“¿Creen que no me molesta hacer esto?... este no era el destino que debian tener.. pero… ustedes son lo peor que la vida pudo experimentar, sus sueños no son compatibles con los míos… ustedes son enemigos de la pureza… fueron contaminados desde el primer dia en que pudieron razonar por si mismos… desde alli… nunca se han detenido… sus actos despiadados me han hecho despertar… y por eso he decidido poner fin a toda esta mentira”
Diana le dedico una ultima mirada llena de dolor y rabia, queria advertirle a Clark pero… pero… ya era tarde. Con dificultad, se aferro al pantalón de Bruce y en su ultimo acto heroico, le rogo que no asesinara a nadie mas.
“… No debe quedar ni la mas pequeña partícula de vida… nada… nada es lo que tendrán al final” --Sencillamente aplasto el craneo de aquella mujer que le afectaba negativamente su estado de ánimo.
En la historia de la humanidad, no debía de soprenderles que suceda esto, a decir verdad, los homo sapiens sapiens no evolucionaron lo suficiente para mantener un equilibrio en el mundo, no, por supesto que no, los humanos siempre hacen lo que desean y al precio que sea. ¿cuántas especies han extinguido?... ¿cuántas estan en peligro de estarlo?... si les hubiese preguntado, justificarían sus actos diciendo que es un hecho lamentable pero que trabajan para crear leyes que protejan la vida animal. No es un problema de leyes… mas bien es de moral. ¿Por qué asesinar por asesinar? No fueron creados para eso… ustedes… debían demostrarles a los demás seres inferiores como era vivir en la utopia.
Los desastres naturales empeoraron en el mundo, los desprendimientos de los glaciares causo que el nivel de los oceanos aumentara, los movimientos de las placas subterráneas lograron perturbar la tranquilidad del agua, por lo que enormes olas viajaron por aquel mundo acuatico hasta que finalmente hicieron su aparicion en tierra firme consumiendo todo y aun mas de lo que debian. Ciudades costeras terminaron siendo un enorme mar artificial, terminaron por hundirse en el olvido y en las profundidades de sus calles, circlulaban los escombros y los cientos de restos humanos.
Los cadáveres frescos o en descomposicion, encontraban consuelos al ser devorados por los terremotos ya que de esa forma, quedaban en lo mas profundo del mundo. Pero, personas llenas de vidas tambien tuvieron la misma suerte, sus gritos se alejaban de los oidos de cualquiera, al caer en una caída libre y sin retorno. Tan inestable eran el movimiento de las placas subterraneas, que todos los volcanes activos e inactivos entraron en erupcion, el planeta trataba de liberar presion por lo que millones de toneladas de lava surcaba el cielo, la estatica causo la generación de rayos, la enorme columna de humo y cenizas, cubrió grandes extensiones del cielo provocando que la luz del dia se olviese nula, todo estaba sumergido en un conjunto de tormentas catastroficas nunca antes vista.
Bruce, observo a su alrededor y el reflejo de las llamas teñian las nubes de un color carmesi hasta volverlas completamente negras, el aire se mezclaba con elementos quimicos de las industrias que fueron desmenbradas y por consiguiente, sus desechos quimicos quedaron a merced en la naturaleza, ya no habia agua potable o tierra fertil en donde poder volver a empezar. Muerte… solo habia muerte de todas los modos y formas posibles.
“… El tiempo no existe, el espacio no es mas que una pequeña parte de una particula, la vida… la vida es el peor suceso de todos” –Susurro Bruce mientras sus ojos azules estaban hipnotizados por como lucia todo a su alrededor.
El cuerpo de Diana era lo unico que seguia en su lugar, las corrientes de vientos arrastraban todo directo hacia la tormenta que crecia y no se dentendria jamas. Nadie podria sobrevivir a todos los desastres naturales, no siendo humano por lo que un kriptoniano descendio de los cielos con facilidad y horror al mismo tiempo. Su caida tuvo que ser brusca e impaciente puesto que desde lo ocurrido en la mansión, el significado de la vida tenia otro sentido.
Los tornados aumentaron su poder, las rafagas de viento cortaban el cordon umbilical de todas las cosas adheridas al suelo. Todo viajo entorno al movimiento circular y fue así que, el cielo se torno gris y sin vida.
“…¿Has encontrado a Alfred?” –Bruce sonrio y volteo el rostro hacia el, se dedicaron miradas profundas pero como era de suponer, el heroe de Metropolis (bueno, a estas alturas Metrópolis ya no existia) gesticulo una expresión de horror al ver el cuerpo de Diana en esas condiciones. Era una enorme perdida y el dolor invadia cada fibra de su agitado corazón— “Solo quiero que entiendas que tan grave es lo que esta sucediendo” –dicho eso, camino por sobre los restos de ella como si no fuese mas que basura, eso causo desesperación en Kal quien seguia inmovil y sin saber que hacer.
“… John tenia razón… no eres Bruce… ¿entonces?... ¿qué eres?” –sus lagrimas recorrieron sus mejillas porque habia entendido que el mundo estaba perdido, tal vez podia salvar unas cuantas vidas pero no habia lugar seguro en donde dejarlas, cada continente estaba cubierto por el desastre y desde el espacio, era visible como tormentas se unian a un paso casi irreal, los cientificos de la NASA, habian perdido contacto con el centro de mando y fue asi que descubrieron, que no tendrian lugar a donde regresar. Solos en el espacio, su destino era flotar hasta el minuto en el cual el oxigeno se les acabase.
“¿No es evidente?” –pregunto Bruce al tiempo que sus pasos le llevaron hasta aquel hombre que detestaba con todo su ser
Lo penso, en verdad se esforzó pero lo unico que le preocupaba era: “¿Dónde esta Bruce?” –su voz se escucho debi pero de todas formas, le parecio que le habian oido perfectamente
“El mundo es un desastre y tú… ¡¿aun tienes el descaro de preocuparte por eso?!” –pregunto con rabia
“Lo amo” –se defendió con aquellas palabras que resumian toda su vida y su destino
“Eres peor que yo” –sonrio Bruce y hasta cierto punto, encontro diversión en todo lo que sucedia— “¿Hasta que punto has de estar perdido?... ¿no te das cuenta?... todo esto sucede por tu culpa” –le miro y asi, Kal sintio el peso de la realidad— “Te dije que una vez abierta la puerta del mu ndo de los muertos nunca mas se puede volver a cerrar… por eso estoy aquí… por eso me estoy llevando cada vida de este y de los demas mundos, todo este universo esta pereciendo por la decisión que has tomado… elegir revivir a Bruce Wayne fue el pecado que los condena a esta tortura”
Los ojos celestes de Kal solo expresaban que tan profundo era su dolor, prácticamente estaba viviendo el duelo y eso, no lo podía soportar. El mundo estaba perdido pero aun asi, el desamparo de no estar con Bruce era mil veces peor. Sus piernas se quebraron y arrodillado en el suelo, su vista se cubrió con una fina capa de lagrimas crudas y letales.
“Quiero verlo” –exigió sin importarle egoista dicha peticion
Bruce estaba aburrido de esa actitud, odiaba que no se arrepintiera de su pecado, de su falta, por romper las reglas. Le miro fijamente y concluyendo que no tenia nada mas que hacer o hablar con él, pondria punto final a su existencian para así, terminar con todo de una buena vez.
Estaba dispuesto aplicarle el peor de los castigos pero su intención se vio interrumpida por un joven de cabello rubio y ojos tan claros que parecian cristales, pero aquella presencia se hacia acompañar por alguien mas, otro joven de cabello negro pero de igual mirada. Ambos tenian la fuerza para detener en cierta parte la gran tormenta que se alzaba sobre Gotham y lo hicieron para ganar un poco de tiempo, para proteger lo poco que quedaba.
“¿Qué hacen aquí?” –pregunto Bruce con disgusto
“Hemos venido a pedirte otra oportunidad… te prometemos que esta vez no discutiremos entre nosotros, velaremos por que ellos sigan las reglas” –refiere el rubio
“No buscare engañarlos o confundirlos, prometo que esta vez haré las cosas bien” –comento el joven de cabello negro
Bruce les dedico una mirada analitica y mientras sus labios estaban cerrados, todo seguia tal cual, el fin de los tiempos ya estaba firmado y pactado. Negarle la existencia a los humanos era un juicio perfecto, ideal y justo.
“Por favor, te lo suplico” –intervino el rubio mientras que el joven a su lado, tambien estaba afligido y preocupado
“… No deberías de tener este honor, pero sientete orgulloso de ver a Dios en persona” –dijo Bruce y Kal le observo olvidando las lagrimas y su dolor.
“¿Eres… Dios?” –susurro de forma espontanea, un frio recorrió toda su columna vertebral porque de ser asi, no había nadie a quien suplicarle piedad
“… No… el es Dios” –con su mano apunto al chico rubio— “Y quien le acompaña es el Demonio”
Kal volteo el rostro y los observo, no lucian como todo el mundo cree que lucen, la juventud que poseian no era compatible con los años que debian de tener. Nada era divino en ellos a no ser por aquello ojos tan perfectos y brillantes.
La presencia de ellos, que ambos le pidan lo mismo, que se preocupen por el juicio final es extraño. Nada de esto les afecta, tan solo seguiran existiendo en otro plano.
Bruce se alejo de Kal-El y recorrio el lugar a paso lento, su vista se consangraba con lo que sucedia, en las consecuencias, en lo arruinado que se encontraba el mundo desde hace menos de una hora, podria regresar el tiempo y dejar las cosas tal cual eran pero eso seria una blasfemia contra si mismo. Estaba decidido de aplicar un castigo ejemplar por romper la unica regla que en verdad importaba, que le importaba. Siendo el responsable de todas las almas de todos los seres vivientes, debia velar por un equilibrio no solo en la vida sino tambien en la muerte.
“…¿Cuántas veces hablamos sobre esto?” –pregunto Bruce y Dios no supo que responder— “Te dije que no los crearas porque al final, no son dignos de tu amor” –confirió de forma seria— “Tu tampoco ayudaste demasiado” –miro al joven pelinegro— “Querias hacerles sufrir porque estabas celoso de que tu hermano creara algo que tu no puedes hacer”
“Perdonalos y perdonanos” –dijo el Demonio de forma decidida
“¿Por qué ahora interfieren a favor de ellos?” –pregunto con dudas de que lo hicieran por que realmente les importaran el destino de los humanos o de los otros seres que habitaron en el universo
“Porque es lo correcto” –comento Dios de forma convincente
Bruce sabia que mentian, aquellos hermanos nunca estuvieron de acuerdo en nada y ahora resulta que se llevaban muy bien, con la absoluta voluntad de aclarecer las cosas, se acerco a ellos y acariciando la frente de ambos, pudo leer cada pensamiento que han tenido desde que nacieron.
“… Buscan seguir siendo Dioses y que se les rinda culto” –susurro Bruce y ambos tuvieron miedo al ser descubiertos— “Solo eso les importa, por eso no interfieren cuando ellos sufren o cuando suceden cosas malas en sus vidas… les es suficiente recibir oraciones en sus nombres para sentirse satisfechos y reconocidos” –aparto sus dedos de ellos y observándolos con decepción sencillamente lamento de no haber visto aquello antes, cuando todo comenzó.
“Somos dioses, merecemos que nos adoren” –susurro Demonio y su hermano no pudo estar mas de acuerdo con eso
“Somos dioses… pero tenemos responsabilidades con nuestras creaciones” –respondió Bruce mientras les seguia observando de forma triste a los jóvenes— “… No puedo exigirles a ellos perfección cuando ni siquiera ustedes lo son… ¿es por eso que no querían que despertara?, ¿no querían descubriera esta verdad?... ¿hasta que punto son culpables de la naturaleza humana?” –pregunto pero supo que ellos no tendrian el valor de explicar nada. Las cosas eran como eran y asi, no había nada que hacer— “He despertado porque él rompio la regla que me sellaba, he venido hasta aquí para cobrarle su falta pero resulta que ustedes tambien son responsables… si querias crear algo para tu beneficio, debiste hacerte cargo de ellos y no desampararlos” –le hablo a Dios, este abrio los ojos de par en par y su hermano, no se sintio alegre por esas palabras, no porque Bruce tambien le regaño: “Buscaste por todos los medios hacer sus vidas miserables para tu diversión”
“¡Perdonanos padre!” –gritaron ambos con desesperación pero no lograron nada, Bruce seguia indiferente a las suplicas
“… ¿Disfrutaron jugar con la vida de los demas?” –pregunto y frente a eso, ambos hermanos sintieron panico de ser merecedores de su furia
“No lo hicimos aproposito, somos muy jovenes y no supimos como lidiar con ellos” –trato de justificarse Dios
“Lo haremos mejor la proxima vez” –propuso el Demonio
“Ese es el punto, no hay proxima vez u otra oportunidad… todo termina aquí” –elevando su mano hacia ellos, ambos jóvenes explotaron en millones de partículas las cuales fueron arrastradas por la tormenta que se alzaba en Gotham-- “… He asesinado a mis hijos… hasta este punto he llegado gracias a ti” –le miro con frialdad y Kal sintio miedo, un miedo que jamas padecio desde que tiene razón de ser— “…Pero...queria castigarte por tus faltas pero mis propios hijos fueron en parte responsables de todas las injusticias que han vivido… no lo sabia… me decepciona que haya sido asi”
El alma de aquel dios abandono el cuerpo de Bruce quien cayo al suelo de forma brusca y pesada, una vez libre, aquel dios regreso a su verdadera forma la cual consiste en un cabello blanco y ojos celestes de cristal. En su sabiduria acepto la imperfección de aquellas creaciones porque sencillamente, el había creado desde el principio cosas imperfectas. Sus hijos no habian hecho nada bien con lo que se les dio y mucho menos menos, se preocuparon por el destino de este y de todos los mundos.
“Esto reafirma mi decisión de que todo termine” –susurro y observando el cuerpo del mortal en el cual vivio por algun tiempo, considero que era justo otorgarle un ultimo deseo antes del fin. Extendió su mano y en ella aparecio el alma por el cual, Kal rompió las reglas, dejando que aquella esfera descendiera y entrara en aquel cuerpo de forma lenta, finalmene Bruce abrio los ojos una vez mas.
No habia palabras, no había sonidos, no habia mas sensación que el desamparo. Al escuchar como el corazón de su amado latia con normalidad, se arrastro por el suelo hasta alcanzarlo y acogerlo entre sus brazos. Pese al reencuentro, Bruce no podia apartar la mirada de aquel dios, siempre tenia un plan pero frente a esto, no.
“Amor” –susurro Kal y obligando que Bruce le mirara, le beso con desesperación.
“Estoy cansado… lo unico que quiero es dormir para siempre, por eso he recolectado cada alma creada con el propósito de generar tal energia que sea capaz de destruirlo todo… incluso a mi mismo” –dicho eso, de pronto comenzaron aparecer millones de esferas brillantes y relucientes, eran tantas que todo el lugar se ilumino.
“… Kal… ¿qué has hecho?” –pregunto Bruce mientras le miraba afligido. Su cabello despinado y su piel blanca era una tan hermosa que Kal recupero la alegría de vivir o al menos de estar vivo por algunos minutos
“No podia estar sin ti” –confeso de absoluta verdad mientras acariciaba aquel rostro con ternura
“Siempre te lo dije, morir forma parte de la vida… ¿no te das cuenta de lo que esta sucediendo?... ¡Kal el mundo esta siendo destruido!” –grito nervioso
“Entonces prefiero morir contigo” –volvio a besar aquellos labios, pese a que su pareja no queria corresponderle, porque la intención de Bruce era dialogar con aquel ser divino con el fin de encontrar alguna solución, tenia que existir otra opción... debia hacer algo para salvar lo poco que puede ser salvado. Pero mientras pensaba eso, sus sentimientos se vieron afectados por lo que Kal le estaba haciendo. Estar una vez mas en aquellos brazos, sentir esos labios... ver una vez mas a quien fue y siempre sera su alma gemela le hizo pensar en que tal vez, el fin puede no ser tan cruel.
El sentimiento de amor era tan mutuo por lo que ambos se aferraron al poco tiempo que tenian de ahora en mas. Superman al final fue tan egoista que olvido que todo había sido su culpa, no se preocupo por el destino que les esperaba a la humanidad, no cuando entre sus brazos tenia a su Bruce, solo eso importaba y solo eso merecia su atención.
La existencia de aquel dios ya no era necesaria, lo sabía y sabía muy bien que si algun dia volvía a despertar, viviria solo por toda una eternidad, pero al menos, estaria feliz de no cometer otra vez un error tan grande como fue crear vida.
Extendiendo sus brazos de par en par, tan solo cerro los ojos y las esferas liberaron su energia. La explosión fue tan grande que en segundos el planeta Tierra desapareció, como tambien lo hizo el sistema solar, la galaxia, las galaxias vecinas y el universo entero.
Ni una sola partícula quedo, ni una sola alma volvera a renacer jamas… porque de eso, se encargaria el padre de Dios.