Capítulo 3: Conociéndote nuevamente.
“Las cosas que me hacen diferente son las cosas que me hacen quien soy”. Piglet - Winnie the Pooh.
Últimamente se sentía muy cansado, podía dormir toda la noche como un muerto y sin embargo al despertarse todo su cuerpo dolía, le estaba costando mucho atender los llamados para las filmaciones, al principio trato de compensarlo con grandes cantidades de alimentos después de todo las horas entre grabaciones dejan poco tiempo para que pudiera tener una buena comida.
No funciono, él podía intentarlo todo y apenas si toca su cama caía completamente rendido, a la mañana siguiente se levantaba sin energía y totalmente hambriento.
Luego todo empeoro.
El primer signo de que algo andaba mal debió haber sido su cansancio extremo, la falta de energía pero como buen adolecente lo ignoro para continuar con su carrera, aquel día era normal una filmación más, una escena donde tenía que actuar como el gamer sabelotodo, entonces paso, el se sentía muy cansado para aquello pero siendo un profesional se sacudió las malas vibras y empezó a actuar, las cámaras habían empezado a filmar, el solo debía decir unas cuantas líneas y abrir aquella puerta haciendo una salida dramática y ya, pero entonces en cuanto tomo el pomo él se desmayó.
Despertó horas más tarde totalmente cansado, inanición fue el veredicto, el lo ignoro.
La siguiente vez fue durante una cita con su novia, recuerda el grito de pánico de esta cuando el cayo contra el frio mármol del centro comercial.
Para la tercera vez, en la escuela casi se rompe el cuello al caer por las escaleras, si no fuera por un compañero que le agarro justo a tiempo el estaría muerto.
Los médicos no entendía que pasaba, virtualmente él se encontraba sano, no había deficiencias ni daño neurológico, no podían explicar ese cansancio ni el porqué de aquellos desmayos.
Cameron no debió ignorar ninguna señal…
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Estaba jodido, bien jodido, lo que se dice jodido, jodido.
Vale puede que el haya tenido que encarnar a aquel personaje, ser Carlos en la pantalla, pero una cosa era fingir saber hacer algo y otra muy distinta era hacerlo y bueno en ese momento realmente esperaba que despertara de un momento a otro, rogaba a dios, a buda, a cualquier deidad que le escuchara para sacarlo de ahí porque… oh por dios ese chico venia en dirección a él y….
Un fuerte golpe se escucho por todo el campo un pequeño cuerpo salió volando, Carlos de Vil era nuevamente embestido por un jugador de aquel equipo, ni todo el equipo de protección pudo evitar que el sintiera aquel dolor.
- Carlos, Carlos estas bien – se escuchó el grito de horror de aquel árabe.
- Diablos no – murmuro molesto levantándose y sacándose aquel casco – no estoy bien, esto… ¿cómo diablos se juega esto? – gruño molesto dejando aventando su bastón como si le hubiera ofendido – esto es ridículo, ¿a quién se le ocurrió este estúpido juego?
- ¿El esta bien? – el chico que le empujo de inmediato se acercó a disculparse.
- Si –suspiro aliviado Jay al notar como aquel joven comenzaba a hablar – está bien, anda Carlos te llevare a la banca.
- Baloncesto, sabes ese si es un deporte – siguió quejándose pero acepto la ayuda, olvidándose de quien se trataba – este es un deporte de ¡neandertales! – grito lo último molesto en dirección al entrenador que solo negó con la cabeza asegurando así su lugar permanente en la banca.
- Tal vez deberías practicar mas- Jay le pasaba una botella de agua para que la bebiese – la primera vez pareció funcionar, yo te ayudare…
- No –suspiro el luego de beber- esto no va a funcionar –Jay de inmediato le miro asustado – este juego, voy a dejarlo.
- Carlos – el árabe quiso detenerle pero en cuanto acerco una mano este pareció alejarse más.
- Realmente no es lo mío – Cameron noto el dolor en los ojos de aquel joven que había intentado ser lo más amable – le diré al entrenador.
Jay solo le vio alejarse más allá luego de hablar con el entrenador que le dejo ir sin poner mucha resistencia llamando nuevamente a Jay a la práctica, Cameron camino hasta los vestidores donde se ducho y cambio para regresar a su habitación.
Era inútil él no tenía idea de que va ese juego, claro que lo “jugo” durante la filmación de la película, pero aquello era más bien actuación, no tenían realmente reglas definidas, era una mezcla de varios deportes y al nunca le pareció divertido a diferencia de Michell que divertido quería intentar jugarlo en cada receso durante la filmación.
Cansado y dolido Cameron se encerró en la habitación, aquella que compartía con Jay, suspirando paso toda la tarde pensando en el, el joven que intentaba comprenderle, se suponían que ellos eran alguna clase de novios, si era novios si aquel beso que le dio el primer día decía algo, eso y las constantes burlas que todos sus amigos hacían sobre ellos, el era novio de Boo boo, bueno mejor dicho Carlos era novio de Jay y aun cuando pensó en actuar y seguir la corriente él no podía hacerlo, Cameron no podía simplemente besar a Jay como si nada, el tenia novia y sentía traicionarla, además él no era Carlos eso también sería una traición para Jay.
Jay cuyo chico se había mostrado en especial atento al dejar pasar muchos de sus rechazos, el joven que se mantuvo estoico ante cualquier peligro hacia su persona, Jay quien parecía ser un gran novio, pues a diferencia del carácter del libro este Jay no parecía coquetear con cuanta chica veía, claro que su actitud aún era coqueta e insinuante pero parecía darle su lugar, dejar en claro con pequeños toques, a los cuales huía, o detalles que él y Cameron era una cosa.
No, que Jay y Carlos lo eran, no el, él no era Carlos de Vil.
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Dos días después del incidente del Tourney, luego de negarse a un cuando Ben vino a pedirle regresar al equipo Cameron se mantuvo firme en su decisión el no iba a hacer el tonto en un deporte que ni le interesaba, ni era bueno en el.
Paso entonces sus tardes entre estudiar porque enserio ese Carlos era todo un nerd con un montón de clases avanzadas de las cuales entendía media palabra, el era un estudiante promedio no un genio y caminar por la escuela explorándola, el conocía aquel lugar porque era donde había grabado pero ahora, en este mundo todo era nuevo, había lugares que no estaban en el antiguo castillo, pasillos nuevos o en diferentes lugares, lo que mas le encantaban eran la naturaleza y el clima el cual era muy agradable, no hacia ni frio ni calor, todo era perfecto, un cuento de hadas, lo único malo era que tenía que usar los benditos short , lo que daría por un par de jeans, tan perdido en sus pensamientos estaba que no noto como aquel otro joven se acercó él.
- Hey Carlos – saludo Jay saliendo de la nada.
- Santa madre de…. Joder ¿por qué diablos me asustas así? – el niño se agarró el pecho asustado.
- ¿Dónde está dude? – ignoro la pregunta del menor para hacer la suya.
- Tal vez con Evie, no se amigó ese perro no me sigue a todas partes – Jay le miro confundido, Carlos había sido inseparable a Dude desde el primer momento – tal se ha aburrido de mí, ¿eso es una cancha de baloncesto?
Cameron no lo podía creer ahí estaba en la parte sur de la escuela una cancha de baloncesto y había chicos jugando, ese era su día de suerte tal vez podían invitarle a jugar y así se distraería del caos en que se había convertido su vida.
- ¿Cómo es que sabes que es el baloncesto? –Jay le detuvo cogiéndole del brazo mirándole acusador.
- Lo vi por ahí – murmuro inseguro recordando de inmediato quien se suponía debía ser.
- Hey de Vil quieres jugar o temes romperte una uña- la voz de uno de los jugadores que al parecer le conocían dirigió la atención de ambos jóvenes a ellos, aquel que lo había visto mirar la cancha con anhelo y escucho como dimitió del equipo más popular de la escuela.
- No habia escuchado algo así desde que era 6, pero si quieres perder adelante amigo –con nuevos ánimos Cameron se dispuso a sacarse la chaqueta porque era muy molesta pero recordó las miradas extrañas cuando empezó dejar de usarlas.
- Carlos no lo hagas – Jay le detenía de nuevo temeroso por su seguridad, porque aquel niño se hiciera daño nuevamente.
- Miren su novio no quiere que se lastime awwww – y ahí estaba otra vez la burla y recordatorio de que era el novio de la versión maloso de su mejor amigo Boo boo.
- Está bien les daré su merecido- Cameron sonrió tratando de calmarle incluso le guiño un ojo juguetón y de inmediato se embarcó a jugar un poco.
Jay observo con asombro como Carlos, su Carlos aquel que no hacia ningún deporte a aparte del Tourney y solo porque se sentía obligado, manejaba con gran maestría aquel balón, le vio burlar con facilidad a cada oponente, le vio saltar y encestar con precisión, le vio tirar desde lo más lejos y atinarle al aro, Jay observo con confusión como aquel pecoso barría el piso contra aquellos chicos presumidos de Auradon.
- ¿Jay donde esta Carlos? – no se dio cuenta en que momento su teléfono sonó pues al parecer ya había contestado inconscientemente – ¿Jay? – la voz de Evie parecía incierta.
- Lo siento Evie me distraje – Jay aparto la vista de Carlos o volvería a distraerse – él está aquí, jugando baloncesto.
- Si claro – el podía ver a Evie poner los ojos ante su respuesta – le necesito aquí para la prueba de uno de sus conjuntos y Dude lleva aquí toda la mañana.
- Estoy hablando enserio Evie, Carlos está jugando baloncesto y está ganando – voltio su atención al partido frente a el – joder él está ganando, Carlos sabe de deportes – dijo alarmado.
- Eso es imposible sabes bien que Carlos no hace deporte – Evie trato de tranquilizarle fracasado por completo.
- Lo se Evie este no es Carlos pero Mal no entiende – Jay intentaba no tener un ataque de pánico en aquel momento.
- Hablare con ella – musito Evie susurrando algunas cosas para si – solo no le pierdas de vista, no podemos perderle.
- No lo hare – termino el joven colgando el teléfono.
El no noto a la joven escondida entre las sombras, aquellos cuyos ojos brillaron verde al notar el raro comportamiento de Carlos.
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Tres días habían pasado desde el incidente de básquet como lo llamaba Jay, tres días desde que el árabe notando el extraño comportamiento de Carlos se preocupó a tal grado que pensó que este era el preludio para romper su relación, tres días en los que casi se golpea contra la pared en busca de una respuesta, porque Mal seguía ignorándole y solo le ordeno “Ve y enamóralo otra vez Jay” porque según ella, él era una amante muy aburrido, pfff que va a saber el hada virginal, porque si Jay lo sabía y también sabía que Ben era muy virgen y ambos como estúpidos niños pequeños apenas si se podían tomar de las manos antes de volverse completamente rojos.
Entonces Mal no tenía ningún derecho a cuestionar sus habilidades amatorias porque obviamente Ben era su primer novio y todavía seguía siendo virgen, tenía 16 años todo un record para los de la isla, ni siquiera Evie lo era y eso que fue educada como una princesa joder, el punto es que aun cuando Mal era una entrometida de lo peor tenía razón, Carlos se había alejado de él, ya no respondía a sus sonrisas, no aceptaba pasar tiempo juntos y sus toques lo alejaban más, ellos ya no solían besarse ni siquiera un poco.
Y eso le estaba matando, la preocupación de perder a su pequeña familia era algo grave para ellos, y tanto las chicas como el sentían que su querido Carlos se alejaba a cada minuto así que lo intento nuevamente, empezó con cosas simples, como dejar un chocolate todos los días en su mochila eso debía bastar.
Descubrió después que todos esos chocolates fueron a parar en manos de Evie quien ignorante de lo sucedido los comió gustosa.
Bien si los chocolates no servían entonces otra cosa, videojuegos serán el ama los video juegos, eso no podía salir mal cierto…. ¿cierto?
Eso salió muy mal.
- ¿A dónde dices que vamos? – Carlos le cuestionaba mientras caminaban por las calles de la ciudad, habían tenido que tomar un autobús y pedir permiso al hada para dejar la escuela pero todo valdría la pena, si claro.
- A la tienda de videojuegos creí que te gustaría – se animó Jay cuando de inmediato entraron al centro comercial y empezaron a ver los escaparates de las tiendas.
- Si no lo creo – Carlos le corto de pronto caminado en otra dirección muy diferente - diablos tenemos que entrar ahí mira eso joder es una HONDA CRF 230cc – en cuanto Jay llego a su lado vio como aquel niño animadamente miraba aquellas motocicletas con verdadero amor.
- ¿La conoces? – Jay parecía totalmente confundido, como era posible que su hermoso niño conociera de motos, ni siquiera sabía conducir.
- ¿Bromeas? Se todo sobre el motocross – y Carlos le tomo de la mano para entrar a la tienda donde se detuvo ante un gran cartel - ¡oh por dios va a haber una exposición pronto! – exclamo exaltado - tenemos que venir Jay… por favor – y los enormes ojos chocolate le miraron con gran anhelo, como hace tanto que no lo hacían.
- Claro que si - sonrió Jay viendo como su rostro se iluminaba aún más ante su respuesta, viendo aquella sonrisa enorme nuevamente.
Jay se inclinó suavemente en un intento de besarle pero Carlos ya se había ido, se desvaneció frente a el para ir a admirar todo el equipo con el que contaba aquella tienda, Jay suspiro derrotado cruzando los brazos por su cuello y encaminándose nuevamente a donde un muy entusiasmado Carlos se enfrascaba en un pequeño debate con otro aficionado a las motocicletas.
Él sabía que aquello era muy extraño pero decidió ignorarlo porque realmente no había visto tan feliz a Carlos en mucho tiempo, no desde que el pequeño conoció a Dude.
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- Hey tu aléjate de mi perro, no puedo creer que dejen andar libremente a pequeños mostros como ustedes. – Cameron no había podido evitar acariciar al enorme perro que trotando había llegado a sus pies de regreso a Auradon, era la criatura más hermosa que según el había visto, lamentablemente su dueño no vio con buenos ojos eso.
- Amigo realmente necesitas entrenarlo mejor –se defendió el niño sin dejar de acuciar las orejas del perro quien ya era jalado por su amo, aún lado Jay le dedicaba una mirada mortal al dueño, un signo claro de advertencia.
- Duque está perfectamente entrenado – respondió indagando el hombre con su perro ya junto a él.
- Se lo decía a él – señalo al perro entonces causando que el dueño se alejara molesto mientras Jay sonreía ante aquel comportamiento.
Si todas las demás señales no le dieron alguna advertencia a Jay de que algo había de diferente en Carlos definitivamente verlo acariciar a un enorme animal lo hizo, puede que Carlos dejara a Dude cerca de el pero otra muy diferente era que acariciara a perro tan grandes como aquel, algo definitivamente raro le pasaba y Jay quería averiguarlo pero al mismo tiempo no quería ser alejado por el niño.
- Estoy decidido ahora – hablo nuevamente luego de llegar a su habitación - no sé qué es lo que te pasa, la razón por la que actúes tan extraño – vio como Carlos parecía alarmado por esto pero eso no le hizo retroceder - pero pienso recuperarte – tomo entonces la mano de su amado - yo voy a conquistare nuevamente Carlos de vil – y diciendo esto termino por colocar un casto beso en el torso de esta, como aquellos príncipes de las historias.
Cameron se quedó helado, el había notado las pequeñas y sutiles intentos de Jay por enmendar las cosas, los toques ocasionales del joven, sus regalos dulces, incluso sabía que aquella salida era una cita, pero se había decidió a cortarlo de raíz, él iba a permanecer en este mundo el tiempo que fuera necesario pero definitivamente no iba a ser el novio de Jay.
Sin embargo en aquel momento, cuando Jay tomaba su mano y sus ojos se posaron en los suyos algo dentro de él le hizo estremecerse, sintió miedo porque noto la verdad en sus palabras, le dejo sin aliento la intensidad con la que se lo decía y aun que sabía que debía detenerlo, decirle algo para que no lo intentara el cayo.
En el fondo de su mente, en lo más profundo donde sus miedos se guardaban bajo fuertes cadenas, el anhelo de que alguien luchara por el con aquella pasión le desarmo, retiro su mano suavemente entonces desviando al fin la mirada para correr a esconderse debajo de las mantas de su habitación.
Se repitió nuevamente que Jay no pelearía por él, él no era necesitado por ese chico no, el simplemente veía a su novio Carlos en él y eso no debería desagradarle tanto como lo hacía.