-Hola Herm- saludo un feliz pelirrojo a su novia, estaba ansioso por contarle todo lo que había pasado el día de ayer.
-Hola Ron ¿Qué pasa?- pregunto después del respectivo beso, no era normal que su novio amaneciera tan “despierto”.
-No tienes idea- con esa introducción le conto a la castaña todo lo que paso con Harry y Draco, también le comento sus ideas y conclusiones.
-Vaya, para creer que Harry siente algo más que simpatía por Malfoy, lo estás tomando muy bien- la chica realmente estaba sorprendida por la forma de actuar tan madura del Weasly.
-Pues desde que vi esa mirada en Harry supe que aún si quisiera hacer algo no podría porque es mi mejor amigo y quiero lo mejor para él, se merece ser feliz y si es con el hurón pues por mí que lo haga, adem…- no pudo seguir hablando porque Hermione se lanzó a sus brazos y lo beso con hambre, de esos besos que hacen que se te pare más de un pelo. Luego de un par de fogosos besos y unas caricias algo atrevidas se separaron por la interrupción de un estudiante que se pasó por ahí.
-Eres un excelente amigo, te amo- le susurro la castaña en el oído de forma sensual, por Dios, de haber sabido que siendo sensible le recompensarían asi lo haría a toda hora- Nosotros le ayudaremos a que conquiste a Malfoy.
-Ok- Ron aún estaba en el mundo de las fantasías con esos besos pero rápidamente despertó para saber qué era lo que harían por su amigo y su nueva conquista.
-No vamos a hacer nada, dejaremos que Harry actué por voluntad propia y si necesita consejos o algún empujoncito se los daremos, mientras nos sentamos a observar- le hablo Granger muy segura de lo que decía, al fin y al cabo a todos nos gusta que nos conquisten con estilo propio, solo intervendrían si su amigo lo está haciendo mal.
-¿Solo vamos a mirar?- pregunto Ron coqueto, le gustaban las ideas de su novia pero en ese momento quería más que solo mirar y no tenía nada que ver con Harry.
-Solo vamos a mirar cómo le va a Harry, de resto podemos actuar-le respondió la castaña en tono sugerente, se volvieron a besar y el pelirrojo poso sus manos de forma atrevida en su trasero y se lo apretó sacando un gemido de satisfacción a la chica que lo tomo del cabello acercándolo más a ella, pero un carraspeo los saco de su momento.
-Los pasillos no son para demostraciones de ese tipo- susurro Snape, los miraba de forma reprobatoria y supieron que de esa no salían bien librados.
-No lo puedo creer- Harry se rio por lo que su amigo le contaba, no imaginaba la cara que tenía ese estirado de Snape al verlos en semejante situación tan fogosa, claro que es culpa de sus amigos por manosearse en los pasillos.- Pagaría por haber visto su cara en ese momento.
-Estábamos tan bien, se me bajo todo cuando lo vi parado enfrente de nosotros- le respondió Ron también riéndose, en fin ya lo habían castigado pues ahora solo le quedaba reírse de su desdicha.
-No dudo que se te haya bajado- se volvió a burlar Potter, obviamente eso se lo contaba sin estar Hermione presente, ella se moriría de la vergüenza al saber que Harry sabe todos los sucios detalles.
-Por supuesto, si fue Snape el que nos atrapo- se auto conforto el pelirrojo- Ese tipo debe ser virgen, aunque supe que debajo de esas túnicas enormes era un hombre fértil igual a Draco, por eso tanta afinidad entre ellos.
-Fértil y todo pero yo también creo que no ha logrado hacérselo parar a nadie- ambos chicos estallaron en risas, burlándose del estirado de su profesor de pociones. Cosa que era solo en broma porque no es como que alguno de ellos sea experto en sexo, a decir verdad ambos eran vírgenes, solo que tenían como excusa que quien tiene sexo en medio de una guerra (Lupin).
-Igual tengo que cumplir con mi castigo por las tardes mientras tú puedes ir a contemplar a tu dulce tormento- se burló Ron del ojiverde.
-Cállate calenturiento-le riño el pelinegro con gracia.
-Como si tú no quisieras hacerle lo mismo al hurón- le decía el chico mientras se levantaba e iba a almorzar con su novia para después ir a cumplir con su castigo, cada uno a un lado diferente cabe aclarar.
No tan lejos de ahí un hermoso rubio se sentaba en la orilla del lago cuando llego Dobby quien le llevaba todo un banquete, el rubio sonrió como el día anterior, ya era costumbre que él se quedara en ese lugar donde nadie lo veía y el elfo le llevara comida aunque él nunca se la pidió. No muy lejos Harry veía como interactuaban ese par, le gustaba como se veía Draco asi, sin necesidad de tanto protocolo y etiqueta, era mejor verlo como ahora tan natural y sin embargo sin perder esa aura de magnificencia que lo envolvía siempre.
-Gracias Dobby- le dijo Draco y desde donde estaba Harry pudo escucharlo perfectamente, cuando el elfo hizo una inclinación y después de unas cuantas frases de cortesía entre ellos se levantó y fue directo hacia él. Harry se estremeció al ver esos ojos azul eléctrico posarse en él, pero de la misma forma desvió la mirada y empezó a comer lo que Dobby le había llevado.
-Buenas tardes señor, Harry Potter señor, aquí está su almuerzo- el elfo le hablo con cortesía y confianza, sin saber que Harry estaba por degollarlo ahí mismo, se suponía que el rubio no debía verlo, claro que eso no se lo dijo al elfo.
-Gracias Dobby- era su culpa al fin y al cabo, asi que solo tomo lo que el elfo le ofrecía y empezó a comer, con algo de timidez volteaba a ver a Draco cada cierto tiempo, el chico comió y después de recibir un jugo de calabaza de otro elfo se recostó en el prado, igual hizo Potter quien se dio cuenta de la tranquilidad del lugar y por fin pudo descansar una tarde sin los acosos de sus fans.
No sabía cuánto tiempo había pasado pero estaba seguro que era mucho, porque el cielo se estaba empezando a oscurecer, Harry volteo a mirar hacia el lugar donde estaba Draco pero no lo encontró, era obvio que el chico ya se había ido a su sala común. Suspiro, aunque fue un suspiro de sentimientos encontrados, estaba desilusionado por quedarse dormido y no haber podido ver a Draco, peor por otro lado estaba feliz porque pudo descansar sin que nadie lo estuviera acosando.
Iba directo hacia su sala común donde estaría al fin a salvo de ese montón de estúpidos que lo miraban como si fueran mejor que él, por favor, primero se congela el infierno antes de que alguno de ellos pueda hacerlo sentir inferior, pasando por los pasillos del castillo escuchaba murmullos a su alrededor y comentarios malintencionados, lo más suave era mortifago, traidor o cobarde asesino, el resto de insultos eran demasiado duros como para siquiera pensarlos, pero eso a él no le importaba. Siempre estaba con la cabeza en alto y miraba a todos como siempre, él era un sangre pura Malfoy y no importa cuántos señores tenebrosos caigan él nunca dejaría de ser lo que es, su familia salió bien librada ya que decidieron dejar la lealtad a Voldemort y por eso fueron casi prisioneros en su propia casa.
Le agradecía internamente a Potter por su ayuda en su caso y el de su madre pero nunca lo diría en voz alta a nadie y mucho menos al pelinegro asi lo cruciaran mil veces. Aunque ayer lo vio huyendo de sus fans y eso le dio algo de risa y otro poco de pena, hoy que lo vio y sin que Dobby se lo dijera supo que había copiado su estrategia de huir al lago donde nadie podía verte, se sintió algo molesto por su repentino acompañante, pero como el ojiverde no hizo ni dijo nada él dejo de preocuparse, se dio cuenta que el chico lo miraba a veces pero él no le hablaría nunca por voluntad propia, que otros le rindan pleitesía al salvador del mundo mágico no significa que él también lo haga. Pero la verdad verlo cuando lo escucho roncar no pudo evitar soltar una carcajada, si tan solo tuviera una cámara, se levantó y se acercó para despertarlo con un “poco” de agua, pero a verlo dormir tan relajado y guapo no pudo hacerlo, lo que sí pudo fue asustarse de sus propios pensamientos al pensar en Potter como guapo y con facciones varoniles que te daban ganas de tocarlo y … era mejor olvidar aquello, seguro que mañana Potter no volvía y ese espacio seria solo suyo de nuevo.