Una vez que todos aceptaron, o bueno la mayoría pues 13Seth, 14Gullveig, 15Tiamat y 16Lilith los cuales no estaban de acuerdo pero como eran minoría, se decidió darle aquel amor al mar y al sol
Isis hablo ante los que estaban de acuerdo- ahora que convergemos en un mismo punto quiero recordarles que no se debe olvidar, que así como existe el hijo de la luz debe de existir el hijo de la oscuridad o mejor dicho el hijo de la noche-
-Estos serán el ying y el yang ¿o me equivoco?- cuestiono 17Amaterasu
-¿Cómo es que se dará la gestación de los niños?- pregunto ahora Artemisa
-Serán moldeados a semejanza del hombre pero tendrán los dones del mar y el sol en caso de este y de la luna y la noche en caso del otro niño, además no creo que Seth y Lilith se queden así sin nada que hacer, por lo tanto el hijo de la noche será el guardián del hijo del sol y el mar y de ellos dependerá el unirse o separarse- termino de explicar Eurínome
-En cuanto a la gestación en el caso del hijo del mar y el sol quisiera encargarme personalmente de ello, pues nacerá de la primera y más hermosa estrella de mar que toque el sol al alba- dijo Yemayá viendo a los demás presentes
-En cuanto al hijo de la noche deseo encargarme yo- hablo Artemisa- tomare la estrella más fuerte y que brille mas de entre la oscuridad de la noche y lo moldeare y le daré el conocimiento de proteger y la fortaleza de pelear para que pueda proteger al hijo del mar- termino su monólogo la deidad
-Amaterasu te pediré que con tu luz al alba rocíes a la estrella más dulce para que tenga el calor del sol- pidió 18Yemayá a la otra deidad
No tienes que decirlo, eso hare- dijo altivamente para retirarse y poco a poco se fueron yéndose cada dios a lugares sagrados.
Pasaron cerca de siete meses donde el mar y el sol fue avisado que su suplica fue escuchada y al finalizar el sexto mes donde la noche daba paso al día antes que el sol saliera apareció un joven de pelo azabache y ojos tan negros como la oscuridad, de piel blanca como el fulgor de una estrella, el joven se encontraba a los pies del mar viendo en dirección al horizonte sin saber por qué.
-Mi pequeño- hablo con dulzura el cielo donde se podía observar a Artemisa mostrándose ante el chico que le veía con calma y respeto- tu nombre es Sai fuiste elegido de entre las más raras estrellas que brillaban mas de entre la oscuridad, de corazón frágil pero bravo en batalla si te quitan a lo que más amas, tu deber será acompañar y cuidar del hijo del mar, no tardara en mostrarse tienes mis dones de caza, la sabiduría que Athena accedió a darte así como la estrategia en la batalla, serás tan inmortal como lo sea el joven del mar- termino de decir Artemisa para darle paso a Amaterasu con su gran luz y los primeros rayos del sol tal como acordaron las diosas salió un joven de tez tostadita como la arena, ojos tan azules como el mar y el cabello dorado como el sol en sus mejillas se podía observar tres líneas como asemejando bigotes.
El chico vio al pelinegro sorprendiéndose de él y después volteo a ver al mar observando a una joven de cabello negro morena con cola de sirena y muchas cuentas- Mi joven hijo tu eres la descendencia de aquel que es, iracundo y apacible en su temperamento, tal como la marea, así mismo de la luz que con tu sonrisa y tu mirada irradias, brindas confianza y amor a quien lo necesita y serás el ying del hijo de la noche- dijo la mujer para acercarse a él y decirle por ultimo- naciste de mi más hermosa estrella de mar y la cálida luz del sol, por ultimo tu nombre es Naruto, ve con aquel joven confía en él-Termino de decir Yemayá para señalar a Sai
Los jóvenes se acercaron y como si fuera algo incierto juntaron sus manos sintiendo aquel calor que les faltaba, los niños iban caminando conociendo como era aquel mundo, un mundo donde aquellos llamados humanos reían, peleaban, lloraban y morían. Caía la noche y los niños no tenían donde dormir hasta el momento en que Sai recordó haber vislumbrado algo alejado del mar y alejado del pueblo.
-Sabes Naruto, no está lejos del mar pero si de la gente de este pueblo, se que nuestras madres dijeron que nos camuflajearnos pero es gente corrompida, que se odia entre si y no quiero que te pase eso- se expreso firme Sai
Naruto le dirigió una mirada tierna-gracias Sai, gracias por preocuparte por mí además yo tampoco quiero que te pase nada, bien vayamos a esa cabaña-ambos niños se dirigían hacia la cabaña
En el recorrido hacia la cabaña vieron cosas que no creyeron, pues observaron el lado oscuro del ser humano como por algo tan simple que era el pasar junto a uno era provocación para matar, utilizaban a las mujeres como objeto y algunos niños, así mismo la miseria y la pobreza que había entre el ser humano, provocándoles que corrieran hacia el refugio que tendrían, saliendo del pueblo y adentrándose a un bosque donde en poco tiempo llegaron a la cabaña.
Al entrar observaron que parte del techo estaba destruido y entraba luz de la luna al mismo tiempo se observaban las estrellas y el mismo astro lunar-Sai, tu madre fue la diosa Artemisa ¿no es así?-cuestiono el rubio mientras acomodaban algo de paja para simular unas camas y obtenía como respuesta un cabeceo y un murmullo de un sí- como… ¿cómo fue que te creo?- le pregunto otra vez el rubio.
-Pues me explico que fui creado de la estrella más hermosa de la oscuridad de la noche y que me brindo el conocimiento y ganas de protegerte, así mismo me enseño el arte de la flecha y el carcaj, al mismo tiempo Athena me dio la sabiduría así como la estrategia en una pelea. Ahora a dormir que mañana será largo- termino de decir Sai para jalar a Naruto y dormir.
Al día siguiente tanto el rubio como el moreno pidieron permiso a Gea y oraron por los arboles que cortarían para mejorar la cabaña, hacia poco más de medio día se dirigían al pueblo a conseguir algunos muebles y proveyéndose de los elementos de la naturaleza.
La gente del pueblo les veía extrañado, pues cada uno emanaba una luz propia pero de quien más les llamaba la atención era del rubio, les traía paz a sus negros corazones pero había otros que influenciados por algo más oscuro
-Que es lo que haremos, esos niños nos frustraran los planes- hablo Lilith molesta dentro de una cueva
-Paciencia, tengo la idea de cómo separarlos pero para ello utilizaremos el poder de hades y espero nos quiera ayudar- termino de decir Seth
-¿A qué te refieres?- pregunto Gullveig intrigado y más por ver la sonrisa enigmática que salía de aquel dios.
-Ya lo veras, pronto lo entenderás- termino de decir Seth para desaparecer mientras que las sonrisa fue lo último que se vio