En la casa de Furihara la Kiseki junto a los castaños se preparaban para dormir, luego de que satoru dividiera los cuartos parando la pelea, cada pareja se dirigió a su correspondiente dormitorio.
Cuarto de los padres
Murasakibara y Kuroko se las arreglaban para descansar, después de una larga disputa donde Kuroko rendido acepto dormir en brazos del titán, que alegaba que sin su osito le era imposible conciliar el sueño y el único remedio para eso, sería que Kuroko fuera su reemplazo.
-Buenas noches, Kurochin –Susurraba el pelimorado envolviendo el pequeño cuerpo de la sombra en un suave y cariñoso abrazo.
-Buenas noches –Contesto un cansado peliceleste que acomodaba sus manos en el pecho del gigante que a los pocos minutos se entregó a Morfeo, dejando chance al chico sombra “Al fin se durmió” suspiro el peliceleste que se escabullo de esos cálidos brazos para tomar distancia, pero al hacerlo el titán despertó al no sentirlo a su lado.
-Kurochin, que sucede –Pregunto refregándose los ojos, logrando que solo un pensamiento acudiera a la mente de la sombra “Esta será una noche larga”.
-No nada –Se acercó siendo recibido otra vez en un cálido abrazo, del cual no pudo escapar en toda la noche.
Cuarto de Invitados
Kise y Aomine discutían luego de que el moreno prácticamente se desnudara para dormir, dejando a un rubio sonrojado por lo descarado de su compañero.
-Aominecchi, no dormiré contigo en esas fachas –Reclamaba sonrojado.
-No molestes, kise –Se tapó ocultando su desnudez.
-P…pero -Trato de refutar, siendo interrumpido.
-Si tanto te molesta, duerme en el suelo –Dijo bostezando haciendo suspirar a kise, “En verdad eres un idiota, Aominecchi” pensó el rubio sacando sus ropas para intercambiarlas por el piyama prestado por Satoru, a los pocos segundos estaba listo acomodándose al lado del moreno quien al sentirlo a su lado no pudo evitar sonreír satisfecho, ambas espaldas se tocaban creando una agradable sensación que los acompaño durante toda la noche.
Cuarto de Kouki
Un peliverde se encontraba acostado en la cómoda cama del cachorro, mientras que en su mano intercambiaba mensajes con el halcón de Shutoku, que al enterarse de que su novio se quedaría fuera todo el día, no dejo de mandarles amorosos mensajes.
-"Shin-chan, espero que regreses pronto te extraño" -
-"No digas estupideces, Takao"-
-"Jejeje tan tsundere como siempre, no puedes simplemente decir que también me extrañas"-
-"No te extraño, bakao" –Aunque no estuvieran juntos el halcón sabía que su tsundere estaría adorablemente sonrojado.
-"¿En serio?, yo diría que si"-
-"Ya basta, es muy tarde me iré a dormir"-
-"Buu, ok buenas noches, te amo :*"-
-"Buenas noches"-
-"Ehh¡¡¡ y mi beso D:< "-
-"No tientes a la suerte, bakao" –
-"Bueno tenía que intentarlo, adiós mi tsundere <3"-
-"Adiós" -
Cuarto de Satoru
En la habitación de Satoru, el castaño mayor se hallaba despierto velando el sueño de su pequeño, mientras que hablaba con Shiba arreglando los últimos detalles del plan que se llevaría a cabo al salir el sol.
-Shiba, no quiero errores-
-Sato, no te preocupes tengo todo listo-
-Eso espero, ese enano tiene que pagar lo que hizo-
-Lo sé, yo también me quiero vengar por lo que hizo al pequeño Furi-
-Entonces a las 4 en kyoto nos encontramos-
-Está bien, mañana nos vemos, adiós-
-Adiós-
Colgando su celular miro a su lado donde su pequeño castaño seguía durmiendo, con una sonrisa dejo el celular en el velador y abrazo a su hermanito quedándose dormido al instante.
Y así la fría noche pasó en la casa de los castaños, quienes al despertar prepararon el desayuno para sus invitados, pasando una agradable mañana donde las risas y las conversaciones se hacían presente en toda la velada preparando los acontecimientos que tendrían ese día, donde el cachorro junto a la Kiseki y algunos compañeros de Seirin pasarían la tarde en el parque de diversiones, que se inauguraba ese día con geniales atracciones que algunos del grupo deseaba probar.
-¿No vienes sato-nii? -Preguntaba por segunda vez al mayor quien los despedía en la puerta.
-No puedo ko –Levanto su mano desarreglándole el cabello- Pero diviértete por mí, ¿si?
-No te preocupes, Satocchi nosotros cuidaremos a Furicchi –El rubio abrazo al menor sonriendo.
-Cuento con ustedes chicos –Miro a toda la Kiseki parando en el moreno- Sé que lo protegerán.
-De eso no hay duda –EL moreno dijo siendo asistido por los demás, que arrastraron al castaño hacia el lugar donde todos se juntarían.
Satoru los despedía hasta que se perdieron en la esquina de la casa, donde entro a su hogar marcando su teléfono.
-¿Sato, ya vienes?-
-Shiba, voy en camino llego en unos minutos-
-Ok te esperamos- Termino la llamada para sonreír “Akashi, es hora de pagar”, tomo las llaves y cerro la casa, para dirigirse donde la venganza del pelirrojo se llevaría a cabo.
..........
En otra parte de Japón un pelirrojo se sentaba junto a una linda pelirosa que era la hija de Tsuki corp, coordinando los últimos detalles para la ronda de prensa que se llevaría a cabo mañana, donde se revelaría el compromiso que beneficiaría a las dos empresas, asegurándolas en el mercado por los próximos 40 años.
-Akashi-san, mañana es el gran día –Una linda chica sonreía algo nerviosa ante la impotente mirada del emperador.
-Si –Se giró para sonreír- Espero que nos conozcamos más, Mitsuki-san.
-Bueno, bueno me alegra conocerte al fin Seijuro –Un señor de gran porte y de naranjos cabello extendió su mano frente al pelirrojo.
-Igualmente, Tsuki-san –El pelirrojo se levantó estrechando la mano de su futuro suegro.
-Pero que educado –Se giró para mirar al mayor- Se nota que es un chico de buenos modales, Masaomi.
-Gracias –Sonrió ante el elogio a su hijo- Seijuro, es hora de marcharnos –Se acercó a la chica- Mitsuki-chan me alegra que seas parte de la familia.
-Masaomi-sama, muchas gracias –Sonrió haciendo una reverencia.
-Nos vemos mañana Masaomi, Seijuro –Los acompañaron a la puerta despidiéndose de los pelirrojos, que al estar en la limosina conversaban.
-¿Hijo, que te pareció Tsuki Mitsuki? –El mayor miraba como el menor sonreía.
-Es una chica rara, pero no importa siempre que sirva para la empresa-
-Me alegra escucharte, gracias a esto tenemos el futuro asegurado-
-Lo sé- Sonrió con frialdad mirando por la ventana, donde miles de personas se dirigían a sus trabajos.
..........
No muy lejos de hay un castaño llegaba a la estación de Kyoto, donde fue recibido por sus compañeros que lo ayudarían en su venganza.
-Hola chicos- Satoru saludo a las 5 personas presentes.
-Al fin llegas –Un moreno de negro ojos alzaba su mano que era chocada por el castaño- Vamos se nos hace tarde.
-Está bien, Yoru donde está el enano-
-Viajando en su limosina después de visitar a los Tsuki en su mansión, según sora en la tarde ira al mall para recoger un regalo que le entregara mañana a la hija de tsuki-
-¿Un regalo? ¿Y para qué?-
-No te gustara –Shiba se acercó al castaño- Según mi fuente, el enano anunciara su compromiso con la hija de Tsuki.
-QUEEEEEEEEEE???- Satoru no se esperaba esa noticia.
..........
En tokyo, la Kiseki junto al castaño llegaban al parque donde eran esperados por los integrantes de Seirin, además de Takao, Himuro y para sorpresa de todos los reyes sin corona estaban presentes, que al ver al castaño Reo no se controló y se lanzó para abrazarlo fuertemente.
-Mi Kou-chan –Lo abrazaba con cariño- ¿Cómo estas mi niño?
-Reo lo vas a matar –Kotaro separo a un emocionado pelinegro del pequeño cachorro.
-Reo-san, chicos –El castaño se arregló el cabello aun sorprendido- ¿P…pero que hacen aquí?
-Ayer nos enteramos de lo que él te hizo –Reo se acercó para acariciar el cabello del cachorro- Por lo que hablamos con kagami y venimos a verte, pero mira –Levanto el rostro del pequeño- Como te tiene ese idiota, pero no te preocupes siempre nos tendrás de tu lado –Dijo siendo asistidos por todos los presentes, emocionando al castaño.
-Reo-san, chicos gracias –Sonrió regalándoles una linda sonrisa sin poder evitar que unas lágrimas de felicidad escaparan de sus ojos, al ver los grandes amigos que tenía.
-Chihuahua –El moreno sonrió de lado ante la tierna escena, al igual que los presentes que se alegraban de ver como el menor sonreía como antes, ellos se encargarían de conservar esa linda sonrisa que a tantos le gustaba.
-Pero bueno –El tigre rompió el momento- Ya es mucho amor, ahora vamos a divertirnos.
-Ok- Todos se dirigieron al parque, que sin duda sería una grata experiencia.
Continuará...