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Veneno y antídoto por LadyBondage

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Notas del capitulo:

Advertencias: Mención de sexo heterosexual, angst, un poco de drama.

 

A leer.

Destierro

1

 

Y yo he de seguirte, daré tumbos hasta donde te encuentres, me bañaré con el aroma de tu río y seguiré el trigo de tus cabellos, hasta entonces, no me despido, pero te pido que me pienses, hasta entonces, hasta que regrese.LadyBondage

 

 

 

El vientre henchido de Naruto es un recordatorio de todo el amor que existió entre el príncipe y el aventurero Uchiha. Un ramalazo de los momentos que vivieron juntos y lo preciado que fue para ambos compartir su tiempo en vida.

 

Naruto es capaz de contemplar a su padre y a su abuela después de que el luto ha dejado de flagelarlo, no ha dejado de doler, nunca dejará de hacerlo. No importa donde se encuentre, él piensa a Sasuke en todo momento. Acaricia con dedos finos alrededor de su ombligo, siente un retortijón que le provoca una gran sonrisa. Kai se ha movido otra vez, es un bebé muy inquieto.

 

Naruto no sabe si es un varón o una hermosa niña, pero lo que sea, él ya le ha llamado Kai, que quiere decir “Bienaventurado”, es un título que Sasuke se ganó en los mares y Naruto cree que su hijo debe merecer. Para así recordar a su padre en todo momento.

 

-Te amo…, pequeño príncipe o princesa.

-;Debes dé, es fruto de tu vientre -;una voz corta sus pensamientos, Naruto gira la testa comprobando que es Itachi y no otro sirviente quien lo ha interrumpido.

-;Hola, Itachi -saluda asintiendo con la cabeza. Itachi esboza una tenue sonrisa. Lleva puesto pantalones de cuero, una capa a la altura de los muslos del color del bosque y alrededor de su cuello cuelga una larga cadena de plata con el sello de su casa. Itachi parece tan aristócrata que a Naruto le da un poco de envidia.

 

Sasuke vestía las mismas ropas, pero cargaba un aire diferente. Mientras que Itachi destilaba elegancia, Sasuke desataba su aura salvaje y primitiva, provocándole que doblara las rodillas.

 

Empero con Itachi jamás sería igual.

 

- Lamento incordiar pero Sai está aquí.

 

De pronto, los ojos azules de Naruto refulgen de emoción, su corazón golpea las costillas duramente. Que Sai esté en sus tierras sólo es presagio de buenas noticias. Su padre lo había enviado a explorar los reinos cercanos y tierras inhóspitas en busca de sobrevivientes, la guerra había esparcido el terror y hombres partieron a esconderse. El deber de Sai era traerlos de vuelta. Y, en el fondo, Naruto anhelaba que Sai también encontrara a Sasuke. Su corazón no estaba tranquilo, no veló un cuerpo, y mientras fuese así, Sasuke seguiría vivo en su pensamiento.

 

- Quiero verlo - anuncia con su mirada brillante y esperanzadora.

 

Itachi no lo dice abiertamente pero sabe que Naruto tiene fe. Y la fe es el peor de los incentivos para los viudos, porque la fe es capaz de removerte del dolor, es capaz de volverte fiero y tenaz. La fe no derrumba a los muertos, por el contrario; los realza, los afirma en el corazón del que ha perdido algo.

 

Naruto conserva esa fe más viva que nunca gracias el embarazo. Él quisiera que Naruto lo amara como a Sasuke. En el fondo una voz interna le susurra con frecuencia que eso jamás ocurrirá.

Sasuke es el amor que Naruto había esperado, el que le había sido prometido.

- Le diré que venga a tus aposentos - declara Itachi, Naruto se dirige al balcón de su habitación.

 

Desde ahí puede observar el extenso y temible océano. Una mancha azul que devora hombres y miedos.

 

r13; ¿Cuánto tiempo ha pasado?

 

Naruto posa ambas manos sobre el alfeizar de piedra, el viento le besa el rostro y el aroma a bosque anega sus fosas nasales. Itachi se acerca al futuro rey lentamente, con los ojos sobre su nuca.

 

- Siete meses y medio. - Responde tranquilamente, junto a Naruto, puede observar el mismo panorama.

 

Es hermoso desde esa distancia. El mar, la gente, el bosque. Las calles adoquinadas, los niños correteándose, las mujeres cargando cestos de verduras, los hombres llevando carretillas de diversos insumos.

La paz que genera una guerra, la paz por la que pagaron un alto precio. Itachi y su familia habían perdido hombres, y a su príncipe. Los Uchiha volvían a ponerse de pie como los fuertes guerreros que son.

 

- Mucho tiempo… - Naruto acaricia su vientre, como si lo protegiera de un enemigo invisible. Ese detalle no pasa desapercibido para el Uchiha.

- Está creciendo mucho - se refiere a la barriga de Naruto. El rubio se sonroja demasiado.

 

Estaba más gordo de lo que nunca estuvo, comía por dos, cuidaba de él más de lo que habría hecho. Aun así, también le atemorizaba convertirse en padre. No se sentía capaz de educar a un hijo solo, aunque tenía el apoyo de Ino y de su abuela, el cargo no era de ellas, sino suyo.

 

- Sí, será un niño o niña muy sano - sonríe al decirlo, Itachi coloca una mano sobre el hombre delgado, Naruto se estremece ante su toque.

 

Le es familiar de muchas formas, por ende, su mirada azul se dirige a Itachi, otra vez.

 

- Tienes miedo, yo lo sé. Puedo verlo a través de tus ojos. No hay nada peor que temer de lo desconocido, Naruto. me tienes a mí, aunque sé que tu no me amas y no lo harás como a Sasuke, por lo menos, déjame cuidarte, acompañarte y quererte. No me merezco tu amor de cualquier modo, y tú no mereces mi compañía. He sido un barbaján contigo, pero de hoy en adelante, juro ante ti y a nuestros Dioses Sagrados, que te protegeré y daré mi vida por ti y por la de nuestro hijo.

 

Naruto baja la cabeza. “Él ha dicho nuestro”, piensa por un instante. El hijo que crece en su vientre no pertenece a Itachi pero tampoco lo reta por ello. Está siendo noble por vez primera, lo dejara así, Itachi merece un poco de misericordia.

 

Del otro lado del mar, un barco se erige ante las aguas tranquilas.

 

 

 

 

[2]

 

Sakura había convocado a una audiencia. Mitsuki fue el último en quedarse dentro de la enorme choza de madera, donde antes estaban todas las figuras imponentes de Tierra Oriente, donde actualmente radicaban.

 

- Quiero que tomes un barco hoy por la tarde, permitiré que dos de mis mejores navegantes lo manejen, ustedes irán como tripulantes y desterrados de estas tierras, por lo que, conseguirán un lugar en las guarniciones de la embarcación.

Mitsuki la mira extrañado. Sakura escribe con pluma sobre un papel de seda, sus dedos son rápidos y los ojos verdes se mantienen sobre su interesante escritura.

 

-  ¿A qué se refiere, mi señora? - pregunta totalmente desconcertado.

- Ya no soy tu señora, no me llames de ese modo. A partir de ahora, me llamarás Sakura de Los Cerezos. No quiero que me ofendas de otro modo.

 

Finalmente Sakura consigue ver a los ojos de Mitsuki. El sirviente parece que no está entendiendo a lo que se refiere.

Es normal después de todo lo que ha sucedido. Ella nunca daba explicaciones a su manera de actuar. Tomaba lo que quería y luego se marchaba sin dar explicaciones. Es una mujer insurrecta, de espíritu indomable.

 

El tener a Sasuke como prisionero la había hecho sentir poderosa. Ninguna otra ninfa podía gozar de un hombre aguerrido y torvo como el Uchiha. Más no era suyo. Se había desnudado ante Sasuke muchas noches, había ofrecido el calor de sus muslos para él, incluso tuvo la molestia de sentarse sobre sus faldas y había acariciado un miembro que no reaccionaba ante sus dulces manos.

 

Ella no entendió, no al principio. En todas esas proposiciones, Sasuke la había mirado con aburrimiento. Su atractivo rostro imperturbable, como si el hecho de tenerla sentada no fuera más que un protocolo que lo tenía hastiado hasta la médula.

 

Y luego de noches sin dormir, se lo pensó mejor. Sasuke estaba ocasionando que otros la miraran con burla. No se podía permitir tales insultos, si él quería irse a buscar a ese príncipe que se había prometido, que lo hiciera. Ya estaba cansada de pretender que quería un amor de cuento. Cuando lo único que buscaba era sexo.

 

- Te pido que te vayas con el extranjero. - Mitsuki abre la boca y ahogado por la sorpresa, deja continuar a Sakura - No lo quiero más en mis tierras, y a ti tampoco. Sé lo mucho que me detestas. Te destierro, a él lo dejaré partir, pero si no te vas con él, enviaré por ti y yo misma te rebanaré la cabeza.

 

El sirviente traga saliva con pesar. No lo habían amenazado nunca.

 

- Está bien, mi… Sakura de Los Cerezos. Me llevaré a Sasuke. Y me iré con él.

 

Sakura asiente.

 

- Entonces hazlo. Vete de aquí, no quiero arrepentirme.

 

Lo último que Sakura escucha en ese habitáculo son los pasos apresurados sobre la madera y los goznes de la puerta al ser cerrada.

 

Mitsuki corre, sus pies apenas pueden soportar el dolor y las rodillas las tiene llenas de raspones de tantas caídas. Pero es que estaba nervioso y feliz. Una combinación extraña.

 

Corre hacia donde Sasuke. El hombre que meses atrás había llegado a él en malas condiciones. Tiene tanto miedo, Sakura había cedido la libertad de ambos.

Sasuke iba a volver a casa, a donde pertenecía. El viaje les llevaría mucho tiempo. Tierra Oriente se encontraba en la punta del continente, volver al Reino de Fuego resultaría pesado para los dos, pero Sasuke no renegaría de lo que le daban para regresar al único hogar que conocía.

 

- ¿Qué haces aquí, Mitsuki?

Ni siquiera supo cómo entró a los aposentos de Sasuke, quien está de pie frente al enorme ventanal de cristales rojos que da al traspatio del pequeño castillo donde Sakura lo mantiene confinado.

Mitsuki se toma unos momentos para recuperar el aire que había perdido.

 

- Nos vamos a casa.

 

Y de pronto, el rostro de Sasuke se ilumina como si el sol brillara sobre sus facciones apagadas. La noticia aun es prematura pero él ya está caminando a la salida con Mitsuki a su alrededor.

 

Naruto, es el último pensamiento que le dedica antes de partir a su encuentro.

 

 

 

 

[3]

 

Ino acomoda la despenda en los estantes de la cocina. Los comedores están vacíos, no es hora de la merienda aun, ella sin embargo, se encarga de hacer algo útil para los Namikaze. Algunas mozas traen el pan de cebada sobre las mesas de madera, Ino agradece con la mirada.

 

Luego abandonan el área, a Ino le gusta que sea así, que la dejen sola con sus pensamientos llenándole la cabeza. Es la única forma para que no piense en Sai y lo mucho que lo extraña. Estos meses sin él la han lastimado mucho, Sai se ha vuelto indispensable de muchas formas. Pero la guerra se lo arrebató. El Rey había pedido a su prometido que se marchara y Sai no podía desobedecer.

 

Antes de irse le pidió a Ino que lo esperara, la besó dulcemente en el umbral de la puerta de las cocinas, justo donde ahora mismo está parada. El recuerdo sabe a miel y a fresas, Sai es lo más dulce que ha tenido alguna vez.

 

Si no vive para ella, entonces guardara su querer para él, nadie más lo merece. Sai le ha mostrado el verdadero amor, antes de que las guerras vinieran a ellos, él la amo lo suficiente como para ayudar a sanar viejas heridas, heridas que dejaron hombres con promesas vacías, heridas de una niñez revestida de abandono, y hay heridas recientes, nuevas, que sangran todavía, que Sai ha dejado en ella por su ausencia.

 

Tiene miedo de que Sai la haya olvidado, que tantos meses fuera lo hayan atrapado en brazos de otra mujer, que quizá él vuelva pero ya casado, y ella tenga que conformarse con verlo feliz de lejos, porque para Ino la felicidad no es para ella.

 

- Te dije que volvería.

 

Entones Ino deja todo lo que está haciendo, su mirada que es azul como los cielos que cubren el reino vislumbran a un hombre que es joven y alto. Ese hombre que al principio es desconocido para ella empero esa voz sigue siendo la misma que conoce.

 

Sai, se dice para sus adentros, se lo reclama el corazón palpitante. Ino quiere llorar, no, más bien, llora. No sabe en qué momento pero las gotas de cristal trazan sobre sus mejillas un recorrido inquietante, desde las cuencas de los ojos hasta el mentón y ahí se pierden entre las ropas. Ella gimotea, y maldice. Quiere quitarse a ese hombre de encima que la besa con tanta urgencia, que trata de desvestirla con la necesidad de devorarla.

 

Ino es muy fuerte, lo sabe ella misma, pero en esas manos es un manojo de temblores y nervios, ella deja de pelear y sucumbe a ese hombre y su lengua experta.

- Que mi Dios me ampare, te he echado tanto de menos…- le susurra sobre la piel, ese hombre que se llama Sai y ahora no es tan desconocido para ella.

 

La barba crecida y el cabello largo no es propio de Sai, a él no le gusta brindar una imagen desprolija, sin embargo, los meses fuera le caen como un balde de agua fría y la distancia vuelve a atraparlo.

 

La mira a los ojos, Ino hipa con los labios rojos de tantos besos frenéticos, y Sai sonríe.

 

- Sai… - gime y se entrega otra vez, quiere sentirlo más cerca, más profundo, dentro.

 

Nadie aparece en las cocinas durante largo tiempo. Mientras Ino se despoja de la inocencia que alguna vez fue parte de ella y Sai se roba su aliento y la virtud entre sus piernas.

No es el lugar más apropiado para ello, más la necesidad de unirse los apresa y no se detienen en su faena.

 

Ino es feliz con ese hombre, lo ama demasiado, Sai ya no se irá, no más.

 

 

 

[4]

 

Kakashi abre la puerta lentamente, Naruto yace recostado sobre su cama. Hay algo que lo llena de intranquilidad. Han pasados las noches en velo, Naruto se revuelva en la cama y la fiebre lo ataca duramente. Los curanderos no pueden administrarle más Té de Luna, sería perjudicial para la salud del bebé que viene en camino.

 

Itachi y Obito se encuentran afuera de la habitación. Kakashi es el único capaz de cuidar muy bien a su príncipe.

 

- Kakashi… - Naruto está envuelto en fiebre, sus parpados pesan. Minato y la Reina están a su lado.

 

Kakashi siente un miedo profundo nublarle el juicio.

 

- Naruto, tranquilo. Han ido por una sacerdotisa del Monte de Iris, ella podrá ayudarte.

 

Naruto cae dormido antes de poder responder, Tsunade menea la cabeza, atareada por sus esfuerzos por mantener a s u nieto despierto.

 

- El embarazo se complica, Kakashi. - Tsunade quiere que no sea así pero lo es. El bebé se ha mantenido movido durante días y noches, Naruto ha enfermedad repentinamente y su condición se ha ido agravando con el tiempo.

 

La fiebre es sólo una advertencia, el príncipe parirá en cualquier momento. Minato sostiene la mano de su hijo y la voz de Tsunade llena el ambiente caótico.

 

- ¿Cómo es posible que pasara? - Kakashi quiere entender como Naruto, un hombre fuerte, ha sido derrumbado por una gripe.

- No come bien, desde Sasuke, Naruto se ha vencido de a poco. Sabemos que mantiene cierto equilibrio por el bienestar de su hijo, mas no nos hemos asegurado por él. Ahora se ha debilitado tanto que tememos lo peor.

 

Minato se pone de pie, aun con la sombra del cansancio sobre su rostro.

 

- Él no morirá, madre. Naruto es fuerte.

La Reina Madre, exhala un suspiro.

 

- Si Naruto no muere, lo hará la cría, pero alguno de los dos debe morir, y me temo que mi nieto no se encuentra en las condiciones necesarias para contrarrestar su padecimiento - dice Tsunade con pesar, con el dolor de una madre aflorando por cada poro de su piel.

 

La mandíbula de Minato temblequea.

 

- Kakashi, quiero que consigas Hojazul, haremos un té con ella.

 

La mujer rubia lo mira sorprendida.

 

- Minato, es una locura…

 

Kakashi no lo sabe muy bien como los curanderos, la Hojazul es una planta muy rara que sólo crece en las Colinas Agrestes, junto al Arroyo de Sal. La utilizan, sobretodo, en mujeres embarazas, cuando el parto se complica. Es un brebaje ligero que adormece a la madre para que la curandera pueda sacar al feto de su vientre a través de una incisión peligrosa.

 

La mayoría de las mujeres sobrevive. Pero nunca se ha probado con hombres, con Creadores como su príncipe. Tsunade sabe realizar el complicado ritual, y Minato no se permitirá perder a su hijo.

 

- Lo haremos, está decidido. Naruto y mi nieto, vivirán.

 

 

APENDICE

Hojazul: Planta verdosa y amarillenta, crece en Verano y se da en el Reino de Fuego.

Té de Luna: Funciona como calmante, también ayuda a bajar la fiebre. 

 

Notas finales:

Lamento la demoraaa, verán, finalmente pude recibirme, mi carrera habia estado pausada, aunque solamente me faltaba realizar mi examen profesional. Me preparé mucho y por ende, tuve que dejar el fandom, para concentrarme, ademas de que queria llenarme de inspiracion porque depronto las ideas surgieron pero para mas fics y habia dejado de estar inspirada para este, bien, ahora ya viene lo bueno jajja, Sasuke regresa, Naruto tomara decisiones MUY importantes, Ino y Sai finalmente estan juntos, tambien habra KakaObi en el cap siguiente, y mucho amor lleno de tension.

 

Besos a todas <3


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