Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The V Kings por Mal-Dita

[Reviews - 75]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Han pasado 84 años y reviví. Esto es un milagro de semana santa.

No tengo palabras para expresar mis disculpas por la demora.

Espero que lean unas cositas que les deja abajo cuando termine el capitulo.

 

Advertencia!: Es un capitulo de larga duración.

Espero que les guste.

 

Playlist song n°15:                     King - Years & Years

 

 

A vísperas de navidad...

 

Las calles en Tokio se encontraban llenas de arboles de colores y villancicos que deslumbraban con un aura mágica a niños y adultos. Era sorprendente observar como una celebración extranjera se había tomado el país nipón, pero el trabajo debía seguir con su curso normal a pesar del buen ambiente festivo que rondaba.

En tanto en el departamento de Kageyama existía el mayor de los silencios cuando este abrió sus ojos cansados para lo que sería el inicio de otro año más en su vida al cual no daría mayor interés.

Daichi fue el primero en llamar para felicitarlo por su nuevo año, concediendo por completo ese toque paternal que lo caracterizaba. Mientras sus otros compañeros lo llamaron al rato o mensajearon como era la costumbre, pero a pesar de la cantidad de saludos recibidos el azabache no se encontraba especialmente emocionado y simplemente se limitaba a agradecer.

Pretendía salir a ejercitar para luego regresar a su departamento nuevamente antes de la cena en la compañía Ukai,  como era de esperar probablemente le harían algún regalo por su cumpleaños. Pero antes de salir el citófono sonó imprevisto y en la pantalla observo al conserje con rostro asustado.

-¿Qué sucede?

-Señor Kageyama, en la entrada hay un chico que dice conocerlo.

-Te dije que no hicieras pasar a ningún fan.

-Pero señor, lleva aquí media hora o más y no se va. Además amenaza ir piso por piso buscándolo y tiene una cara de lunático que da miedo.

-Ese no es mi problema.

-Pero señor...

-¡Maldito Kageyama! ¡O me dejas pasar o la próxima vez que te vea rompo tu orgulloso trasero de rey!

Cuando Kageyama escucho la estruendosa voz de Hinata solo atino a presionar el botón de la entrada para dejarlo pasar terminando con la video llamada.

"¿Qué hace ese enano aquí? No recuerdo que hoy fuésemos a practicar o algo. Ah, solo le diré que se largue...o que se quede, no lo sé ¿Olvide que nos juntaríamos? No lo creo, jamás lo olvido. Pero el nunca había entrado a mi departamento...¿Qué busca?"

Sonó el timbre y Kageyama se sentía algo ansioso sin comprender bien el porqué, pero al abrir la puerta se encontró con una postal digna de fotografía cuando vio a Hinata cubierto con nieve y una expresión tan enfadada que podría jurar que estaba a punto de golpearlo en el rostro.

-¿Qué demonios haces aquí? -pregunto serio-

-¡¿Como qué demonios hago aquí?! ¡¿Acaso no es obvio?!

-¡Claro que no es obvio idiota! ¡Por eso te pregunto!

-Pues es tu estúpido cumpleaños, ten.

-¿Qué es esto?

-Un regalo ¿No vez el papel que envuelve la caja y la cinta azul?

-Esto ¿Gracias? ¿Pero por qué estas tan enfadado?

-¡¿Y te dignas a preguntar?!

-¡¿Cómo quieres que sepa si no me lo dices?!

-¡Eres un tonto!

Sin más Hinata se volteo y comenzó a caminar enfurecido al elevador.

-¡Hey! ¡Espera! -agarrando el abrigo de Hinata-

-¡¿Qué?!

-¿Donde crees que vas?

-¡Al taller o al gimnasio, lo primero que suceda! ¡Jamás debería haber venido en primer lugar!

-Hinata espera.

-¡No!

-¡Solo dime de una maldita vez que hice mal ahora! -interponiéndose entre las puertas del elevador y Hinata- Si no lo dices no te dejare pasar.

-¡Ah! -alborotando sus cabellos- No me dijiste que hoy era tu cumpleaños y no tenía nada que regalarte así que tuve que ir rápido a la tienda, pero estaba repleta y espere casi una hora para pagar. El trafico era horrendo y cuando finalmente llegue aquí tuve que luchar con tus fans para pasar, pero no lo conseguí y tu no contestabas tu maldito teléfono ¡Por el amor de voleibol, contesta tu maldito teléfono!. El conserje no quería dejarme pasar así que tuve que entrar por los estacionamientos, pero enviaron unos guardias a sacarme y nuevamente estaba en la calle con nieve. Cuando llevaba casi cuarenta minutos suplicando que me dejaran entrar y tu continuabas sin contestar tu estúpido teléfono, el conserje por fin se digno a llamarte y cuando llego aquí tu me recibes con la peor actitud del mundo ¿Te parece poco?

-Yo...¿Pero por qué simplemente no te fuiste?

-¡Porque tenía que entregarte tu regalo de cumpleaños!

Aquello fue demasiado para Kageyama quien no pudo evitar el evidente sonrojo de sus mejillas avergonzadas.

"Oh, no ¿En verdad hizo todo eso por mi? ¿Qué hago? Oh, no, quiere una respuesta y no sé qué decir. Vamos Tobio reacciona. Dios, se ve muy lindo y no lo soporto. Me dio un regalo, solo vino aquí para esto...yo, no sé qué hacer".

-Lo siento -dijo finalmente Kageyama- De seguro no conteste porque estaba hablando con alguien más, en verdad no vi ninguna llamada tuya. Yo...gracias.

La ira de Hinata se disolvió ante las escuetas palabras del azabache acompañadas con una mirada culpable que provocaron cierta ternura en el de cabellos anaranjados, porque jamás lo había visto así de vulnerable.

-E-está bien -dijo resignado Hinata- Solo contesta tu teléfono cuando llame.

-Sí, lo prometo.

-Creo, que eso es todo. Nos vemos luego. Esto...disculpa por gritarte así y por asustar al conserje, no fue mi intención. Adiós.

-Estas cubierto de nieve y estuviste casi una hora afuera, no puedes irte ahora.

-Parece que vas a salir -dijo mirando la ropa del azabache-

-No es nada importante.

-Pero cuando abriste la puerta llevabas un bolso colgado al hombro.

-Solo ignora eso y entra de una vez.

-Estas siendo súper persuasivo.

-Tks...-chasqueo la lengua molesto- Solo entra para que te seques ¿Sí?...Por favor...

-Wow, estamos mejorando. Por lo menos ahora dices las cosas con un por favor.

-¿Lo harás o no?

-Muero de frio.

-Vamos, entra.

Kageyama sentía una pequeña victoria interna al conseguir que el rematador aceptara entrar a su departamento, pero su dicha aumentaba al ver el regalo que tenía entre sus manos.

-¿No lo vas a abrir?

-¿Ah? -exclamo sin comprender-

-El regalo ¿No lo vas a abrir?

-S-Sí...

Desato la cinta que amarraba la caja y al abrirla encontró un par de muñequeras negras que lo hicieron sonreír verdaderamente entusiasmado al punto de probarlas inmediatamente luciendo como un niño pequeño a ojos de Hinata, quien se sentía satisfecho ante la reacción del azabache.

-Son muy cómodas -dijo rotando sus muñecas- Gracias Hinata.

-No es nada, pero aun hay algo más.

-¿Algo más?

-Sí, mira dentro de la caja.

El de ojos color zafiro reviso nuevamente el contenido de la caja encontrando un pequeño sobre café que al abrirlo dejo caer lo que parecía ser un balón de voleibol color plata que en su parte posterior llevaba inscrito "Puedes volar alto". Observo el pequeño balón en sus manos sin poder comprender como era posible que ese chico que hace tan solo unos meses atrás era un completo desconocido ahora se estaba transformando en una de las personas más influyentes e importantes de su corta vida.

-Esto...-dijo Kageyama mirando aun su mano-

-¡Oh! Pensé que era un lindo llavero cuando lo encontré -sonriendo abiertamente- ¡Y mira! ¡Yo también tengo el mismo! Ahora los dos tenemos un amuleto del vóley.

Kageyama levanto la mirada y observo como Hinata sacaba de su pantalón un llavero idéntico al que él tenía en su mano, pero con la diferencia que el de cabellos anaranjados habían varías llaves colgadas.

¡Badump! ¡Badump! Escucho Kageyama en su pecho el terrible estruendo que su corazón palpitante hacia al gritar por el chico de cabellos anaranjados que se estaba colando dentro de él de manera intrépida sin poder frenarlo.

-Kageya...

-Gracias.

Hinata no supo qué hacer en ese instante, porque no estaba preparado para ser abrazado por el músico de horrible carácter que lo había dejado sin escapatoria para salir corriendo. Era mucho más grande que él, pero ante el abrazo se sintió mínimo como si un enorme titán fuera contra él. No es que nunca antes hubiese abrazado a alguien más grande que él, de hecho más de una vez había celebrado algún punto con Lev y el descendiente ruso era un gigante a su lado. Pero lo que le produjo Kageyama era distinto, porque no era tan solo su altura lo que lo hacía sentir minino, sino, esa energía que emanaba y que lo hacía preguntarse si en realidad esa fachada temible era en realidad solo una simple apariencia que guardaba en el fondo algo sumamente frágil que era protegido bajo un duro acorazado.

-Esto...¿Kageyama?

-¿S-sí?

-Estoy empapado y ahora tu igual...

A Hinata le sabía mal cortar el buen momento, pero en verdad quería sacarse la ropa húmeda que llevaba encima. Se separaron algo avergonzados por no saber cómo continuar luego de aquel abrazo, pero Kageyama agradeció que su cuerpo actuara instantáneamente al separarse, concediendo lo que decía el mecánico al comprobar que sus ropas estabas ahora húmedas.

-Te pasare ropa para que te cambies mientras se seca la tuya -dijo regresando a su semblante habitual-

Incomodidad, fue lo que sintieron ambos luego de que Hinata saliera del baño con la ropa de Kageyama.

"Esto no puede estar pasando ¡Dios! ¡¿Qué demonios quieres de mi?! Se supone que no debería verse así de lindo y menos en mi ropa ¿Por qué  tengo que pasar por esto? ¿Por qué me siento así solo al tenerlo cerca? No quiero sentir esto, es tan raro y me oprime el pecho".

-¿No tienes algo más pequeño? -pregunto Hinata doblando las mangas del suéter-

-No -dijo Kageyama intentando ignorarlo-

-Siento como si me hubiese encogido.

-Tendrás que soportarlo hasta que tu ropa se seque.

-¿Y en cuanto será eso?

-Media hora.

-¿Qué voy hacer en media hora?

-Ahí está el televisor, puedes ver lo que quieras -indicando la pantalla en medio de la sala-

Hinata lo miro receloso, pero resignado encendió el aparato y comenzó a buscar algo interesante que mirar durante ese tiempo. Mientras tanto Kageyama trataba de mantener su cabeza ocupada preparando algo caliente para su inesperada visita, pero era inevitable no recordar su pequeño amuleto color plata y cuando lo observo nuevamente lo contuvo fuerte en su mano antes de besarlo con cuidado.

"Es lo más hermoso que me han regalado, siempre lo cuidare Shoyo"

"Learn to fly" de los Foo fighters era exactamente lo que estaba haciendo Kageyama, porque todo lo que le había enseñado el de cabellos naranjas sin dudas era algo que por él mismo no habría logrado. Era tan cabeza dura que durante toda su vida se había privado de pequeños placeres y al parecer Shoyo de a poco su orgullo estaba quedando de lado. Se sentía más ligero, sentía que podía volar su continuaba aprendiendo de quien hace tiempo parecía volar a kilómetros de distancia. Porque Hinata era el sol y el sol siempre vuela alto.

-Ten -dijo Kageyama sobresaltando al de cabellos anaranjados-

-¡Ah! Me asustaste.

-Estabas embobado con la televisión, por eso no me escuchaste. Toma, es café.

-G-Gracias...-tomando con cuidado la taza humeante- ¿Sabías que los cuervos forman pandillas?

-¿Como bandas de cuervos organizadas que hacen destrozos?

-Más o menos, pero no es muy distinto a los humanos ¿No? A final a nadie le gusta estar solo.

-Sí, tienes razón.

Kageyama se sentó a un lado de Hinata para ver el documental de cuervos en Alaska y sin que se dieran cuenta paso una hora completa observando fascinados a las inteligentes aves.

-Wow, no pensé que pasara tan rápido el tiempo. Supongo que mi ropa ya estará lista -indico Hinata luego de que el programa finalizara-

-Sí, voy a ver.

Kageyama se levanto de mala gana de su cómodo sofá, pero cuando estaba en el cuarto de lavado pudo escuchar un grito de Hinata que lo alerto dejando toda la ropa tirada en el piso para llegar nuevamente en la sala principal donde encontró al de cabellos anaranjados con una enorme sonrisa tratando de articular palabras mientras hablaba por teléfono.

-¡Sí! ¡Sí! ¡No se preocupe entrenador! ¡Sí! ¡Gracias! ¡Adiós!

El músico que no entendía absolutamente nada de lo que sucedía y se acerco hasta el alegre chico que parecía tener lagrimas de felicidad.

-¡Kageyama!

-¡¿Qué demonios fue todo ese griterío?! Pensé que te estaban apaliando.

-¡Quede! ¡Al fin quede!

-¿En qué?

-¡El entrenador me selecciono para el campeonato asiático! ¡¿Lo puedes creer?!

Kageyama al ver al emocionado chico no pudo menos que sentir verdadera felicidad por su logro, que de algún modo lo hacía sentir parte de él. Hinata no podía contener tanta energía y termino por saltar sobre Kageyama que en un acto reflejo máximo lo sujeto antes de que cayera. El pobre corazón del músico no podía soportar tantas emociones en un día, pero Hinata sin saberlo lo estaba descontrolando todo su fuero interno.

-Tu ropa ya esta lista -dijo Kageyama tratando de terminar la escena-

-¡Bien! ¡Tenemos que ir a celebrar! -dijo soltando el agarre-

-¿Celebrar?

-¡Sí! ¡Estas de cumpleaños y a mí me seleccionaron! ¡Vamos a celebrar!

Hinata fue rápidamente en búsqueda de sus prendas, cambiándose a vista y paciencia del azabache que estaba rojo de vergüenza al ver semidesnudo al de cabellos anaranjados. Cuando estuvieron listos salieron del departamento en búsqueda de la motocicleta para ir a celebrar.

-¿Donde pretendes ir? -pregunto incrédulo Kageyama-

-Mmm, ya veremos.

-No me gustan las multitudes.

-Lo sé.

-¿Entonces?

-Siempre hay algo que hacer en esta ciudad.

 

Kageyama suspiro resignado a lo que podría suceder y solamente dejo que su mente divagara al rodear con sus brazos el pecho de Hinata que no podía estar más contento por aquel extraordinario logro de conseguir que el músico saliera con él y obviamente su puesto de titular para el campeonato asiático.

 

En la fiesta navideña de la compañía Ukai...

 

Esa noche se encontraba la elite de músicos, actores y modelos que componían la poderosa empresa. Es por eso que no era de sorprender que los integrantes de The V Kings hicieran su aparición triunfal junto al manager y los guardaespaldas, mas hacía falta uno de los músicos y los demás integrantes no podían comprender exactamente la razón.

-Tsk, Maldito rey -exclamo Tsukishima- Ahora tendré que dar explicaciones.

-¿No saben donde fue? -pregunto Kuroo-

-Me llamo hace una hora y no dio muchas razones, solo que no podría venir -contesto Daichi-

-Espero que no se meta en problemas. -dijo Oikawa- Con lo idiota que es no me sorprendería que nos avisaran que está en la policía por desordenes públicos.

-Sí, pero por raro que parezca me dio una buena impresión cuando llamo -dijo Daichi-

-Wow...¿Lo dices en serio? -pregunto Bokuto- Nuestro joven aprendiz al fin tiene una vida. 

-Sí, parecía de buen humor -confirmo Daichi-

-¡¿Qué?! ¿Tobio de buen humor? -exclamo Oikawa- Este es el día final para todos, viene el apocalipsis.

-No seas melodramático, el chico quizás tenía algo importante -trato de suavizar Daichi-

-Sí, pero Tooru tiene razón -intervino Kuroo-  Es algo bastante raro en él, esperemos que sea algo para bien.

-¿Sera una novia? -pregunto Bokuto-

-No me imagino a Tobio con novia ¿Ustedes sí? -dijo Oikawa- Pobre ser humano ¿Lo imaginan? Sus citas serían básicamente ir a una cancha de vóley a practicar y beber leche batida.

-Quizás sea deportista, una chica de voley -dijo Daichi-

-Daichi, por favor deja de ser tan condescendiente con el rey ese, me da asco -dijo hastiado Tsukishima-

-Es su cumpleaños, puede hacer lo que quiera -dijo Bokuto-

-Bro -dijo Kuroo- Tienes razón.

-Gracias bro -agradeció Bokuto-

-Estoy harto de ustedes -dijo Tsukishima-

-En el fondo nos amas -dijo Kuroo-

-Ni por todo el dinero del mundo, gracias -dijo Tsukishima-

-¡Oh!¡Chicos!

En ese momento todos en el grupo recién llegado se voltearon al escuchar la voz del asesor de la compañía Takeda Ittetsu, quien se acercaba animadamente con un regalo en las manos.

-Buenas noches chicos -dijo Takena con una reverencia- Me alegra mucho verlos.

-Buenas noches -dijeron todos en coro-

-Espero que se diviertan, aunque supongo que ustedes han ido a mejores fiestas.

-Gracias señor -dijo Daichi- Tranquilo, es una buena fiesta.

-Eso espero ¿No está Tobio con ustedes?

-Bueno...-dijeron mirándose unos a otros-

-Tuvo un imprevisto de último minuto señor, se disculpa por no asistir. Ruego que lo comprenda -intervino Tsukishima-

-Oh, ya veo. Bueno es su cumpleaños y puede hacer lo que quiera, lástima que traía un regalo para él.

-Si quiere nosotros se lo entregamos luego -dijo Oikawa-

-¡Hey! ¿Qué tal todo banda de raros?

El grupo observo a actual director de la compañía Ukai que como costumbre  llamo a los chicos cariñosamente "banda de raros". The V Kings  fue su primer gran  acierto como nuevo jefe, respaldándolo absolutamente frente a los socios inversionistas luego de que su abuelo el fundador de la compañía cediera su puesto por problemas de salud. Tenía un especial aprecio en ellos, pero eran tan raros y eclécticos que siempre le producían extrañeza.

-Buenas noches director.

-Nah, nada de formalismos gracias. Ya estoy harto de eso ¿Y donde está el raro con cara asesina?

-Tobio no pudo asistir hoy -dijo Takeda-

-Ya veo ¿Al fin consiguió una novia?

-En realidad, no sabemos señor -dijo Daichi algo nervioso-

-Bien, es su vida. De cualquier modo lo comprendo, si yo fuese él tampoco vendría a esta fiesta aburrida.

-¡Keishin! -reprendio Takeda-

-¡¿Qué?! -exclamo el director- ¡Vamos! Es cierto. Bien, ya es tiempo de irnos. Tengo que poner la cara con los inversionistas.

-Sí, por favor entreguen el regalo por nosotros -dijo Takeda-

-Si señor -dijo Daichi-

-Nos vemos.

Cuando la pareja desapareció el grupo también se disolvió; mientras Kuroo y Bokuto asaltaban la barra de comida, Daichi conversaba con otros músicos, Oikawa era rodeado por un grupo de modelos y los guardaespaldas rondaban por el lugar, Tsukishima estaba arto. Toda la gente alardeando y aparentando ser correcta era algo que lo irritaba a niveles insospechados, porque detestaba esa falsa alegría que todos irradiaban. El manager quería largarse lo antes posible, pero debía mantener las apariencia por un rato más y eso para su infortunio llevaría tiempo.

-¿Le gustaría tomar una copa señor?

Cuando escucho la pregunta se volteo y se encontró de frente con un pulcro camarero que le sonreía abiertamente mientras sostenía una bandeja llena de copas de champagne.

-¿Bromeas? ¿Por qué estás aquí? -pregunto Tsukishima-

-Cuando estudias gastronomía debes hacer estos trabajos, ya sabes, como puntos extra por venir a servir y cocinar para la alta alcurnia -respondió Yamaguchi divertido por la impresión del rubio-

-Alta alcurnia -repitió en broma sin querer- Odio ser parte de esto.

-Toma una copa, quizás lo olvidas un poco.

-Gracias.

-¿Divertido?

-Ni que lo digas, estoy tan feliz que podría ahogarme en el estanque de afuera para acabar con esto.

-Bueno, creo que si te diviertes. -sonrió- Bien, debo continuar.

-Sí.

-Nos vemos luego.

Cuando Tadashi se volteo para continuar con su trabajo el manager por primera vez en toda la noche sintió la sensación de calidez, es que el pecoso convirtió la fiesta en algo menos miserable cuando inesperadamente hizo su aparición. Siguió discretamente la silueta del castaño que pasaba entre la masa de personas ofreciendo espumante con el profesionalismo de un experto.

Durante el resto de la velada el rubio no podía evitar dirigir su mirada al joven camarero que con una gran sonrisa atendía a los asistentes, es por eso que alcanzo a ver claramente cuando el castaño se volvía aun más agradable ante uno ellos y al poco tiempo de observar comprobó que se trataba de nada menos que la fotógrafa Yachi a quien había encontrado platicando animadamente antes en el café. Por alguna razón verlos juntos lo puso de mal humor y su impaciencia ya era algo que se notaba a kilómetros.

-Hola -dijo una voz femenina- ¿Qué tal?

-Hola -repuso Tsukishima sin mucho interés- Bien.

-¡Uf! No lo parece para nada.

-Al parecer tu sabes mejor que yo lo que me sucede.

-Esto, bueno pensé que te gustaría algo de compañía.

-En realidad no.

-Pero la música está muy bien ¿No crees?

-¿Crees que lo que suena es bueno? Por favor, una base tan usada como esa y las voces que podrías encontrar en cualquier parte.

-Oh, pero ahora suena algo más lento ¿No te apetece bailar?

-No gracias. Permiso, necesito hacer una llamada.

 

Cuando salió del abarrotado salón y por fin su rostro recibió aire fresco sintió de forma inesperada como la manga de su blazer era jalado.

-Eso no fue muy amable de tu parte -dijo serio Yamaguchi-

-¿De qué hablas?

-Con tan pocos hombres es difícil para una chica encontrar a alguien para bailar y tú la rechazas así.

-¿Y qué quieres que haga? ¿Qué baile con ella solo porque sí? No, no soy así. No me digas que estas enfadado por algo tan estúpido.

-No estoy enfadado, pero solo hablo de cortesía, nada más. No es tan difícil hacerlo, aunque sea solo en apariencia. Se notaba que la chica quería estar contigo.

-Pero yo no con ella.

-Lo habrías hecho bien.

-No va a pasar.

-¿Por qué es tan difícil?

-Porque no quiero.

-Era un vals, nada fuera del otro mundo.

-Solo no sé bailar ¿Ok? ¿Eso querías escuchar? Pues ahí tienes, adiós.

-¡Tsukki espera!...Yo no lo sabía,  lo siento. Solo es que fuiste algo cruel.

-Que importa, mejor terminemos  así.

-No estaba tratando de insultarte.

-No me siento insultado, solo irritado. Me voy.

-¡Tsukki!

Sin esperarlo Tsukishima advirtió un fuerte agarre en su mano que lo arrastro  por los corredores sin evitarlo debido a la sorpresa.

-Aquí está bien -dijo Yamaguchi-

-¿Qué demonios haces?

-Yo...te enseñare a bailar -dijo con tono más decidido-

-¿Ah?

-Creo que es importante.

-¿Crees que bailar es importante? ¿De qué te sirve bailar en la vida normal?

-No es que vayas a ir bailando por la vida, pero es importante saberlo.

-No creí que eras de los que bailaba. Además tienes trabajo.

-He trabajado más que nadie esta noche, puedo tomar un rato. Y no, no era de la clase que baila más bien todo lo contrario.

-¿Entonces?

-Aprendí a la fuerza.

-¿Qué? ¿Ahora pretendes hacer lo mismo conmigo?

-No, no. Yo tuve que aprender para ayudar a una amiga.

-¿Te refieres a la fotógrafa?

-S-sí...¿Cómo lo supiste?

-Parecen íntimos ¿Comenzaste a bailar para gustarle?

-¡No! Con Hitoka solo somos amigos, fue más bien para ayudarla.

-Sigo sin comprenderlo, explícate.

-Ella quiere tener el vals de novias más hermoso que pueda en su boda.

-¿Vals de novias?

-S-si...se metió a clases de vals para parejas y como quería sorprender a su novia me pidió a mi ser su pareja de práctica. Bueno, así aprendí...eso y otros bailes...-dijo algo avergonzado-

-¿Así que no son novios?

-¡¿Qué?! ¡No! Ya te lo había dicho, solo somos amigos.

"Soy un idiota por enfadarme sin ninguna razón. Ella tiene una novia, una novia. Me siento como un idiota, un idiota que aprenderá a bailar. ¿Por qué no puedo negarme? Es tan sencillo, pero quiero saber lo que sucederá. Yamaguchi es una caja de sorpresas y me fastidia, porque es más de lo que yo pedí".

Nuevamente Tadashi sostuvo la mano de Tsukishima, pero esta vez fue algo más ligero y delicado que la vez anterior. Estrecho las distancias lo suficiente como para tensar aun más al rubio que veía incrédulo los movimientos del más bajo.

-¿Qué haces?

-Debes poner tu mano izquierda en mi cintura.

-¿Qué dices?

-Oh, vamos.

Tadashi puso la mano de Tsukishima en su cintura  y luego tomo una postura firme pero elegante que sorprendió al manager. El rubio sin mucho que negar comenzó a seguir los pasos del castaño que dirigía el baile sumergido en la máxima concentración que le daba un toque especial e inolvidable a sus dorados ojos dorados mientras en el fondo sonaba "Romance" de Richard Cleiderman.

-Bailar es como un dialogo sin palabras.

-¿A qué te refieres? -pregunto sin comprensor Tsukishima-

-Existen otros bailes donde el bailarín o bailarina esta solo en el escenario y es grandioso, pero el vals es uno de esos bailes que es solo para dos. Si la pareja no se sincroniza no existe armonía, es como una batalla para ver quién gana o tiene la razón, el secreto es que ambos se vuelvan uno.

A medida que pasaba el tiempo los pasos de Tsukishima se volvían más ligeros y rápidos al son de Yamaguchi quien iba con el típico conteo "un, dos, tres, un, dos, tres...". La seguridad que emanaba Tadashi era algo que jamás había presenciado Tsukishima  con anterioridad y que lo hizo cuestionar de lo que creía conocer del castaño. Quizás sabía mucho menos de lo que pensaba.

-¿Sabes? -pregunto Tadashi- No lo haces nada de mal ¿En verdad no sabias bailar?

-No.

-Pareces muy bueno.

-No es para tanto.

-¡Claro que sí! Tus pasos son tan ligeros a pesar de tu altura que en verdad me sorprenden.

-Tu tampoco lo haces mal.

-Gracias Tsukki.

-¿Por qué haces esto?

-¿Qué?

-Bailar, enseñarme o lo que sea.

-Porque pensé que la próxima vez que te ofrezcan bailar por lo menos ya no te sentirás tan mal si alguien te pregunta.

-Y si no quiero bailar con alguien más.

-Bueno, por lo menos sabrás como hacerlo y sacaras a bailar a quien de verdad te interese.

-Eso no sucederá.

-Claro que puede suceder, quizás esa sea la forma de decirle a la persona que te interese algún día lo que sientes.

-¡Hey!¡Yamaguchi! Al fin te encuentro -dijo un chico al ver al castaño- ¿Qué haces?

Ambos pararon en seco y en el acto se separaron asustados debido a la intervención del compañero de Tadashi.

-Yo esto...ayudo a un amigo con unos pasos de baile...jeje...

-Ok...eso es raro...-dijo el chico entornando los ojos-  ¡Como sea! Te he buscado por todas partes y te necesitan en la cocina. Ahora ya.

-Oh, bien. Ya voy.

-¡Apúrate! ¡La jefa te quiere matar! -exclamo antes de irse-

La pareja no tuvo más remedio que terminar abruptamente sin posibilidades de continuar con su danza que por muy raro que parezca los hacía sentir muy cómodos y en palabras de Yamaguchi "conectados".

-Ya debo irme Tsukki.

-Sí.

-Nos vemos.

-Adiós.

"¿Qué me pasa? Debe irse, esto ya termino. Él lo dijo, es para cuando encuentre a esa persona que me interese. Eso no va a pasar, ya lo acepte hace tiempo. Pero no sé que más decir, ya es tiempo que regrese a la fiesta. No quiero que se vaya..."

-¡Yamaguchi! -exclamo antes de que el castaño entrara a la cocina-

-Oh, Tsukki ¿Sucede algo? ¿Paso algo? ¿Estás bien? Estas sonrojado ¿Tienes fiebre?

-No hagas tantas preguntas a la vez, es molesto. -parando en seco por el contacto con Yamaguchi- Yo solo...

-Tu frente está que arde -dijo tocando su frente con la de Tsukishima- Debes regresar a casa ahora. Lo siento, lo siento ¿Qué querías decirme?

-Ya, no es nada -resignado- Tienes razón, me siento algo enfermo.

-¿Tienes medicinas en tu departamento?

-Creo que sí.

-Espera un momento, por favor no te vayas.

Y en el acto Yamaguchi entro a la cocina de la cual se pudo escuchar cómo se armaba un escándalo con platos rotos y al mirar por la ventanilla circular el rubio se encontró con el pecoso que aparentemente se disculpaba con su jefa y trataba de hablar sin lograr conseguirlo, pero luego de una reñida solución volvió a salir de la cocina.

-¿Que fue todo eso? -pregunto Tsukishima- Parecía que te iba a matar.

-Esto -rascándose la nuca- Tuve algo de miedo en verdad, tenía un cuchillo carnicero en su mano y lo agitaba sin parar en mi dirección. Creo que estuvo a punto de apuñalarme si no hubiese sido porque le vendí mi alma para que me diera la noche.

-¿Qué dices?

-Estás enfermo y no hay nadie que te ayude, claro que no te iba a dejar solo en estas condiciones.

-Pero tendrás problemas con tu jefa, te lo prohíbo Yamaguchi.

-No puedes prohibirlo nada, ya lo hice y no puedo regresar a esa cocina por hoy si no quieres presenciar un homicidio.

-Ah...

-Vamos, se hacer una buena sopa de fideos para estos casos.

-Tks ¿Haces esto para compensar lo que ha sucedido?

-Te mentiría si te digo que no, pero en realidad eso no me importa ahora. Vamos, debemos bajar esa fiebre.

¿Qué otra opción le quedaba? En cualquier caso la fiesta estaba aburrida y la sopa no sonaba nada de mal.

 

Sobre una motocicleta a toda velocidad...

 

A pesar de todo en aquel instante se encontraba feliz, tremendamente feliz. Luego de mucho tiempo agradecía profundamente cumplir un año más y estar en medio de una noche estrellada junto al chico de cabellos anaranjados, que había hecho de ese día cualquiera el mejor cumpleaños que pudiese recordar. El viento frio golpeaba sus rostros debido a la velocidad que conducía Hinata su motocicleta y Kageyama se sentía libre.

Habían ido de un lugar a otro durante toda la tarde y luego de que el día diera paso a la noche dejaron atrás el caos de la cuidad y terminaron sobre un mirador nevado donde Hinata estaciono su motocicleta para que ambos pudiesen bajar a tierra.

-¿Qué te parece? -pregunto Hinata-

-Se ve toda la ciudad desde aquí, es tranquilo. -contesto Kageyama-¿Por qué nos trajiste aquí?

-Es mi escondite secreto cuando quiero estar solo, pensé que te podría gustar.

-Sí -dijo sorprendido-

Pero antes de poder agregar algo más el músico sintió un impacto frio en su rostro que lo desoriento completamente. Se toco la mejilla y encontró rastros de nieve mientras Hinata reía ante la reacción del azabache.

-¡Ja! ¡Más atento Tontoyama! -se burlo Hinata a lo lejos-

-¡Maldito! ¡Me las vas a pagar!

-¡A ver si lo logras!

Comenzaron una batalla de bolas de nieve que termino con ambos tirados suelo cubiertos de blanco y sin un vencedor claro.

-¡Es obvio que yo gane! -dijo Hinata jadeante-

-¡¿Tu?! ¡¿Ganar?! ¡Es obvio que fui yo quien gano!

-¡Mírate! Estas cubierto de nieve.

-¡Tu igual!

Se quedaron tirados un rato contemplando el cielo parcialmente cubierto con nubes, pero lo suficientemente despejado como para ver algunas estrellas solitarias.

-Sí no fuese por la televisión no me habría enterado que hoy era tu cumpleaños.

-No tenías que hacer todo esto.

-¡Claro que sí! -protesto Hinata volteándose hasta Kageyama- Hoy es un día especial, naciste en un día como hoy y eso es algo muy importante para mí.

-Solo es un día más del año.

-No para mí y tampoco para ti... ¿Sabes?

-¿Qué?

-Eres un tonto ¿Lo sabías?

-¡¿Qué dices?!

-¡Jajaja! -exclamo divertido- ¡Claro que lo eres!

-¡Tu lo eres aun más!

-Kageyama -dijo sin mirar al azabache-

-¿Qué con esa seriedad?

-¿Te gusta alguien?

-Yo...-sus mejillas se volvieron rojas-

"¡Oh, no! ¡Oh, no! ¡Mierda, mierda, mierda, mierda! ¡Lo sabe! ¡Se dio cuenta que me gusta! ¡¿Qué hago?! ¡Mierda, mierda, mierda!...Espera un segundo ¿Me gusta? ¿Desde cuándo? ¡Oh, no! ¡Mierda! ¡Me gusta este idiota y no sé desde cuando! ¡Ah! No lo puedo creer ¿Por qué él? ¿Por qué tenía que ser él? ¿Por qué no podía ser otra? ¿Por qué no otro?... Supongo que la pregunta correcta sería ¿Por qué no él? ¿Por qué es hombre? ¿Por qué es escandaloso? ¿Por qué? Detesto esto, lo detesto a él por ser tan brillante, me detesto a mi por ser tan cobarde".

-Lo sabía, últimamente has estado más raro de lo normal.

-¿Q-qué?

-Es solo que cuando entrenamos pareces más distante, no sé, últimamente no me has insultado como de costumbre.

-¿Y eso que tiene que ver?

-¿Bromeas? Siempre lo haces. Bueno como sea ¿Es una chica linda?

"Entonces aun no se da cuenta. Oh, gracias."

-¿Por qué te interesa tanto si me gusta alguien o no? -tratando de disimular-

-Bueno, pensé que si comienzas a salir con alguien sería mejor no vernos tanto, porque te voy a quitar tiempo para estar con tu novia.
-¡¿Qué dices idiota?! -con enojo y pánico en la voz-

-Creí que sería una buena idea...no quiero que tengas problemas con ella.

-¡Qué no tengo una novia! No saques conclusiones apresuradas solo porque me gusta alguien.

-¡Ah ha! Entonces si hay alguien.

-Quizás. -atrapado y sin escapatoria-

-¿Y sabe que le gustas?

-No lo creo.

"Es demasiado idiota para notarlo, por suerte".

-Deberías decirle.

-¿Y tú que sabes?

-Bueno, yo le diría.

-¿Te gusta alguien?

-Aun no estoy seguro.

-¿Por qué?

-Es una situación algo complicada.

-Y así me críticas a mí.

"Oh, no. ¿Quién es esa persona? Vamos disimula Tobio, no debes parecer ansioso"

-No te estaba criticando, solo te daba mi opinión.

-Pues no pareces un experto que digamos. ¿Y que con esa persona?

-¿Ah?

-Dijiste que era algo complicado ¿Sabes si le gustas?

-¡Oh! ¡Claro que no! Esta a un nivel casi inalcanzable, no miraría un tipo como yo.

-¿Por qué no?

-Ya te lo dije, esta a otro nivel y yo soy un simple tipo que conoció de casualidad. Además creo que no le caigo muy bien.

-¡¿Qué?! Pero si eres la persona más sociable que he conocido en mi vida.

-¿Lo dices en serio? -sonriendo alegremente-

-Sí, demasiado.

-Bueno, aun así no creo que resulte y prefiero que las cosas se queden tal como están. Además recuerda que no estoy seguro de lo que siento.

-Entiendo -dijo Kageyama suspirando con alivio-

-¿La persona que te gusta cómo es?

-Alguien demasiado alegre.

-¿Alegre? ¿En serio? No pensé que eran tu tipo.

-Yo tampoco, también estoy sorprendido...

-¡Oh! ¿Y es famosa?

-No, bueno ahora no mucho.

-¿Ahora no mucho? ¿Eso qué quiere decir?

-Que creo que se convertirá en una estrella en poco tiempo más.

-¡Wow! ¿Es una cantante o algo así?

-No, no. Es más bien deportista.

-¡Wow! ¡Eso es aun mejor! ¡¿Qué deporte hace?!

-Vóley.

-¡¿Qué?! ¡¿Es en serio?!

-Sí Hinata, es en serio.

-¡Oh! Si dices que se convertirá en una estrella quizás la debo conocer, quizás está en el circuito profesional.

-Sí, quizás.

-Yo creí que tenías novia, en serio.

-Otra vez con lo mismo.

-Lo siento.

Se quedaron en silencio contemplando la ciudad sumergidos en sus pensamientos.

"No, no la tengo ¿Quieres saber por qué? Porque no soy bueno en cosas de los sentimientos y todo eso, lo peor es que ahora vienes tu y me preguntas algo así.  Eres muy cruel sin saberlo Hinata y no es tu culpa, lo sé. Pero eres quien me duele y no lo sabes en absoluto. Aun así pretendo morir con este dolor a dejarte, o dejarte ir y morir con este dolor. Moriré con este dolor por Hinata y el va iluminarme como un sol hasta que yo muera. Querer a Hinata es como acercarse al sol, me ciega y me quema. ¿Quieres saber por qué no tengo novia? Porque no quiero una novia, quiero un novio."

-¿Y si tuviera novia qué? -dijo Kageyama rompiendo el silencio-

-Creo que me desanimaría un poco.

-¿Qué dices?

-No podríamos practicar como lo hacemos ahora ¿No?

-Sí, tienes razón. Pero si tu consigues una novia tampoco tendrás tiempo para que practiquemos.

-No soy un buen novio.

-¿En serio? -mirando sorprendido a Hinata-

-Sí, soy un desastre y al final terminan conmigo porque estoy demasiado ocupado con el vóley, la universidad o mi trabajo.

-No suenas para nada romántico.

-Ya me lo habían dicho. Creo que si ahora mismo tuviese una novia ella rompería conmigo porque paso más tiempo contigo del que pasaría con ella.

-En realidad si suenas como un mal novio, uno terrible. -dijo divertido-

-¡Hey! Me haces sentir peor.

-Es una broma.

-¿Sabes?

-¿Qué?

-Eres mejor persona de lo que pensaba. -dijo Hinata sin mirar a Kageyama-

-¿A qué viene eso?

-Te conozco más. -encogiéndose de hombros-

Y sin previo aviso Hinata se levanto del piso y miro a Kageyama detenidamente.

-Nos vamos a congelar, creo que será mejor que nos vayamos.

-Me gusta aquí -contesto Tobio-

-A mi también, pero nos resfriaremos. Vamos.

Extendió su mano hasta el músico y con una enorme sonrisa le indico que se levantara.

"Soy un idiota, un enorme idiota embobado por un idiota más pequeño"

-Podemos regresar cuando comience la primavera ¿Qué crees? -propuso Hinata-

-Por mi está bien.

"Te acompañaría donde quieras Hinata"

Ahora Kageyama se encontraba en el  punto de inflexión sin retorno donde había caído completamente por el de cabellos anaranjados.

 

En el departamento del manager...

 

Se encontraba Yamaguchi preparando una sopa de fideos  para el resfrió de Tsukishima, quien en ese momento tomaba un baño para relajarse del estrés y el cansancio.

"Ah...Tenerlo aquí es como una mala broma, ya van tres veces y es más de las cero que he traído a mi propio hermano. No puedo recordar la última vez que comí algo preparado en casa, ni siquiera cuando fue la última vez que visite a mis padres. Soy un excelente hijo. Yamaguchi se lleva mal con sus padres y yo me pelee con los míos antes de mudarme a esta ciudad, supongo que no es muy distinto. En realidad si lo somos y no sé mucho de él, tampoco él de mi. Somos dos extraños que por casualidad se toparon un noche y por casualidad se han vuelto a encontrar. Lo mire por donde lo mire siento que puedo confiar en él, no lo puedo creer ¡Ja! Parece otra broma de mal gusto, pero es cierto. Aunque no se lo diga jamás, creo que podría confiar en Tadashi y eso es más de lo que le he permitido a alguien ¿Me estoy volviendo blando? No, si pusieran delante mío a Kageyama lo insultaría sin mucha ayuda...entonces no es eso, estoy sano. Supongo que es solo con él. Esto sí que es una broma de mal gusto, al final en frio Tsukishima si tiene sentimientos, no puedo creer que sentí celos, gracias."

Cuando salió del baño aun con la piel húmeda se encontró con Yamaguchi que observaba concentrado su colección de discos y le pareció agradable encontrarlo así, como si siempre hubiese sido de esa forma tan relajada en que los dos pasaran el tiempo escuchando discos o simplemente el rato.

-¿Qué haces?

-¡Oh! Tsukki -dijo sorprendido- Yo, veía tus discos.

-Así veo -acercándose al castaño-

-Te gusta mucho la música.

-Eso creo -encogiéndose de hombros-

-¿Eso crees? Vamos, tienes una enorme colección y me sorprende jamás haberla visto antes.

-Solo has estado aquí dos veces.

-Sí, pero este mueble es enorme como para no notarlo.

-No es para tanto.

-Tienes una colección alfabética Tsukki, si es demasiado. Además tienes un reproductor de vinilos, jamás había visto uno útil. -acercándose cuidadosamente al aparato-

-Me gusta como suenan.

-Eres un melómano, ya veo porque te gusta trabajar en la banda.

-No me emociona para nada como lo dices.

-Lo siento.

-Dije que no te disculparas.

-Lo sien...Está bien.

-¿Quieres escuchar uno?

-¿En serio? -pregunto sin creerlo-

-Para eso es, para ser escuchado. -comento complacido ante el interés del pecoso-

-¡Oh, gracias Tsukki!

-Sí ¿Qué quieres oír?

-Esto...no sé que decidir, son demasiadas opciones ¿Qué me recomiendas?

-Mi colección completa.

-Oh bueno -dijo con una gran sonrisa- Escogeré uno al azar.

-Bien -tomando el vinilo entre sus manos- Es una buena opción.

-Oh ¿En serio?

-Sí.

Tsukishima quito de la funda del vinilo y con cuidado lo instalo en el tocadiscos que con su chirrido particular y clásico, así comenzó a sonar las melodías de Oasis que con su toque melancólico calzaban en aquella noche invernal, donde dos desconocidos pasaban las vísperas de navidad juntos por mera casualidad.

-Esta lista la sopa Tsukki ¿Quieres tomarla aquí o la llevaras a tu cama?

-No, aquí está bien.

Se sentaron frente a frente con un plato humeante de sopa que empañaba los lentes del rubio y que causo gracia a Yamaguchi que no contuvo su risa ante la imagen.

-Tks, por eso odio las cosas calientes cuando uso lentes.

-¿En verdad no puedes ver nada?

-No veo muy bien, pero si distingo las cosas si a eso te refieres.

-¿Y si te los sacas solo por ahora?

-Me molesta un poco cuando me los quito demasiado tiempo.

-¿Puedo ver?

Y al acto Yamaguchi se levanto de la silla y paso su torso por sobre la mesa hasta alcanzar la distancia suficiente para quitar los lentes del Tsukishima que se quedo estático ante la cercanía de ambos.

-Wow, tienen mucho aumento.

-Regrésalos -dijo algo molesto- No debes usar lentes ajenos, te dañaran los ojos.

-Jeje...

-¿Qué es tan gracioso?

-Solo que me acorde de mi tío, el también usa lentes y cuando era niño se los quitaba para usarlos.

-Me sorprende que ahora no estés ciego si tienes esa mala costumbre.

-Si bueno, tienes razón. Pero me gusta hacerlo.

-¿Por qué?

-Porque siempre me dio la impresión de que si usaba los lentes de alguien más podría ver con sus ojos las cosas. Es tonto, lo sé. Pero mi tío es más optimista que yo y cuando las cosas no estaban bien creía que si usaba aunque fuese un segundo sus lentes encontraría una nueva perspectiva.

"Sus ojos me miran como si no fuese tan malo"

-¿Y que viste con los míos?

"No me sonrías así Yamaguchi"

-Bueno, que no ves nada al parecer sin ellos.

-Eso ya lo sabía, dámelos.

-Ten. -entregando los lentes- Vi...calma.

"Little by little" de Oasis sonaba de fondo y Kei no pudo evitar entreabrir sus labios por la respuesta de Yamaguchi quien estaba un poco avergonzado.

-¿No lo comprendo? ¿Viste calma? ¿En mi? ¿Viste calma en mi? Wow, sí que tienes problemas de visión.

-¡Es cierto! No te has dado cuenta, pero es cierto.

-Veamos ¿Qué extraña concepción de mi tienes en tu cabeza? Porque calma es lo último en la lista de cosas que alguien podría describir de mí, eso y simpatía.

-No estoy describiendo lo que otros ven, si no lo que tu ves.

-¿Y por qué crees que yo veo o percibo calma?

-Solo te imagino escuchando música y  en lo que pienso es calma.

...True perfection has to be imperfect 
I know that that sounds foolish but it's true... 

(...La verdadera perfección debe ser imperfecta

Sé que suena estúpido pero es verdad...)

 

No sabía exactamente si lo decía sinceramente, pero si de algo estaba seguro Tsukishima es que lo sorprendió al punto de acallarlo ¿Qué podía responder a algo como eso si era cierto?

-Creo que iré a dormir -dijo Tsukishima levantándose lentamente- Puedes quedarte aquí si quieres.

-Gracias Tsukki...

Se recostó boca arriba mirando el techo procesando lo sucedido y cerró los ojos intentando borrar lo que su mente le gritaba hasta entrar al mundo de los sueños.

-Hey Tsukki...Tsukki...Tsukki...Creo que se quedo dormido -dijo por lo bajo- Lo siento Tsukki, se qué me dices que no me disculpe, pero no puedo evitarlo. No soy tan fuerte como tú, no sé cómo serlo. Has sido muy bueno conmigo, espero retribuirte un poco lo que me has dado. Me gustaría decirte muchas cosas, pero no puedo...me da miedo que ya no quieras verme si cometo algún error. ¿Sabes? Creo que de alguna forma tenías razón sobre Hitoka, fuimos novios...si, suena raro ser el mejor amigo de tu ex, pero con ella funciona ¿Raro no? Quizás dirías que soy un tonto, pero me gusta estar cerca de ella, como amigo, no creas que aun me gusta...bueno en realidad estas dormido así que no creo que pienses nada...supongo que la pastillas que tomaste si eran fuerte y duermes como lirón. Bueno, rompimos después que nos dimos cuenta que ya no había nada de emoción en nuestra relación y que sería mejor acabar con eso. Además ella comenzó a sentir cosas por Shimizu, así que no había mucho que hacer. Confiamos mucho en el otro como para decirnos las cosas, así que terminamos bien. No tengo mucha experiencia, supongo que soy tímido y solo he salido con dos chicas más a parte de Hitoka, pero en realidad no ha sido tan importantes como ella...Soy un tonto, lo sé.

Toco la frente de Tsukishima para comprobar si la temperatura había bajado y para su tranquilidad ya no ardía como antes, pero decidió colocar un paño húmedo para bajar la fiebre que aun penaba en el rubio.

Puso una silla a un constado de la cama para acompañar al enfermo que a vistas del castaño lucia increíblemente bello al dormir. Parecía tan tranquilo y relajado, lo cual contrastaba completamente con la mirada gélida que por lo general dejaba ver al estar consciente, pero que Tadashi prefería igual.

Se quedo junto Tsukishima como lo hacía su tío cuando de niño enfermaba. Su tío siempre estaba ahí cuando lo necesitaba y eso lo tranquilizaba porque sabía que no estaría solo al despertar.

 El sueño lo comenzó a llamar lentamente y a duras penas podía mantener los ojos abiertos con la tenue luz, y para combatir el cansancio comenzó a pasar sus dedos por las sabanas blancas.  Estaba tentado a acariciar los largos de dos de Kei, que esa misma noche había tomado entre los suyos al bailar y aun sentía un extraño cosquilleo que no lo dejaba tranquilo. Sonrió al ver los dedos desnudos del rubio al pensar que no tenía novia que pudiese colocar un anillo en medio de ellos. Él tampoco tenía novia, pero estaba bien así o por lo menos ahora comprendía que era mejor así.

Siguió jugueteando hasta que finalmente rozo los dedos de Tsukishima, pero en un acto inesperado las manos blancas cogieron la suya y lo retuvieron bajo el asombro de Yamaguchi que no sabía cómo actuar.

Estaba en parte espantado de solo pensar que Tsukishima lo hubiese escuchado y en parte eufórico por aquel insignificante acto. Se durmió sentado en la silla mientras Tsukishima sostenía su mano izquierda con la seguridad de que solo habría sido una agradable ilusión.

 

"Hablas demasiado ¿Lo sabías? Sé que crees que sigo dormido ¿Pero como dormir si hablas tanto? Te preocupas por lo que piense de ti y literalmente nos conocimos cuando unos tipos te golpeaban ¿Qué peor forma de conocerse que esa? Piensas demasiado, termina con eso de una vez...Ah... ¿Así que novios? No podía estar tan equivocado, pero aunque digas que ya no sientes nada por esa fotógrafa a mi no me mientes, podré tener problemas de visión, pero no soy ciego y puedo ver perfectamente que para ti esa chica es demasiado importante. Debo dejar de pensar en eso de una vez por todas, me hace sentir tan idiota como Kageyama, no gracias...¿La culpa es tan grande como para que se preocupe tanto por mi? Debe ser la fiebre porque no me puedo sacar esa maldita canción de la cabeza "True perfection has to be imperfect ,I know that that sounds foolish but it's true" Sí suena estúpido, pero es malditamente cierto. Yo no busco nada perfecto Yamaguchi, entiéndelo de una vez. Nadie es perfecto y está bien, estas bien así como eres".

Y finalmente se durmió profundamente sosteniendo la mano de Yamaguchi entre las suyas, culpando a la fiebre de sus acciones y sus pensamientos.

 

Frente a un semáforo en rojo...

 

Estaban a solo una cuadra del departamento del músico y no por eso había menos nerviosismo en el ambiente. Ya había pasado tiempo desde que Kageyama se negara a subir a la motocicleta de Hinata por miedo y orgullo, ahora era algo natural que hacia sin muchos miramientos. Podía sentir como el calor del chico de cabellos anaranjados pasaba hasta su pecho y eso lo hacía sentir aun más confundido. Porque ahora que sentía algo más allá por el mecánico las cosas se iban a volver aun más difíciles, debía mantener la misma imagen indiferente en lo que respecta a los sentimientos para no espantar a su nuevo compañero.

-Aquí estamos -dijo Hinata al parar el motor- Espero que te divirtieras.

-Sí.

-Esto...

-¿Quieres pasar? -pregunto Kageyama entre dientes-

-¿Ah?

-Que si quieres pasar -dijo con el seño fruncido-

-¿En verdad quieres invitarme? Porque parece que me vas a matar si te digo que si.

-Tks -chasqueando la lengua- No puedo poner otro rostro ¿Bien? Solo es así y no lo consigo. No puedo ser como tú y sonreír todo el tiempo, lo intento y no lo logro ¿Podrías entender eso?

-Das miedo, pero lo entiendo. Ahora lo entiendo, lo siento.

Las miradas retadoras quedaron de lado dando paso a una resignación agotada en ambos.

-No -dijo Hinata-

-Bien, lo entiendo -dijo desilusionado Kageyama- Adiós.

-¡Espera!

-¡¿Qué?!

-Digo no, ósea sí, pero no...

-¿Puedes decidirte por favor?

-Solo espérame en tu departamento.

Y sin más Hinata echo andar sin dar demasiada explicación, dejando atrás a un turbado Kageyama que observaba incrédulo la motocicleta negra que desaparecía de su vista.

¿Qué significaba todo eso? Irse sin más dejándolo confundido en medio de la nieve era algo tan impulsivo y propio de Hinata que al final su desconcierto termino en una carcajada limpia. Ser Hinata significaba ser impredecible e impulsivo, era su escancia y algo que a Kageyama le producía más de un dolor de cabeza, pero en el fondo encantaba. Había comprendido que solo alguien como el de cabellos anaranjados podía entrar en su corazón de rey, alguien perfecto y compuesto jamás habría logrado el impacto que el mecánico producía en él. Era su rival y su salvador de la oscuridad que lo rodeaba.

Llego a su departamento no sin antes infórmale al conserje de turno que si llegaba un sujeto llamado Hinata Shoyo lo dejara entrar, no quería repetir lo sucedido en la mañana. Se tumbo en el sofá esperanzado que Hinata tocara a su puerta; temía que no apareciera de nuevo esa noche, pero sabía que el chico en cuestión no era de los que dejaba todo tirado como si nada hubiese sucedido.

En sonido del timbre lo levanto instantáneamente y fue rápidamente a la puerta esperando ver a Hinata, pero cuando abrió la puerta no pudo evitar que su rostro se desfigurara.

-¡Feliz cumpleaños! -gritaron los chicos a coro-

Ahí estaban sus amigos con trajes de gala y sonrisas resplandecientes que en verdad no esperaba ver.

-C-chicos...¿Qué hacen aquí?

-Es tu cumpleaños, no te íbamos a dejar solo. -dijo Daichi-

-Y más importante ¿Con quién estas? -dijo Oikawa entrando sin consideración-

-Estoy solo...

-No vengas con eso, sé que hay alguien...lo puedo sentir. -contesto el guitarrista desconfiado-

-Oh vamos Tooru, el chico esta solo -dijo Daichi- Pareces un padre celoso.

-¡Tú no tienes cara para hablarme de padre celoso! -contesto Oikawa molesto- ¡Tu eres peor que yo!

-¡Hey, hey, hey! -exclamo Bokuto- ¡¿Donde está el cumpleañero?! ¡Hoy nos vamos a descontrolar!

-Bokuto, tu estas en un descontrol constante -dijo Yaku entrando con gaseosas-

-¡Hey! -exclamo indignado el baterista-

-Oya, oya, oya -saludo Kuroo- Nuestro joven bajista está creciendo ¿Eh? -saludando a Kageyama con palmadas en la espalda-

-Chicos...-trato de articular Kageyama sin caer en su asombro- ¿Y la fiesta? ¿La compañía? ¿Qué sucedió?

-¡Oh no hables de eso! -exclamo Oikawa revisando las habitaciones buscando a la supuesta cita del festejado-  ¡No soporto que allá llegado la vaca de invitado especial! ¡Maldita sea ni siquiera pertenece a la compañía!

-En realidad nos escapamos -admitió Daichi- Creo que ya no soportamos esta clase de fiestas...son demasiado formales.

-Aburridas diría yo -dijo Oikawa-

-Luego de Holanda y Alemania ya nada fue igual -dijo Kuroo rememorando las fiestas distorsionadas-

-Bro, esas fiestas fueron una iluminación en mi vida. La cerveza ya no sabe igual para mi desde esa vez...y el vomito tampoco.

-¡Bokuto! -regañaron todos al búho-

Kageyama rogaba que no llegara el mecánico, no sabía lo que podía suceder.  Quería verlo, pero no quería que lo vieran sus amigos. Era un caos mental en esos momentos.

-¡Llaman a la puerta! -grito Bokuto-

-Deben ser Mattsun, Makki y Iwaizumi -dijo Yaku destapando una botella de cerveza- Fueron por los comestibles.

-Esto...él no se parece para nada a ninguno de los chicos -dijo Oikawa abriendo la puerta-

Kageyama palideció al ver a Hinata en el umbral de la puerta con una torta en sus manos, quien también se sorprendido al ver a tantas personas en el departamento del músico.

Todos en la sala se quedaron mirando la chico y luego vieron a Kageyama alternadamente como quien ve un partido de tenis tratando de comprender que sucedía, porque en realidad nadie se esperaba que el azabache tuviera vida social aparte de ellos.

-Creo que vengo en mal momento -dijo Hinata rompiendo el hielo-

-¡Oh, no! ¿Quién eres chibi-chan? -pregunto Oikawa intrigado pasando su brazo por el cuello del chico-

-Esto...soy...

-¡Oh Hinata! -exclamo Daichi alegre- Qué gusto verte. Tooru déjalo pasar, es amigo de Tobio.

-¿Tobio tiene otros amigos? -pregunto Oikawa sin creerlo-

-¡El amigo de Tobio trae pastel! -exclamo Bokuto- ¡Estamos listos para la fiesta!

Hinata que en un primer momento se sintió fuera de lugar, al ver tanta amabilidad y buen ambiente rápidamente se relajo y comenzó a saludar a todo el mundo, quienes no tardaron en aceptarlo de buen modo.

-¡Hey Tobio!...¿Así que tu amiguito de cabello naranja fue la razón para no ir a la fiesta?

-Tks, no preguntes cosas molestas.

-Oh, no me mientas. Se te nota.

-¿Qué?

-Que ese chico es importante ¿No?

-Tks, eres terriblemente molesto.

Kageyama se alejo de Oikawa que lo observaba meticulosamente. El castaño había conocido al bajista hace varios años, cuando este ultimo lo admiraba profundamente. Sabía que Kageyama se había sentido atraído hacia él, pero no lo había correspondido. Oikawa aun sentía culpa, porque el día en que rechazo a Kageyama, fue el mismo cuando el azabache tuvo el accidente en motocicleta. Quizás habían sido situaciones completamente distintas, pero la culpa embargo al castaño al enterarse del accidente. La culpa duraba hasta el día de hoy.

Ahora luego de tantos años pasados, veía a su compañero de banda mucho más alto y fornido tratando de mantener la calma sin buenos resultados por los saltos y gritos que tenían Bokuto y el chico de cabellos anaranjados. Ver finalmente a Kageyama compartiendo con otras personas lo alegraba verdaderamente, aunque no lo fuese a admitir nunca.

-Ah...¿Quién diría que Tobio tendría un amigo tan animado? ¿O no Tooru? -pregunto Kuroo acercándose al castaño-

-Sí, es extraño verlo tan relajado cerca de otra persona.

-Pareces pensativo ¿Qué tienes en mente?

-Nada.

-Oh vamos, ya pagaste tus pecados. Tienes que dejar de preocuparte tanto por él ahora, se que te sientes culpable, pero a mi justo ahora me parece que está bastante bien.

-Lo sé gato...¿Pero tú habías visto a ese chico antes? No lo he visto en la empresa antes.

-Nop, no lo había visto.

-¿Se refieren a Hinata?

Tanto Oikawa como Kuroo voltearon en dirección a Yaku que sostenía un vaso de jugo de lo más tranquilo.

-¿Lo conoces Yaku? -pregunto Kuroo sorprendido-

-Oh sí, es el chico con el que la otra vez jugamos un partido de vóley. Parece que en ese momento tenían una apuesta o algo así y no se llevaban muy bien, pero supongo que ahora las cosas han cambiado.

-¡¿Qué?! -exclamaron ambos músicos-

-¡¿Por qué yo no sabía eso?! -pregunto indignado Oikawa- ¿Ese chico juega vóley?

-Sí, creo que es profesional.

-¡Ah! ¡¿Profesional?! -volvieron a exclamar-

-¿Pueden dejar de hacer eso?

-Con su altura debe ser libero, como tu Yaku-comento Kuroo-

-De hecho es bloqueador central -replico algo molesto el guardaespaldas por el comentario de la altura-

-¡¿Qué?! ¡¿Cómo?!

-Es suficiente, no puedo tener un conversación decente con ustedes -dijo Yaku agotado- Adiós.

Quedaron solos sorprendido por las palabras de Yaku y ahora comprendían en parte el por qué Kageyama se llevaba tan bien con el chico desconocido.

-Con que voleibolista profesional ¿Eh? -dijo Kuroo con aire suspicaz- Sabía que no podía ser alguien cualquiera. Tobio tiene altos estándares ¿No crees Tooru?

-Quien lo diría, espero que no lo arruine.

Justo en ese momento Kageyama y Hinata comenzaron a gritarse mientras Bokuto iba de un lado a otro saltando entre ellos y uniéndose a sus gritos.

-Parecen unos idiotas -dijo Tooru rodando los ojos-

-Entonces no tenemos que preocuparnos, si son tal para cual las cosas terminaran bien.

-Sí, eso supongo. Espero que tengas razón gato.

En ese instante la puerta se abrió nuevamente esta vez dejando pasar a los guardaespaldas faltantes que traían entre sus brazos cajas de pizza y papas fritas para acompañar la velada. Oikawa poso su mirada en parte recelosa y en parte curiosa hasta Iwaizumi, pero cuando el azabache lo miro el músico respondió desviándola en otra dirección, sin poder dejar indiferente a Kuroo que ya tenía entre ceja y ceja a la pareja.

-Oi...

-Oh, Iwa-chan...¿Me extrañaste?

-Cinco veces -contesto el azabache  rodando los ojos- Oikawa...

-¡Kuroo! ¡Mira! -grito Bokuto en dirección a su bro con Hinata entre sus brazos- ¡Mira es pequeño y tierno! ¡¿Podemos quedárnoslo?!

-Bro...ese chico no es nuestro, debes dejarlo.

-¡P-pero! ¡Dice que se llama Shoyo,  juega voley y que le gusta mi música! ¡Soy su favorito! ¡Oh vamos!

-Bro...ponlo en el piso...Espera ¿Cómo dices que se llama? -pregunto Kuroo tratando de disimular su sorpresa-

-¡Shoyo!

Kuroo miro sorprendido al chico que su bro tenía entre brazos y como si de una revelación se tratara recordó a Kenma y su amigo, el cual calzaba perfectamente con las características que el rubio había descrito. Mantuvo la compostura y solo continuo con la actuación.

-Bro...deja a ese chico donde lo encontraste, no puedes llevar a todos los que te encuentras a casa.

-P-pero...

-No.

-¡Ah! -alego Bokuto molesto- No dejas que me divierta.

-Tks -chasqueo Kuroo la lengua irritado- Deberían ir a comer pizza antes que se enfrié.

-¡¿Pizza?! -gritaron victoriosos Bokuto y Hinata a la par- ¡Yuju! ¡Vamos a comer!

-Creo que yo también iré por un trozo -dijo Kuroo separándose de su amigo y el guardaespaldas-

Kuroo estaba algo sorprendido por ver al fin el chico que robaba los suspiros de Kenma, pero sabía que estaba haciendo un mal trió y se fue a buscar pizza para llenar su boca un rato.

Quedaron Oikawa e Iwaizumi solos observando a lo lejos el inicio de lo que sería una noche de pizza y cerveza comandado por Bokuto que ahora tenía un nuevo seguidor tan enérgico como él.

-¿Y ese quién es? -pregunto Iwaizumi extrañado-

-Al parecer el nuevo novio de Tobio.

-¡¿Novio?! -volteo sorprendido el guardaespaldas-

-¡Ah! No lo tomes tan literal, es una broma. Como siempre Iwa-chan no captas el chiste -bajando el perfil al asunto- Yo también lo acabo de conocer.

-No te vez muy contento -capto Iwaizumi-

-No se trata de estar feliz o enojado, pero Tobio-chan es más infantil de lo que parece.

-¿Estas preocupado por Kageyama?

-¡¿Por qué todos me preguntan eso?! -pregunto indignado-

-Tu comenzaste.

-Tks -chasqueo con la lengua- ¿Qué que me querías hablar? -cambiando el tema olimpicamente-

-Ah, eso -recordando la razón de su acercamiento- No sé por qué, pero tu novia tiene mi teléfono y me llamo recordándome que mañana debo buscarla para que ustedes dos vayan a comer ¿Por qué demonios tengo que ser su chofer? Ella está convencida que soy tu mayordomo maldito Basukawa -dijo visiblemente indignado-

-Ne, ne -bajando el perfil al asunto- Ignórala, de cualquier modo iremos "tú y yo" a buscarla ¿No sé supone que me debes proteger? ¿No me iras a dejar solo en un restaurant, donde podría correr peligro de algún fanático loco?

-Maldito idiota dile a tu noviecita que no me llame nuevamente a mi numero privado.

-¡Oh, vamos! -pasando su brazo por el cuello de Iwaizumi- Somos como compañeros ahora, tú me acompañas y de pasada tendrás una buena cena para uno en la mesa de enfrente. Además no sería lo mismo una noche sin Iwa-chan entre nosotros.

-Púdrete -dijo sacando con cero delicadeza el brazo del músico-

-¡Ah! ¡Eres muy malo Iwa-chan!

La fiesta eran divertida entre tanto escándalo y pizza, pero cuando el reloj indico que ya había finalizado el cumpleaños de Tobio y siendo casi  las tres de la madrugada los músicos junto con los guardaespaldas se despidieron prometiendo un encuentro durante la tarde de aquel veinticinco de diciembre. Tenían un espectáculo y debían descansar para el evento como es debido, así que  luego de que todos se despidieron solo quedaron en el departamento Kageyama acompañado de Hinata con la sensación de satisfacción luego de tanta locura.

-Estoy agotado -dijo Kageyama tratando de articular palabra-

-Fue divertido, no pensé que vendrían tus amigos...los chicos de la banda -cayendo en cuenta de que había conocido a personas famosas-...¡Conocí a Bokuto, Oikawa y Kuroo! ¡Yuju! -celebrando de emoción-

-¿Se te olvida que yo también soy parte de esa banda? -dijo un poco molesto sin saber por qué-

-Oh, vamos -dijo bajando el perfil al asunto- Son distintos.

-¿Qué me hace ser distinto de ellos?

-Qué tu eres mi compañero y te conozco, ellos parecen muy lejanos a mí.

Kageyama no replico nada al respecto, solo miro al motociclista y se resigno a ser eternamente conmovido por él. Había sido el mejor cumpleaños que recordara y solo porque se había dejado llevar por Hinata.

Ya era bastante tarde y Kageyama estaba cansado, muy cansado, pero eso no evito que viera un partido de vóley por streaming protagonizado por Brasil y Alemania gracias la insistencia de Hinata que ya se había quedado dormido a su lado después de veinte minutos.

"Debo estar verdaderamente loco al pensar que Hinata se ve adorable con la boca abierta mientras babea. Cualquiera se reiría en su cara, pero yo solo tengo ganas de verlo dormir, acariciarlo y...¿Puedo hacer otras cosas con él?".

Finalmente pudo observar cada parte de su rostro sin miedo a ser descubierto. Le quitaba el aire tenerlo tan cerca y tan solo de pensarlo sus mejillas se sonrojaban, se sentía como un estúpido adolecente que no sabe cómo actuar y aun más desarmado ante la respiración acompasada que el de cabellos anaranjados llevaba. Pero despertó de sus ensoñaciones cuando la cabeza del motociclista fue a parar en su hombro, con lo que Kageyama realmente estuvo a punto de explotar por tanta emoción. Tenía mucho sueño y apago la televisión antes de apoyar su cabeza en la de Hinata y dormir los dos apegados sin temor alguno a lo que podría suceder en el futuro.

Kageyama disfrutaría de Hinata incluso en los más mínimos detalles, esa se había vuelto su meta de ahora en adelante y pensaba cumplirla como diese lugar. Incluso cuando estuvieran a miles de kilómetros de distancia cuando el de cabellos naranjas fuese a competir a otros países y él tuviese que salir de gira.

 Sí, que era difícil sentirse medio enamorado, esa era lo único en lo que pensaba Kageyama antes de quedarse dormido observando a Hinata. 

 

En el departamento del manager por la mañana...

 

Cuando el sol salió Yamaguchi se despertó algo adolorido por dormir en la incómoda silla y al momento de mirar la cama solo encontró sabanas vacías donde antes yacía el rubio durmiendo. Se percato que está cubierto con una manta que antes de dormir no llevaba puesta, lo cual le produjo una especie de satisfacción inesperada. De un respingo se levanto y al pasar el umbral de la puerta percibió un esquicito aroma que lo llevo a la cocina donde vio a Tsukishima concentrado preparando el desayuno.

-Buenos días -dijo Yamaguchi de buen ánimo-¿Cómo te sientes?

-Bien, solo fue un resfrió sin importancia.

-Ya veo, me alegro de que estés bien.

-Sí. El desayuno está casi listo, puedes ir a sentarte.

-G-gracias...

Yamaguchi se sentía extraño por la atención del rubio, pero solo lo tomo como un acto de cortesía propio del manager. No quería crearse falsas ilusiones. Esta vez no quería ser quien salía lastimado, ya había sufrido lo suficiente para dos o tres vidas y solo quería tener a alguien con quien compartir buenos momentos, nada más. Su corazón ya no soportaría más roturas, por esa razón cuando se percato de que sentimientos extraños estaban floreciendo de su interior por Tsukishima puso punto final a todo por completo. Quería que solo fuesen amigos nada más, eso era lo correcto.

-¡Tsukki! Estaba todo delicioso, gracias.

-No es nada -dijo con tono indiferente- En cualquier caso tu cocinaste para nosotros anoche, era justo que hoy hiciera el desayuno.

-Pero estabas enfermo.

-Aun así.

-Bien, creo que ya es tiempo de irme.

-Sí.

Levantaron las cosas de la mesa y entre los dos las lavaron en el fregadero, para el momento en que todo estuvo listo Yamaguchi tomo sus cosas y se dispuso a salir por la puerta principal.

-Hey, Yamaguchi.

-¿Ah? -volteándose sorprendido-

-Ten.

-¿Qué es esto? -sosteniendo un paquete en sus manos-

-Solo algo sin importancia, querías escuchar buenas bandas ¿No? Ese disco lo tenía antes, así que no importa que te lo quedes.

-¡Oh! ¡Gracias Tsukki!

-Dije que no era nada, no tienes que emocionarte tanto.

-Lo sien...Está bien -dijo sonriendo resignado- Gracias Tsukki, nos vemos luego.

-Sí, nos vemos.

Cerró la puerta viendo por última vez la enorme sonrisa de Yamaguchi y no pudo evitar soltar un suspiro agotado antes de tirarse al sofá. Claramente el pecoso se estaba saliendo de todos sus esquemas. Se insulto a sí mismo por lo patético que había sido, porque en realidad regalar su único disco de R.E.M no fue la cosa más inteligente que allá hecho en la vida, pero fue el primer CD que encontró antes que Yamaguchi cerrara la puerta tras de sí.

Era su regalo de navidad, después de todo Yamaguchi le había regalado su compañía cuando estaba enfermo y eso era más importante para él que cualquier objeto. Era extraño sentir ese tipo de interés por otro, le molestaba demasiado, pero cuando veía al pecoso comportarse de forma tan natural y relajada al estar juntos creía que la idea de ser amigos no era algo tan malo.

 

En el baño del departamento...

 

Era veinticinco de diciembre luego de la hora de almuerzo y la pareja de hermanos terminaba de alistarse, porque al fin conseguirían pagar la apuesta del cabello. El problema de la demora iba por parte de Kuroo quien a pesar de todos los intentos no conseguía que su cabello rebelde se mantuviera bajo por más de cinco segundos. Había intentado de todo, desde productos para el cabello extra fuertes hasta sellador para muebles, pero nada era efectivo y siempre terminaban en la misma posición  frustrando al azabache que ya había perdido las esperanzas por los malos resultados.

Pero dos días antes cuando Kuroo decidió visitar a su técnico favorito encontró la solución a su dilema sin querer.

 

Flash back...

-Oi, Kenma -dijo Kuroo-

-Mmm...

-Voy a dormir atrás ¿No tienes problema?

-¿No se supone que tienes un departamento o algo así para dormir?

-Sí, pero afuera hace frio y ahora mismo estoy cansado y quiero dormir.

-Atrás es un desastre ¿Como piensas hacerlo?

-Cualquier lugar está bien, de cualquier modo si voy a casa Bokuto estará practicando con su batería y jamás podría dormir con eso.

-Ah -suspiro- Has lo que quieras.

Kuroo hasta ese momento se encontraba junto a Kenma observando cómo este trabajaba, pero se sentía lo suficientemente cansado como para dormir donde fuese y es que la noche anterior había salido junto a su bro a una fiesta donde la resaca aun le penaba. Encontró un sitio en el piso donde tendió su abrigo ya que la única silla existente en ese momento era ocupada por una ruma de cajas, pero a él no le importo y se dispuso a descansar un momento.

Para Kenma la presencia de Kuroo se había vuelto algo más sencillo de llevar, ya no se sentía acosado como al inicio, sino que como una compañía casi imperceptible en ocasiones donde él podía estar concentrado horas sin que el azabache mostrara señales de vida. En verdad no comprendía bien al músico ni su extrañísimo interés por estar en aquella pocilga.

Había pasado más de dos horas y Kenma necesitaba ir hasta el cuarto trasero en búsqueda de un aparato, pero la imagen de Kuroo desvió su atención. El músico parecía un gato negro acurrucado en el piso con una respiración apacible que invitaba a la calma; Kenma se acerco sigilosamente hasta su lado y lo vio desde cerca extrañado, porque se veía tan distinto del Kuroo despierto del cual solía sentirse intimidado. Lucia cálido y confiable. Miro sus antebrazos desnudos y observo los tatuajes que llevaba en su piel y que le daban un toque rebelde pero a la vez artístico del cual anteriormente ya había quedado encantado. No sabía muy bien si el músico jugaba con él cuando dijo que podría enseñarle a hacer tatuajes, esperaba que fuese cierto en el fondo. Le gustaba hacer cosas para distraer su mente y cuando movía sus manos todo lo desagradable y triste en su mente se nublaba, es por eso que estaba siempre con su consola o dibujando a escondidas, porque quería borrar todo lo que tenía en su mente. Quizás debería aceptar el ofrecimiento de Kuroo.

No se percato cuando fue el momento que había quedado en cuclillas hasta la altura del músico, pero estaba tan inmerso en sus pensamientos que lo tomo por sorpresa. Kuroo que se encontraba despierto desde que percibió la presencia de Kenma a su lado y a pesar de la cercanía continuo con los ojos cerrados expectante de lo que haría el rubio y como acto de osadía abrió levemente uno de sus ojos encontrándose de frente con el técnico al cual jalo para atraerlo hasta su cuerpo.

 -¿También quieres dormir? -dijo Kuroo abrazando a Kenma-

-¿Q-qué haces? -pregunto sorprendido- S-suéltame.

-Estas frio -dijo abrazando más a Kenma- Necesitas aumentar tu temperatura corporal.

-No me importa -dijo avergonzado- Ahora suéltame, es extraño.

-Solo es un abrazo.

-No soy una persona de abrazos.

-Pues siempre hay excepciones.

-No, no las hay.

-¡Vamos! -alego Kuroo-

-No, ya fue suficiente. Eres molesto. -dijo irritado-

-Está bien, pero deja estar así unos segundos.

-¿Por qué debería?

-Por favor -dijo con mirada suplicante Kuroo-

-No.

-Solo un momento y listo.

-No.

-Kenma.

-No.

-Por fa...

-No.

-¡Vamos!

-¡Agh! E-está bien -dijo desviando la mirada- Pero luego me sueltas.

-¡Sí!

-Agh...

"Es un tonto"

Pensó Kenma mientras era abrazado hasta quedar pegado al pecho de Kuroo al punto de lograr escuchar los latidos del corazón del azabache y se sorprendió por lo rápido de se batían en su pecho.

"Suenan demasiado rápidos, eso no es normal".

"Quizás esta enfermo o algo así, pero odio esto, no soy de abrazos; bueno, excepto cuando Shoyo lo hace".

"Quiero mi espacio personal de regreso y quiero que este tipo se largue".

"No quiero tanta cercanía, no quiero que alguien más se meta en mi vida, ya es suficiente con lo que siento por Shoyo y no ser correspondido, especialmente cuando ahora está todo el tiempo con ese tipo aterrador; en serio no sé por qué Shoyo esta tan interesado en él. Siendo alguien tan luminoso y alegre se interesa en ese cara de asesino en serie".

"Supongo que debe ser más interesante pasar el rato con alguien famoso que alguien que está prácticamente en la banca rota antes de los veinticinco años para pagar las deudas de su madre, tiene algo de fobia social, vende drogas y no puede ser completamente sincero con su mejor amigo".

"Soy un desastre, a veces pienso que morir sería más fácil, pero eso también sería demasiado trabajo".

"La vida da demasiado trabajo y yo solo soy un simple humano".

"Ah, ahora tengo sueño, ya debe haber pasado más de un minuto y este tipo aun no me suelta".

"Huele a tabaco y café, pero no es desagradable. Me gusta esa mezcla , huele bien, esta caliente y yo estoy frio".

"No sé a qué huelo, espero no oler mal, eso sería vergonzoso".

"¿Qué quiere de mi este tipo?"

"Su corazón ya no late tan rápido, está más tranquilo ¿Esta mejor? No quiero preguntar".

"Estoy cómodo y quiero dormir así ¿Es muy malo desearlo? ¿Por qué me está afectando?"

"Estoy nervioso, demasiado".

"Él es muy cálido y yo muy frio".

"Quisiera dormir así con Shoyo"

"No".

"Quiero seguir así con Kuroo".

"No puedo creer que pensé eso"

"¿Es mucho pedir continuar así?"

"Sí"

"No quiero que Kuroo sepa de verdad quien soy"

"No quiero pensar más"

"Pensar duele"

"Tengo sueño"

"Quiero dormir"

Sintió su cuerpo pesado como aquella vez cuando perdió la conciencia en medio de la nevada, pero desde un lugar muy lejano comenzó a escuchar una voz familiar que lo llamaba. Aquella voz era tan grave que le recordó la voz de quien lo encontró esa noche, pero esta vez lo llamaba una y otra vez por su nombre. Era agradable escuchar esa voz diciendo su nombre.

Kenma...

Kenma...

Kozume...

Pero al abrir los ojos se encontró de frente con el par del azabache que lo observaban no con preocupación, si no ternura.

-¿Ah? -pregunto desorientado-

-Lo siento, no quería despertarte -dijo Kuroo suavemente- Pero creo que ya es tarde.

-¿De qué hablas? -sin comprender bien que sucedía-

-Te quedaste dormido y ya son las seis y media.

-¡Ah!

Kuroo con el dolor de su corazón soltó el abrazo y ayudo a que Kenma se enderezara, pero cuando este ultimo miro al azabache algo no calzaba con la imagen habitual del músico.

-¿Qué sucede con tu cabello?

-¿Mi qué? -pregunto sin comprender-

-No luce tan descontrolado como siempre.

-Oh -tocando su cabeza-

-¿Así que tu peinado no es algo que hacías intencional? -concluyo Kenma-

-No -sorprendido- Jamás puedo bajarlo y siempre vuelve a la misma posición.

-Así te queda bien, aunque luces extraño.

-¡Kenma! -abalanzándose-

-¡¿Ah?!

-¡Gracias a ti encontré la solución! Soy tan idiota y era tan fácil.

-Me estas asustando, detente.  -apartándose de Kuroo-

-Mi trato con Bokuto.

-No sé de que hablas.

-Ya te lo había dicho -recordó Kuroo- Debo dejarme el cabello bajo para terminar con la estúpida apuesta que hice con Bokuto. Pero no podía hacerlo porque esta cosa, -tocándose un mechón- siempre volvía a su lugar.

-Sí, suena muy estúpido.

-Lo sé.

-¿Por qué no apostaste algo que valiera la pena?

-¿Como qué?

-No sé, algo mejor que cabello.

-¿Qué es mejor que avergonzar a tu bro?

-No tengo hermanos, no lo sé. Pero es un reto tonto e infantil.

-Bokuto es tonto e infantil y disfrute lo suficiente con lo del libro. No iba a hacer sufrir al pobre animal más de la cuenta.

-... -tomando un segundo- A pesar de todo pareces inteligente. -dijo casi en un susurro-

-¿Ah? ¿Eso es un cumplido?

-Quizás...

-¿A qué viene eso?

-Es solo que...Bokuto no parece muy inteligente y aun así te llevas muy bien con él.

-¿Y eso que tiene que ver con que me lleve mal o bien con él? -pregunto serio y algo molesto-

-Y-yo, solo...

-Vamos, termina la idea. -dijo con tono conciliador-

-Quiero decir que...pareces una persona que le gustan distintos temas, la ciencia y otras cosas, no sé...Pero Bokuto no luce como alguien con quien hablas de esas cosas y Akaashi me ha dicho es siempre es muy caótico. No entiendo bien.

-No hay nada que entender, es mi bro y punto.

-Lo siento si dije algo molesto. -con sensación de ansiedad y culpa-

-No, no, se a lo que te refieres. Bokuto es la clase de persona con personalidad explosiva e inestable que siempre parece andar por las nubes, pero si no fuera por él no sé que habría sido de mi. Digo, bueno es difícil decirlo ¿Sabes? -resacándose la nuca-

-No tienes que decirlo si no puedes.

-Pero quiero decirlo.

-Como quieras.

-¡Ah! -chocando su espalda contra el piso-  Siempre me han exigido ser el mejor. El mejor del salón, el más rápido, el más eficiente e inteligente. Mis padres creían que al meterme a miles de talleres y cosas por el estilo me harían alguien más "apto" para la sociedad y esas cosas. Pero lo único que hicieron fue comenzar a matarme por dentro -observando a Kenma atentamente- , y mi única salida de esa horrenda realidad fue Bokuto. A él no tenía que demostrarle nada, podía ser tan tonto como quería y no me regañaba al respecto. Podía ser un niño ¿Entiendes? Bokuto me salvo de esa pesadilla por ser tal cual es y a pesar de lo idiota, infantil y caótico que parezca a simple vista, es alguien muy sensible. Por eso no puedo abandonar a mi bro.

-Ya veo...

Acto siguiente Kenma se levanto del piso donde antes compartía arrullo con Kuroo.

-Entiendo lo que quieres decir, lo entiendo bien. -dijo Kenma antes de salir del cuarto-

"Entiendo que es tener a una persona caótica que te salve, lo entiendo muy bien. Parece que no somos tan distintos." Pensó Kenma al regresar a su puesto de trabajo.

Kuroo se quedo sentado meditando un segundo. Por un lado tenía finalmente la solución a su reto tonto y por otra la sensación de que cada día comprendía menos a Kenma.

 

Fin flash back...

 

El baño estaba lleno de lociones que lo hacían parecer un salón de belleza y la pareja de músicos ya alistaba los últimos detalles antes de salir del departamento en dirección al concierto que tendrían en unas horas más.

-Bro, estoy sorprendido -dijo Bokuto-

-Bro, yo igual. -acepto Kuroo-

-Bro, nos vemos bien.

-Sí bro, pero no es como que nos hubiésemos esforzado.

-Solo nos cambiamos el peinado y ¡Boom baby!.

-Bro.

-Bro.

-Estamos listos.

-¡Oya, oya, oya! -exclamaron al unisono-

 

Los primeros en ver los resultados fueron Mattsun y Yaku, quienes eran los guardaespaldas personales de Bokuto y Kuroo respectivamente. Los guardaespaldas no podían contener la risa por tamaño espectáculo y no dudaron el fotografiar el evento para no olvidarlo nunca más.

-Esto es oro puro, se lo enviare a Makki.

-Lo peor de todo es que si normalmente se ven ridículos con su cabello, ahora aunque lo tengan en una posición normal continúan siendo ridículos -dijo Yaku secando una pequeña lagrima de alegría-

-Siempre tan lindo Yaku -indico Kuroo-

Cuando Kuroo y Bokuto se reunieron con el resto de la banda las carcajadas tampoco se hicieron esperar. Incluso cabe decir que Tsukishima rio de buena gana burlándose de los hermanos; fue algo memorable.

El buen humor los acompaño en la prueba de sonido que fue todo un éxito, pero había algo que tenía ansiosos  a los hermanos y eso era la profunda esperanza de ver a la pareja de amigos antisociales luego de la presentación.

 

En las inmediaciones de la Tokyo Metropolitan Television...

 

Caminaba desorientado Kenma sin saber exactamente dónde ir y es que el enorme edificio  tenía cientos de pasillos.  Aun no estaba completamente seguro de lo que estaba haciendo y tenía tiempo para huir, pero ya estaba ahí sin escapatoria. Porque todo se resumía a lo sucedido con Kuroo hace dos días.

 

Flash back...

-¿Kenma?

-Mmm...

-¿Qué harás en navidad?

-¿Ah?¿Navidad?

-Sep.

-Mmm, no lo sé -encogiéndose de hombros- Nada supongo.

-Bien, ahora tienes una cita.

-¡¿Qué?!

-Sera divertido.

-No soy cristiano ni me gustan las fiestas.

-Pues lo de ser cristiano  no es necesario y las fiestas son divertidas si sabes cómo disfrutarlas.

-No pretendo comenzar ahora con la navidad.

-Creo que se exactamente que te podría gustar.

-Debo trabajar.

-Podemos salir después de que termines.

-Saldré tarde.

-Tenemos un concierto privado para la televisión, me encantaría que fueses. -Saco desde el bolsillo de su abrigo un boleto- Aquí hay una entrada por si quieres ir luego del trabajo.

Kenma observo el boleto luego el rostro de Kuroo.

-Si no quieres ir lo comprendo, pero aun así quiero salir contigo luego.

-Te aburrirás si salimos juntos.

-Contigo no me aburro.

-No tengo nada interesante.

-Eso no es verdad y quiero que lo sepas, por eso quiero pasar un momento normal contigo donde no tengas que trabajar.

-No te entiendo.

-Bueno, pronto lo harás. Atrás del boleto están mis datos si quieres contactarme. Adiós.

-Sí. Adiós.

Pero Kuroo para ese momento ya había cerrado la puerta.

Fin Flash back...

 

Ahora Kenma se encontraba agobiado tratando de encontrar el supuesto estudio numero dos donde se llevaría a cabo la presentación de la banda, pero el lugar era enorme y no quería preguntar a los guardias exactamente dónde ir.

-Hola, luces perdido ¿Necesitas ayuda? -dijo un voz amigable justo a tiempo-

-Esto...-enseñando el boleto-

-Oh, vas a la presentación. Ya debe ir a la mitad a estas alturas.

-Sí, lo siento.

-No te preocupes, acompáñame.

Kenma sin muchos miramientos siguió al  chico que parecía de su edad, algo bajo pero no por eso menos profesional en su traje negro y pulcro. De seguro era algún guardia, pero parecía agradable.

-Bien, es aquí. Tuviste suerte en conseguir esta entrada, el concurso para obtenerlas fue muy reñido y los fans casi se despellejan vivos.

-Yo, en realidad fue un regalo.

-Oh, wow. Bien, no tendrás problemas adentro. Disfruta cuanto puedas.

-S-si, gracias.

-Por cierto si necesitas ayuda nuevamente, mi nombre es Morisuke Yaku.

-El mío Kozume Kenma.

-Oh ¿Tu eres Kenma? -dijo Yaku sorprendido-

-S-sí... -contesto sin saber muy bien porque aquel chico lo conocía-

-Kuroo ha hablado mucho sobre ti.

-...¿Él ha hablado de mi? -sin poder creerlo-

-Sí, bien eso no importa ahora -tratando de bajar el perfil al asunto-  Entra antes que termine el show. -dijo con una sonrisa amable-

-Gr-gracias...

Las luces al entrar lo segaron por un momento, pero cuando sus ojos se adaptaron al cambio pudo percibir lo que sucedía a su alrededor y específicamente su atención se dirigió al pequeño escenario donde en esos momentos se encontraba Kuroo como rey del espectáculo.

"Asombroso"

El rubio quedo boquiabierto al ver como el azabache desplegaba todos sus encantos, jamás pensó que verlo así le generaría tamaña impresión. Una parte de él estaba cediendo ante el imponente rey rojo y sus terribles encantos.

 

"Apareciste como ilusión de invierno

Tienes la mirada perdida en el infinito

Y yo solo tengo la mirada perdida en ti

 

¿Sabes algo? Estoy roto

¿Lo sabes cierto? Esto roto y tu también.

Puedo recoger tus pedazos rotos y tú los míos

 

No bromeo, jamás jugaría contigo

Soy un cobarde, lo sé

Pero es la primera vez que me sucede

 

¿Sabes algo?

Estamos solos.

¿Sabes algo?

Podemos ser dos.

¿Sabes algo?

Ambos tenemos miedo

 

Todos los días observo tus ojos

Yo muero

Oh, ¿Por qué?

 

Puedes ver a través de mi alma y yo solo veo tus ojos

Ojos dorados este fuego en mi interior quema demasiado

¿Sabes algo? Me entregue a ti por completo esa noche

 

 

Cuando termino la interpretación de Kuroo el publico grito emocionado por la canción inédita de la banda y con ella termino el turno del azabache que entrego el trono a Daichi para continuar con el show.

Kenma no sabía si Kuroo lo había visto, pero por un segundo creyó que Kuroo lo había mirado diciendo directamente "Me entregue a ti por completo esa noche"

 

"Seguro fue mi imaginación, es imposible que me viera desde esa posición al cantar".

 

El aburrimiento en la vida de Kenma era un tópico del día a día, algo que por mucho que intentara siempre terminaba por arruinar todo. Es por eso que al conocer a Hinata esa sensación constante se esfumo hasta el rincón más alejado de su mente y solo volvía cuando el de cabellos anaranjados ya no estaba, era difícil explicar, pero Hinata siempre volvía su mundo oscuro y solitario en algo nuevo y eclipsante.

Pero al ver a Kuroo esa sensación tan extraña lo deslumbro, por primera vez pensó que Kuroo era alguien asombroso y no podía creer que alguien así lo mirara.

La presentación continuo y Kenma observo al aterrador bajista con el cual Hinata estaba pasando su tiempo y una especie de melancolía lo hizo comprender que era tiempo de dejar ir a su amigo. Unas pequeñas lagrimas comenzaron a rodar por sus ojos, porque era demasiado para él sentir el dolor de intentar alcanzar el sol y quemarse en el intento. No sabía porque, pero esas lagrimas se mezclaban un poco con alegría, la extraña alegría de finalmente aceptar la partida un amor que jamás fue.

El concierto duro media hora más y los afortunados fans vitoreaban cada canción destrozando sus gargantas, pero cuando la canción grupal llego y las trasmisiones por televisión acabaron, el publico desalojo en masa.

"¡Ahg! Esto es demasiado molesto, todos aprietan y me estrujan. Solo quiero salir de aquí"

Kenma estaba con la duda existencial de quedarse y esperar a Kuroo o irse sin mirar atrás. Pero un mensaje lo alerto antes de poder decidir.

 

Músico Raro

+5XX XX-XXX-XXX

 ¡Hey! ¿Estás en el edificio aun? Yaku me dijo que te vio. Ven a los vestuarios, te espero :D!

 

Había olvidado que el chico que lo ayudo al llegar conocía a Kuroo, ahora no tenía escapatoria. No sabía cómo actuar ante el músico, lo sentía tan irreal luego de la presentación. Sabía que una pequeña parte de él había caído ante los encantos del azabache sin poder evitarlo y eso era aterrador.  No quería sufrir nuevamente y temía ser juguete del músico.

-¡Al fin te encuentro! Pensé que ya no estabas. Jamás contestaste mi mensaje y me preocupe un poco.

-Oh, hola -dijo un poco desconcertado sin saber cómo actuar-

-Estoy tan feliz de que decidieran venir -dijo con una enorme sonrisa que perturbo a Kenma- Pensé que no aceptarías, pero estaba equivocado. Tu siempre me sorprendes.

¿Podría confiar en Kuroo? ¿Era seguro o solo estaba a punto de caer a un precipicio?

-¿Sabes algo? ¿Te he dicho que tienes unos ojos muy lindos? -pregutno Kuroo a su lado-

Miro sorprendido a Kuroo sin articular palabra, pero sin querer una pequeña sonrisa se le escapo dejando anonadado al músico que no caía en tanta dicha.

No, Kenma no sabía que iba a suceder, porque Kuroo era muy impredecible y quizás aunque fuese solo por esa noche dejaría que las cosas solo sucedieran sin pensar demasiado.

 

En los vestidores...

 

La mayoría de los músicos se encontraban dispuestos a continuar con la velada, ya que todos tenían planes por separado y en general rondaba una emoción inexplicable que los embriagaba.

Daichi era uno de ellos. Todos en la banda habían notado su cambio de humor en el último tiempo y ya se había llevado bromas pesadas de sus amigos que trataban de descubrir quién era la persona especial que tenía medio drogado al azabache, pero había sido inútil y nadie logro saber algo al respecto. Mas en ese momento Daichi era la alegría misma, porque luego del show había quedado con Suga para cenar en un restaurant elegante al cual quería llevarlo hace tiempo. Cuando el de cabellos plata acepto su invitación fue como si el cielo se abriera iluminado y de entre las nubes un coro de ángeles  le cantara.

Estaba cambiándose la ropa sudada por una formal luego de tomar un baño y de improviso su teléfono comenzó a sonar, donde en la pantalla se pudo leer claramente "Suga <3".

-¡Suga! Justo en este momento te iba a llamar

-Daichi, lo siento. No podré cenar contigo.

-¿Qué? ¿Qué sucede? -parando de golpe su felicidad-

-Es algo de último minuto y no podré llegar a tiempo.

-¡¿Estás bien?! ¿Te sucedió algo malo?

-No, tranquilo. No soy yo. Pero es urgente.

-¿Tan malo es?

-Es Akane.

-¿Akane?

-Sí, ahora voy por ella.

-Suga, me estas asustando.

-Me llamo desde una cabina telefónica y ahora me espera en la escuela. Es solo una niña sola con este clima y me necesita.

-¿Qué le sucedió?

-No lo sé, pero debo irme Daichi, tomare un taxi. Lo siento nuevamente...Adiós.

-Adiós, nos vemos.

El tono se corto luego de eso y el rostro de Daichi que hasta hace un momento demostraba la alegría en persona ahora estaba confundido y frustrado.

-¡Hey Daichi! ¿Qué sucede con ese rostro? -pregunto Oikawa- ¿Tu novia te corto?

-No.

-¡Vamos! No te desanimes -pasando el brazo por el cuello del azabache-, la chica debe tener buenas razones. Es veinticinco de diciembre, no el fin del mundo ¿Te vas a echar a morir así de fácil?

"Tiene razón, no voy a dejar a Suga solo"

-Ten, todo tuyo -dijo Daichi entregando un sobre-

-¿Qué es esto? -pregunto sin entender Oikawa-

-Son reservaciones para una cena en Aragawa.

-¡¿Qué?! ¡¿Como conseguiste reservaciones para esta noche?!

-El dueño es un viejo conocido.

-¡Ni siquiera yo pude conseguir reservaciones!

-Bien, ahora las tienes y puedes llevar a tu novia a cenar.

-¿Estás seguro de esto? -serio y escéptico por tamaño regalo-

-Sí.

-¿Daichi? Esa persona muy especial ¿Cierto? -con absoluta seriedad-

-Sí, demasiado.

-Bien, espero que no seas un tonto.

-¡¿Ah?!

-Daichi, eres un lento y un ciego cuando se trata de relaciones románticas, sino mira a Yui.

-A Yui la veo como una hermana.

-Por eso mismo lo digo, claramente ella no te ve así a ti.

-Lo sé.

-¡Bien! -golpeando la gran espalda de Daichi- ¡¿Qué demonios haces aquí?! ¡Ve por tu chica!

"Es un chico, pero gracias Tooru"

Daichi salió corriendo en dirección a los estacionamientos olvidando la mitad de sus cosas en búsqueda de su vehículo y cuando ya se hubo instalado hizo una nueva llamada.

-Suga, voy para allá.

-¡¿Ah?! ¿Qué dices?

-Necesitaras ayuda si se trata de Akane, voy a la escuela. Nos vemos en diez.

-Daichi tienes cosas más importantes esta noche, no debes venir.

-Sí, tienes razón. Pero esta noches mis planes eran pasar un momento contigo y eso es lo más importante para mí en este momento, aunque signifique tener una chaperona entre nosotros. No voy a dejar ni ti ni Akane solos.

-Daichi...

-Espérame, nos vemos.

Y antes de que Suga pudiese replicar al respecto corto la llamada.

"Si existe algo verdaderamente importante para mí en este momento ese eres tu Suga. No me voy a quedar de brazos cruzados viendo cómo te alejas mi hermoso kitsune, no esta vez. Si ese sueño hipnóticamente fuese real es esta la vida en la que podemos estar juntos, donde tú y yo vamos a poder vivir finalmente. No me voy a rendir solo porque las cosas no salen como lo esperaba, porque yo no te esperaba y cambiaste todo, ahora es momento que haga algo. Iré por ti hasta el fin del mundo si fuese necesario".

Acelero en aquella noche iluminada sin contemplación.

 

En un restaurant de alta alcurnia...

 

"Encantador" Pensó finalmente Bokuto con la mayor de las confusiones dentro de su mente.

Existían muchas cosas que Bokuto desconocía de Akaashi, tantas que serían imposibles de enumerar, pero eso era algo que cautivaba al músico y lo hacía caer más y más hondo por el chico de cabellos negros y mirada terriblemente seductora. Pero ahora al verlo y oírlo tocar violín era un éxtasis absoluto para sus sentidos.

Sí, el joven bibliotecario aparte de ser un experto en literatura, era un magnifico violinista que hacía sucumbir a quien lo escuchara con sus encantos. El pecho de Bokuto dolía profundamente y sus ojos estaban anegados de lagrimas ante tamaño espectáculo sin precedentes. Las palabras no eran suficientes para describir lo que sentía en aquel momento, porque jamás en la vida había sentido tamaño impacto.

Estaba emocionado, porque luego de la presentación en la televisora  tenía una cita con Akaashi.  Aunque no puede llamar propiamente tal una cita, ya que básicamente se trataba de acompañar al bibliotecario a un trabajo de medio tiempo por la noche de navidad y a la cual suplico por asistir. A pesar de las cientos de veces que Akaashi negó a Bokuto su compañía, fue imposible ignorar las  llamadas, mensajes de texto y visitas a la biblioteca que le valieron más de un dolor de cabeza al azabache y una serie de bromas pesadas por parte de Akinori a quien no se le pasaba por alto nada en cuanto respectaba a un nuevo fan del bibliotecario.

-¡Wow! Akaashi ahora estas a otro nivel. Ya no basta con la fila interminable de chicas enamoradas que matarían por tener una cita contigo, ahora tienes a un músico de rock internacional detrás de tus pasos intentando impresionarte. Si fuese él me resignaría a ser ignorado, pero por lo visto es un cabeza dura que no te va dejar tranquilo.

A pesar de lo molesto que era aquel comentario para el bibliotecario estaba claro que tenía razón, porque el quinto mejor baterista del mundo estaba absolutamente cautivado por su terrible personalidad impasible, pero por sobre todo su delicada y bella sonrisa que solo era contrastada por sus hermosos ojos rasgados que con la melodía de su voz lo llevaban a disfrutar de los más preciosos momentos a su lado.

La calma que le entregaba Akaashi a Bokuto fue algo que lo atrajo desde un inicio, pero ahora que lo veía en medio de una velada tan intima llena de espectadores observando y escuchando las notas que salían del violín del azabache, simplemente lo hacían perder todo sentido de sí mismo al punto de transportarlo a un lugar tan lejano debido a la nueva sensación experimentada al ver la faceta apasionada de Akaashi.

"¿Qué es amor para mí? Amo la música que corre por cada parte de mi cuerpo y que puedo expresar en la batería, porque la batería es tan estruendosa como yo,  tan impasible y sensible. Ella siente todo lo que yo siento y la amo. Pero esto no es igual a mi eterno amor a la música, no es igual. Esto es por alguien de carne y hueso, alguien con una mirada tan penetrante y lejana que podría dejarme congelado hasta el fin de los tiempos si quisiera. Akaashi...no, Keiji, te conozco hace tan poco y ya caí ante ti ¿Esto qué es? Yo no sé muy bien sí es amor, porque la única persona que me ha mostrado amor es Kuroo y lo que sentimos el uno por el otro es muy distinto a esto que me está matando. Yo amo a mi hermano, pero no es comparable a lo que siento por Akaashi, porque ambos son distintos para mí. Kuroo es  incondicional y fraterno, Akaashi  es inspiración y mi calma...¿Qué es amor? ¿Qué siento por Akaashi? Aun no lo sé y no quiero ponerle un nombre, solo quiero sentirlo y disfrutar el tiempo que él me permita estar en su compañía"

La mayoría creía que por la cabeza de Bokuto no pasaba absolutamente nada y que era un idiota sin remedio que pensaba solo en cosas sin importancia como una televisión apagada, pero a decir verdad en la mente del baterista miles de pensamientos melancólicos recorrían cada cierto tiempo a mil por segundo, pero que eran contrarrestados con su envidiable energía frenética que lo impulsaba a olvidarlos por un momento.

-Bokuto...Bokuto...

Aquella voz que tanto añoraba se sintió lejana, pero rápidamente lo hizo volver en sí. Nuevamente estaba Akaashi frente a sus ojos con una mirada preocupada al ver a Bokuto tan ensimismado.

-¿Te encuentras bien?

-S-sí -dijo tratando de hilar sus ideas- Fuiste asombroso.

-G-gracias, no fue nada.

-¡¿Qué no fue nada?! ¡Akaaaashi! ¡Eres lo más hermoso que he visto en mi vida!

Acto seguido Bokuto se cubrió la boca con ambas manos sin poder creer lo que había dicho en voz alta y el sonrojo no se hizo esperar, en tanto Akaashi solo pudo abrir a más no poder sus ojos y sus labios con un leve rubor en sus mejillas.

-¡Oh, Akaashi! ¡Al fin te encuentro!

-Señor -dijo con un reverencia recomponiéndose-

-¡Lo hiciste maravilloso hijo! Eres lo que buscábamos para esta noche y tu interpretación del "Allegro molto appassionato"  Hizo que los comensales pidieran más de ti. -Gracias señor. -Necesito que vuelvas ahí. -Pero señor, es turno del pianista. -Lo sé, pero cancelo a última hora y no tengo a nadie más que lo cubra a estas horas. Si no consigo ningún músico será un desastre, se supone que es una cena con música en vivo y no puedo  fallar. -Yo puedo hacerlo -dijo Bokuto-   El encargado y Akaashi lo miraron sorprendidos mientras Bokuto no estaba seguro de lo que había dicho, pero si era para ayudar al azabache lo haría sin chistar.   -¿Lo dices en serio? -pregunto el encargado- No me malinterpretes, pero tú eres un baterista no un pianista chico. -Se tocar piano -dijo encogiéndose de hombros- Aprendí de niño. -No lo sé -dudo el hombre- -Sí Bokuto dice que puede hacerlo le aseguro que estará bien señor -dijo Akaashi seriamente a su jefe- -Mmm...Bueno, si tu lo dices. Aun que estaría más tranquilo si sales tu también. -¿Habla de un dueto señor? -Sí, tengo unas partituras guardadas. Sí es dinero lo que quieren no tengo problemas, pero por favor necesito que salgan.   El encargado en una señal solemne se inclino ante los dos jóvenes que se miraron sin saber que decir. Era claro que para un músico era fundamental la práctica, pero no había tiempo para eso y debían ir al escenario juntos para descubrir lo que sucedería.   -Akaashi...¿No estás nervioso? -Un poco ¿Estas nervioso? -S-sí...¿Qué pasa si lo arruino todo? Te dejare en vergüenza y todo terminara mal. Jamás debería haberme ofrecido en primer lugar. -Bokuto, tranquilo.   Akaashi dejo su violín en una mesa contigua y con ambas manos tomo el rostro acongojado de Bokuto que ante el roce quedo estático eclipsado por la mirada de su querido bibliotecario y con su suave tacto calmo lentamente los temores e inseguridades que lo atormentaban. Fue casi mágico para Bokuto que comenzó a sentir la seguridad apoderándose nuevamente de él con ese simple pero potente acto de preocupación por parte del azabache que lo miraba con ternura.   -Lo harás bien Bokuto, estoy seguro que los deslumbraras -dijo Akaashi sonriendo dulcemente-   "Tú me estas deslumbrado a mi Akaashi"Pensó Bokuto cuando sintió el tacto de Akaashi desvanecer.   Aquellas palabras escuetas y roce cuidadoso fueron lo que Bokuto necesitaba para recobrar su confianza, porque no quería defraudar a Akaashi. Por primera vez quería que Akaashi lo viera como alguien digno y no alguien molesto al cual debía soportar.   -Ten -dijo Akaashi- Debes colocarte este antifaz antes de salir.   Bokuto sujeto el antifaz blanco entre sus manos y luego lo ato atrás de su nuca convirtiéndolo en un personaje nuevo. Akaashi imito la acción con su antifaz negro y ambos salieron a escena.

 

Siempre pensó que con Akaashi estaban en sintonías completamente paralelas, pero tenerlo a su lado mientras ambos llenaban de música el lugar lo hizo comprender que con el simple hecho de estar juntos creaban arte. Cuando se sonreían mutuamente o cuando sus manos sin querer se rozaban estaban creando una nueva sinfonía llamada "Tu y yo".

La música fluía por sus dedos y como si esa canción hubiese sido escrita solo para ellos dos, nada más importaba, los comensales habían desaparecido y solo quedaba la hermosa melodía que desde el piano y el violín se unían en el aire danzando como dos enamorados en medio de la dicha misma de entrelazar sus almas. Ninguno había sentido esa sensación al tocar duetos con alguien más, fue una terrible revelación que los mantuvo enajenados hasta que la última de las notas sonó desplazándose hasta la eternidad y que pudo ser escuchada mucho después que los músicos pusieron punto final.

Era el grito de una pareja que se declaraba a los cuatro vientos sin importar lo que el mundo pensara de ellos. No lo decían con palabras porque estaba de más, era algo evidente que atesorarían en lo más profundo de sus mentes y sus pechos.

El público se estremeció ante la interpretación de "Love story" de Beethoven y las lagrimas no se hicieron esperar junto a los aplausos de la enardecía audiencia. Las personas en general suelen pensar que los amantes de la música clásica son personas frías e indiferentes, pero en realidad son apasionadas  y bastante fanáticas cuando se trataba de alguna excelente interpretación. Sobre todo cuando todos en el lugar lograron sentir la pasión en sus corazones que trasmitían los chicos bajo el antifaz negro y blanco. Ninguno imagino que debajo se encontraban los verdaderos sentimientos de Akaashi y Bokuto que habían quedado develados sin ninguna protección salvo por las delgadas mascaras.

Tocaron un par de piezas más que cerraron una presentación perfecta para esa noche de invierno en que las parejas llenaban el restaurant y que supero todas las expectativas de los presentes.

Ambos salieron lo suficientemente abrigados luego de cambiarse los trajes de gala por ropa casual para caminar en la frías calles de Tokio que aun se mantenía repletas luego de despedirse del emocionado jefe de Akaashi que afirmo una y otra vez sus agradecimientos, además de prometer que no revelaría la identidad del violinista ni del pianista.

-No había tenido tiempo de decirte que tu cabello luce bien -dijo Akaashi luego de un largo silencio-

-Oh, esto ¿En serio lo crees? Digo ¿No crees que me veo raro?

-Está bien para mí -dijo sonriendo- Tu cabello siempre luce bien, no debes preocuparte por eso.

-G-gracias. Pensé que me vería extraño, después de todo mi cabello es mi sello.

-Supongo que es bueno variar de vez en cuando. No estaría mal que lo llevaras así más seguido.

-Sí, eso creo. Si lo dices tú Akashi lo voy a hacer -dijo ensanchando su sonrisa-.

-Al final ha sido una buena idea que vinieras conmigo. Fue agradable tocar juntos.

Bokuto no sabía que más agregar a eso, no quería estropearlo y decir algo fuera de lugar que pudiese molestar a Akaashi.

-¿Bokuto?

-¡S-sí!

-¿Quieres ir conmigo a la noria?

-Y-yo, yo, yo...

-Entiendo si no deseas ir...

-¡Sí! ¡Claro que quiero!

La efusiva respuesta tomo por sorpresa a Akaashi que luego de unos segundos suavizo su mirada y sonrió satisfecho.

-Andas muy raro -dijo Akaashi-

-¿Ah?

-Ni siquiera escuchas lo que digo ¿Qué sucede Bokuto?

-N-nada, no pasa nada Akaashi.

-Bueno, si tu lo dices. Si tienes algo que decirme por favor no dudes y dímelo ¿Está bien?

-¡Claro!

Tomaron un taxi los llevaría nuevamente a ese lugar tan mágico que los conectaba poderosamente.

 

A las afueras de la escuela...

 

 Los vio tras el cristal empañado del vehículo y no dudo ni un segundo en estacionarse a un lado de la calzada lo más rápido que pudo para luego correr hasta Suga y Akane que estaban visiblemente angustiados.

-Siento la demora -dijo Daichi preocupado-

-No te preocupes, acabo de llegar yo también.

-Vamos al auto, aquí esta frio.

Los tres se subieron en silencio y Suga acompaño a la niña en el asiento trasero que no se despegaba de él ni por un segundo.

El azabache miro por el espejo retrovisor y se conmovió al ver como el de cabellos plateados acariciaba el cabello de la niña que lloraba en su regazo y una sensación de impotencia lo embargo por ser incapaz de evitar que esas dos personas fueran heridas.

 

El departamento estaba frío, pero la calefacción no tardo mucho en calentar la habitación. Para Daichi no era costumbre tener invitados, pero agradeció ser lo suficientemente ordenado como para tener todo decente en ese momento.

-Creo que tengo algo de leche en la nevera ¿Quieres un poco Akane?

-No -contesto la niña-

-Vamos -dijo Suga con tono suave- Estas congelada, necesitas algo caliente  si no quieres enfermar ¿Está bien?

-B-bien -dijo la niña no muy convencida-

-Eso es, pequeña. Aquí estas bien.

 

En la noria a varios metros de altura...

 

Se alzaban Akaashi y Bokuto en una de las cabinas contemplando la ciudad nocturna que se sumergía nuevamente en el sueño.

-Así que has terminado la apuesta con tu amigo -dijo Akaashi para suavizar el ambiente-

-¡Sí! El gato al fin pudo colocar su extraño cabello en su sitio. Dice que tu amigo le dio la idea.

-¿Kenma?

-¡Sí! ¡Él!. No sé bien como lo hizo, pero dio resultado.

-Ya veo -observando fijamente al baterista-Bokuto

-¿Sí?

-He pensado que...

-¡Por favor me comportare mejor, lo prometo!

-¿De qué hablas?

-¡Se que estas aburrido de mi y que ya no quieres verme más! ¡Por favor, no me odies y me prohíbas visitarte!

-Bokuto, no te odio.

Akaashi se levanto del asiento y se sentó a un lado del baterista que lo miraba con lagrimas en los ojos, partiendo su corazón por verlo tan triste.

-Oh ¿Pero qué cosas dices? Claro que puedes ser molesto, pero no quiero que dejes de visitarme.

-¿L-lo dices en serio? ¿N-no bromeas?

-Claro que no ¿Eso era lo que te preocupaba?

-S-sí...

-Ah...¿Qué voy hacer contigo Bokuto?

-Cambiare si eso es lo que quieres ¡En serio!

-Bokuto -dijo acariciando el cabello liso de Bokuto- No quiero que cambies, para mi estas perfecto tal como eres. No vuelvas a sacar conclusiones apresuradas, siempre te diré las cosas ¿Está bien?

-Está bien. Akaashi.

-¿Sí?

-Para mí también eres perfecto tal como eres.

¿Cuán difícil era encontrarse cerca de la persona que hacía su corazón latir como loco sin tirarse sobre él y estrecharlo fuertemente? Bokuto se deleitaba al sentir los dedos de Akaashi en su cabello ordenado y pensó que tal vez no había sido tan mala idea dejarlo de esa forma si es que el bibliotecario se sentía tentado a tocarlo.

-Es raro -dijo Akaashi-

-¿El qué?

-Estar nuevamente aquí contigo, es muy agradable. Antes era doloroso pensar siquiera en venir aquí y ahora no me gustaría venir con nadie más excepto tu.

Bokuto no caía en sí de tanta dicha al escuchar a su hermoso bibliotecario decir aquellas palabras, si este supiera lo que provocaban en él de seguro ya no las diría más.

-Ten -dijo Bokuto extendiendo un paquete- Regalo, yo, navidad, tu...

-¿Qué? -pregunto divertido- ¿Dices que es una regalo de navidad para mí de tu parte?

-Eso, si para ti...

"¡Idiota! ¡Bokuto deja de ser tan idiota! Dale el regalo y cállate de una buena vez. Siento que mi corazón va a explotar si continua sonriendo así ¡Ya no lo tolero!. Creo que voy a tirarme desde aquí arriba por no soportar tantas emociones y Kuroo tendrá que recoger mi frio y feliz cadáver para enterrarme tres metros bajo tierra con una inscripción que diga  >>Murió por la sonrisa de Akaashi Keiji<<. Perdóname Akaashi por ser tan tonto, pero cuando estoy contigo siento que podría morir de felicidad tan solo al escucharte, en verdad perdóname".

Akaashi miro incrédulo el regalo que Bokuto le entrego y lo sostuvo entre sus manos durante largo tiempo asustando un poco al baterista.

-Akaashi...¿Qué sucede? Esto...¿No te gustan los regalos?

-Bokuto..

-¿Sí? -algo asustado-

-Yo no tengo nada para ti, lo siento.

-¡Oh! ¡No te preocupes! ¡Wow! Pensé que no te gustaban los regalos ¡Uff! ¡Qué alivio! ¡Vamos ábrelo! Bueno...no sé si te gustara ¡Espero que te guste! Pero si no...lo entenderé, en serio.

El azabache asintió lentamente y abrió el papel con cuidado poniendo a Bokuto los nervios de punta, hasta que Akaashi cambio su semblante algo sombrío por uno que no podía describir.

-Bokuto...

-¿Te gusta? En verdad fue difícil y no sabía si en realidad sería un error y...

Cuando sintió que Akaashi lo abrazaba no pudo decir más y con sus manos temblorosas correspondió el abrazo de su nuevo amigo, al que quería más allá de una simple amistad.

-Gracias, es una de las cosas más lindas que me han dado -dijo con su rostro apegado al hombro de Bokuto-

-D-de nada...Pensé que bueno...Tu siempre escribes notas y pensé que quizás una pluma sería perfecta para ti, porque bueno...Supuse que querías ser escritor ¿No? Te he visto escribir cuando estamos en la biblioteca y supongo que son cosas muy importantes...no es que te vea todo el tiempo, claro que no, yo solo digo que te vi y eso. Además el otro día cuando encontré la pluma en el escaparate dije ¡Wow, es para Akaashi! No sabes el susto que le di a la chica cuando entre como loco y le pedí la pluma, creo que casi le da un infarto o algo porque estaba algo pálida...Lo que quiero decir es que, feliz navidad Akashi.

-Feliz navidad Bokuto.

Le gustaba esa cercanía, le gustaba demasiado y quería que ambos se mantuvieran así por siempre.

-No tengo mucho que darte. -dijo Akaashi apenado-

-¿Podría escucharte tocar? Digo, si no te molesta. Me gustaría que me regalaras una pieza.

-Claro que no ¿En verdad solo quieres eso?

-Sí.

Se separaron lentamente pudiendo escuchar claramente sus respiraciones algo agitadas por los nervios. Akaashi saco de su funda el delicado violín de madera y comprobó que todo estuviese en su lugar mientras Bokuto lo seguía con la mirada sin intenciones de perderse ni por un segundo el cuidadoso ritual que hacia el azabache antes de comenzar a tocar.

-¿Qué te gustaría escuchar? -pregunto Akaashi colocando el violín bajo de su mentón-

-Cualquier cosa que toques para mi será maravillosa, solo toca algo que te guste mucho.

Akaashi sonrió ante la libertad que le entrego Bokuto y cerró los ojos concentrándose en lo que sentía.

Cuando Bokuto lo vio en el restaurant todo se nublo en torno al azabache, solo tenía ojos y oídos para él, pero tenerlo de frente solo tocando una pieza como obsequio se alejaba de todas las expectativas que tenía y había soñado.

Todo se esfumo de la mente de Bokuto, nada quedo excepto el deleite. Bokuto se encontraba a kilómetros flotando en la inmensidad del cosmos y a su lado estaba Akaashi regalando algo que nadie más podía entregarle, porque la pasión que veía en el cuerpo del azabache lograba trasmitir todo lo que había en su interior. Nunca lo había visto tan desnudo y hermoso como esa noche, él sabía que Akaashi era hermoso, pero aunque fuese algo de una noche quería sentir que ambos eran iguales. Porque el bibliotecario que siempre se mostraba taciturno e indiferente, a manos de su violín se volvía el chico más vivaz e idéntico al espíritu libre de Bokuto.

Comprendió que no estaban en dos carriles distintos, solo eran dos partes de una misma melodía que necesitaba el complemento de lo grave y lo agudo, lo simple y lo complejo. Todo era fundamental al crear arte, incluso los opuestos.

"¿Qué está pasando conmigo? ¿Alguien podría decirme que me pasa? ¿Cómo alguien puede provocar esto en mi? ¿De esto hablaba Kuroo cuando decía que sus ojos se eclipsaban al ver a la persona que le gustaba? ¡¿Alguien podría por favor decírmelo?! ¿Cómo puede ser que con una mirada y una sonrisa esté a punto de tener un ataque al corazón?"

Era una interpretación de "Romance para violin de Dvorak" con la más alta categoría vista solo en las grandes orquestas del mundo y era un obsequio solo para Bokuto, que trataba de almacenar en su cerebro hasta la más mínima de las notas con tal de no olvidarlo jamás. Sentía que su pluma era algo insignificante al lado de lo que Akaashi le estaba regalando en ese momento, porque un objeto no podía entregar la dicha de presenciar aquel espectáculo que arrebataba su cordura.

Al terminar Akaashi aun mantenía sus ojos cerrados comprobando que las notas hubiesen desaparecido en el aire y al abrirlos nuevamente se encontró con Bokuto extasiado y gimoteando por lo bajo debido a la conmoción que producía el azabache en él.

-¿Qué sucede Bokuto? ¿Por qué lloras? -dijo de cuclillas frente al baterista-

-Nif, nif, n-no e-s... nif, nada -trato de decir limpiándose la nariz-

-Oh, tranquilo -dijo limpiando cuidadosamente las lagrimas de Bokuto- Esta bien.

-G-gracias Akaashi...yo en verdad lo disfrute mucho.

Cuando estaba con Akaashi no necesitaba ni alcohol ni droga para olvidar todo y sentirse por los cielos, solo el mero hecho de estar solos así en medio de la noche sin luna, hacía que lo pasado fuese un mal recuerdo lejano.

-Fue hermoso -dijo Bokuto más repuesto- Ha sido el regalo más lindo que me han dado para navidad.

-No es nada Bokuto.

-¡Lo es todo Akaashi! ¡Eres como una hermosa obra de arte que respira!

Bokuto se tapo con ambas manos la boca y lo único que deseaba es que la puerta fuese abierta lo antes posible para no tener que hacer contacto visual con Akaashi . Estaba avergonzado a decir basta, pero le sucedía por hablar antes de pensar en las consecuencias.

-Bokuto...

-¿S-sí?

-Ha sido una linda noche contigo. Yo no celebro la navidad, pero contigo las cosas se vuelven más agradables.

-¿Akaashi?

-Sí

-¿Nunca has sentido esa sensación extraña en el estomago cuando ves a alguien muy especial?

-¿Como alguien te gusta mucho?

-S-sí...

-Mmm...no exactamente.

-Oh...-dijo algo desilusionado-

-Es más bien algo en el pecho, algo que aprieta mucho y hace que mi corazón se acelere. Es una sensación extraña que no conozco muy bien ¿Por qué lo preguntas tan repentinamente?

-Y-yo...solo quería saber que sienten otros, es confuso para mi ¿Sabes? Yo nunca he tenido una verdadera novia, solo he salido con chicas y listo, pero jamás a alguien a quien querer en realidad, como en las películas cuando ves que la chica ve al chico y al encontrarse se toman de las manos mientras se besan bajo un farol.

-Me pasa lo mismo.

-¡¿En serio?!

-¿Por qué te sorprendes tanto? Yo soy el que debe estar sorprendido, tu eres famoso y podrías estar con quien quieras.

-¡Pero si eres el mejor! Yo soy tonto y despistado, además de ser algo voluble...ya sabes, a veces tengo pequeños cambios de humor algo abruptos...

-No soy el mejor Bokuto, tengo muchos defectos que no puedo siquiera contar. No le veo nada de raro que alguien se sienta interesado en ti, de hecho lo extraño es porque estas soltero, porque tú eres alegre, amable, simpático, enérgico y además atractivo.

-¡¿C-crees que soy atractivo?! -pregunto casi eufórico-

-Bueno...¿Sí? -dijo algo avergonzado encogiéndose de hombros-

-¡Akaashi!

Bokuto se abalanzo de forma imprevista sobre Akaashi que no sabía reaccionar ante los abrazos inesperados, o en realidad a cualquier tipo de contacto físico. Aun así el azabache se sentía bien al ser rodeado por Bokuto que emanaba un calor agradable que lo contenían sin deseos de despegarse de él. Respondía el abrazo tímidamente lo cual hizo más feliz al baterista que temía sinceramente declarar sus sentimientos, porque creía que de hacerlo Akaashi lo rechazaría terriblemente y Bokuto no soportaría alejarse de esa forma.

Era algo que guardaría en lo más profundo de su interior si fuese necesario, pero ahora solamente  se dedicaría a disfrutar de lo que restaba de noche junto al chico que había volcado su vida en trescientos sesenta grados.

Caminaron nuevamente por la ciudad y de vez en cuando se apegaban sin querer tratando de buscar calor y aunque no fuese mucho tiempo era algo que los reconfortaba y los hacía suspirar por lo bajo.

Bokuto se frotaba las manos frías intentando entrar en calor sin muy buenos resultados, terminando por rendirse al hecho de que sus dedos se pusieran azules del frío y Akaashi que noto esto silenciosamente quito uno de los guantes negros que llevaba.

-A-Akaashi -dijo nervioso por el contacto- ¿Q-qué...?

Akaashi paró en seco y se coloco frente a Bokuto que creía estar en el cielo por ese idílico contacto tan añorado. El bibliotecario puso su guante libre en la mano derecha del baterista y con su mano desnuda entrelazo sus dedos con los de Bokuto tratando de entregarle un poco de su calor.

Las luces de los faroles alumbraban la penumbra del parque que estaba prácticamente vacío a esas horas exceptuando unas pequeñas ardillas, la únicas espectadoras que supieron como en esa noche un silencioso violinista gritaba sus más profundos sentimientos sin usar ni una palabras a un baterista que de igual manera se moría de alegría al tener entre sus manos a quien develaba los secretos de su corazón con una sola caricia inmaculada.

Ninguno dijo palabra, solo callaron esperando que sus manos hablaran nuevamente como al tocar el piano y el violín, ahí cuando gracias a las sinfonías no necesitaron ni un contacto físico para hacer el amor de la forma más apasionada y desbordante de la cual se hubiesen entregado el uno al otro por primera vez. Porque la música con todas sus notas se había encargado de unir algo más allá de sus cuerpos para siempre.

Akaashi quería demasiado a Bokuto, tanto que no podía decirlo y solo se aferraba al baterista con sus manos para sentirlo y comunicarle algo que con su voz no podía. En tanto Bokuto le escribía mentalmente versos interminables que cantaría durante toda la vida si fuese necesario para expresar al bibliotecario los mil y un sentimientos que aguardaban por salir.

"More than words" pensó Bokuto al recordar la canción de la banda Extream  y sin más comenzó a tararearla mientras Akaashi solo mantenía una sonrisa clavada en el rostro escuchando la melódica voz de su querido búho, que de forma singular lo llenaba de un sin fin de "te quiero" que se los llevo el viento.

Ninguno de los dos dijo cuanto se deseaban esa noche.  Se mantuvieron juntos en la solitaria casa de Akaashi, donde durmieron con las mismas ropas acurrucados el uno con el otro sin soltar sus manos rogando que al despertar estuviesen juntos nuevamente tratando por fin decir lo imposible.

"Akaashi, si continuo más tiempo contigo caeré completamente enamorado de ti".

 

En el departamento de Daichi...

 

Mientras Akane buscaba algún programa interesante en la televisión, Daichi y Suga preparaban algunos comestibles para la noche.

-Gracias -dijo Suga cabizbajo- Lamento lo de la cena, en serio.

-No te preocupes por eso ahora, Akane es más importante.

-Tienes razón.

-¿Te dijo que sucedió?

-Aun no me dice nada, pero la encontré llorando fuera de la escuela.

-¿Sabes donde vive?

-No, pero están los registros de la escuela.

-Suga...

-Daichi...

No pudieron evitar sonreír a la par, estaban nerviosos y las cosas estaban algo complicadas. Tenían a una niña de diez años que por razones desconocidas había escapado de su casa y había llamado a su profesor de música para protegerse.

Akane comió tostadas con leche de buena gana junto a Daichi y Suga que se sentaban a cada extremo de la niña.

-Lo siento -dijo por fin Akane- Se que tenían cosas más importantes que hacer.

-Oh vamos, no digas eso. Tu eres muy importante para nosotros Akane -dijo Suga- Además es lindo pasar navidad juntos ¿No lo crees?

-S-sí.

-¿Quieres contarnos que sucedió? -pregunto Daichi- Puedes decirlo cuando quieras ¿Está bien?

La niña asintió sin mirarlos mientras apretaba con sus pequeñas manos la taza de leche caliente recién preparada por el azabache.

-Es mi papá.

Ambos adultos querían respuesta, pero sabían que no podían apresurar a la niña que a duras penas si les estaba contando lo sucedido.

-El bebe mucho -dijo lentamente- Y mi hermano se fue de casa hace dos años y no lo he visto nuevamente, aunque para navidad me envía un obsequio.

La niña comenzó a llorar nuevamente mientras Suga acariciaba su cabello suavemente y Daichi tomaba una de su pequeñas manos. La niña no podía entender cómo es que había logrado encontrar dos personas tan buenas y sinceras que de seguro habían dejado cosas más interesantes de lado solo para cuidarla. En verdad soñaba con que Suga y Daichi fuesen sus padres y que cada noche estuvieran juntos así los tres, bebiendo leche caliente mientras hablaban de cosas tontas y sin importancia. De todo corazón ella quería que Suga y Daichi fuesen una pareja y que la cuidaran para siempre. Es por eso que la primera vez que vio al azabache acercarse embobado a su profesor, supo que debía ser ella quien ayudara a juntarlos, porque Akane estaba convencida de que Suga era un príncipe que había sido arrancado de su trono y que Daichi era quien lo llevaría nuevamente a su castillo.

-Tranquila ¿Quieres beber un poco de agua? -pregunto Daichi-

-N-no, yo...

-Respira profundo, cuando estés lista puedes continuar -dijo Suga con una sonrisa tierna en sus labios-

-Sí...continuare -dijo luego de un largo suspiro-

Les conto entre sollozos que su madre no había superado la depresión post parto luego de dar a luz a Akane y debido a la angustia había terminado con su vida ingiriendo un coctel de pastillas cuando  la niña tenía apenas tres años. Desde ese tiempo su padre se refugió en el alcohol y finalmente su hermano mayor se había hecho cargo de ella. Pero debido a los malos tratos del padre su hermano se fue sin ninguna intención de regresar, pero era incapacitado para ser tutor debido a su edad y no pudo llevar con él a Akane por temas legales.

-¿Él te hizo algo malo? -pregunto Daichi preocupado-

-No -negando con la cabeza- Pero hoy tuve mucho miedo, estaba muy violento y tiro todas nuestras cosas al piso cuando vio el regalo que mi hermano dejo en el buzón.

-Ha sido duro todo esto -dijo Suga- No sé cómo has soportado todo este tiempo algo así tu sola, pero ahora nos tienes a nosotros ¿Está bien? Fue muy valiente llamarme linda.

-S-sí...pero yo no quiero que papá vaya a la cárcel, por eso no había dicho nada.

-No te preocupes , me encargare de que todo resulte bien -dijo Suga absolutamente convencido- ¿Eso te parece bien?

-Sí, muy bien.

Los adultos se miraron satisfechos ante las aclaraciones de la niña y como si pudiesen leer sus mentes comenzaron a distraer a la menor con toda clase de tonterías y bromas que rápidamente la relajaron al punto que el sueño la embargara completamente en las faldas de Daichi que se sorprendía de sí mismo por sus desconocidas capacidades paternales.

-Llevémosla a mi habitación para que duerma -dijo Daichi-

-Claro -dijo Suga conmovido por la escena-

Suga tomo en brazos a la niña dormida y con cuidado la llevo a la habitación del músico que a decir verdad era enorme comparada con la suya, pero cuando intentaba depositarla en la cama la niña soltó un "te quiero papi" que rompió el corazón del profesor y del músico que se encontraba a su lado.

-Dejemos que duerma -dijo Daichi poniendo una mano en el hombro de Suga- Vamos a comer algo.

Suga lo siguió en silencio sin antes dar un último vistazo a la silueta de la niña que dormía profundamente.

-Lamento todo lo que sucedió -dijo Suga- No tenías que molestarte.

-Suga -dijo mirando seriamente al profesor- Nada de lo que hice fue una molestia, ni  ir a buscarlos, traerlos aquí o que Akane duerma en mi habitación. No quiero que pienses que lo hago como caridad o algo así, en serio tu y Akane son demasiado importantes para mí. Por favor no olvides eso -dijo terminando con una sonrisa conciliadora-.

-G-gracias.

-No te desanimes -dijo Daichi frenándose a sí mismo para no acariciar el rostro de Suga solo dando una palmada en su espalda- Algo podremos hacer.

-Sí, no puedo permitir que vuelva con un tipo violento que bebe todo el día. -con la mayor de las convicciones que Daichi hubiese observado antes en Suga-

Ambos quedaron inmersos en sus pensamientos angustiosos mientras la televisión sonaba sin que nadie le prestara atención, porque querían buscar una solución y no sabían cómo comenzar.

Daichi estaba en una disputa interna que no dejaba de atormentarlo. Quizás su cena no había resultado, pensaba en las posibles consecuencias de su cita donde el final de la noche él hubiese llevado a Suga hasta su casa y antes que el de cabellos plata bajara del auto lo habría besado sin pensarlo. También estaba su favorita, donde ambos hubiesen ido juntos hasta su departamento y entre tanta emoción todo hubiese terminado con ellos en la misma cama. De cualquier modo nada de eso sucedió y no podría suceder; ahora tenía a Suga en su departamento, pero era demasiado inapropiado ir por el profesor cuando tenía a una menor de edad en su propio cuarto. Lamentablemente habían prioridades y tenía que respetarlo con el dolor de su alma.

-¿Estás bien? -pregunto Suga al ver a Daichi tan ofuscado-

-¿Ah? No es nada -dijo Daichi volviendo a su sonrisa- Nada más pensaba.

-Parecía que estabas a punto de golpear a alguien.

-¡Oh no! -dijo sorprendido- Creo que inconscientemente pongo cara de pocos amigos cuando algo me complica.

-Ya veo -dijo divertido- En cualquier caso aun no te pregunto cómo estuvo el show.

-Estuvo bien, ya sabes con esos tipos es imposible aburrirse. Fue algo para televisión con unos pocos fans, pero tocar con los chicos es increíble, ninguna presentación se puede comparar a otra y en verdad eso es lo que más me emociona.

-Suena asombroso -dijo sonriendo dulcemente para Daichi-

"Qué daría para que esa sonrisa jamás desaparezca de su rostro. Tenerlo así de cerca ya es suficiente para morir en paz"

Comieron las sobras que Daichi tenía en su alacena y disfrutaron con los bocadillos de queso, salsa picante y nachos a punto de caducar. Daichi no pasaba mucho en su departamento, así que poco era lo que tenía para ofrecer y sin embargo había sido la mejor cena de su vida, porque la había compartido con Suga.

-Eres un excelente chef -dijo Suga- ¡No había comido bocadillos de queso al microondas tan buenos!.

-Me siento honrado por tu comentario.

Era como estar en el paraíso, sentía que podía hacer cualquier cosa y no hacer absolutamente nada. Le parecía gracioso pensar en él y en Suga como una pareja de casados que tienen una niña pequeña de la cual están orgullosos. Dejaba su imaginación volar, porque era la forma más sencilla de soportar que nada de eso era cierto.

Miro por milésima vez el rostro del profesor y encontró en su mejilla un par de migajas que no había notado y solo reacciono a quitársela en una corta distancia tan mínima que casi llevo a rosar sus narices.

-Esto...-Daichi- Tenías unas migajas de los nachos...solo quería sacarla.

-Ah, esto...-con un toque de desilusión que cambio rápidamente a una sonrisa- Ya veo. Gracias.

¿Qué estaba haciendo? Si Akane estuviera despierta de seguro se habría dado un palmface viendo cuan idiota era Daichi nuevamente perdiendo oportunidades. Oikawa tenía razón, era un lento y vaya que le estaba costando hacer un acercamiento más directo.

Pero Suga no se había retirado ¿Esa era una señal? Muy por el contrarío Suga comenzó a acercase a su rostro con una mirada que jamás había visto en él y sus labios entre abiertos se veían demasiado irresistibles. Tenía que ser cuidadoso y tan solo quería llegar lo más rápido posible a tocar cada parte en Suga. Ambos se miraba con la respiración agitada solo a milímetros y Daichi en un acto de valentía tomo entre sus manos el rostro de Suga para finalmente acortar esa innecesaria distancia.

-¡Aaah!

-¡Akane! -grito Suga-

Y todo se derrumbo dentro de Daichi una vez más.

 Los dos corrieron hasta la habitación y se encontraron con Akane sentada en la penumbra sollozando y con cuidado se acercaron a ella para tranquilizarla.

-¿Tuviste una pesadilla? -pregunto Suga con cuidado-

-Nif..Nif...S-si... -contesto la niña-

-Oh tranquila -dijo Suga atrayéndola a su lado- Estamos aquí ¿Quieres hablar de ello ahora?

-No...-dijo la niña-

-Bien ¿Quieres que durmamos juntos? Si llegas a despertarte sabrás que no estás sola.

-B-bueno...quiero que se queden los dos.

Daichi y Suga cruzaron miradas y como un acto sincrónico se acomodaron a cada lado de la niña que jamás había sentido el cariño de un adulto sin tener miedo a que ese cariño fuese una mentira. Tomo las manos del músico y del profesor para captar el calor de ambos, para por fin cerrar los ojos nuevamente en paz.

El azabache observo con ternura los ojos somnolientos de Suga que a duras penas se mantenía despierto resguardando el sueño de la niña y que al hacer contento visual con Daichi sonrió cansado antes de caer en brazos de Morfeo.

Los dos hombres dormían plácidamente, pero la niña con un esfuerzo sobre humano se mantuvo despierta maquinando su plan de agradecimiento. Se escabullo y como quien junta dos mitades separadas, empujo a Daichi al lado de Suga y estaban tan agotados que ni cuenta se dieron de lo pegados permanecian. Aliviada y victoriosa Akane se acurruco en la espalda del azabache como quien duerme de intruso en la cama de sus padres sin que ellos sepan.

 

Cuando Daichi despertó la luz del día lo molesto profundamente y luego de abrir los ojos recordó todo lo que sucedió y lo que no sucedió en la noche anterior. De pronto sintió como un pequeño cuerpo se apegaba a él y al mirar vio a Akane abrazando su brazo izquierdo con la boca abierta quejándose de vez en cuando entre sueños. Rio por lo bajo ante la escena, pero rápidamente una duda lo asalto.

"Si Akane está durmiendo a mi izquierda y cuando me dormí ella estaba a mi derecha...¿Significa que dormí junto con Suga?"

Al voltear vio como un cuerpo faltaba y el rastro del profesor aun estaba marcado donde había dormido. Con cuidado se separo de la niña para no despertarla y fue en búsqueda del de cabellos plata, pero al llegar al comedor no había rastro de él.

Busco por todas partes y ni huella de su paso había quedado, pero cuando fue a la cocina en búsqueda de un vaso de agua para quitar el mal sabor de boca vio una pequeña nota que le devolvió la calma.

"Volveré pronto, no te preocupes J" -Suga-

Suspiro resignado a no saber de Suga hasta que este regresara y como no tenía nada más que hacer llamo a su abastecedor para que fuera a dejar comestibles frescos para tomar desayuno.

En pocos minutos llego la comida fresca y se puso en plan de preparan algo bueno para Akane que de seguro pronto despertaría.

-¿Donde está Suga?

Daichi observo a la pequeña niña a su lado restregándose los ojos y el cabello todo despeinado.

-No lo sé.

-¿No lo sabes?

-No.

-¿Y volverá?

-Sí -dijo tranquilizando a la niña- Ahora ve a lavar tus manos y luego tomaremos desayuno.

La niña asintió e hizo caso a lo que se le había ordenado y como si fuese algo cotidiano se sentó frente a Daichi llenando su boca con panecillos y leche.

-Veo que ahora si estas hambrienta -dijo Daichi contento-

-Eftaaa riiico -Akane tratando de modular-

-Me alegro.

-Daichi...-dijo algo complicada la niña-

-¿Sí?

-Lo siento.

-¿Por qué te disculpas Akane?

-Porque arruine tu cita con Suga...yo en serio lo siento mucho -unas pequeñas lagrimas comenzaron a brotar por sus ojos-

-¡Oh! No, no, no...-exclamo Daichi en panico por no estar seguro de que hacer- Akane no llores.

"¡Oh! ¡¿Qué hago?! ¿Qué haría Suga en una situación así?..."

El azabache se arrodillo para quedar a una altura prudente y así limpiar con suavidad las pequeñas lagrimas de la niña con un pañuelo.

-Mírame, está bien ¿Ok? -dijo tomando con cuidado su mentón- No debes disculparte, nosotros te cuidamos porque te queremos.

-Pero soy una carga...

-Oh, pequeña. No pienses así, tu eres muy importante desde que apareciste y solo una niña tan inteligente como tu podría haber ayudado a un tonto como yo.

-¿Ayudar?

-¿Crees que no me di cuenta que cambiaste sitio para que durmiera junto a Suga? O las veces en las que has intentado dejarnos a solas. Gracias Akane, eres una buena niña. -revolviendo los cabellos de la niña con cariño- Y la mejor casamentera que conozco, en serio te debe gustar la idea de que con Suga tengamos algo ¿No?

La niña enrojeció por completo al verse descubierta y solo enmudeció, porque por primera vez se sentía útil sin ser menospreciada. Ella siempre se había sentido abandonada por su padre y ahora que estaba frente a ese hombre que podría estar haciendo cualquier cosa mejor que cuidarla a ella supo que era tener un padre de verdad.

-Yo...solo quiero que estén juntos y sean felices...

El azabache quedo boquiabierto ante los profundos deseos de la niña, pero timbre sonó ruidoso rompiendo todo el ambiente y de un respingo se levantaron para abrir la puerta para dejar al descubierto a Suga y un desconocido para Daichi, pero no para Akane.

-¿Suga y...?

-¡Hermano!

-¿Hermano? -pregunto Daichi extrañado-

-Vamos adentro, te explico todo -dijo Suga-

El profesor hizo un resumen de lo  sucedido, explicando que aquel desconocido se llamaba Taketora Yamamoto y era el hermano mayor de Akane, al cual había contactado hace pocas horas para explicarle la situación de su hermanita.

-Ahora es mayor de edad y puede tener la custodia de Akane.

-Wow, estoy bastante impresionado Suga. -dijo Daichi sin poder creer aun lo que sucedía-

-¡Sí! ¿Quién iba a pensar que Taketora trabajaba con Hinata reparando autos y motocicletas?

-¡Gracias! ¡No sé como agradecerles! -Yamamoto lloraba a mares mientras abrazaba a su hermanita que trataba de contenerlo sin buenos resultados-

Tanto Daichi y Suga estaban felices porque al fin Akane tendría una familia que la cuidaría, pero tenían un sentimiento de melancolía al ver que ya no pasarían tanto tiempo con ella.

-No crean que se desharán de mi tan fácilmente.

-¿Ah? -exclamaron ambos mirando sin entender a la niña-

-Mi hermano debe trabajar y no puedo estar sola todo el tiempo ¿No? Ustedes son adultos y me pueden cuidar.

No les quedo más aceptar lo inevitable, ese no era un adiós, sino un simple "Nos vemos al rato par de tontos".

Así fue como los hermanos Yamamoto se alejaron del departamento con miles de planes para comenzar una vida juntos lejos de su destructivo padre. Ahora podrían disfrutar al fin de una familia y entre risas Akane pudo expresar lo feliz que estaba.

-¡Ahora tengo a mi hermano y mis padres! Esto es divertido.

-¿Ah? ¿A qué padres te refieres?

-A Daichi y Suga, son mis padres...aunque ellos no lo sepan...

-¿No me digas que ellos están saliendo? -pregunto incrédulo-

-Nop, pero pronto lo estarán. Te lo aseguro hermano.

 

 

En el departamento las cosas quedaron un poco revueltas con todo lo sucedido y la sensación de alivio era algo que tranquilizaba enormemente al músico y el profesor que se quedaron un rato más juntos arreglando el desorden que había quedado como una escusa que solo escondía la intención de pasar la mayor cantidad de tiempo juntos sin distracciones. Simplemente ellos dos gozando de los pequeños placeres de la vida.

Lamentablemente Suga debía volver al trabajo y Daichi a su vida de estrella que lo alejaban completamente del deseo inmenso por tener a Suga para sí mismo. Podía observar su perfil en silencio y solo imaginaba como sería despertar todo los días frente a ese rostro que le quitaba el aliento día tras día, volviendo más duro cada momento antes de separación.

¿Suga le correspondería si se confesara? Jamás le pregunto si le interesaban los hombres o las mujeres, porque estaba seguro que el de cabellos plata era la clase de personas que no se preocupan del sexo de quien tenía al frente, si no de sus pensamientos e intenciones. Esa eran las ideas que volvían torpe y descuidado al azabache.

-¿Qué sucederá con el padre de Akane? -pregunto Daichi tratando de decir algo-

-No te preocupes, no tendremos problemas con él.

Daichi no supo leer la expresión que hacia lucir a Suga tan intrigante y amenazador a la misma vez ¿Qué había hecho para solucionar todo? ¿Como encontró al hermano de Akane? Y más importante ¿Cómo demonios podía llegar a lucir tan sexy?

-Nos vemos pronto.

Pero no pudo pensar mucho al respecto porque Suga acaricio el rostro de Daichi rosando los labios del músico con la punta de sus dedos antes de despedirse por última vez.

Cuando la puerta de elevador se cerró ante ellos, ninguno podía evitar querer morir de vergüenza.

Suga no sabía de dónde había conseguido tanto valor para hacer algo como eso y estaba a punto de tener un ataque.

Daichi quería gritar de felicidad, pero se sentía un estúpido por dejarlo ir tan fácilmente.

"¡Esa fue una señal! ¡Tengo mi maldita señal al fin! La próxima vez no se me escapara, lo prometo".

-¡Yuju! -grito en el corredor con la euforia de estar cerca de su victoria-

Una anciana adinerada que pasaba por ahí tan arrugada como el Pug que llevaba en los brazos lo miro con extrañeza y perspicacia que solo incomodaron hasta el punto de ponerlo nervioso.

-Esto...buenos días señora...¡Adiós!

Y sin más se echo a correr hasta su departamento suplicando no ver a esa mujer nunca más y con la dicha de tener a Suga tan cerca.

-¡Uff! Los jóvenes de hoy en día están cada vez peor ¿No crees Lulu? En mi época no sucedía nada de esto.  

 

En medio de la sala comiendo pizza y jugando videojuegos...

 

Luego de salir del la televisora Ukai, Kuroo había arrastrado a Kenma por la caótica ciudad. El músico había prometido que tendrían una fiesta, pero a decir verdad lo único que hicieron fue gastar dinero en maquinas arcade retro, luchando con los clásicos Street Fighter y carreras de autos. No era exactamente lo que Kenma esperaba, pero estaba disfrutando derrotar a Kuroo o ser derrotado, no importaba mucho si las cosas continuaban así.

Estuvieron más de dos horas y luego el hambre se hizo presente, así que terminaron en una pizzería donde estuvieron a punto de descubrir al músico, pero por suerte su cabello no lucía igual, aunque la verdadera razón por la cual dejaron tranquilo al azabache fue que este tomo por la espalda la cintura de Kenma y ante aquel acto los curiosos dejaron tranquila la pareja. No podían creer que aquel tipo fuese Kuroo, no cuando estaba abrazando a un hombre a vista y paciencia de todos. Fue una buena táctica para sacarlos de encima pensó el músico; Kenma solo quería asesinarlo por hacerlo pasar algo tan desagradable que lo puso rojo como tomate.

 

Ahora estaba en el departamento que Kuroo compartía con Bokuto y en medio de una tregua para comer más pizza observaba al músico a su lado con un rostro relajado sin decir palabra y se preguntaba qué demonios hacia un tipo que era bien parecido, siendo sincero era estúpidamente sexy, era una estrella internacional y que de seguro podía salir con quien quisiera sin hacer esfuerzo. Pero había algo que últimamente lo estaba perturbando más de la cuenta y no era específicamente Kuroo quien lo provocaba, sino aquel desconocido con el cual se mensajeaba todos los días para ser exactos y que en verdad estaba poniendo las cosas de cabeza para el técnico que sin querer se estaba sintiendo atraído por una persona sin rostro. Es  por eso que al ver a Kuroo no se sentía justo, no es que fuesen algo especial, pero de algún modo no creía prudente ni coherente a si mismo llegar a sentir esos apretones en el estomago que a veces le producía Kuroo sin olvidar al ser humano que se hacía llamar K<3TVK, al cual sin querer había abierto una puerta que creía cerrada hace mucho. Para el técnico era muy difícil confiar en otros, pero enviar mensajes era tan natural para él que fue casi inevitable no abrir su corazón a alguien que lo rescato esa noche de ventisca y del cual no recordaba en absoluto.

- Creí que iríamos a una fiesta -dijo Kenma confundido-

-¿Mmm? -con la boca llena de pizza- ¿De qué hablas?

-Me habías dicho que iríamos a una fiesta, pensé que me llevarías a un club o algo así.

-¿Quieres ir a un club nocturno o algo así?

-No.

-Pues bien, esta es nuestra fiesta -dijo con una enorme sonrisa autosuficiente- Se que habrías odiado ir a un club con la gente y el caos.

-¿Pizza y videojuegos? ¿A esto le llamas una fiesta?

-Una fiesta es cuando un grupo de personas se junta y disfruta un rato para celebrar algún acontecimiento. Según yo cumplimos con la definición, tu y yo hacemos un grupo así que en teoría sería una fiesta.

-¿Y que celebramos supuestamente?

-La navidad es una buena excusa, pero si quieres otra cosa podría ser que con la banda sacamos un nuevo sencillo y tuvimos una buena recepción.

Kuroo miro perspicaz al rubio y sonrió satisfecho, después de todo había logrado más de lo que pensó posible, porque sabía que Kenma no era muy bueno interactuando con otros seres vivos y sin embargo ya llevaban horas juntos y eso en serio lo tenía feliz.

-No pareces convencido -dijo Kuroo- ¿Crees que estoy jugando contigo?

Kenma no dijo palabra y solo desvió la mirada en otra dirección concediendo absolutamente todo lo que Kuroo pensaba.

-Lo sabía, ya sé que no confías en mi. Tranquilo, sé que soy raro.

-Lo siento. -se limito a decir no muy convencido de su respuesta-

-No tienes de que disculparte, es más, yo soy el que te debe una disculpa.

-¿Ah?

-Kenma he querido decirte algo hace tiempo -dijo serio Kuroo tomando valor-

-¿De qué se trata? -dijo algo asustado por el semblante del músico-

Kuroo trataba de decir por fin que era el tipo de los mensajes que acosaba a Kenma y que el ultimo tiempo se estaba acercando a terreno peligroso. Para el azabache era maravilloso conversar sin problemas ni tapujos con Kenma, aunque había un pequeño problema, él no había comentado en ningún momento que era K

-Veras yo soy ...

Pero Kuroo fue interrumpido por el teléfono de Kenma que sonó imprevisto y que termino siendo aquel que el músico envidiaba profundamente.

-Sí Shoyo, si lo sé. Bien, nos vemos.

Kenma cada vez que hablaba con Hinata no podía evitar sonreír verdaderamente animado y eso a Kuroo lo entristecía dramáticamente, pero era un excelente actor de primera que no cambiaba su semblante a pesar de lo mal que pudiese sentirse. Se merecía un Oscar.

-¿Tu amigo? ¿Shoyo si no me equivoco?

-Sí.

-Pues creo que lo conocí ¿No crees que es pequeño el mundo?

-¿Lo conociste? -pregunto con sorpresa-

-¡Sí! Cabe la casualidad que ayer cuando íbamos a celebrar el cumpleaños de mi amigo, este chico se apareció en el departamento con un pastel de cumpleaños.

-¿De qué amigo me estás hablando?

-Kageyama.

"El tipo demoniaco" Pensó Kenma con un pequeño toque de angustia, debido a la reafirmación positiva de que su decisión de alejar a Hinata de sus sueños era la mejor opción.

-Ya veo, así que ahí fue donde paso la noche -soltó sin querer Kenma algo dolido- No sabía que ya eran tan cercanos, aunque me lo presumía.

Kuroo rápidamente entendió de que iban las cosas y supo en qué posición se encontraban todos en ese maldito juego donde la felicidad de unos era la agonía de otros. En pocas palabras Hinata y Kageyama por alguna razón que Kuroo desconocía, ahora eran bastante cercanos, lo suficiente como para romper el corazón de Kenma y de pasada el suyo al ver a su hermoso técnico sufrir por otro que no era él. Tanto Kenma como él eran los no correspondidos de la historia y solo quedaba ver en que terminaría la obra. Sinceramente esperaba que su final no fuese algo que Shakespeare hubiese escrito de forma terrible y miserable.

-Era un chico agradable, a Bokuto le encanto -dijo fingiendo una relajada conversación-

-Esa es la especialidad de Shoyo.

-¿Cual? -pregunto sin comprender-

-Ser el que agrada a todos sin querer. Tiene demasiada energía -dijo con una sonrisa melancólica- y siempre sonríe demasiado. A veces es muy inocente y otras parece salido de una película de terror -dijo con algo de gracia-  Él y Keiji son mis únicos amigos, no sé qué haría si le sucediera algo malo.

-¿Y yo que soy? -pregunto serio Kuroo sin poder resistirlo más-

-¿Tu? -pregunto sin saber que decir-

-Sí, dices que el chico de cabello naranja y Akaashi son tus únicos amigos ¿Yo que soy para ti?

Kuroo puso contra la espada y la pared a Kenma que nunca se había detenido a pensar en que categoría mantenía al músico. No sabía que pensar de él todavía, pero sin embargo había aceptado estar con él más tiempo del que acepta a cualquier extraño. No podía decir que era un simple conocido, eso habría sido mentir, mas no sabía que contestar ¿Amigos o algo más?

-Yo...-trato de articular Kenma- No lo sé, no sé qué pensar de ti.

-No confías en mí, lo entiendo -dijo tratando de sonreír sin éxito- Lo siento, te puse en una situación complicada.

-No es eso -dijo algo molesto- No es que no confié en ti, simplemente no sé qué pensar cuando estoy contigo. Eres tan raro, eres famoso y todos te aman, cualquiera podría estar aquí contigo, pero tú te empeñas en continuar con esta farsa conmigo. Yo soy un don nadie y tu un rey.

Kuroo lo estrecho sin contener más sus emociones, ya no lo soportaba más. Quería sentir a Kenma nuevamente apegado a su pecho y comprobar que eran solo dos, nada importaba lo demás. Le dolían como mil dagas en el pecho las palabras de Kenma y quería demostrar que aquello no era cierto, incluso si dejaba a la vista sus sentimientos.

-No quisiera a nadie más que a ti en este momento, se que es difícil de creer. No importa lo raro que parezca todo, pero por favor créeme cuando te digo que eres mi numen, mi estro, mi inspiración. He escrito tantas canciones pensando en ti que me estoy volviendo loco...yo en serio quiero estar cerca tuyo, tu eres mi golden eyes.  Por favor, permíteme el placer de que seas aquella persona que hace brotar de mi interior un mar de emociones, solo estando en tu compañía. Sé que sueno egoísta, pero si lo deseas no me acercare más a ti, de lo contrarío me gustaría mostrarte muchas más cosas de mí, para así conocer más de ti.

Kenma no podía decir nada más, estaba absolutamente impactado por la declaración de Kuroo, no podía creer que se había transformado en una clase de musa sin quererlo. No lo podía mirar a los ojos desde esa posición, lo único que podía hacer era sentir el pecho del músico latir de forma imparable como si estuviese a punto de explotar.

"Kuroo es dulce, siempre es dulce conmigo. Su sonrisa me hace sentir especial y eso me preocupa ¿Es normal que alguien te mire como si en verdad fueses algo único?"

-Quería que olvidaras -dijo de improviso Kuroo-

-¿Qué cosa?

-Lo que sea en que estés pensando.

-No lo entiendo.

-Piensas demasiado, creí que sería bueno un momento donde olvidaras todo aunque sea por un par de horas. Y creo que lo logre -dijo satisfecho- Aunque lo arruine al decirte algo como esto. Lo siento, solo quería pasar el rato contigo y nada más, pero creo que no pude controlarme esta vez y termine por hacer algo molesto para ti.

La mente de Kenma era un caos, pero de algún modo todo termino en dos opciones.

 

Deseas continuar la partida...

>Sí _

>No _

 

No estaba seguro si era la opción correcta de este juego, pero esperaba que al guardar la partida y continuar las cosas terminaran con un buen final.

-Eres un tipo molesto, pero si confió en ti y eso es lo que me molesta.

No tuvo que decir más para que Kuroo lo abrazara más fuerte y sin más comenzara a cantar uno de los versos que antes había recitado en el escenario solo para Kenma.

 

"... Every day i watching your eyes

And die deeply

Oh, Why?

 

["...Todos los días observo tus ojos

Y muero profundamente

Oh ¿Por qué?...]

 

You can see across my soul and i just see your eyes

Golden eyes this fire in inside my burns me brightly

You know what? I give myselft to you completely that night"

 

[...Puedes ver a través de mi alma y yo solo veo tus ojos

Ojos dorados este fuego en mi interior arde intensamente

¿Sabes algo? Me entregue a ti por completo esa noche...]

 

-Esta no es la única -dijo Kuroo- Si me permitieras te mostraría todo lo que escrito en el último tiempo.

El músico se separo de Kenma y le sonrió como si fuese una joya viva, luego tomo una de sus manos hasta besarla cual caballero mostrando los respetos antes de cortejar y sin más se levanto para desaparecer tras una de las habitaciones.

Kenma que aun no comprendía muy bien lo que estaba sucediendo, pero de improviso sintió como su teléfono vibraba y al revisarlo se encontró con un mensaje que lo emociono bastante a pesar de su escueto mensaje.

"Feliz Navidad Kenma <3 "[23:58 am-enviado por: K<3TVK]"

Kenma vio el mensaje y sin más se lleno de pura alegría al ver que su querido desconocido no se había olvidado de él, mientras tanto Kuroo se asomaba por el umbral de la puerta observando la bella reacción del técnico.

"Sonríe tan solo porque le envió un mensaje, bueno yo no, sino el hombre que lo salvo. Mi hermoso Kozume, te has transformado en mi inspiración, no sé si estoy confundiendo mis sentimientos por ti y con ello cubro lo que en verdad siento. Por ahora solo te tomare como mi numen y te tendré en mis canciones, aunque sea en ese lugar me gustaría que estuvieras a mi lado. No puedo creer que tengo más oportunidades de estar cerca de ti escondiendo quien soy tras este teléfono, pero si reaccionas de esa forma no me queda más opción que continuar con esta verdad oculta. Soy lo peor que existe".

-Pareces de buen ánimo -dijo Kuroo antes de sentarse-

-No es nada -dijo Kenma tratando de disimular-

-Supongo que son ideas mías -dijo con una sonrisa satisfecha- Ten.

Kenma observo algo que estaba más allá de sus expectativas, porque cuando Kuroo le entrego una carpeta atiborrada de papeles no dimensiono cuanto podía haber escrito el músico y menos que todo eso fuese gracias a su inspiración. Habían cientos de partituras para distintos instrumentos, letras escritas frenéticamente y un montón de canciones sin titular. Pero sin querer en un descuido todos los papeles quedaron tendidos en el piso y culpable se tiro a recogerlos rápidamente, pero al levantar una de las partituras se encontró con un trozo de papel algo arrugado en el que se veía claramente su perfil serio trabajando frente a la computadora. Eran demasiadas emociones para tan poco tiempo.

-Soy yo...-dijo Kenma desconcertado-

-Eres un buen modelo -dijo Kuroo- Te quedas quieto por horas y puedo dibujarte sin que te des cuenta.

Kenma solo pudo responder con el rostro encendido cual farol y sin mirar a Kuroo continuo revisando cada hoja y con ello cada verso escrito.

-¿Puedes cantar esta? Creo que me gusta.

Kuroo recibió la hoja y pudo leer claramente el titulo que él mismo había escrito, titulado "Alone in the deep misery". Supo de inmediato que tenía que sacar a Kenma de esa profunda miseria antes de que fuera tarde. Esa canción la había escrito pensando en el rubio, sin embargo no estaba aun seguro de por qué lo había hecho; la letra era bastante trágica y de algún modo la elección de Kenma lo hizo creer que le estaba diciendo que su vida era de una soledad incontrolable que lo mataba cada día a cada minuto hasta dejarlo completamente muerto.

-Está bien -contesto Kuroo- Pero quiero que sepas que aunque escribí esta canción pensando en ti, recuerda que puedes contar conmigo. No tienes que estar solo en este mundo miserable y cruel. Podemos ser dos en este mundo miserable y cruel. Feliz navidad.

Los ojos de Kenma una vez más se iluminaron y Kuroo sintió como una felicidad plena lo derretía lentamente al ver como el técnico miraba el video juego que le había obsequiado como excusa para observar el par de ojos dorados brillar en la noche.

-Gracias Kuroo, esto...feliz navidad -dijo desviando la mirada en otra dirección incapaz de sostener la del musico-

Ya estaba hecho, ambos habían decidido continuar la partida de ese juego que los ponía como protagonistas en una ruta de la cual desconocían como sería obtener la victoria o la derrota.

 

En la azotea de un edificio...

 

Se encontraban Iwaizumi y Oikawa contemplando el cielo sin poder creer que estuviesen compartiendo tamaño espectáculo el uno con el otro.

-No puedo creer que estemos así -dijo Oikawa-

-Créeme que no eres el único, pero esto te pasa por pelear con tu novia un veinticinco de diciembre.

-Ya te lo dije, luego de la cena se enfado cuando unas fans se tiraron sobre mí, no iba a dejarlas sin darles un autógrafo.

-Y tu eres muy atento, así que tuviste que poner incomoda a tu novia cuando se suponía que pasaban un momento juntos

-Gracias por tu comprensión Iwa-chan, te escuchas igual que mi novia.

-Pobre chica.

"Ah...hablar con este iceberg es imposible, no entiende nada. Aunque al final fui yo quien lo trajo aquí...En verdad quería traer a mi novia y ver las estrellas con ella, incluso traje mi telescopio. Pero no funciono y ahora estoy con este guardaespaldas que me saca de quicio. De seguro Iwa-chan se debe estar riendo de mi ahora..."

"Esto esta estúpidamente hermoso, aun no puedo creerlo. Jamás pensé que una noche sin luna sería tan agradable en esta ciudad. Aunque sea terrible admitirlo no esta tan mal pasar un rato así con el estúpido de Oikawa "

Era una noche agradable para estar a la intemperie sin demasiado abrigo y el músico con el guardaespaldas ya llevaban un tiempo juntos sin decir mucho. Porque luego de que el castaño invitara a su novia a uno de los mejores restaurant de Tokio gracias a Daichi, donde disfrutaron y rieron cada platillo las cosas se complicaron cuando unas chicas se interpusieron ante la pareja rompiendo todo el ambiente romántico que rondaba entre los dos.

Al no recibir las disculpas esperadas la novia de Oikawa se fue en un taxi dejándolo solo en medio de la acera. El guardaespaldas que había visto el espectáculo solidarizo para su sorpresa con la novia del músico, pero al ver tan desanimado al castaño lo acompaño hasta su departamento donde sorpresivamente el castaño le dijo que subieran juntos a la azotea del edificio donde había un telescopio instalado para observar el cielo. Si bien Iwaizumi no era la persona favorita de Oikawa, este último en verdad no quería estar solo esa noche aunque significara pasarlo con el mayor aguafiestas que conocía.

-No pensé que en esta ciudad se pudiesen ver tan bien la estrellas -dijo Iwaizumi-

-Cuando hay luna nueva hay mejor visibilidad de las estrellas.

-No puedes dejar de tu lado ñoño ¿No?

-Eres tan simpático Iwa-chan, fue una excelente idea traerte aquí. -dijo con puro sarcasmo-

-Gracias, siempre es bueno saberlo.

-¡Ja!

Oikawa tenía preparada una botella de vino y dos copas donde vertió el espumante que luego entrego a Iwaizumi.

-No puedo beber si estoy trabajando.

-No seas dramático, estamos en navidad. Incluso tu puedes relajarte aunque sea un instante.

-No pretendo tener la guardia baja si llega a suceder algo.

-¡Hey! ¿Qué podría suceder?

-Eres tú, podría suceder cualquier cosa. Eres un imán para el desastre.

-¡Ja! Que simpático.

-Lo digo en serio. No quiero lamentar nada después si te sucede algo.

-¡Ah! Bien, haz lo que quieras. -dejando la copa de vino a un lado- No digas que no trato de ser amable contigo.

Oikawa se alejo indignado y fue hasta el telescopio blanco que había dejado instalado para que luego de la cena con su novia pudiesen ver las estrellas abrazados. Lástima que sus planes habían cambiado completamente y no le quedaba más que observar el cielo para olvidarse de todo.

-¿Siempre haces esto? -pregunto Iwaizumi-

-Sí -contesto Oikawa con fría indiferencia-

-¿Nadie te molesta?

-Nadie sube, así es mejor.

Iwaizumi no tenía nada más que agregar a eso y solo se dedico a observar la silueta de Oikawa que miraba absorto a través del lente buscando algo más allá de la tierra.

-Disculpa -se le escapo a Iwaizumi-

-¿Ah? -exclamo Oikawa sin sacar el ojo de la mirilla-

-Qué bueno...

-¡No puede ser!

-¡Solo estaba intentando ser amable maldito basukawa!

-¡No tu! ¡El cielo! ¡Estrellas fugaces!

Oikawa no caía de la emoción y con una alegría inigualable agarro el brazo de Iwaizumi para dejarlo frente al telescopio y así viera el espectáculo cósmico. En efecto, desde el cielo se veía como luces incandescentes pasaban a toda velocidad  maravillando al guardaespaldas que jamás había visto espectáculo igual.

-Esto es asombroso -dijo mirando esta vez a Oikawa- Debo admitir que hace años no miraba el cielo, siendo sincero desde niño.

-¿Fue ahí cuando te volviste gruñón?

-¿Qué dijiste?

-Nada, nada. Tranquilo -dijo con pánico al ver el ceño fruncido de Iwaizumi- Lo que quiero decir es que cuando dejas de mirar hacia arriba y solo vez tus pies, de seguro una parte de ti muere. Cuando miras el suelo solo puedes encontrar asfalto, pero si miras el cielo te sientes pequeño frente a lo infinito.

Oikawa decía esas palabras mirando las estrellas pasar e Iwaizumi por primera vez no quiso arruinar el momento con algún comentario mal intencionado, porque de algún modo sabía que el músico no era de los que decía de buenas a primera lo que pensaba y menos lo que sentía verdaderamente. Era extraño, pero Oikawa tenía razón de alguna forma. Todo era muy extraño.

Pasaron los minutos y los dos ya no usaban el telescopio para mirar las estrellas, simplemente se encontraban sentados sin decir nada esperando que los minutos pasaran unos tras otros junto las estrellas que saludaban a lo lejos para luego perderse en el firmamento.

-¡Estoy arto, tengo que terminar con todo! -dijo repentinamente Oikawa-

-De que hablas.

-De esta farsa, yo no la amo. Iwa-chan tiene razón...¡Iwa-chan siempre tiene razón!

Iwaizumi miraba horrorizado a Oikawa que apuntaba a la nada con ira en la voz y al mirar a un costado del cantante se encontró con la botella de vino vacía y sin una gota dentro.

En la cabeza de Oikawa los pensamientos miserables perturbaban su mente quebrada por el alcohol y sin querer recordó "Telescope" de Cage the Elephant que lo llevo a levantarse del suelo en medio de tambaleos hasta llegar a su solitario telescopio blanco. Comenzó a recordar la letra de la canción, pero no podía tan hacerlo claramente o por lo menos no por completo y solo se conformo con estrofas sueltas que hablaban de su soledad que sin querer ponían a Iwaizumi en medio de sus dilemas, lugar que debería ocupar su novia y eso lo angustiaba más.

"In a far and distant galaxy
Inside my telescope I see
A pair of eyes look back at me..."

[En una galaxia distante y lejana
A través de mi telescopio veo
Un par de ojos mirándome..]

I don't think you understand!
There's nowhere left to turn
Walls keep breaking

[No creo que lo entiendas!
No queda lugar donde girar
Las paredes siguen quebrándose
]

"Frantically searching his dreams
he wonders what it's all about"

[Buscando frenéticamente sus sueños
Se pregunta de que se trata todo]

"Clearing my mind,
losing my friends
Follow my fears
do it again.
You say how, do, you do.
Man, how 'bout you?
Man, how 'bout you?
To be free
To be son
To be killed
To be saved
In my head, I'm alone
I'm un-dead, I'm ashamed
Just like you, I've been tryin'
To be scared
In my bones, I feel cold.
I give this to the lord in the sea
In this street
Let me go
Let me be, I don't need
To be here, I'm alone
Can't you see? Can't you see?

[Despejando mi mente,
perdiendo a mis amigos
siguiendo mis miedos
hacerlo de nuevo,
Tú dices como, lo haces,
Hombre, que hay de ti?
Hombre, que hay de ti?
Para ser libre
Para ser hijo
Para ser asesinado
Para ser salvado
En mi cabeza, estoy solo
Soy un no-muerto, Estoy avergonzado
Igual que tu, He intentado
Estar asustado
En mis huesos, siento frío
Le doy esto al señor en el mar
En la calle
Déjame ir
Déjame ser, no necesito
Estar aquí, estoy solo
No lo ves? No lo ves?

Time is like a leaf in the wind
Either it's time worth spent
or time I've wasted...
Don't waste it..
."

[El tiempo es como una hoja en el viento
O es tiempo bien usado
O tiempo desperdiciado
No lo desperdicies.]

Oikawa creía que todo lo que decía esa canción era él.  Se sentía solo, tremendamente solo y veía como las cosas se volvían más irreales quizás a causa del vino, pero la verdad era que el miedo aterrorizaba su corazón. La confianza en sí mismo no era suficientemente fuerte y temía que todo se derrumbara. Dio unos pasos hasta el borde de la azotea y miro la gente pasar, se veía tan pequeña, era todo tan mínimo. El se sentía mínimo y no quería pensar más.

-¡Oikawa!

El grito de Iwaizumi fue seco y rápido, casi tanto como su cuerpo que en menos de una milésima de segundo se abalanzo hasta el músico antes de que este callera desde la azotea hasta el asfalto metros abajo.

-¡Maldita sea! ¡¿Estás bien?!

Oikawa a penas reaccionaba y lo único que podía ver con su nublada visión era la silueta de Iwaizumi que se lo aferraba fuertemente y lo movía tratando de que este reaccionara. No estaba en sus cabales, nada importaba excepto ese par de manos que tomaban sus hombros y lo traían como una cable a tierra luego de tanta soledad.

Duro el tiempo que Iwaizumi demoro en notar que sus bocas estaban juntas y el pánico de ver caer a Oikawa había desaparecido por completo, porque de todas las cosas posible no espero que el músico finalmente lo besara descaradamente. Pero si algo impacto al guardaespaldas, fue la expresión adolorida que tenía Oikawa en cada musculo de su rostro mientras cerraba sus ojos fuertemente tratando de alejar todo aquello que lo hacían sufrir. Parecía que Oikawa trataba de mantener sus labios fuertemente unidos solamente para sentir que no estaba solo en este mundo y que Iwaizumi estaba a su lado a pesar de todo.

Su corazón latía frenético y no era por el impacto de estar punto de ver morir a Oikawa, si no, su corazón ahora latía a mil por hora debido a ese terrible contacto mezclado con el miedo de perder al músico. Iwaizumi no lo aceptaría tan fácil, para aceptarlo todavía faltaba mucho tiempo y él en esos momentos solo atribuía la agitación cardiaca al movimiento rápido e inesperado.

Las mejillas y las puntas de sus narices estaban rojas por el frio, mas en su interior algo caliente hervía como un geiser en erupción. Una fría gota despertó a Iwaizumi de ese transe y se dio cuenta que a su alrededor pequeños copos de nieve caían pacíficamente sin una cuota de maldad, como tratando de advertirle que era tiempo de regresar al departamento donde Oikawa estaría mejor luego de beber una botella entera él solo y que lo descontrolo por completo. Iwaizumi los separo más suave de lo que pensó, quedando solo las manos de Oikawa en sus mejillas que lentamente cayeron sin fuerza hasta sus rodillas.

-No estás solo Oikawa -dijo Iwaizumi con voz queda-  Estoy aquí.

-P-promételo -dijo sin levantar la cabeza con un tono lúgubre-

-Lo prometo.

Y con esas palabras el músico cayo rendido como peso muerto sobre Iwaizumi sumergido en un sueño arrebatador tan lejano que al despertar ya no podría recordar nada, pero que sin embargo sería el sueño más agradable en mucho tiempo.

Al guardaespaldas no le quedo más opción que llevar el cuerpo de Oikawa a rastras hasta el departamento del piso doce y aunque no fue un trabajo fácil finalmente logro depositar el ebrio en su habitación.

Era tarde, pero Iwaizumi no tenía ni una pisca de sueño, así que solo se dedico a observar como la noche desaparecía dando la bienvenida al nuevo día, y si algo le molestaba era la incertidumbre de saber si Oikawa recordaría algo de lo que sucedió al despertar. Estaba preocupado, no había dimensionado hasta que punto Tooru se sentía miserable y no podía dejar de pensar que si se alejaba de él, llegaría a hacer alguna estupidez que lo hiriera a sí mismo. No sabía porque, pero no podía soportar la idea de ver a Oikawa herido, no quería siquiera imaginarlo ¿Eso era normal? Porque el siempre estuvo al margen de las emociones con sus clientes, solo los protegía por mera responsabilidad, pero la responsabilidad en este caso estaba pasando los límites de lo estrictamente laboral.

 

Al despertar la resaca era de un dolor fenomenal y al mirar a su alrededor comprobó que estaba en su habitación recostado, pero no lograba recordar con exactitud cómo es que había llegado hasta ahí. Logro encontrar su teléfono donde había una serie de mensajes por parte de su novia, quien se disculpaba y pedía que por favor se reconciliaran, mas lo único que hizo fue tirar el aparato lejos de su vista debido al inminente dolor de cabeza que lo azoto nuevamente.

Como pudo se levanto con una sed espantosa y al salir de su guarida se encontró con un inusual panorama, donde el aroma a tostadas con mermelada se mezclaba con té caliente que inundaba todo el lugar, pero si algo lo sorprendió verdaderamente fue ver a Iwaizumi en la cocina mientras en la televisión trasmitían "El guardaespaldas".

-Al fin despiertas, pensé que ya habías muerto.

-No estoy para bromas Iwa-chan. -dijo por el molesto dolor de cabeza-

-Wow, el rey se siente mal luego de tomar toda esa botella, que sorpresa -dijo en parte con burla y en parte con reproche- Ten, debes tener sed.

-Gracias.

Con las pocas fuerzas que le quedaban se lanzo en el sofá y comenzó a mirar la película en ese momento mostraba a una cantante famosa y su terrible relación con el nuevo guardaespaldas encargado de proteger su vida. Era un cliché, pero a Oikawa en el fondo le entretenía ver ese tipo de películas a veces cuando no tenía nada mejor que hacer.

-No pensé que te gustaran este tipo de películas Iwa-chan.

 -Fue el primer canal cuando encendí el televisor y luego no lo cambie.

-¡Oh! No mientas, en el fondo querías ser como Frank Famer y por eso te volviste guardaespaldas.

-Oh, claro -dijo rodando los ojos- Mis planes siempre fueron ser el tipo que debía proteger a la diva egocéntrica, que dicho sea de paso se parece bastante a ti.

-¡Ja! ¿Yo igual a ella? -respondió indignado- Pues tu eres oficialmente el tipo amargado con cara de pocos amigos y que siempre anda de mal humor.

-Dirás de mal humor contigo, porque eres insoportable.

Pero justo en ese momento cuando Iwaizumi pensaba arremeter contra Oikawa, los protagonistas se fundieron en un apasionado beso luego de tantos conflictos que finalmente termino uniéndolos y que dejo espantados tanto al músico como el guardaespaldas. Porque si trataban de compararse con Rachel y Fran, protagonizados por Whitney Houston y Kevin Costner respectivamente, significaba comparar ese romance conflictivo que terminaba con esa canción tan conocida e internacional titulada "I will always love you" y que básicamente era el himno de un pacto de amor por siempre.

-Creo que esto es demasiado empalagoso -dijo Iwaizumi bastante incomodo- Voy por más café.

-Definitivamente, será mejor cambiarle por algo mejor -dijo Oikawa tomando el control torpemente para cambiar el canal- También quiero más.

 

Cada uno creía saber algo que el otro no, pero compartían el mismo sentimiento agobiante de esconder ese algo que crecía lentamente en su interior y que los apuñalaba mutuamente. Iwaizumi creía que Oikawa no recordaba nada de la noche anterior. Oikawa solo podía recordar la promesa que Iwaizumi le había hecho y con eso el beso que añoro durase para siempre.

 

En un comedor demasiado acogedor...

 

Se encontraba Yaku sin posibilidades de escapatorias, porque luego del concierto Lev lo sorprendió esperándolo a la salida casi como una paleta helada de dos metros y un regalo entre sus manos.

Lo desesperaba al punto de querer asesinarlo, pero en el fondo sentía una ternura molesta que lo frenaba del homicidio llevándolo aceptar casi siempre sus invitaciones de mala gana. O negándolas no tan fríamente como podría.

Él no tenía a nadie en especial y tampoco lo buscaba verdaderamente, de hecho prefería encontrarse en la paz de su soltería sin dramas ni escándalos agotadores que lo desconcentraran de sus gustos y obligaciones. No podía quejarse, a decir verdad y a pesar de lo que los incrédulos pensaran era un hombre bastante feliz y completo. Es por esa misma razón que no podía dejar entrar a nadie a su pequeño mundo hecho exclusivamente para uno. A quien dejase entrar a su pequeño mundo sería alguien que en verdad le gustase y probablemente odiaría en parte por hacerlo sentir así. Porque Yaku amaba sentirse libre de los sentimientos que la gente llamaba amor; quien lo amarrara a algo así en verdad lo haría querer desaparecer.

Pero ahora se encontraba a si mismo celebrando una fiesta que en particular no le interesaba demasiado como lo era la navidad en el departamento que compartía Lev con su hermana y un par de gatos, dentro de los cuales se encontraba Nekoma.

Se sorprendió de la belleza despampanante de Alisa, la hermana mayor de Lev y se notaba a leguas que amaba a su enorme hermanito menor. La joven recibió efusivamente a la pareja recién llegada y les dio té oolong para que calentaran sus fríos cuerpos.

-¡Oh! Es un placer tener aquí al amigo de mi hermanito.

-¡Alisa! -exclamo avergonzado- ¡Ya no soy un niño!

-Ya, ya. Lo siento Lyovochka, pero tú eres un niño para mí no lo olvides. -dijo alborotando los cabellos de Lev- ¡Bien! Serviré la cena en un momento, lávense las manos y luego siéntense.

Yaku se sentía como un intruso en medio de esa extraña armonía familiar y deseaba escapar, pero sería demasiado descortés viendo lo entusiasmados que estaban los hermanos.

-No pensé que fueses a aceptar -dijo Lev-

-¿Entonces por qué estuviste esperándome todo ese tiempo?

-Porque tenía la esperanza que fueses a decir que sí.

"Es un idiota de tomo y lomo. Es tan problemático, pero si me negaba iba a insistir hasta traerme a rastras aquí. De cualquier modo no es mala idea comer algo decente sobre todo si lo cocino su bella hermana ¿Cuantos años tendrá? Es muy linda, en serio. Lucen muy parecidos, sobre todo cuando sonríen y cierran los ojos haciendo que todo su rostro parezca alegre".

-Acepte ¿No?

-Sí y no sabes lo feliz que me pone que lo hayas hecho. -contesto Lev antes de beber un poco de té-

El de ojos esmeralda lo observaba realmente iluminado y Yaku no pudo evitar sentirse extrañado al respecto.

-¡Bien! ¡Espero que te guste Yaku!

El castaño quedo sorprendido por la variedad de platillos que la hermana mayor había preparado solo para los tres y se sentía un poco culpable por las atenciones.

- Lyovochka me dijo que te gustaban las verduras salteadas.

-Sí, g-gracias, todo luce y huele muy bien.

-Es muy tierno de tu parte -agradeció Alisa- Bien, coman antes que se enfrié.

Los tres agradecieron y luego comenzaron a devorar el delicioso y humeante banquete.

-Pensé que en Rusia no festejaban la navidad a estas fechas -dijo Yaku algo confundido-

-Nop, no lo hacen -contesto Lev a punto de meter un gran trozo de carne en su boca- Pero nosotros lo hacemos.

-Me encanta navidad -dijo Alisa- ¿Y qué es mejor que celebrarlo dos veces? Con Lyovochka siempre tomamos chocolate caliente y vemos películas. Pero hoy es distinto ¿O no, Lyovochka?

-¡Sí! Porque hoy Yaku está con nosotros, eres nuestro invitado especial.

-No sé qué decir -dijo Yaku-

-No es necesario que digas nada, solo comparte con nosotros esta noche. -dijo la chica-

Ambos hermanos miraron al guardaespaldas de forma risueña y a pesar de sentirse inusitadamente fuera de lugar, se contagiado con una pisca de felicidad.

- Lyovochka me ha dicho que eres muy bueno en artes marciales, ha sido muy bueno de tu parte ayudarlo a entrenar.

-No es para tanto -dijo Yaku bajando el perfil al asunto- Además él se encargo de Nekoma, era justo que yo hiciera algo al respecto.

-¡¿Qué no es para tanto?! -exclamo casi indignado Lev- ¡Yaku es asombroso! Ali, no sabes lo genial que es, además ahora al menos puedo intentar defenderme un poco -dijo con una gran sonrisa- Y Nekoma luce muy feliz con su nuevo amigo.

Se dijo que era tonto e innecesario continuar pensando que no debería estar esa noche ahí, menos en lo molesto que era Lev y lo linda que era Alisa.

-Bien, creo que ya debo irme -dijo repentinamente Alisa-

-¿Ya te vas? -pregunto Yaku desconcertado-

-Sí, una amiga llamo de improviso hace poco porque rompió con su novio. Ahora debo ir a recoger los pedazos rotos -dijo suspirando algo triste- Pero ustedes pueden disfrutar de la cena más tiempo.

-Ten cuidado -dijo Lev serio- Sabes que no es muy seguro ir de noche.

-Lo sé Lyovochka.

-Lev tiene razón Alisa, no es bueno que salgas a estas horas.

-Oh chicos se que se preocupan por mí, pero no puedo dejar a mi amiga sola. Además no es muy lejos de aquí e iré en auto. Los llamare cuando llegue.

Y así fue como quedaron Lev y Yaku solos sin opción de objetar nada. Tomaron las cosas y juntos las lavaron en el fregadero para luego terminar viendo películas antiguas que ninguno había visto.

Era rarísimo para Yaku pasar tiempo con otros de forma tan relajada, él jamás había tenido eso en su infancia y sin embargo no sé sentía mal por ello. Pero debía admitir que no era tan malo pasar el rato con Lev, quien en verdad estaba disfrutando la película y reía a carcajadas cuando algo tonto sucedía.

"Al final no era tan malo, puede comportarse como un niño, pero es un hombre después de todo. Lo he subestimando, pero ha demostrado ser mejor de lo que pensaba".

Por primera vez Yaku observo a Lev como adulto, jamás lo había tomado en serio hasta ese momento y con ello descubrió que impresionantemente era alguien bastante guapo. No lo pensaba como un alago, estaba siendo imparcial si tomaba en cuenta que tenía un rostro bastante agraciado con unos ojos esmeraldas enormes que delataban su ascendencia rusa y un cuerpo en general bastante bien mantenido. Siendo justos el tipo tenía un enorme potencial y nunca se había preguntado qué significaba para él Lev.

-¿Yaku? ¿Ya te aburriste? -pregunto Lev sacándolo de sus pensamientos-

-Oh, no. Solo recordé algo por un segundo.

-Bien, porque si quieres podemos ver otra cosa.

-No, está bien así.

-¿Yaku?

-¿Sí?

-¿Has tenido novia?

-¿Ah? ¿Por qué la pregunta tan de repente?

-Es solo que siento que no sé nada de ti.

-Creo que sabes lo suficiente.

-No lo creo. En serio si me lo preguntas yo solo sé que eres alguien grandioso, pero no podría decir que te gusta con certeza, ni que te pone triste o cual es la cosa que te hace más feliz en el mundo. -tomo un segundo para observar la reacción de Yaku- ¿Fui demasiado entrometido?

Yaku lo miro sin saber que contestar, pero de pronto se dio cuenta que había hecho un nuevo  descubrimiento de Lev. El de ojos esmeralda era tremendamente directo cuando algo lo perturbaba y eso volvía un poco difícil de predecir su siguiente movimiento.  

-Jajajajajaja -rió Yaku sin poder evitarlo-

Lev miro atónito a Yaku, porque era la primera vez que lo veía reír de tan buena gana y porque se veía hermoso haciéndolo. Peor aún no sabía porque lo estaba haciendo, no comprendía porque se reía de él ¿Solo era una mala broma para Yaku? Le dolía en el alma que fuese así.

-Oh lo siento, pero en serio me pillaste desprevenido -confeso Yaku- Pero en serio eres la única persona que conozco que podría decir algo así tan directamente.

-D-Disculpa.

-No importa. Supongo que soy un poco duro contigo, no es nada personal en serio -dijo tratando de darse a entender- Creo que soy así con todos, no me gusta que sepan mucho de mí y tu siempre me tomas inesperadamente.

-Yo...

-¿Sabes? En serio agradezco que me invitaras hoy -dijo encogiéndose de hombros- De algún modo es tiempo que vaya acostumbrándome a la idea de que no puedo evitar que seas curioso y tú no puedes evitar que yo sea esquivo. Antes pensaba que estábamos en un tira y afloja, pero ahora creo que simplemente somos así y encontraremos un punto de equilibrio. Quizás soy solo yo quien vuelve esto difícil, si es así lo lamento en serio.

¿Cuántas opciones tenía Lev para poder entrar en ese duro acorazado? Quizás había logrado ingresar en la parte más superficial, pero aun era un camino inhóspito el que habitaba en el interior de Yaku ¿Cuanto hacía falta para poder hacerlo? ¿Sería tan fuerte para lograrlo o sucumbiría derrotado? Suerte que él no era la clase de persona que se deja vencer fácilmente.

Cambio el canal y dio con uno donde emitían videos musicales y el nombre de la canción llamada "Let me in" de Snowmine capturo su atención, pero rápidamente en su mente apareció otra canción que se titulaba igual y como quien necesita aire para respirar, Lev necesitaba saber si no estaba confundido. Busco rápidamente en el playlist de su teléfono dio con la canción "Let me in" esta vez interpretada por Grouplove. Quizás eran bandas distintas al igual que la letra de las canciones, pero tenían en común ese título que lo identificaba por completo. El quería entrar y descubrir ese mundo, esperaría lo que fuese para tener tan solo un momento juntos, todas esas emociones eran como una montaña rusa, correría por ese terreno salvaje y lucharía por él. Porque  tanto anhelaba entrar y sin embargo al leer la letra de las canciones se encontraba con dos panoramas paralelamente distintos. El desamor y la esperanza. Let me in ¿Cuánto estaba pidiendo realmente?   

Para Lev, Yaku era un fenómeno de estudio sin precedentes y estaba dispuesto a ser el explorador que descubriese tamaño espectáculo salvaje de la naturaleza.

"If you could you keep it together
For a moment in time?"

De pronto una duda asalto la mente de Lev ¿Era realmente merecedor del cariño de Yaku? Era difícil describirlo, ya que cada vez que estaba cerca de él se sentía mínimo y desnudo ante su ruda pero dulce personalidad. Un profundo desconsuelo invadía su pecho ¿Sera esto un desamor? ¿Quedaría siempre relegado a esa relación? ¿Estaba intentando escalar una montaña imposible y solo era él quien estaba dando algo que no era exigido por Yaku?  No quería que Yaku lo dejara entrar por resignación o lastima, se odiaría a sí mismo por eso. Deseaba que Yaku lo dejara entrar por ser el único en descifrar el complicado jeroglífico de su interior que cuidaría con la mayor de los cariños, porque él también le entregaría su parte.

 Suspiro simplemente, ya no sabía qué hacer y solo se contento con por fin escuchaba a Yaku reí. El tiempo diría cual terminaría siendo la respuesta a su pregunta.

-Ser amigos quizás sea una locura, pero ahora creo que no estaría mal -dijo Yaku despertándolo de sus ensoñaciones-

 

Notas finales:

Bueno, aquí me tienen después de cuatro meses...parecen mil años supongo y aunque no lo crean estuve todo este tiempo trabajando en este capítulo que en verdad escribirlo salió larguísimo.

Sí, soy una persona obstinada cuando se trata de las cosas que le gustan. La verdad es que me dije mil veces que podría dividir este enorme capitulo en unos más pequeños, pero ya lo dije, soy la obstinación en persona y tenía que usar "King" para todos. No quería ninguna canción más que esta, porque era este el capitulo donde todos los reyes comenzarían a estar fuera de control.

 

Lamento mucho la demora, pero creo que no sucederá nuevamente una espera tan larga y los capítulos de ahora en adelante serán más cortos. Espero...

 

Tengo algunas cosas que decir antes de perder su atención:

 

1- Habrá bonus track del capítulo otras dos parejas. (Salió tan largo que no podía ponerlos aquí). 

 

2- Cree un Wattpad, así que si tienen cuenta y desean leer los capítulos por ahí solo deben buscar "The V Kings" o "Shomajo".

 

3- Por lo menos yo soy alguien que se consume en la pereza...así que supongo que muchos de ustedes igual, así que cree una cuenta de Spotify para que no busquen canción por canción y escuchen el playlist u_u.

Aqui va el link: https://open.spotify.com/user/22rro6h3qqplqxrrzk3vzeqky/playlist/0whcoDHxBm4OVOuiTCBr59

Supongo que no lo podrán copiar así que deje el enlace en mi perfil. Deben copiar ese enlace porque por lo menos a mi no me abrió directamente y luego pegarlo en la barra del buscador de su Spotify tal cual ahí está.

Si tienen algún problema me avisan y les mando el link por interno nuevamente e-e

 

Quizás después creare otro playlist pero con todas las canciones que he usado en los capítulos.

 

Bueno, me disculpo un montón y aunque quizás pensaron que los había olvidado yo lo único que quería hacer era subir el capitulo lo antes posible T--T.

 

Nos leemos :_D.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).