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De demonio a ángel. por DarkSweetLady

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Notas del capitulo:

Hola gente chula hermosa!! 

Primero que nada una disculpa por haberme atrasado tanto!! Se me ocurrio meterme a un grupo de dance cover y ponerme a hacer ejercicio, así que se redujo mi tiempo aparte de que los ensayos son brutales ;A; y tuve una presentación, hice el oso xD y pues con todo a penas he podido escribir bien, sobre todo este fic que deje un poquitin de lado, porque creí que tenía más del capitulo escrito y pues oh sorpresa no era así ;__; ya prometo que me pondre a trabajar >.< 

Lo he pensado y las actualizaciones de haran los miercoles a más tardar juves ;) 

Gracias por leer!! y por sus preciosos rw los amo!! 

Disculpen las posibles faltas >.< 

Sin darse cuenta pasó otro mes, Kazunari había logrado controlar sus cambios de humor y no había ido al hospital, pero ahora su pancita comenzaba a hacerse notar y él estaba de alguna forma tranquilo por ello, pues eso significaba que su pequeño estaba creciendo bien en su interior.

Había hablado ya con el director de la escuela donde enseñaba y este le había dicho que no se preocupara, que llegado el momento le daría el tiempo de reposo necesario para que pudiese tener a su bebé. Sus compañeros profesores se mostraron muy contentos y lo felicitaron.

Subió al metro con una sonrisa mientras tarareaba una canción, una chica le cedió el asiento y él le agradeció con una sonrisa, que su embarazo comenzara a notarse tenía sus grandes ventajas. Tres estaciones después se bajó. Camino con tranquilidad hasta el hospital después de haberse asegurado de que iba a tiempo para su cita.

Qué extraña se tornaba a veces la vida, él que muchas veces había terminado con la vida de hombres y mujeres ahora estaba ahí, emprendiendo la aventura de dar vida. Sin duda era extraño. Cuando pensaba en las vidas que había arrebatado, en realidad no se sentía culpable, por alguna razón todas sus víctimas habían sido de cierta forma malas. Como aquel hombre que fue mandado a matar por su suegra, la señora estaba desesperada porque acabaran con la vida de aquel mal nacido que había hecho a su hija abortar, era un hombre que no merecía vivir y Takao lo había comprobado la noche que lo mato. Y como ese eran todos los casos, todos excepto: Kagami Taiga.

Llegó al hospital y se dirigió al piso de obstetricia; al llegar habló con la señorita para confirmar su cita, la enfermera le indico que lo llamarían y que por favor tomara asiento. En la sala de espera había otras chicas y chicos en su mismo estado, todos con una pancita más grande que la suya, y todos acompañados de sus parejas. Se sintió algo solo, pero no lo estaba, su pequeñito estaba con él, lo estaría siempre. Acarició su vientre solo para asegurarse.

-Takao Kazunari

-Sí, aquí

Se levantó rápido y siguió a la enfermera hasta el consultorio.

-Por favor tome asiento en un segundo viene el doctor.

-Gracias.

El consultorio tenía muchos plotters acerca del desarrollo del embarazo, de bebés, lactancia y demás. Había también dibujos de cigüeñas y biberones.

-Buenas tardes – Kazunari volteo para encontrarse con su médico – Siento la tardanza.

-¿Eh? ¿Shin-chan? – Preguntó sorprendido -¿De verdad eres tú? ¡Qué pequeño es el mundo!

-¿Takao? – El doctor lo miro igual de sorprendido – Japón es un pañuelo. Me alegra verte, felicidades por tu embarazo.

Kazunari soltó una carcajada.

-Quién diría que el orgulloso de Shin-chan se dedicaría algo tan noble ¡Y con lo mal que se te da ser cariñoso!

-Cállate Takao – El doctor Midorima Shintaro, obstetra reconocido y recomendado, aun con su carácter serio y sus cabellos como ojos verdes, lograba transmitir a las futuras madres una gran seguridad, de ahí que Takao decidiera ir con el tan afamado médico – Déjame ver tus análisis.

Kazunari le tendió las hojas de los análisis y el peli verde las leyó con calma. Luego comenzó a hacerle una serie de preguntas que el peli negro se encargó de responder cada una. Realmente se sentía feliz de tener a Shintaro como su doctor, confiaba en él, después de todo lo consideraba un amigo de confianza aunque hubiesen pasado años desde la última vez que se vieron cuando estaban en preparatoria.

-¿Quisieras ver a tu hijo? – pregunto Shintaro serio

-¿Se puede? ¿De verdad? – Kazunari se emocionó al instante – Eso sería fantástico Shin-chan-sensei.

-Ugh, no agregues el sensei si vas a llamarme de esa forma – Shintaro se levantó – Ven por aquí, te haré un ultrasonido.

-Como tu prefieras Shin-chan – Kazunari lo siguió – Pensaba que los ultrasonidos solo podían hacerse hasta que ya se tenía la panza a reventar.

-Que tonto eres Bakao, pero eso no es sorpresa viniendo de ti.

-¡Qué cruel!

Shintaro lo llevo a donde había una camilla junto con otros aparatos. Kazunari comenzó involuntariamente a moverse ansioso.

-Déjate de mover tanto – le ordeno Midorima – recuéstate y levántate la camisa.

Mientras Kazunari hacía aquello, el peli verde se encargó de preparar todo lo necesario. Cuando Kazunari estuvo listo sobre la camilla se sentó a su lado y comenzó con el ultrasonido, le explico lo que veía o debería ver, el tamaño del bebé, lo que ocurría y lo dejo escuchar el acelerado palpitar del pequeño corazoncito. Kazunari se puso a llorar de la pura emoción.

-Por cierto Shin-chan – habló Kazunari ya después de terminado el ultrasonido – He tenido muchos cambios de humor, eso es normal ¿verdad? No hay nada malo con mi bebé.

-Tu bebé está bien, ya lo has visto con tus propios ojos – le tranquilizo Midorima – los cambios de humor, los antojos, todo ese tipo de cosas varían en el embarazo según cada persona.

-Ahh me devuelves la paz – Kazunari sonrió con dulzura – creía que andaba algo mal ¿sabes? Porque es mi primer embarazo.

-Sí, supuse que lo era – Midorima se masajeo las sienes, había olvidado que al pelinegro le daba por decir obviedades – Cómo sea, ya sabes todo lo que debes hacer, cualquier duda, que sea coherente e importante, puedes consultármela. La enfermera te dará tu próxima cita. Y felicidades nuevamente por tu bebé, a ti y tu esposo.

-Gracias Shin-chan – Kazunari le devolvió una sonrisa triste.

Midorima asintió sin poder descifrar aquel gesto, en la facultad le habían enseñado leer ultrasonidos no sonrisas falsas, a parte los problemas personales de Takao no eran sus problemas ni tenía derecho de meterse o preguntar. Respetaba la vida privada de su paciente.

Kazunari se levantó y se fue. Hacía un tiempo que no sabía de Kagami, Tooru insistía en que debía de buscarlo nuevamente, él por supuesto no quería, incluso le había ocultado al castaño que durante todo ese tiempo Kagami había intentado hablarle varias veces por teléfono. Era mejor así.

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Que fastidio. Esas eran las únicas palabras que se repetían en su cabeza ¿Por qué había accedido a visitar a sus “amigos”? Ahora ya no lo recordaba, pero ya que estaba ahí, mejor verlos. Toco el timbre del departamento esperando a que le abrieran, nada paso, toco nuevamente y nuevamente nada ocurrió, estaba a punto de irse, de dar la vuelta y olvidar aquello. No pudo, una mano morena lo jaló al interior. Tuvo que cubrirse la nariz al instante en que cruzó, todo el lugar apestaba a alcohol y estaba lleno de botellas vacías, cosas rotas y comida desperdiciada. Un horror.

-Tienes que ayudarme Midorima – le dijo Aomine con desesperación – Es un asunto urgente.

Midorima se adentró en el departamento. Sobre la mesa de la sala estaba Kagami tirado durmiendo, en una mano tenía una botella en otra la fotografía de Kuroko. Midorima se extrañó al verlo, de su círculo de amigos era quien menos esperaría ver así, podía creerlo de Aomine pero no de Kagami.

No espero explicaciones, fue directo a la cocina por un vaso de agua y se lo tiro a Kagami en la cabeza haciéndolo saltar de su cómoda posición para luego mirarlo con enfado.

-No me interesa que está pasando, levántate, date un baño, aféitate esa fea cara y regresa – Midorima estaba enojado se le veía y Kagami obedeció, cuando Kagami se metió al baño, el peli verde se volteó hacia el moreno – No te quedes ahí parado, ordena.

Daiki no se quejó y solo hizo lo mandado, acomodaron limpiaron, abrieron las ventanas para ventilar mientras esperaban a que el pelirrojo saliera. El moreno también aprovecho para contarle acerca del reciente divorcio del pelirrojo, Midorima comprendió enseguida e incluso recomendó demandar, una idea que Taiga ya había descartado. Según Daiki, Kagami había entrado en una severa depresión desde el divorcio más aun cuando el susodicho Kuroko no había siquiera peleado por salvar el matrimonio, ni exigido saber las razones de tal petición, ni nada, no había buscado a Kagami para nada y eso le había puesto mal ¿qué otras señales necesitaba para saber que nunca le había importado?

Midorima escuchaba atento y asentía de vez en cuando tratando de procesar aquello. Muchas nuevas noticias, definitivamente debía contactarse más con sus amigos.

-Entonces ¿Para que necesitaban mi ayuda? – Pregunto Midorima serio – Soy obstetra no psicólogo.

-Por eso te llamamos, porque eres un obstetra – contesto Kagami sin ganas entrando a la sala con ropa deportiva – Tu atiendes embarazos ¿no?

-Dime algo menos obvio, Kagami – replico el peli verde.

-Bueno, el caso es que Kagami será papá – soltó Daiki haciendo que Midorima comenzara a ahogarse con su saliva – El problema es que el muy Bakagami dejo ir al chico que embarazo y ahora este no lo quiere ver. Por eso supusimos que tal vez tú o alguno de tus contactos debía atenderlo.

-Sí, eso – Kagami se palmeo las mejillas – necesito encontrarlo y hacerme cargo, hace un tiempo que intento llamarlo, las primeras veces contestaba y ahora me manda directo a buzón de voz, estoy desesperado Midorima.

-Si me dan su nombre algo puedo averiguar – Midorima los miro con el ceño fruncido – Supongo que no es Kuroko a quien preñaste.

-No es Kuroko – aclaró Daiki – es un chico con el que paso una noche de copas.

-¿Y su nombre es?...

-Takao Kazunari.

Midorima volvió a atragantarse con su propia saliva. ¡Kagami era el padre del bebé de Takao! ¡Kagami! ¡Con Takao! Tosió por largo rato hasta que se pudo estabilizar.

-¡Eres el padre del hijo de Bakao! ¡Eres un irresponsable Bakagami!

-¿Lo conoces? – pregunto Daiki, ya que Taiga solo veía hacía el piso - ¿De verdad?

-Soy su médico, de hecho hoy tuve consulta con él.

-¿Puedes darme su dirección? porque la tienes ¿no? – Kagami por fin hablaba, un poco más entusiasmado

-La debo tener, sin embargo no te la daré – Dijo Midorima mientras se sobaba las sienes – Primero hablare con Takao.

-No querrá hablar conmigo aunque tú se lo digas – dijo Kagami nuevamente decaído – Está muy enojado.

-Takao me hará caso, por muy enojado que este – Le aclaró Midorima sorprendiéndolos – Intentare llamarlo para verlo antes de su cita.

-Parece que lo conoces muy bien ¿no? No estarás engañando a Miyaji  ¿o sí? – le acuso Daiki con una sonrisa pícara.

-Te pediría que no dijeras estupideces, pero en ti es normal – Midorima resoplo – Es un ex compañero de la preparatoria, se podría decir que incluso amigo mío y por cierto, Takao solía llevarse muy bien con Kiyoshi.

-¡No juegues! ¿Por qué nunca me lo presentaste? – Pregunto Daiki – Le pude haber hecho el hijo antes que Bakagami.

-¡Deja de decir estupideces Ahomine! – le grito Kagami y luego se volteó con Midorima – Por favor habla con él, dile que lo siento mucho y que por favor me permita hacerme cargo.

-Lo hare Bakagami.

Midorima se levantó del sillón donde estaba y se encamino a la puerta. Tokio a veces le parecía tan pequeño.

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-Tooru-chan ¿Por qué vamos en camino a la casa de Tatsu-chan? – Pregunto Takao comiendo unas papitas fritas – ¿Otra vez tu sentido de cupido?

-No, solo que Tatsuya ha estado chingue y jode con que te llevemos al puto club ese, y a eso vamos, pasamos por él y te portas bien, que le tengo una sorpresita – Le aclaró el castaño.

-Supongo que no tengo opción.

-Si tirarte mientras el auto se mueve cuenta, entonces sí, tienes una opción.

-No voy a lanzarme, esa no es una opción Tooru-chan.

-Oh antes eras más divertido, lo habrías intentado…

-Eres un idiota, cómo voy a intentarlo cuando estoy gestando, piensa por favor – le reclamo Takao - ¿Qué sorpresa tienes para Tatsu-chan?

- Le presentare a un chico – Tooru sonrió – Un nuevo integrante de la mafia.

- Pero Tatsu-chan ya está enamorado ¿No? ¿De qué le serviría que le presentes a alguien más? – Pregunto Kazunari rascándose la barbilla – Aparte iremos a ver a ese chico que le gusta, sería como absurdo.

- Sí, iremos a verlo – Tooru sonrió de oreja a oreja y Kazunari dejo de preguntar, había comprendido a la perfección.

Llegaron a la casa de Tatsuya y este salió en seguida. Se le veía muy emocionado, lo que era raro e incluso gracioso considerando que el tipo nunca mostraba nada en su cara de póker. Dado que el club para madres primerizas estaba bastante cerca prefirieron caminar.

- ¿Estás listo Romeo? – Pregunto Tooru cuando visualizaron el club – Oye deberías dejar que las cosas fluyan, sería más fácil, que se den de forma natural y eso.Por cierto quiero que conozcas a alguien.

- Sí, dijiste algo de un colega para el asunto de Yamamoto – Contesto Tatsuya nuevamente serio – Pero eso puede ser después de esto. No necesito a nadie que me ayude.

- O al mismo tiempo.

Al llegar a la entrada se detuvieron al ver a un joven pelinegro bastante alegre cargando unas cuantas cajas. Himuro no dudo en acercarse a ayudarlo.

- Hey creo que necesitas ayuda – Le dijo Himuro tomando una de las cajas

- Otra vez tú – El chico le sonrió - ¿Cómo es que siempre apareces cuando necesito ayuda?

- Coincidencia, vengo a traer a un amigo – Tatsuya señalo a Kazunari y a Ôshima – Escuche que enseñan bien aquí.

- Sí… ¿Eres amigo de…?

- Buenas tardes – saludaron Tooru y Kazunari con una sonrisa.

- Ôshima- sensei buenas tardes – Saludo el pelinegro

- Izuki- kun que bueno verte -  Le saludo Tooru – Es bueno verte ahora, quisiera hablar contigo sobre trabajo.

- ¿Lo conoces Tooru? – pregunto esta vez Himuro bastante sorprendido.

- ¿Hablaremos del trabajo aquí? – pregunto a su vez Izuki.

- Claro que lo conozco, es Izuki Shun, el mejor de mi clase de química orgánica – Contesto Tooru y luego se volteó para ver a Izuki – No tienes que preocuparte, Tatsuya y Kazunari están al tanto del trabajo, de hecho realizaras tu primer movimiento con Tatsuya.

- Tooru- chan – Hablo Kazunari – ¿Él es algo así como mi reemplazo?

- Exacto Kazu, ya que tu no podrás seguir trabajando Izuki se encargara – Tooru parecía bastante animado, y estaba extremadamente feliz al ver la cara de confusión de Himuro, era bueno ver emociones en aquel rostro – Espero que no te moleste Tatsuya.

- Para nada, solo que creía que lo haría yo solo. Ya sabes que siempre he trabajado así.

- Bueno no es como que vaya a estorbarte – Dijo Izuki a la defensiva – Ôshima-sensei confía en que hare bien mi trabajo.

- No creo que vayas a estorbarme Shun, solo es costumbre, trabajo en solitario.

- ¿Shun? No me llames por mi nombre tan fácilmente – Izuki lo miro serio – Qué sea Ôshima- sensei quien decida.

- Discúlpalo Izuki-kun, Tatsuya es mitad americano tiene la costumbre de llamar a todos por su nombre – Tooru le indico a Tatsuya que dejara de discutir – Necesito que Izuki-kun vaya contigo, Yamamoto pidió algo con cautela, muerte rápida, un poco de veneno, es la especialidad de Izuki-kun.

- Bien entonces que él lo haga – Tatsuya sonrió – Lo mío es la violencia.

- Y por eso vas tú. Ya sabes cómo son esos hombres, agresivos y sanguinarios te encargaras de controlarlos si algo sale mal.

- Supongo que entonces no habrá problema – Izuki sonrió hacia Tatsuya - ¿O sí?

- Sí ese es el caso, no supongo que no habrá problema – Tatsuya le devolvió la sonrisa – Espero trabajemos bien juntos.

- Por cierto Izu-chan – Hablo Takao - ¿Contigo me registro para las clases?

- Oh claro disculpa, ven conmigo te explicare de que va el asunto.

Mientras Izuki y Takao caminaban platicando Tatsuya detuvo a Tooru con un semblante bastante serio.

- Disfrutaste verme fuera de contexto ¿cierto Tooru?

- Te dije que lo dejaras fluir, Shun es bueno no tienes que preocuparte por él y aparte te prometo que a partir de ahora tendrás mucho que hacer con él.

- No me gusta cuando siempre tienes razón, pero te hare caso… Solo asegúrate de que estemos juntos por trabajo de conquistarlo me encargo yo.

- Pareces más motivado que antes.

- Lindo por fuera, peligroso por dentro…es justo como me gustan.

Tooru y Tatsuya se sonrieron con complicidad.

-¡Hey chicos apúrense! – Les grito Kazunari - ¡La primera clase comenzara!

- ¡Vamos! – contestaron al unísono y comenzaron a andar. 

Notas finales:

Espero que les haya gustado!! 

Nos leemos!! 


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