Seijuro llegaba a su mansión después de la intensa discusión con el peor error de su vida, el enojo y odio que sentía en su cuerpo era una clara muestra de lo estúpido que fue al enamorarse de ese chico que aparentaba ser inocente y amable, pero en realidad era un ser despreciable que solo buscaba dinero como le había advertido su padre, abriéndole las piernas a cualquier persona que se lo brindara, fue tan estúpido pero agradeció darse cuenta a tiempo antes de cometer la locura que tenía pensado hacer, con rabia saco el paquete de su bolsillo que era el objeto con el que le pediría matrimonio al castaño y que justo esa mañana llego a sus manos.
Enfurecido apretó dicho paquete guardándolo en su chaqueta al tiempo que entraba en la sala donde su padre yacía sentado, leyendo un archivo que dejo al sentir su presencia.
–Bienvenido Seijuro – Saludo sonriendo al ver a su hijo
–Estoy en casa, padre –Se acercó tomando asiento al frente de su padre quien dejo el archivo a un lado para mirar a su hijo.
–¿Estas bien? –Pregunto al sentir esa aura hostil que emanaba del pelirrojo menor.
–Mejor que nunca padre, me di cuenta que tus palabras eran correctas –Sonrió con superficialidad– Termine mi relación con Furihata Koki.
–Me alegra escuchar eso –Sonrió nuevamente– Viste que las personas de su calibre solo te buscan por tu dinero.
–Tienes razón –Concordó– No sé qué vi en ese chico, pero me alegra darme cuenta a tiempo.
–Si quieres puedo búscate a una chica de tu estatus –Le comento manteniendo la sonrisa– Justo ahora acababa de recibir una propuesta de matrimonio, con la hija del dueño de Tsuki Corp quien es una de las líderes en el país –Tomo el archivo dándoselo a su hijo quien lo abrió encontrándose a una chica de cálida expresiones, bastante guapa que se comparaba a una modelo de clase.
–Me agrada –Le devolvió el archivo– Si es bueno para la empresa no me opondré al matrimonio.
–Al fin hablas con lógica, hijo me enorgulleces –Guardo el archivo –Hablare con los padres de ella, informándoles que aceptamos la propuesta, te parece.
–Ok –Se levantó– te lo dejo a cargo padre, ahora me iré a dormir buenas noches.
–Está bien, descansa hijo –Sonrió al conseguir su objetivo de sacar a ese estorbo de su vida, por lo que de inmediato se puso en contacto preparando los planes de boda con el dueño de Tsuki Corp.
Mientras Akashi subía a sus aposentos ignorando todo esto, al llegar se sacó la ropa dejando el paquete para el castaño en la basura del baño junto a todo los obsequios que este le dio, botando así todo lo que le recordara a ese chico que oso jugar con él, una vez listo se bañó y acostó maldiciendo por última vez a ese chico que no volvería a ver en su vida.
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A la mañana siguiente en primero en despertar fue Satoru, quien sintió el calor a su lado recordándole los sucesos de la noche anterior “Ese mal nacido, me las pagara”, pensó determinado al ver como una pequeña lagrima bajaba por la roja mejilla de su hermano, quien hasta en sueños revivía lo sucedido con el pelirrojo dejándole un gran dolor en su alma, con cuidado subió su mano borrando el rastro de esa lagrima acariciando la frágil piel de su tonto hermanito, quien al sentir el contacto despertó lentamente encontrándose con la dulce expresión que su hermano le regalaba.
–Buenos días Ko –Saludo con una sonrisa al ver ese lindo puchero que siempre tenía su hermano al despertar.
–Buenos días, Sato-nii –Se levantó un poco refregando sus ojos mientras un pequeño gruñido se escapó de su estómago, gruñido que no pasó desapercibido por el mayor.
–Tienes hambre –Se levantó para ponerse las pantuflas que aguardaban en el suelo– Espera traeré el desayuno.
Salió de la habitación dejando al castaño con una leve sonrisa que se borró al recordar lo sucedido la noche anterior, sus labios se contrajeron sin poder evitarlo aguantando las ganas de llorar.
“No llores por él, no se lo merece koki” eran las palabras que cruzaban por su mente, pero su cuerpo lo traicionaba con esas gotas que se escapaban de sus ojos y se perdían hasta llegar a su cuello, tratando de aguantar los sollozos escondió su cara entre sus rodillas para tranquilizarse, pero esto solo lo alentó a llorar más.
“Detente, no llores” se repetía mientras lágrimas de dolor seguían escapando sin su permiso, cuanto tiempo estuvo así no lo sabía, pero al sentir como la puerta se abría trato de guardar silencio para no preocupar a su hermano, quien justo en esos momentos entro con el desayuno favorito de su pequeño.
–Volví –Entro dejando la bandeja en la mesa de al lado– Estaremos solos por hoy, ya que nuestros padres se fueron anoche donde la tía Kaori quien dio a luz –Se sentó en la cama rodeando el cuerpo de su hermano– Así que no necesitas reprimirte ko –Beso la cabeza de su hermano– Deja salir todo ese dolor –Dijo suavemente al ver a su hermanito en esa postura ocultando su rostro, pero esos temblores lo delataban.
Koki al sentir el calor de su hermano y esas palabras fueron la perdición para su dolido corazón, quien haciendo caso del consejo hizo que llorara abrazado al cuerpo de su hermano que lo consolaba con cariño dejando que se desahogara por completo.
El silencio de la casa solo era interrumpido por los dolorosos llantos del castaño quien no podía para de llorar, lloro lo que en un año lograba y todo por ese maldito que lo había insultado de la peor forma.
Satoru quien consolaba a su hermano, no pudo evitar que unas lágrimas cayeran por sus mejillas al ver lo destrozado que se encontraba su pequeño, aunque no conocía del todo lo que sucedió si sabía que el causante era ese enano que se presentó en su casa, profesando palabras de amor que lo hicieron confiar pensando que esas palabras eran reales, ahora se maldecía el haber confiado en ellas y el que pagaba era su hermano que mojaba su camisa en lágrimas que le rompía el alma.
Cuanto tiempo estuvieron así no sabía, pero koki poco a poco se comenzaba a serenar, las lágrimas ya no acudían a sus ojos y el dolor aunque seguía presente, este era un poco más soportable, se levantó alejándose del pecho de su hermano quien tenía los ojos rojos igual que él, mientras que su camisa estaba toda mojada con sus lágrimas.
-Sato-nii, lo siento –Miro como su hermano se alzaba un poco para tocar su cabello despeinándolo.
–No te disculpes, ko –Le sonrió con calidez –Sabes que siempre me tienes a tu lado –Le seco las lágrimas que quedaban en su rostro– y no me alejaras aunque me dejes sin poleras que ponerme –Bromeo sacando una sonrisa del pequeño quien agradecía el apoyo que le daba– Bueno vamos a comer, después de tanto llorar pienso que tendrás mucha hambre no.
–Hehehe, si demasiado –Afirmo acomodándose para comer, el mayor le sirvió los platos que tenía acomodándolo para quedar uno enfrente del otro, desayunaron hablando de cosas triviales logrando sacar risas del castaño, quien agradecía como siempre de que su hermano no lo presionara para contarle lo sucedido.
Disfruto de la compañía y alegría de su hermano terminando de comer hasta lo último en los platos, dejando la pila en la mesa de noche.
–Bueno ahora que estamos solos nos vamos a divertir saliendo ¿te parece? –Le propuso acariciando su mejilla, contacto que el castaño disfruto porque sentía el cariño en ella.
–Sato-nii –Lo miro con una sonrisa– Antes de irnos te quiero contar lo que paso –Le dijo tomando la mano de su hermano entre las suyas.
–Está bien –Se acercó abrazándolo– Soy todo oídos.
Durante unos segundos el castaño se mantuvo en silencio, hasta que comenzó a hablar contando todo lo que paso desde hace una semana, hasta lo sucedido la noche anterior donde lo golpeo y ofendió tratándolo como puta y otras cosas que lo hirieron, Satoru que escuchaba todo no pudo evitar apretar cada vez que sentía como su hermanito temblaba ante el recuerdo.
–Y eso fue lo que paso –Termino de contar aguardando la reacción de su hermano, quien se separó para ver esos orbes de chocolate color con tristeza en ellos, ahora sabia la causa del problema y él se encargaría de sacar a su hermano de ahí, por lo que tomando sus mejillas lo miro a los ojos.
–Nunca más, entiendes –Le dijo uniendo sus frentes– Nunca más llores por ese enano que no te supo valorar, que haya creído en una imagen conociéndote cómo eres me demuestra que es un idiota que no sabe dónde está parado, te lo advierto ko si lo vuelvo a ver lo mato con mis manos, no permitiré que nunca más se acerque a ti y cuando se dé cuenta del error que cometió no dejare que pise esta casa sin llevarse su merecido, tus amigos al igual que yo te queremos y no dejaremos que un niño de mama te trate como basura por no ser de su clase, tú tienes hermosas cualidades que nadie más puede tener, no dejes que un bastardo te arrebate tu alegría y sueños, ahora arriba el ánimo que este día te arrastrare a todos lados presumiendo el guapo hermano que tengo –Se alejó guiñándole un ojo.
–Baka –Sonrió al verlo salir de su habitación junto a la bandeja, de mejor ánimo salió de su cama para prepararse y olvidar ese mal recuerdo de su vida.
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En la cocina satoru esperaba en la línea.
– Alo, sato que raro que me llames –Dijo una voz al otro lado de la linea.
–Shiba, tengo un pequeño trabajo para ti –Sonrió con malicia “Akashi, te lo advertí ahora debes pagar”
Una vez terminada su venganza contra ese ricachón, subió para encontrar a su hermano listo para salir.
–Por dios quien dejó caer a este hermoso ángel – Comento haciendo sonrojar al castaño por las idioteces de su hermano.
–Moo…Date prisa o te dejare, sato-nii –Cruzo saliendo de la habitación, donde espero unos minutos hasta que su hermano estaba listo, saliendo de la casa para dejar las penas atrás.
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Eran cerca de las 1:40 cuando un peliceleste arribo a la cafetería donde se juntaría encontrándose con varios de los citados en el lugar.
-Midorima-kun, Kise-kun, buenas tardes– Saludo al ver a sus compañeros sentados en la mesa habitual.
-¿Kurokocchi, que paso? –El rubio de inmediato abordo al peliceleste.
– ¿Qué era eso tan urgente, Kuroko? –Siguió viendo al chico sombra.
–Les informare cuando lleguen los otros dos –Se sentó al lado del rubio quien volvió a su lugar.
–Mooo, espero que no se demoren– Cruzo sus brazos impaciente por saber qué era eso tan urgente.
Continuara…