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Edén ~ por BicthLVL100

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-¿Joder que ha pasado?...- casi grito la chica al mirar al muchacho entrar con aquel inflamado pómulo ocultado pobremente con sus manos. 

-El tipo se enojó conmigo, pero no fue mi culpa...- hablo Willy mientras se acercaba al espejo.- Era un cerdo que no logro que su verga respondiera adecuadamente...- dijo mirándose el rostro, verificando los daños causados por ese bofetón directo en su mejilla. 

-¿Qué esperabas? Con toda esa grasa me sorprende que hayas encontrado algo debajo de las lonjas...- la rubia se limitó a acercarle una toalla y demás para que limpiase su piel. 

-De cualquier modo tengo que quitarme esto, si jefe me lo ve...- 

-Le diré a Frank que traiga hielos...- propuso ella, pero antes de que se dirigiera fuera de los vestidores este continuo, no todos los días pasaba esto.

-Aún está atendiendo unas mesas, mejor ve con Elvisa a la barra y de paso me traes algo...- por suerte el lugar, gracias al tiempo que llevaba en él se las había arreglado para tener los suficientes conocidos para sobrevivir.

  

POV'S Willy~ 

-Vale como digas...- y solo escuche los tacones chocar contra el suelo mientras atravesaba aquellas cortinas y salía, Gema es una linda chica, muy linda con una piel bella y un cabello dorado... 

Sin embargo al igual que yo estaba atrapada en este lugar, este jodido infierno al cual la gente llama sin saber "Edén", bueno ese es el nombre del club pero... 

Este sitio es de todo menos un paraíso, por lo menos para los empleados, que si bien se nos trata "bien" y se nos da un salario no tan jodido. 

Igual muchos de nosotros ya no quisiéramos estar aquí... 

De hecho yo llevo diez años añorando que alguien o algo me saque finalmente de aquí... 

-Pero sé que eso no pasara...- suspire mirando mi reflejo en aquel espejo decorado con pequeñas luces purpuras alrededor, la hinchazón iba poco a poco bajando.

Pero mírenme, soy una zorra... alguien a quien le pagan por mover el culo y chupar a hombres por un par de billetes la hora, tengo veintitrés años y mido apenas 1.75, mi piel es opaca y mi cuerpo débil...

Soy una muñeca, algo usado... no podría salir de aquí...

No conozco nada mas, he estado aquí tanto tiempo... 

-Hey Guille...- la voz de mi compañero Staxx me tomo por sorpresa, apenas y me di la vuelta ahí estaba el con un pequeño vaso y una bolsa con hielos. 

-Frank, ¿has terminado?-

-No, pero Gema dijo que necesitabas esto, Elvisa te lo manda con un toque especial...- dijo entregándome las cosas con una sonrisa en el rostro, a veces me sorprende que tenga ese buen humor y no sufra jaquecas con todo ese ruido. 

-¿Cuánto te queda?- aunque desde que lo recuerdo él siempre ha sido demasiado tolerante, aún más que yo. Es por eso que el ese mesero y convive con la gente y yo me dedico solo a mover el culo. 

-Se supone que solo unas mesas mas pero, pero creo que llego un empresario y...- deje escapar un suspiro, los tipos ricos son los as exigentes, me sorprendió mucho la primera vez el saber que sus favoritos eran los chicos más jóvenes, y algunos otros preferían servicios de chicas... muy muy jóvenes. 

-De todas maneras nos vemos para la cena...- me despedí rápidamente, ambos teníamos cosas que hacer en este infierno, y yo tengo que apurarme si no quiero que esta noche me reprendan por "hacer el imbécil" en lugar de satisfacer a la gente; A veces quisiera cambiar de lugar con Staxx, tener un momento de calma y solo ir de aquí allá con una charola y una sonrisa... 

Pero luego recuerdo que "meserear" es más que eso... y agradezco mi puesto, después de todo a mí no pueden tocarme. No sin un pago extra...

 

POV'S Frank~ 

Y aquí estoy de nuevo, caminando entre mesas, sonriendo y sirviendo con elegancia y rapidez cada trago y aperitivo mientras las miradas de los presentes se posan en mí, más que nada en mi cuerpo, exactamente en el pequeño y apretado bóxer negro que llevaba puesto que casualmente se amoldaba perfectamente a mi figura solo acompañado por un par de muñequeras que adornaban mis manos, pero después de todo el que enseña vende.

Vodka y vino tinto, mi mescla favorita en los últimos días, el olor de mil y un perfumes invadiendo a la vez mi nariz, mareándome, atacando de golpe mi cabeza al igual que el rugir de aquellas bocinas al compás de la música a tope. 

No es el mejor trabajo, de hecho pero es lo que me da de comer... 

Aun así este día no fue el mejor, de hecho esta mañana al venir de la tienda un imbécil casi me arrolla con un auto lujoso, aunque el morir debajo de un deportivo no sonaba tan mal, me limite a gritarle un par de cosas y patear el cofre antes de retirarme lo más rápido posible. 

Recorro la mirada a aquella enorme sala, repleta de gente, hombres en su mayoría altos, gordos, jóvenes y viejos siempre es igual. 

-Gracias guapo...- escuche la voz de aquel sujeto mientras entregaba los shots, seguido de una pequeña propina, he de decir que no todos son unos cabrones rastreros, muchos de ellos de hecho dejaban una buena propina. 

-Ugh...- sin embargo otros... 

-¿Qué te parece si te llevo a mi departamento...?- me gire la vuelta después de sentir aquella palmada en mi trasero, un vejete del tamaño de una masa peluda me miraba con esos ojos ebrios y asquerosos mientras una sonrisa horrible se posaba en su rostro sudoroso. 

-Lo siento cariño me confundes, yo solo sirvo los tragos...- respondí con un tono amable y con la mejor sonrisa que tuve, me he vuelto experto en esto de soportar gente, ebrios en su mayoría. Me costó al principio pero después de cierto tiempo el odio simplemente se "calmo".

-Pero con esas pintas de puta y mi billetera ¿cómo podrías decir que no?- escuche aun hablar al vejete mientras tomaba la charola en mis manos y me retiraba de ahí, no sin antes regalarle una mirada amable de nuevo. 

-Imbécil...- susurre a mí mismo después de que me diese la vuelta y dejara aquella bandeja en su lugar, estuve un par de minutos en silencio mirando a mí alrededor, la noche apenas comenzaba y los ánimos apenas se calentaban

-¡Hey, #36 necesito tu culo acá...!- el grito del gorila en turno a cargo de la seguridad interna grito mi "nombre" haciéndome girar de inmediato. 

-Aun atiendo las mesas de...- intente hablar sin embargo me tomo del hombro guiándome hasta lo que yo note era la zona vip. 

-¡Dije ahora...!- finalmente me soltó cuando estuvimos frente a esa cortina de terciopelo oscura, la música podía escucharse un poco las baja en esta parte y el ambiente se tornaba más "personal". 

-¿Es el ricachón?- alcé una ceja, a mí nunca me tocaban estos clientes, por lo menos no por más de unos segundos, estos siempre preferían la compañía de las chiquillas mas jóvenes. 

-Esta ebrio ya, se portó mal con las chicas creo que tu podrías calmarlo...-hablo indiferente mientras miraba de reojo su móvil, y enviaba un par de textos. 

-¿Por qué no solo lo echan y ya?-

-Es uno de los empresarios más reconocidos en esta zona, ¿tú qué crees que el jefe nos haría si sabe que echamos a patadas a un tipo de su clase?...- es un buen punto, si el tipo se enoja nos jodemos todos, Y no me apetece estar "castigado" este mes.

-No soy un bailarín, tampoco yo...- balbucee al notar como poco a poco íbamos adentrándonos a la sala. 

-Si pero eres bueno tratando con ebrios...- hasta llegar a una habitación con una cortina beige.- Y este es tu trabajo, así que o me ayudas con esto o le diré al jefe que estuviste muy inútil esta noche...- me entrego una botella de champagne con una sonrisa perversa y justo después sentí un golpe que me empujo directo adentro de aquel lugar. 

-Con pedirlo por favor hubiese bastado...- resople justo antes de entrar de lleno a la habitación, luces bajas de neón en un tono rojo cereza alumbraban pobremente las paredes cubiertas en aquel tapiz oscuro que combinaba a la perfección con las cortinas de terciopelo negro y la alfombra del mismo color.

Cruce otro par de cortinillas de pequeños cristales hasta que aquella voz me dio la "bienvenida". 

-Dije que no quería a más de esas zorras plásticas...- un vaso rozo por milímetros de mi cabeza antes de quebrarse contra la pared; se escuchaba molesto, y su tono me daba la razón en eso de que de verdad estaba ebrio. 

Bien Frank, respira... es trabajo, si Guille puede con ello día a día tu también... 

-Cariño no hay porque gritar, y solo una de ellas estaba operada...- comente relajado, acercándome al pequeño mini bar y destapar la botella que convenientemente mi amigo me había entregado. 

-¿Tu quien carajos eres? No recuerdo haber pedido una maricona...- suspire hondo en mi cabeza mientras me dedicaba a servir en la copa y volverme hasta él. 

-No soy un "trabajador manual" aun así, me dijeron que necesitabas sentirte mejor...- respondí entregando la bebida en sus manos.- Y mi amigo en la barra tiene mil y un tragos milagrosos que te harán sentir mejor...- seguida de mi sonrisa de "espero y me des una buena propina por esto maldito bastardo"* 

Dio un par de sorbos mientras me miraba de arriba abajo, apenas y podía verle debido a las luces sin embargo pude notar su cabello oscuro ligeramente despeinado, además de aquella barbilla desarreglada, no parecía el tipo de hombres que tienen puñado de dinero y gente a sus pies, pero su traje elegante con corbata suelta me dejaban un poco en duda. 

-Bien...- dijo después de un par de tragos, antes de dejar de lado aquel vaso y volverse a mí con una sonrisa entre dientes. Ahora estaba más calmado, bien creo que mi trabajo está listo. 

-Entonces, si te sientes mejor puedo enviarte a mis amigas y...- estuve a punto de girarme cuando sentí su mano atrapar mi brazo con brusquedad. 

 

~~~~~~~~~~~~~~

 

-Ven aquí...- ordeno el empresario justo antes de que el chico pudiese moverse o siquiera protestar. 

Había decidido desde hace un buen rato que quería una compañía especial, y ahora gracias al destino tenia a este chico ante su mirada solo para él. 

Sus ojos lindos y brillantes, además de su piel y la figura de su cuerpo que se resaltaba gracias a la casi escasa ropa en su cuerpo, era perfecto. 

-Sí, si guapo como digas...- este a su vez intentaba no tartamudear, estaba acostumbrado a ese tipo de "tratos" más sin embargo nunca pasaban de ofertas, el en realidad no quería "servir" de esa manera.

-Date la vuelta...- demando, soltando la mano de su mesero, este obedeció sin pensarlo, girándose en otra dirección para complacer el capricho del sujeto. 

Una pequeña risa por parte del mayor lo saco de lugar., 

-¿Disculpa?...- pregunto volviéndose hasta el ahora contento hombre de negocios que solo le dirigió una sonrisa.

-Incluso tu culo es mejor que el de aquella tipa...- dijo finalmente con aquel tono burlón entre sus dientes y esa sonrisa de lado.

 

POV'S Frank~ 

Oh este tipo está loco, eso o ya está muy ebrio, en lo personal me gusta creer que todos en el mundo están locos, solo que unos lo demuestran más y mejor que otros. Aun así no terminaba de ganarse mi confianza este hombre, estar solo con él en este lugar... no sé si aquel gorila podría salvarme si este tipo se pone agresivo.

Después de todo es por eso que nunca tome el trabajo junto con mi amigo Guillermo, no quisiera que alguien me lastimara, no otra vez... me da miedo. 

-Ven aquí...- de nuevo ese agarre en mi muñeca se hizo presente, presionando y jalándome hasta el haciéndome caer sobre sus piernas. 

-Ugh, disculpa te dije que no soy un...- intente hablar además de levantarme pero su mano rodeando mi cintura me lo impidió; Que extraño, su perfume... es de alguna manera tan... delicioso... su aroma. 

-Serás lo que yo diga que seas, page por ti...- le escuche hablar mientras me acercaba cada vez más y más a su cuerpo. 

-¿Qué?- casi grite, no sé si fue por la noticia o por como comenzaba a tocarme. 

-Tú y yo ya nos conocimos, en el estacionamiento...- un momento, entonces... él, en la mañana. 

-Oh, tu... ups...- Joder entonces, estaba molesto... tal vez quería revancha por lo de hace rato, en todo casi eso significa que estoy jodido.

-Mi amigo allá afuera me dijo que no eras de "servicio personal" lo cual fue una pena, pero aun así dijo que te traería a mí por un dinero extra...- o tal vez alguien más estará jodido tan pronto yo me libere de este tipo.

-Hijo de...- estuve a punto de levantarme y salir en busca de aquel gigante pero de nuevo el agarre de mi cintura me detuvo. 

-Ahora silencio, quiero verte...- le escuche hablarme al oído mientras sus manos se aproximaban poco a poco hasta mi pecho, tocándolo, acariciándolo.

-Sentirte...- y su boca se posaba en mi cuello, atacándolo con pequeños besos. 

-¿#36?- pregunto curioso al finalmente notar aquella placa en mi cuello.

-Puedes decirme Frank...- hable intentando esconder el temblor de mi voz, pero por alguna razón algo me hacía creer que él ya sabía lo aterrorizado que estaba.

 

~~~~~~~~~~~~~~

 

-Detente... dije que yo no...- reclamó el chico al sentir como las manos del hombre se deslizaban por todo su pecho, acariciando cada parte expuesta. Y como no aprovecharlo, su escasa vestimenta dejaba a la vista la mayoría de su piel. 

-Cállate...- ordenó, al momento que su dedo índice acariciaba su pecho, bajando suavemente hasta su vientre, deteniéndose justo en su pelvis. 

-Espera...- Frank balbuceo e intento alejar su mano de su cuerpo, pero un beso repentino y una mano atrapar su muñeca con brusquedad detuvieron el proceso. 

-No...-Lento pero agresivo, el movimiento de su lengua profanar su boca de aquella manera tan descarada poco a poco logro que su cuerpo respondiese a cada caricia.

-Mira que tenemos aquí,- se burló cuando finalmente sus labios liberaron a los del muchacho y froto su entrepierna.- Dices que no trabajas en este tipo de cosas pero tu cuerpo responde...- hizo énfasis notando el pequeño bulto que poco a poco comenzaba a tomar forma y recalcarse más en aquellos pequeños boxers.

-Me gustas...- Frank sintió el cálido aliento de su acompañante chocar contra su cuello, 

-Te quiero para mí...- el olor a alcohol en su aliento y el perfume de su colonia invadieron su cabeza, mareándole, 

-¿Qué dices?...- perdiéndose en aquella pequeña oleada de placer que hacía que no pudiese responder nada más ante aquellos roces. 

-Voy a tratarte bien...- sin embargo aquella voz en su cabeza, llámalo conciencia. Le recordó de golpe que aquello no podía ser así, no podría darse un lujo o una sentencia de aquel tamaño con un desconocido. 

-Yo...- apenas y logro que el mayor se distrajera para poder levantarse de sus rodillas y darse la vuelta, ante la mirada molesta del sujeto que ni siquiera se tomó en mirar. 

-Yo... tengo que irme...- este solo pudo mirar en silencio como su acompañante salía a paso rápido, deslizándose entre las cortinas para simplemente desaparecer de su vista. 

Aun así, y después de esa "mejor" vista de su acompañante, la decisión había sido tomada en su cabeza, lo quería, lo deseaba no importa si en la ruina se quedaba; conseguiría el cuerpo de ese chico para su uso exclusivo. 

Nadie le dice que no a él...

 


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