiéndole, por suerte Jordán había escuchado ese último comentario y Azis se alejó para seguir a su novia cabreadísima sobre escuchar a su novio elogiar las piernas de otro chico.
Ben fue un poco más útil, pues aquel Rey creyendo que lo que buscaba eran consejos para el sexo se limitó a decir unas simples palabras “Ve porno Cameron” y si eso le sorprendió porque esto era Auradon mundo de rectitud, sobre todo la escuela donde todos debían ser bien portados y sin mancha y… bueno Ben le miro confundido para después reír, enserio el chico se estaba riendo de él y simplemente levantarse buscar su ordenador y encenderlo y joder le mostraba un video porno, “ solo busca uno de dos chicos, haz tu investigación” termino sonriente mientras él no podía creérselo “si Cameron nosotros tenemos porno también” había terminado con una enorme sonrisa aquel monarca.
Así que ahí estaba el en una misión de cómo seducir a su novio, de cómo logar que Jay lo viera como un objeto sexual o al menos quisiera tener algo con él, y era muy frustrante porque la mayoría de los videos, muchos de ellos se los mando Ben quién lo diría, eran iguales, el tipo musculoso y el pequeño frágil era tan heteronormativo que si no fuera porque ambos tenían un pene era como ver a una chica y un chico haciendo porno, enojado se rindió, se encamino al espejo saco su playera y se miró sin pudor.
Él no era un frágil niño como los videos, sus caderas no eran anchas ni su cintura pequeña como la de Carlos, sus piernas tenían músculos al igual que sus brazos, sus abdominales aun que no estaban tan marcados como los de Jay tampoco eran inexistentes, sus pezones no eran botones rosados como los del video, sus hombros eran fuertes y su espalda firme en conclusión, Cameron no era un pequeño niño de aspecto femenino que atraería a Jay, estaba seguro que su novio terminaría con él o al menos nunca le tocaría, estaba pensando la forma en la que tal vez suplicarle a Mal para que lo arreglara con Magia o algo para hacerlo lucir más como Carlos cuando la puerta se abrió de golpe y Jay entro completamente cansado y sudado.
El entrenador debió hacerles correr hasta tarde con el último partido de la temporada en puerta les estaba exigiendo demasiado, así que seguramente Jay ni se ducho solo corrió hasta ahí para tomar una ducha en privado, Cameron abrió la boca para decir algo, cualquier cosa sobre el entrenador y sus neandertales formas de entrenamiento cuando lo vio, Jay levanto la vista, sus pupilas fueron totalmente negras llenas de lujuria al ver el cuerpo semi desnudo de Cameron, él se giró entonces pasando su mano muy lentamente por su pecho en un gesto inocente solo para medir la reacción de Jay, la siguió, sus ojos no perdieron ni un centímetro de sus dedos tocando su piel, jadeo entonces, llamo su nombre de la forma más obscena que pudo encontrar solo para ver como el color de sus orejas se volvían rojas y este parecía pelear consigo mismo, antes de que Cameron pudiera hacer algo estúpido como cerrar distancia entre ellos y besarle Jay se encerró en el baño.
Cameron solo se quedó ahí sonriente, Jay lo deseaba, era lujuria lo que había visto en sus ojos y ahora que sabía que existía no iba a desaprovecharlo, solo necesitaba un empujón más, sabrá dios porque Jay estaba tan recio para tocarle pero Cameron encontraría la manera, tal vez Azis tenía razón debía enseñar más piel, después de todo sus piernas eran hermosas.
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La temporada había terminado y con ellos el juego final, donde afortunadamente Jay pudo jugar, le costó un poco de trabajo convencer al entrenador, incluso Ben intercedió por el claro que casi le impiden jugar ya que no aprecia ser justo que el rey jugara en un juego así pero entonces Ben quien ya había pensado en esa posibilidad argumento que en la cancha, en la escuela él no era un rey si no un estudiante más y que esa era la clases de persona como quería ser conocida como un chico que no se sentía ni mejor o superior para ellos, el pueblo lo vería como alguien igual y no un hombre sobre sus cabezas, eso convenció a todos y Ben respiro de alivio que su punto fuera aceptado.
Con Jay fue un poco más difícil, con la llegada de Azis el entrenador tenía otra estrella en el deporte, alguien con la fuerza necesaria para ganar así que fácilmente podía presentir del árabe, por eso le fue tan fácil suspenderlo por los partidos siguientes debido a su comportamiento anti deportista, tiempo atrás seria solamente sancionado y limitado a dejarlo correr por el campo durante horas, pero no ahora que Azis era un gran fuerza para el equipo y Jay lo aprendió a la mala.
Sin embargo el entrenador sabía que aquellos dos chicos podían llegar a ser una gran combinación si unían fuerzas así que permitió a ambos demostrarlo, advirtiéndole a Jay que sería su último juego para siempre si no jugaba en equipo, las cosas salieron bien aquellos dos jóvenes trabajaron para sorpresa de muchos en sincronía y pronto ganaron el juego.
Jay había anotado el tiro ganador con la ayuda de Azis y Ben, el público enloqueció, las animadoras saltaron de alegría corriendo a abrazar a los jugadores, Cameron que aún seguía siendo animador honorario salto a los brazos sin dudarlo para darle el beso más acalorado del campo frente a la multitud enloquecida, Jay tuvo que agarrarse con fuerza pues aquel niño había abrazado sus piernas en su cintura y hubieran sido la pareja más hermosa de todas si no fuera porque Mal jalo a Ben en el beso más espectacular que alguna vez le dio en público, ella definitivamente estaba empezando a ser más abierta con sus emociones, Ben lo agradeció de todo corazón.
Al día siguiente luego de regresar de ver a Azis por que el día del juego Jay empujo el trofeo al chico con un simple “Bien hecho amigo” un simple gesto para muchos, una ofrenda de paz entre ellos dos, el punto es que Azis lo tomo solo un día al siguiente lo regreso a su verdadero dueño, ya que Jay fue el que anoto y tal vez ambos jóvenes se empujaron el trofeo entre frases como “es tuyo te lo mereces” “no, tu anotaste el gol ganador” “tu diste ese gran pase” “solo tómalo maldita sea” “Yo no lo quiero joder” “Sé que te gustan las cosas valiosas” “¿Qué diablos insinúas?” y ok tal vez Ben intervino antes de que aquella paz fuera la más corta de la historia pero en definitiva Jay termino con el dichoso trofeo, así que cuando entro a su habitación, pensando en un lugar donde ponerlo encontró algo realmente interesante.
- Hola Jay – saludo su pequeño y adorable novio sentado en la orilla de su cama - ¿Qué tal tu paseo? – pregunto levantándose muy lentamente.
- ¿Estás usando una falda? – Jay parecía confuso en efecto Cameron vestía lo que parecía ser una falda tableada algo corta, junto a una pequeña playera casi top que dejaba ver su abdomen además de sus hombros descubiertos, era un uniforme.
- Audrey permitió que Evie diseñara el nuevo uniforme de animadoras – explico el chico acercándose un poco a el noto entonces que la mesa donde hacían sus tareas había sido movida hasta una esquina – por alguna extraña razón que desconozco quiso usarme de modelo, le temo lo suficiente como para no negarme – sonrió - ¿Qué te parece? – y en ese preciso momento Cameron dio una pequeña vuelta logrando que los pliegues de la falda se levantaran, Jay pudo ver fascinante como aquella tela se aferraba a sus caderas, podía ver esa fila de pecas que bajaban por su espalda una que no había recorrido aun, con la lengua al menos.
- ¿Por qué lo sigues usando? – fue todo lo coherente que pudo decir.
- Sigo siendo animador “Honorario” – dijo esto haciendo comillas pues ya era un costumbre que Audrey le llamaba para asistir a todos los eventos – además pensé que te gustaría – sonrió inocentemente.
- Estás loco no vas a salir así – gruño Jay sintiendo una gran ola de proteccionismo – ni tú, ni Evie – entre cerro sus ojos molesto porque en definitiva sabía que la chica tenía talento pero aquello no era un uniforme, no, eso era un gran distractor, un disfraz uno muy sexy y no iba a permitir ver a su novio y su casi hermana vestidos así frente a un montón de gente, frente a un montón de chicos.
- Relájate es solo el prototipo femenino Evie aun va a hacerle ciertos ajustes – se acercó nuevamente a la cama donde dos pompones se encontraban y los levantado – de hecho necesito tu ayuda para probarlo, iba a practicar la rutina ¿quieres acompañarme? – dio un pequeño paso al frente pero un nuevo gruñido de Jay le hizo sonreír – también podría hacerlo aquí.
Cuando escucho a Jay trabar la puerta con seguro Cameron salto internamente victorioso, le vio entonces dejar su trofeo sobre la primera superficie plana que encontró y se acomodó en la orilla de la cama donde Cameron le empujo desde los hombros, aquel chico entonces se alejó un par de pasos, flexiono su cuerpo como si calentara, levanto sus brazos tan alto que la falda cayo más de sus caderas Jay casi podía ver el inicio de pelo oscuro en su abdomen, cayo entonces el niño al suelo de cuclillas abriendo sus piernas que se deslizaban entre el vuelo de la falda, Cameron decía algo, una porra elaborada que seguramente Audrey invento pero Jay apenas prestaba atención a sus palabras, pues nuevamente aquel niño se levantó de golpe levanto sus manos con los pompones, bajo ambos hasta sus caderas moviéndolas con soltura, golpeo entonces con uno de los pompones su costado y volvió a levantarlo, se dio media vuelta arqueando la espalda por completo doblándose hasta que su trasero quedo muy cerca de el rostro del árabe.
Cameron se giró nuevamente entre elegantes movimientos de cadera, levantando el pecho y mirándole de aquélla manera que le volvía loco, este chico le había engañado, toda esta artimaña era completamente planeada para seducirle, pues no creía que aquella princesita inventara una rutina tan obscena, definitivamente no, y su Cameron quería jugar Jay no se lo negaría, se levantó entonces aprovechando que este nuevamente le había dado la espalda y le empotro justo contra la puerta entre un grito sorprendido del joven tentador.
- Eres un pequeño bastardo provocador – gruño contra su oreja, bajando las manos de su cadera hasta sus muslos, donde le apretó con fuerza, había estado conteniéndose desde hace bastante tiempo.
- Solo quería darle un premio al mejor jugador de Tourney de la escuela – susurro juguetón – si no te gusta puedo ir con Azis – en cuanto aquel nombre salió de su boca Jay le dio vuelta para reclamar su boca, forzó un beso, uno que fue bien recibido, era demandante, feroz, posesivo, levanto los muslos de Cameron hasta meter una pierna entre estos, acariciándole debajo de la falda llevando sus manos más allá hasta el borde de su ropa interior.
- ¿Cameron? – Jay entonces se detuvo entre un gemido necesitado del niño que parecía perdido por las sensaciones – estas… ¿estás usando ropa interior de chica? – y si Jay reconoció la textura extraña entre sus dedos se alejó entonces un poco solo para levantar la falda donde efectivamente unas pequeñas pantaletas blancas cubrían la hombría semi despierta del chico.
- Evie dijo que iban con el uniforme – murmuro totalmente sonrojado – si no te gusta puedo – y aquel niño parecía realmente avergonzado había empujado a Jay mordiendo su labio, pero nuevamente este volvió a besarle sometiéndole una vez vas, acariciando su bulto sobre la seda de aquella prenda femenina para besarle con hambre.
- Eres un buen chico Cameron – susurro Jay a su oído mordiendo el lóbulo de su oreja sus manos regresaron a amasar su trasero para hacer gemir al niño que se aferraba a su espalda – provocándome así – mordió entonces su cuello – mío – gruño.
- ¡Jay! – jadeo el niño buscando sus labios para volver a unirlos en un beso esta vez mucho más tierno y cálido – y solo para que conste técnicamente sigo siendo virgen en mi cuerpo.
Y eso fue todo, la poca razón de Jay salió volando por la ventana ante aquello, volvió besarle con hambre, levantando su trasero para alinear su hombría contra él entre gemidos necesitados, llevó entonces una de sus manos entre las suaves mejillas de su trasero para empujar un dedo sobre su entrada aun sobre la tela, Cameron jadeo nuevamente enterrando sus uñas en la espalda de Jay molesto por la cantidad de ropa que aquel chico aun llevaba puesta, molesto por su ropa que aún les estorbaba, Jay volvió morderle otra vez esta vez con más fuerza empujando dentro, él casi se corre ante aquello pero entonces unos golpes insistentes llamaron a la puerta.
- ¿Jay?... Jay sé que estás ahí abre es importante – la voz de Evie resonaba desde el otro lado de la puerta donde estaba recargados.
- Ignórala – susurro Cameron volviendo a mover sus caderas para chocar contra la hombría de Jay haciéndole gemir.
- ¿Jay? – la voz de Evie era insistente – ¿esta Cameron ahí? – un nuevo gemido salió entonces de los labios del pecoso ante otra mordida del mayor – C más vale que no arruinen el traje de animadoras no es para sus juegos sexuales – grito la joven y aquellos jóvenes hubiera reído si hubieran visto la mirada de todos aquellos en el pasillo que le escucharon pero de nuevo esta chica solo les lanzo una mirada de muerte y ellos se esfumaron – es importante – insistió ella tocando la puerta con ahincó mientras Cameron apresaba a Jay con sus piernas y devoraba su boca para distraerle – ¡Mal lo encontró! – grito causando que Jay se detuviera deteniendo el beso aleándose de Cameron.
- ¿Qué? – Jay soltó al niño liberándole entre gruñidos insatisfechos por aquel se dirigió entonces a entre abrir la puerta - ¿estás segura? – le miro con los labios aun hinchados y el cabello revuelto.
- Diablos enserio interrumpí – se burló ella – hablo enserio sobre el uniforme C – amenazo causando una risita del más joven aun de espaldas a la puerta.
- Evie – gruño Jay para recordarle la razón de su visita.
- Mal lo encontró Jay – toda la burla de su cara cayo entonces y la chica le miro con total seriedad – nos necesita ahora – Jay asintió cerrando la puerta de golpe – dije ahora Jay.
- No vayas – Cameron volvió alanzarse contra la boca de Jay pero este le paró en seco.
- Tengo que ir –murmuro distrayéndose por que el pecoso acariciaba su pecho con tanta sensualidad – es importante Cameron, tu espera aquí – murmuro besándole pues los labios entre abiertos del chico se lo pedían – volveré – otro beso – solo guarda este pensamiento – murmuro entre otro beso, y antes de cambiar de opinión se deslizo por la puerta y salió tras la joven.
Cameron se quedó ahí frustrado suspirando, dejándose caer en la cama donde enterró la nariz entre las sabanas y dio un par de manotazos pataleando en un berrinche ante su muy evidente problema entre las piernas.
Él iba a matar a Evie y también a Mal por arruinarle el momento.
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Pasaron unas horas y Jay aun no regresaba así que como era de esperarse Cameron se aburrió de esperarlo ahí, la erección que tanto tiempo duro entre sus piernas se desvaneció luego de un rato, la frustración había sido lavada de su cuerpo y ahora solo estaba muy aburrido, se levantó entonces para cambiarse, se dejó la ropa interior pero definitivamente no saldría en falda por los pasillos de los dormitorios, nope, de hecho iba a regresar dicho uniforme antes de que se manchara, por suerte solo estaba arrugado y eso podía solucionarse y ya que Jay estaba con Mal en dios sabe dónde podía hacer una visita rápido al cuarto de las chicas y pedir prestada la plancha de Evie para solucionar todo, lo sentía por Jay pero el perdió la oportunidad de joderlo con esa falda puesta.
Cuando llego a la habitación se congelo, había murmullos voces viniendo dese el interior, él sabía que no debía escuchar pero entonces escucho su nombre, un suave murmulló apenas por lo que acerco su oreja a la puerta en un intento de escuchar mejor.
“Cameron es solo el reemplazo de Carlos en este mundo.”
Se apartó de la puerta al escuchar aquello, era la voz de Mal quién decía aquello, quien afirmaba que él solo era eso, un simple reemplazó del chico villano, pero bueno tal vez eso estaba dicho fuera de contexto sabía que había muchos mal entendidos por escuchar solo palabras al aire así que nuevamente se acercó para escuchar.
“Cameron será reemplazado por otro como fue Carlos, así de simple.”
Y esta vez era Evie quien confirmaba aquello, ahora entendía todo, sus desmayos nuevamente, el despertar en otro mundo, ellos lo sabían, lo supieron cuando a Carlos le pasaba y lo dejaron, porque no les importo, porque cualquiera podía tomar el lugar de ese niño, porque ellos estaban bien con cualquiera, incluso para Jay.
“Van a hacerte lo mismo a ti, van a consumirte, como lo hicieron conmigo”
Regreso a la habitación cabizbajo, se dio una ducha solo para despejar sus pensamientos, para asimilar que todos aquellos chicos no le necesitaban, él no era necesario, había dejado a su familia para nada, su vida, todo lo echo a perder solo para estar con ellos, para regresar para Jay y ahora él se enteraba que siempre fue un simple reemplazo, la segunda opción para jugar del niño más prescindible de ellos, el cambio de un niño completamente roto.
Cuando Jay regreso Cameron estaba sentado en su cama mirando hacia la ventana, su cabello aun húmedo demostraba su evidente baño, él ni siquiera advirtió su llegada.
- Te quitaste la falda – murmuro entre molesto y decepcionado aquel árabe quien de inmediato se acercó a la cama para sentarse a su lado y depositar besos en su cuello – es una lástima tenía muchos planes – susurro a su oído, abrázanosle por la cintura y atrayéndole más a él.
- Soy un buen reemplazo – murmuro Cameron sin reaccionar ante sus atenciones – de Carlos.
- ¿Qué? - Jay le miro confundido pero aquel chico se negaba a mirarle.
- Crees que hago un buen trabajo suplantando a Carlos - insistió pues él quería saber la verdad – soy un buen Carlos, Jay – al fin le miro buscando algún indicio algo que le dijera que estaba equivocado.
- Eres un mejor Carlos que él babe – murmuro sonriente para besarle, creyendo que aquello era lo que quería oír, que se refería al asunto de Cruella, a las calificaciones, a lo que todos esperaban de él.
“Él no te ama, ¿le creíste?, todas sus mentiras, él ha hecho esto desde siempre.”
- Estoy cansado – murmuro el alejándose sintiendo como su corazón se partía, porque para Jay al parecer no le importaba, no le interesaba ese Cameron solo que fuera Carlos, solo que cumpliera su papel, pues para aquellos chicos solo era un simple suplente, porque al parecer Carlos tenía razón.
“Solo eres el reemplazo del juguete roto, el jamás te va amar, Cameron”
Jay le miro extrañado por su repentino cambio de actitud, peo no empujo más le dejo ir levantándose de la cama, le dio el espacio necesario y mientras le vio meterse bajo las mantas aun cuando el sol no se metía decidió ignorarlo, él no lo sabía pero estaba dando pie a que un gran malentendido, esa noche el corazón de Cameron se agrieto, los recuerdos tan vividos de aquella conversación con Carlos aun bailaban en su mente.
“Es de las personas que obtienen lo que quieren cuando lo quieren, sin importar el costo”
El no pudo evitar recordar las palabras de Nils esa noche tampoco.