Mientras tanto en otra cuidad Masaomi Akashi llegaba a su mansión después de visitar al castaño, quien le dejo claro que no volvería a ver a su hijo dejándole el camino libre para poder concertar el matrimonio con una de las más grandes empresas, que asegurarían el bienestar de la compañía por 40 años.
-Tenemos que brindar, la ocasión lo amerita –Comentaba feliz entrando en el salón, donde se encontró a su hijo quien se encontraba en una tensa conversación con reo y los demás miembros de su equipo, quienes preocupados por su anterior comportamiento lo visitaron enterándose de la disputa que tuvo con su ex novio.
-¿Es mentira, Sei-chan? –El pelinegro apretaba sus puños- Golpeaste a kou-chan sin investigar.
-Calma reo –Kotaro puso su mano en el hombro del pelinegro, que temblaba molesto.
-¿Investigar? –Repitió con una fría expresión- Para que, para enterarme de cuantas personas pasaron por esa puta –Dijo con odio en sus palabras.
–Para ser alguien inteligente, a veces eres muy estúpido Akashi –Mayuzumi hablaba con su neutra expresión.
-Mide tus palabras Mayuzumi –Se levantó- No tolerare que me hables así.
-Todos conocemos a Kou-chan y es imposible que sea lo que nos dices –El pelinegro se levantó encarando al pelirrojo- Es por eso que nos molestamos.
-Están de parte de esa puta, entiendo –Sonrió con asco- Tal vez ustedes ya probaron a esa basura y es por eso que lo defiende.
-¿Que dijiste? –Mayuzumi no daba crédito a la estupidez que estaba escuchando.
-Escucha lo que dices Akashi –Kotaro se levantó molesto ante la ofensa- Somos tus compañeros, nos crees capaz de ello –Miraba esos ojos bicolor que se negaban a escuchar.
-Tu mejor que nadie lo conocía, como es que una imagen rompió todo lo que vivieron juntos –Eikichi que se mantuvo al margen no pudo callar más.
-Por qué esa imagen abrió mis ojos –Dijo con odio- Me mostro la clase de puta que era ese muerto de hambre.
-No puedo estar más aquí –Reo tenia pequeñas lágrimas de impotencia por las palabras de su capitán- Espero que te arrepientas en el futuro sei-chan, me decepcionas.
-Ustedes –Masaomi que escucho toda la conversación opto por interrumpir antes de que pasara algo malo para el- Si dicen ser los amigos de mi hijo deberían apoyarlo, en vez de criticarlo.
-Padre –El emperador miro a su padre entrar enfadado a la sala, con un golpe que trato de disimular con el pañuelo- No te preocupes que ellos ya se van –Se giró para enfrentar a sus compañeros- Si ya terminaron les pido que se retiren.
-No te preocupes, nos iremos –Kotaro tomo sus cosas caminando hacia la entrada, donde los demás lo persiguieron.
-Adiós –Se despidieron cerrando la puerta dejando a ambos pelirrojos solos con un silencio algo incómodo.
Seijuro contemplaba la puerta donde sus compañeros se fueron, la extraña sensación que lo embargo hace un rato por un extraño motivo aumento, pero la ignoro para prestar atención a su padre, que se sentó en el sofá cerca de la chimenea colocándose nuevamente el pañuelo.
-Padre –Se acercó- ¿Que te sucedió en la cara?
-El hermano de esa putita me golpeo –Informo como si nada- Además que tus ex compañeros también aparecieron para defenderlo.
-¿Ellos también? –Sonrió ante la noticia- Veo que todos se pusieron de parte de esa puta, ya no me extraña nada.
-Lo siento hijo, no pensé que tus compañeros también te traicionarían –Se levantó tocando el hombro del menor, que mantuvo una expresión fría.
..........
En la casa del castaño la Kiseki tomaba asiento en el salón después de un ataque de histeria que tuvieron al ver que el castaño no reaccionaba con sus gritos, el pánico duro pocos minutos gracias a la intervención de satoru que al acercarse al menor suspiro aliviado al ver que su hermano había tenido un pequeño ataque de ansiedad, ataque que desde hace mucho tiempo no se presentaba en el menor que era propenso hace unos meses, solo debían dejar que descansara y en unas horas despertaría como nuevo, por lo que la Kiseki decidió quedarse hasta que despertara.
Satoru no se negó al ver la cara de preocupación de todos y de cómo se enfrentaron al padre del chico que lastimo a su ko, aunque no lo dijera esa acción lo alegro inmensamente, ya que si se hubiera encontrado en otras circunstancias, no hubiera permitido que ese arcoíris se acercara.
-Heheh –Sonrió ante lo irónico de su pensar- Debo disculparme con ustedes –Dijo llamando la atención de todos.
-¿Disculparse? –El rubio miro esos chocolates orbes que eran de un tono un poco más claros que los del cachorro- ¿Por qué, satocchi?
“Satocchi” repitió el nombre en su mente, sin duda lo que su hermanito le había dicho de ese rubio era verdad, “Ryo-kun agrega un cchi a las personas que respeta, me alegra saber que soy uno de ellos” le conto con una sonrisa, cuando el rubio lo llamo por primera vez furicchi.
-Por pensar que eran igual que ese enano arrogante –Prosiguió con una sonrisa que contagio a los demás- Me alegra saber que estaba equivocado y que mi ko tiene amigos que se preocupan por él.
-Satoru-kun –El peliceleste no pudo evitar sonreirá ante las palabras del mayor.
-Todos queremos a furi-chin-
-Sabemos que es inocente, en verdad lamentamos que nuestro compañero reaccionara de esa manera con él, nanadayo-
-Nosotros ayudaremos a limpiar el nombre del chi…que diga de Kouki –Corto arreglando el nombre ante la mirada del castaño.
-Le demostraremos a Akashicchi que está equivocado-
-Me parece bien que quieran hacer eso, pero... –Antes de que pudiera terminar, la puerta de la sala fue abierta dejando paso a un cachorro adorable que acababa de despertar.
-Furicchi – El rubio salto para envolver al castaño en un fuerte abrazo- Nos tenías preocupados –Se separó dejando que el aire volviera a sus pulmones.
-Te encuentras bien, Furihata-kun- El peliceleste rodeo junto al arcoíris al pequeño cachorro, quien sonrió hermosamente recordando como los milagros lo ayudaron a enfrentar al padre del emperador.
-Me encuentro bien –Tomo la mano del rubio que reposaba en su mejilla- Ciento haberlos preocupado y gracias por defenderme.
-Ni lo digas chihuahua –El moreno acaricio la cabellera- Nos alegra haber llegado a tiempo –Sonrió sorprendiendo al castaño.
-Furichin –El titán lo abrazo- No vuelvas a desmayarte.
-No es algo que pueda manejar, murasakibara –El peliverde rodo los ojos ante el comentario del pelimorado.
-Lo siento en verdad –Miro a su hermano quien sonreía ante la vista que tenía, sin duda esos chicos eran todo lo contrario que pensó, se sentía mal al pensar que por ser amigos de ese desgraciado ellos eran igual, ahora podía confiar en ellos al descubrir que querían limpiar el nombre de su hermano, pero él tenía otros planes.
Sacando su celular escribió un corto mensaje “Shiba, tienes pase libre para actuar” presiono el botón de enviar y a los pocos segundos un “Me pondré en marcha” llego de respuesta, sacando una sonrisa maliciosa en el mayor, que fue sacado de sus pensamientos por una pregunta que lo preocupo.
-¿Que harás con todo esto? –Fue lo que pregunto el rubio al mirar las bolsas con los diversos regalos en su interior.
-Mmmm…Votarlo –Dijo como si nada- Pero –Se acercó para sacar el collar y reloj que le había dado en su aniversario y cumpleaños- Esto lo venderé –Sonrió sorprendiendo a los arcoíris que no esperaban esa respuesta.
-F…furicchi –
-Chicos, lo siento pero no quiero conservar nada que me recuerde a Akashi Seijuro –Determino dolido- Como le dije al padre no puedo perdonar lo que me hizo, no quiero volver a sufrir por sus palabras y les ruego que no lo mencionen en mi presencia.
La Kiseki miraba el dolor en esos orbes chocolates y la determinación del cachorro, cuanto había sufrido ese puro corazón era algo que a todos le dolía por lo que aceptaron la decisión del castaño y la cumplirían aunque eso les costara su amistad con el pelirrojo.
Un incómodo silencio se apodero de los milagros y los castaños, silencio que roto por satoru quien golpeo sus manos.
-Bueno –Sonrió aligerando el ambiente- Es hora de dormir, chicos se quedaran es muy tarde para que se vayan.
-No se preocupe Satoru-san, mi casa no esta tan lejos –El peliceleste rechazo la oferta causando que un peligroso brillo apareciera en los orbes del mayor.
-Se quedaran, ¿Si? –Repitió mostrando una faceta nueva que los milagros desconocían, pero el cachorro sonrió saliendo en ayuda de sus amigos.
-Claro que lo harán, sato-nii –Sonrió– Mis padres no están por lo que tenemos camas disponibles.
-Yo duermo con Furicchi –El rubio se adelantó abrazando al castaño.
-Eso no es justo, Se-chin –El titán hizo un puchero que provoco en el castaño una sonrisa ante la escena.
Pasaron unos minutos conversando hasta que decidió quien dormía con quien, quedando de la siguiente forma.
Kise y Aomine dormirían en el cuarto de invitados
Murasakibara, Kuroko en la cama de los padres y Midorima en la cama del castaño, quedando furi junto a sato quien dormirían en la cama del mayor.
Continuará...