Epílogo
Sólo tres historias fueron cerradas, mas nunca se supo que ocurrió con los otros dos jóvenes embarazados ¿Qué habrá hecho Wonwoo para que Mingyu se molestara? ¿Por qué Jihoon golpeó al líder con su guitarra?
Un par de horas antes, cuando todo mundo trataba de asimilar la noticia, Mingyu, se encontraba en su habitación indignado porque su novio lo había llamado, en pocas palabras, zorra.
— No puedo creer que dudase de mí — pensó el más alto del grupo en voz alta creyendo que se encontraba solo, sin imaginarse que Wonwoo estaba al otro lado de la puerta escuchando todo.
— Tus acciones hacen que lo haga — dijo el mayor mientras entraba a la habitación lo que provocó un sobresalto en el menor. — Perdón por asustarte.
— ¿Cómo que mis acciones? ¿No te he demostrado lo suficiente que te amo?
— Pues las fans se la pasan subiendo fotos de ti con los demás. Además, nunca me das mi lugar como tu NOVIO — reclamó el mayor.
— ¿Sólo es eso?¿En serio? ¿Me llamas zorra por unas simples fotos que sabes perfectamente que es fanservice? — el más alto intentaba no alterarse por el bien del futuro nuevo integrante de la familia.
— Insisto, que si el saco te queda. Es más, ni siquiera sé si ese supuesto niño sea mío — insistió Wonwoo, sin embargo, se dió cuenta de cuan hirientes fueron sus palabras al ver cómo Mingyu cambiaba su semblante.
— Vete — dijo el menor apretando sus puños.
— Ming… Yo… No quise…
— ¡Fuera! — lo empujó fuera de la habitación y cerró la puerta. En ese momento el mayor se dió cuenta que Mingyu no mentía y que todo era producto de sus enfermizos celos.
Comenzó a tocar la puerta desesperadamente pidiendo perdón por sus palabras, pero el menor no abría la puerta.
— ¡Amor! ¡Perdoname! No quise decir eso — imploraba Wonwoo.
— ¡No quiero saber nada de tí! — gritó dolido el más alto — ¡Déjanos solos a mí y a mi hijo!
— ¡Es nuestro hijo!
— ¡No según tú!
La discusión siguió varios minutos más, lo suficiente para que Seungcheol temiese por lo que le esperaría detrás de aquella puerta. Amaba a su pequeño novio, pero al mismo tiempo le temía por su carácter. Se armó de valor y entró.
— Mira quien se dignó a venir — dijo Jihoon con sarcasmo.
— Sí bueno… Estem… ¿Cómo estás? — balbuceó el líder.
— ¿Es todo lo que tienes que decir?
— No sé… ¿Qué te dijo el doctor?
— Tenemos 4 semanas…
— Ósea ese día en el estudio… — comenzó a hablar el mayor y el menor sólo asentía — No sólo hicimos “música” para el comeback sino también un Niño… Es muy difícil de procesar.
— ¡¿Cómo qué difícil, Seungcheol?! — gritó el menor.
— Pues, ¿qué quieres? Esta noticia no me la esperaba — argumentó el pelinegro.
— ¡¿En serio nunca imaginaste que algo así ocurriría?!
— Jihoonie no te alteres — trató de defenderse el líder.
— Te castraré — advirtió el pequeño productor.
— Vamos, no dejarás a nuestro hijo sin la posibilidad de tener un hermanito en el futuro, ¿verdad?
— ¡Voy a matarte Seungcheol! — el más bajito tomó su guitarra y comenzó a perseguir a Scopus por todo el cuarto.
— Woozi, tranquilo. No dejes al niño huérfano tan pronto — rogaba el mayor.
— No te extrañará, te lo aseguro — luego de aquella frase acertó un golpe en la cabeza del mayor dejándolo inconsciente.
Tras enterarse qué ocurrió con las dos parejas faltantes, todo tendría sentido y esta historia llegaría a su fin. Sin embargo, una nueva historia se empezaba a escribir. Los días pasaban y el dormitorio era un caos total: antojos, cambios de humor repentino, náuseas, etc. Dk, Hoshi y Dino, no sabían realmente qué hacer.
En un ataque de antojos por parte de Minghao, todos salieron a comer menos Seokmin y SoonYoung. Platicaban sobre cómo se había perdido la poca tranquilidad que existía en el departamento.
— Hace mucho que no estaba esto tan tranquilo — comentó el vocalista rompiendo el silencio.
— Sí, con eso de que se agranda la familia, de por sí ya numerosa, no hemos tenido un día de paz — prosiguió el bailarín.— Aunque me alegra ver a todos tan felices, me siento algo solo — terminó con un suspiro.
— ¿Solo? — preguntó Dk.
— Sí, a veces siento que, desde que nos enteramos de la noticia, ni el perro me hace caso.
— Si es así a mí tampoco ni el perro me pela. — aclaró el vocalista.
— Claro que no. Tú eres guapo y tienes varias chicas detrás de ti. — dijo el bailarín.
— ¿Piensas que soy guapo?
— Estaría ciego si no lo admito — luego de eso las mejillas de Hoshi se encendieron en un rojo tomate — Además… no creas que nadie se da cuenta de las miraditas que te avientan Yuju y Kei cuando las vemos.
— Eso no es verdad — rió Seokmin.
— ¡Claro que sí!
— Si no te conociera, diría que estás celoso.
— ¿C-celoso? — tartamudeó el bailarín.
— Sí. ¿Sabes? Tú también eres lindo. — DK se acercó a Hoshi de manera provocativa. Cada vez la distancia entre sus rostros era menos, el mayor por el nerviosismo, empujó a su compañero y se levantó rápidamente del sillón.
— ¡No es cierto! — Gritó SoonYoung al salir corriendo y encerrarse en su habitación.
— ¡Soon! Era broma, no te lo tomes a mal — Lo persiguió el vocalista.
La relación entre ambos se tornaba cada día más extraña e incómoda, pero ninguno sabía que habían sentimientos crecientes en ambos.
Nada volvería a ser lo mismo dentro del departamento que compartían los chicos de Seventeen, sin embargo cada día sería mucho más interesante que el anterior. Más risas y aventuras les prepara el destino.