En la habitación que ahora el cachorro compartía con nash un rubio se encontraba recostado sin poder conciliar el sueño y es que enterarse de las cosas por la que paso su ahora compañero de cuarto lo dejo con un amargo sabor de boca y un malestar en su pecho, sus pensamientos se profundizaron mientras que una mirada se desviaba hacia el dormido castaño que se negaba a despertar del mundo de los sueños, supo por el cuarteto que eran varios los días que el menor se encontraba así y la causa era un ataque previo que el mismo desgraciado destrozo esa noche provoco, el rubio seguía en sus pensamientos hasta que sintió unos golpes en la puerta.
“¿Ahora quien será?” se preguntó y es que no deseaba responder más preguntas por hoy, ya suficiente tuvo por una noche con el cuarteto, por lo que al escuchar esa voz pidiendo permiso se giró para cerrar sus ojos y fingir estar dormido, lo hizo justo al tiempo que un castaña cabellera entrara.
En ese mismo instante Satoru junto al trio ingreso a una silenciosa habitación que solo era interrumpida por el sonido de las maquinas, al ingresar cerraron y vieron dos camillas, en una se encontraba un rubio dormido y en la siguiente el cuerpo de su dormido cachorro.
-Ko –Satoru al verlo se acercó de inmediato mientras sus lágrimas caían- Mi bebe –Dijo al llegar al rostro dormido que estaba igual que como lo dejaron esa tarde, satoru recorrió con su mirada el cuerpo de su dormido hermano al igual que el resto que rodearon la cama, una vez terminada su inspección los 4 al mismo tiempo soltaron un suspiro al ver que estaba bien.
Satoru se limpió las lágrimas mientras que tomaba la mano del menor, acción que copio un titán que lloraba como un niño, mayuzumi estaba a los pies con tristeza por lo que pasaba su amigo y el moreno estaba a la cabecera al frente de Satoru que le daba besos en el rostro al castaño.
-Chihuahua, me alegra que estés bien –El moreno fue el primero en hablar mientras desordenaba esa sedosa cabellera de un dormido cachorro- Nos tenías preocupado.
-Furichin te traje esta paleta que te dará mucha energía, así que debes recuperarte para que comamos juntos -El titan siguió dejando el dulce en la camada.
-No puedo creer que pase por esto –Mayuzumi miro el tranquilo rostro del menor- ¿Quien querría hacerle daño? –Pregunto dejando al trio en un silencio.
-Quien fuera me encargare de demostrarle que con nosotros no se juega, no permitiré que vuelva a lastimar a mi ko otra vez –Dijo entre lágrimas satoru, se sentía pésimo no haber estado otra vez para su hermano, debió hacerle caso a su presentimiento pero no lo hizo, había fallado como hermano.
-Satoru deja de culparte –El moreno toco el hombro contrario- No sabias que esto podia pasar, pero ahora me quedare para proteger al cachorro hasta que atrapemos al hijo de puta causante de todo.
Nash escuchaba en silencio todo lo que decía el cuarteto, se demostraba la preocupación por ese chico de castaños cabellos, entreabrió los ojos para ver quiénes eran encontrándose con un castaño muy similar al menor “Debe ser su hermano” pensó, sus ojos pasaron a los demás pero prefirió dejarlos en ese momento en el que solo estaban ellos, volvió a cerrar los ojos con la intensión de dormir, ya suficiente había tenido esa agitada noche pero sintió como unos ojos se posaban en su rostro, ojos que ignoro.
Aomine se giró para ver el dormido rostro del “Salvador” del cachorro, al verlo noto el extraño tatuaje que poseía no sabía porque pero no le agrado mucho ese rubio, murasakibara que noto la mueca se giró dónde estaba mirando su compañero, viendo al chico que ignoraron olímpicamente al ver al cachorro.
-Ese es el paciente que salvo a furichin –Dijo mirando al dormido nash (Je dormido si claro ;D)
-Así es –Mayuzumi vio los vendajes de la mano y pie- Gracias a él se salvó Furihata, a costa de complicar sus heridas.
Murasakibara se acercó al rubio y dejo una paleta al lado del almodón del dormido nash.
-Esto es por ayudar a Furichin –Dejo dos paletas- Lastima que estas durmiendo pero te quiero agradecer Nacchin, mañana te traeré otra hasta que te recuperes.
Satoru sonrió ante la inocencia del titán, con gratitud se acerco a la cama ajena y poso su mano en la cabellera dorada de nash, que se sintió incomodo por el tacto pero no tanto como de costumbre.
-Muchas gracias Nash-kun por salvar a mi hermano –Satoru acaricio con cariño ese cabello- De no ser por ti podrían habérselo llevado, tienes mi gratitud completamente y te apoyare en tu recuperación –Aparto la mano- Muchas gracias.
El moreno veía toda la escena y solo cruzo los brazos, aunque estaba agradecido aun no aceptaba que compartiera habitación con el cachorro, para el moreno era un completo extraño y se encargaría de vigilarlo en caso de que fuera un peligro para el cachorro.
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En otra parte de ese mismo hospital, un peliverde se encontraba fuera de la habitación 50 luego de correr por los pasillos como un loco, ahora recuperaba su aliento y es que aunque supiera que su chico estaba fuera de peligro necesitaba ver con sus ojos al halcón, por lo que quitándose el sudor abrió la puerta que lo separaba de su meta.
-Takao –Murmuro buscando con su mirada a su hombre, la escasa luz de la luna lo ayudaba en su labor dejando vislumbrar las camas donde se encontraban ambos chicos sedados- Takao –Repitió al ver el objetivo de su mirada, con rapidez se acercó a la camilla cerca de la ventana, solo basto unos pasos para estar a su lado y ver el rostro dormido de su novio, al verlo su mirada bajo por todo el cuerpo del halcón buscando alguna lesión, pero la oscuridad no le ayudaba mucho por lo que con su mano comenzó a tantear el cuerpo ajeno.
-Shin-chan –Murmuro Takao al sentir ese toque en su cuerpo y es que aunque durmiera reconocía esas manos donde fuera.
Midorima al escucharlo se asustó pensando que había despertado, pero un suspiro le notifico que seguía dormido, no sabía en qué momento pero unas lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas, toda la tensión y los sentimientos que lo tenían a flor de piel se empezaron a aflojar al ver el tranquilo semblante del halcón quien seguía durmiendo.
“Menos mal, bakao menos mal” Se dijo apretando su boca, su corazón estuvo en todo momento inquieto desde que se separó del halcón y al saber del ataque casi se detiene, pero ahora al verlo bien ese nudo se liberó provocando que sus emociones salieran a flote.
Se arrodillo al lado de la cama y afirmo la mano del menor, con su otra mano acaricio la mejilla que tenía un rosado color producto del golpe al caer al suelo, pero fuera de eso el halcón se encontraba bien, sin poder controlarse las lágrimas seguían cayendo sacando todo lo que tenía dentro, cuanto tiempo paso así no lo supo pero siguió llorando hasta que un murmuro lo hizo salir de sus pensamientos.
-Shi…t…amo –Escucho murmurar al halcón, con rapidez se levantó y vio esa sonrisa que tantas veces vio cuando se despertaba antes, de forma espontánea sus labios se encorvaron respondiendo la sonrisa.
-Idiota –Beso la mano del menor- También te amo –Apoyo su mejilla en ella- No vuelvas a hacerme esto, casi muero idiota –Dijo mirando el rostro dormido que poco a poco comenzó a despertar, el tirador al verlo se levantó.
Takao al sentir ese calor a su lado sonrió y comenzó a salir de ese hermoso sueño, sus ojos parpadearon viendo el negro techo con su mirada se giró hacia donde sentía ese cálido calor encontrando a su shin-chan con una hermosa sonrisa y los ojos rojos de lágrimas, parpadeo 3 veces más pensando que estaba soñando pero esa imagen no desaparecía, de pronto vino a su mente su ultimo recuerdo alterándolo.
-S..shin-chan –Se trató de levantar pero la cabeza le daba vueltas, el tirador detuvo el movimiento devolviéndolo de inmediato a la cama.
-Baka, no te levantes nanadayo –Le reprendió preocupado.
-S…shin-chan, r…rap –La cabeza le daba vueltas, pero el tirador entendió lo que quería su pareja al ver sus ojos.
-Tranquilo furihata está bien –Sonrió y es que aun con problemas el halcón se preocupaba por sus amigos- Cálmate nanadayo.
El halcón al escuchar esto se relajó de inmediato, cerro sus ojos y suspiro aliviado.
-Menos mal –Abrió los ojos mirando a su chico- ¿Shin-chan que me paso?
-Te administraron un sedante –Se sentó en la banca- El medico dijo que era en poca cantidad y no ponía en peligro tu salud, nanadayo –Se arregló los lentes.
-Ya veo –Recordaba levemente un pinchazo antes de perder el conocimiento, miro el techo tratando de recordar pero todo era confuso, sintió como su mano era apretada y se giró para encontrarse con esos orbes que tanto amaba que lo miraban con preocupación y dolor.
-Estoy bien –Devolvió el apretón con cariño- ¿Shin-chan estuviste llorando por mi? –Pregunto para aligerar el ambiente y vio cómo su chico se sonrojo un poco.
-¿Quién lloraría por ti idiota? –Se arregló los lentes sonrojados y es que aunque quisiera negarlo el rastro en sus ojos era muy notable, desvió la mirada sonrojado.
-Ni yo muriendo dejas de ser tsundere –Lo pico un poco divertido y es que su chico era mono, subió la mano que tenían juntas y dejo un casto beso- Muchas gracias, amor.
El peliverde al escucharlo miro esos orbes de hermoso color y dejando su tsunderismo de lado se acercó uniendo sus bocas en un suave pero necesitado beso, el halcón se sorprendió pero sintió con ese beso el amor que le tenía el tirador, al separarse el peliverde unió sus frentes.
-No vuelvas a preocuparme así, Bakao –Lo miro a los ojos- No soportaría perderte, no lo vuelvas a hacer –Dijo besando castamente al halcón, takao no creía lo que escuchaba.
-Lo siento –Dijo una vez libero sus labios- Te amo mi shin-chan.
-Y yo idiota –Se sonrieron hermosamente, el momento era bello no hablaban pero con solo mirarse se trasmitían todo lo que sentían, estaban tan sumergidos en su burbuja que no notaron como reo que estaba despierto entre medio se levantó en silencio y dejo su móvil que grababa todo para salir y buscar a su niño, sabia por el tirador que estaba bien pero debía verlo con sus ojos.
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Makoto junto a su grupo estaban sentados alrededor de su mesa mientras que el peliplata aun dormía en el sofá por efectos de droga utilizada.
-Maldición –Hiroshi golpeo la mesa- Ahora que haremos Makoto.
-Si nos descubren los Kurosawas nos destruirán –Kazuya que era un fanático de las complicaciones ahora no sonreía para nada.
-Lo sé –Makoto iba por su 3 taza de café- Todo por ese estúpido –Miro al peliplata que desfigurado dormía ignorando todo.
-Mako –Kentaro toco el hombro- Aun no es seguro que nos descubran.
-Idiota –Hiroshi molesto apretó las manos- No solo el rastro de sangre pudo quedarse, ese bastardo le descubrió el rostro.
Todos se quedaron en silencio, pero Makoto sabía que estaban pendiendo de un hilo, meterse con los kurosawa no era un juego y Makoto no estaba dispuesto a correr el riesgo de perder todo por el estúpido de shogo, sin previo aviso se levantó para caminar hacia el peliplata ante la atenta mirada del grupo y sin cuidado golpeo la espalda del chico haciendo que se cayera y se diera una buena tunda.
-Despierta bastardo –Dijo con odio, el peliplata abrió sus ojos mirando los alrededores, pero al recordar donde estaba y porque se giró como pudo para mirar al pelinegro.
-Mako, hijo de puta –Lo fulmino con la mirada, pero Makoto no le interesaba ahora era importaba otra cosa y ese peliplata se las pagaría.
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En la casa de la Familia Kurosawa, Hayato salía en compañía de dos chicos que a enterarse del pedido de su jefe no dudaron en salir de la cama, en sus manos el equipo necesario para el encargo era guardado en la maleta.
-Vámonos –Hayato abrio su auto donde kudo y takumi entraron, encendió el coche y partieron rumbo al barrio gion, el trio sabía que si su jefe les pedía buscar a alguien era por que la cosa era complicada, pero como prometieron harían su trabajo sin que su líder se enterar, con eso en mente entraron a la carretera.
“Haizaki Shogo, estas acabado” pensó kudo mientras takumi sacaba algunas cosas, el viaje seria rápido ya que hayato manejaba con toda su habilidad, ahora solo restaba esperar para llegar a su destino.
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En la sala un furioso tigre conecto la llama ante la vista de todos, de inmediato se colocó el aparato del oído justo en el que la voz del emperador salía.
-R..ryota –Fue lo escuchado, pero fue lo suficiente para que terminara de enfurecer al tigre.
-HIJO DE PUTA –Bramo furioso sin dejarlo continuar- TIENES EL DESCARO DE LLAMAR A KISE, AKASHI SEIJURO.
-¿T…taiga? –No se esperaba que el tigre le respondiera, aún estaba en shock por la noticia.
-Y QUIEN MAS CREES QUE SOY, BASTARDO –Se sacó el móvil para poner en altavoz por indicaciones del rubio- ¿QUE MIERDA QUIERES?
-Y..yo –Como le explicaba que llamaba para saber el estado de su cachorro, solo reacciono cuando su otro yo lo saco del trance y ahora que haría.
Minutos antes en la mansión Akashi.
En la mansión cierto pelirrojo furioso se encontraba en su dormitorio revisando cada uno de los documentos que saco del laptop de su padre y es que leer el contrato prenupcial le dejaba en claro todo los beneficios que obtendría Akashi corp con el matrimonio, así como las obligaciones que debía cumplir para mantener la unión.
“Tener un hijo antes del primer año de matrimonio para asegurar la unión de las empresas y el porvenir de esta” pensó apretando las manos.
“Akashi Masaomi, te destruiré y hare que ruegues por perdón” Dijo la voz en su interior y es que furioso era poco por cómo se sentía, siguió con su discusión interna de como destruiría a su padre hasta que un conocido sonido en su móvil le anunciaba la llegada de un nuevo mensaje, lo abrió sin saber que su contenido lo congelaría.
“Akashi-sama, gusto con informar que Furihata Kouki fue atacado esta noche por un grupo desconocido, aunque no sabemos los responsables si sabemos que lastimaron a su objetivo, de momento no tengo más información ya que la seguridad nos lo impide, E...” no termino de leer el mensaje para levantarse como un resorte votando su equipo al suelo.
-K..Kouki –Su corazón se aceleró “Fue atacado y herido”, se quedó en shock mirando el mensaje- N…no –Negó con su cabeza, pero en su interior salió solo una orden “Llama qué esperas” grito cosa que el emperador busco en sus contacto a la persona que supiera del estado del cachorro y sin pensarlo marco, espero que conectara la llamada y dijo el nombre que leyó.
-R…ryota –Murmuro una vez conecto la llamada pero un rugido del otro lado lo hizo salir del shock.
Fin del recuerdo
Ahora se encontraba sin saber que decir, como le pediría al tigre información del menor cuando fue tan hijo de puta en el pasado.
-“Hazlo, pregúntale por kouki maldición”
-“¿Crees que me dirán?”
-“Deja al lado las dudas, pregunta bastardo”
-Y..yo kou –Comenzó a decir pero todos al escuchar ese nombre les hirvió la sangre.
-NO TIENES DERECHO DE MENCIONAR SU NOMBRE, AKASHI –Bramo ahora el rubio, su mirada era dura y todos sabían que era raro verlo así de enojado.
-NO SE PARA QUE HAZ LLAMADO, HABLA DE UNA VEZ ESTUPIDO –Era el turno de Himuro.
Seijuro escuchaba los insultos y sabía que se lo merecía, pero en estos momentos lo único que podía hacer era bajar su orgullo y preguntar por el menor.
-Me entere que Kouki fue lastimado, llamaba para saber –No alcanzo a terminar ya que eso era la gota que rebasó el vaso, el tigre apretó el teléfono casi rompiéndolo.
-AHORA TE INTERESA EL ESTADO DE FURI HIJO DE PUTA, NO TIENES DERECHO DE MENCIONAR SU NOMBRE, ERES UN BASTARDO QUE LASTIMO A NUESTRO AMIGO POR UNA SIMPLES FOTOS, ERES TAN ESTUPIDO QUE NO TE DAS CUENTA DE NADA, NO TIENES DERECHO A LLAMARNOS ERES UN HIJO DE PUTA QUE SOLO PIENSA EN SI MISMO-
-AGRADECE QUE NO TE TENGO PRESENTE AKASHI –Himuro miraba con frialdad el teléfono- PORQUE SI NO YA ESTARIAS AGONIZANDO BASTARDO.
-Yo-
-YO NADA –Esta vez kise tomo la palabra- TE LO ADVIRTIERON QUE INVESTIGARAS ANTES DE HACER LAS COSAS, PERO TU SOBERVIA TE NUBLO, AHORA NO VENGAS SIQUIERA MENCIONAR SU NOMBRE, DE NOSOTROS NO CONSEGUIRAS NADA AKASHI SEIJURO.
-R…ryota –
-RYOTA Y QUE MIERDA,OLVIDA A FURI QUE NOS ENCARGAREMOS DE QUE EL LO HAGA, CASATE Y SE FELIZ EN ESE ASQUEROSO MUNDO EN EL QUE VIVES, NO PERMITIREMOS QUE TE VUELVAS A ACERCAR A EL AUNQUE TENGAMOS QUE USAR LA FUERZA-
-No puedes hacer eso –Aunque sabía que actuó mal, no podía creer lo que escuchaba.
-Claro que podemos –Dijo una voz apareciendo al lado del tigre, shiba apareció arrebatándole el móvil, el trio a sus espaldas tenían una dura mirada y no se quedarían callados.
Continuara…