Realismo
Dos azabaches se encontraban caminando en el plantel educativo, ambos de ojos ónix y morenos. El más alto tenía una sonrisa falsa en el rostro y el otro moreno poseía una mirada seria y penetrante. Ambos traían la mochila colgando de su lado derecho. Se acercó a ellos un rubio de ojos azules y cabellera larga, cuando estuvo a la altura de ellos se posicionó al lado del azabache más serio.
-Creo que tenías clase, Deidara -comentó el moreno de mirada seria al rubio.
-Y yo creí que tú ibas a entrar a todas tus clases, Sasuke -contraatacó el rubio.
-Eso no te debería importar.
-Te digo lo mismo.
-¿Qué les parece si vamos a algún lado saliendo de aquí? -dijo el más alto de los tres ahí presentes.
-Hoy me iré directo a casa, no tengo humor de estar con alguien -respondió Sasuke a la pregunta planteada por su primo.
-Yo tengo mucha tarea que hacer, Konan nos dejó demasiada tarea para mañana -Deidara fue quien ahora habló -gomen, Sai, pero lo está exigiendo para tener derecho a examen en el parcial.
-No hay problema, yo me voy con Deidara, nos vemos Sasuke.
-Si, adiós.
Sasuke dio media vuelta y avanzó camino contrario al que iban su primo y su amigo, al llegar a la esquina esperó a que pasara el camión que lo dejaría a mitad del camino a su casa, no iría aún a casa, iba a verse a si mismo en un viejo camino.
Por el otro lado, Sai y Deidara caminaban a la estación de trenes para ir directo a casa ambos, en el camino iban platicando de trivialidades.
-Sai, Sasuke está comenzando a adelgazar, ¿no lo crees?
-Un poco, pero es más terco para comer que yo, es más terco en todos los aspectos.
-Lo sé, pero al parecer la noticia le a caído pesada.
-A mi también me dolió un poco y no soy él.
-Ya han pasado varios meses desde eso, me es increíble que casi no entrando a clases tenga mejores notas que tú o que yo.
-Es necesario que él lo supere solo, no podemos hacer nada por él.
-Ya va a cumplir los 17, yo diría que hay que hacer algo por él.
-Para, va a ser muy difícil hacer algo que lo alegre.
-Pero no es imposible, conocemos a Sasuke mejor que nadie, creo que podríamos lograr alegrarlo un poco.
-¿Que propones?
-Vallamos a esa ciudad.
-¡Estas loco! Se pondría peor.
-Hay que hacerlo.
-Conozco a mi primo mejor que a mi mismo y sé que se pondrá mucho peor si vamos a Hakadote por su cumpleaños número 17, no es buena idea hacer eso, Deidara.
-Es mi mejor amigo, no voy a dejar que esta fecha pase tan desapercibida, no quiero ver más así a Sasuke.
-No, no y no. No podemos hacer algo así, sería el detonante final para que hiciera alguna locura.
-Ya ha pasado suficiente tiempo desde que encontramos a Sasuke tirado en su habitación con las muñecas completamente sangradas, es momento de que olvide lo que pasó con Naruto y que avance, que reaga su vida de nuevo.
-Sé que ves a mi primo con otros ojos, Deidara, después del incidente con tu amigo hace 2 años, tomaste como apoyo y soporte a Sasuke, pero ambos sabemos que aun lo ama... Aunque ya hayan pasado 7 meses de la noticia nadie puede asimilarlo tan bien y fácil.
-Pues él demuestra lo contrario, se ve demasiado normal y tamb... -fue interrumpido.
-¡Callate! Ahora comprendo porque Sasuke te golpeó hace 5 meses cuando se cumplió 2 meses de que se enteró.
-Tsk... Tú que sabes, no eres nadie para decirme algo.
-Sasuke te detesta.
Lo único que se escuchó fue el sonido sordo que se provocó cuando el rubio golpeó al azabache en la cara casi cayendo a la banqueta.
Se encontraba en la misma plaza comercial en la que caminaba siempre que quería pasar un tiempo con él mismo, llevaba casi 2 años paseando por esa plaza, él solo y con tantos pensamientos en su cabeza.
La gente era poca, como la mayoría de veces que iba, la misma señora limpiaba los pisos una y otra vez, los juegos para niños estaban solos, la gran tienda desprendía el mismo tono de luz de costumbre, y las tiendas con cosas inservibles estaban tan vacías como el gran desierto de Sahara.
Hoy se cumplían 7 meses desde que se había enterado la terrible noticia sobre Naruto, su Naruto, su amado rubio. Hace 7 meses que se había enterado que su adorado rubio estaba muerto. Habían pasado todo tipo de cosas, pero nunca creyó que al poco tiempo, aún, escucharía esa tan terrible realidad.
Diario veía la única foto que tenía con su hermoso rubio, ambos sonreían de oreja a oreja y demostraban estar realmente muy felices. No comprendía que es lo que había sucedido para que su encantador novio muriera. Nunca quizo saber con detalle que es lo que había sucedido en realidad. Él recordaba claramente cuando le dieron la noticia.
Sonaba el celular sin parar, un azabache desganado lo tomó y vio que era un número desconocido pero que tenía la lada de Hakadote, así que contestó sin más.
-Moshi Moshi
*Con Uchiha Sasuke
-Al habla
*Buenas tardes joven Uchiha, me presento como Hoshigaki Kisame, soy investigador de la... -fue interrumpido por la otra línea.
-Al grano, por favor, no poseo el tiempo necesario como para que se valla por las ramas.
*Disculpeme, a lo que hago esta llamada es que el joven Uzumaki Naruto lo puso como principal beneficiario de todas sus pertenencias en caso de que él falleciera, así que hago esta llamada para informarle que... -el siguiente sonido fue la caída del móvil al suelo.
No se lo podía creer, sin que se diera cuenta estaba llorando, caían lágrimas en su hermoso rostro de porcelana, descendían por sus mejillas y hacían su recorrido hasta llegar al suelo.
-Na... Naru... to... -lo que siguió fue un grito y la imagen que se vio era a un joven que caía de rodillas en el pavimento -por qué lo hiciste...? por... qué?
Continuará...