En el cuarto donde los chicos esperaban ansiosos el retorno del trío que se fue a ver las condiciones del bastardo que lastimó a su compañero, los ánimos comenzaron a calentarse ya que había pasado mucho tiempo desde que los dejaron en el cuarto con la excusa de no traumarlos por lo que pudieran encontrar en ese lugar.
-¿Cuándo mierda regresarán? -Preguntó molesto la pantera que se negaba a sentarse por quinta vez, simplemente no podía estar quieto por la excitación que sentía al poder golpear al bastardo que lastimó al chihuahua.
-Hace rato que se fueron –El tigre que, sentado al lado de Himuro, apretó sus manos igual de ansioso que todos, pero antes de que alguien más hablara la puerta se abrió.
-Permiso –Escucharon a la vez que una castaña cabellera se asomaba- hola chicos -saludó cerrando la puerta donde tendría que dar explicaciones a los vengadores de su hermano.
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Y en la misma mansión en cierto cuarto de la felicidad, un peliplata agonizaba esperando a que su hora llegara, el cuerpo le ardía como el mismo infierno mientras que su pecho se contraía de forma violenta.
Lyon estaba arreglando todo lo usado mientras observaba como la respiración de su víctima se apagaba lentamente, la sustancia que utilizó era la peor de las torturas que podría darle a una persona, ya que ésta lentamente va destruyendo las células del cuerpo causando que cada órgano deje de funcionar provocando una muerte dolorosa y despiadada.
"Te mereces cada minuto de dolor por lastimar a Kouki-san" pensó terminando de lavar sus utensilios; al finalizar salió del cuarto con el propósito de ir donde Yoru-sama para saber qué era eso tan importante que mencionó Hayato, pero antes de que pudiera lograr su cometido la puerta principal fue abierta dejándose ver una maravillosa presa que gustoso estaría de atender.
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No muy lejos de ahí, cierto pelirrojo realizaba un esfuerzo descomunal para actuar como el mejor novio del mundo delante de los Tsuki, aguantando las ganas de destruir la asquerosa sonrisa en la cara del bastardo que lastimó a su cachorro, quien escuchaba fascinado el gran negocio que formarían una vez finalizada la unión de ambos chicos.
-¿Y Rusia sería solo el comienzo? –Preguntó el pelirrojo mayor al escuchar la expansión en el mercado europeo, ya podía contaba las ganancias que tendría.
-Por supuesto -El pelinaranjo dejó su café en la mesita- si todo sale como planeamos, nos podremos expandir hacia el territorio latino abriendo las fronteras para así crecer en el mercado mundial-.
-Magnífico –Dijo Masaomi apartando la mirada de su socio para enfocarla en los menores que conversaban; mientras, Mitsuki conversaba a full con el pelirrojo que se dedicaba a dar pequeñas respuestas a su prometida, sonrió al ver lo bien que se llevaban "Seijuro muy bien, sigue así hijo mío, estás haciendo un maravilloso trabajo" pensó su padre orgulloso.
-Veo que se complementan bien –El peli naranja también captó el ambiente que rodeaba a los jóvenes- mi pequeña habla maravillas de tu hijo, se nota que unirlos es lo mejor para nuestras familias –Exclamó con una sonrisa de cariño hacia su bebé que se notaba lo feliz que era con el pelirrojo.
-Seijuro también está encantado con Mitsuki-chan –Akashi también dejó su café- desde que murió su madre, es la primera persona que logra sacar una sonrisa de verdad en él –Comentó con una asquerosa sonrisa de "cariño" que erizó al pelirrojo menor, quien, a pesar de escuchar a su prometida con su interminable discurso, estaba pendiente de lo que hablaban los mayores a su lado.
"Maldita escoria, te atreves a decir esas blasfemias siendo que con tus asquerosas manos me arrebataste al único que me hacía ser humano" el álter ego escupía con odio esas palabras.
Seijuro seguía con su rostro impasible pese que en su interior era un caos, regalándole sonrisas falsas a la pelirosa que no paraba de decir estupideces.
El martirio para el emperador siguió por cerca de 40 minutos más, hasta que por fin Nana, una de las empleadas, anunció que la comida estaba lista.
-Bueno pasemos al comedor –Dijo Masaomi como buen anfitrión y los llevó a la hermosa sala que contaba con inigualables manjares en su mesa, los adultos tomaron sus lugares dejando a la joven pareja junta para que siguieran reforzando su lazo, cosa que al emperador le disgustó, ya que tendría que seguir actuando frente a la chica que no se enteraba de nada.
"Maldita suerte" pensó resignado al escuchar como su acompañante comenzaba nuevamente con su discurso infinito, haciendo que la comida fuera sin duda un infierno.
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En la habitación de Yoru el ambiente se cortaba fácilmente con un cuchillo ya que desde que Naru separó a su amigo de Makoto, este trataba de recuperar el aliento en el suelo mientras Shiba era calmado por Sora y Naru, sabían que ese era un tema que afectaba a todos los presentes, pero sobre todo a Shiba quien no había día que no se perdonara por todo lo que sucedió.
Hayato quien se encontraba fuera de la habitación al escuchar el estruendo entro encontrándose con una escena no esperada, con la mirada buscó a su jefe quien asintió dándole el claro permiso de intervenir.
Así que con rapidez calmó a Shiba porque en fuerza era el único que lo comparaba.
Yoru, quien se mantuvo al marguen, tomó riendas en el asunto y en menos de 5 minutos puso todo en orden, haciendo sentar a los presentes en las distintas partes disponibles en su cuarto, quedando él en su silla predilecta, a su derecha Naru y a su izquierda los otros dos, en la puerta Hayato se quedó vigilando todo para intervenir en caso de ser necesario.
-Ahora –Naru tomó la palabra tomando una postura profesional, Yoru lo dejó ya que el rubio estaba acostumbrado a este tipo de situaciones- antes de que Shiba vuelva a perder el control, tú dices tener información referente al secuestro que sufrió nuestro amigo y estos dos en el pasado –señaló al par que apretaba las manos.
-Así es –Makoto no se dejaría intimidar- eso es lo que vengo a ofrecerles a cambio de que nos liberen sin causarnos daño –miró a Yoru que seguía en la misma posición escuchando atentamente.
-¿Cómo es posible que sepas tú algo de ese incidente? –Sora tomó la palabra molesto ya que si el que tenía los mejores recursos de investigación no pudo conseguir nada, cómo era posible que ese pelinegro supiera algo de ese caso que tanto les afectó- no te atrevas a mentir.
-No miento –Makoto mantuvo la calma- Crees que sería tan estúpido de engañarlos sabiendo que eso sería solo alargar nuestra muerte, sabía que si éramos atrapados tenía que tener un as bajo la manga, por lo que esto es lo único que puedo ofrecerles para salvar a mis amigos, no soy idiota como para mentir en algo tan delicado.
-Tú... -Sora se levantó.
-Sora –Yoru le tomó la mano- cálmate, sé que es difícil de creer pero –miró al pelinegro- puede que sea cierto lo que nos diga –Sora iba a interrumpir pero Yoru siguió antes de que lo hiciera- o como explicas que sepa que Sato es nieto del tío Akira-.
Al decir esto el trío guardó silencio, era cierto que esa información solo era conocida por sus familias y solo alguno que otro de confianza, ya que desde que pasó ese incidente declararon por muerto a ambos herederos con el fin de protegerlos de los buitres que quisieran lastimarlos.
Un silencio se formó siendo interrumpido por el rubio que volvió a tomar las riendas del asunto, Makoto escuchó la petición de este y tomando aire comenzó a soltar toda la información que tenía dejando congelados al cuarteto que no se creía lo que estaba escuchando.
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En la habitación del nuestro querido castaño, el cuarteto que minutos antes se encontraban discutiendo por la imprudente actitud del dúo problemático, ahora compartían con ese extraño y arrogante moreno que fue presentado como un conocido del rubio y Kise como siempre bombardeaba de preguntas al nuevo que se limitaba a responder con monosílabos, dejando el claro con su actitud que le era molesto tantas preguntas hechas.
-Hey, blondy guy (Oye rubio) – Jason interrumpió el estúpido interrogatorio que le hacía- Don't you get tired of talking? (¿No te cansas de hablar?) -preguntó molesto levantándose- I'm already dizzy of so much talking, Nash I'm leaving for a while (Ya me tienes mareado con tanta charla; Nash me iré un rato por ahí) – miró al rubio que asintió.
-WHAT! (¡Qué! ) - Kise vio como el moreno salía del cuarto sin siquiera mirar atrás, el comentario molestó al trío que aunque sabía que su amigo era parlanchín no les gustó la forma de tratarlo, Nash vio la cara del cuarteto y solo suspiró para tomar su libro y seguir con la lectura, pero Reo le habló claramente molesto por lo sucedido.
-Nash-san –El mencionado miró al pelinegro- Nash-san, I know that guy is a friend of yours but he is just so rude (sé que ese chico es amigo tuyo, pero es algo maleducado) –Vio al modelo quien era consolado por el halcón que cambio de tema.
-Hmmm – Nash no diría nada ya que estaba completamente de acuerdo con el moreno, esa insistencia por parte del rubio molestaba mucho y por no pasar como maleducado se enfocó en su lectura nuevamente, pero no pudo seguir al escuchar como la máquina del castaño a su lado comenzaba a soltar un sonido que los alertó.
-Kouchan –Reo quien también escuchó la alarma, se acercó al menor que mantenía su semblante, pero por sus mejillas corrían lágrimas.
-¿Qué sucede? –Takao se acercó al igual que el dúo, mientras Reo activaba el botón para llamar al médico.
-¡No lo sé! –Contestó alterado, el sonido era inquietante dejando en ascuas al grupo.
Nash miró como las lágrimas bajaban en las mejillas del menor que no despertaban pero sin duda algo le sucedía para que llorara y se alterara de esa forma.
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-¡Ese hijo de perra! –Shiba se levantó hecho una furia enjaulada- ahora sí que sabrá que no debió meterse con nosotros -Exclamó caminando furioso hacia la puerta, con solo un propósito: destruir a una serpiente rastrera.
-D...detente Shiba –Naru que reaccionó más rápido lo tomó por la espalda, no podían actuar por impulso aunque estuvieran ardiendo por dentro- no puedes llegar a él sin nosotros, cálmate-.
-¿¡Qué me calme!? –Bramó girándose, el trío estaba furioso al igual que Shiba, de solo pensar que el hijo de perra que tantos años han estado buscando estaba tan cerca de ellos y más aún, que seguía lastimando a los suyos.
¿Pero qué sucedió?, para ello retrocederé unos minutos.
-N...no –Shiba al igual que el resto no podían creer lo que acababan de escuchar, sus ojos estaban abiertos hasta más no poder ya que el culpable que tantos años habían estado buscado estaba más cerca de lo que pensaban.
-Créanme –Makoto veía como el cuarteto no reaccionaba ante lo dicho, Hayato que estaba en la puerta en igual condición no creyendo una sola palabra- no podrían encontrarlo aunque buscaran por todo el mundo, las personas que planearon ese ataque sabían que no debían dejar rastro aunque eso significara su muerte, pero uno de ellos desertó antes de que lo mataran ocultándose de las garras de los involucrados-.
El silencio se volvió a formar, cada uno de los presentes asimilaba lo dicho por el pelinegro de diferente manera.
-S...si es así –Naru que estaba acostumbrado a las noticias fuertes, fue el primero en recuperarse- ¿Dónde está ese supuesto testigo?, cómo puedes demostrar que lo que dices es real.
Makoto se esperaba eso, sabía dónde estaba pero no podía entregarlo sin más, primero debía asegurarse de que no lo fueran a matar ya que él, al igual que su banda, solo acataron órdenes y no era justo que murieran por causas ajenas.
-Porque puedo comunicarlos con él –Sacó su móvil- pero con la condición de que al igual que nosotros, no lo lastimen, seguía órdenes de su jefe y no participó en el secuestro, pero sí estuvo presente en todo lo sucedido, además es alguien que ustedes dos conocen perfectamente –marcó y en el tercer tono la llamada conectó.
-Hola, ¿Makoto eres tú? –Contestó desde la otra línea, al escuchar esa voz dos de los presentes se congelaron ya que reconocían esa voz a pesar de los años.
-Touya, sí, soy yo –Miró la reacción del dúo que se levantó al mismo tiempo- estoy con los amigos de Furihata Satoru, los chicos que se vieron involucrados en el secuestro están conmigo –Hizo una pausa- es tiempo de revelar la verdad-.
Yoru y Naru vieron la reacción del dúo que estaba de pie con la respiración agitada, se tensaron ya que su rostro era de una mezcla que los hizo alarmarse, se giraron hacia Makoto quien seguía sosteniendo el móvil en su mano.
-Ya veo –Suspiró del otro lado de la línea luego de un minuto de silencio- espero que aún me recuerden, Sora-kun, Shiba-kun –Los mencionados se tensaron mucho más-han pasado algunos años desde la última vez que nos vimos, ahora deben ser todo unos hombres ¿no es así?
-T...tú –Sora murmuró sin salir del shock, en su mente la imagen de ese señor peli verde que los ayudó a escapar de la bodega donde los tenían cautivos apareció en sus mente como si hubiera sido ayer.
Shiba estaba en igual condición sin poder hablar, sus manos apretadas se aflojaron ante el shock en el que se encontraba.
-Por lo que escucho me recuerdan –La voz continuó con un pequeño toque de nostalgia- no pensé que volvería a relacionarme con ustedes, pero...-
-T...Touya Shin –Sora salió del shock antes de que siguiera- T...tú, pensé que habías muerto –Murmuro ya que justo cuando se separaron vieron como ese señor caía producto de una bala en su cuerpo, balas que iban dirigidas al castaño inconsciente que llevaba a cuestas.
El silencio volvió, Naru y Yoru observaban todo en silencio, aunque no entendían mucho lo que pasaba se mantuvieron al margen incapaces de interrumpir el momento, Makoto igualmente, se mantenía en silencio porque conocía la historia.
-Lo sé –Siguió la voz- en ese momento yo tampoco pensé que sobreviviría, pero lo hice, aunque ahora estoy oculto por que los culpables me buscan para callar toda la verdad-.
-Todo este tiempo –Shiba apretó sus manos volviendo en sí- estuviste todo este tiempo con vida y ahora apareces para decir la verdad, todo el maldito tiempo que estuvimos con los chicos buscando al hijo de puta que lastimó a Sato y tu oculto-.
Aunque le alegraba escuchar esa voz que los salvó, no podía creer que no hubiera aparecido antes, todos los años de búsqueda sin resultados que pudieron ahorrarse si ese señor hubiera aparecido.
-Lo sé –Exclamó- pero no era el momento adecuado, además, qué podía hacer si yo trabajé con ellos, aunque nunca estuve de acuerdo con el trabajo y los liberé eso me trajo consigo años de huir para evitar ser asesinado, hasta el día de hoy temo por mi vida-.
-I...idiota –Sora ya no podía aguantar y una lágrima traicionera escapó de sus ojos, no le importaba que fuera parte del grupo inicial, él en todo momento los protegió dentro de sus posibilidades hasta que consiguió liberarlos de ese infierno que marcó sus vidas- sabes que gracias a ti estamos vivos, no nos importaba que estuvieras con ellos, todo este tiempo lamentamos tu muerte, maldito idiota me alegro de escucharte-.
-Siempre con esa actitud petulante –Rió por lo bajo, el ambiente que se formó duró solo unos minutos ya que Hayato quien se encontraba callado trajo consigo el tema que los convocó.
-Es cierto –Sora se secó las escasas lágrimas que escaparon de sus ojos- me alegra que estés vivo, pero ahora no podemos desviarnos del tema que nos trajo Hanamiya Makoto –Suspiró para calmarse- Touya-san, por favor cuéntanos quien estuvo atrás del ataque-.
-¿Quién fue el que lastimó a Sato? -Shiba siguió- dinos la verdad sobre ese día-.
-Está bien –Tomó aire- pero como dijo Makoto deben prometer liberarlos sin tomar represalias contra ellos, sé sobre la estupidez que hizo pero al igual que yo solo cumplía ordenes, no puedo permitir que los maten ya que le debo mucho a ese crío-.
-Te lo prometo -Yoru quien se mantuvo al marguen habló antes de que el dúo lo hiciera- en nombre del próximo líder de la familia Kurosawa, prometo que Hanamiya Makoto y sus hombres serán liberados sin daño alguno, además te aseguro que no abra represalias ahora o en el futuro, te doy mi palabra-.
-Si el próximo líder de los Kurosawa me da su palabra –Hizo una pausa- confiaré en esa promesa, lamento no poder decirles esto en persona pero como saben corro peligro, así que todo lo que les diga no duden que es la verdad-.
-Ya habla de una vez –Naru estaba ansioso- ¿Quién es el culpable detrás del ataque?-
El silencio se apoderó de la habitación, todos esperaban la respuesta.
-El culpable es... -
CHAN CHAN....
Continuará...