En una bodega abandonada de las afueras de kyoto yacía un castaño dormido en un colchón que poco a poco comenzaba a despertar mirando confundido los alrededores de esa oscura habitación que solo estaba iluminada por unas pocas velas.
-Mmmmm –Restregó sus ojos parpadeando para acostumbrarse al cambio de luz, su vista se fijó en todos los detalles de ese pequeño espacio que solo contaba con una mesa, dos sillas y el colchón que estaba usando, de pronto se paralizo al recordar lo sucedido en el callejón- ¿D…dónde estoy? –Se preguntó con miedo abrazando su cuerpo, su vista buscaba esa sombra que apareció llevándolo pero no veía nada “Q…que era el, que está pasando” sin darse cuenta lagrimas caían por sus ojos al encontrarse en un lugar desconocido.
La puerta del lugar fue abierta acelerando el corazón de kouki quien vio entrar una sombra a la habitación.
-Al fin despiertas –Una sonrisa maliciosa apareció en el rostro del desconocido que lamia sus labios al ver esa sensual imagen, esos orbes chocolate que lo miraban con terror mientras caían lágrimas en sus ojos que se perdían en su tembloroso cuerpo- Me tenías cansado de esperarte –Se acercó a la luz revelando una plateada cabellera.
-¿Q…q…quien…er..er..eres? –Pregunto refugiándose en la pared en su espalda, su cuerpo temblaba con más fuerza al ver esa mirada lujuriosa en su persona.
-Jeje ¿quién soy? –Se acercó arrodillándose en el colchón- Soy el que disfrutara de tus servicios un rato –Tomo las piernas del castaño tirando de él, para dejarlo debajo suyo provocando que el terror se reflejara en el rostro del menor- Ese rostro me enciende putita –Lamio sus labios acercando su rostro a ese dulce chico que comenzó a forcejear asustado.
-S…suelta..me –Kouki forcejeaba con terror al sentir el peso del cuerpo sobre el suyo, su entrepierna chocaba contra el endurecido miembro del peliplata que sujetaba sus manos con fuerza lastimándolo.
-Quedarte quieto –Con una mano contuvo las del castaño mientras que sus pies sellaban los forcejeos de ese cuerpo, acerco su rostro nuevamente para besar esos rosados labios pero el castaño corrió su rostro enfureciendo al peliplata.
-Eres un –Con fuerza golpeo el rostro del cachorro rompiéndole el labio, lágrimas de dolor y miedo seguían cayendo sin poder moverse bien, el peliplata furioso por el rechazo golpeo con furia ese rostro que solo podía llorar ante el dolor que sentía, cuando vio que todo rastro de forcejeo desvaneció de ese cuerpo tomo la barbilla ensangrentada y capturo con fiereza esos labios que tenían un gusto a sangre que no le importo al peliplata, quien devoraba esa cálida cavidad con hambre excitándose aún más.
-Mmmmm –El cachorro sentía repulsión ante esa lengua que perseguía la suya entrando en un violento beso, su entrepierna era frotada por ese miembro que deseaba penetrarlo, el aire desapareció de su cuerpo justo al momento que su atacante abandono sus labios dejando que escapara un sollozo.
-Así me gusta –Se lamio los labios ante la vista, las mejillas sonrojadas de sangre y esos ojos con miedo era única y deseaba causar más estragos en ese cuerpo, por lo que dijo- Tu ex tenía razón, eres una puta de primera –Sonrió al ver como cambio el semblante del castaño.
-Q..u.. –El castaño procesaba lo dicho por el peliplata “Tu ex” pensó y el rostro del pelirrojo apareció en su mente- N…no –Lagrimas nuevas caían por sus mejillas y sonidos de dolor escapaban en su interior, siendo callado por esos fieros labios que bajaban por su cuello mordiendo su piel.
-Como me enciendes –El peliplata saboreaba esa piel a su merced, removió la ropa del castaño para abrirla y ver ese hermoso cuerpo, estaba tan sumergido en el placer que no se percató de un pequeño aparato en el interior de la chaqueta que parpadeaba.
La mente del castaño era un caos, su cuerpo comenzó a temblar y la falta de aire se hizo más notoria, su boca era profanada y su cuerpo temblaba aún más siendo ignorado por el peliplata que mordía sus pezones, la ansiedad y el miedo atacaban el cuerpo del menor quien comenzaba a apagarse sin poder evitarlo.
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En otra parte de la ciudad pasaban de las 5 de la tarde, la Kiseki se unió a sus amigos que seguían buscando como locos a furihata.
-Chicos –Kise fue el primero en llegar junto a satoru, que se dirigió de inmediato a yoru y sora que tenían un rastreador en sus manos- ¿Encontraron a furicchi?
-Si –Yoru se apartó de satoru quien era controlado por shiba y sora, sabían que el castaño estaba al borde de los nervios y lo necesitaban concentrado para rescatar al cachorro- Esta en las afuera de la ciud… –No alcanzo a terminar para ser tomado por el moreno.
-Cómo es que dejaron ir al chihuahua –Lo fulminaba con la mirada- Estaba con todos ustedes maldita sea.
-Cálmate ahomine –El tigre separo al moreno que estaba furioso- No tenemos tiempo de pelear, tenemos que encontrar a furi.
-Pero es-
-Basta –Satoru se recompuso al ver como perdían el tiempo- Yoru nos vamos, ko puede estar en peligro –Se subió al auto de reo sacando al chofer, dejando a todos sorprendidos, pero no dijeron nada y subieron también para ir por el castaño, el auto arranco velozmente para ir por el menor.
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En la bodega el cuerpo del castaño seguía siendo profanado, el peliplata tocaba cada parte del cuerpo desnudo del cachorro.
-Eres delicioso –Exclamo besando el miembro del castaño quien no se movía para nada, el peliplata subió para tomar esos labios nuevamente percatándose de la mirada vacía y sin vida del menor.
-Oye –Tomo la mejilla del castaño quien estaba sin expresión en su rostro preocupando al mayor- Oye responde, oye –Meneaba el cuerpo del castaño quien estaba quieto, se levanto acomodando su ropa para socorrer a su presa pero un sonido en las afuera lo alarmo, con rapidez miro por la ventana donde un auto se estacionaba, las puertas se abrieron revelando un variado color de cabelleras- Maldición –Salió de la sala dejando el desnudo cuerpo del castaño en el colchón, bajo saliendo por la parte trasera al mismo tiempo que los chicos entraban siendo encabezado por satoru y yoru.
-¿Este es el lugar, yoru? –Satoru miraba el área que estaba en pésimas condiciones.
-Sí, el radar muestra que acá esta furi-tan –Señalo la parte superior- Esta en el segundo piso.
-Vamos –Kagami se adelantó corriendo siendo seguido por satoru, yoru, reo, Kuroko, kise mientras que los demás montaban guardia en caso de que algo pasara.
Subieron con rapidez encontrándose con miles de puertas que llegaban hasta el fondo.
-Está en ese cuarto –Yoru señalo la última puerta del lado derecho, Satoru corrió para ir a buscar a su pequeño quien al abrir la puerta se encontró con una cruel vista, los otros llegaron detrás mirando la misma escena quedando paralizados.
-K..ko –Grito satoru entrando para socorrer a su hermano, que yacía acostado en el colchón desnudo, satoru tomo el cuerpo de su hermano quien tenía varias heridas y chupetones
-K…ko –Miro el rostro del menor que tenía el labio destrozado y su mejilla enrojecida por los golpes- Una ambulancia –Se giró para ver cómo estaban en shock- YORU –Grito el nombre de su amigo quien salió del shock para llamar una ambulancia, Satoru volvió su vista al rostro de su hermano quien tenía la vista perdida y sin vida, eso lo alarmo- Ko despierta vamos –Meneaba el cuerpo pero no tenía respuesta, solo el rostro sin expresión le indicaba algo, kouki estaba mal.
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En el bosque detrás de la bodega el peliplata miraba con recelo como su deliciosa velada fue interrumpida, “Maldición” repetía en su mente al sentir su miembro adolorido entre sus ropas, comenzó a caminar para alejarse del lugar recibiendo una llamada en camino, al mirar el visor este ponía “Boss” conecto la llamada.
-Hiciste el trabajo, Haizaki –La voz fría del otro lado puso en alerta al peliplata.
-Por supuesto date-san, dañe lo suficiente a furihata kouki como pidió –La sonrisa se expreso en su rostro.
-Buen trabajo, avisare a Akashi-sama te depositare el dinero cuando vuelvas-
-Está bien –Corto la llamada para sentir el sonido de las ambulancias cerca del recinto, “Esto no ha terminado, serás mío”, Sonrió con malicia al recordar ese sensual rostro lleno de lágrimas.
Continuara…