Encontrar el talento perdido de Minseok era toda una odisea, y es que no encontraban que podría ser. Un día probaron a la actuación, aun si era algo demasiado cara al público, pero lo único que obtuvieron fue un Minseok que actuaba o escenas de terror donde intentaba devorar a Luhan, que no supo diferenciar y por poco le daba un infarto, o películas porno con Luhan, a lo que él se negó por supuesto.
Ahora, en la nueva casa donde llevaban viviendo algunos meses, estaban algunos intentando encontrar ese talento que sabían, tenía Minseok, pero que no terminaban de encontrar. Mientras, Luhan le plantó un ordenador delante para que intentara escribir lo que se le pasaba por la mente, a ver si de esa manera encontraban su talento, Jongdae estaba en la habitación de Luhan y Minseok buscando donde escribir las ideas que se le ocurrían para que Minseok pudiera probar.
Ideas, tenía muchas.
-Vamos, Minseok –Animó Luhan –Lo primero que se te pase por la mente, escríbelo y desarróllalo, dale un principio y un final.
-Un principio y final… -Murmuró con seriedad –Se me ha ocurrido algo.
-¿De verdad? Entonces mientras cocino algo para comer tu escribe, te dejo tranquilo ¿De acuerdo?
-Claro, gracias, Lu Ge.
Luhan le sonrió, le besó la frente dándole ánimos silenciosos y se fue a la cocina mientras Minseok, con una seriedad increíble, comenzaba a escribir en aquel ordenador portátil de Luhan que ya no hacía servir apenas porque la universidad había acabado, pero que aún tenía decenas de archivos con sus trabajos viejos. Le daba pena eliminarlos, siempre decía que podrían servirles más adelante, aunque no tenía mucha idea de para qué.
Ya les encontraría uso.
Puso las verduras en la sartén, asándolas, mientras escuchaba de fondo el sonido de estas cocinándose y el sonido de las teclas que Minseok presionaba con rapidez, haciéndole pensar que realmente tenía talento para la escritura. Bueno, ojalá fuera así, podría ser un gran escritor y no tendría que estar demasiado cara al público para ello. Para tener dinero durante unos cuantos años les servía, e incluso podía cambiar de alias, en otro país, seguir escribiendo y utilizar a alguno de los demás como cara visible.
Yi fan les dijo que conocía a un vampiro escritor que usaba esa técnica para que no les descubrieran. Un vampiro que fue famoso en la época de los griegos por sus poemas y que lo fue en la edad media e incluso ahora, seguía siéndolo, con diferentes nombres, diferentes caras visibles a su alrededor haciéndose pasar por el en diferentes épocas. Algunas veces se hizo pasar por el hijo del anterior poeta, siento el mismo siempre, cual generación de poetas en la familia.
Chico listo, pensó.
Cuando las verduras estaban en su punto y las sacó para poner la carne, aun sin llegar a ponerla, Minseok le llamó.
-¡Ya está, Luhan!
-¡Ya voy, espera!
Apagó el fuego y caminó hacía allí, encontrándose con que Junmyeon también iba hacia Minseok. Se sentó a su lado y cogió el ordenador, observando que las páginas en total que había escrito eran seis.
Bueno, no estaba mal para empezar.
...
Le observé atentamente. Tan hermoso, tan lindo y adorable. Su cuerpo delgado pero con músculos notables debido a su activa vida, al ejercicio que solía hacer cuando tenía fiesta, y a esas intensas noches de sexo, porque no decirlo, llamaba muchísimo la atención. Su novio siempre llamaba con su apariencia delicada, y estaba orgulloso de ello, aun cuando algunas veces tenía celos. No podía evitarlo.
Le vi quitarse la camiseta, lentamente, como si quisiera torturarme, y es que detrás de ese rostro de angelito se escondía un verdadero diablo. Se giró y me vio, observándole, lamiéndome los labios ante la carne sabrosa y apetitosa que probaría hoy, como la mayoría de las noches. Sonrió, sabiendo que tan pecaminosos eran mis pensamientos, y es que nadie me conocía mejor que él, Luhan. Mirándome fijamente a los ojos se desabrochó el pantalón, con una lentitud torturadora que solo conseguía que me desesperara y que mi sangre se calentara, yendo a otras zonas del cuerpo.
Ojalá esas intensas sesiones duraran más tiempo, pensé.
Se quitó, por fin, los pantalones y descubrí que no llevaba ropa interior. Lo sabía, sabía que todo era a propósito. A Luhan le gustaba calentarme, torturarme con su belleza y sensualidad solo perteneciente a él, y es que me tenía tan enamorado que mataría por él si me lo dijera, porque estaba loco por él, porque mi mente solo estaba llena de pensamientos hacia él, porque mi boca solo quería conocer el sabor de sus labios, de su piel, y de otras zonas.
Porque yo, Minseok, solo quería a Luhan.
-¿Te gusta lo que ves? –Me susurró, subiéndose a la cama compartida. –Claro que sí, claro que te gusta.
Tragué saliva, no lo podía creer.
-¿Quieres probarme? –Preguntó tumbado sobre las finas sábanas blancas y abrió sus piernas –Lo quieres.
No me pude contener más
...
Luhan y Junmyeon miraron a Minseok, el cual parecía tranquilo. Luhan, rojo cual tomate, fulminó con la mirada a su novio y es que el muy idiota había escrito lo que pasó ayer. ¡Es que no sabía pensar en algo que no fuera erótico y tuviera que ver con él o qué!
-Minseok… Cariño… -Murmuró Luhan –Esto…
-¿No sirve?
-No creo –Dijo Junmyeon, Minseok puchereó. –Prueba a escribir de otro género que no sea… Esto.
-Oh… De acuerdo.
Y es que Minseok tenía talento para escribir, joder que si lo tenía, pero era demasiado erótico y estaba su nombre. Se negaba a que Minseok publicara esas cosas, por el amor de dios, a ver si probando otro género podían encontrar algo más en Minseok que no fuera Luhan y el sexo con él.
Luhan volvió a la cocina y terminó la comida mientras Jongdae se desesperaba porque no encontraba donde escribir sus ideas y Minseok tecleaba rápidamente, escribiendo otra cosa. Al terminar de escribir, les llamó, apareciendo también Jongdae con una libreta que no había abierto aun pero que estaba a punto.
-Dame, leeré en voz alta –Habló Junmyeon.
...
Corrí, no supe hacia donde, pero corrí. Me perseguía, lo presentía aunque no podía escucharlo. El único sonido que captaban mis oídos era el sonido de las hojas siendo pisadas por mí, de mi agitada y cansada respiración y de mis lamentos y sollozos mientras corría a saber dónde. No podía ser, a mí, de todas las personas; me tenía que pasar a mí. Yo, una persona humilde, que jamás hizo daño a nadie o eso pensé hasta este mismo instante.
Yo, cuyo único objetivo en la vida era sobrevivir y poder llevarme, aunque fuera, un trozo de pan a la boca.
Y de pronto lo sentí. La escandalosa risa proveniente de sus labios, una risa conocida para mí pero que hacía años que no escuchaba, y el sonido de sus pasos caminar, no correr, y aun así me alcanzaba. Qué iba yo a saber del otro mundo. Ingenuo de mí por pensar que correr me serviría de algo.
Ja, me quiero reír de mí mismo, pero no hay tiempo de eso.
Y lo sentí, claro que lo sentí. Su presencia cerca de mi cuerpo, al tropezarme con una rama y caer al suelo rodando colina abajo. Abrí mis ojos lentamente, con dolor, y vi su sombra. Tan solo eso, su sombra. Y esa sombra, su sombra, se acercó a mí a pasos lentos, su risa atravesando mis oídos cual cuchillos y yo sin poder moverme aunque el dolor no formaba parte de mi cuerpo.
Quizás estaba muerto.
Quizás me estaba muriendo.
O, simplemente, quizás, era todo un sueño.
...
-Creo que… No dormiré por la noche –Habló Luhan.
-Joder… -Murmuró Jongdae –Hoy dormiré más abrazado que nunca a Junmyeon.
-A mí me ha encantado –Dijo el cambiaformas lobo –Tienes talento para escribir.
-¡Qué diablos! ¡¿Quieres que los lectores se mueran?! ¡Tiene talento pero demasiado! –Gritó Luhan. Jongdae le dio la razón. Minseok se rió.
Y aunque no se descartó la idea de que fuera un escritor de terror, decidieron seguir buscando aunque a ojos de Junmyeon, entre los que eran como ellos sería todo un éxito los libros que sacaría Minseok, y entre humanos amantes del terror podría serlo también.
Sí, la idea de Minseok escritor no estaba nada mal.
Jongdae se sentó en la mesa de la cocina, abriendo la libreta porque quería apuntar el aparente talento de Minseok y otros que podría probar, pero cuál fue su sorpresa cuando se encontró lo que había dentro de la libreta aparentemente nueva y no usada. Por primera vez, Kim Jongdae, se había sonrojado, y es que no podía creerlo.
¡Había encontrado el talento de Minseok! Y que talento…
Dios.
-¿Qué te pasa? –Preguntó Luhan poniendo la mesa para comer.
-Creo que… Creo que encontré otro talento…
-¿Eh?
Luhan se acercó a Jongdae y le quitó la libreta, sonrojándose de golpe. Minseok, a su lado, sonrió de lado porque habían descubierto su tesoro – así lo llamaba él –.
-¿Sabes, Luhan? Ya no podré verte igual en mucho tiempo… -Dijo Jongdae.
Y no era para menos. Lo que había allí eran dibujos; dibujos de él desnudo, con diferentes expresiones y posiciones sexuales, totalmente bien dibujados y pintados, aun si en vez de ser con pinturas era con lápices de color. La primera, él con las piernas abiertas, aparentemente gimiendo por su expresión tan realista, sus manos sujetando las sábanas de color rojo que una vez tuvo en su antigua casa, en verano, y lo que era un miembro dentro de su entrada y parte del cuerpo de Minseok – el muy listo no se dibujaba a él –. La siguiente era alguien sentado – Minseok – y Luhan de rodillas claramente haciéndole una felación.
-¡Se puede saber porque dibujas esto! –Gritó sonrojado.
-Son escenas reales –Dijo con una sonrisa ladeada –Tengo buena memoria.
-Ahora sí que no podré verle a la cara…
Bueno… Ahora sabían que Minseok sabía dibujar.
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Que Minseok sabía pintar, fue todo un hecho. Después de ese día, cuando Luhan volvió a tener fiesta, se reunieron junto a Baekhyun y Chanyeol para comprobarlo realmente. Habiendo comprado pinturas de diferentes colores, un set de trabajo y donde poder dibujar, le dijeron a Minseok que pintara lo primero que se le pasara por la cabeza. Aunque fue a Luhan en la ducha – habiendo tenido la decencia de censurar su desnudez por el vapor del agua – supieron que era oficial.
Minseok era increíble escribiendo, pero el doble dibujando, y es que sus dibujos rozaban lo realista. Casi parecían fotos.
Con eso en mente, empezaron a lloverle las ofertas. Firmando, como todo artista, bajo ‘’ Xiumin ‘’ – aunque Luhan prefirió su opción de Baozi – hizo su segundo cuatro para, nada más y nada menos, que Junmyeon el cual le prometió pagarle mucho.
Pero primero, tenía que verle en su verdadera forma porque así lo quería Junmyeon, que le pintara en su verdadera forma. Viviendo cerca del bosque, fueron allá donde se transformó delante de todos y Minseok, sentado en una silla, comenzó a dibujarle habiendo memorizado a Junmyeon en su forma de lobo de más de tres metros de alto.
Aunque estuvieron más de cuatro horas en el bosque, aprovechadas por Luhan, Jongdae y Chanyeol para comer fuera en medio de la naturaleza y por Baekhyun para salir a cazar algún animar al cual chuparle toda su sangre y devorarlo después – ¿Quien dijo que solo se alimentaba de sangre? –, valió la pena cuando el cuadro estuvo terminado.
Junmyeon pudo verse así mismo en el cuadro, como si estuviera en una colina, en medio de la noche con la luna llena en su máximo esplendor y niebla a su alrededor. Un cuadro hermoso, que transmitía un respeto increíble hacia el lobo.
-Me encanta –Dijo Junmyeon, dándole lo que era, la primera paga oficial a Minseok –Por fin encontramos tu talento, y tu firma ahí abajo te convierte en un pintor.
-Joder… yo quiero uno –Dijo Baekhyun –Me encargaré de distribuir la noticia, un nuevo pintor demonio dispuesto a pintar cuadros tétricos e impresionantes de nosotros. Créeme, te harás rico.
-¿Tú crees? –Preguntó emocionado porque su pintura gustaba.
-Claro que sí –Le aseguró.
Y no era broma. A los dos días Baekhyun se presentó para que le hiciera una pintura, estando posando para Minseok en su verdadera forma, por la tarde, casi más de tres horas, pero el resultado fue espectacular. Con un cuadro donde se veía una mansión, una enorme mesa con un mantel rojo, Baekhyun, vampiro, sentado en la silla principal y más grande bebiendo un vaso de sangre.
Hermoso.
Con este trabajo, solo tenía que cambiar cada cuantas décadas de nombre artístico, no tenía por qué dejarse ver.
El siguiente que le pagó fue un amigo de Baekhyun, vampiro también, siendo nada más y nada menos que Lukas. Pagándole una gran suma de dinero a la que Luhan no estaba acostumbrado a ver, sorprendiéndose siempre de cuanto pagaban, fue pintado en un cuadro tétrico y oscuro, casi post apocalíptico donde él era el responsable de todo.
Simplemente maravilloso, esas fueron sus palabras.
Minseok pintó después uno personal, de Luhan, donde se veía al chino sentado en un trono, vestido de rey, y con Minseok de rodillas, ante sus pies, besando su mano. Luhan no quería admitirlo, pero se enamoró del cuadro al verlo y ahora estaba colgado en el salón. No le dio dinero de recompensa, no, le dio una sesión apasionante de sexo que Minseok jamás olvidaría. Pocas veces se veía a Luhan tan emocionado, y eso que él de por si era apasionado y participativo.
Imagínense como debió de estar Luhan, entonces, si de por si era de participar.
Minseok era feliz ¿Por qué no estarlo? Ganaba dinero, ayudando a Luhan a pagar la hipoteca de la casa y pudiéndose permitir caprichos de vez en cuando y hacía feliz a las personas con sus cuadros.
No podía estar más feliz con eso y, sobretodo, recibía halagos por parte de sus hermanos, pero también de Luhan el cual se notaba, y podía olerlo y escucharlo en su mente, lo orgulloso que estaba de él.
Si Minseok antes era feliz, ahora, lo era el triple.
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