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UN NUEVO Y CONOCIDO MUNDO por LILITH_HIWATARI

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Notas del capitulo:

 primero que nada y para aclarar prometí que Cameron no despertaría en un hospital sin piernas… descuiden sus piernas quedaran intactas.


 

 

 

Capítulo 9:Ahogándome en ti.

 

“Aprender que hay  otras personas que te ofrecen las estrellas y otras que te llevan a ellas, esa es la diferencia entre quien quiere y quien ama”.

 

 

-          Jay – jadeo Cameron cuando la respiración al fin fue liberada -¡Jay! – volvió a llamar al sentir como aquellas manos que sostenían su cuello se deslizaban por su espalda –espera… ¡Jay para! – empujo asustado cuando aquellas manos apretaron con fuerza su trasero con verdadera necesidad atrayéndole por complejo al firme cuerpo de mayor – podemos…  ¿solo besarlos? – pregunto dudoso temiendo hacer enojar al chico que le sostenía.

-          No voy a obligarte a nada – le aseguro el volviendo a colocar sus manos en la espalda de Cameron para sostenerlos – besar está bien – afirmo sonriendo – muy bien de hecho.

-          Gracias al cielo, porque no me lo tomes a mal realmente quiero, porque ufff te has visto estas como súper caliente y no definitivamente no te pareces nada a Boo boo porque si él está bien, pero tu estas como mejor que bien, y él es mi amigo pero ¡Iugh! no besaría  a Boo boo sería muy raro, de hecho debería ser raro besarte porque, oh dios ahora no voy a dejar de pensar en besar a Boo boo cada que te vea y no podre besarte otra vez y mpfm… - rápidamente y por qué realmente Jay sabía que Cameron volvería a perderse entre el parloteo le beso para detener sus pensamientos y traerle de vuelta a la realidad.

-          ¿Ya estas mejor? – termino aquel beso con una sonrisa.

-          Sip definitivamente no pensamiento de Boo boo, volvamos a los besos – afirmo entusiasmado pasando sus manos por el cuello de su novio atrayéndolo más a su cuerpo -  pero solo besos porque realmente no estoy listo para tu sabes, acabo de aceptar estar enamorado de un chico, un muy atractivo chico pero no creo poder pasar más allá de los besos vale.

-          Cameron, cállate.

 

Entonces Jay le beso, otra vez.

Si le preguntan a Cameron cuál era su parte favorita del día diría que el desayuno amaba el sabor del cereal que servían en la cafetería, claro que en cuando Jay supo por su amor casi obsesivo con el cereal le consiguió una caja, asegurándose de tener una reserva en la habitación pero bueno, los cereales del desayuno siempre iban a saber mejor que cualquier otro, era un hecho científicamente comprobado, tal vez, quizás, ok no pero ese era su momento favorito seguido directamente de su clase de danza donde podía hacer algo que realmente amaba casi compitiendo con los momentos después de esta donde Jay le llenaba de besos en su habitación.

 

Para Jay uno podía asumir fácilmente que su momento favorito era durante las prácticas del Tourney, donde gozaba de empujar y machacar a todos los chicos que pudiera incluido Azis, específicamente a Azis quien aun cuando ya era más civilizado con él no podía evitar seguir empujándole, él niega completamente que era por celos, pfff no es como si Cameron le prestara mucha más atención al príncipe presumido idiota cuando estaba alrededor o se perdían en pláticas aburridas  sobre motocicletas y que este le invitara a Agrabah para mostrarle su colección de “motos”, joder motos sus  bolas Jay está casi completamente seguro que Azis quería robarse a su adorable novio, él ya tenía novia no entendía como ese maldito rico bastardo quería llevarse al de él.

 

En fin el verdadero momento favorito del día para Jay no era ese, no importa lo mucho que disfrutara de moler a golpes al jodido principito heredero a sultán pffff, no su momento favorito del día era justo después de la practica o mejor dicho de la clase de danza de Cameron por que en aquellos minutos, el momento en el que todos salían de la sala incluida la profesora, él siempre se quedaba unos minutos más a practicar, a esperar que Jay llegara por él y puede ser que verlo en aquel leotardo tan pegado al cuerpo que dejaba cero a la imaginación fuera súper espectacular a la vista pero la verdadera razón de amar ese momento era verlo a él, observar como el niño del que se había enamorado bailaba con aquella pasión, ver como su cuerpo danzaba con tanta facilidad, como este se movía al compás de las notas como parecía perderse en su propio mundo, era simplemente mágico, y no hablaba de la clase de magia que Mal podía usar, no hablaba de aquella que solo alguien como Cameron podía lograr con el movimiento de su cuerpo.

 

Jay llegaba casi directo de la practica solo para poder observarlo bailar aquéllos preciados momentos y cada vez que lo hacía se repetía una y otra vez que estaba completa y perdidamente enamorado de este chico y esta vez sí estaba seguro de ello.

 

Cameron sonreirá siempre al verlo llegar, termina su práctica  para recoger sus cosas, Jay llegaría a él y entonces abrazaría su cintura, él se quejaría por el sudor en su piel tratando de alejarse pero entonces Jay nuevamente aseguraría que estaba perfecto besaría entonces sus labios y regresarían juntos a su habitación donde harían los deberes para terminar en una sesión de besos sobre una de las camas.

 

Lo que alguna vez fue una pesadilla para Cameron ahora era un sueño hecho realidad.

 

Y eso lo aterraba, porque lo malo de un bello sueño siempre es el despertar.

 

******************

Los deberes de aquel día eran demasiados, bueno eran muy difícil de hecho sus clases avanzadas estaban empezando a  volverse insoportables, no tenía idea de cómo terminaría ese semestre, lo peor era que si no mantenía su puntaje aceptable seria echado de danza su profesora fue muy firme en eso, ella no quería  holgazanes y lo había dicho para toda la clase sin importarle que fuera el mejor o peor de ella, si bajaban tus calificaciones de la media salías de esta, esa era la regla y Cameron no quería salir,  además no podía arriesgarse no cuando el cansancio, aquella pesadez que  caía contra sus hombros sin explicación le volvía torpe, la última vez se había quedado dormido y llego a su clase tarde y eso que era sábado, él nunca dormía tan tarde, de hecho fue Jay quien llego a despertarle recordándole dicha clase.

 

Un nuevo gruñido de frustración salió de sus labios, Cameron dejo caer entonces su cabeza contra su libro de química golpeándose dos veces contra este.

 

-          C  ven aquí – llamo Jay al notar su frustración desde la cama, donde leía una revista de deportes, él al parecer no tenía problemas con las clases al parecer Jafar sirvió de algo y convertirlo en un chico que debía ser el mejor y número uno en todo tenía sus ventajas, como que Jay siempre llevara buenas notas en todo – necesitas un descanso – continuo antes de aquel Cameron pudiera siquiera debatir su argumento.

 

Cameron lo pensó un segundo antes de levantarse y caminar mal humorado hasta los brazos abiertos de Jay, quien sonriente le jalo para dejarlo sentado en su regazo comenzando a dejar pequeños besos en su cuello que bajan hasta su clavícula y subían nuevamente hasta llegar detrás de su oreja causando que los hombros del chico se relajaran, pronto pequeños suspiros salieron de los labios del menor que ya de mucho mejor humor giro completamente para perderse en los labios de Jay.

 

Jay acepto gustoso  hambriento por tomar aquella boca, succionando su lengua degustando cada parte de esta, sus manos que firmemente estaban en sus caderas se colaron entre su ropa, pulgares ásperos acariciaron su piel con suavidad, mas dedos se sumaron y pronto las manos de Jay eran por completo debajo  de su playera, una de ellas viajo osadamente deslizándose por su abdomen hasta su pecho donde sin remordimiento se apropió de un pezón para pellizcarlo  sin piedad.

 

Cameron gimió ante eso cosa que fue hábilmente aprovechada por Jay para profundizar aún más aquel acalorado beso, aquellos pulgares, porque ahora su otra mano se había unido a la primera  disfrutaban de moler y torturara sus pezones bajo la ropa.

 

-          Cameron -  llamo Jay separándose solo lo suficiente para alejar el cuerpo del menor y poder deshacerse de aquella estorbosa ropa, dejando el pecho totalmente desnudo del niño quien antes de poder protestar por aquello  fue silenciado por una mordida en su cuello, y aquel nuevo gemido que emano de ellos fue todo el consentimiento que el árabe necesito pues pronto empujando al niño sobre la cama se  encontró sobre para admirarle, sus mejillas sonrojadas por las caricias, la marca rojiza de aquella mordida en su cuello y sus pezones rosados erguidos como torres por la excitación, y las pecas, las jodidas pecas  que salpicaban su lechosa piel le volvían loco.

 

Él ya le había visto así, Jay conocía el cuerpo desnudo de Carlos, sin embargo cualquier pensamiento de Carlos nunca vino a su cabeza, no, para el aquel debajo de su cuerpo, aquel apetitoso niño era Cameron el chico del que se había enamorado por primera vez en toda la vida, no pudo más se lanzó a marcar aquella piel, a dejarle claro a todo el mundo que era dueño de toda esa obra de arte.

 

Jadeos contenidos pronto llenaron la habitación, Jay jugó con aquel cuerpo se delito en besar y recorrer con su lengua cada lunar disponible, bromeo juguetonamente cada uno de sus pezones, dejo que su jodida lengua bifurcada acariciara hasta la terminal nerviosa más sensible de estos, los succiono hasta volver a Cameron una masa de gemidos necesitados, Jay se encargó de enseñarle lo buen amante que podía ser una serpiente, una lengua húmeda en su ombligo le sobresalto, se levantó entonces con ayudad de sus codos para observar a Jay, como aquel chico  levantaba su miraba totalmente llena de deseo y colocaba un pequeño beso justo debajo de él, una pregunta silenciosa negándose a continuar sin un permiso.

 

Cameron se mordió el labio dudoso, solo un segundo pues con las mejillas aun rojas por el estímulo asintió con suavidad a la pregunta, la sonrisa depredadora de  Jay aquella llena de afilados dientes casi le hace arrepentirse  pero entonces él le beso otra vez, ahí donde una vez la piel fue cubierta por sus bóxer,  la cremallera de su pantalón fue desecha de inmediato su ropa apartada y miles de besos nuevamente dejados por el árabe.

 

Cuando una cálida y húmeda cavidad le envolvió no pudo evitar soltar un enorme gemido de placer, el deseo nublando ya su mente pidiendo más y Jay no le defraudo, era un amante formidable, le tomo con la boca con gran maestría, acaricio su hombría tragándola por completo en su garganta se aseguró de estimularle en lugares que jamás hubiera imaginado, sus dedos largos le tocaron en partes que jamás hubiera imaginado fueran tan placenteras, se corrió en un grito llamando el nombre Jay, sus  nudillos blancos se aferraban a las sabanas convirtiéndolas en un desastre, ese había sido el mejor orgasmo de su corta vida, joder la mejor mamada de toda su existencia, el sexo realmente iba a ser realmente alucinante con Jay pensó Cameron.

 

-          Si lo será – respondió Jay levantándose sonriente lamiendo con su lengua lo último de su semen que resbalaba de sus labios y joder tal vez había dicho aquello  en voz alta, entonces Jay le beso otra vez, y sabia extraño pero no malo, diferente pero no horroroso, saborear su propia esencia de los labios de Jay era algo a lo que definitivamente podía acostumbrarse.

 

El beso se volvió más y más intenso y el placer de aquél orgasmo relajante le hizo olvidar un detalle, detalle que rápidamente sintió contra su muslo, un gran, muy grande detalle, el único satisfecho había sido él, Jay aún no se había venido, pues su erección se molía contra él. Sus mano vagaron por el pecho de Jay colándose debajo de la ropa, más cuando Cameron intento sacar aquella prenda Jay se lo impido.

 

-          Por favor- susurro aquel niño mirándole con aquellos enormes marrones ojos a los que simplemente Jay no pudo negarse, no cuando aquél niño le entregaba todo de sí, no cuando realmente tenia a alguien que le importaba demasiado, no cuando sentía que podía confiar en verdaderamente en él.

 

Cameron le ayudo a quitarse aquélla ropa, le desprendió de la armadura a la que Jay se aferraba, aquélla camiseta que sin importar nada siempre permanecía sobre él,  se tomó su tiempo, admiro el pecho desnudo de Jay, sus firmes músculos trabajados y todas y cada una de aquéllas cicatrices visibles, dejo un beso por cada una, una promesa, una declaración, terminaron nuevamente con sus labios unidos en un beso lleno de amor.

 

Sin dejar de responder al beso Cameron deslizo su mano un poco con nerviosismos, pues sería la primera vez en su vida que tocaría un pene, uno que obviamente no era el suyo, porque hola joven heterosexual e inexperto que acababa de descubrir que era bisexual y ahora tenía un ardiente novio sobre él, si discúlpenlo pero tenía  todo el derecho a estar nervioso.

 

-          No tienes que hacerlo- murmuro Jay separándose de sus labios al sentir como Cameron le tocaba sobre la ropa lleno de nervios – no tienes que hacer nada – insisto el sonriendo.

-          Pero quiero hacerlo – mucho más decidido ahora, por que pfff  era inexperto pero no un jodido mojigato Cameron le empujo, quedaron entonces ambos sobre la cama sentados frente a si, Jay miraba expectante al niño esperando por su reacción, totalmente convencido de que este se rendiría y se alejaría mientras que Cameron miraba fijamente la entrepierna de Jay como si se tratara de  algún problema indescifrable.

-          Realmente no me importa – volvió a hablar Jay tras varios minutos en los que Cameron solo le miraba – no quiero que te obligues a nada – levanto el rostro del menor con suavidad para acariciar su mejilla sonriéndole nuevamente con amor y si aún tenía alguna duda aquella lo despejo.

 

Cameron se levantó entonces de la cama para bajar de esta ante la mirada extrañada de Jay que por un segundo pensó haberlo ofendido o algo levantándose con él, entonces aquel niño deslizándose de sus pantalones porque enserio ya estaban a medio caer se acomodó únicamente sus bóxer para empujar a Jay a la cama nuevamente dejo caerse entonces entre sus piernas y procedió a desabrocharle los pantalones.

 

Él le dejo, primero porque tener la hermosa boca de Cameron alrededor de su pene fue algo que fantaseaba desde que descubrió que no era Carlos y segundo porque si este niño quería esto no iba a negárselo, pero entonces él dejando al descubierto su dolorosa erección, suspirando de alivio al verse liberado de sus jodidos y apretados pantalones casi grita y no de placer porque Cameron la engulló por completo y joder ese niño tenía unos dientes, dientes filosos como ellos y al parecer lo había olvidado.

 

-          ¡Cameron!  - empujo al pequeño antes de que lo castrara con sus afilados dientes – Cam  - llamo con suavidad al notar como aquel chico le miraba avergonzado – está bien, solo ten cuidado… tus dientes están realmente afilados.

-          Lo siento – susurro el niño totalmente  avergonzado pues había olvidado ese pequeño detalle, incluso lo olvido cuando fue el turno de Jay.

-          Está bien solo-  volvió a acariciar su mejilla – asegúrate de hacerlo despacio – animo – usa tu lengua – guio entonces, Cameron obedientemente abrió su boca sacando su lengua la cual paso lentamente sobre su hombría enviándole un escalofrió que le hizo  jadear, aquél niño mucho más animado por la reacción, volvió a lamerle nuevamente, otra vez, haciendo énfasis sobre su cabeza, cubriendo esta con sus labios para empezar a succionarle.

 

Jay casi se deja caer nuevamente pues aquel niño le miraba fijamente mientras chupaba prácticamente la cabeza de su pene, sus labios rojos alrededor de él ya eran algo familiar y sin embargo casi le llevan al borde, porque ese no era Carlos, no era el chico experto que podía volverle loco con una simple mamada, no este era Cameron, su adorable pero nada indefenso novio “virgen” que estaba aprendiendo de él.  

 

-          Joder – gruño cuando la lengua de aquel niño se deslizo justo en su pequeña abertura causándole un placer indescifrable.

-          ¿Se siente bien? – pregunto ansioso Cameron depositando un beso en la punta de su pene sonriendo cuando al soplar el cuerpo de Jay se estremecía.

-          Mierda si – volvió a gruñir aquel árabe tomándole de los cabellos para guiarle nuevamente a su hombría – lo estás haciendo muy bien Babe.

 

Y Cameron mucho más animado volvió a chupar la punta de su pene, tomándolo entre su mano para sostenerse mejor, cuando se sintió con mucha más confianza, pues los gemidos de Jay parecían muy buenos Cameron engulló nuevamente todo aquel miembro, lo deslizo por su garganta asegurándose de mirar a Jay, de ver como este respondía favorablemente, resistió el impulso de vomitar pues la mano en su cabeza, aquella que aun que se aferraba con firmeza a sus rizos en ningún momento le empujo más de lo debido parecía pedirle más.

 

Así que trago, dejo que Jay le follara la boca asegurándose de no dañarle con sus dientes, pues realmente quería satisfacer a  aquel chico, a su novio, pronto los  dedos en sus rizos se apretaron aún más y la voz de Jay se hizo necesitada, le jalo este entonces obligándole a dejarle.

 

-          ¡Cameron! – llamo Jay saliendo de aquella cavidad, aquella deliciosa boca justo antes de venirse salpicando semen en el rostro del niño quien no dudo en probarlo dispuesto a limpiar aquel desastre.

-          Waa – gruño el tras probar aquel lechoso liquido frunció su nariz en desagrado – sabe asqueroso ¿Cómo pudiste tragarlo? – pregunto levándose de inmediato para correr al baño.

 

Jay se quedó ahí tratando de recuperarse aquel fantástico orgasmo, rodo por la cama para quedar boca abajo y así ver al chico que en el baño lavaba sus dientes con ahincó causándole una gran sonrisa, volvió entonces aquel niño sentándose a su lado. Él pudo sentir entonces como la mirada de aquel niño se encontraba fijamente a su espalda a aquel tatuaje que la cubría y que al fin veía por primera vez.

 

-          Qué esperas para  tocarlo – gruño el adivinando las palabras del niño – sé que quieres hacerlo.

-          ¿enserio? – y la voz de Cameron lucia tan esperezando que aunque quisiera negarlo ya no podía, simplemente asistió y dejo que aquel chico explorara ansioso su espalda, le mostro su última debilidad, compartiendo  algo mucho más íntimo que hace unos minutos.

-          ¿Cómo es él, el Jay de tu mundo? – hablo al fin luego de varios minutos de silencio donde los delgados dedos de Cameron acariciaban el contorno del tatuaje en su espalda, delimitando la tinta, acariciando con suavidad las cicatrices escondidas por el arte.

-          En primera él no se llama Jay va por Boo boo su nombre artístico te lo eh dicho, es un actor como yo y en segunda no es tan caliente como tú – explico sin dejar de maravillarse por el perfecto diseño de la cobra en su espalda - se parecen un poco pero bueno eres más alto y su nariz no es tan afilada como la tuya, además no tiene tantos piercing – suspiro mordiendo sus labios pues sus manos habían llegado hasta la espalda baja de Jay donde podía apreciar la piel libre de tinta - y sus ojos definitivamente no son los de una serpiente cuanto se enoja – señalo recordando la primera vez que lo vio y casi cae de espaldas.

-          Es hereditario – respondió ante esto, Cameron detuvo entonces sus movimientos alejándose del aquella musculosa espalda.

-          Jafar no era una serpiente – señalo confundido dejándose caer en sus  talones sobre la cama dando el espacio suficiente a Jay para girarse y mirarlo de frente.

-          No literalmente – su voz sonaba tranquila pero Cameron sabía que habar del pasado era muy difícil para todos ellos, para los chicos de la isla los cuales tenían una vida mucho más dura de lo que el llego a imaginar -  pero bueno era un genio sabes y cuando fue traído de vuelta les pareció gracioso – sus manos se cerraron en dos puños con fuerza reprimiendo la ira - dejarle ciertos rasgos para recordárselo, por eso mis ojos son así – la cabeza cabizbaja de Jay estremeció su corazón, en aquel momento ese chico tan peligroso y de apariencia aterradora se veía realmente vulnerable, y eso le dolía porque en el interior Jay daría lo que fuera para verse lo más normal a los otros chicos, ser igual a la multitud y no sobresalir, porque todos aquellos niños solo querían normalidad – por eso todos somos así.

-          La versión Disney suena mucho más agradable definitivamente ahora – susurro  -  pero tu tatuaje es genial – trato de animarle un poco.

-          Lo hizo Mal – aquello pareció funcionar pues de inmediato Jay levanto la vista con una pequeña sonrisa en su rostro - ella tiene dotes artísticos.

-          Es tan impresionante – asintió con una enorme sonrisa.

-          Mejor esto a lo otro  - “mejor esto a las cicatrices” quería decir Jay “mejor tinta al recordatorio de que tu padre intento matarte” gritaba en el interior.

-          Jay… - Cameron noto aquel dolor acercándose de inmediato un poco más temeroso al no saber cómo reaccionar, ellos eran algo pero las muestras de cariño y afecto parecían un poco extrañas aun para aquel joven, los besos ardientes estaban bien, pero la calidez de una caricia parecía algo totalmente malo, como si toda su vida le hubiera sido enseñado que eso era una debilidad y a juzgar por cómo era la isla no lo dudaba.

-          Quisiera poder verte, a tu yo real, no al que se mira idéntico a Carlos – entonces Jay le sorprendió nuevamente levantando su mirada y tomando su mejilla con aquella dulzura de la que no creía capaz al joven, acariciando con su pulgar aquella pálida piel.

-          Bueno mis rizos son negros completamente – Carlos comenzó a  recitar cerrando sus ojos perdiéndose en aquella caricia -eran más claros cuando era joven y  mis dientes no parecen de tiburón – ríos suavemente ante esto ocasionando que la sonrisa de Jay se hiciera más grande y mostrando  a su vez aquellos afilados dientes - son más normales y no hay tu sabes cicatrices.

-          Tu piel debe ser muy tersa – susurro Jay mirando directamente a sus labios los cuales ahora acariciaba con su pulgar.

-          Este mundo es mucho más oscuro de lo que se supone que debería ser – Cameron empezó nuevamente a divagar en sus pensamientos - no recuerdo que el libro dijera nada de todas estas cicatrices y tu tatuaje, bueno de Mal si decía algo de un doble dragón pero Dove  se negó a hacer una escena donde lo pudieran mostrar – el pequeño ya no le miraba, sus ojos parecían perdidos en sus pensamientos y su nariz se fruncía en concentración casi adorable.

-          Realmente te amo – soltó Jay al darse cuenta de que Cameron nuevamente se había perdido, al recordar que ese chico no era su Carlos, al entender que podía perderle en cualquier momento por lo que sin poder evitarlo le beso, tomo sus labios en el beso más suave que alguna vez haya dado, acaricio su boca con la lengua de mil maneras diferentes, se aseguró de mostrarle lo mucho que realmente le amaba, Jay intento besar su alma a través de su boca y cuando al final el aire se hizo necesario traslado sus besos por toda la piel del pequeño, beso sus ojos, sus pómulos, su nariz, le beso como si fuera la primera y última vez.

 

Y ambos temían que lo fuera.

 

Los deberes quedaron olvidados aquel día, pues aquellos amantes no se separaron un  solo minuto, Cameron cayo rendido solo un par de minutos después laxo contra los brazos de Jay quien no le dio importancia y acuno más al chico deleitándose con su calor.

 

*********************

Estaba atrasado para su clase, joder su profesora iba a matarle entonces mientras caminaba vio a lo lejos a tres sujetos, dos de ellos eran los gemelos Gastón Jay les había señalado un día  obviamente no estaba feliz por tenerlos ahí y le había advertido sobre alejarse de ellos, algo  sobre que tenían la manía de meterse con Carlos y bueno no quería problemas, pero entonces vio como aquellos dos chicos se cernían amenazadoramente sobre Ben y simplemente no podía dejarlo ahí solo.

 

Solo un minuto, tal vez menos desvió la mirada para buscar su daga que definitivamente empezaba a llevar. No es que no supiera defenderse Boo boo le había enseñado un par de movimientos, solo defensa personal pero esperaba que un arma ayudaría para  intimidarles cuando regreso la vista y Ben ya había sometido a ambos chicos uno a sus pies se retorcía y el otro tomado de su camisa le hacía frente, vio como intercambiaban palabras y luego como aquellos chicos huían despavoridos, entonces Ben continuo con su camino y el decidió ignorarlo porque enserio debía llegar a su clase, estúpido Jay y su sesión de besos distractores.

 

Ben regreso horas más tarde,  el  consejo no había estado de acuerdo con su decisión de mandar a Freddy de vuelta a la isla, no por solo una pequeñez, pero de nuevo ella había sido una amenaza desde el principio, una que podía usar la magia y definitivamente no iba a correr el riesgo, además su comportamiento tan inapropiado no podía pasar desapercibido, no cuando Mal estaba tan molesta con Jay por eso,  cansado y esperando abrazarse a su linda novia durante el suficiente tiempo antes de dormir, su mano quedo a centímetros del pomo de aquella puerta donde una discusión se desarrollaba.

 

-          ¿Y si algo malo pasa? – la voz preocupada de Evie le confundió.

-          Nada malo va a pasar todo estará bien – Jay parecía intentar calmarle, pero ¿sobre qué? Era la pregunta.

-          Te gusta no, este él – aquello no había sido una pregunta, casi podía ver a Mal entrecerrar los ojos en dirección de Jay.

-          Si, podemos simplemente dejarlo así – nuevamente Jay parecía terminar aquél tema, estaba  a punto de retirarse porque espiar no estaba bien y el confiaba totalmente en esos chicos y debía respetar su privacidad cuando algo volvió a captar su atención.

-          ¿Que pasara con Carlos?- y ahí estaba Carlos, un tema que había sido recurrente para ellos desde que Maléfica ataco en la coronación, Carlos el más preocupante de ellos cuatro.

 

 Ben escuchaba aquella conversación sobre Carlos, el niño que apenas si le dirigía la palabra, el chico que cambio de una forma más extraña, confundido  y decidido a saber la verdad entro a la habitación para encarar a aquellos jóvenes, pues si algo malo sucedía con Carlos sabía que esos chicos moverían mar, cielo y tierra, aun recordaba la última vez y no era algo que quería repetir, no si podía evitarlo.

 

-          ¿qué está pasando con Carlos? –  Cuestiono usando sin querer su voz de monarca.

 

Bien aquel secreto se estaba convirtiendo en algo muy público, un secreto voces.

 

En aquel momento Jay solo pudo pensar una cosa, mierda habían sido descubiertos.

 

 

 

Notas finales:

 

Me gusta cuando Cameron divaga lol.  Todos sabemos que Jay tiene celos de Azis, deja de negarlo.

 

Sé que eh manifestado mi descontento antes con las relaciones sexuales entre niños, sin embargo recordemos que   Jay tiene  17 en este fic y aunque Carlos 14, Cameron tiene  16, así que técnicamente no es un adolecente con un niño nope. Antes de que pregunten si habrá una escena de sexo real entre ellos debo advertirles que saben lo mal que escribo lemon, solo vean arriba enserio porque me piden eso sabiendo que soy pésima, en fin la intentare escribir y si no sale pues ni modo.

 

El tatuaje de Jay es una cobra en llamas tiene una razón de ser que explicare mucho más adelante, junto  a otros detalles pero los mantendré en secreto por ahora, pero pueden intentar adivinarlo. se parece a esta.

http://www.tattooeasily.com/wp-content/uploads/2013/04/snake-tattoo-designs-17.jpg

 

Por otro lado daré otra advertencia, dejen el fic aquí y ahora todos aquellos que no quieran sufrir más adelante, ellos son felices yey si quieren recordarlos así déjenlo, enserio.  

Ben no es un chico tan bueno como debería, debo recordarles que este mundo es muy diferente al de Disney, demasiado diferente y Cameron solo ha conocido Auradon, no la isla ni el antes de que aquellos reinos se unieran, sé que hay dudas pero ya dije se van a aclarar, aun así pregunten.

 

“Malditos ricos bastardos” alguien aquí vio Ouran highschool host club o leyó el manga, pues yo sí, el manga es mejor pero en fin ame esa frase y había estado queriendo usarla lol.

 

Recuerden una galletita me hace feliz, y realmente deben dármela ahora  antes de leer el siguiente cap.


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